Prudencia epistémica en Kant
Epistemic Prudence in Kant
Luis Moises López Flores[1]
Tecnológico de Monterrey, México
Resumen
En la
presente investigación propongo el concepto de prudencia epistémica. La
prudencia epistémica es la
habilidad social para influir en los demás para fines socio-cognitivos. Como
habilidad pragmática, la prudencia epistémica consiste no sólo en una
descripción de los orígenes empíricos del error (esto es sólo psicología
empírica), sino en la habilidad social para evitar el error y otros males
cognitivos frutos del egoísmo lógico y otros vicios epistémicos.
Palabras
clave
Kant,
antropología pragmática, epistemología social, habilidad pragmática, egoísmo
lógico
Abstract
In this paper I propose the concept of epistemic
prudence. Epistemic prudence is the social ability to influence others for
socio-cognitive purposes. As a pragmatic skill epistemic prudence consists not
only in a description of the empirical origins of error (this is only empirical
psychology), but in the social ability to avoid error and other cognitive ills
resulting from logical selfishness and other epistemic vices.
Keywords
Kant, pragmatic anthropology, social epistemology,
pragmatic ability, logical egoism
Introducción
La relación entre epistemología y política
en Kant ha sido abordada tradicionalmente desde la polémica sobre la lectura
metafísica o no metafísica de la política. Una de las preocupaciones
principales de esta discusión ha sido la necesidad de omitir o reducir la
presencia metafísica en las teorías de la justicia.[2]
No obstante, en los últimos años este cruce ha sido explorado desde la
“epistemología social kantiana”.[3]
En esta nueva aproximación el objetivo consiste en relacionar algunos temas
usualmente no examinados del corpus kantiano con cuestiones de la epistemología
contemporánea, especialmente con la epistemología normativa[4]
y la epistemología social.[5]
Para estos autores la ausencia de Kant se presenta en diversos niveles: una
ausencia de Kant como antecedente de la epistemología social (por el énfasis
individualista de su epistemología), una ausencia de los rasgos sociales en la
epistemología kantiana misma (en la discusión especializada), o una ausencia de
rasgos epistemológicos en la filosofía social y política de Kant.[6]
En el presente artículo quisiera dar
un primer paso en la línea del tercer objetivo. De manera específica lo haré
con lo que denominaré “prudencia epistémica”, la cual definiré como la
habilidad social para influir en los demás para fines socio-cognitivos. Para
desarrollar esta tesis me valdré de lo que Job Zinkstok designa como “lógica
antropológica” o “antropología lógica”. Según este autor la antropología
kantiana, como doctrina pragmática, no sólo posibilita una antropología moral,
sino una antropología lógica. Esta última requiere de la psicología empírica
para dotarla de contenido y se materializa en la lógica general aplicada, esto
es, en la disciplina que lidia con el error empírico fruto de la interacción
entre el entendimiento y las otras facultades. Así, la lógica aplicada no es
más que una antropología lógica.[7]
Pese a la atinada conclusión de
Zinkstok creo que este autor no desarrolla con radicalidad la idea de una
antropología lógica porque descuida el concepto de prudencia. Así, si enfocamos la antropología lógica en
la prudencia epistémica la idea de un carácter socio-cognitivo de la
antropología es una consecuencia necesaria. La prudencia epistémica es la
habilidad social desarrollada en el ámbito de la experiencia cognitiva. Esta
habilidad se perfecciona para formar buenos hábitos cognitivos y evitar malas
prácticas epistémicas. La prudencia epistémica consiste no sólo en una
descripción de los orígenes empíricos del error (esto es sólo psicología
empírica), sino en la habilidad social para evitar el error y otros males
cognitivos frutos del egoísmo lógico y otros vicios epistémicos.
Así, el plan propuesto será el
siguiente: explorar las relaciones entre antropología, psicología empírica y
lógica general aplicada para posibilitar una “antropología lógica” [1].
Desarrollar la idea de prudencia epistémica como el elemento central de esta
antropología lógica [2].
1. Antropología
lógica: entre psicología empírica, antropología pragmática y lógica general
aplicada
No es el objetivo de esta sección
realizar una génesis y defensa de la antropología kantiana, sino sólo marcar
algunas características del proyecto kantiano para comprender la idea de una
antropología lógica como una filosofía de
la experiencia cognitiva.[8]
En el año de 1798 sale a luz la “Antropología en sentido pragmático” que, a
diferencia de la obra publicada de Kant, pertenece al género de textos
conocidos como “lecciones”, es decir, las clases de Kant recopiladas por
algunos de sus alumnos. Como docente Kant enseñó durante casi cuarenta y un
años divididos en ochenta y dos semestres. Las disciplinas abordadas fueron
once con un total de doscientas setenta y nueve lecciones, donde fueron lógica
(cincuenta y seis), metafísica (cincuenta y tres), geografía (cuarenta y nueve)
filosofía moral (veintiocho) y antropología (veinticuatro) las cinco
principales. Algunas de las lecciones se publicaron aún en vida de Kant como la
propia Antropología (1798), la Lógica (1800), la Geografía física (1802) y la
Pedagogía (1803).[9]
En relación con las lecciones de
antropología, la de 1798 es la versión publicada, pero no la única existente.
