El desarrollo del genio artístico
The development of
artistic genius
LUCIANA MARTÍNEZ·
Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina[1]
Resumen
El objetivo general de este artículo es
examinar la evolución de la doctrina del genio en los apuntes de clase durante
la década silenciosa. En particular, se revisa la tesis según la cual en las
lecciones de antropología Menschenkunde, que son los apuntes disponibles
correspondientes al semestre de invierno de 1781-1782, Kant presenta por
primera vez una concepción del genio que se limita al ámbito estético. Hasta
entonces, el filósofo había admitido, de acuerdo con los documentos actualmente
accesibles, un concepto de genio que también se extendía a otros ámbitos de la
experiencia humana. En la Antropología Menschenkunde se desarrollan numerosos
rasgos de la doctrina del genio que se encuentran vinculados con esa
restricción y se examinan en este artículo.
Palabras clave
Kant, Genio, Arte,
Antropología, Menschenkunde
Abstract
The overall objective of
this article is to examine the evolution of the doctrine of genius in the
lecture notes taken during Kant's silent decade of the 1770s. In particular,
the following thesis will be examined: that in the notes on the Menschenkunde anthropology lectures, the
notes available corresponding to the
winter term of 1781-1782, Kant presents for the first time a conception of
genius which is restricted to the aesthetic field. Until then, according to the
documents which are currently available, he had admitted a concept of genius
which also extended over other spheres of human experience. In the Menschenkunde anthropology lectures a
number of aspects of the doctrine of genius corresponding to the
above-mentioned restriction are developed; they are examined in this article.
Key Words
Kant- Genius- Art- Menschenkunde Anthropology
Introducción.
El estudioso de la filosofía de Immanuel Kant cuenta con una
fuente principal para la comprensión de su noción de genio, que es la Crítica de la facultad de juzgar[2]. En
este texto, en efecto, el filósofo dedica algunos apartados a explicar las
propiedades del genio. En pocas palabras, el genio se presenta allí como una
disposición natural que da la regla del arte[3]. En
este sentido, el concepto se encuentra restringido a un ámbito de nuestra
experiencia, que es el ámbito de la producción artística[4].
Sin embargo, si revisamos otras fuentes kantianas, en particular
anotaciones marginales[5]
y apuntes de clase[6],
descubrimos que antes de publicar ese texto Kant había desarrollado una noción
de genio más amplia, que también resultaba provechosa para pensar algunos
aspectos del conocimiento. Las fuentes de comienzos de la década de 1770
registran una inquietud acerca de si era necesario genio para hacer matemática,
o para el desarrollo de la filosofía. Estas cuestiones se encuentran vinculadas
con otros temas que interesaban al joven filósofo, tales como la incidencia de
la copia en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y las disciplinas en las
que la mera imitación resulta insuficiente.
A mediados de esa década Kant comenzó a incorporar nuevos
elementos en su concepción del genio, tales como una fortalecida noción de
espíritu y la de las ideas. Después de 1776 Kant habría accedido a la traducción
del ensayo sobre el concepto de genio de Alexander Gerard[7]. Una
reflexión de esa época[8]
da cuenta del impacto que tuvo la novedad en el pensamiento de Kant. Hay cierto
consenso en la literatura sobre el tema respecto de la influencia que tuvo esta
lectura.[9]
Se considera que a mediados de la década silenciosa la doctrina del genio
comenzó a adquirir los rasgos principales que tendría en su estado más
desarrollado, que es el que se presenta en la Crítica de la facultad de juzgar. En este artículo intentamos
examinar un momento de esa evolución.
La hipótesis que orienta esta investigación del desarrollo de la
doctrina del genio en las anotaciones de clase[10] es que
sólo a inicios de la década de 1780 se registra en ellas la restricción de la
doctrina del genio al ámbito del arte. En las anotaciones sobre antropología
conocidas como Menschenkunde, en particular, sucede la omisión de la noción de
genio para describir la específica naturaleza del filósofo.[11] En
este sentido, pienso que este documento puede ser considerado como el primer
testimonio de la restricción del concepto de genio al ámbito de las bellas
artes, que habría tenido lugar durante la década crítica[12]. Con
el fin de mostrar la naturaleza de tal novedad, en primer lugar se describirá a
continuación la doctrina del genio tal y como se desarrolla en los primeros
años de la década silenciosa. Luego, se examinará la incidencia que tuvo la
recepción de Gerard. Para ello, examinaremos una reflexión que Kant escribió
acerca de este autor y las anotaciones de antropología que son contemporáneas a
este acontecimiento. Por último, en la sección final de este artículo, se
comentarán los elementos nuevos que pueden encontrarse en las anotaciones de
antropología Menschenkunde.
1. Las consideraciones acerca
del genio hasta la recepción de Gerard.
