Acerca de las diferencias y las relaciones entre las
concepciones kantianas de la psicología empírica y la antropología pragmática
On the differences and relationships between Kant’s
conceptions of empirical psychology and pragmatic anthropology
Martín Arias Albisu·
CONICET / Universidad Nacional de Rosario, Argentina
Resumen
El objetivo de este trabajo es mostrar las diferencias
y relaciones entre las concepciones kantianas de dos disciplinas. La primera es
la psicología empírica contenida en la Metafísica
de Baumgarten, que Kant empleaba para dar sus lecciones de antropología.
Consideraremos principalmente la interpretación kantiana de esta psicología. La
segunda es la antropología pragmática. Con respecto a esta última disciplina,
tendremos en cuenta las lecciones de antropología de Kant y la publicada Antropología en sentido pragmático.
Mostraremos que, aunque las concepciones kantianas de la psicología empírica y
la antropología pragmática son esencialmente diferentes, hay relaciones entre
las mismas. Nuestra conclusión es que la psicología empírica permanece como un
cierto enfoque metodológico dentro de la antropología pragmática. Tal enfoque
consiste en la consideración de los fenómenos internos, y es uno, entre otros,
de los recursos metodológicos empleados por la antropología pragmática.
Palabras clave
Kant;
Baumgarten; Psicología empírica; Antropología pragmática
Abstract
The aim of this paper is to show the differences and
relationships between Kant’s conceptions of two disciplines. The first is the
empirical psychology contained in Baumgarten’s Metaphysics, which was employed by Kant to give his lectures on
anthropology. We will consider mainly Kant’s interpretation of this psychology.
The second is pragmatic anthropology. With regard to the last discipline, we
will take into account Kant’s lectures on anthropology and the published Anthropology in pragmatic sense. We will
show that, although Kant’s conceptions of empirical psychology and pragmatic
anthropology are essentially different, there are relationships between them.
Our conclusion is that empirical psychology remains as a certain methodological
approach within pragmatic anthropology. Such approach consists in the
consideration of inner appearances and is one, among others, of the methodological
resources employed by pragmatic anthropology.
Key words
Kant; Baumgarten; Empirical psychology; Pragmatic
Anthropology
Immanuel Kant
comenzó a impartir lecciones sobre metafísica en la Universidad Albertina de
Königsberg en el semestre de invierno de 1755-1756. El manual que empleaba en
el marco de estas lecciones es la Metaphysica de Alexander
Baumgarten.[1] Más
adelante, en el semestre de invierno de 1772-1773, Kant empezó a dictar
lecciones sobre Antropología. El libro de texto utilizado era la sección de la Metaphysica de Baumgarten denominada “Psicología empírica” (§§504-739). Como
fruto de esta labor docente, Kant publicó en 1798 su Antropología en sentido pragmático (Anth).
Esta breve
presentación de hechos nos conduce al interrogante fundamental de este
artículo: ¿cuál es la relación entre la psicología empírica incluida por
Baumgarten en su metafísica y la antropología pragmática del filósofo de
Königsberg? ¿Son en el fondo dos maneras de mencionar la misma disciplina? ¿O
coinciden en algunos aspectos fundamentales? Aquí intentaremos mostrar, por un
lado, que Kant transforma pragmáticamente, desde el inicio de sus lecciones,
tesis contenidas en la psicología de Baumgarten y, por el otro, que la
interpretación de la psicología empírica propia de Kant es diferente de su
concepción de la antropología pragmática, si bien ambas disciplinas están
íntimamente vinculadas.
Debe notarse que
un examen de la evolución de la concepción de la antropología pragmática en las
lecciones impartidas por Kant a lo largo de los años excede el alcance de un
artículo. Sin embargo, nos serviremos de pasajes de lecciones de antropología
del período crítico y del precrítico. Además, por motivos de espacio, no
haremos referencia a la historia de las interpretaciones acerca de la temática
que nos ocupa.[2]
Emplearemos únicamente una parte de la muy abundante bibliografía secundaria
que puede encontrarse hoy en día. En esta bibliografía ocupa un lugar destacado
el extenso, documentado y riguroso estudio de Thomas Sturm (2009).
A fin de sustentar
nuestras tesis, expondremos en el primer apartado la concepción pragmática de
la antropología que nos ocupa y la distinguiremos de la interpretación kantiana
de la psicología empírica. En el apartado siguiente, distinguiremos entre los
objetivos, las fuentes de conocimiento y el contenido de las concepciones
kantianas de ambas disciplinas. En el tercer apartado, presentaremos cuatro
ejemplos de transformación pragmática, por parte de Kant, de afirmaciones
contenidas en la psicología empírica de Baumgarten. En el apartado cuarto,
señalaremos que, para Kant, la psicología empírica puede entenderse como la
parte de la antropología pragmática que se ocupa de los fenómenos internos. Por
último, en el apartado quinto detallaremos la tesis sustentada en el apartado
anterior. Con este fin, explicaremos el carácter no científico de la psicología
empírica y el carácter científico de la antropología pragmática. La conclusión
global de este artículo es que, para Kant, la psicología empírica permanece
dentro de la antropología pragmática como un enfoque metodológico consistente
en la introspección, enfoque que debe ser ampliado y corregido por los
restantes recursos metodológicos de la mencionada ciencia.
I.
En este apartado
presentaremos en primer lugar las características fundamentales de la
antropología de Kant, tal como ellas aparecen en los textos kantianos
relevantes del período crítico.[3]
Llevaremos a cabo esta exposición basándonos en los diferentes sentidos que
Robert Louden encuentra en la concepción kantiana de lo pragmático. Coincidimos
plenamente con este comentarista, aunque intentaremos presentar sus tesis con
más detalle. Las mencionadas características de la antropología pragmática, que
se expondrán aquí y en el apartado siguiente, no se encuentran en la
interpretación kantiana de la psicología empírica. Además, al final de este
apartado mostraremos que las características en cuestión están presentes,
aunque no completamente desarrolladas, en una muy temprana lección de antropología,
esto es, V-Anth/Collins (1772-1773).
En primer lugar,
la antropología es pragmática en el sentido de que se diferencia de las
antropologías fisiológicas como la de Ernst Platner (véase su Anthropologie für Ärzte und Weltweise,
Leipzig, 1772). Marcus Herz publicó el año siguiente una recensión de ese libro
en la revista Allgemeine Deutsche
Bibliothek. En una carta a Herz de fines de 1773, Kant afirma refiriéndose
a enfoques fisiológicos como los de Platner: “la investigación sutil y en mi
opinión eternamente inútil acerca de la manera como los órganos del cuerpo
están relacionados con los pensamientos queda enteramente suprimida” (Br, AA
10: 145). Anteriormente había dicho: “mi plan es enteramente diferente” (Ibid.). Muchos años más adelante, en la
publicada Anth (1798), Kant vuelve a
contraponer su concepción de la antropología con la concepción fisiológica de
esta disciplina. “El conocimiento fisiológico del ser humano se dirige a la
indagación de lo que la naturaleza
hace del ser humano; el pragmático, a lo que él, como ente que actúa libremente, hace, o puede y debe hacer, de
sí mismo.” (AA 07: 119).
Podemos concluir
que, mientras que la antropología fisiológica se centra en el ser humano como
ser natural, la antropología pragmática toma al ser humano como agente libre.
Esto último no implica que la antropología kantiana pueda acceder al ámbito
incognoscible de lo nouménico, donde se encuentra el origen de la libertad
humana, sino que estudia los efectos de esta libertad en el ámbito fenoménico
(Louden 2008, p. 517). Efectivamente, la razón fundamental por la cual Kant
rechaza los enfoques fisiológicos es que son irrelevantes para conocer al ser
humano como un agente libre, que es el objeto de la antropología pragmática.[4]
Por otro lado, si bien en los pasajes citados Kant no hace mención de la
psicología empírica, consideramos que para el filósofo de Königsberg esta
disciplina también toma al ser humano como ser natural. Efectivamente, en
V-Anth/Busolt (1788-1789) se asevera que la antropología pragmática “no debe
ser una antropología teórica, que meramente plantea cuestiones y contiene en sí
solamente investigaciones psicológicas; más bien, queremos dar una instrucción
acerca de cómo mediante una observación se conoce la constitución del ser
humano, a fin de poder utilizarla aquí para nuestro fin” (AA 25: 1436). Tanto
la antropología fisiológica como la psicología empírica adoptan un enfoque
teórico que no es el más adecuado para examinar la libertad del ser humano en
el ámbito fenoménico.
