https://doi.org/10.5209/RIBE.99701; Recibido: 16/12/2024; Revisado: 31/01/2025; Aceptado: 13/02/2025
Pedro Quílez-Simón; Universidad de Murcia; pedro@gcbiblio.com; https://orcid.org/0000-0001-6465-8766
José-Pablo Gallo-León; Biblioteca de la Universidad de Alicante; jpablo.gallo@ua.es; https://orcid.org/0000-0002-8236-4275
José-Antonio Gómez-Hernández; Universidad de Murcia; jgomez@um.es; https://orcid.org/0000-0003-4532-1142
Artículos; Revista de Investigación sobre Bibliotecas, Educación y Sociedad; e-ISSN: 3045-5685; Ediciones Complutense; Creative Commons CC BY 4.0
Resumen: Cualquier acercamiento a las bibliotecas públicas evidencia la gran cantidad de actividades culturales que se desarrollan en ellas, refrendada por las estadísticas oficiales. Las actividades culturales forman parte de las funciones de la biblioteca pública desde que el modelo anglosajón de las mismas se impuso. Esta presencia ha sido refrendada por la bibliografía profesional e incluso por las normativas y manifiestos profesionales, pero se realiza a menudo de forma un tanto acrítica. El objetivo de este trabajo es la aproximación al tema desde el punto de vista de quienes ejercen la profesión. Se pretende conocer el valor que se otorga a las actividades culturales desde el punto de vista de las personas profesionales de las bibliotecas públicas, junto a otros aspectos como las modalidades de desarrollo y evaluación de estas o los criterios para configurar la programación cultural. Se emplea para la obtención de los resultados una metodología basada en una encuesta, realizada durante los meses de enero y febrero de 2024 sobre una muestra de 67 profesionales de la Región de Murcia, cuya situación puede considerarse prototípica de la situación en España. Para el análisis se aplica un proceso de reflexión y crítica a partir de una base teórica sobre las actividades culturales en las bibliotecas. Los resultados corroboran la profusión de actividades culturales, pero también que no siempre se realizan únicamente con la voluntad de mejora social que sería esperable, sino que también se tiene en consideración el impacto de visibilidad de la biblioteca o las limitaciones presupuestarias existentes, que inducen a programar las de más bajo coste. La conclusión es que hay una fuerte voluntad de que la biblioteca pública juegue un rol relevante como centro cultural de la comunidad, al que el colectivo profesional se entrega con una fuerte determinación, quizás en parte para compensar la reducción del impacto de otros servicios como el préstamo y la reducción de presupuestos para acometer otros proyectos más ambiciosos. Proponemos que este esfuerzo programador se conecte de una manera más planificada con las necesidades comunitarias, pues, aunque se consiga la pretendida presencia o impacto social, no tiene un sentido pleno si no se vincula con el resto de las funciones y con la propia razón de ser de la biblioteca pública.
Palabras clave: Actividades culturales; Biblioteca pública; Extensión cultural; Gestión cultural.
Abstract: Any analysis of public libraries shows the large number of cultural activities that are carried out in them, which is confirmed by official statistics. Cultural activities have been part of the functions of public libraries since the Anglo-Saxon model of public libraries became established. This presence has been endorsed by the professional literature and even by professional regulations and manifestos, but it is often carried out in a somewhat uncritical way. The aim of this work is to approach the subject from the point of view of the professionals themselves. The aim is to find out the value given to cultural activities from the point of view of public library professionals, together with other aspects such as the modalities of development and evaluation of these activities or the criteria for configuring cultural programming. The methodology used to obtain the results is based on a survey carried out during the months of January and February 2024 on a sample of 67 professionals in the Region of Murcia, whose situation can be considered prototypical of the situation in Spain. For the analysis, a process of reflection and criticism is applied on the basis of a theoretical basis on cultural activities in libraries. The results corroborate the profusion of cultural activities, but also that they are not always carried out solely with the desire for social improvement that would be expected, but also taking into consideration the impact of the visibility of the library or the existing budgetary limitations, which lead to programming the lowest cost activities. In conclusion: there is a strong will for the public library to play a relevant role as a cultural center of the community, to which professionals dedicate themselves with a strong determination, perhaps in part to compensate for the reduced impact of other services such as lending, and the budget reduction to undertake other more ambitious projects. We consider that this programming effort must be connected in a more planned way with community needs, since, even if the intended presence or social impact of libraries is achieved, it does not have full meaning if it is not linked to the rest of the mission and public library functions.
Keywords: Cultural Activities; Events; Public Library; Cultural Extension; Cultural Management; Library Programs.
Sumario: 1. Introducción y objetivos. 2. Revisión de la literatura. 2.1. Las actividades culturales como parte integral de las bibliotecas públicas. 2.2. Las actividades culturales como servicio bibliotecario en la bibliografía profesional. 3. Metodología. 4. La percepción del valor y funciones de las actividades culturales por parte de los bibliotecarios. 4.1. Datos de realización: presencia y tipología de la actividad cultural. 4.2. Valor y función de las actividades en la biblioteca. 5. Discusión de los resultados: las actividades culturales, ¿más allá de una herramienta de márketing? 6. Conclusiones. 7. Contribución de autoría. 8. Referencias.