La primera lección de antropología Kant la imparte el semestre invernal de
1772-1773 y la última en el semestre invernal de 1795-1796. Además de la
versión canónica de 1798, también es famosa la de 1755-1756 conocida como
Friedländer. Sin embargo, recientemente se ha enfatizado la relevancia de las
lecciones Collins, Parow, Pillau, Menschenkunde, Mrongrovious, Reichel y Naumburg.[10]
La numerología antes mencionada no
constituye sólo un esfuerzo anecdótico y casual, sino que articula la discusión
sobre el origen y surgimiento de la antropología kantiana.[11]
Una primera tradición se inclina en considerar la Antropología como originada
en las lecciones de metafísica. Esta tesis tiene un alto grado de plausibilidad
si recordamos que el texto que empleó Kant como base para sus cursos fue la Metaphysica de A. Baumgarten. La tercera
parte de esta obra está consagrada a la psicología y se divide en racional y
empírica. Precisamente la psicología empírica constituyó el texto base de las
lecciones de Antropología.[12]
En la medida que la terminología y algunas de las divisiones usadas por Kant en
la Antropología coinciden con las de Baumgarten[13],
la Antropología no sería más que la paulatina independencia de la psicología
empírica respecto de la metafísica.[14]
No obstante, la Antropología tiene
cierta independencia temática y metodológica respecto de la psicología empírica
de Baumgarten. El argumento de una segunda tradición considera el origen de la
Antropología en la cosmología de la Geografía física. En el semestre de 1755 el
curso de geografía física es anunciado con el título “Von verschiedenen
menschen Racen”. El tema es la relación entre la raza y las variaciones
externas que estudia la geografía y las internas que estudia (estudiará) la
antropología.[15] Así,
pese a que la base para la Antropología es la psicología empírica, la
inspiración temática y metodológica es la geografía física.[16]
Si bien la tesis anterior es
sugerente creo que no logra capturar con entereza la diferencia metodológica de
la Antropología kantiana. Así, me ceñiré a la propuesta de H. Wilson quien
sostiene que la antropología kantiana debe ser entendida como una “filosofía de
la experiencia”. Wilson acepta el argumento de la inspiración de la
Antropología en la Geografía física, pero rechaza el énfasis especulativo
puesto por la segunda tradición. Para esta autora no sólo la geografía física y
la antropología, sino la historia, pedagogía, política, biología forman parte
de una filosofía de la experiencia, todas ellas articuladas desde el juicio
reflexionante (en la vertiente teleológica).[17]
Esta hipótesis se basa en el
significado del concepto de “Weltkenntnis” que, como bien es sabido, es una
idea central en la Antropología kantiana y otros textos, pero cuya aparición (y
sentido) se perfila ya desde los cursos de geografía física. En el anuncio para
el curso de geografía de 1757 Kant menciona que el objetivo consiste en hacer
de la geografía una ciencia y despertar el interés de los estudiantes. En los
años de 1765 y 1775 se recoge este fin en el concepto de Weltkenntnis y Kant
amplía afirmando que los conocimientos escolares de geografía deben pasar a
conocimientos del mundo o Weltkenntnis. La geografía física es un conocimiento
del mundo físico para propósitos humanos, es decir, la descripción del mundo,
la tipografía y características físicas son apreciadas desde la perspectiva de
un viajero y no de un científico indiferente. Así, la antropología en sentido
pragmático tiene su antecedente (avant la lettre) en una “Geografía en
sentido pragmático”[18]
El énfasis en el carácter pragmático
es lo que dota de sentido al término Weltkenntnis como filosofía de la
experiencia. En palabras de H.
Wilson:
No
la llamo filosofía de la experiencia en el sentido de que sus conceptos son
derivados de la experiencia. Más bien la llamo filosofía de la experiencia
porque se dirige a la experiencia y constituye una forma sólida y sistemática
de percibir esa experiencia. (2006, p.2)[19]
Wilson opone la filosofía de la
experiencia a la filosofía empírica, pero también a la filosofía puramente
conceptual. En relación con la segunda, la filosofía debe contemplar aspectos
de la experiencia para completar un sistema, de modo que un aprendizaje de
conceptos es insuficiente para poseer sabiduría. Frente a la primera, la
filosofía no se limita a describir la realidad empírica, sino que intenta
conectar estos conocimientos con los fines humanos.[20]
La hipótesis de Wilson encuentra
justificación textual ya desde la famosa carta de Kant a M. Herz de 1773:
Al
mismo tiempo, estoy trabajando para convertir esta teoría de la observación,
que considero muy agradable, en un ejercicio preliminar de la habilidad de la
prudencia e incluso de la sabiduría para la juventud académica, que junto con
la geografía física es diferente de todas las demás enseñanzas y prácticas que
se puede llamar conocimiento del mundo.
(Br, AA, 10:146).[21]
La doctrina de las observaciones (Beobachtungslehre)
será convertida en un ejercicio de la habilidad de prudencia (eine Vorübung der
Geschiklichkeit der Klugheit). Este ejercicio ya había iniciado en las
lecciones de geografía física, pero Kant visualiza en la antropología un
proyecto mucho más amplio que culminaría en un conocimiento del mundo (Kentnis
der Welt). ¿Cómo sucede este cambio? Tras la lectura de la reseña sobre el
libro “Anthropologie für Aerzte und Weltweise” (1772) de Ernst Platner, Kant se
vio obligado a cambiar el objetivo que debería perseguir su curso de
antropología. La antropología cesaría de ser una antesala para la moral, y se
convertiría en la fuente de todas las ciencias prácticas, es decir, el
fundamento de la habilidad de tratar con las personas. Al mismo tiempo Kant
rechazaría toda antropología que pretendiera descubrir la conexión entre los
órganos y los pensamientos, pues esta investigación no sólo sería inútil, sino
incompatible con su nueva antropología.[22]
Esta oposición será recogida tiempo
después en el prólogo de la Antropología del 1798: Una doctrina del conocimiento del hombre sistemáticamente desarrollada
(Antropología) puede hacerse en sentido fisiológico o en sentido pragmático (Anth, AA, 08:119).[23] La perspectiva
fisiológica (médica) investiga al ser humano como ser natural, es decir,
realiza una descripción de la relación específica entre los órganos y la
información de la sensibilidad.[24]
La reticencia de Kant frente a las antropologías fisiológicas radica en la
imposibilidad del ejercicio de la libertad, pues no se trata de lo que la
naturaleza hace del ser humano, sino de lo que él hace de sí mismo. En la
perspectiva de Kant las antropologías fisiológicas reducen la psicología humana
a un esquema naturalista y determinista, un esquema que, por cierto, era
imposible de completar en la época.[25]
Con ello, la intención de Kant será tomar el contenido de la psicología
empírica y orientarlo a la solución de problemas de la vida social, es decir,
Kant usará una metodología pragmática, un conocimiento del mundo, una filosofía
de la experiencia.[26]
Este carácter pragmático aproxima la
antropología más hacia el lado práctico que al teórico.[27]
Sin embargo, esto no debe llevarnos a la tentación de reducir la antropología
pragmática a la antropología moral, pues pese a que en diversas ocasiones Kant
habla de “antropología moral”[28]
o “antropología práctica”[29]
y con ello justifica una “segunda parte de la moral” de corte empírico,[30] la antropología pragmática incluye no sólo a
la facultad de desear, sino a la facultad de conocer y al sentimiento de placer
y displacer.[31] En
todo caso la antropología pragmática tiene por objeto no sólo al ser moral,
sino a la naturaleza humana.[32]
Esta intuición es explotada por J.