En segundo lugar,
en V-Anth/Mensch (1781-1782), Kant vuelve a oponerse a Platner. En este caso,
nuestro filósofo afirma: “Platner ha escrito una antropología escolástica” (AA
25: 856). Para Kant, existen dos tipos de estudios, el escolástico y el
mundano. Un estudio es escolástico cuando “está de acuerdo con la escuela y las
justificaciones de la profesión” y se dirige a los doctos (V-Anth/Mensch, AA
25: 853. Cf V-Anth/Mron, AA 25: 1209). De este tipo de estudio no se puede
obtener instrucción para la vida común. En cambio, el estudio mundano o estudio
del mundo se extiende más allá de los límites de la escuela y sus integrantes y
pretende suministrar conocimientos de utilidad general y aplicables en el marco
del trato con los otros seres humanos. Así, esta clase de estudio se dirige a
todos los seres humanos y pretende poseer entonces un carácter popular. Por
otro lado, en V-Anth/Busolt, Kant explica: “[l]o que más nos ocupa en el mundo,
lo que más pone en movimiento nuestras inclinaciones, nuestros apetitos y
nuestra voluntad, es el ser humano. Por tanto, conocimiento del mundo es
precisamente tanto como conocimiento del ser humano” (AA 25: 1435). Tal
conocimiento pragmático del ser humano considera a éste como un ciudadano del
mundo.[5]
Notemos, además, que Kant considera posible y deseable llevar a cabo una
aplicación popular del saber escolástico, a fin de no caer en la pedantería.
Cabe destacar, por último, que, para Kant, también la psicología empírica es un
saber escolástico o especulativo.[6]
En tercer lugar,
la antropología pragmática tiene, entre sus características principales, un
tipo muy específico de utilidad. En pocas palabras, el conocimiento del ser
humano que suministra esta antropología puede emplearse para utilizar a los
otros seres humanos con vistas a los propios fines. De esta manera, según la V-Anth/Mensch,
el conocimiento de la antropología pragmática concierne “al modo como un ser
humano puede tener influencia sobre el otro y guiarlo de acuerdo con su
intención” (AA 25: 855). Tal conocimiento, según V-Anth/Busolt, “nos muestra cómo
podemos usar para nuestro fin a los seres humanos” (AA 25: 1436). Por ejemplo,
quien conoce el temperamento de un ser humano tiene más probabilidad de
utilizarlo exitosamente para sus fines (acerca de los diferentes temperamentos,
véase Anth, AA 07: 286-291). Louden subraya el hecho de que el mencionado
conocimiento antropológico puede ser empleado no sólo en intención moral, como
seguramente pretendía Kant,[7]
sino también en intención no moral (2008, p. 517).
En cuarto lugar, la
antropología que nos ocupa tiene por objetivo volvernos más prudentes. En V-Anth/Mensch
se dice: “[l]a prudencia descansa entonces meramente en el conocimiento del ser
humano, en virtud del cual somos capaces de conducir a los otros según nuestra
intención”. (AA 25: 855).[8]
Ciertamente, como señala Louden, parece haber un solapamiento entre la
prudencia así definida y la propiedad pragmática de guiar a los demás de
acuerdo con nuestros propósitos (2008, p. 517). Sin embargo, explica el
comentarista, lo prudencial también está vinculado con la búsqueda de la
felicidad. Ya en la temprana V-Anth/Parow (1772-1773) se afirma: “[l]a
capacidad de elegir los mejores medios para la felicidad es la prudencia. La
felicidad consiste en la satisfacción de todas las inclinaciones, y para poder
así elegirla, uno tiene que ser libre. Es contrario a la prudencia todo lo que
hace ciego”[9] (AA
25: 413).[10]
Aunque
este artículo no se ocupa del problema de la génesis de la concepción madura de
la antropología pragmática kantiana, destaquemos que estas características
fundamentales que acabamos de explicar pueden encontrarse en una lección de
antropología del semestre de invierno de 1772-1773, a saber, V-Anth/Collins.
Citamos y comentamos brevemente, a continuación, los pasajes pertinentes de la
lección mencionada.
1.
“No
examinaremos al ser humano solamente según sus propiedades ocultas, que sólo
sirven para la especulación, sino especialmente según sus propiedades
prácticas. / El tránsito del movimiento corporal al espiritual no se deja explicar
ulteriormente; en consecuencia se equivocan mucho Bonnet y diversos otros si
creen poder inferir con seguridad del cerebro al alma.” (AA 25: 9).[11] La oposición entre las
propiedades ocultas del ser humano y sus propiedades prácticas puede entenderse
en términos de la oposición entre los objetos de estudio de la antropología
fisiológica y la antropología que a mediados de la década de 1770 Kant llamará
pragmática.
2.
“El
conocimiento de aplicar convenientemente las ciencias es el conocimiento del
mundo. Este conocimiento del mundo consiste en el conocimiento del ser humano,
cómo podemos llegar a ser complacientes con ellos [MAA: los seres humanos],
etc. El conocimiento del mundo impide entonces que la erudición se convierta en
pedantería”. (AA 25: 9). Vemos aquí esbozada claramente la oposición entre
conocimiento escolástico y conocimiento mundano.
3.
Reproduzcamos
una oración del pasaje citado anteriormente: “cómo podemos llegar a ser
complacientes con ellos [MAA: los seres humanos]”. Consideramos que esta oración
puede entenderse en el sentido de que la antropología pragmática nos enseña a complacer
a los demás seres humanos a fin de que cooperen para alcanzar nuestros fines.
En este caso, la característica fundamental de la prudencia estaría ya presente
en V-Anth/Collins.[12] Con respecto a la
relación entre prudencia y felicidad, citamos más arriba un pasaje de
V-Anth/Parow (AA 25: 413), conjunto de anotaciones que, al igual que
V-Anth/Collins, provendría del curso de 1772-1773. Reproducimos ahora unas líneas
similares de la esta última lección: “[c]omo la prudencia es una capacidad de
satisfacer nuestra felicidad como suma de todas las inclinaciones; así la
contradice todo lo que nos hace ciegos, y consecuentemente también la emoción.”
(AA 25: 211).
Podemos
concluir que, para Kant, mientras que la psicología empírica es una disciplina
teórica y escolástica, la antropología pragmática está orientada principalmente
hacia la adquisición de la prudencia. Esta antropología se dirige al ser humano
como agente libre situado en un mundo en el marco del cual tienen lugar las
interacciones con los demás. La mencionada prudencia consiste en una habilidad
para alcanzar la felicidad y para cooperar con los demás agentes libres a fin
de que sirvan a nuestros fines.
II.
Hemos visto que
Kant establece dos oposiciones fundamentales entre la psicología empírica y la
antropología pragmática: carácter teórico – carácter pragmático y saber
escolástico – saber mundano. En este apartado proseguiremos nuestra tarea de
diferenciación entre las dos disciplinas mencionadas. En primer lugar,
presentaremos una examinación más detallada del concepto de prudencia. Tal
examinación nos permitirá establecer una tercera oposición entre la psicología
empírica y la antropología pragmática. En segundo lugar, mostraremos que hay
una diferencia entre las fuentes de conocimiento de las disciplinas
mencionadas. Por último, señalaremos también una diferencia entre los objetos
de estudio de las disciplinas que nos ocupan.