Cómo citar: Quílez-Simón, Pedro; Gallo-León, José-Pablo; Gómez-Hernández, José-Antonio. (2025). Función de las actividades culturales en las bibliotecas públicas: visión de los profesionales de la Región de Murcia (España). Revista de Investigación sobre Bibliotecas, Educación y Sociedad, 2, e99701. https://doi.org/10.5209/RIBE.99701
No es necesaria una exhaustiva comprobación experimental para saber que las actividades culturales forman parte de la vida de las bibliotecas públicas. Es algo que cualquier persona que se haya acercado a las mismas, sin necesidad de un interés personal, puede percibir. A nadie extraña que en estos centros se realicen tertulias, presentaciones, exposiciones u otras actividades que no están necesariamente vinculadas a la temática literaria, aunque en muchos casos sea así.
Mientras el concepto de biblioteca social ha tardado algo más en calar en el entorno bibliotecario español, las actividades culturales, también surgidas de la concepción de biblioteca pública anglosajona nacida en el siglo XIX, llevan muchos años en el entorno de las bibliotecas españolas. Estas actuaciones, a menudo denominadas de extensión, están aceptadas, pero resulta dudoso que se realicen con una idea clara sobre su función y propósito. Parecen hacerse de forma acrítica, pero como una parte más de las tareas propias del personal bibliotecario.
Teniendo en cuenta este entorno español vemos que las bibliotecas públicas municipales han venido programando cada vez más actividades culturales, con un crecimiento en las sucesivas ediciones del informe Bibliotecas públicas españolas en cifras que cada año hace disponible en Internet el Ministerio de Cultura (2025a) llegando a alcanzar la cantidad máxima en 2019, con 260.699 (Tabla 1).
Este destacado incremento durante la década de 2010 a 2019, que coincidió con los años de la crisis económica, se dio en paralelo a un descenso en el número de préstamos de los documentos de las colecciones bibliotecarias, como refleja el Informe FESABID: las bibliotecas públicas en España: Diagnóstico tras la crisis económica (Arroyo-Vázquez; Hernández-Sánchez y Gómez-Hernández, 2019). Puede considerarse motivado por la progresiva digitalización de la sociedad y por la acusada disminución presupuestaria para adquisiciones que sufrieron las instituciones. Ante estos recortes y el descenso del servicio más tradicional, el personal bibliotecario incrementó su esfuerzo a través del aumento de su programación cultural, dando a esta una mayor importancia. No obstante, hay que indicar que los datos estadísticos sobre actividades culturales parecen imprecisos y poco concretos1, confusión que se acrecienta al observar la disparidad de cifras de las bibliotecas catalanas entre 2022 y los años previos, hechos que ponen de manifiesto la necesidad de revisar la metodología de estas estadísticas tal como evidencia Lázaro-Rodríguez (2022).
La pandemia de la COVID-19 condujo a un cierre temporal de los servicios bibliotecarios presenciales con una reducción significativa de las actividades culturales que aún está recuperándose (Tabla 1), pero la evolución, de nuevo creciente, nos permite concluir que las bibliotecas municipales dan gran importancia a las actividades, aunque las realicen con escasa financiación.
Tabla 1. Número de actividades culturales en las bibliotecas públicas de España entre los años 2018 y 2022
Comunidad Autónoma | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 |
---|---|---|---|---|---|
Andalucía | 34.947 | 34.830 | 14.778 | 21.259 | 30.254 |
Aragón | 7.254 | 10.937 | 3.890 | 6.126 | 7.687 |
Canarias | 3.723 | 4.013 | 2.845 | 2.604 | 3.665 |
Cantabria | 1.864 | 2.166 | 674 | 1.193 | 1.621 |
Castilla y León | 12.234 | 12.830 | 6.321 | 8.727 | 11.173 |
Castilla-La Mancha | 43.274 | 44.026 | 17.351 | 27.731 | 36.310 |
Cataluña | 73.429 | 76.583 | 27.584 | 25.211 | 861 |
Ceuta | 503 | 596 | 226 | 277 | 401 |
Comunidad de Madrid | 19.249 | 20.198 | 7.337 | 11.295 | 20.963 |
Comunidad Foral de Navarra | 3.021 | 3.062 | 1.366 | 2.678 | 4.318 |
Comunidad Valenciana | 16.124 | 14.232 | 7.181 | 9.016 | 12.320 |
Extremadura | 5.426 | 5.609 | 2.448 | 3.803 | 4.851 |
Galicia | 8.434 | 8.878 | 3.634 | 3.696 | 9.434 |
Illes Balears | 4.043 | 3.544 | 3.003 | 3.121 | 5.683 |
La Rioja | 1.297 | 1.354 | 412 | 873 | 1.411 |
Melilla | 18 | 16 | 5 | 14 | 10 |
País Vasco | 5.348 | 5.972 | 3.113 | 3.310 | 5.144 |
Principado de Asturias | 5.330 | 7.873 | 2.646 | 3.270 | 4.796 |
Región de Murcia | 4.045 | 3.980 | 1.780 | 2.031 | 3.418 |
TOTAL | 249.563 | 260.699 | 106.594 | 136.235 | 164.320 |
Fuente: Ministerio de Cultura (2025b)
Por lo anteriormente descrito se entiende que sería de utilidad conocer la opinión del propio personal profesional de las bibliotecas públicas sobre las actividades culturales, su imbricación en la profesión, los centros y su función.