Antes de que Kant estuviera en contacto con la traducción al
alemán del texto de Gerard, su doctrina del genio, de acuerdo con las fuentes
disponibles, se restringía a unos pocos elementos. En primer lugar su desarrollo
estaba vinculado casi exclusivamente a una clasificación de diferentes tipos de
conocimiento. En efecto, si bien es cierto que en las lecciones de metafísica
hay un testimonio del genio como una instancia de creación que no sigue
instrucciones ni reglas[13],
en las otras fuentes se describe como el tipo de espíritu original que es
necesario en filosofía.
En las lecciones de lógica, Kant distinguía los conocimientos que
podemos adquirir por aprendizaje y el conocimiento que obtenemos por el mero sano
entendimiento[14].
En este sentido, cabe diferenciar aquellos conocimientos que pueden ser
enseñados y los que no[15].
Estos últimos pertenecen a la incumbencia del genio. El mismo tipo de
consideraciones se encuentra en la base de la diferenciación entre la
matemática y la filosofía. Los argumentos con los que Kant establecía el límite
entre ambas ciencias son, en verdad, numerosos. Uno de ellos involucraba la
doctrina del genio. En las lecciones de antropología de comienzos de la década
silenciosa, la matemática se describe como un arte que puede enseñarse [16]
En ella hay reglas[17]
que guían los procedimientos y esas reglas pueden dictarse[18]. El
caso de la filosofía es diferente. En ella no hay contenidos para enseñar. Para
Kant, no se ha escrito todavía un compendio de la filosofía. Además, la
filosofía debe desarrollar un método y no hay reglas para la elaboración del método[19].
Durante los primeros años de la década, el genio se describía como
un espíritu original, contrapuesto al espíritu de la imitación[20].
El concepto de espíritu tenía una extensión diferente, más amplia, de la del
concepto de genio. Por una parte, también la imitación involucra espíritu. Por
otro lado, el espíritu se presenta como un principio vital, como algo que
vivifica aquello en lo que se encuentra.[21] El
genio, por su parte, es innato, raro e inusual.[22] Es un espíritu original, que crea y lo hace sin
instrucciones ni reglas.[23]
Como se tornará evidente a continuación, estos rasgos del genio se
mantendrán durante toda la década. El genio se describirá siempre como un rasgo
raro, contrapuesto a la enseñanza y la imitación y estrechamente vinculado con
el espíritu autónomo. La única característica de esta doctrina temprana que
caerá en desuso a principios de la década siguiente es la asociación del genio
con la producción del método y el conocimiento filosófico.[24]
2. La recepción crítica
de Gerard en la segunda mitad de la década silenciosa.
El texto Essay on Genius de
Alexander Gerard se publicó, en inglés, en 1774. Dos años después, en 1776, se
publicó su traducción al alemán, a cargo de Christian Garve.[25]
En este texto, Gerard presenta una doctrina del genio como inventor. La creación involucra todas las facultades del hombre. La
principal de ellas es, sin embargo, la imaginación. Gerard desarrolla una
cuidadosa argumentación para justificar la tesis según la cual esta facultad es
la más importante para la producción genial.
Un elemento de esa argumentación consiste en la diferenciación
entre la invención y el aprendizaje. Para Gerard, la capacidad de aprender, a
diferencia de la capacidad de inventar, es común a todos los hombres. Alguien
que no tenga esa capacidad será un monstruo. Por otro lado, el aprendizaje
puede ser explicado a partir de las otras facultades del hombre, sin tomar en
consideración la imaginación, que es propia del genio. Por otra parte, Gerard
considera que la actividad genial se expresa tanto en la ciencia como en el
arte. En la ciencia, se necesita genio para crear conocimiento verdadero. En el
arte, se necesita genio para crear belleza. En ambos casos, la facultad rectora
en la invención es la imaginación.[26]
Entre 1776 y 1778, Kant habría escrito una anotación acerca del
texto de Gerard[27].
Esta anotación es el comentario más detallado de Kant sobre este texto.[28]
En ella, el filósofo de Königsberg critica la concepción del genio como
facultad, que atribuye a Gerard. Como hemos indicado antes, Gerard no
identifica al genio con una capacidad, sino que sostiene que el genio tiene
todas las facultades. Sin embargo, la facultad característica del genio es,
para él, la imaginación. Para Kant, según la fuente mencionada, el genio no se
identifica con una facultad, sino con la vivificación de nuestras facultades
por medio de una idea. El concepto de la vivificación y la noción de una idea
no son nuevos en las fuentes kantianas, pero sí lo es esta manera de
caracterizar al genio. Por otro lado, en la reflexión el filósofo concede la
consideración del genio como necesario para inventar.
Contamos con anotaciones de clase correspondientes a esta época.