Zinkstok para argumentar la posibilidad de una “Antropología lógica”.[33]
Para este autor la antropología no se restringe a la parte práctica (que se
reduce a un sentido moral y pragmático), sino que se amplía al uso lógico. Para
perfilar esta hipótesis Zinkstok acerca la antropología a la lógica general
aplicada. Si recordamos un poco, para Kant la lógica general aplicada se
refiere a “las reglas del uso del entendimiento bajo condiciones subjetivas
empíricas, las cuales nos enseña la psicología” (die Regeln des Gebrauchs
des Verstandes unter den subjectiven empirischen Bedingungen, die uns die
Psychologie lehrt).[34]
De ahí que, la lógica general aplicada pueda ser vista como una rama de la
lógica, pero informada por la psicología empírica. La lógica general aplicada
lidia con las fuentes empíricas del error, la atención, la duda, la convicción,
el escrúpulo, todo ello bajo las condiciones subjetivas empíricas. Estas
condiciones no se limitan al influjo de la sensibilidad,[35]
sino a la mezcla del entendimiento con otros poderes de la mente.[36]
No obstante, a diferencia de la
psicología empírica, la lógica general aplicada recoge la inspiración pragmática
de la antropología, pues esta lógica trata los temas de la psicología empírica,
pero en relación con la obstaculización o promoción de la “buena”
investigación. La analogía con la “antropología moral” resulta tan evidente en
este punto que algunos autores no dudan en identificar la lógica aplicada con
algún tipo de epistemología normativa o de la virtud.[37]
Por el momento, basta con resaltar con Zinkstok que Kant mismo posibilita una
antropología lógica al identificar antropología y lógica aplicada: “(…) Kant mismo
la llama en una nota en su libro de texto para sus lecciones de lógica, lógica
antropológica: "anthropologica logica".” (2014, 129).[38]
A manera de resumen podemos concluir:
1) La antropología kantiana encuentra inspiración temática en la psicología empírica,
pero difiere en su carácter pragmático. 2) El lado pragmático de la
antropología se relaciona con el “conocimiento del mundo” (Weltkenntnis) a modo
de una filosofía de la experiencia. 3) La antropología pragmática como
filosofía de la experiencia no se reduce a la antropología moral, sino que se
puede ampliar al lado lógico, es decir, a una antropología lógica. 4) La
antropología lógica sería una filosofía de la experiencia cognitiva.[39]
2. La
posibilidad de una prudencia epistémica
Pese a que coincido con Zinkstok en
la posibilidad de una antropología lógica, creo que este autor no profundiza
demasiado en un concepto central de la antropología kantiana, a saber, la
prudencia. Si recordamos un poco Kant afirmaba en la carta a Herz que su
proyecto de una antropología consistía en pasar de una doctrina de las
observaciones a un ejercicio de la habilidad de prudencia. Como doctrina de la
prudencia la antropología se tendría que convertir en una antesala no sólo de
la moral, sino de toda ciencia práctica que contemple el trato con los demás.
Esta afirmación kantiana se ha llevado al límite al grado de sostener que la
antropología misma podría ser comprendida como una doctrina de la prudencia
(Klugheitlehre).[40]
Sin polemizar sobre aquella tesis
sostendré que la prudencia puede ser enfocada no solo en los fines sociales de
la acción, sino en los fines sociales de la cognición. Así, sostendré que la prudencia
epistémica es la habilidad social de influir en los demás para los fines de la
cognición.