Con esto, el objetivo de este trabajo es la aproximación al tema desde el punto de vista de quienes ejercen la profesión. Se persigue conocer el valor que otorgan a las actividades culturales, junto a otros aspectos como las modalidades de desarrollo y evaluación de estas o los criterios para configurar la programación cultural. De esta forma se podrá identificar el valor atribuido por el personal bibliotecario a las actividades culturales para sus instituciones y su profesionalidad.
Se puede afirmar que las actividades culturales forman parte de las funciones de la biblioteca pública desde que el modelo anglosajón de las mismas se impuso frente a otras concepciones más elitistas, aunque en ese propio ámbito también se ha dado esa concepción cerrada. Esta presencia puede ser rastreada, por ejemplo, en las bibliotecas de Carnegie y en su diseño, pero ha sido también refrendada por la bibliografía profesional e incluso por las normativas y manifiestos profesionales.
Empezando por estos últimos, observamos que las actividades culturales como función de la biblioteca pública aparecen desde el primer manifiesto UNESCO de 1949, redactado con la colaboración de la IFLA. En él se menciona en particular la organización de exposiciones, debates, conferencias, cursos y películas, tareas propias de la gestión cultural (UNESCO, 1949). Las referencias a las actividades culturales aumentan notablemente en la revisión del Manifiesto que se realizó en 1972 (UNESCO, 1972). El cambio de orientación en el Manifiesto IFLA/UNESCO de 1994 (UNESCO, 1994), continuado por el de 2022 (Krass et al., 2022), es considerable en varios aspectos, entre los que se encuentran las actividades culturales, ya que desaparece toda referencia a las prácticas concretas, citando aspectos genéricos que, por otra parte, requieren de las mismas para ser alcanzados.
Las primeras referencias a las actividades culturales en las directrices de la IFLA aparecen en la edición de 1973 (1974 en español) (IFLA, 1974). Continúa en diferentes ediciones hasta la revisión de las pautas de 2010 (IFLA, 2010) que, en esto, no presenta cambios sustanciales con respecto a las pautas de 2001.
En un orden muy diferente, en la norma para estadísticas de bibliotecas UNE-ISO 2789:2022 aparecen las actividades culturales desde el apartado de definiciones (UNE-ISO, 2022).
En cuanto a la legislación española, la Ley 10/2007 de la Lectura, el libro y las bibliotecas no menciona las actividades culturales expresamente, pero sí encarga en su art. 12.1 a las bibliotecas la promoción de “la difusión del pensamiento y la cultura contribuyendo a la transformación de la información en conocimiento, y al desarrollo cultural y la investigación” (España, 2007). Más claro es el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas (España, 1989), que habla del uso para la promoción de “actividades culturales complementarias” (Artículo 2.b); y dedica un artículo, el 21 a “Otras actividades culturales.”
Con el objetivo de comentar los trabajos más significativos de quienes han considerado las actividades culturales un servicio específico de la biblioteca y no una mera función auxiliar, podemos señalar que González-Díaz-de Garayo (1987) atribuye varias funciones a las mismas y las recomienda como acción preferente.
Consultando los manuales clásicos, dada su representatividad por constituir extractos del saber profesional, Carrión-Gútiez (1990) defendía que las actividades deberían incorporarse al trabajo habitual del personal bibliotecario. De igual forma, en el manual de Luisa Orera se expresa con más claridad la necesidad de incorporar las actividades como un servicio más de la biblioteca:
“Toda biblioteca, y especialmente la pública, tiene que diversificar y ampliar sus funciones tradicionales de conservación y difusión, abriéndose a la sociedad mediante el fomento de actividades culturales” (García-Rodríguez, 1998, p. 289).
La propia Luisa Orera atribuyó más adelante la cualidad de servicio a las actividades culturales (Orera-Orera, 2001). También en 1998, Marie-Pierre Dion opina en un debate que llegaría más tarde a nuestro país: animación sí o no en las bibliotecas públicas (Dion, 1998). Michel Melot, por su parte, afirma que la acción cultural no es, para la biblioteca, una función subsidiaria u opcional, un alma extra. La función de animación no es ocasional sino estructural (Huchet y Payen, 2008). En la misma obra, Emmanuèle Payen afirma que es esencial que las personas bibliotecarias piensen en la acción cultural dentro del marco más amplio de la política de la institución (Payen, 2008).