Kant distingue
entre tres tipos de doctrinas. “La primera clase nos hace diestros, la segunda
prudentes, la tercera sabios” (V-Anth/Mensch, AA 25: 855). Diestros nos vuelve
el conjunto de los estudios dictadas en la escuela. Así, lo diestro está
vinculado con lo teórico de la escuela. En cambio, lo prudente está vinculado
con la instrucción para hacer uso de las destrezas propias. Según Kant, un
relojero que fabrica un reloj perfecto es diestro; y, si también conoce el arte
de venderlo, es prudente. Sólo podemos apoderarnos de las cosas cuando podemos
emplear a los seres humanos como medios, porque “las manos del ser humano
producen todo a partir de la naturaleza bruta” (Ibid.). En este contexto afirma Kant:
[e]l
conocimiento del ser humano tiene dos clases: el conocimiento especulativo del
ser humano nos hace diestros y es tratado en la psicología y la fisiología,
pero el práctico nos hace prudentes; es un conocimiento del modo como un ser
humano puede tener influencia sobre el otro y guiarlo de acuerdo con su
intención. Todo conocimiento práctico, en la medida en que sirve para
satisfacer todas nuestras intenciones, se llama pragmático. Toda doctrina de la
sabiduría es moral, y toda la de la prudencia es pragmática. Una doctrina es
pragmática, en la medida en que nos hace prudentes e idóneos para los asuntos
públicos, donde no tenemos necesidad meramente de la teoría, sino también de la
práctica (V-Anth/Mensch, AA 25: 855-856).[13]
Este pasaje
ilustra con bastante precisión la distinción entre las tres doctrinas
consideradas.[14] Lo
que nos interesa destacar es que, para Kant, la psicología empírica, a
diferencia de la antropología pragmática, no nos vuelve prudentes, sino
diestros. Por tanto, podemos establecer una tercera oposición entre tales
doctrinas: saber de destrezas – saber prudencial.
Por
otro lado, para Kant,[15] en consonancia con
Baumgarten,[16]
la fuente de conocimiento de la psicología empírica viene dada por lo que el
filósofo de Königsberg denomina “sentido interno”.[17] Mediante tal sentido,
cuya forma es el tiempo, intuimos los estados de nuestra propia mente.[18] Por tanto, puede
afirmarse que el método de la psicología que nos ocupa es la introspección. En
cambio, en la antropología pragmática las fuentes de conocimiento son tanto el
sentido interno como el externo. Este último sentido, cuya forma es el espacio,
nos proporciona intuiciones de los fenómenos diferentes de nosotros mismos. En
Anth, Kant afirma que uno debe obtener conocimiento del ser humano en el trato
cotidiano con los demás individuos en sociedad. Sólo tras formar de esa manera
un plan del conocimiento antropológico, tiene sentido, para ampliar ese
conocimiento, viajar o leer relatos de viajeros (Anth, AA 07: 120). Kant agrega
que la antropología posee además ciertos instrumentos auxiliares, a saber, “la
historia mundial, las biografías, e incluso las obras de teatro y las novelas”.
En el contexto también se consideran la introspección y sus dificultades, pero
en la antropología pragmática son fuentes de conocimiento, como vimos, tanto el
sentido interno como el externo (Anth, AA 07: 121).[19]
Otra
diferencia digna de notarse entre la psicología empírica y la antropología
pragmática consiste en que sus campos de estudio tienen alcances diferentes.
Hay solapamiento entre estos campos de estudio sólo si se tiene en cuenta la primera
parte de la antropología mencionada, a saber, lo que en Anth es denominado
“Didáctica antropológica”. Aquí Kant divide la exposición en cierta conformidad
con los temas expuestos por Baumgarten. En cambio, la segunda parte de Anth,
esto es, la “Característica antropológica”, pone el énfasis en el concepto
kantiano de “carácter”. [20]
El concepto en cuestión torna posible una explicación del accionar de los seres
humanos y permite pasar de la psicología individual a la consideración de las
diferencias existentes entre los distintos grupos humanos. Tales grupos son
conformados teniendo en cuenta, por ejemplo, las diferencias entre los
caracteres de los sexos y las nacionalidades.[21]
En
conclusión, para Kant, la antropología pragmática, a diferencia de la psicología
empírica, no nos hace diestros, sino prudentes. Asimismo, mientras que la
fuente de conocimiento de esta psicología es el sentido interno, la de la
antropología mencionada incluye al sentido interno y al externo. Por último,
hay coincidencia entre los campos de estudio de estas disciplinas sólo si
tenemos en cuenta la primera parte de Anth.
III.
Hasta
ahora hemos intentado presentar detalladamente las diferencias que, según Kant,
se encuentran entre sus concepciones de la psicología empírica y la antropología
pragmática. Ahora bien, ¿qué efectos, aparte de la ordenación de los temas de
la “Didáctica antropológica” mencionada en el apartado anterior, tiene el texto
de Baumgarten en las lecciones de antropología de Kant? En el presente apartado
intentaremos mostrar que en muchos casos Kant transforma en un sentido
pragmático contenidos teóricos presentados por Baumgarten. Daremos ejemplos
tomados de distintos textos de antropología. Comenzaremos con una de las
lecciones de antropología más tempranas, a fin de mostrar que Kant lleva a cabo
la transformación mencionada desde los inicios de su reflexión sobre esta
disciplina.
Consideremos
el concepto de abstracción. Según Baumgarten, “si, al comparar, abstraigo
aquello que no es comparado, lo que queda es percibido distintamente” (§631, AA 15: 35). Al tratar este tema en V-Anth/Parow (1772-1773), Kant afirma: “[h]ay
una atención y abstracción voluntarias, pero también una involuntaria, esta es
un estado miserable; en cambio, es muy ventajoso cuando la atención y
abstracción están a nuestro arbitrio, pues así ninguna ofensa puede hacernos
infelices, abstraemos y mediante ello hacemos invisible la imagen que nos
tortura” (AA 25: 264). De esta manera, Kant transforma una tesis de la
psicología empírica baumgartiana en una indicación pragmática.[22]
Más
adelante, en V-Anth/Fried (1775-1776), Kant parece apropiarse pragmáticamente
de otra tesis de Baumgarten. De acuerdo con este último autor, “una sensación
clara más fuerte que sucede a otra diferente más débil es clarificada por esa
misma novedad.” (§549, AA 15: 16). Kant, en cambio, explica: “[l]a novedad
fortalece la sensación, así fortalece la mañana del día la sensación del ser
humano, porque ella es nueva, por lo tanto la mañana es muy alabada. La alternancia también
forma parte de ello, cuando entre las representaciones viejas[23]
vienen otras en medio
de las mismas, así las viejas vuelven a ser nuevas. Por lo tanto, se tiene que
mantener nuevo un divertimiento mediante la poca frecuencia con que se lo
disfruta, así será siempre agradable.” (V-Anth/Fried, AA 25: 501-502). Aunque
no estimamos que el pasaje citado sea enteramente claro, parece evidente que en
el mismo Kant extrae una consecuencia pragmática a partir de una tesis
baumgartiana. La consecuencia pragmática es la indicación de conceder poca
frecuencia a los divertimentos, mientras que la tesis baumgartiana es, en
última instancia, que la novedad de una sensación con respecto a las restantes
fortalece a la primera.
Durante
el período crítico (V-Anth/Mron, 1784-1785), encontramos, entre otras, la
temática de la memoria. Según Baumgarten, “[e]l compendio de reglas para el
perfeccionamiento de la memoria es el Arte Mnemotécnico” (§587, AA
15: 25). Kant no se limita a afirmar que hay reglas para el perfeccionamiento
de la memoria, sino que discute distintos tipos de memorización y da algunas
indicaciones. Por ejemplo, para Kant, las novelas, entre otros efectos,
fomentan una tendencia al olvido: “[c]ausan más daño que utilidad […] porque estimulan
los nervios […] y entonces además tienen la desventaja de que uno de ninguna
manera las lee con el propósito de retenerlas, sino meramente para divertirse.
De esa manera, se presta también poca atención y por eso no se retiene nada de
ellas. Por lo tanto, ocurre que después, cuando uno lee otros libros, dirige
también tan poca atención a ellos y olvida todo.” (V-Anth/Mron, AA 25:1275). Kant recomienda,
entonces, no leer novelas a fin de potenciar la memoria.
Por
último, daremos un ejemplo tomando en consideración la versión publicada de la
antropología pragmática. De acuerdo con Baumgarten, poseemos una capacidad de
previsión o visión anticipada. “Soy consciente de mi futuro estado, y a partir
de ahí del futuro estado del mundo (§369). La representación del futuro estado
del mundo, y a partir de ahí de mi propio futuro estado es la previsión.