2.1 La prudencia
Si bien es cierto que la prudencia en
el corpus kantiano no figura como un elemento central de su teoría moral, sino
a lo mucho como un factor de contraste con la sabiduría moral, esto no implica
la imposibilidad de una reconstrucción conceptual. Así, en esta sección
intentaré presentar de manera general qué entiendo por prudencia en Kant. Cabe
aclarar que no es mi objetivo ofrecer una discusión sistemática sobre la
prudencia y todas sus variantes, sino sólo rescatar los elementos relevantes
para hacer plausible mi propuesta de una prudencia epistémica.[41]
De todas las fuentes textuales para
reconstruir la prudencia es quizá GMS el referente primario por excelencia. Ahí
Kant distingue entre imperativos que mandan de manera hipotética e
imperativos que mandan de manera categórica.[42]
Dentro de los primeros Kant incluye a los principios práctico-problemáticos y a
los principios práctico-asertóricos, mientras que en el segundo incluye el
principio práctico-apodíctico. Esta distinción obedece a la manera en cómo se
presenta la acción en relación con un fin posible, real o necesario,
respectivamente. Más adelante Kant caracteriza con otros nombres estas
distinciones. Por un lado, habla de imperativo o reglas de habilidad
(Imperative oder Regeln der Geschichlichkeit), consejos de la prudencia
(Ratschläge der Klugheit) y mandato de la moralidad (Gebot der Moralität). Y
finalmente, Kant habla de imperativo técnico, pragmático y moral.[43]
Así, Kant define la prudencia de la siguiente manera: Ahora bien, la habilidad
para elegir los medios para el mayor bienestar propio se puede llamar prudencia
en el sentido más estricto. (GMS,
AA, 04:416).[44]
En este contexto, pese a compartir
una oposición con la moralidad, la prudencia no se reduce a las reglas de
habilidad. En todo caso la oposición más general es entre imperativos
hipotéticos y categóricos. En los primeros el fin está dado con anterioridad,
mientras que, en el segundo, no. La diferencia entre el fin de la habilidad y
el de la prudencia radica no en la presuposición del fin, sino en el grado de
distribución. Mientras que el fin de la habilidad es individual y depende de la
condición particular de los agentes, el fin de la prudencia se puede presuponer
como presente en todos los seres humanos (seres racionales y sensibles). Cabe
recordar que Kant identifica este último fin con la felicidad.[45]
Al ser los imperativos hipotéticos reglas sobre los medios necesarios para un
fin dado, la prudencia no sería otra cosa que la elección de medios para
alcanzar la felicidad. Sin embargo, en otros lugares Kant parece reconocer que
la prudencia no sólo se relaciona con el establecimiento de medios, sino
también con el fin. A diferencia de los fines de la habilidad, los cuales se
presuponen como conocidos, la felicidad debe ser determinada racionalmente.[46]
Esta división tripartita choca con la
división bipartita que Kant establece años más tarde. El contraste ahora se da
entre reglas práctico-técnicas y leyes morales. Pero, además, Kant asocia las
primeras con el conocimiento teórico al grado de que estas reglas serían
“corolarios de la filosofía teórica” (Corollarien
zur theoretischen Philosophie).[47]
Si bien la incompatibilidad entre la sabiduría moral y la prudencia permanece
estable, la distinción con las reglas de habilidad parece difuminarse. La
prudencia no sólo parece ser un subtipo de las reglas de habilidad, sino que al
estar estas últimas conectadas con el sistema de la naturaleza y por ende,
fuera de la libertad, la prudencia pierde su ámbito propio, así como su
normatividad práctica. Al intentar limitar el rol de la razón empíricamente
condicionada por mor de hacer un espacio para la razón pura práctica, Kant
participa de la reducción moderna de la prudencia a una mera habilidad de
medios-fines.[48]
No es el espacio adecuado para
decidir si Kant tiene una concepción sustancial o instrumental de la prudencia,
como tampoco esclarecer los vínculos con la sabiduría moral,[49]
lo que deseo resaltar es el carácter social de la prudencia. Desde la misma Grundlegung Kant reconoce en una nota
que la palabra prudencia tiene dos sentidos: prudencia mundana (Weltklugheit) y prudencia privada (Privatklugheit). La primera se define
como una habilidad que el agente tiene para cumplir con sus objetivos a través
de la influencia sobre los demás, mientras que la segunda recoge la descripción
antes desarrollada y se define ahí como la reunión de todos los propósitos
individuales para la definición de un provecho duradero. También señala que la
prudencia privada es condición de la primera a tal grado que uno puede ser
llamado estrictamente prudente por la posesión de la prudencia privada.[50]
El desarrollo más acabado de la prudencia
mundana la tenemos en la propia Antropología y en las lecciones de Pedagogía
donde Kant conecta la habilidad de elección de medios con el uso que hacemos de
los demás. Así, por ejemplo, en la Antropología Kant explica la pasión por
influir en los demás en cercanía con las máximas de la prudencia.[51]
La prudencia es la facultad de influir en la conducta de los demás de acuerdo con
nuestras propias intenciones, de tal modo que cuando se abusa de esta facultad
corremos el peligro de tratar a las personas meramente como medios.[52]
Esta conexión con el uso de los demás es retomada por Kant más adelante en
relación con la predisposición pragmática.[53]
El carácter de la especie (Der Charakter der Gattung) comprende al ser humano,
no sólo como un animal dotado de capacidad racional (Vernunftfähigkeit begabtes
Thier), sino como un ser que se vuelve racional (aus sich selbst ein vernünftiges
Thier (animal rationale) machen kann).[54]
Para lograr este objetivo la naturaleza ha dotado al ser humano de ciertas
predisposiciones (Anlagen) que deben desarrollarse.[55]
La predisposición pragmática se
refiere a la civilización del ser humano en el trato en sociedad. En
particular, la tendencia pragmática tiene por objetivo sacar al ser humano de
la rudeza de la autarquía y llevarlo a la relación cordial con los demás. El
destino del hombre, a diferencia de los animales, se encuentra en la esfera
social, pues el progreso de la especie sólo se logra en el enlace
intergeneracional de los grupos humanos.[56]
El vínculo entre el desarrollo histórico de la predisposición pragmática y la
prudencia es aún más claro en la Pedagogía.[57] El ser humano se hace racional en la medida
en que se educa, y se educa en la medida en que pasa por la cultura, la
civilización y la moralización. La civilización es el desarrollo de la
prudencia, la cual consiste en adaptarse a la sociedad para ser querido y tener
influencia en los demás. Ser civilizado es tener buenos modales para hacerse