Desde otro punto de vista, Agnoli presenta las actividades como parte esencial de la biblioteca cuando trata del proyecto de renovación de las bibliotecas públicas italianas (Agnoli, 2014). Y entra en la cuestión expresando su rotunda opinión acerca de la pertenencia de las actividades al núcleo conceptual de la biblioteca pública: “La acción cultural es parte intrínseca y estructural de la institución, sin ella no hay biblioteca, como no hay biblioteca sin libros” (Agnoli, 2014, p. 145).
Un estudio actual sobre el efecto de la pandemia en las bibliotecas públicas habla de las actividades como un servicio más de los centros, aunque se diferencian de las de fomento de la lectura (Romero-Sánchez; Hernández-Pedreño y Gómez-Hernández, 2021). También de forma más o menos reciente, algunos autores y autoras de los Estados Unidos (Norlander et al., 2020) sostienen la opinión de que, conforme las bibliotecas estadounidenses se transforman para satisfacer las necesidades de una nación cambiante, la programación de actividades culturales está pasando a la vanguardia del trabajo bibliotecario diario. Norlander et al. (2020) se basan en un relevante estudio sobre la programación cultural de las bibliotecas públicas impulsado por la American Library Association y Knology (una organización sin fines de lucro) a través de la iniciativa National Impact of Library Public Programs Assessment (NILPPA, 2025).
Como colofón, expondremos las palabras de Kukiolczynski y Liu (2021) quienes, recogiendo las conclusiones de la NILPPA, afirman taxativamente que la programación cultural en las bibliotecas se está convirtiendo en un campo separado de la propia profesión.
La metodología utilizada se basa en un análisis cualitativo de los resultados de una encuesta a 67 profesionales de bibliotecas públicas de la Región de Murcia. Los resultados de la investigación surgen de un examen experimental sobre el valor atribuido por el personal profesional a las actividades.
La gestión de los datos de la encuesta supone el uso de técnicas cuantitativas, aunque en este caso se trate de cálculos simples basados en operaciones aritméticas básicas. De esta forma, se presentan los resultados de un trabajo de campo que investiga la práctica y la opinión del colectivo profesional sobre las actividades culturales. Para ello se ha confeccionado un cuestionario que se aplicó a las personas responsables de bibliotecas públicas municipales de la Región de Murcia, con una metodología de investigación evaluativa que usa herramientas típicas de las ciencias sociales, de carácter tanto cualitativo como cuantitativo. Así, para el análisis se aplica un proceso de reflexión y crítica a partir de una base teórica sobre las actividades culturales en las bibliotecas.
El cuestionario se diseñó con dos tipos de preguntas, las dirigidas a recoger información factual, que obtienen datos cuantitativos, y las que sondean la opinión del personal profesional encuestado, de cuyas respuestas se pueden extraer resultados cualitativos expresados numéricamente, así como de los comentarios subjetivos de las respuestas abiertas.
Las primeras se presentan como preguntas cerradas Sí/No o de tipo Thurstone. Estas preguntas sobre datos se han utilizado para recabar información sobre la presencia y tipos de las actividades culturales realizadas. En las preguntas dirigidas a conocer la opinión de las personas participantes en la encuesta se utilizaron las escalas Likert (1 a 5) y Thurstone. En algunas cuestiones se ha añadido una respuesta abierta (“Otros”).
Con objeto de que los resultados del cuestionario fueran recientes, el período de recogida de muestras comenzó el 15 de enero y finalizó el 20 de febrero de 2024, evitando así que una recogida excesivamente prolongada en el tiempo distorsionara las respuestas.
Las respuestas se recogieron de forma optativa por correo electrónico y vía telefónica tras conocimiento previo del cuestionario, opción preferida por el 71,15 %. La lista de personas receptoras del cuestionario se extrajo de la página web de la Biblioteca Regional de Murcia2, aunque hubo de actualizarse en algunos casos.
Se ha optado por tomar en consideración una doble unidad de muestreo según el tipo de información a recoger: las bibliotecas para datos cuantitativos y las respuestas del personal responsable de las bibliotecas para los cualitativos, ya que hay profesionales de bibliotecas que son responsables de varios centros.
La respuesta sumó 54 bibliotecas sobre el total de 71 en funcionamiento; y 52 responsables de un total de 69 en activo. Son cifras que otorgan relevancia a los resultados. Asimismo, la distribución de respuestas recibidas valida estos resultados como expresión media de las bibliotecas públicas de la comunidad autónoma, disponiéndose de datos de un 80 % de las localidades.
Se decidió excluir de la muestra a la Biblioteca Regional de Murcia por introducir un importante elemento distorsionador, al no ser municipal y presentar características notablemente diferentes de cualquier otro centro del territorio por tamaño, número de profesionales, presupuesto o dirigirse, en teoría, a un público de toda la Región.
Se seleccionó el territorio de la Región de Murcia al cumplir con una serie de factores que lo convierten en una muestra ideal del conjunto nacional:
Homogeneidad como territorio administrativo, ya que la comunidad autónoma de la Región de Murcia es un ente uniprovincial, con un número limitado de municipios (45) y sin agrupamientos poblacionales excesivamente diseminados, lo que facilita que existan servicios de biblioteca en los núcleos principales.