Preveo, y a partir de allí tengo la facultad de prever.” (§595, AA
15: 27). Cuando Kant trata este tema en Anth, incluye la siguiente consideración
pragmática: “[e]l vivir al día (sin previsión ni cuidado) no honra mucho al
entendimiento de los seres humanos […]. Pero siempre que con ello no se
produzca ninguna falta contra la moralidad, se puede tener por más feliz a
aquel que es aguerrido para [enfrentarse con] cualquier acontecimiento, que al
que con perspectivas siempre sombrías se arruina el gusto por la vida.” (AA 07:
186). Parecería que Kant quiere señalar que es más prudente intentar adoptar
una actitud de fortaleza con referencia a los acontecimientos futuros que una
actitud sombría respecto de los mismos.
En
síntesis, los cuatro casos expuestos en este apartado muestran que Kant
transforma pragmáticamente al menos algunas tesis pertenecientes a la
psicología empírica de Baumgarten. Por ende, la conclusión del apartado
presente es que existe una diferencia fundamental no sólo entre la concepción
global kantiana de la psicología empírica y la antropología pragmática del
filósofo de Königsberg, sino que también existe una diferencia entre, por un
lado, esta psicología tal como está expuesta en el texto de Baumgarten y, por
el otro, la antropología que nos ocupa, incluso en sus lecciones más tempranas.
De este modo, se presta más sustento a las conclusiones de los primeros dos
apartados de este artículo.
IV.
Tras
haber estudiado las diferencias entre la psicología empírica y la antropología
pragmática, intentaremos mostrar en este apartado cuáles son, para Kant, las
vinculaciones entre las mismas. Concluiremos que la psicología empírica es la
parte de la antropología pragmática que está orientada hacia el examen de los
fenómenos dados en el sentido interno. Tal vez uno de los pasajes más
importantes para el estudio de las relaciones entre ambas disciplinas sea uno
perteneciente a la Crítica de la razón
pura (KrV).
¿[D]ónde
queda la psicología empírica, que
siempre ha mantenido su puesto en la metafísica […]? Respondo: ella va a parar
allí donde debe ponerse la doctrina de la naturaleza –[la doctrina] propiamente
tal (empírica)– a saber, del lado de la filosofía aplicada, para la cual la filosofía pura contiene los principios a priori, la cual, por consiguiente,
debe, por cierto, ser enlazada con aquélla, pero no debe ser confundida con
ella. Por consiguiente, la psicología empírica debe ser enteramente desterrada
de la metafísica, y está enteramente excluida de ella ya por la idea de ésta.
Sin embargo, se deberá seguir concediéndole, empero, según el uso académico, un
lugarcito en ella (aunque sólo como digresión); y ello por móviles económicos,
porque ella todavía no es tan rica que constituya ella sola un estudio, pero es
sin embargo demasiado importante para que se la elimine del todo, o para que se
la coloque en otro lugar en el que pudiera encontrar todavía menos afinidad que
en la metafísica. Es, por tanto, meramente un extraño que ha sido acogido hasta
ahora, al que se le concede asilo por algún tiempo, hasta que pueda ocupar su
propia vivienda en una antropología completa ([que es] la pareja
correspondiente a la doctrina empírica de la naturaleza). (848-849/B876-B777).
Una de las tesis
más importantes de este pasaje es la relativa a la expulsión de la piscología
empírica fuera del campo de la metafísica. La razón principal de esta expulsión
es que la psicología que nos ocupa tiene un carácter empírico, mientras que la
metafísica admite únicamente conocimientos a
priori.[24] Sin
embargo, Kant presenta, “según el uso académico”, dos razones por las cuales la
psicología empírica debería permanecer durante cierto tiempo dentro de la
metafísica. Es cierto que la psicología empírica “todavía no es tan rica que
constituya ella sola un estudio”, pero es “demasiado importante” como para que
(1) “se la elimine del todo” o (2) “se la coloque en otro lugar en el que
pudiera encontrar todavía menos afinidad que en la metafísica.”
Ahora bien, ¿por qué
se afirma que la psicología empírica es “demasiado importante”? Consideramos
que es importante porque se ocupa del sentido interno, esto es, es un estudio
de una dimensión del ser humano, y según Anth, “[t]odos los progresos en la
cultura, por medio de los cuales el ser humano hace su aprendizaje, tienen el
propósito de aplicar los conocimientos y habilidades así adquiridos al uso en
el mundo; pero en éste, el objeto más importante al cual él puede aplicarlos,
es el ser humano [mismo]; porque él
es su fin último.” (AA 07: 119). Sin embargo, debe notarse que nuestra
interpretación parece adjudicar derivadamente a la psicología empírica, en
tanto examen del sentido interno humano, un carácter mundano. En efecto, al
presentar el pasaje de Anth hemos asignado a esta psicología ciertas tesis del
texto mencionado acerca de la aplicación del conocimiento al uso mundano y,
consiguientemente, al ser humano. Podría objetarse, entonces, que nuestra
exposición entra en conflicto con una de las oposiciones que hemos examinado en
el primer apartado de este artículo, a saber, la que se presenta entre el saber
escolástico (psicología empírica) y el saber mundano (antropología pragmática).
Puede responderse
a la objeción indicada considerando la última parte del pasaje citado de KrV
(A848-849/B876-B777). Allí se señala que en algún momento la psicología
empírica ocupará “su propia vivienda en una antropología completa”. Por tanto,
no es que la psicología empírica sea importante por constituir
independientemente un saber mundano, sino que lo es porque está destinada a ser
parte de una ciencia mundana, a saber, la antropología pragmática.
Dado que el único
método de la psicología empírica es la introspección, y que la antropología
pragmática tiene como fuentes el sentido interno y el externo, puede afirmarse
que la psicología en cuestión permanece como un cierto enfoque metodológico
dentro de la antropología pragmática. En otras palabras, la psicología empírica
es la parte de la antropología pragmática que se ocupa de los fenómenos del
sentido interno.
Ahora bien, ¿qué
función cumple la introspección en el marco de la antropología pragmática? Al
comienzo de los “Paralogismos de la razón pura” (KrV), Kant afirma:
todo
lo que piensa está constituido de la manera como la sentencia de la conciencia
de mí mismo lo declara con respecto a mí. La causa de ello reside en que
debemos atribuirles necesariamente, a
priori, a las cosas, todas las propiedades que constituyen las condiciones
sólo bajo las cuales nosotros las pensamos. Ahora bien, de un ente pensante no
puedo tener la más mínima representación por una experiencia externa, sino
solamente por la conciencia de mí mismo. Por consiguiente, tales objetos no son
nada más que la transferencia de esta conciencia mía a otras cosas, que sólo
por ello son representadas como entes pensantes. (A346-347/B404-405).
En el pasaje
citado no se encuentra ninguna alusión al conocimiento antropológico. Sin
embargo, estimamos que es relevante para la comprensión del proceder de esta
ciencia. La psicología empírica examina el sentido interno de un ser humano.