Se trata de las lecciones de antropología Pillau, del semestre de invierno de
1777-1778. En ellas se desarrolla una doctrina del genio que mantiene algunos
elementos de las lecciones previas, pero también incorpora algunas novedades.
Como en los cursos anteriores, en Pillau se caracteriza al genio como libre de
reglas y se lo define como espíritu original[29].
Además el genio constituye, todavía, uno de los elementos que permiten
diferenciar el ejercicio de la matemática y el de la filosofía. Esta última, en
efecto, se sigue caracterizando como ciencia de genio.[30]
Por otro lado, las lecciones de 1777-1778 contienen algunas
novedades. En primer lugar, al igual que en la reflexión 949 comentada antes,
Kant señala la diferencia entre descubrir e inventar. El descubrimiento se
refiere a una cosa que ya existía. El ejemplo elegido por Kant es el
descubrimiento de América. El objeto ya existente pero desconocido se trae a la
luz con el descubrimiento, que no produce nada nuevo. Inventar, en cambio,
involucra crear algo que antes no estaba. El ejemplo kantiano es el teorema de
Pitágoras.[31]
Otra novedad que también está vinculada con el debate con Gerard
es la indagación acerca del principio de la originalidad del genio. Para Kant,
el carácter original, que no imita ni sigue reglas, sigue siendo el rasgo
distintivo del genio. Pero para él ese principio no es la facultad de la
imaginación, ya que los productos de esta facultad son, por sí mismos,
caóticos. Lo que caracteriza al genio no es la imaginación, sino el espíritu.
El espíritu, sin embargo, no es una facultad. Antes bien, es un principio que
proporciona unidad y armonía a las facultades.[32] En el
concepto de espíritu así definido y en la consideración de los productos de la
imaginación como no ordenados se cifra una visión crítica del planteo de
Gerard.
En relación con este punto, por último, encontramos un comentario
novedoso en las lecciones, que, empero, no parece vinculado con la crítica de
Gerard. En Pillau, Kant señala que no es conveniente utilizar el término
francés, espirit, para referirse al
genio. Ese término resulta ambiguo y puede traducirse al alemán tanto como genio, cuanto como ingenio[33].
El primero se vincula con la creación. El ingenio, en cambio, se relaciona con
la capacidad de comparar representaciones.[34] El
espíritu, por su parte, es un adjetivo que se emplea para describir diversos
tipos de cosas. En relación con nuestras facultades, el espíritu refiere una
armonía, un juego de ellas. [35]
3. La doctrina del genio
en los primeros años de la década crítica.
Se suele considerar en la literatura sobre este tema que hubo un
gran cambio en la doctrina kantiana del genio después de 1776. En particular,
se considera que la recepción de Gerard tuvo una influencia significativa en
ese cambio.[36]
Luego de la traducción del texto de Gerard, en la época correspondiente al
presunto cambio hubo dos lecciones de antropología de las cuales tenemos
testimonios actualmente. Se trata de las llamadas lecciones de antropología
Pillau (1777-1778) y Menschenkunde (1781-1782)[37]. Los
ejes del cambio que tuvo lugar en estos años son dos. Por un lado, Kant puso el
foco en la distinción entre descubrir e inventar. Por otro lado, desarrolló con
mayor grado de detalle el concepto de espíritu.
Hay diferencias notables, sin embargo, entre el contenido de las
anotaciones Pillau y el de las anotaciones Menschenkunde acerca de la doctrina
del genio. La principal de ellas se refiere al alcance de esa doctrina. En
Pillau, Kant todavía sostiene la clasificación entre las ciencias que pueden
aprenderse, como la matemática, y las ciencias de genio, como la filosofía. En
este sentido, la filosofía tiene un origen común con el del arte. En
Menschenkunde, este rasgo de la filosofía se cancela. El genio se presenta en
estas anotaciones asociado a la creación poética y caracterizado por la
imaginación creativa.[38]
Así, positivamente la doctrina del genio se restringe, de manera explícita, al
ámbito de la producción de arte.
La contracara de esto es que en el tratamiento de la diferencia
entre la filosofía y la matemática se omite la noción de genio. Kant menciona diferentes
tipos de “cabeza” (Kopf)[39] y señala que la filosofía requiere ingenio.[40]
Ser un genio[41],
en cambio, significa tener una mente original. El genio requiere un talento que
no puede sustituirse por el esfuerzo[42]. Los
productos de la imaginación parecen ser un resultado de este tipo de talento.
Por esta razón, no se encuentra genio en la ciencia, sino sólo en la poesía.
Genios son los poetas y los artistas, no los científicos y filósofos.[43]
La objeción a la posición de Gerard es, una vez más, explícita. La
imaginación es necesaria para el genio, pero no lo define. Y no hay genio en
filosofía y en ciencia. Sin embargo, Kant no deja de elogiarlo en este curso.