respetable y así poder influir en la conducta de otros para alcanzar los fines
propios.[58]
Desarrollar la prudencia en el niño consiste en hacerlo disimulado e
impenetrable, pero capacitarlo para examinar a los demás, es decir, debe ser
capaz de usar a los demás, pero no dejarse usar. Esto se logra mediante el
ocultamiento de las propias faltas lo cual no implica indolencia, sino
simplemente evitar la precipitación en el juicio y la conducta.[59]
Es digno de resaltar que como proceso
educativo la prudencia es una habilidad que debe ser perfeccionada. De ahí que,
algunos autores sostengan que el perfeccionamiento de la prudencia puede
entenderse como parte de los “deberes pedagógicos”.[60]
Este señalamiento gana plausibilidad con ciertos matices. Si bien la prudencia
en sí misma no constituye una virtud en sentido estricto, aquella podría
habilitar deberes de virtud. En particular la prudencia podría facultar el
cumplimiento de deberes amplios como el perfeccionamiento propio y la felicidad
de los demás.[61] Al
estar directamente inmiscuidos en el ámbito social ambos deberes son dispuestos
a través de la prudencia mundana.[62]
2.2 Prudencia epistémica
Para construir la prudencia
epistémica es necesario unir los resultados obtenidos de la prudencia mundana y
la antropología lógica. Si recordamos un poco la antropología lógica podría
entenderse como una filosofía de la experiencia cognitiva (Weltkenntnis),
mientras que la prudencia en su versión mundana sería el uso de los demás para
la realización de los fines propios. Así, conceptualmente hablando la prudencia
epistémica sería: la habilidad social
para usar a los demás no en el ámbito de los fines de acción, sino en los fines
de la cognición. En este sentido la prudencia epistémica no implica una
duplicación ontológica de la prudencia, sino simplemente un cambio de enfoque
en su aplicación. La justificación de esta hipótesis se encuentra en la idea
misma de la Antropología como una Klugheitlehre (en sentido pragmático),[63]
así como en la división de la didáctica antropológica. La sección de la
Antropología dedicada a la facultad de conocer representa un análogo pragmático
de la acción con la cognición.[64]
Así como la prudencia se expresa en la relación que establecemos con los demás
para fines sociales en la acción, creo que también se puede expresar con los
demás para los fines sociales en la cognición.[65]
La aparente imposibilidad de una
antropología de la cognición descansa en la presuposición de la voluntariedad
conectada exclusivamente con el dominio de las acciones. Dado que Kant menciona
que la antropología pragmática tiene que ver con lo que el ser humano hace de
sí mismo, es decir, con la libertad y la libertad está conectada con la
voluntariedad de la acción, de ahí se sigue que, la cognición quedaría fuera,
pues no está sujeta a la voluntariedad.[66]
Sin embargo, A. Cohen ha resaltado el tipo de casos que le ocupan a Kant en la
sección de la facultad de conocer dentro de la Antropología. Ahí, Kant aborda
no sólo las distinciones entre los tipos de sensibilidad, imaginación y
entendimiento en relación con sujetos particulares, sino que ofrece ciertas
explicaciones de la disminución y privación de estas facultades en su faceta
voluntaria o involuntaria. De hecho, una constante en toda esa sección es la
cantidad de consejos (o reglas) que ofrece Kant para aumentar las capacidades
cognitivas, así como para evitar una mala convivencia en sociedad.
Dentro de los muchos ejemplos podemos
citar en la sensibilidad: la necesidad de matar el tiempo para estimular la
mente, no cultivar los sentidos pasajeros como el olfato, el carácter público
de los olores y los sonidos, fumar como estimulación de la conversación,
estimular los sentidos por la novedad y evitar la monotonía. De la imaginación:
evitar las novelas porque desbordan la imaginación, tomar vino para estimular
la imaginación, no presentar a alguien con muchas expectativas, practicar la
meditación, afinidad de las ideas, ejercitar los tipos de memoria (ingeniosa,
mecánica y juiciosa). Del entendimiento: callar en sociedad y emitir un juicio
común, ejercicio de la agudeza.[67]
Todas estas recomendaciones nos permiten entender que la antropología cognitiva
está en sintonía con la antropología de la acción, ambas están orientadas a los
objetivos pragmáticos de la convivencia social.[68]
Con base en la explicación anterior
la idea de una prudencia epistémica (cognitiva o lógica) no resulta del todo
implausible, pues lo único que cambia es el dominio de aplicación de la
prudencia, a saber, el lado socio-cognitivo. La antropología pragmática tiene
la intención de conectar los conocimientos académicos de modo significativo y
sistemático (filosofía de la experiencia). El perfeccionamiento del saber
antropológico se da dentro del ámbito de la interacción social, sin distinción
entre lo que pertenece a la acción y a la cognición. Así, la prudencia
epistémica sería la habilidad socio-cognitiva dentro de la experiencia social.
Las ventajas socio-cognitivas de la
prudencia epistémica pueden apreciarse con mayor nitidez en el contraste del
“vicio cognitivo” del egoísmo lógico y su contraparte la “virtud cognitiva” de
la comunicación[69]:
El
egoísta lógico tiene por innecesario verificar (prüfen) el propio juicio con el entendimiento de los demás, como
si no necesitase para nada de esta piedra de toque (critérium veritatis
externum). Pero es tan cierto que no podemos prescindir de este medio para
asegurarnos de la verdad de nuestro propio juicio, que acaso es ésta la razón
más importante porque el público docto clama tan insistentemente por la
libertad de imprenta (Anth, AA 08:
128-129)
El egoísta lógico es alguien que no
cree necesario el contraste de los juicios propios con el de los demás. Al
tomar como fundamento de lo verdadero su propio juicio, el egoísta lógico pasa
lo meramente subjetivo, que tiene una validez privada (Privatgültigkeit), por
algo objetivo, lo cual debe valer para todos. En otras palabras, el egoísta
lógico hace pasar la persuasión (Überredung) por convicción (Überzeugung).[70]
Si bien es cuestionable que la concordancia de los juicios a partir de la
comunicación intersubjetiva constituya la verdad (como concordancia con el
objeto), por lo menos establece un precedente para descubrir la validez privada
y con ello salir del egoísmo.[71]
De ahí que, la mejor forma técnica (de la época de Kant) para materializar el
ejercicio de la comunicación fuera la imprenta, pues ésta conformaría una
tecnología epistémica de corrección mucho más eficaz y pública.[72]
En calidad de docto tenemos la obligación de exigir la libertad de prensa como
un derecho epistémico.