Este examen da por resultado los esbozos de un conocimiento de, por ejemplo, la
memoria (Anth, AA 07: 182-185). A fin de investigar esta cuestión en los demás
seres humanos, uno tiene que efectuar una “transferencia de esta conciencia
mía” a los demás, a fin de representarlos como seres pensantes semejantes a uno
mismo. A partir de este punto, comienza la utilización de los otros recursos
metodológicos de la antropología pragmática. Tales recursos presuponen el
empleo del sentido externo. Mediante el trato con los demás en sociedad, los
viajes o lecturas de libros de viajeros, etc.,[25]
se refina, revisa, corrige y amplia el conocimiento mencionado. Por último, la
integración del conocimiento en cuestión en la antropología que nos ocupa
presupone que este puede aplicarse de un modo pragmático.[26]
El pasaje
siguiente expresa muy bien la mencionada metodología antropológica: “[e]l
conocimiento de la humanidad es al mismo tiempo mi conocimiento. Entonces, tiene
que estar a la base un conocimiento natural, según el cual podemos juzgar lo
que está a la base de cada ser humano; luego tenemos principios seguros, según
los cuales podemos proceder. Por consiguiente tenemos que estudiarnos a
nosotros mismos, y porque queremos aplicar eso a los otros, entonces tenemos
que estudiar la humanidad” (V-Anth/Fried, AA 25: 471).[27]
A continuación del
pasaje citado se dice que ese estudio debe ser pragmático. En el pasaje mismo
se afirma claramente que tenemos que estudiarnos y seguidamente aplicar los
resultados a los demás. Por este proceder, “el conocimiento de la humanidad es
al mismo tiempo mi conocimiento”.[28]
Damos un ejemplo
de aplicación de la metodología antropológica. Gracias, fundamentalmente, a la
introspección, sabemos que la memoria, cuando menos, tiene “la facultad de reproducir voluntariamente la
representación pasada” (Anth, AA 07: 182). Ahora bien, la aplicación de la
metodología antropológica posibilita indicaciones pragmáticas como la
siguiente:
[l]a
memorización ingeniosa es un método
de grabar en la memoria ciertas representaciones mediante la asociación con
representaciones secundarias, que en sí (para el entendimiento) no tienen
parentesco ninguno entre sí, p. ej. [la asociación de] los sonidos de una lengua
con imágenes enteramente heterogéneas que tienen que corresponderles a ellos;
con lo cual, para guardar algo en la memoria con mayor facilidad, se la
sobrecarga a ésta todavía más con representaciones secundarias; [lo que es,]
por consiguiente, absurdo, pues es un
procedimiento desordenado de la imaginación en la formación de parejas de
aquellas cosas que no pueden estar bajo uno y el mismo concepto; y a la vez es
una contradicción entre el medio y el propósito, pues se procura aliviar el
trabajo de la memoria, pero en verdad se lo hace más pesado al imponerle
innecesariamente la asociación de representaciones muy dispares. El que las
personas ingeniosas raramente tienen una memoria fiel (ingeniosis non admodum fida est memoria) es una observación que explica
aquel fenómeno (Ant, AA 07: 183-184).[29]
Indudablemente, el
texto citado contiene indicaciones útiles para los interesados en mejorar el
funcionamiento de la memoria. Además, posiblemente se recomiende tácitamente no
confiar en la memoria de las personas con un ingenio muy desarrollado.
En suma, para
Kant, la psicología empírica es parte de la antropología pragmática en la
medida en que constituye uno de los recursos metodológicos de la misma. Tal
recurso está orientado hacia el estudio de los fenómenos internos. Los
resultados de tal estudio deben ser rectificados y ampliados por medio del uso
de los restantes recursos metodológicos de la antropología pragmática, recursos
que implican el uso del sentido externo.
V.
En el apartado
anterior estudiamos las vinculaciones entre la psicología empírica y la
antropología pragmática. Hemos visto que, de cierta manera, para Kant, la
psicología empírica es la parte de la antropología pragmática que se ocupa de
los fenómenos internos. Ahora bien, Kant considera que la psicología empírica
no es una ciencia, mientras que su antropología pragmática efectivamente lo es.
Una interpretación integral de las relaciones entre estas dos disciplinas
presupone una explicación de la diferencia mencionada. Dedicaremos este apartado
al estudio de este problema. Concluiremos que la psicología empírica no es una
ciencia porque, aunque es sistemática, no admite ni experimentación ni
observación duradera y que, en cambio, la antropología pragmática es una
ciencia porque es sistemática y admite observación duradera. Una parte
importante de este apartado está dedicada al problema de la sistematicidad de
la antropología pragmática. Señalaremos, en pocas palabras, siguiendo a Sturm
(2009), que esta antropología es sistemática en virtud de su empleo de una
doctrina de las facultades fundamentales humanas.
Según Kant, la
psicología empírica no puede ser una ciencia propiamente dicha como la física
matemática, dado que, a diferencia de esta última, no posee una fundamentación metafísica.
Además, tampoco puede ser una ciencia en sentido impropio como la química. La
química es una ciencia por ser sistemática y experimental. La psicología
empírica, en cambio, aunque sea sistemática, no puede ser una ciencia
experimental. Efectivamente, los fenómenos internos, a diferencia de los
externos, no pueden observarse duraderamente porque son dados en un flujo
constante en el que no hay nada permanente; además, no pueden manipularse a fin
de realizar experimentos (MAN, AA 04: 471).[30]
La antropología
pragmática tampoco posee una parte de conocimiento metafísico que pueda
fundamentarla. Por tal motivo, esta antropología es una disciplina meramente
empírica. Ahora bien, Kant estima que la misma es una ciencia (Anth, AA 07:
119). Consideramos que la antropología pragmática es una ciencia porque, en
primer lugar, aunque no es experimental como la química, ella emplea
efectivamente el sentido externo y puede, entonces, a diferencia de la
psicología empírica, proceder mediante observación duradera (Anth, AA 07: 134).
En segundo lugar, la antropología pragmática es una ciencia porque es
sistemática (Anth, AA 07: 119).[31]
Ahora bien, ¿por
qué la antropología pragmática es sistemática? Citamos un pasaje de Anth:
[u]na
antropología formulada sistemáticamente y sin embargo redactada de manera
popular en sentido pragmático […] tiene, para el público lector, la ventaja de
que gracias a la exhaustividad de los títulos bajo los cuales puede ponerse
esta o aquella propiedad observada en los seres humanos e incidente en lo práctico,
se le dan a él, con ello, otras tantas ocasiones e incitaciones para que haga
de cada una [de esas propiedades] un tema por sí, procurando colocarla en el
casillero que le corresponda; con lo cual los trabajos, en ella, se reparten
por sí mismos entre los aficionados a este estudio, y se unifican poco a poco
en una totalidad, a través de la unidad del plan (AA 07: 121-122).
Las
características de la antropología pragmática mencionadas en el párrafo citado
son su sistematicidad y la exhaustividad de sus títulos o divisiones. Las
distintas propiedades de los seres humanos que tienen incidencia en lo práctico
(a saber, en este contexto, en lo pragmático) son colocadas sucesivamente bajo
los diferentes títulos, con lo cual el sistema se acerca paulatinamente a una
totalidad unificada. Esta explicación parece estar consonancia con el concepto
de lo científico expuesto en la “Arquitectónica de la razón pura” de KrV: “la
unidad sistemática es aquella que primeramente convierte al conocimiento común
en ciencia, es decir, que de un mero agregado de ellos hace un sistema”
(A832/B860). Pese a las apariencias en contra, este pasaje debe
interpretarse en el sentido de que la sistematicidad es un criterio necesario,
aunque no suficiente, de cientificidad. Recordemos que la psicología empírica
es sistemática pero carece de carácter científico (MAN, AA 04: 471). Más adelante del pasaje citado se afirma: “[b]ajo el
gobierno de la razón, nuestros conocimientos […] deben constituir un sistema
[…]. Entiendo empero por sistema la unidad de los múltiples conocimientos bajo
una idea. Ésta es el concepto racional de la forma de un todo, en la medida en
que mediante ese concepto se determina a
priori tanto la extensión de lo múltiple, como el lugar respectivo de las
partes.” (Ibid.).
Si esta concepción
pudiera aplicarse a la antropología pragmática, entonces existiría una idea de
la razón acerca del conocimiento antropológico. Esta idea determinaría la forma
de tal conocimiento, es decir, el sistema de los títulos en los cuales este se
divide. Mientras más títulos contengan conocimiento de propiedades humanas, y
mientras más conocimiento esté contenido en cada uno de los títulos, más se
acerca el sistema a su completud. Debe notarse que una disciplina empírica
puede aproximarse indefinidamente a su completud, pero nunca puede alcanzarla
integralmente (KrV, A642-647/B670-675).
Ahora bien, podría
objetarse que las ideas de la razón mencionadas no pueden definir disciplinas
empíricas como la antropología pragmática.[32]
En este caso, la naturaleza sistemática de esta ciencia debería encontrar otra
fundamentación a priori. Thomas Sturm
considera que esta fundamentación se encuentra en la doctrina de las tres
facultades fundamentales de la antropología (la facultad cognoscitiva, el
sentimiento de placer y displacer y la facultad apetitiva), doctrina que, en
Anth, es expuesta principalmente en la “Didáctica antropológica”. Tal doctrina
prestaría fundamento al sistema de los títulos indicado anteriormente. A partir
de este punto, nos serviremos del comentario de Sturm de 2009 para explicar la
fundamentación mencionada. Coincidimos integralmente con la concepción de este
comentarista. Intercalaremos observaciones propias, pero estas tendrán
solamente el objetivo de presentar aclaraciones o ejemplificaciones.