En estas lecciones se evidencia un desarrollo más extenso y detallado de la cuestión
del genio. En medio de la exposición, de acuerdo con el testimonio que tenemos,
Kant advierte que el tema ha sido tratado por numerosos investigadores, pero el
mejor de ellos ha sido Gerard.[44]
El concepto de genio se define en estas clases como un “talento
original” y no como un talento prominente o más desarrollado.[45]
El término proviene del latín genius[46]
y significa un espíritu peculiar que acompaña a las personas desde su
nacimiento[47].
Este espíritu no es un fantasma. Para Kant, la palabra “espíritu” es
conflictiva. En francés, se utiliza el concepto latino y no el término
“espirit” por las razones que ya hemos encontrado explicadas en Pillau. Genius proviene de gignere[48] y
permite resaltar el carácter original. La originalidad del genio se opone al
espíritu de imitación, a todo aquello que puede enseñarse y a la producción que
sigue reglas y modelos[49].
El genio se presenta como un maestro, y no como un esclavo de las reglas.[50]
Un elemento novedoso de la presentación en Menschenkunde que se
vincula con este rasgo de la genialidad es la mención de Shakespeare. El autor
inglés era un tema de discusión en la estética de la época en virtud de su
deliberada infracción de las leyes del teatro clásico. En particular, Kant lo
mencionaba por la omisión de la regla de la unidad del espacio en su obra.
Kant, al igual que Gerard, presentaba a Shakespeare como a un genio[51].
Su imaginación no podía estar restringida por reglas. Shakespeare se presenta
como un maestro de las reglas y no como el esclavo de ellas. Él no se encuentra
compelido a subsumir su obra a reglas arbitrarias. Ahora bien, esta peculiar
relación del artista con las reglas no es universalizable, no vale para todos
ni para todos los ámbitos de la vida de esos hombres singulares.[52]
En cambio, esa ruptura con la regla se presenta como una licencia. Fuera del
ámbito de ella, infringir las reglas es un error. La genialidad compensa este
error, pero el gesto no debe ser reproducido[53].
4. Las facultades que
constituyen el genio.
Entre las novedades que contiene el apunte de antropología
Menschenkunde se cuenta un detallado tratamiento de las facultades que
constituyen el genio. En este respecto, el vínculo con el texto de Gerard,
tanto por su proximidad cuanto por la crítica, es máximo. Como Gerard, Kant
considera que el genio involucra todas las facultades del hombre y también
afirma que requiere una imaginación bien dotada. Sin embargo, para Kant no es
éste el rasgo crucial del genio.
Las facultades que permiten comprender la naturaleza del genio
son, según Kant, cuatro. En primer lugar se encuentra la sensación (Empfindung). Bajo este concepto incluye
los productos de la sensibilidad y la imaginación. La sensación se encuentra
especialmente desarrollada en los productos de Milton y Shakespeare. El segundo
requisito del genio es la facultad de juzgar. En estos apuntes, esta facultad
se define como un enlace entre el producto, es decir el objeto creado, la obra,
y la verdad. Sin embargo, tiene también una función negativa, ya que constituye
la censura del genio y establece los límites de la imaginación. El tercer
elemento del genio es el espíritu. Kant señala en este punto que en la lengua
alemana la palabra “espíritu” (Geist)
tiene el mismo significado que “genio”. El espíritu involucra la idea que está
en el suelo de la obra. Por último, el genio necesita gusto[54]. En
estas lecciones, el gusto se presenta como el aspecto social de la producción
artística, ya que reúne la sensación y el significado social de la obra. De
estas facultades, las más importantes para el genio son la facultad de juzgar y
el espíritu.[55]
Para ilustrar la contribución de cada elemento para la producción
genial, además, Kant utilizaba una imagen. Se trata, en particular, de la
imagen de un árbol.[56]
En esta imagen, la facultad de juzgar representa las raíces del árbol, que para
Kant se encuentran mejor desarrolladas en Alemania. La imaginación, mejor
desarrollada en Italia, es como la copa del árbol. Las flores del árbol
expresan el gusto del genio. Las flores no son cruciales, pero hacen que la
figura sea más bonita y refinada. El gusto no es esencial para el genio y se
encuentra presente especialmente entre los franceses. Pero no se espera del
producto de genio que sea refinado. Un claro ejemplo de ello es Shakespeare. El
genio no es un árbol que produce flores. Su fin son los frutos, que en la
imagen kantiana se encuentran asociados al espíritu. Los productos de genio
tienen espíritu. Ésta es la esencia del genio y se encuentra muy bien
desarrollada en Inglaterra. Para Kant es imposible explicar detalladamente la
naturaleza del espíritu. Sin embargo, indica que su producción está dirigida
por una idea. Ella representa el fin al que se dirige la producción y le
proporciona vitalidad a ésta.[57]
Consideraciones finales
En este artículo nos hemos propuesto examinar la naturaleza de las
novedades presentes en las lecciones de antropología Menschenkunde, a la luz de
los desarrollos de la doctrina del genio en las lecciones anteriores. Con ese
fin, hemos examinado dos momentos previos. En primer término, estudiamos los
principales rasgos de la doctrina del genio exhibida en diferentes cursos antes
de la publicación del ensayo de Gerard. Luego, hemos tomado en consideración el
impacto inmediato que tuvo la lectura de este ensayo, a partir del análisis de
la reflexión 949 y de las lecciones de antropología Pillau, que son
contemporáneas o inmediatamente posteriores a la lectura de Gerard. Por último
recorrimos las novedades de los apuntes Menschenkunde.
