El
esquematismo trascendental de Kant y su influencia en la psicología cognitiva
Kant’s Transcendental Schematism and its Influence in
Cognitive Psychology
Matías Oroño·
CONICET, UBA, Argentina
Reseña
de: Scaglia, L., Kant’s Notion of a
Transcendental Schema. The Constitution of Objective Cognition between
Epistemology and Psychology, Berlin/ Bern/ Bruxelles/ New York/ Oxford/ Warszawa/ Wien, Peter Lang,
2020, 294 páginas. ISBN:
978-3-631-80438-4.
El
libro de Lara Scaglia contiene una investigación sobre la noción kantiana de
esquema trascendental. En la obra pueden discernirse tres objetivos. El primero
consiste en desarrollar una indagación histórica sobre los usos del término esquema antes y después de Kant. El
segundo objetivo gravita en torno al análisis del rol del esquematismo
trascendental en la Crítica de la razón
pura, con el fin de elucidar si la introducción de los esquemas
trascendentales constituye un paso necesario en la argumentación de Kant o si
se trata de un agregado redundante en relación con las formas puras de la
sensibilidad y del entendimiento. El tercer objetivo de Scaglia es comprender
el legado de la doctrina kantiana del esquematismo trascendental y su vínculo
con nociones análogas en algunos desarrollos contemporáneos de la psicología
cognitiva. A continuación comentaré los principales contenidos de cada capítulo
de esta publicación, los cuales se estructuran en torno a los objetivos recién
señalados.
El
libro se divide en dos grandes partes. Los primeros cinco capítulos conforman
la primera parte del libro, la cual se titula “Kant’s theory of schematism and
its context”. En el Capítulo 1 encontramos una revisión histórica de la noción
de esquema con anterioridad a Kant. En un primer momento, se analiza la
aparición del término esquema en la
filosofía antigua. En autores como Platón, Aristóteles, Leucipo, Demócrito,
Teofrasto, Proclo y Filón de Alejandría el término es utilizado de manera poco
sistemática y con diversas connotaciones: retórica, geométrica, moral, lógica,
ontológica, epistemológica y física. Si bien puede identificarse que el término
esquema aparece asociado a los
significados de forma, apariencia y figura, la multiplicidad de sentidos y connotaciones revela que el
término es usado de manera muy laxa en este período de la filosofía. En un
segundo momento, hallamos que en la filosofía medieval el término griego schema es traducido por el término
latino figura. Se trata de un
concepto utilizado principalmente con connotaciones lógicas, por ejemplo,
cuando se habla de las figuras de un
silogismo. Este uso lógico del término figura
aparece en autores como Pedro Abelardo, Boecio, Ockham y Buridan, entre
otros. En tercer lugar, en la filosofía moderna el término esquema conserva el sentido lógico que ya presentaba en textos
medievales, pero además recobra una diversidad de connotaciones: figurativa
(Wolff), retórica (Sturmius, Diderot, D’Alambert), biológica (Ploucquet),
física (Bacon) y epistémica (Thomasius, Darjes, Tetens). Por cuestiones de
extensión, solo voy a comentar el uso del término esquema en Tetens, quien desarrolla la noción de esquema en un
sentido epistémico que prefigura algunos rasgos del esquematismo de Kant.
Tetens distingue tres facultades del alma: el sentimiento (Gefühl), la facultad de representación (Vorstellungskraft) y la facultad de pensar (Denkkraft). El sentimiento concuerda parcialmente con la
sensibilidad en tanto facultad que recibe pasivamente los objetos, mientras que
la facultad de pensar coincide parcialmente con el entendimiento concebido como
una facultad activa. Por su parte, la facultad de representación permite formar
imágenes que reproducen impresiones percibidas en el pasado o combinar dichas
imágenes de un modo novedoso. Ahora bien, estas imágenes no son suficientes
para determinar objetos concebidos como unidades que se relacionan a través del
pensamiento o del razonamiento. Por ello, para dar cuenta de los objetos es
preciso que haya no solo sentimiento (o sensibilidad) y representación (o
imaginación), sino también facultad de pensar (o entendimiento). Para Tetens la
imaginación es una facultad que se sitúa entre la sensibilidad y el
entendimiento. En este contexto el autor introduce el concepto de schema perceptiones como algo que media
entre sensibilidad y entendimiento y como un centro físico de unificación de
los datos sensibles recibidos a través de los diversos órganos sensoriales. De
este modo, el trabajo de Scaglia permite ver que el planteo de Tetens anticipa
algunos rasgos de la teoría kantiana de los esquemas trascendentales, los
cuales cumplen una función intermediaria entre la sensibilidad y el
entendimiento. Asimismo, podemos anticipar que a diferencia de Tetens, en Kant
los esquemas trascendentales son productos a
priori de la imaginación y no pueden identificarse con un centro físico que
unifica los datos provenientes de los órganos sensoriales.
