CON-TEXTOS KANTIANOS.
Sobre la antropología moral de Kant On Kant's Moral Anthropology LUCIANA MARTÍNEZ
Universidad de Buenos Aires, Argentina
El punto de partida de la investigación de Anna Wehofsits que se exhibe en este libro es el reconocimiento de dos proyectos contenidos en la ética kantiana. Por un lado, el proyecto de buscar una fundamentación a priori de la moral. Por el otro, el proyecto de fundar una antropología moral. Para la autora, se suele considerar el primer proyecto como la totalidad de la propuesta, ignorando con ello la parte empírica de la filosofía práctica de Kant, que se desarrolla en textos tardíos del filósofo. Ciertamente, los desarrollos argumentativos de Kant en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres y en la Crítica de la razón práctica se centran en el primer proyecto.
Pero eso no significa que pueda comprenderse el sentido substancial del deber moral y de los fines morales sin conocimiento de sus momentos empíricos. La realización del deber moral y sus condiciones empíricas también son aspectos importantes de la ética kantiana. Su investigación, sin embargo, no se encuentra desarrollada de manera sistemática en ninguno de los textos publicados por el filósofo. Por este motivo, se requiere un "trabajo de
detective", que recorra textos como la Metafísica de las costumbre, la Antropología en sentido pragmático y los apuntes de clase, para estudiar los elementos del segundo proyecto de la ética de Kant. Tal es la tarea emprendida por Wehofsits. En particular, esta autora se ocupa de aspectos emocionales que están en el suelo de la acción moral y de la formación del carácter.
El libro contiene diez capítulos, distribuidos entre una breve introducción y dos partes principales. En el primer capítulo, incluído en la introducción, la autora desarrolla la noción de una antropología moral. Para ello, distingue esta antropología de la antropología pragmática, que se expone tanto en el libro con este título como en los apuntes de lecciones a los que tenemos acceso. La autora presenta una caracterización del carácter pragmático de la Antropología, si bien no es enfática respecto de la diferencia entre ésta y una posible Antropología empírica.
La primera parte del libro se titula "Hindernisse. Affekte und Leidenschaften" y contiene, a su vez, cinco capítulos. El primero de ellos trata sobre el optimismo racional y el pesimismo fundado en la experiencia. El pesimismo empírico, señala la autora, se vincula, por un lado, a las determinaciones de la vida social, cuya caracterización por parte de Kant contiene argumentos rousseaunianos, y, por el otro lado, a las determinaciones biológicas de los hombres. Unas y otras se presentan, en la filosofía de Kant, como amenazas u obstáculos para la conducta moral. Junto con ellos, empero, el filósofo indica la posibilidad de la buena acción, que se encuentra basada en el carácter racional de los hombres. La autora analiza en este capítulo cómo se caracterizan el pesimismo y el optimismo kantiano, y cómo se relacionan entre sí.
En el segundo capítulo de la primera parte del libro, que es el capítulo 3 del libro, la autora presenta algunas precisiones conceptuales que son centrales para su argumentación. Específicamente, se demora en la distinción entre emociones (Affekte) y pasiones (Leidenschaften)1. Las primeras consisten en sentimientos (Gefühle) de corta duración que no controlamos. Las emociones corresponden, pues, al sentimiento y pueden obstaculizar la libertad. Las pasiones, en cambio, son inclinaciones (Neigungen) que no controlamos. Pertenecen a la facultad volitiva, y cancelan la libertad.
1 Seguimos la traducción de los términos recogida en el Diccionario de la filosofía crítica kantiana,Buenos Aires: Colihue, 2017.
El cuarto capítulo del libro de Wehofsits contiene dos subsecciones. En la primera de ellas la autora analiza dos aspectos del tratamiento de las emociones en los textos de Antropología que causan incomodidad en el lector. En primer término, señala, Kant analiza las emociones en una sección del texto en el que no corresponde estudiar ese tipo de sentimientos. En segundo lugar, añade, utiliza un lenguaje metafórico en exceso, en su opinión. Específicamente, estas metáforas se refieren al ámbito temático de la salud y la enfermedad. La segunda sección del capítulo se demora, precisamente, en el uso kantiano de las metáforas para tratar tanto las emociones como las pasiones.
El quinto capítulo se concentra en el análisis de las emociones. Contiene cuatro partes. En la primera de ellas, la autora especifica los dos sentidos en los que las emociones resultan sentimientos incontrolables. Por un lado, las emociones surgen con idependencia de nuestra voluntad, es decir: son sorprendentes e imprevisibles. Además, disminuyen nuestra capacidad de tomar decisiones morales de manera reflexiva. En la segunda parte del quinto capítulo, la autora analiza la visión ambivalente de la apatía, es decir la falta de emociones, que se desarrolla en los textos kantianos y que parece seguirse de la visión negativa de los sentimientos para la conducta moral. En la tercera parte, Wehofsits desarrolla su tesis según la cual algunas emociones tienen efectos positivos para Kant. En particular, la autora exhibe algunos ejemplos kantianos en los que las emociones resultan provechosas para los hombres. En la última sección del capítulo, luego de señalar que esos ejemplos ilustran que para Kant no es el caso que todos nuestros sentimientos puedan recusarse desde un punto de vista moral y que, más aún, ellos conllevan beneficios para los hombres, la autora se ocupa de las condiciones para la alteración de los patrones de esos sentimientos.