Lo anterior resulta más claro si
recordamos las máximas que Kant enlista justo en la parte final de la sección
sobre la facultad de conocer en la Antropología (AA, 08: 228)[73]
1. Pensar
por sí mismo
2. Pensarse
(al comunicar con los demás) en el lugar de cualquier otro
3. Pensar
en todo momento acorde consigo mismo
Si bien el pensar por sí mismo es
necesario, uno corre el riesgo de caer en el egoísmo lógico. De ahí, la
importancia de la segunda máxima, pensarse en el lugar del otro es comunicar
nuestro juicio para contrastarlo con el resto, pensarse en el otro es salir de
la validez privada y pasar a la corrección pública. Sin embargo, esta
obligación de comunicar los juicios no es una carta abierta para opinar sobre
cualquier asunto sin responsabilidad alguna. La restricción kantiana se
establece en la caracterización del “docto”. Si bien el docto o experto se
distingue de la persona común por la posesión de ciertos conocimientos
específicos, esta condición no es suficiente, pues siempre es necesario ser
capaz de comunicar estos conocimientos. Aquel que posee muchos conocimientos,
pero no es capaz de transmitirlos Kant lo denomina como pedante, mientras que
quien acomoda sus conocimientos al gusto del público Kant lo denomina
populista. El pedante es lo universal en su forma abstracta, mientras que el
popular es lo abstracto en la experiencia.[74]
Frente a estas dos posibilidades Kant opone aquel quien posee conocimientos
escolares y conocimientos del mundo, ambas características claves de un
entendimiento sano.[75]
Así, creo que el docto es aquel que posee conocimientos especializados y es
capaz de transmitirlos.
Si bien en un principio parecería
tentador identificar al docto con el prudente epistémico, creo que la identificación
no es inmediata. Bien es cierto que el prudente epistémico tiene la habilidad
social de influir en los demás a partir del perfeccionamiento de los hábitos
cognitivos propios. Sin embargo, el docto en tanto prudente epistémico tiene la
obligación de instruirse y compartir sus conocimientos con el hombre ordinario,
es decir, tiene la obligación de ilustrarlo. No obstante, al encaminar a los
conciudadanos a pensar por sí mismos se los incluye en la senda de la
prudencia. Esta inclusión se da a través de la adopción de hábitos cognitivos
sanos. El deber pedagógico de perfeccionamiento de las facultades cognitivas no
sólo se dirige a las propias, sino que se extiende a las del resto de los
ciudadanos.
Conclusiones
El propósito central del artículo consistió
en establecer una conexión entre epistemología y política mediante algunas
investigaciones dentro de la epistemología social kantiana. En particular la
investigación intentó señalar la presencia de rasgos socio-cognitivos en la
política. Mi propuesta se concentró en la posibilidad de una prudencia
epistémica, la cual fue definida como: la habilidad social de influir en los
demás para fines cognitivos. Para el desarrollo de esta tesis fue medular la
reconstrucción de una antropología lógica, la cual fue definida como una
filosofía de la experiencia cognitiva (Weltkenntnis). Como doctrina pragmática
la antropología lógica se distingue de la psicología empírica porque no se
limita a describir los orígenes empíricos del error, sino que intenta superarlos
y con ello fomentar buenos hábitos cognitivos. Para llevar esta tarea a
cabalidad fue la prudencia epistémica la habilidad social por excelencia. La
prudencia epistémica intenta formar buenos hábitos cognitivos en la convivencia
social.
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[1] Luis Moisés López Flores.
Profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey. Contacto: lumolopez@tec.mx
[2] El lugar clásico es J. Rawls
(1980). Para una revisión, véase, S. Baiasu (2011).
[3] Para la epistemología social, A.
Goldman (2011); A. Haddock (2010). Para la epistemología normativa, L.
Zagzebski (1998).
[4] A. Chignell (2007a) y (2007b); L.
Pasternack (2014b).
[5] A. Gelfert (2010); para el
testimonio A. Gelfert (2006); para la comunicación L. Pasternack (2014a).
[6] A. Gelfert (2010).
[7] J. Zinkstok (2011).
[8] Para la discusión de la génesis W.
Stark en A. Cohen (2014, pp. 10-17).
[9] El primer curso de Kant fue durante
el semestre invernal de 1755 (Kant tenía treinta y un años) y el último en el verano
de 1796 (Kant tenía setenta y dos años). Las otras disciplinas fueron: física,
matemáticas, derecho natural, enciclopedia filosófica, teología natural,
pedagogía, mecánica y mineralogía. Ver la introducción de R. Clewis (2015).
[10] H. Wilson (2006, pp. 7-27). Cabe
señalar que las lecciones de antropología gozaban de alta popularidad (¡a veces
con hasta setenta estudiantes!), pese a que el contenido fue casi idéntico
durante los veintitrés años de su enseñanza.
[11] Toda esta discusión se encuentra
excelentemente documentada en H. Wilson (2006, pp. 7-27).
[12] Ver la tercera parte de edición de
Hymers y Fugate a A. Baumgarten (2014), la cual también recoge las similitudes
con la metafísica de Wolff.
[13] La sección de la psicología
empírica en la Metafísica de Baumgarten está dividida en veintidós secciones
sin aparentes subdivisiones. Este hecho contrasta con la división kantiana en
facultad de conocer, sentimiento de placer y displacer, facultad de desear, así
como la introducción de la caracterología (ausente en Baumgarten).
[14] A diferencia de la psicología
trascendental y la racional, la psicología empírica atiende a la relación
causal entre el mundo y las facultades. Esta psicología tiene un carácter
descriptivo a partir de la observación y la introspección del sujeto empírico.