Este estudio hace evidente que, en relación con el problema que
inquietaba a Giordanetti, a saber el problema del momento en el que Kant
restringe la doctrina del genio al ámbito de la producción artística, la
respuesta se encuentra en Menschenkunde. La incidencia que tuvo la recepción de
Gerard en el proceso que llevó a Kant a efectuar esa restricción es clara.
Ciertamente, a partir de 1776 el interés de Kant se centra en la noción de
espíritu, que es la noción con la que objeta las tesis que atribuye a Gerard. Además,
el concepto de invención comienza a tener una función central.
Las novedades que encontramos en Menschenkunde, sin embargo, no se
limitan a esto. Otros dos temas que también se presentan en el texto de Gerard
ocupan al profesor en esas clases de antropología. Por un lado, la figura de
Shakespeare, que constituía en sí misma un tema central de debate en esa época
y que desde luego está mencionada por Gerard, le permite a Kant renovar una
cuestión que le interesaba desde sus primeros cursos. Se trata, a saber, de la
cuestión de la compleja relación del genio con las reglas.
Por otra parte, en los apuntes Menschenkunde Kant coloca en el
centro de la doctrina del genio un tema que antes sólo había desarrollado en el
marco de otras explicaciones[58]y
que se mantendrá como eje hasta la publicación de la Crítica de la facultad de juzgar. El problema de las facultades
involucradas en el genio, que también es un aspecto central de la
interpretación del texto de Gerard, se elabora en el curso de 1781-1782 de una
manera que es al mismo tiempo precaria y compleja. El tratamiento es precario
porque la distinción y la selección de las facultades no es suficientemente
clara y la lista de ellas no es la definitiva. Pero es asimismo complejo, en
virtud de que involucra una rica variedad de elementos, tales como la imagen
del árbol y las consideraciones acerca de la naturaleza de los hombres de
diferentes nacionalidades.
La evolución de la doctrina del genio a lo largo de la década
silenciosa exhibe algunos rasgos interesantes de esta parte de la historia del
pensamiento de Kant. En primer término, las variaciones, las añadiduras y las
nuevas explicaciones exhiben un trabajo constante del filósofo sobre los
materiales y una búsqueda auténtica por el conocimiento. La selección de los
subtemas y las múltiples posibles referencias que podemos adivinar en cada
línea sugieren, asimismo, un acceso considerable de Kant a los materiales de la
época y un interés no despreciable por el tema.
Referencias
Baumgarten, A. G. (2004), Metaphysik.
Ins Deutsche übersetzt von Georg Friedrich Meier. Jena: Dietrich Scheglmann
Reprints.
Beckenkamp, J. (2015) “Kant und Gerard über Einbildungskraft”. En:
Dörflinger, B.; La Rocca, C.; Louden, R.; de Azevedo Marques, U. R., Kant’s Lectures / Kants Vorlesungen.
Berlin: Walter de Gruyter.
Beckenkamp, J. (2016) “Kant e Gerard sobre imaginação”. Studia Kantiana, 20, 117-127.
Bruno, P. (2010). Kant’s
Concept of Genius. London, New York: Continuum.
Desmond, W. (2013). “Kant and the Terror of Genius: Between
Enlightenment and Romanticism”. En: Kants
Ästhetik · Kant’s Aesthetics · L’esthétique de Kant. Berlin, Boston: De
Gruyter, 594–614.
Feder, J. G.. (1769) Grundriß
der Philosophischen Wissenschaften nebst der nöthigen Geschichte. Coburg :
Findeisen, 1769.
Fricke, C. (2015) “Genius”. En: Willaschek, M., Stolzenberg, J.,
Mohr, G., Bacin, S., Kant-Lexikon. Berlin,
Boston: De Gruyter, 756-758.
Gerard, A. (1759) An Essay
on Taste with three dissertations on the same subject by Voltaire, D’Alembert,
Montesquieu. London: Millar, Kincaid, and Bell.