Tamaño muestral suficiente para la validez de los resultados, de acuerdo con la diversidad de situaciones por experiencia y formación profesional previa.
Diversidad sociodemográfica de los municipios en que se ubican las bibliotecas, al haber sido consultadas tanto de municipios pequeños (menos de 5.000 habitantes), medianos (hasta 50.000) y ciudades de más de 50.000 habitantes.
Cantidad total de habitantes significativa.
La encuesta y los resultados obtenidos están disponibles en una hoja de cálculo subidos al repositorio institucional Digitum de la Universidad de Murcia (Quílez-Simón; Gallo-León y Gómez-Hernández, 2025).
En este apartado presentaremos los resultados de la encuesta, donde se sondeó la opinión de las personas profesionales con respecto a la programación de actividades culturales en su biblioteca, además de conocer la tipología de las mismas, si es que existían. Es decir, averiguar qué valor y función les otorgan.
En algunas de las tablas utilizadas para presentar los datos se ha remarcado el fondo de las celdas con los porcentajes más relevantes.
Como se puede ver en la Tabla 2 y para medir el grado de presencia o ausencia de actividades culturales en las bibliotecas, todas las bibliotecas de las que se recibió respuesta las realizan.
Tabla 2. Realización de actividades
¿Realiza actividades culturales en su biblioteca a lo largo del año? | No | % No | Sí | % Sí |
---|---|---|---|---|
¿Realiza actividades? | 0 | 0 % | 54 | 100 % |
En cuanto a las actividades más frecuentes (Tabla 3), se presentó para su elección una serie de actividades frecuentes en las bibliotecas, extraídas de la plantilla utilizada por el Ministerio de Cultura para recoger la estadística de las bibliotecas públicas. Se añadieron cinco ítems por constituir actividades concretas muy predominantes en la programación de las mismas: algunos desagregados de “Literatura y poesía” (“Encuentros con autoras y autores y “Clubes de lectura”), otro de “Cursos, talleres, seminarios, etc.” (por considerar que la categoría “Talleres” engloba generalmente actividades más lúdicas que de formación, muchas veces dirigidas al público infantil) y, finalmente, de “Teatro” (“Cuentacuentos”, una categoría estrella en los centros). También se añadió una categoría de actividades mixtas muy frecuente: “Días especiales” (Día del Libro, de la Biblioteca, de la Paz, etc.). Se añadió al final el apartado “Otras” para dar la posibilidad de incluir actividades que no estuvieran contempladas.
Tabla 3. Actividades más frecuentes
Las actividades más frecuentes son… | No | % No | Sí | % Sí |
---|---|---|---|---|
Cuentacuentos | 5 | 9,26 % | 49 | 90,74 % |
Clubes de lectura | 13 | 24,07 % | 41 | 75,93 % |
Días especiales | 13 | 24,07 % | 41 | 75,93 % |
Encuentros con autores y autores | 23 | 42,60 % | 31 | 57,40 % |
Talleres | 23 | 42,60 % | 31 | 57,40 % |
Formación de usuarios/as | 31 | 57,40 % | 23 | 42,60 % |
Exposiciones | 33 | 61,12 % | 21 | 38,88 % |
Conferencias | 34 | 62,96 % | 20 | 37,04 % |
Recitales | 41 | 75,93 % | 13 | 24,07 % |
Teatro | 41 | 75,93 % | 13 | 24,07 % |
Proyecciones | 45 | 83,33 % | 9 | 16,67 % |
Cursos | 48 | 88,89 % | 6 | 11,11 % |
Otras | 44 | 81,48 % | 10 | 18,52 % |
La actividad de Cuentacuentos es la mayoritaria con una amplia diferencia sobre las demás, aunque también resulta destacable el gran número de clubes de lectura y el aprovechamiento de efemérides y similares.
Por lo que respecta a la casilla “otras”, casi una quinta parte de las personas encuestadas añadieron comentarios en este espacio de respuesta libre. Recogemos aquí los más relevantes y repetidos, agrupados por afinidad:
Algunos que especifican las propuestas: “cinefórum” (proyecciones), “conciertos” (recitales), “espectáculos de magia” (teatro), “charlas de lactancia materna” (conferencias), “visitas escolares” (formación de usuarios/as).
Infantiles: “servicio de ludoteca”, “Pequesábados”, “animación infantil en los parques”.
Concursos: “de microrrelatos”, “de relato corto”, “de dibujo”.
Campañas: “de recuperación de legado sonoro”, “de recuperación de fotografías antiguas”.
Medios de comunicación: “programa semanal en radio”.
Días especiales: “Día del Libro”, “de la Biblioteca”, “de la Mujer y la Niña en la Ciencia”, “de la Infancia”, “para Eliminar la Violencia contra la Mujer”, “8 de marzo”.
Otros: “puntos de encuentros de personas mayores”, “laboratorios ciudadanos”, “punto de información turística”, “regalo de libros”, “encuentro turístico/literario”, “sesiones de arteterapia”.