En
el Capítulo 2 la autora ofrece un análisis de la noción de esquema en los
escritos pre-críticos de Kant. En la Nova
Dilucidatio (1755) el esquema posee un significado metafísico que alude a
una especie de proyecto divino en virtud del cual se explican
las relaciones mutuas entre sustancias individuales que no poseen relaciones
causales entre ellas. Gracias a este esquema, Dios determina no solo de la
existencia de las sustancias individuales y separadas, sino también las
relaciones recíprocas entre ellas. Quince años más tarde en la evolución del
pensamiento de Kant, en la Disertación del
año 1770 es presentado un nuevo significado del término esquema. Uno de los principales tópicos de esta obra radica en la
distinción entre dos fuentes de conocimiento, lo cual implica un contraste
entre leyes del entendimiento y leyes de la sensibilidad. Esta distinción entre
un mundo inteligible y uno de carácter sensible conlleva dos tipos de
entidades: fenómenos (objetos tal como aparecen en la sensibilidad) y cosas en
sí mismas que son captadas de modo intelectual. En este contexto Kant utiliza
el término esquema para referirse al
espacio y al tiempo concebidos como principios formales de la sensibilidad.
Scaglia deduce que en la Disertación el
esquema ya no posee un sentido metafísico (como sucedía en la Nova Dilucidatio), sino que adquiere un
significado epistémico. En suma, hacia 1770 Kant utiliza el término esquema
para aludir a un patrón que proporciona unidad y coordinación a los fenómenos
que aparecen de manera sensible.
En
el capítulo 3 Scaglia presenta las premisas necesarias para entender el
problema del esquematismo en la Crítica
de la razón pura. Para ello despliega los rasgos esenciales de las
doctrinas críticas de la sensibilidad y del entendimiento. Tras analizar la doctrina crítica de la sensibilidad, la autora
concluye que las formas puras de la intuición proporcionan una indicación
necesaria, aunque insuficiente, para la constitución de la unidad del objeto.
Sin el aporte del entendimiento, solo seríamos capaces de representarnos
relaciones de sucesión (temporal) o de coexistencia (en el espacio) entre las
impresiones que recibe la sensibilidad. Es decir, sin el aporte del
entendimiento no sería posible el conocimiento objetivo, ya que solo tendríamos
un flujo de impresiones dispersas, en el cual no podríamos distinguir algo
permanente, unitario y objetivo. Por este motivo es preciso contar con formas
puras de la intuición y con formas puras del entendimiento (categorías). Según
la interpretación desarrollada por Scaglia, la deducción trascendental de las
categorías explica que los conceptos puros son condiciones necesarias de la
experiencia objetiva. No obstante, el enfoque de la deducción trascendental de
las categorías es insuficiente para explicar cómo es posible la experiencia. Es menester ofrecer una explicación
acerca de cómo se aplican las formas
puras del entendimiento a la sensibilidad. La respuesta a este problema
justifica, tal como lo indica Scaglia, la introducción de la noción de esquema
trascendental en tanto representación mediadora entre los conceptos puros y la
sensibilidad.
El
capítulo 4 contiene un estudio sobre el capítulo del esquematismo en la Crítica de la razón pura. El principal
resultado que extrae Scaglia en este capítulo cuarto consiste en afirmar que la
distinción entre la función de la deducción trascendental y el capítulo
dedicado al esquematismo se comprende al tener en cuenta la perspectiva de la
facultad de juzgar que es introducida con la doctrina del esquematismo.
Mientras que la deducción se focaliza en justificar la posesión de reglas
sintéticas a priori (conceptos puros
del entendimiento), el esquematismo se ocupa de la aplicación de esas reglas a
casos concreto. La falta de homogeneidad entre ambas intuiciones y conceptos
puros del entendimiento encuentra su solución en los esquemas trascendentales
concebidos como determinaciones puras del tiempo. La aplicación de las
categorías a la intuición pura genera determinaciones trascendentales del
tiempo que son homogéneas con los conceptos puros y con las intuiciones
sensibles. Asimismo, Scaglia subraya que los esquemas son un producto a priori de la imaginación trascendental,
mientras que las imágenes son el resultado empírico de la imaginación
reproductiva.
