Ontología negativa. Ecos de la mística eckhartiana del esse absolute en la egofanía idealista
Resumen
La ontología negativa de Eckhart tendrá un profundo impacto en el idealismo alemán. No sólo la réplica a la distinción eriugeniana de naturalezas (naturans / naturata), también la idea de auto-revelación trinitaria parece prefigurar las bases de la fenomenología del espíritu. La Abgeschiedenheit, criba de peculiaridades del ser encauzada al esse absolutum (no-ser determinado), dejaría indeleble impronta en la parusía del Yo puro o en-sí, no contraído a yo empírico (no un ser omnímodo superior al yo inmanente sino su condición de posibilidad), y en la incepción de categorías autopoyéticas por interacción universal Yo / no-Yo con la que Fichte pretendiera conjurar la sombra del noúmeno kantiano. El Yo absoluto, al pensarse a sí en plena identidad consigo mismo (intuición de sí no objetivante, tesis sustentada en un principio de identidad auto-posicional) detona la antítesis a un no-Yo en demanda de una síntesis ulterior: Yo (transcendental) opongo en el Yo (conciencia) al Yo divisible (yo empírico) un no-Yo divisible (naturaleza). Yo empírico y naturaleza se limitarían mutuamente, mas la suspensión de esa recíproca determinación (lo que uno es, no lo es otro, dentro de una identidad, pues "uno es lo que otro no es") no revertiría la tesitura autogenética del Yo absoluto (autoconciencia), como la supresión de caracteres que alivia la tensión ontológica del esse proprium en la vía mística eckhartiana se orienta a la radical indeterminación del esse purum. Los dos niveles de racionalidad diferenciables en la antítesis dialéctica, teórico (en cuanto el yo está determinado por el no-yo: conocer es sentirse afectado por lo-otro, como si el no-yo limitase al yo; conocer lo-otro es su determinación sobre el yo, que construye a priori el no-yo para poder pensarlo como objeto) y práctico (en tanto el yo está determinado al no-yo) se disipan, restando la auto-conciencia (¿ipsum intelligere?). La apertura transcendental del yo a la alteridad, más allá de la inmediata auto-identidad ["la autoconciencia es en-sí y para-sí en cuanto que y porque es en-sí y para-sí para otra autoconciencia (gegenseitig anerkennen)", apunta Hegel], se nutre asimismo de ecos del ledic-sein. Este ensayo rastreará tangencias de mística renana e idealismo post-kantiano.