Para un profundo análisis de la psicología empírica en Kant, P. Frierson (2014,
pp. 1-51).
[15] Para la relación entre la raza y la
moral ver mi artículo M. López, (2018).
[16] H. Wilson (2006, pp. 7-27).
[17] H. Wilson (2006, pp. 7-27). En esta
misma línea se encuentran los trabajos de A. Cohen (2009, pp. 1-14, 61-108) y
la introducción de R. Louden (2011).
[18] H. Wilson (2006, pp. 28-43). Para
una revisión de la Geografía física revisar el capítulo cuatro de S. Elden y E.
Mendieta (2011).
[19] Mi traducción
[20] Algo similar se encuentra en el
trabajo de R. Hanna (2006, pp. 1-34, 247-385).
[21] Mi traducción.
[22] Br, AA, 10:144-146.
[23] Mi traducción.
[24] En este caso Kant no toma a Platner
como ejemplo de antropología fisiológica, sino a Descartes con la glándula
pineal en su “Traité des passions de l'âme”. Anth, AA, 08:119.
[25] Kant es heredero de una tradición
en la cual comienzan su autonomía ciencias como la psicología, la biología y la
antropología. El siglo XVI es testigo de la difuminación de fronteras entre los
saberes. La psicología estuvo reducida a los estudios sobre el alma de corte
aristotélico. Para esta tradición el alma era un principio interno de
movimiento de todo ser vivo, de modo que la idea de un alma independiente era
controversial, pero posible. Esta interpretación chocó con dos opciones
excluyentes. Por un lado, las corrientes médicas empíricas consideraron
necesaria la superación del dualismo a través de la reducción del alma a
órganos corporales. Por otro lado, las corrientes teológicas, sobre todo
pietistas, consideraban el alma como una entidad individual, humana y sujeta al
juicio final. De lo anterior se hace evidente la alternancia de los nombres
para las ciencias y su variada jerarquía. F. Vidal (2011, pp. 1-155); J.
Zammito (2018, pp. 13-171).
[26] El uso kantiano de fisiología es
problemático. La fisiología kantiana incluye la física y la psicología
empíricas (doctrina del sentido externo y del interno respectivamente), ver
MAN, AA 04:471. Creo con G. Hatfield (2014, pp. 38-56) que la distinción entre
pragmático y fisiológico en el contexto de la Antropología atiende más al
contraste entre doctrinas de la naturaleza y doctrinas de la libertad, no sólo
al contraste entre médico fisiológico y pragmático. Las doctrinas de la
naturaleza incluyen a la medicina fisiológica, pero también a la psicología
empírica. Igualmente. P. Frierson (2014, pp. 1-51) señala la independencia de
la psicología empírica de Kant respecto de la psicología fisiológica, así como
la compatibilidad de la primera con la libertad.
[27] Este parece ser el contraste entre
pragmático y teórico (escolástico). G. Hatfield (2014, pp. 41-47).
[28] MS, AA, 06:217.
[29] GMS, AA, 04:388.
[30] R. Louden (2000, pp. 3-32) y R.
Louden (2011, pp. 49-64).
[31] Esta es la estructura de la
didáctica antropológica.
[32] Ver la introducción de R. Louden
(2011).
[33] J. Zinkstok (2011).
[34] KrV, A 53/B 77. Mi traducción. La
división completa de Kant considera a la lógica como: la ciencia de las reglas
del entendimiento en su uso general (la lógica general) o en su uso particular
(lógica particular). La lógica general se puede distinguir en lógica pura y
lógica aplicada. Para una revisión general de estas distinciones ver la
introducción de C. Tolley (2007).
[35] KrV, A 54/B 78.
[36] Log, AA, 09:18. En el contexto de
la Jasche Logik Kant afirma que la lógica aplicada no debería ser llamada
lógica en sentido estricto, sino una psicología que considera las cosas como
usualmente suceden.
[37] MS, AA, 06: 217. La antropológica
moral lidia con las condiciones subjetivas que obstaculizan o promueven el
cumplimiento de la ley moral. Así, la antropología moral se las ve con el
desarrollo, fortalecimiento y ampliación de los principios morales a través de
la experiencia. Para la relación entre epistemología normativa y Kant, L. Pasternack
(2014b).
[38] Mi traducción. La referencia de
Zinkstok de Kant es: Refl. 3332, AA 16:783.
[39] Creo que si seguimos estrictamente
la división kantiana de la antropología podemos sugerir la posibilidad de una
“Antropología estética” en relación con el sentimiento de placer y displacer.
[40] C. Graband (2016, pp. 1-13, 57-84);
H. Wilson (2016).
[41] Para una breve historia de la
prudencia, véase, G. Delannoi (1995, pp. 101-105). Para una revisión clásica de
la prudencia en Kant, véase, P. Aubenque (1975, pp. 156-182). Para una revisión
bastante completa sobre la prudencia en Kant, véase, C. Graband (2016).
[42] GMS, AA, 08:414.
[43] GMS, AA, 04, 414-417. Para una
revisión de estas distinciones, B. Ludwig (2006, pp. 139-157).
[44] Mi traducción. Cf. V-Anth/Parow, AA
25:413.
[45] La predisposición a la humanidad
consiste en un amor físico y racional que contempla la comparación con los
demás respecto de la felicidad. RGV, AA, 06:26-28.
[46] EEKU, AA 20:200; KrV, A800/B828.
V-Anth/Parow, AA 25:438; V-Anth/Parow, AA 25:590; V-Anth/Collins, AA, 208;
V-Anth/Mensch, AA 1140-4.
[47] KU, AA, 05:172.23–25; cf. EEKU, AA,
20:200. S. Bacin (2019) considera que la concepción de la prudencia de la EEKU
es transitoria entre GMS y la introducción oficial de la KU. Este señalamiento
se vale del reconocimiento del propio Kant de un error conceptual en la
GMS.
