CON-TEXTOS KANTIANOS.
Concerning Kantian Cognitive Dualism. A non-conceptualist Analysis of the Heterogeneity between Sensibility and Understanding in the Critique of Pure Reason
Universidad de Buenos Aires/CONICET, Argentina
Es sabido que uno de los pilares de la teoría gnoseológica kantiana se encuentra en su doctrina de la heterogeneidad de las facultades de conocimiento. En efecto, en uno de los pasajes más conocidos de la Crítica de la razón pura puede leerse que las facultades de la sensibilidad y del entendimiento, nacidas de una desconocida fuente común, tienen funciones absolutamente diferentes entre sí: mientras la receptividad de las intuiciones es la tarea propia de la sensibilidad, al entendimiento —facultad de la espontaneidad— corresponde pensar los objetos que le son dados mediante aquella (KrV, B29/A15). Una metáfora biológica expresa emblemáticamente esta doctrina: sensibilidad y entendimiento deben ser considerados “dos troncos del conocimiento humano, que quizás broten de una raíz común”, raíz que sin embargo permanece “desconocida para nosotros” (ibid.). Ahora bien, tanto la distinción y aislamiento de ambas facultades de conocimiento como su cooperación resultan imprescindibles tanto para analizar correctamente los elementos que
1 Universidad de Buenos Aires – Instituto de Filosofía “Dr. Alejandro Korn”. E-mail de contacto : marcosthisted@gmail.com
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intervienen en el conocimiento de la experiencia como para explicar su posibilidad. No obstante, dada la heterogeneidad que media entre ambas facultades, la explicación no ya de la necesidad de la cooperación conjunta, sino del modo en que puede efectuarse esta cooperación —la aplicación de una (el entendimiento) a la otra (la sensibilidad)— requiere dar cuenta de un tercer elemento mediador entre sensibilidad y entendimiento: el esquema transcendental, producto de la imaginación transcendental. Es así que la postulación del denominado “dualismo cognitivo kantiano” entre sensibilidad y entendimiento exige recorrer el arco que va de doctrina de la heterogeneidad de ambas facultades, el reconocimiento de su aislamiento, la legitimación de su necesaria cooperación, hasta la explicación del modo en que esta cooperación puede realizarse. Este marco temático, y los problemas que le son característicos, constituyen el contexto en el que se desarrolla Kant und die Heterogeneität der Erkenntnisquellen, investigación efectuada por Mathias Birrer para su tesis de habilitación bajo la dirección de Dieter Heidemann (Universidad de Luxemburgo), cuyo material aquí se publica en una “versión revisada en varias direcciones”. Y, si bien el foco del análisis de Birrer está puesto en “la mediación entre los elementos intelectuales y sensibles de las facultades de representación y de conocimiento humanas” (Birrer 2017, p. 308), que se trata específicamente en el Schematismuskapitel, la obra lleva a cabo un enjundioso análisis de aquellos capítulos de la Crítica de la razón pura que preludian su tratamiento (particularmente, en el análisis de la temporalidad en la Estética Transcendental y de la síntesis de la imaginación transcendental en la Deducción Transcendental “B”).
Si bien hay consenso entre los estudiosos de la filosofía de Kant respecto de la relevancia que tiene la doctrina de la heterogeneidad de las facultades de conocimiento para el idealismo crítico, ese acuerdo culmina cuando se trata de determinar el significado y delimitación de las principales tesis involucradas por esta doctrina. Esto vale en especial para el problema, particularmente controversial, del sentido y alcance que debe darse a la distinción tanto de la sensibilidad y el entendimiento, como de sus representaciones características, las intuiciones y los conceptos puros. Es precisamente esta la cuestión que aborda M. Birrer en su investigación. En efecto, el autor parte de la siguiente crítica, válida tanto para los estudios contemporáneos como también tradicionales: a saber, que en la evaluación de la función de la sensibilidad –y de sus representaciones sensibles, las intuiciones- ha sido menoscabada en su autonomía e independencia, colocándola frecuentemente bajo la sujeción del entendimiento (Birrer 2017, p. 309).
A contrapelo de esta concepción dominante de la Kantforschung, y mediante el tratamiento de diversos temas característicos de la teoría del conocimiento kantiana (el problema del status del tiempo en la Estética Transcendental, del sentido interno, de la autoafección, etc.), extraídos de los distintos capítulos de la Crítica de la razón pura y analizados al detalle, y a partir de discusiones sostenidas con otros intérpretes (en cada uno de los tópicos estudiados dedica Birrer un apartado o más a la discusión y polémica con otros estudiosos de la Kantforschung), el autor pretende fundamentar la siguiente hipótesis: que el contenido intuitivo que aportan las representaciones originadas en la sensibilidad es ínsitamente autónomo e independiente de todo aporte que ulteriormente pueda provenir del
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entendimiento. Como defensa y explicitación de esta interpretación, Birrer encuentra un inestimable apoyo –y también, sin lugar a duda, una clave hermenéutica- en el no- conceptualismo contemporáneo.