Según Sturm, Kant
distingue entre las facultades fundamentales teniendo en cuenta las diferentes
relaciones entre sujetos y objetos de estados espirituales (EEKU, AA 20:
205s.). Intentaremos explicar, en consonancia con Sturm, esta cuestión. Las
tres facultades fundamentales sustentan actos espirituales. Tales actos pueden
estar o no estar referidos a objetos. Si no lo están, el acto espiritual es un
sentimiento. Si están referidos a objetos, las relaciones pueden ser o bien
cognitivas, o bien apetitivas. Si se acepta esta división fundada en
“diferencias de relaciones entre sujetos y objetos de estados espirituales”,
entonces la concepción kantiana sería completa, esto es, no podría haber más
facultades fundamentales; y basal, es decir, las facultades fundamentales no
podrían reducirse a otras facultades más fundamentales. (Sturm 2009, pp.
386-387). Debe notarse que, según Sturm, esta tripartición de las facultades
está sustentada por el uso de la categoría de causalidad (Sturm 2009, pp. 388-389,
391). La exposición de Sturm no es muy clara en este punto. Por otro lado,
Sturm indica que, en el ámbito de la antropología, a diferencia del de la
filosofía trascendental, no es relevante la tesis según la cual el sujeto
produce cognitivamente el objeto (2009, p. 375). Nosotros estimamos, entonces,
que la tripartición de las facultades fundamentales puede entenderse de la
siguiente manera: 1) facultad cognoscitiva: un objeto es causa de un estado
espiritual en un sujeto; 2) sentimiento de placer y displacer: hay un estado
espiritual de un sujeto sin ninguna referencia a un objeto; y 3) facultad
apetitiva: un estado espiritual de un sujeto es causa de un objeto. Además, si
bien la doctrina de las facultades fundamentales se sirve de la categoría de causalidad
y procedería entonces de modo a priori,
el hecho de que estas facultades existan es, según Sturm, puramente empírico
(2009, p. 391).[33]
Ocupémonos ahora
de la “Característica antropológica”. Como afirma Sturm, el concepto central de
esta segunda parte de Anth es el de carácter. A fin de comprenderlo es preciso
examinar la distinción que efectúa Kant entre dos tipos de carácter, a saber,
la manera de sentir (Sinnesart) y la
manera de pensar (Denkungsart).[34]
En Anth, Kant señala:
[e]n
sentido pragmático, la ciencia universal natural
(no civil) de los signos (semiotica universalis) se sirve de la palabra carácter en doble acepción, y a veces
dice: cierto ser humano tiene este o
aquel carácter (físico), y otras veces [dice que] él tiene, en general, un carácter (un [carácter] moral), que
sólo puede ser uno único, o ninguno. Lo primero es el signo diferencial del ser
humano como ser sensible o ser natural; lo segundo, [es el signo diferencial]
de él como ser racional dotado de libertad. (AA 07: 285).[35]
En primer lugar,
centrémonos en el concepto de “manera de sentir”. El mismo está referido al
“signo diferencial del ser humano como ser sensible o natural” y, por tanto,
mayormente, a lo que la naturaleza hace del ser humano. Puede afirmarse que
esta clase de carácter permite distinguir entre “las disposiciones y
capacidades” (Sturm, 2009, p. 412) de los diferentes seres humanos. Sin
embargo, su utilidad no está limitada a esta función. “El carácter de un ser
humano es la nota diferencial de un ser humano respecto a otro, o del ser
humano respecto a otros seres. Este es el carácter de la persona, el del sexo,
el de un pueblo y finalmente el carácter de la especie”. (V-Anth/Busolt, AA 25:
1530).[36]
En lo que hace a los pueblos, Kant distingue, por ejemplo, entre la “nación
francesa” y el “pueblo inglés” (Anth, AA 07: 313-314). Consideramos que el
objetivo de estas caracterizaciones es posibilitar una interacción prudente con
los diferentes seres humanos o grupos de ellos dotados de diversos caracteres
en tanto modos de sentir.
Pasemos ahora al
concepto de “manera de pensar”. A diferencia de la manera de sentir, la manera
de pensar tiene que ver con lo que el ser humano puede hacer de sí mismo. Es
una propiedad de la voluntad. Mediante esta propiedad el sujeto se compromete a
aplicar principios prácticos que él mismo se ha impuesto de manera inalterable por
la razón en su uso práctico (Anth, AA 07: 292). Recordemos que en el pasaje de
Anth (AA 07: 285) citado anteriormente se dice que en el ser humano la manera
de pensar lo determina como un “ser racional dotado de libertad.”[37] Como indica Sturm, este carácter como modo
de pensar, a diferencia del modo de sentir, no es empleado en un sentido
descriptivo y diferenciador. Por el contrario, tiene que ver con la posibilidad
de un sujeto de desarrollarse a sí mismo como ser racional. Se trata de
entendernos como agentes libres que dan lugar a acciones propias y que, como
están en sociedad con otros agentes libres, están en continua interacción con
ellos y sus acciones. (Sturm, 2009, p. 419). El modo de pensar, señala también
Sturm, debe ser adquirido por el agente mismo.[38]
(Sturm, 2009, p. 422).
La sistematicidad
de la “Característica antropológica” está conformada, en lo esencial, por una
aplicación de la “Didáctica antropológica”. Como afirma Sturm, la teoría del
modo de sentir es sistemática por al menos dos razones. En primer lugar, porque
para investigar los diferentes modos de sentir esta teoría se sirve de la
doctrina sistemática de las facultades y la toma como marco teórico. Por
ejemplo, cuando introduce el concepto de “temperamento”, Kant da a entender que
al menos el sentimiento de placer y displacer y la facultad apetitiva son
tenidos en cuenta para analizar sistemáticamente los temperamentos. (Anth, AA
07: 286). En conexión con lo anterior, la teoría del modo de sentir es también
entonces sistemática porque tiende a una clasificación de las propiedades
concretas de los agentes humanos y ayuda consiguientemente a aproximar el
conocimiento del ser humano a la totalidad del mismo definida por la
antropología pragmática como ciencia (Sturm 2009, p. 410).[39]
Con respecto a la
doctrina del modo de pensar, su sistematicidad también está vinculada con la
teoría de las facultades. Kant emplea su concepción de las facultades fundamentales
para estudiar al ser humano como agente libre (Sturm, 2009, p. 526). Nosotros
estimamos que la facultad más relevante es en este caso la apetitiva,
especialmente en su forma de razón práctica, si bien la primera está en
interacción con las dos restantes. En este caso, las otras dos facultades
fundamentales están subordinadas a la primera. Piénsese, por ejemplo, que la
ley moral tiene como efecto subjetivo un sentimiento de respeto (GMS, AA 04:
400-401 y KpV, AA 05: 71-89);[40]
y que la realización de una acción moral exige un conocimiento de al menos
ciertos entes. Por último, notemos que una indicación pragmática presente en la
“Característica antropológica” consiste en preferir el trato de personas con
carácter, dado que ellas poseen principios racionales inalterables y se sabe
entonces qué se puede esperar de las mismas. (Anth, AA 07: 285).
Ya expuestas las
notas fundamentales de la psicología empírica y la antropología pragmática,
podemos concluir este apartado intentando responder a la pregunta acerca de la
integración de la primera disciplina en la segunda. La psicología empírica no
es una ciencia porque considera el flujo constante de los fenómenos internos.
Tales fenómenos no admiten ni experimentación ni observación rigurosa. Sin
embargo, al estar incluida dentro de la antropología pragmática como enfoque
metodológico que concierne a los fenómenos mencionados, la psicología empírica
puede y debe ser complementada por los restantes recursos metodológicos de esta
ciencia. Tales recursos metodológicos suponen la posibilidad de observación
duradera mediante el sentido externo. De este modo, mediante la conjunción de
la autoobservación y, por ejemplo, la interacción con los demás, obtenemos un
conocimiento sistemático de nuestras facultades. Tal conocimiento es presentado
en la “Didáctica antropológica” de Anth. En lo que respecta a la
“Característica antropológica”, hemos visto que las doctrinas de la manera de
sentir y la manera de pensar son sistemáticas, al menos en parte, porque
aplican la sistemática doctrina de las facultades. No está de más recordar que
todo este conocimiento es expuesto en intención pragmática. Por último,
recordemos que la antropología pragmática es una ciencia por ser sistemática y
por proceder mediante observación duradera.
