CFP Cuadernos de Documentación Multimedia

2024-04-10

Queridos/as compañeros/as:

La revista “Cuadernos de Documentación Multimedia” os invita a participar en el próximo número (vol. 35, 2024).

En esta ocasión queremos reflexionar sobre Documentación cinematográfica y audiovisual: narrativa y nuevos soportes.

La coordinadora invitada en este número es Julieta Sepich, especialista en gestión de archivos audiovisuales. Consultora, ensayista, realizadora y productora de proyectos culturales. Se desempeñó en la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos de la Nación, la Dirección General Patrimonio, Museos y Casco Histórico de Buenos Aires, asesora en archivos para RECAM-EU (Plan MERCOSUR Audiovisual), Museo de Arte Moderno y como responsable de procesos técnicos y protocolos del archivo audiovisual del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken de Buenos Aires. Es docente a cargo de Archivos de Imagen y Sonido de especialización en Archivística de la Universidad de Buenos Aires, Universidad de Palermo, UNSAM, en la Diplomatura en Gestión y Conservación de Archivos de Arte, entre otras instituciones educativas. Imparte capacitaciones, talleres, clínicas y conferencias en Latinoamérica y Europa. Fue responsable de la serie de publicaciones Ensayos sobre la Imagen (Universidad de Palermo), editora de Experimenta club + LIMB0 (AECID) y editora del: El sonido visto (Plataforma Bogotá, Bogotá, Colombia). En el contexto del Programa Público del Centro Espigas dictó la capacitación Archivos Excepcionales (2019), el taller Todos tenemos un plan (2020-2021) y Ver y escuchar (2021).

También contamos desde este número con la colaboración de Nadia McGowan como secretaria de la revista. Nadia McGowan es doctora en Comunicación Audiovisual, Publicidad y Relaciones Públicas (doctorado europeo, premio extraordinario). Actualmente gestiona la Oficina de Proyectos del Vicerrectorado de Transferencia en la Universidad Internacional de La Rioja. Investiga las relaciones entre el audiovisual, las nuevas tecnologías y la sociedad.

Las reflexiones sobre el cine, los soportes y los nuevos creadores plantean muchas incógnitas sobre el pasado, el presente y el futuro de las creaciones audiovisuales y cinematográficas y sus soportes.

Cuando nos enfrentamos al pasado, a la historia del cine, es inevitable pensar en sus soportes. Pensar en una época en que el soporte y el contenido están estrechamente vinculados; en una época en que decir “cine” o “película” remite inmediatamente a un soporte determinado, con una narrativa estandarizada, de la que disfrutábamos en una sala. Estos soportes del cine han provocado pérdidas y desgracias personales en sus inicios, pero también estabilidad y patrimonio en el pasado más reciente. Cuando la estabilidad llegó al documento (soporte fiable, paso estándar, narrativa comúnmente aceptada), el cine vivió una época dorada, con una industria asentada en la que las etapas de producción estaban compartimentadas (producción-distribución-exhibición).

  • Preservación, acceso y difusión
  • Filmotecas como elemento socializador en comunidad
  • Cinefilias, asociaciones, cineclubs.
  • Poética del soporte. La materialidad como discurso.
  • Patrimonio cinematográfico no fílmico (instrumentos de grabación y reproducción, programas de mano, carteles, coleccionismo).
  • Deterioro de soportes. Digitalización, prioridades.
  • Legislación, responsabilidad, normativa, derechos.

En el pasado más cercano (desde los 90) y en el presente nos enfrentamos a un periodo de pocas certezas y muchas incógnitas. La llegada del cine digital creó una fractura entre soporte y contenido. Ya no podemos definir “cine” como una narrativa ligada a un soporte, ni a una proyección, ni a una sala. Nos enfrentamos ahora a conflictos terminológicos entre lo “cinematográfico” y lo “audiovisual”, y las líneas que separan (¿unen?) el contenido del soporte.

En el pasado más reciente la irrupción del vídeo doméstico y del cine emitido en televisión sirvieron como instrumento alfabetizador para varias generaciones que conocieron el séptimo arte en la pequeña pantalla, gracias a programas como, por ejemplo, “La noche del cine español” (Méndez Leite, F., 1984-1986), “Días de cine” (Sánchez, G., 1991-actualidad), o “Historia de nuestro cine” (Sánchez, E., 2015-actualidad) entre otros muchos.

Internet también afecta a la cinematografía y a los modos de ver. No solo por la piratería, también porque las nuevas generaciones se han acostumbrado a ver largometrajes en sus smartphones, con la pérdida de calidad, perspectiva y grandeza visual y narrativa que siempre había caracterizado al séptimo arte.

En esta época encontramos un producto audiovisual en auge: los videojuegos. Son un producto digital y audiovisual con diferentes tipos de narrativas, que también necesitan una conservación que permita su posterior reproducción. En este caso, los lenguajes, soportes y sistemas operativos determinan su jugabilidad.