Kant und die Heterogeneität der Erkenntnisquellen se divide en nueve capítulos. El primero de ellos (“Einleitung: Das Schematismuskapitel und das Heterogenitätsproblem”) trae una introducción general a la problemática tratada en la obra; los restantes ocho capítulos se distribuyen en tres partes. Las dos primeras tienen como propósito introducir, desde diferentes puntos de vista, la problemática central de la investigación, que es abordado en la última parte: el problema de la mediación entre las representaciones sensibles e intelectuales.
En la Parte Primera (“Ein kognitiv dualistischer Non-Konzeptualismus?”) se define el problema de la heterogeneidad de las facultades como clave para la comprensión del “dualismo cognitivo” kantiano y se establece una significativa analogía entre la concepción crítica de la autonomía de la sensibilidad con la tesis del no-conceptualismo contemporáneo. Establecido el problema de la heterogeneidad de las facultades, la Parte Segunda (“Die transzendentale Synthesis der Einbildungskraft als Selbstaffektion”) se ocupa, por un lado, de su aislamiento y, por otro, de su necesaria cooperación, recurriendo para ello al análisis textual de los principales tópicos de la Estética Transcendental y de la Deducción (B) de las Categorías, a la luz del concepto de autoafección. Por último, en la Parte Tercera (“Die Heterogenität im Schematismuskapitel”) se encara el problema de la mediación entre ambas facultades, a partir de un análisis minucioso del capítulo del Esquematismo, teniendo siempre como guía la función de la sensibilidad y la tesis de la autonomía e independencia del aporte sensible para el conocimiento.
Veamos con un poco más de detalle cada una de las partes que integran Kant und die Heterogeneität der Erkenntnisquellen.
Del análisis de determinados pasajes de la Crítica de la razón pura en los que Kant explícitamente se refiere a la “doctrina de las dos ramas del conocimiento” pueden extraerse —se sostiene en “Kants Lehre des kognitiven Dualismus”, el segundo capítulo de la obra de M. Birrer— los lineamientos generales del “dualismo cognitivo” kantiano. Birrer los organiza y sistematiza en cinco tesis, tres de las cuales se refieren a la relación que sensibilidad y entendimiento mantienen entre sí (irreductibilidad; cooperación; aislamiento), mientras que las otras dos definen características propias de cada facultad (originariedad del contenido representacional; incognoscibilidad de su raíz común). En efecto, la Irreduzibilitätsthese sostiene que “las funciones de la sensibilidad y del entendimiento no pueden ser adoptadas mediante la otra facultad, ni es posible mediante la facultad del entendimiento una intuición inmediata del objeto, ni tampoco es posible mediante la facultad sensible el pensamiento del objeto” (Birrer 2017, p. 43). Según la Kooperationsthese, por su parte, “el conocimiento humano en sentido propio descansa esencialmente en un trabajo conjunto de las funciones de la sensibilidad y el entendimiento, el cual depende de la función del conocimiento de intuición y concepto” (ibid.). De la Isolierbarkeitsthese se desprende que debe clasificarse cuidadosamente el rol
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que la sensibilidad y el entendimiento desempeñan en el conocimiento. Según la tesis de la Ursprünglichkeit der Vorstellungsinhalte “sensibilidad y entendimiento cada una de ellas portan a priori (originariamente) su propio contenido representacional” (ibid.). Por último, la Unerkennbarkeitsthese sostiene que “el origen del dualismo de las dos ramas no es completamente alcanzable para el conocimiento humano” (ibid.).
De esta manera, queda delineada en sus contornos esenciales la concepción kantiana del dualismo de las facultades de conocimiento. Ahora bien, según Birrer existe una estrecha relación entre esta doctrina kantiana y el debate contemporáneo respecto de “la existencia y modo de interpretación del contenido no conceptual de las representaciones en la teoría del conocimiento contemporánea, en la filosofía de la percepción y del espíritu” (Birrer 2017, p. 44). En “Konzeptualismus und Non- Konzeptualismus”, el tercer capítulo de la obra, se reconstruyen y sistematizan las dos principales corrientes de este debate, poniendo especial acento en el modo en que cada una de ellas interpreta el dualismo cognitivo kantiano, para luego clasificar distintas variantes de la vertiente no-conceptualista, cuya matriz común es la tesis del carácter autónomo e independiente de las representaciones sensibles (Birrer 2017, p. 67). Esta clasificación, que incluye varias opciones posibles, permite al autor identificar a la doctrina kantiana con una versión “dura” del no-conceptualismo, en la medida en que —siempre según Birrer— puede adscribirse a Kant “una diferencia esencial entre el contenido conceptual y el no- conceptual” (p. 96).