En
el capítulo 5 se ofrece un resumen de los debates en torno al esquematismo
trascendental que han tenido lugar dentro de la Kant-Forschung. En una primera parte, que la autora denomina “destructiva”, se
consideran diversas críticas que recibió el capítulo del esquematismo. Se
revisan las posiciones de Zschocke (1907), Curtius (1914), Walsh (1957/58),
Allison (1983, 2004) y Guyer (2006), quienes ofrecen diferentes argumentos en
torno al carácter redundante del esquematismo, a la oscura terminología y a la
prioridad que se le adscribe al tiempo sobre el espacio en el marco de la
doctrina del esquematismo. En un segundo momento (“constructivo”), Scaglia
afirma que el esquematismo constituye un paso necesario en el proyecto de la Crítica de la razón pura, puesto que
allí se aborda un problema peculiar e inevitable que no se superpone con otras
secciones de dicha obra. Este problema se expresa mediante la siguiente pregunta:
¿Cómo pueden las categorías aplicarse a las intuiciones sensibles? Un rasgo de
la interpretación defendida por la autora consiste en sostener que en el
esquematismo hay una prioridad del tiempo sobre el espacio, dado que todas las
intuiciones deben ser dadas en el tiempo (aunque no necesariamente en el
espacio). Pero esto no implica, según Scaglia, que el espacio no juegue un rol
dentro del esquematismo y que la referencia a intuiciones externas no sea
importante para evitar posiciones solipsistas. Una profundización de esta
cuestión excede los límites de la investigación que Scaglia se propone llevar a
cabo, pues tal como lo indica la autora, el rol de las intuiciones externas en
el esquematismo exige estudiar en detalle lo desarrollado por Kant a partir de
mediados de la década de 1780. En los Principios
metafísicos de la ciencia de la naturaleza (1786) Kant sostiene que el
sistema de las categorías recibe su instanciación real en objetos materiales.
Asimismo, en la segunda edición de la Crítica
de la razón pura (1787) se afirma que son necesarias intuiciones externas
para dotar de significado a las categorías. Según Scaglia, en la edición del
año 1781 aún no hay elementos que remitan a esta necesidad de intuiciones
externas y de objetos materiales para cumplir con los objetivos del
esquematismo trascendental.
En
la segunda parte del libro, titulada “After Kant”, se presentan las
proyecciones de la doctrina kantiana del esquematismo en la filosofía posterior
a Kant y en el desarrollo de la psicología cognitiva. Esta segunda parte del
libro de Scaglia se encuentra dividida en tres capítulos. En el primero de
ellos se estudia la recepción del esquematismo de Kant en la filosofía
posterior a Kant. La autora distingue tres períodos en la recepción filosófica
de la doctrina del esquematismo. Un primer grupo se refiere a las recepciones
tempranas (Maimon, Herder, Humboldt); un segundo momento está dedicado al
idealismo alemán clásico y a los post-kantianos (Fichte, Schelling, Hegel,
Herbart, Beneke, Schleiermacher y Fries); y finalmente encontramos una serie de
autores situados a fines del siglo XIX y comienzos del XX (Dilthey, Nietzsche,
Bergson, Merleau-Ponty, Husserl, Heidegger, Arendt, Cassirer, Whitehead,
Horkheimer y Wittgenstein). El objetivo de Scaglia dista de ofrecer un análisis
exhaustivo de cada uno de estos autores. En lugar de ello, se ofrece cierta
evidencia sobre la influencia de la doctrina kantiana del esquematismo en la
historia de la filosofía posterior a Kant. En líneas generales, la doctrina
kantiana del esquematismo ha sido interpretada en clave lógica y
epistemológica. Y la mayoría de los filósofos ha planteado diversas críticas a
dicha doctrina, las cuales se desprenden de las dificultades que genera la
separación, trazada por Kant, entre sensibilidad y entendimiento. En contraste
con estas críticas realizadas por la recepción filosófica, Scaglia subraya que
serán los psicólogos interesados en el lenguaje y en la capacidad de la
imaginación quienes desarrollarán nuevas teorías a partir de la doctrina
kantiana del esquematismo, entendida principalmente en su función mediadora
entre el pensamiento y la sensibilidad.
En
el segundo capítulo de la segunda parte de este libro se analiza la distinción
trazada por Kant entre psicología y filosofía. Por un lado, la autora
reconstruye la argumentación presente en Principios
metafísicos de la ciencia de la naturaleza (1786), según la cual la
metafísica general (desarrollada en Crítica
de la razón pura) fundamenta una metafísica especial de los cuerpos (la
cual se encuentra en los Principios
metafísicos), de modo tal que la metafísica especial completa la metafísica
general al otorgarle “sentido y significado [Sinn und Bedeutung]” a los conceptos puros del entendimiento
mediante “ejemplos (casos concretos)” (AA IV: 478). Según este enfoque la
metafísica especial de la naturaleza corpórea es posible debido a que la
matemática es aplicable a los objetos extendidos en el espacio. En contraste
con ello, la psicología parece revelarse como imposible en tanto ciencia
natural en sentido estricto. Frente a estas consideraciones en torno a la
imposibilidad de fundamentar el carácter científico de la psicología, Scaglia
afirma que la posibilidad de la psicología empírica permanece abierta. Pero
ello requiere considerarla como una doctrina (y no como una ciencia en sentido
estricto) que indaga el fenómeno de la experiencia interna. De esta manera, la
autora afirma que la psicología empírica es excluida del campo de la ciencia
natural y que sin un fundamento a priori
debe ser entendida como una doctrina que a lo sumo puede aspirar a una certeza
meramente empírica.