VI.
En este apartado
presentaremos las conclusiones de este artículo. Nos hemos ocupado de mostrar
que Kant toma ocasionalmente contenidos de la psicología empírica de Baumgarten
y los redefine de una forma pragmática. Además, expusimos las características
definitorias de la antropología pragmática y señalamos sus diferencias con
respecto a la interpretación kantiana de la psicología empírica. También
señalamos que, para Kant, la psicología empírica no es una ciencia y la
antropología pragmática efectivamente lo es. Concluimos que la psicología
empírica, en tanto enfoque metodológico consistente en la introspección, es una
parte integrante de la antropología pragmática.
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(Argentina). E-mail: arias.martin@gmail.com
[1] La primera edición de la Metaphysica
data de 1739;
la segunda, de 1743; y la tercera, de 1750. A medida que tenían lugar sus
cursos, Kant comenzó a emplear la cuarta edición publicada en 1757. Hemos
traducido pasajes de este texto teniendo en cuenta la siguiente traducción:
Baumgarten 2013.
[2] Puede encontrarse una buena síntesis de la historia
de las interpretaciones acerca de la génesis de la antropología pragmática, así
como del papel de la psicología empírica en dicha génesis, en Wilson 2018, pp.
11-16. Cf. infra, n. 21.
[3] Tales textos son las lecciones
siguientes: V-Anth/Mensch (1781-1782), V-Anth/Mron (1784-1785), V-Anth/Busolt
(1788-1789) y V.A.Dohna
(1791-1792). Además,
emplearemos la publicada Anth (1798). Notemos que en la traducción de pasajes
de las lecciones tuvimos en cuenta las traducciones siguientes: Kant 2012 y
2015. Por último, señalemos que no consideraremos las lecciones de lógica ni
las de metafísica por motivos de espacio.
[4] Esta última tesis fue presentada y defendida
extensamente por Thomas Sturm. Sturm distingue entre dos críticas kantianas a
la antropología fisiológica: en primer lugar, los conocimientos de la época
acerca de la base fisiológica a partir de la cual se pretenden explicar los
fenómenos psíquicos serían insuficientes; en segundo lugar, la tesis que hemos
mencionado, a saber, que tales conocimientos serían irrelevantes para las
explicaciones efectuadas de acuerdo con un enfoque pragmático. Sturm concluye
acertadamente que la crítica principal es la segunda (Sturm 2009, pp. 261-304)
[5] Véase Louden 2006, p. 353 y Anth,
AA, 07: 120.
[6] V-Anth/Mensch, AA 25: 855-856;
V-Ant/Mron, AA, 25: 1214 y V.A.Dohna, p. 72.
[7] “La predisposición pragmática es la
posibilidad de desarrollar prudencia, a la que Kant en numerosos lugares define
como la habilidad para usar a los otros como medios para los fines propios
[MAA: se remite a nota 101: Anth, AA, 07: 201, 271 y 312]. Por supuesto, él no
quiere decir ‘usa a los otros sin su consentimiento’. Kant distingue claramente
entre la persona astuta [Arglist] y
la persona prudente [Klugheit] [MAA:
se remite a nota 102: AA, Anth 07: 198]. La persona astuta usa a los otros sin
su consentimiento o consentimiento expreso, mientras que la persona prudente
sabe cómo ganar para sus esfuerzos la cooperación de los otros.” (Wilson 2006,
p. 80). Véase infra.
[8] Véanse afirmaciones similares en
Anth, 07: 201 y 271.
[9] Véase V-Anth/Mron, AA 25: 1210 y
GMS, AA 04: 416n. Acerca de los conceptos de prudencia y felicidad, y de la
independencia de la prudencia con respecto a la moralidad, véase Kain 2003.
[10] Acerca de la satisfacción con la
propia vida, cf. Anth, AA 07: 234-235. Nos hemos basado en las clasificaciones
presentadas en Louden 2006, pp. 352-354 y 2008, pp. 517-518. La clasificación
de Louden 2000, pp. 69-70 es diferente. Cabe destacar que, en su artículo de
2006 (p. 352), Louden menciona un trabajo de Allen W. Wood (2003, pp. 40-42).
Tal trabajo contiene una clasificación similar a la presentada por Louden en
2006 y 2008. El extenso estudio de Sturm sobre el concepto de lo pragmático, si
bien no contradice en lo esencial los puntos generales aquí expuestos, presenta
tantos matices que no puede ser examinado en el marco de un artículo (Sturm
2009, pp. 470-518, inter alia).
[11] Los editores del texto alemán de
V-Anth/Collins y los de la traducción parcial inglesa del mismo dan a entender
que, en el pasaje citado, Kant también se está refiriendo a Platner. Véase AA
25: 9 y Kant 2012, 526n5.
[12] Acerca de este punto, véase Wilson 2018, pp. 19-20.
En tales pasajes, Wilson se opone acertadamente a Brandt. Véanse Brandt 1994, pp. 14-24 y Brandt y Stark
1997, pp. VII-XXIV.
[13] Véanse también V-Anth/Mron, AA 25: 1211 y V-Anth/Busolt, AA 25: 1435-1436.
[14] En V-Anth/Busolt se asevera: “[u]no
también puede expresar estas 3 clases de doctrinas de otra manera y más
brevemente. 1. Mediante la ciencia de la escuela, en la cual somos cultivados.
2. Mediante la doctrina de la prudencia, en la cual somos civilizados. 3.
Mediante la doctrina de la sabiduría, en la cual aprendemos a valorarnos a
nosotros mismos, o donde somos moralizados”. (AA, 25: 1436). Cf. Anth, AA 07: 322ss.
[15] Cf. KrV,
A347/B405-406 y MAN, AA 04: 471.
[16] Véase su Metaphysica, §503, AA 17: 130.
[17] Acerca del concepto de sentido interno desde
la tradición alemana del siglo XVII hasta Kant, véase Camposampiero
Favaretti 2018.
[18] En sus tempranas lecciones de
antropología, Kant todavía considera que mediante una intuición de uno mismo pueden
inferirse la simplicidad, la substancialidad, la personalidad y la libertad del
alma o del Yo. (Véase
V-Anth/Collins, AA 25: 10-12 y V-Anth/Parow, AA 25: 244-246). En KrV, la posibilidad de una
intuición no sensible del Yo, que parece estar presupuesta en las tesis
mencionadas, es descartada en el capítulo “De los Paralogismos de la razón
pura” (A341/B399ss.).
[19] Véase la crítica de Patrick
Frierson 2014, p.37n.43, para quien la fuente primaria de tal conocimiento es
el sentido interno, a Thomas Sturm 2009, pp. 259-260, para quien esa fuente
primaria es el sentido externo. Aquí estamos de acuerdo con Frierson en este
punto (véase el apartado cuarto de este artículo, esp. n. 26). Kraus 2018
caracteriza brevemente las interpretaciones de Sturm y Frierson acerca de las
dos disciplinas bajo examen y presenta una interpretación diferente. Véase
también Kraus 2011.
[20] La psicología empírica de
Baumgarten consta de 22 apartados. Los apartados 2-21 se ocupan de las
diferentes facultades del alma y su clasificación. El apartado 1 se ocupa de la
“Existentia Animae” (§§504-518, AA 15: 5-8) y el 22 del “Commericum Animae et Corporis” (§§733-739, AA 17: 139-140). (Véase
Sturm 2009, pp. 370-371). Sturm señala que el estudio de las propiedades
esenciales del alma, por parte de Kant, culmina en 1777-1778 (Sturm 2009, pp.
