Lección Magistral: Democracia y comunicación (reflexiones)

Resumen

Al entrar, esta mañana, en el viejo Caserón de San Bernardo me ha venido a la memoria el Preuniversitario que cursé en el Instituto Cardenal Cisneros. Tuve la suerte de ser discípulo de Don Andrés Ramiro Aparicio, quien, tomando como motivo la “Eneida” de Virgilio, nos hablaba de la inmortal Roma y su significado en la cultura universal. Lo importante –decía- es ser ciudadano, miembro de la comunidad, de la civitas, e intervenir en el propio futuro y en el destino común. Y de Don Francisco Rodríguez Adrados, que, al son homérico de “La Iliada”, nos explicaba el sentido de la democracia y la esencia de la libertad del hombre. Latín y griego o griego y latín, enseñanzas disciplinarias y formativas que, desgraciadamente y con el devenir de la ignorancia, han pasado a formar parte del romanticismo académico. Sirvan estas palabras como recuerdo agradecido a dos personas que predicaban la libertad, dos profesores dignos y dos grandes maestros.