En este apartado del cuestionario se pretendía extraer la información sobre el valor y utilidad atribuida a la programación cultural por las personas bibliotecarias.
En cuanto a la medición del grado de aceptación de las actividades (Tabla 4), los resultados muestran unanimidad en el elevado interés en las mismas.
Tabla 4. Opinión sobre incremento o mejora de las actividades
Pregunta | No | % No | Sí | % Sí |
---|---|---|---|---|
¿Le parece oportuno incrementar o mejorar las actividades que realiza o puede realizar su centro? | 1 | 1,85 % | 53 | 98,15 % |
En la Tabla 5 se incluyen los resultados a la pregunta sobre la utilidad detectada de la realización de actividades en la biblioteca pública. Esta pregunta resulta determinante para averiguar la utilidad que encuentran las personas bibliotecarias a la realización de actividades en sus centros. Se propusieron 10 ítems de respuesta fijada, seleccionados de entre los más comunes en la literatura profesional, más uno de respuesta abierta para que se añadiera lo que se viera pertinente.
Tabla 5. Utilidad de las actividades
¿Qué utilidad le encuentra a la realización de actividades en la biblioteca pública? Valore de 1 a 5 cada ítem | 1 Ninguna |
2 Poca |
3 Alguna |
4 Bastante |
5 Mucha |
|||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | |
Visibilidad social | 1 | 1,85 | 3 | 5,56 | 2 | 3,70 | 9 | 16,68 | 39 | 72,21 |
Visibilidad en los medios | 5 | 9,26 | 7 | 12,96 | 14 | 25,93 | 6 | 11,11 | 22 | 40,74 |
Búsqueda de nuevos usuarios/as | 2 | 3,70 | 0 | 0 | 8 | 14,81 | 8 | 14,81 | 36 | 66,68 |
Animación a la lectura | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1,85 | 5 | 9,26 | 48 | 88,89 |
Promoción de servicios | 3 | 5,56 | 1 | 1,85 | 8 | 14,81 | 15 | 27,78 | 27 | 50,00 |
Promoción del fondo de la biblioteca | 1 | 1,85 | 2 | 3,70 | 9 | 16,67 | 19 | 35,18 | 23 | 42,60 |
Difusión de cultura general | 1 | 1,85 | 0 | 0 | 8 | 14,81 | 10 | 18,53 | 35 | 64,81 |
Difusión de la cultura local | 1 | 1,85 | 3 | 5,56 | 8 | 14,81 | 14 | 25,93 | 28 | 51,85 |
Contacto con la comunidad | 0 | 0 | 0 | 0 | 6 | 11,11 | 15 | 27,78 | 33 | 61,11 |
Oportunidad de cooperación/colaboración | 4 | 7,40 | 4 | 7,40 | 14 | 25,93 | 15 | 27,78 | 17 | 31,49 |
No se ha resaltado ningún porcentaje porque, sumados los dos grados superiores de las respuestas, 4 y 5, todos los índices superan el 50 % de afirmación y la mayoría de ellos se sitúan en entorno al 80 %.
De ese modo, las funciones que las personas bibliotecarias señalan como las más útiles son, en orden creciente, la búsqueda de nuevos usuarios y usuarias (81,49 %), la difusión de cultura general (83,34 %), el contacto con la comunidad (88,89 %) y la visibilidad social del centro (88,89 %), quedando muy por encima de todas ellas la animación a la lectura con un 98,15 %. La que muestra una menor valoración es la oportunidad de cooperación o colaboración y, a pesar de ello, alcanza un 59,27 %.
Esta pregunta ofrecía también una opción para expresar otras ideas que no se contemplaran en la parte cerrada de la cuestión. Entre los comentarios más relevantes encontramos:
“Las actividades culturales son estímulo para los profesionales de la biblioteca”.
“Creación de tejido social alrededor de la cultura en un entorno de no consumo”; “Creación de capital social”; “Aumento de la cohesión social”.
“Atenuación del sentimiento de soledad no deseada”.
“Aumento de los grados de sororidad en la comunidad, generación de empatía comunitaria”.
“Aumento de la autoestima”; “Mejora de la salud mental”.
Por otro lado, los resultados de la Tabla 6 se basan en analizar el grado de desacuerdo y acuerdo en las cuestiones planteadas. Con esta pregunta múltiple se pretendía averiguar la opinión de la profesión con respecto a dos aspectos relevantes para la investigación: si consideran que las actividades culturales son parte de la función de la biblioteca y del perfil profesional de las personas bibliotecarias.
Tabla 6. Opinión sobre actividades
Valore de 1 a 5: | 1 Total desacuerdo |
2 | 3 | 4 | 5 Total acuerdo |
|||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | |
Las actividades son parte esencial de la actividad de la biblioteca pública | 0 | 0 | 0 | 0 | 4 | 7,40 | 3 | 5,56 | 47 | 87,04 |
Las actividades son parte del perfil del profesional de las personas bibliotecarias | 2 | 3,70 | 2 | 3,70 | 5 | 9,26 | 18 | 33,34 | 27 | 50,00 |
Como puede verse, en las respuestas a ambas cuestiones existe una conformidad mayoritaria con las frases, destacando la primera con más de un 90 % en el sumatorio de las puntuaciones 4 y 5 y quedando en un 83,34 % la inclusión de la realización de actividades en el perfil de las personas bibliotecarias.