El tema del siguiente capítulo son las pasiones. El punto de partida de la autora es el siguiente: si Kant es ambivalente con respecto a las emociones, su visión de las pasiones es inequívocamente negativa. Ahora bien, prosigue, esta visión hace evidente que "pasiones" es un término técnico en Kant, quien no las entiende en el mismo sentido que la tradición precedente. Para el filósofo de Königsberg, las pasiones estaban vinculadas a una peculiar relación entre la razón y la sensibilidad. El problema de ellas estaba dado más por la corrupción de la razón que por la incidencia de la sensibilidad que ellas involucran. El capítulo tiene cuatro partes. En las dos primeras, la autora estudia la concepción kantiana
de las pasiones y del autoengaño (Selbsttäuschung). En las otras dos presenta una caracterización detallada de las pasiones singulares y evalúa las ventajas y las desventajas de esa visión de las pasiones.
La segunda parte del libro se titula "Hilfsmittel. Der moralische Schein, Charakterbildung und Mitgefühl". El primero de los capítulos de esta parte se ocupa de la apariencia ilusoria (Schein) moral. Las fuentes en las que se basa el desarrollo de esta seción son la Antropología, la Metafísica de las costumbres y la Crítica de la razón pura. El texto de Wehofsits parte de una consideración de la sociedad, por parte de Kant, como una suerte de teatro, en el que ciertos sentimientos y pasiones deben ser controlados. En ella, los hombres efectúan un engaño que consiste en simular algunas inclinaciones y ocultar otras. Ese engaño no es, para Kant, moralmente reprochable. Uno de los temas que desarrolla la autora es, precisamente, el de la coherencia entre ese juego de roles en el que no siempre los hombres son transparentes, por un lado, y la determinación racional, es decir la libertad, de esos hombres, por el otro. La conclusión a la que llega en esa investigación es que, para Kant, la apariencia ilusoria moral es, a fin de cuentas, un recurso provisorio y externo para preparar, de manera pasiva, el proceso de la moralización de los hombres.
El octavo capítulo de este libro se titula "Charakterbildung". En primer lugar, en él, la autora rastrea los diversos sentidos que tiene el concepto de carácter en las fuentes kantianas. En segundo término, analiza los conceptos de "Seelenstärke" y "Seelengüte", que permiten diferenciar el carácter de quien procede según principios arbitrarios, del de quien no tiene ningún fundamento para su acción. Además, la autora discute cuál de los dos resulta menos inaceptable en la ética kantiana. En el estudio de la formación (Bildung) del carácter, encuentra el recurso a dos imágenes que se contraponen. Éstas son, a saber, la imagen de la revolución y la de la Reforma. Por último, se ocupa de la educación (Erziehung) del carácter y de las dos formas de esa educación que se desarrollan en los textos kantianos.
El capítulo intitulado "Mitgefühl" comienza precisamente con un aspecto del tratamiento de la reforma del carácter. Esa reforma está referida, en principio, a la forma de pensar (Denkungsart) de los hombres. Ahora bien, hay pasajes en los que Kant sugiere la posibilidad de reformar su manera de sentir (Sinnesart). En la siguiente sección del texto,
la autora analiza la noción de los deberes indirectos, entre los que menciona la simpatía. En esta sección se desarrollan elementos interesantes, como algunos aspectos de la doctrina de la felicidad y una discusión de la interpretación de Hans Timmermann de la doctrina de los deberes indirectos. Luego, la autora estudia la simpatía y su relación con la moral. Entre otras cosas, la simpatía se presenta como un medio para alcanzar la felicidad de los otros, que es un deber nuestro. Además, analiza la noción de empatía en Kant y las funciones que tiene en su filosofía.
El décimo capítulo se titula "Selbsterkenntnis als Process". En él, la autora recapitula acerca del significado que tiene para la ética kantiana la necesidad de cultivar el carácter moral y el modo como esto puede llevarse a cabo. Para Kant, hay elementos que nutren ese carácter moral y elementos que, por el contrario, lo obstaculizan. La investigación del último capítulo de este libro se refiere, precisamente, al modo en el que el autoconocimiento puede incidir en esas determinaciones del carácter moral. Cultivar el carácter implica, por una parte, restringir aquellas determinaciones que lo limitan, pero también, por otro lado, estimular aquellas determinaciones que lo nutren. Hay que advertir que, para la autora, el autoconocimiento que facilita esto no es un conocimiento abstracto, sino que resulta de una práctica activa por parte del hombre.
Como se hace evidente en esta suscinta presentación, el libro de Anna Wehofsits recorre numerosos aspectos de la antropología moral. Estos elementos son de naturaleza empírica y no se tienen en cuenta si la investigación se restringe a la doctrina crítica del filósofo. Pero, como muestra la autora, ellos son ineludibles en una interpretación satisfactoria de la ética de Kant. La investigación de Wehofsits es detallada y prolija, y basa sus argumentos en un recorrido minucioso de las fuentes. Los temas que la atraviesan son interesantes y no tan frecuentes en la literatura kantiana clásica. El texto es, en pocas palabras, una contribución fecunda y de gran provecho para los investigadores de la filosofía.