Gerard, A. (1966) An Essay
on Genius. München: Wilhelm Fink Verlag.
Giordanetti, P. (1991). “Kant e Gerard. Nota sulle fonti storiche
della teoria kantiana del ‘genio’”. Rivista
Di Storia Della Filosofia, 46 (4), 661–699.
Giordanetti, P. (1995). “Das Verhältnis von Genie, Künstler und
Wissenschaftler in der Kantischen Philosophie”. Kant-Studien, 86(4), 406–430.
Helvétius (1758) De
l’espirit. Paris: Durand.
Herder, J. G. (1773) “Shakespeare”. En Von Deutscher Art und Kunst. Hamburg,73-118.
Herder, J. G. (1964) “Ursachen des gesunknen Geschmacks bei den
verschidnen Völkern, da er geblühet”. In: Herders
Werke in fünf Bänden, drittes Band. Berlin und Weimar: Aufbau Verlag.
Kant, Immanuel (1900 ss) Gesammelte
Schriften Preussische Akademie der
Wissenschaften, Bd. 23 Deutsche Akademie der Wissenschaften zu Berlin, ab Bd.
24 Akademie der Wissenschaften zu Göttingen. Berlin.
Kant, I. (1991) Crítica de
la facultad de juzgar. Traducción y notas de Pablo Oyarzún. Caracas: Monte
Ávila.
Kant, I. (2015) Lecciones de
Antropología. Fragmentos de estética y antropología. Introducción, edición,
traducción y notas de Manuel Sánchez Rodríguez. Granada: Comares.
Kant, I. (2015) “Do génio”. Introducción, traducción y notas de
Fernando M. F. Silva. En: Estudos
Kantianos, 3(2), 211–232.
Klukoff, P. J. (1967) “Alexander Gerard. An Essay on Genius
(1774), edited by Bernhard Fabian (Theorie und Geschichte der Literatur und der
Schönen Künste, vol. III). München. Wilhelm Fink Verlag. 1966. vii + 459 pp.
DM.52”. En Studies in Scottish Literature,
5 (3), 201–202.
Martínez, L. (2018) “La doctrina del genio en las lecciones de
antropología de la década silenciosa”. En Leyva, G., Peláez, A., Stepanenko,
P., Los rostros de la razón. Barcelona:
Anthropos, 232-246.
Martínez, L. (2019). “Die Lehre vom Genie in Kants Vorlesungen
über Philosophische Enzyklopädie”. En: Waibel, V., Ruffing, M. and Wagner, D, Natur und Freiheit, 901–908.
Ortland, E. (2001) “Genius”. In: Barck, K. et al, Ästhetische Grundbegriffe, Band 2. Stuttgart,
Weimar: Metzler Verlag.
Pope, A. (1711) An Essay on
Criticism. London.
Ritter, J. (1971) “Genie”. In: Historisches
Wörterbuch der Philosophie. Basel: Schwabe Verlag, v. 3, 279-309.
Sánchez Rodríguez, M. (2010). Sentimiento
y reflexión en la filosofía de Kant Estudio histórico sobre el problema
estético. Hildesheim, Zürich, New York: Georg Olms Verlag.
Tonelli, G. (1966). “Kant’s Early Theory of Genius (1770-1779):
Part I”. Journal of the History of
Philosophy, 2.
Tonelli, G. (1966). “Kant’s Early Theory of Genius (1770-1779):
Part II”. Journal of the History of
Philosophy, 4(3), 209–224.
Wenzel, C. H. (2001). “Beauty, Genius, and Mathematics: Why Did
Kant Change His Mind?” History of
Philosophy Quarterly, 18(4), 415–432.
Young, E. (1918) Conjectures
on Original Composition. Manchester: The University Press, London, New
York, etc.: Longmans, Green & Co.
· Luciana Martínez
(CONICET, KANTINSA). Email: luciana.mtnz@gmail.com
[1] Escribí este artículo durante una estancia en Halle (2019) y una
estancia en Catania (2020), realizadas en el marco del proyecto KANTINSA. (This project has received funding
from the European Union’s Horizon 2020 research and innovation programme under
the Marie Skłodowska-Curie grant agreement No 777786). Quisiera agradecerle,
por otra parte, al profesor Manuel Sánchez Rodríguez por facilitarme
materiales, responder mis preguntas, discutir nuestras ideas y compartir
conmigo sus conocimientos desde el comienzo de esta investigación. Asimismo,
les agradezco a los dos evaluadores anónimos sus valiosas indicaciones para
mejorar la calidad de este trabajo.
[2] Seguimos la traducción
del profesor chileno Pablo Oyarzún.
[3] Cf. KU §43.
[4] Véase KU §49.
[5] Cf. Tonelli (1966).