371-372). Por otro lado, la temática de la “interacción entre cuerpo y alma
aparece sólo pasajeramente en las lecciones” (Sturm 2009, p. 372). En 1777-1778
el costado metafísico del problema es dejado de lado, y “[a] más tardar a
partir de 1788-89 Kant no dedica ningún capítulo propio, en las lecciones, a
las discusiones sobre correlaciones empíricas, que son relevantes por ejemplo
para cuestiones de salud corporal o espiritual.” (Sturm, Ibid.). Podemos concluir que la psicología empírica de Baumgarten
fue empleada por el Kant maduro principalmente en lo que hace a la doctrina de
las facultades (la “Didáctica antropológica” de Anth). Sin embargo, debe notarse que ambas
doctrinas de las facultades no son idénticas. Mientras Wolff y Baumgarten
dividían entre dos facultades fundamentales (cognoscitiva y apetitiva), Kant
agrega el sentimiento de placer y displacer. Debe notarse que Baumgarten
formula una tripartición semejante en su Ethica
philosophica (1751). (Sturm 2009, pp. 372-373). Acerca de las facultades
fundamentales, véase el quinto apartado de este trabajo. Por último, no hay
correlato en la psicología empírica de Baumgarten para la segunda parte de
Anth, es decir, la “Característica antropológica”.
[21] En este párrafo nos servimos
de indicaciones de Frierson 2014, p. 48.
Acerca del problema de las posibles fuentes empleadas por Kant para elaborar la
segunda parte de su antropología, véase Brandt 1994; Brandt y Stark 1997, pp. VII-XXIV; Louden 2000, p. 71; Stark 2003 y 2014; Wilson 2018 y
Lorini 2018.
[22] Este párrafo debe mucho a las explicaciones
de Wilson 2018, p. 24
[23] Leemos, junto con la traductora de V-Anth/Fried
en la edición de Cambridge de las obras de Kant, a saber, G. Felicitas Munzel, “viejas” (alten; Kant 2012, p. 72) en lugar de “todas” (allen; AA 25: 501).
[24] Esta tesis se
encuentra presente ya en V-Anth/Collins, AA 25: 7-8.
[25] Véase el segundo apartado de este
trabajo.
[26] Cf. supra, n. 19. Aunque en esa nota damos la razón a Frierson 2014 en
su crítica a Sturm 2009, acerca de que la fuente primera del conocimiento
antropológico es la introspección, no coincidimos con la tesis más importantes
de este autor. En primer lugar, no seguimos a Frierson en su tesis según la
cual “en muchos sentidos, el contraste entre psicología empírica y antropología
pragmática es artificial.” (2014, p. 46). En segundo lugar, no coincidimos con
Frierson en lo que hace a su afirmación según la cual la psicología empírica es
una ciencia de la naturaleza, aunque en un sentido impropio del término, como
la química (2014, pp. 18-27). Con respecto a este último punto, véase MAN, AA
04: 471. La psicología empírica no es una ciencia, sino solamente una parte de
la ciencia que es la antropología pragmática (acerca de esta cientificidad,
véase el quinto
apartado de este trabajo).
Aunque esa psicología sea sistemática, la introspección no alcanza para obtener
un conocimiento pragmático válido para todos los seres pensantes.
[27] Véase también Anth, AA 07: 143.
[28] Con respecto a la relación entre la
psicología empírica y la antropología pragmática, puede coincidirse con esta
afirmación de Gary Hatfield: “[l]lo que era novedoso acerca de la antropología
[MAA: de Kant] era su giro ‘pragmático’, esto es, el uso de material
psicológico a fin de proveer orientación a los individuos para ayudarlos a
evitar dificultades cognitivas, conseguir autosuperación, y entrar en
comportamiento social efectivo” (1998, p. 426). Debería agregarse que esta
afirmación es válida principalmente para la primera parte de Anth (“Didáctica
antropológica”) y que el material psicológico que Kant utiliza requiere desde
el principio reelaboración según la metodología antropológica.
[29] En nota al pie correspondiente al
pasaje citado, Kant afirma: “[a]sí, la cartilla ilustrada, tal como la Biblia
ilustrada, y hasta la Doctrina de las
Pandectas representada en imágenes, es una caja óptica de un maestro
pueril, para volver a sus alumnos aún más pueriles de lo que eran” (Anth, AA
07: 183-184n.). Notemos que dimos otro ejemplo de conocimiento pragmático
referido a la memoria en el apartado anterior de este artículo.
[30] Véase supra, n. 26. Hay un debate en torno a si, para Kant, la psicología
empírica es una ciencia. Se han publicado numerosos estudios para mostrar que
esta psicología es científica o que no lo es. A fin de no presentar aquí este
debate, lo que nos llevaría a efectuar extensas exposiciones, nos permitimos
referir a un artículo nuestro, en el cual mostramos que la disciplina en
cuestión, para Kant, no es una ciencia: Arias Albisu 2017.
[31] Acerca de las reglas investigadas por esta
ciencia, véase infra, n. 38. Debe
notarse que, aunque Kant considera que la antropología pragmática puede
alcanzar el estatus de ciencia, hay dificultades para ello en la naturaleza
humana misma. Según Anth: 1) cuando una persona se da cuenta de que uno intenta
examinarla, o bien se incomoda y por tanto no puede mostrarse como
verdaderamente es, o bien disimula, lo cual es expresión de que no quiere ser
conocida como verdaderamente es. 2) También es dificultoso el estudio de uno
mismo. Cuando una persona está en un estado tal como una emoción, no puede
estudiarse a sí misma en virtud de la acción de los resortes impulsivos de tal
estado; y cuando puede observarse a sí misma, los resortes mencionados ya están
en reposo. 3) Los diferentes lugares y épocas en los que habitan los seres
humanos producen ciertos hábitos. Tales hábitos son como una segunda naturaleza
difícil de distinguir de la primera. (AA 07: 121). Es evidente que tales
dificultades no pueden ser insuperables. Si así lo fueran, la antropología
pragmática no podría ser tenida por una ciencia. Consideremos las tres
dificultades mencionadas. En primer lugar, uno puede examinar a otra persona
tratando de no revelar la propia intención. En segundo lugar, uno puede retener
y recordar al menos alguna información relativa a un estado emocional que tuvo
lugar recientemente. En tercer lugar, la comparación de distintos grupos
humanos, actuales o pasados, puede ayudar a determinar qué pertenece a la
naturaleza humana y qué es solamente accesorio. Pueden encontrarse intentos de
solución de estas dificultades en Sturm 2009, pp. 516-517 y Frierson 2014, pp.
33-41.
[32] Esta objeción es formulada por
Brandt 2003, p. 85.
[33] Según Sturm, Kant no sólo se ocupa de
la completud y la basalidad de su doctrina de las facultades fundamentales,
sino también de la conectibilidad de tales facultades (véase Sturm, 2009, p.
394). Ofrecemos un ejemplo nuestro: obtenemos conocimiento de un objeto que
incita un sentimiento de placer y posteriormente determinamos la facultad
apetitiva para realizar una acción tendiente a obtener tal objeto.
[34] De acuerdo con Sturm, la fijación
terminológica vinculada con la diferenciación entre la manera de sentir y la
manera de pensar aparece en 1777-17778. Sturm 2009, p. 429.
[35] Véase V-Anth/Pillau, AA 25:
821-822.
[36] En Anth se estudia también el
carácter de la razas (AA 07: 320-321).
[37] Lorini señala con acierto que la
manera de pensar “se refiere a la libertad del sujeto” y es “una modalidad de
actualización de un principio que está enraizado en el sujeto, y expresa así a
la voluntad mediante la cual la razón se aplica en la acción” (2018, p. 73).
Para un examen de las tensiones y la génesis del concepto de carácter, véase
Jacobs 2003.
[38] Sturm distingue agudamente entre
las leyes naturales y las reglas discutidas en la antropología pragmática:
“[l]as reglas mediante las que el antropólogo kantiano explica el obrar de los
seres humanos con referencia a su modo de pensar no son simplemente regularidades
o leyes bajo las cuales el obrar puede caer o no. Como actor, uno no está de
manera indiferente frente a una regla sobre la que se ha reflexionado mediante
consideraciones racionales propias y que se ha convertido en parte del propio
modo de pensar. Se la considera más bien como norma que uno mismo ha examinado
minuciosamente y aceptado, y esto significa no en último lugar: que uno excluye
ciertas otras reglas para el propio obrar.” (Sturm 2009, p. 423).
[39] Véase más arriba la cita del pasaje
de Anth (AA 07: 121-122) y los párrafos que siguen a la misma.
[40] En Anth no se considera el sentimiento de
respeto, pero sí se discute un similar “sentimiento moral” (AA 07: 324).