También interesaba conocer la opinión de las personas responsables de las bibliotecas en cuanto a cuál es la necesidad más acuciante para aumentar y mejorar su programa de actividades (Tabla 7). Los porcentajes están calculados sobre 53 respuestas porque una de las personas encuestadas respondió que no le parecía oportuno incrementar o mejorarlas.
Queda claro que los problemas para su realización son presupuestarios y de personal principalmente. Al hilo de este resultado se puede añadir la reveladora declaración de una persona bibliotecaria: “esta biblioteca lleva tres años sin apenas presupuesto para actividades y sin posibilidad de realizar más que las visitas concertadas con centros educativos y las tertulias literarias”.
Tabla 7. Necesidades para la realización de actividades
Priorice sus necesidades valorando de 1 a 5 la importancia de cada recurso | 1 No necesario |
2 | 3 | 4 | 5 Imprescindible |
|||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | Nº | % | |
Más presupuesto | 2 | 3,77 | 0 | 0 | 3 | 5,66 | 7 | 13,21 | 41 | 77,36 |
Más personal | 6 | 11,32 | 3 | 5,66 | 2 | 3,77 | 13 | 24,53 | 29 | 54,72 |
Más formación | 14 | 26,42 | 5 | 9,43 | 12 | 22,64 | 10 | 18,8 7 | 12 | 22,64 |
Más colaboraciones externas | 19 | 35,84 | 8 | 15,10 | 8 | 15,10 | 9 | 16,98 | 9 | 16,98 |
Más voluntarios | 30 | 56,60 | 6 | 11,32 | 8 | 15,10 | 4 | 7,55 | 5 | 9,43 |
Como en preguntas anteriores, se ampliaron las respuestas en la sección “Otros”. Las más interesantes fueron:
“Más empeño en reforzar el papel de las bibliotecas como centros culturales y sociales de sus respectivas comunidades”.
“Mayor interés por parte de los órganos de decisión políticos del ayuntamiento”.
“Necesidad de más espacio, horarios más amplios y personal que cobre por ello”.
“Compartir recursos (ideas, carteles, materiales, presupuestos…)”.
“Mayor implicación de la Biblioteca Regional”.
“Personal especializado”.
Los resultados corroboran la profusión de actividades culturales, pero también que no siempre se realizan únicamente con la voluntad de mejora social que sería esperable, sino que también se tiene en consideración el impacto de visibilidad de la biblioteca o las limitaciones presupuestarias existentes, que inducen a programar las de menor coste.
De los datos expuestos podemos inferir que las actividades culturales están presentes en todas las bibliotecas, en línea con lo que indica la estadística del Ministerio de Cultura. Difícilmente se puede aportar una evidencia mayor sobre la importancia de las actividades culturales en las bibliotecas. Aun así, debemos señalar que es probable que, a pesar de la amplitud de la muestra, precisamente falten las respuestas de quienes no realizan actividades.
Los análisis de bibliografía y grandes declaraciones de las principales instituciones bibliotecarias señalan la importancia de estas actividades para las bibliotecas públicas, incluso como aspecto nuclear de sus servicios. También las normativas, tanto legales como los estándares, quizá por razón de que estas siempre van detrás de la práctica.
Por ello, las actividades parecen ir más allá de ser un mero adorno, pero el valor dado a estas para la visibilidad social y la promoción quizá podrían poner en duda que sean siempre consideradas como un eje de la biblioteca por algunas personas profesionales del sector.
Sin embargo, más allá de la opinión publicada por expertas y expertos, en la encuesta realizada un 87,04% de las personas bibliotecarias consideran que las actividades son una parte esencial de la actividad de sus centros, llegando al 92,6 % si contamos con la segunda puntuación más alta. Se puede considerar un resultado casi irrefutable y perfectamente trasladable al conjunto de la profesión, al menos en nuestro país.
Igualmente, se puede señalar la evidente y consecuente vinculación con la profesión, al nivel de tareas técnicas/descriptivas, identificadas normalmente con la misma. Así, la mitad de las personas encuestadas otorgaron la máxima puntuación a la consideración de las actividades como parte de su perfil profesional. Además, se percibe, especialmente por las respuestas abiertas, que estas actividades también mejoran la satisfacción con el desempeño profesional.
Por lo que respecta al tipo de actividades, las más frecuentes, a distancia de las demás, son los cuentacuentos infantiles, los clubes de lectura y la celebración de días especiales (del Libro, de la Mujer, etc.). Estos últimos suelen ser combinaciones de otros tipos. Los encuentros con autores y autoras y los talleres suelen ser también mayoritarios, con su realización en más del 50 % de bibliotecas. Relativamente frecuentes son las exposiciones y las conferencias, presentes en más de un tercio de los centros. Menos habituales, pero todavía con presencia en una cuarta parte de las bibliotecas, son los recitales y las actividades teatrales. Cierran la lista las proyecciones y los cursos, con una programación muy limitada.