También la escena actual nos insta a reflexionar acerca de los espacios donde los archivos y documentos audiovisuales se expresan. En tal sentido, queremos señalar la importancia de entrar en un diálogo sinérgico con diversos contextos y topografías donde las identidades y las coyunturas impactan en los análisis más teóricos. Nuestra disciplina exige flexibilizar sus contornos para dar respuestas (siempre provisorias) a las problemáticas actuales y futuras en torno a lo audiovisual como soporte de memoria e historia. De este modo, lo observaremos como un prisma complejo en el que los documentos-registros se metamorfosean para ser re inscriptos en otros espacios como un insumo múltiple.

Latinoamérica comparte muchas veces contextos más hostiles frente a los procesos de preservación y acceso. Sin embargo, la heterogeneidad de producción documental, sedimento de las instituciones y su gestión nos acerca un modo de hacer diferente en la región.

  • El papel alfabetizador de los programas de televisión dedicados al cine.
  • Cineclubes y cinefilia: los espectadores especializados.
  • Soporte y narrativas. Materialidades y discurso.
  • Videoarte, instalaciones. Preservación, conservación y reproducción futura.
  • Videojuegos: preservación y jugabilidad.
  • El “cine” como marco físico de la exhibición de espectáculos: nuevos usos del cine/teatro y de las salas. Salas de exhibición: fragmentación de usuarios, modos de ver.
  • La obsolescencia como condición de existencia.
  • Legislación, responsabilidad, normativa, derechos.

-    Cinematecas: los desafíos de reinstalar el espectáculo cinematográfico y la memoria audiovisual en lo contemporáneo.

Hablar del futuro siempre es arriesgado. No podemos saber qué pasará con el cine, con los soportes ni con las narrativas. Pero sí podemos reflexionar lo que vendrá atendiendo a las corrientes y tendencias que observamos hoy. Muchos jóvenes cineastas empiezan hoy sus carreras grabando en tarjetas de memoria. Ni ellos mismos saben si finalmente se dedicarán al cine, pero experimentan con las cámaras de sus móviles y crean pequeños productos de ficción. En muchas ocasiones no han recibido formación audiovisual, y aunque graban con una cámara de gran calidad, carecen de los rudimentos narrativos necesarios. Sea como sea el producto final, y lleguen o no a ser cineastas en su vida adulta… ¿dónde quedarán estas primeras películas? ¿Quién se encargará de conservar sus primeras producciones para analizar su trayectoria? ¿Podremos leer ese material dentro de 20 años?

También se generan muchos productos de no ficción: el llamado CGU (Contenido Generado por el Usuario). Estamos acostumbrados a que las grabaciones de un ciudadano, cuando presentan un alto contenido informativo, se emitan en los informativos. Pero… ¿cómo se integra el CGU en el cine? ¿Sólo en documentales, o también en el cine de ficción?

El futuro nos traerá (seguro, no hay que arriesgar demasiado para vaticinar esto) sistemas de almacenamiento cada vez más potentes. Actualmente cualquier usuario del primer mundo puede acceder a discos duros de varios Tb (terabyte), y pronto serán los Pb (petabyte) o los Eb (exabyte). Muchas voces afirman que es espacio suficiente para guardar toda la historia del cine. Algunos incluso querrían guardar todo lo almacenado en YouTube. Pero… ¿para qué guardar todo? ¿Es necesario, realmente, guardarlo todo? Aunque tuviéramos la capacidad física de hacerlo… ¿qué se va a recuperar? ¿Y cómo se va a recuperar? Guardar sin analizar es inútil. Podemos confiar en los metadatos, pero buscar por fecha es volver al siglo XIX. También es absurdo guardar todo sin saber cuántos contenidos están repetidos cientos de veces.

También queremos reflexionar sobre el futuro de “la nube”. Muchos usuarios confían en el almacenamiento de sus documentos en un lugar/ordenador que no se sabe dónde está, quién lo gestiona, qué intereses tiene, cómo se preserva su privacidad, cómo podrían llegar a ser compartidos esos documentos y, lo más importante, la fragilidad de ese soporte. ¿Qué pasaría si desapareciera YouTube?

  • Formatos y soportes digitales: conservación, perspectivas de futuro. Calidad (definición), compatibilidad, “peso” de los archivos, obsolescencia, transporte, intercambio, capacidad de difusión.
  • “Óperas primas” de futuros cineastas: soporte, perspectivas de futuro.
  • Conservación de las nuevas creaciones: perspectivas de futuro, preservación
  • Lenguaje audiovisual en las escuelas
  • Indización automática, metadatos.
  • Nuevos formatos, nuevos soportes, nuevas narrativas (“cine vertical”). Smartphones.
  • CGU: calidades, valor informativo, uso en obras cinematográficas de ficción o no ficción.
  • Lo efímero de la creación artística audiovisual.
  • Legislación, responsabilidad, normativa, derechos.

 

Una línea transversal impregna a todas estas posibles investigaciones, como siempre en esta revista: la Documentación. Fuentes para el estudio y la creación de productos audiovisuales o en otras tipologías. También el análisis y la conservación para, finalmente, permitir su difusión.

Además de las preocupaciones de este número, invitamos a los/las investigadores/as a enviar sus artículos científicos sobre cualquier otra materia que tenga que ver con la Documentación en los Medios de Comunicación, o Documentación Multimedia. En la sección “Miscelánea” incluiremos los textos que no se ciñan a las líneas descritas arriba.