[6] Cf. Giordanetti (1995), Martínez (2019).
[7] En su libro sobre la evolución del problema
estético en el pensamiento de Kant, Manuel Sánchez Rodríguez diferencia dos
interpretaciones de las fuentes de Kant. Por un lado, Schlapp defiende la
importancia del concepto del genio como un concepto heredado de la tradición
anglosajona. Por el otro lado, Baeumler pone el énfasis en la tradición alemana
y desestima el carácter central de nuestro concepto. Sánchez Rodríguez propone
una interpretación que reconoce tanto la incidencia de la ilustración alemana cuanto
el rol del concepto de genio en la estética kantiana. El presente artículo,
como se hará evidente, se inscribe en y es deudora de la propuesta
historiográfica de Sánchez Rodríguez. (Sánchez Rodríguez, 2010: 164 ss.)
[8] R. 949, fase φ, 1776-1778, en AA 15: 420s.
[9] En su libro sobre
genio, Bruno considera a Gerard como la principal influencia de Kant. Véase
Bruno, 2010: 30ss.
[10] Un estudio minucioso de las reflexiones, que fueron editadas con
anterioridad, ha sido realizado por Giorgio Tonelli, en el artículo citado
antes.
[11] Hemos consultado para
este trabajo la edición anotada del texto a cargo de Manuel Sánchez Rodríguez.
[12] Giordanetti, 1995: 409.
[13] Met L1, PM 161.
[14] V-Log/ Blom, AA 24:165.
[15] V-Log/Phil, AA 24:
321s.
[16] V-Ant/Col, AA 25:164;
V-Ant/Par, AA 25: 364, V-Ant/Fried, AA 25: 556.
[17] PhilEnz, AA 29:5.
[18] En este sentido, en contra de los que sostiene C. Wenzel, es
inusual (aunque no inexistente) la atribución de genio al desarrollo de la
investigación matemática, incluso a comienzos de la década de 1770. El artículo
de Wenzel, sin embargo constituye una explicación interesante de los motivos
por los que para Kant no puede haber genio (ni gusto) en el ámbito de la
matemática. Cf. Wenzel (2001).
[19] V-Anth/Fried, AA 25:
556.
[20] V-Log/Phil, AA 24: 493; V-Log/ Blom, AA 24:
299. Es importante reparar en esta distinción temprana entre ciencias de genio
y ciencias de la imitación y el aprendizaje. Para Giordanetti, esta distinción
es una consecuencia de la recepción de Gerard. Cf. Giordanetti, 1991: 688 ss.
Sin embargo, estas fuentes indican que Kant había desarrollado la
diferenciación antes de tener acceso al texto de Gerard.
[21] V-Ant/ Par, AA 25: 437;
V-Ant/Col, AA 25: 167; V-Ant/Fried, AA 25: 557.
[22] V-Ant/ Fried, AA 25: 556s.
[23] Met L1, PM 164.
[24] En otro sitio hemos mostrado que esta
asociación de la doctrina del genio con el tratamiento de las diferencias entre
la filosofía y la matemática puede encontrarse ya en uno de los libros de texto
que Kant utilizaba en sus cursos. Se trata del libro de Feder empleado en los
cursos sobre Enciclopedia filosófica. Cf. Feder, Grundriß, §4. Sobre este tema cf. Martínez (2019).
[25] Puede encontrarse un comentario sobre la publicación y la
recepción de este texto de Gerard en Klukoff (1967).
[26] Este párrafo es un
resumen de Gerard 1966, parte 1, secciones 1 y 2.
[27] R949, AA 15: 420s.
[28] Joãosinho Beckenkamp (2015, 2016) sostiene que las críticas de
Kant no se basan en el texto de Gerard, sino en un comentario de este texto, escrito
por Johann N. Tetens.
[29] V-Ant/Pil, AA 25: 783.
[30] V-Ant/Pil, AA 25: 784.
[31] V-Ant/Pil, AA 25: 758.
[32] V-Ant/Pil, AA 25: 782.
[33] V-Anth/Pill, AA 25: 782. Tonelli examina esta
indicación y señala que el espíritu es denominado genio por los franceses en virtud de que espirit significa ‘ingenio’. Tonelli, 1966: 116. Un caso de este
uso del término es Helvetius (1758).Sánchez Rodríguez, por su parte, asocia
esta referencia al francés con el texto de Meier. Sánchez Rodríguez, 2010: 168.
[34] V-Ant/Pil, AA 25:753,
781.
[35] V-Ant/Pil, AA 25: 772.
[36] Cf. Tonelli 1966,
Giordanetti 1991, Bruno 2010, Martínez 2018.
[37] En este caso, hemos revisado tanto la traducción al español de
Manuel Sánchez Rodríguez, como la traducción al portugués realizada por
Fernando Silva.