Podría ser interesante dedicar un trabajo específico a la búsqueda de las razones de la distribución tipológica de las actividades, con los cuentacuentos infantiles, los clubes de lectura y la celebración de días especiales a distancia de las demás. No cabe en esta comunicación sin entrar en meras especulaciones, pero cabe cuestionarse si se realizan en función de demandas, con el objetivo de mejorar el entorno comunitario o simplemente por la facilidad de organización de estos eventos o simple imitación. Probablemente sea la combinación de estos y más factores.
La fiebre por los “días de” nos afecta a todos y todas y este tipo de aprovechamiento de las oportunidades suele ser efectivo. Es más, si no se hace nada uno de esos días, particularmente el del Libro, parece que la biblioteca no está cumpliendo sus funciones plenamente, lo que por otra parte refuerza la argumentación que estamos desarrollando. En cuanto a otras actividades, como los cuentacuentos, se trata de una actividad básica de animación a la lectura, especialmente enraizada y muy vinculada con la colaboración con centros educativos. Los clubes de lectura se muestran especialmente satisfactorios y han vivido un enorme desarrollo en las últimas décadas, creemos que principalmente por imitación de casos de éxito.
En cuanto a las necesidades para mejorar la programación cultural, la mayoría prioriza el aumento de presupuesto y de personal del centro, con un 96,23 % y un 83,02 % respectivamente si sumamos los porcentajes entre los valores medios y la puntuación máxima. No podemos obviar que probablemente responderían de la misma forma a cualquier cuestión sobre necesidades, pues siempre el presupuesto y el personal es la limitación fundamental. Resulta también muy significativo que la necesidad de formación obtenga un 64,15 %.
Tanto las personas especialistas como las bibliotecarias y los bibliotecarios consideran la programación cultural como un servicio más de la biblioteca y las actividades culturales como parte de la labor profesional, siendo una práctica habitual y casi masiva.
La atención creciente hacia la programación de actividades parece proceder en parte de la necesidad de compensar la reducción del impacto de otros servicios como el préstamo y la reducción de presupuestos para acometer otros proyectos más ambiciosos.
Este esfuerzo no se realiza de la forma más idónea al estar condicionado por factores como la escasa financiación. La distribución de actividades las pone en relación con su facilidad para realizarlas (presupuestariamente, organizativamente, en función de los conocimientos adquiridos y de la disponibilidad de espacios adecuados), la consideración de las mismas como más cercanas a lo que es la misión clásica de una biblioteca o la pura imitación.
Frente a esto, se propone que este esfuerzo programador se conecte de una manera más planificada con las necesidades comunitarias, pues, aunque se consiga la pretendida presencia o impacto social, no tiene un sentido pleno si no se vincula con el resto de las funciones y con la propia razón de ser de la biblioteca pública.
Al mismo tiempo debe ayudar a potenciar el resto de los servicios ofertados. Una programación cultural adecuada es un elemento inestimable para la consecución de las metas de las bibliotecas públicas.
Se concluye que hay una fuerte voluntad de que la biblioteca pública juegue un rol relevante como centro cultural de la comunidad, al que las personas profesionales se entregan con una fuerte determinación. Para ello, entre otras cosas, se realizan actividades culturales, pero no siempre conforme a la función de la biblioteca. No obstante, estas tienen un impacto real en la sociedad y en quienes ejercen la profesión de bibliotecaria o bibliotecario.
Finalmente, una vez revisado el punto de vista profesional, se propone la apertura de futuras líneas de investigación complementarias que investiguen la visión que sobre el asunto tienen los usuarios y usuarias y los responsables administrativos y políticos de la programación cultural en bibliotecas.
Pedro Quílez-Simón: Conceptualización; Análisis formal; Investigación; Metodología; Recursos; Visualización; Redacción - borrador original y Redacción - revisión y edición.
José-Pablo Gallo-León: Conceptualización; Metodología; Validación; Redacción - borrador original y Redacción - revisión y edición.
José-Antonio Gómez-Hernández: Conceptualización; Metodología; Administración del proyecto; Supervisión; Validación y Redacción - revisión y edición.
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Por ejemplo, el informe no aporta información diferenciadora sobre su tipología: “no se diferencia si son culturales, educativas, de ocio, tecnológicas, conmemorativas, de divulgación científica, debate político y ciudadano o acción social” (Arroyo-Vázquez; Hernández-Sánchez y Gómez-Hernández, 2019, p. 41), ni sobre su entidad, por lo que podrían igualarse una exposición, que necesita determinados recursos y que extiende su acción en el tiempo, con una mera sesión de club de lectura, mucho menos compleja.; volver al texto
Acceso desde: https://bibliotecaregional.carm.es/; volver al texto