Don Alonso Gómez de Figueroa, teniente de comisario general en tiempos de Carlos II

Resumen

Dentro de la complicada estructura del ejército español de los siglos XVI y XVII destacaba una figura de singular importancia: la del comisario general de guerra, creada por Felipe II en 1587, y cuyas funciones eran numerosas y muy completas, siendo al vez la más delicada la de tratar que los soldados tuvieran el respeto debido por parte del pueblo y que la tropa no cometiera excesos con la población civil de aquellos lugares por los que pasaba. El puesto de comisario general de guerra tenía tantas atribuciones que tuvo que delegar algunas de ellas en diversos ayudantes y colaboradores, los llamados tenientes de comisario, cuya misión era la de seguir a las tropas de cualquier arma en sus desplazamientos y vigilar su comportamiento, informando de todo ello a sus superiores. Durante los últimos años del reinado de Felipe IV y primeros del de Carlos II ocupó el cargo de teniente de comisario general de la Infantería española Don Alonso Gómez de Figueroa, quien a su muerte, acaecida en 1679, dejó un desahogado patrimonio en el que se incluían tapices, pinturas, muebles y una curiosa biblioteca en la que se registraban obras significativas de fray Luis de Granada, fray Pedro de Ribadeneyra, fray Francisco de Osuna, Alonso de Villegas, Francisco de Quevedo y Ludovico Blosio.