[38] V-Ant/Mensch, AA 25:
991.
[39] Esta noción aparece en las lecciones previas y
se encuentra ya en la versión alemana de la Metafísica
de Baumgarten. El término, en este texto de Baumgarten, hace referencia a
una peculiar disposición de nuestras facultades, que nos torna más apto en uno
u otro ámbito del saber (matemático, histórico, filosófico, poético, mecánico).
Cf. Baum, Met. §476. En la traducción de
Meier, Baumgarten, 2004: 148.
[40] V-Ant/Mensch, AA 25: 1054.
[41] Es importante señalar que en estas anotaciones se distingue entre
“ser genio” y “tener genio”. Cf. V-Anth/ Mensch, AA 25: 1061. Algunos autores,
como Bruno, consideran que esta distinción aparece y se torna significativa
después de Kant. Ortland muestra que ya había sido desarrollada en el siglo XVII.Véase
Ortland, 2001: 675.
[42] Esta representación del genio y su relación con
el empeño ya había sido discutida en la literatura inglesa, desde que E. Young
afirmó que el genio es un don y que no requiere ningún esfuerzo. Véase Young,
1918: 6.
[43] Debemos mencionar en este punto que en estos mismos años Kant
utiliza la noción de genio para hacer referencia a los grandes griegos que
originaron la lógica (V-Met/Volck, 28: 368), así como a los requisitos
necesarios para desarrollar una filosofía buena y comprensible (V-Log/Wien, AA
24:796).
[44] V-Ant/Mensch, AA 25: 1055.
[45] V-Ant/Mensch, AA 25:
1056.
[46] Fricke encuentra una diferencia entre el
significado del término alemán (Genie)
y el del término latino (genius) para
Kant. Cf. Fricke, 2015: 758.
[47] Este comentario de Kant se identifica con las
definiciones clásicas del término latino. Cf. Valpy 1828, 174.
[48] En de Vaan, el verbo “gigno, -ere” se define como ‘crear,
engendrar’ (2008: 260). En Ernout et Meillet se presenta un significado
derivado nominal que involucra “una divinidad generatriz que preside el
nacimiento de cada uno” (2001: 270 s.)
[49] V-Anth/ Mensch, AA 25: 1056.
[50] V-Anth/ Mensch, AA 25: 1057.
[51] La figura de Shakespeare y su ruptura con las
reglas del teatro clásico eran objeto de gran discusión, como hemos señalado.
En Alemania, muy cercano a Kant, Herder había desarrollado una frenética
defensa del autor británico. Cf. Herder 1773.
[52] Quizás en relación con este punto sea conveniente pensar la noción
del “terror del genio” de Desmond (2013). Este autor hace referencia al hecho
de que el genio no encaja en la descripción de las facultades regulares y las
formas de creación estándar. Por esta razón, para el autor Kant se inscribe, en
su doctrina del genio, entre la ilustración y el romanticismo.
[53] V-Anth/ Mensch, AA 25: 1057.
[54] La relación entre gusto y genio ha sido un tema
de debate. Alexander Pope presentaba el genio como una dimensión irreductible
respecto del gusto y el aprendizaje (1711: 48 s.). En el texto ensayo sobre el gusto, traducido al
alemán en 1766, Alexander Gerard escribió un capítulo entero acerca de la
relación entre el genio y el gusto. Para él, ambos surgen de la imaginación
pero no tienen una relación estable y regular (Gerard, 1759: 177).
Posteriormente, Herder estableció una prioridad del gusto. Éste es considerado
por Herder un prerrequisito del genio. De hecho, describe al gusto como un
conjunto de facultades, en tanto que el genio constituye un peculiar
ordenamiento de ellas. (Herder, 1964: 158).
[55] V-Anth/ Mensch, AA 25:
1060.
[56] Este elemento no tiene antecedentes en las
otras fuentes y se encuentra también en las conjeturas de Young, quien
describía la originalidad, opuesta a la imitación, como una suerte de
naturaleza vegetal, con raíces y frutos, que crecía. Young, 1918: 6. Mencionado
en Ritter, 1971: 283.
[57] V-Anth/ Mensch, AA 25:
1064.
[58] Antes, el análisis de las facultades en
términos bastante semejantes a los que en Menschenkunde recibe la doctrina del
genio se inscribe en la explicación del ingenio (Witz) y sus diferencias con la facultad de juzgar. Cf V-Ant/Col, AA
25: 135, 153. También se presenta en el contexto de la explicación de elementos
relativos al gusto (V-Ant/Par, AA 25:356) y a la perfección estética, cuando
por lo demás Kant también menciona a Shakespeare y a los ingleses en general
como aquellos que se guían por el espíritu. V-Ant/Col, AA 25:175.