Asimismo,
Scaglia analiza las limitaciones de la interpretación de Kant como un psicólogo
trascendental. Esta interpretación toma distancia de las lecturas fuertemente
lógicas y epistemológicas y centra su atención en el rol desempeñado por las
facultades cognitivas subyacentes a la experiencia. Según quienes defienden la
lectura de Kant como un psicólogo trascendental, la Crítica de la razón pura ofrecería una descripción general de las
reglas y estructuras que subyacen al conocimiento. En este contexto la
psicología empírica sería simplemente una especificación de aquellas reglas
generales descriptas por la psicología trascendental. Scaglia especifica una
serie de deficiencias presentes en la lectura de la Crítica como una psicología trascendental, a saber: 1. La
psicología trascendental, al centrarse en el análisis de las facultades, no
logra dar cuenta del proyecto trascendental kantiano que pretende justificar la
objetividad del conocimiento; 2. La reducción del proyecto de la Crítica a un problema cognitivo
(analizado en clave psicológica) no logra capturar las principal intención de
Kant, cuya preocupación central se vincula con los fines prácticos de la
razón.
Tras
haber analizado las limitaciones de la interpretación de la Crítica como una psicología
trascendental, Scaglia confronta la teoría kantiana de los esquemas
trascendentales con desarrollos recientes de la psicología cognitiva. Para ello,
en el tercer capítulo de esta segunda parte, se desarrolla la noción de esquema
en el marco de diversas teorías de la psicología cognitiva del siglo XX. Luego
de resumir los aportes de un pionero de la psicología cognitiva (Otto Selz), se
analizan los desarrollos de teóricos de Bartlett, Piaget y Barsalou. Según
Bartlett, los esquemas contienen resúmenes de situaciones familiares y son
funciones constitutivas de la memoria. Bartlett atribuye a los esquemas una
función activa gracias a la cual lo que se experimenta es almacenado y
rememorado. Por su parte, Piaget utiliza
la noción de esquema para referirse a diversas funciones desarrolladas por los
seres humanos con el fin de asimilar el entorno y adaptarse a él. Los esquemas
de Piaget son estructuras utilizadas para organizar patrones de comportamiento
y abarcan desde las más simples estructuras de la infancia hasta estructuras
más complejas que posibilitan el reconocimiento de un objeto como algo
permanente, situado en el mundo externo y diferente del yo. Piaget se interesa
en la noción de esquema con el fin de abordar la pregunta acerca de cómo y
cuándo los seres humanos comienzan a distinguir entre ellos mismos y las cosas
permanentes del mundo externo. Cabe destacar que según Piaget los esquemas son
estructuras dinámicas que se modifican en el transcurso de la vida de un
individuo. Por último, Scaglia analiza la noción de esquema en Barsalou y
concluye que tanto Kant como Barsalou sostienen que la actividad y la
receptividad son funciones necesarias implicadas en el conocimiento. Asimismo,
se señalan las diferencias centrales entre ambos desarrollos teóricos: mientras
que Kant centra su atención en la investigación trascendental sobre los
fundamentos y condiciones del conocimiento, Barsalou busca determinar cómo se
producen los símbolos. Scaglia concluye que si bien la psicología y la
filosofía comparten temas similares (representación, conocimiento, percepción),
sus objetivos son diferentes. La psicología es una disciplina particular con
métodos y herramientas propias que permiten abordar los procesos cognitivos.
Por su parte, la filosofía se sitúa en un meta-nivel, desde el cual es posible
determinar los límites de las disciplinas particulares (siendo una de ellas la
psicología).
Uno
de los principales aportes del libro de Lara Scaglia radica en la apertura de
líneas de investigación sobre el impacto que la doctrina del esquematismo de
Kant ha tenido en el desarrollo de la psicología cognitiva contemporánea. Se
trata de un aporte que permite establecer nuevas líneas de trabajo en torno a
las implicancias de la epistemología de Kant en un terreno que no es
filosófico, sino que en la actualidad se despliega en el campo de las ciencias
experimentales sobre la mente.
· Investigador asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto de Filosofía Dr. Alejandro Korn (Facultad de Filosofía y Letras- Universidad de Buenos Aires). E-mail de contacto: matiasoro@gmail.com