La voluntad, ¿una facultad superflua?

  • Miguel Candel

Résumé

Es habitual en la literatura filosófica traducir la akrasía aristotélica por “debilidad de la voluntad”. Esto plantea varias dificultades de peso, que van mucho más allá de un mero problema de traducción. En primer lugar, existe entre los estudiosos un consenso creciente en torno a la idea, sostenida, entre otros, por Hanna Arendt, de que no hay en la ética antigua ningún concepto que corresponda, más allá de las similitudes léxicas, a la voluntas agustiniana entendida como una potencia o facultad plenamente autónoma tanto frente a la razón como frente a los apetitos, libre de toda determinación que no sea su propia autodeterminación y única responsable, por tanto, de las acciones que ordena. En segundo lugar, la voluntas agustiniana suscita toda una serie de paradojas irresolubles, como, por ejemplo, la presunta infinitud de la voluntad, o su reducción última a mera arbitrariedad. Esto anula la función misma que se asigna a la voluntad, esto es, la de fundamentar y explicar la responsabilidad del Yo. Por consiguiente, parece mucho más razonable una concepción del alma humana que, en la línea de la ética griega antigua, se abstenga de introducir elementos suplementarios en la tradicional dicotomía entre razón y deseos, aun cuando la descripción detallada de sus mutuas interacciones pueda precisarse enormemente gracias a las modernas ciencias cognitivas.

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Publiée
2009-10-19
Comment citer
Candel M. . (2009). La voluntad, ¿una facultad superflua?. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 26, 185-194. https://revistas.ucm.es/index.php/ASHF/article/view/ASHF0909110185A
Rubrique
Estudios