[48] Esta discusión está bien
documentada en P. Aubenque (1975, pp. 156-182) y C. Graband (2016, pp. 1-13).
[49] P. Aubenque (1975); C. Graband
(2016); P. Kain (2003); cf. S. Bacin (2019).
[50] GMS, AA, 04: 416.
[51] La pasión (Leidenschaft) se
diferencia del afecto (Affect) en la temporalidad más amplia y reflexividad de
la primera. Anth, AA, 08: 252. A su vez la pasión se divide en pasiones de
inclinación natural (innata) y de inclinación cultural (adquirida). La pasión
por influir es del segundo tipo. Anth, AA, 08: 268-275.
[52] Anth, AA, 08: 271; cf. Päd, AA, 09:
455. No creo que esta definición de prudencia entre en conflicto con la moral
por dos razones. La primera razón se relaciona con la manera de entender la
segunda formulación del imperativo (fórmula de la humanidad) como prohibición
de la instrumentalización: “Handle so, daß du die Menschheit, sowohl in deiner
Person, als in der Person eines jeden andern, jederzeit zugleich als Zweck,
niemals bloß als Mittel brauchest”. GMS, AA, 04: 429 (el resaltado es
mío). La fórmula prohíbe el uso de la humanidad “meramente” como medio, no la
humanidad como “mero” medio. El adverbio bloss modifica al verbo
“brauchen”, no a “Mittel”. Esta aclaración es importante porque en un sentido
muy restringido utilizamos a los demás como medios en la esfera social en
muchas ocasiones (el chofer que me lleva a mis destinos, el profesor que me
enseña). Lo que prohíbe el imperativo es usarlos solamente como medios (la idea
misma de un “mero medio” es incoherente, pues significaría la posibilidad otro
tipo de medios). La segunda razón obedece al contexto de la Antropología, pues
lo que está sujeto a discusión moral es la pasión por usar a los demás, no la
facultad de usarlos. De hecho, podría aventurar la hipótesis de que cuando
usamos a los demás meramente como medios estamos bajo el dominio de la pasión
por influir a los demás. Véase, S. Kerstein (2009, pp. 163-180).
[53] Anth, AA, 08:322.
[54] Anth, AA, 08: 322. Este carácter es
más general que el carácter del individuo, el sexo, el pueblo y las razas.
[55] Cf. RGV, AA, 06:26. En esa sección
Kant denomina las predisposiciones a la animalidad, humanidad y personalidad,
sin incluir la técnica.
[56] Anth, AA, 08:322-326. La
predisposición técnica tiene como objetivo la conservación de la persona (y la
especie) mediante la organización de la corporalidad humana en relación con su
uso racional. Kant también denomina esta tendencia habilidad porque se refiere
el uso racional del cuerpo como un instrumento de conservación de la vida. La
predisposición moral se refiere al carácter moral del ser humano en relación
con la ley moral. Aquí el ser humano tiene un carácter inteligible que lo
orienta hacia el bien, a pesar de su propensión al mal (mal como excepción a la
ley moral).
[57] Para la relación y simetría entre
los estadios históricos y los pedagógicos, R. Louden (2011, pp. 138-141).
[58] Päd, AA, 09:449. Omito la
disciplina porque ésta pertenece más al ámbito del cuidado cuyo objetivo es
limitar la animalidad en el ser humano.
[59] Päd, AA, 09:486. La cultura se
refiere al desarrollo de la predisposición técnica mediante la enseñanza y la
instrucción, pues es a través de la cultura que desarrollamos la habilidad
(Geschichlichkeit) como capacidad de alcanzar fines (sin determinarlos). La
moralización por su parte se refiere a la capacidad de elección de fines
buenos, es decir, fines que son aprobados no sólo por el agente individual,
sino por todo agente racional.
[60] P. Aubenque (1975, pp. 156-182).
[61] P. Kain (2006, pp. 230-265).
[62] H. Wilson (2016, pp. 26-37) ofrece
una descripción de cómo la prudencia mundana posibilita la felicidad personal.
[63] C. Graband (2016, pp. 71-84).
[64] Anth, AA, 08:125-230
[65] A. Cohen, “The Anthropology of
Cognition and its Pragmatic Implications” en A. Cohen (2014, pp. 76-93).
[66] A. Cohen, “The Anthropology of
Cognition and its Pragmatic Implications” en A. Cohen (2014, pp. 76-93).
[67] Anth. AA, 08:125-230.
[68] Kant menciona que la naturaleza ha
puesto en el hombre el germen de la discordia (Keim der Zweitracht), para que
de la propia razón el ser humano saque la concordia (Eintracht). La discordia
es un medio natural para el final racional de la concordia. Anth, AA, 08: 322.
Este señalamiento esta en sintonía con la insociable sociabilidad de IaG, AA,
08:15. Para un análisis sistemático del concepto de vida práctica que incluye
moral, religión, política, cultura e historia, K. Sweet (2013).
[69] L. Pasternack (2014b) considera que
en Kant podemos hablar de “deberes epistémicos”. Al respecto creo que podemos,
al menos, hablar de ventajas y desventajas sociocognitivas.
[70] KrV, A820/B848. Si bien el egoísta
lógico presupone la persuasión, no hay una relación de reducción. Uno puede
tomar la persuasión por mera validez privada sin pretender pasarla como
objetiva.
[71] L. Pasternack (2014b).
[72] A. Gelfert (2010).
[73] Cf. KU, AA, 05: 294. Pese a que en
el contexto de la KU las máximas son enumeradas en relación con el juicio de
gusto, en la Anth., las mismas máximas son recogidas en un contexto cognitivo.
[74] Refl. 2049, AA, 16: 214.
Igualmente, Refl. 2040-2063, AA, 16: 210-218. La tesis y evidencias textuales
al respecto las ofrece A. Gelfert (2010)
[75] Refl. 2051, AA, 16: 215