«Homme invisible à la fenêtre» o la expresión pictórica del trauma
Resumen
La vivencia de una experiencia traumática hace que se tambaleen todos los pilares del ser, ya que el sujeto traumatizado vive con una herida que ha fragmentado su cronología en un antes y un después. Ante esta situación, la psicología ha demostrado que, a través del arte, es posible superar esa rotura al darle un sentido a una experiencia incomprensible canalizando el dolor. Este es el caso de Max, pintor paraplégico protagonista de la novela Homme invisible à la fenêtre (2001) de Monique Proulx, para quien la pintura actúa como una catarsis curativa que le permite volver a renacer con cada golpe de pincel.
Este artículo analizará tres ejes básicos de la novela: de qué manera el trauma repercute en la vida del protagonista y cuáles son sus mecanismos de defensa; la mirada del pintor, capaz de exteriorizar la esencia de cada ser, frente a las limitaciones de los espejos, metáfora de la sociedad y, finalmente, la posibilidad de canalizar el trauma a través del arte.
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