La Segunda parte (“Teil II: Die transzendentale Synthesis der Einbildungskraft als Selbstaffektion”) considera el resultado alcanzado en los capítulos previos —a saber, el reconocimiento del carácter no-conceptual de las intuiciones puras de la sensibilidad— como un punto de partida para el análisis de la Estética Transcendental y la Deducción Transcendental de las categorías (más específicamente: el segundo tramo de la versión de 1787, la denominada “Deducción B”). Ahora bien, un aspecto peculiar del recorrido que propone Birrer en esta Segunda Parte consiste en considerar al concepto de auto-afección como el hilo conductor de su análisis. El fundamento de esta elección es tanto polémico (se trata de mostrar aquí la inadecuación de la concepción de la heterogeneidad de las facultades según la corriente conceptualista, como explicación de la doctrina de la auto- afección) como sistemático (en este segundo sentido, la principal tarea es explicar, paso a paso, cómo la tesis de la autonomía de la sensibilidad y de sus representaciones respecto del entendimiento es consistente con la doctrina de la auto-afección). M. Birrer sigue meticulosamente este camino: primero, mediante un análisis focalizado en la noción de tiempo en la Estética Transcendental y su relación con el sentido interno (Capítulo 4: “Die Anschauungshaftigkeit der Zeit und der innere Sinn”), como presupuesto necesario para el tratamiento del problema de la auto-afección en la Deducción transcendental; luego, a partir de la indagación respecto de su “lugar sistemático […] dentro de la estructura de la argumentación de la Deducción B” (Capítulo 5: “Der zweite Schritt der B Deduktion als locus der Selbstaffektion”). Una vez delimitado el lugar y la función de la doctrina de la doble afección, se trata de establecer cómo ella adquiere una “función fundacional”, por un lado, para la “doctrina del ‘doble yo’ (Capítulo 6: “Die Lehre des doppelten Ich”), y, por
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otro, para la distinción entre forma de la intuición e intuición formal (Capítulo 7: “Selbstaffektion und die formale Anschauung der Zeit”).
El objeto de estudio de la Tercera —y última— parte de la obra es el capítulo sobre el esquematismo transcendental (“Teil III: Die Heterogenität im Schematismuskapitel”). Son bien conocidas para el asiduo lector de la filosofía de Kant las dificultades que depara al intérprete este “arte escondida en las profundidades del alma humana” mediante el cual debe explicarse cómo el esquematismo transcendental hace posible la aplicación de los conceptos puros del entendimiento a los fenómenos. La importancia que Birrer asigna a esta última etapa de su investigación depende de la valoración positiva bajo la cual considera al Schematismuskapitel: lejos de ser una mera repetición de los temas tratados en la Deducción transcendental, en él se alcanzaría una nueva comprensión del significado de la relación entre sensibilidad y entendimiento. Tal novedad descansa en la perspectiva que inaugura la facultad de juzgar. El foco del análisis de Kant und die Heterogeneität der Erkenntnisquellen se mantiene también en esta última etapa: una vez más la clave interpretativa consiste en la confirmación de la tesis de la autonomía e independencia del contenido sensible. En efecto, aquí, en el caso del esquematismo transcendental, se trata de establecer que la mediación entre las representaciones sensibles y las intelectuales, posibilitada por los esquemas transcendentales, no implica menoscabo alguno para la autonomía de la sensibilidad. En palabras del autor: “[u]na solución [Lösung] al problema de la heterogeneidad no supone una disolución [Auflösung] de la heterogeneidad, sino una disolución del problema fundamental (…) mediante una mediación de los elementos heterogéneos” (Birrer 2017, p. 288).
El análisis dedicado al Schematismuskapitel abarca los dos últimos capítulos. En el primero de ellos, “Architektonische Bedeutung des Schematismuskapitel”, Birrer analiza cuál es el contexto en el que se presenta el esquematismo transcendental (a saber, la relación que esta pieza argumental guarda con la Deducción transcendental —A y B—, y fundamentalmente la función que desempeña en el marco de la Analítica de los Principios), y cuáles son los principales temas que en él se tratan; para luego proceder a una evaluación general del capítulo en su conjunto. Por su parte, el último capítulo de la obra (“Das Schema als transzendentale Zeitbestimmung) está dedicado al “análisis de la determinación transcendental del tiempo dentro del problema de la heterogeneidad entre la sensibilidad y el entendimiento” (p. 269). Birrer divide la cuestión en dos tópicos: por un lado, se investiga el significado mismo de la heterogeneidad dentro del Schematismuskapitel y, luego, por otro, se dedica al análisis de la determinación transcendental del tiempo.
Diversas son las razones que hacen de Kant und die Heterogeneität der Erkenntnisquellen una obra valiosa para el estudio de la filosofía teórica de Kant. Por un lado, la elección del tema sobre el que gira la investigación: en efecto, si bien es cierto que el problema de la heterogeneidad ha sido tratado en los principales estudios sobre la filosofía de Kant, no menos cierto es que rara vez ha sido objeto de una investigación específica sobre sus supuestos, las tesis subyacentes y las distintas concepciones que sobre
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ella se tienen. Por otra parte, se trata de un estudio sumamente actualizado, ya que su autor se ha encargado de sistematizar las distintas posiciones (clásicas y contemporáneas) que sobre cada uno de los tópicos tratados, mediante una clara presentación, no exenta de puntos de vista controversiales, y ocasionalmente polémicos. Last but not least, la novedosa perspectiva exegética elegida por el autor (el no-conceptualismo como clave de interpretación del dualismo cognitivo kantiano) ofrece una mirada renovada sobre los clásicos temas de la filosofía de Kant, destacando su vigencia.
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