CON-TEXTOS KANTIANOS.
International Journal of Philosophy
N.o 6, Diciembre 2017, pp. 165-185
ISSN: 2386-7655
Doi: 10.5281/zenodo.1095671
¿Por qué la psicología empírica no es una ciencia natural?
Una lectura del “Prólogo” a los Primeros principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza de Kant.
Universidad de Buenos Aires/CONICET, Argentina
En el “Prólogo” a sus Primeros principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza, Kant sostiene que la psicología empírica, a diferencia de la física matemática y la química flogística, no es una ciencia de la naturaleza. Este artículo se propone ofrecer una interpretación de las razones por las cuales Kant atribuye este estatus a la psicología empírica. Mostraré, por un lado, que la psicología empírica no posee un carácter científico en sentido propio como la física matemática porque los fenómenos internos no pueden presentarse a priori como movimientos en el espacio; y, por el otro, que esta psicología no posee un carácter científico en sentido impropio como la química flogística porque no es posible realizar experimentos ni observaciones rigurosas en el dominio del sentido interno. La psicología empírica es una mera descripción natural, sistemática y clasificatoria, de los fenómenos del sentido interno.
Psicología empírica, Ciencia natural, Química flogística, Física matemática.
In the “Preface” to his Metaphysical Foundations of Natural Science, Kant holds that empirical psychology, in contrast to mathematical physics and phlogistic chemistry, is not a natural science.
Martín Arias-Albisu
This article aims to offer an interpretation of the reasons why Kant assigns this status to empirical psychology. I will show, on the one hand, that empirical psychology does not have a proper scientific character like mathematical physics because inner phenomena cannot be presented a priori like movements in space; and, on the other hand, that this psychology does not have an improper scientific character like phlogistic chemistry because it is not possible to conduct experiments nor rigorous observations in the domain of inner sense. Empirical psychology is a mere systematic and classificatory natural description of the phenomena of inner sense.
Empirical psychology, Natural science, Phlogistic chemistry, Mathematical physics.
La psicología empírica, para Immanuel Kant, es el conocimiento que el sujeto tiene de sí mismo por medio de su sentido interno. El objetivo de este artículo es brindar una interpretación de los motivos por los cuales Kant, en el “Prólogo” a sus Primeros principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza, sostiene que esta psicología no es una ciencia de la naturaleza. 1 En el prólogo mencionado, Kant mantiene que la física matemática es una ciencia de la naturaleza en un sentido “propio” del término, mientras que la química lo es en un sentido “impropio”. A fin de comprender el carácter no científico de la psicología empírica, debe explicarse por qué esta disciplina no es una ciencia en sentido propio como la física matemática, ni una ciencia en sentido impropio como la química. Por tanto, la exposición del estatus no científico de la psicología empírica presupone una exposición de los diferentes estatus científicos de la física matemática y la química. A fin de brindar estas exposiciones, dividiré este artículo en tres secciones. La primera de ellas explicará el status científico en sentido propio de la física matemática. La segunda sección esclarecerá el estatus científico en sentido impropio de la química. Por último, en la tercera sección se expondrá el estatus no científico de la psicología empírica.
1 Emplearé las siguientes abreviaturas de las obras de Kant: Anth = Anthropologie in pragmatischer Hinsicht (Antropología en sentido pragmático), Ko = Anthropologie Dohna-Wundlacken (Antropología Dohna- Wundlacken; apuntes de lecciones de antropología dadas por Kant en el semestre de invierno de 1791-1792), KrV = Kritik der reinen Vernunftt (Crítica de la razón pura), Log = Logik Jäsche (Lógica Jäsche), MAN = Metaphysische Anfangsgründe der Naturwissenschaft (Primeros principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza), V-Anth/Fried = Vorlesungen Wintersemester 1775/1776 Friedländer (Antropología Friedländer; notas de lecciones de antropología ofrecidas por Kant durante el semestre de invierno de 1775- 1776), V-Anth/Mensch = Vorlesungen Wintersemester 1781/1782 Menschenkunde (Antropología Menschenkunde; apuntes de lecciones de antropología dadas por Kant en el semestre de invierno de 1781- 1782), V-Anth/Pillau = Vorlesungen Wintersemester 1777/1778 Pillau (Antropología Pillau; apuntes de lecciones de antropología dadas por Kant en el semestre de invierno de 1777-1778), y V-Ph/Danziger = Danziger Physik (Física Danzig; notas de lecciones de física dadas por Kant durante el semestre de verano de 1785). Doy las referencias a KrV según la paginación de la primera (1781 = A) y la segunda (1787 = B) ediciones originales. Todas las referencias a otros textos de Kant, con excepción de Ko (Kant, 1924), son dadas de acuerdo con el tomo y la paginación de la edición académica de las obras de Kant (AA = Akademie- Ausgabe; Kant, 1900ss.). Las traducciones al español utilizadas son las siguientes: para KrV, Kant (2009); para MAN, Kant (1989 y 1993. Ambas versiones fueron consideradas para ofrecer una traducción única). Modifiqué ciertos pasajes de estas traducciones para brindar versiones más fieles al original alemán.
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¿Por qué la psicología empírica no es una ciencia natural?
En el período de MAN (1786) y KrV (1781/1787), la química que Kant tiene in mente es la química flogística tradicional elaborada particularmente por Georg E. Stahl (1660-1734).2 A diferencia de la física matemática, la química flogística no es una ciencia de la naturaleza en sentido propio porque la matemática no puede aplicarse adecuadamente dentro de su ámbito. Seguiré la interpretación de H. Blomme (2011 y 2015) acerca de esta diferencia entre la física matemática y la química flogística.3 En pocas palabras, de acuerdo con Blomme, en MAN, Kant expone un conocimiento metafísico a priori acerca de los objetos materiales en general tomando al movimiento como característica fundamental de la materia (MAN, AA 04: 476-477). Este conocimiento metafísico pertenece a la parte pura de la física matemática y fundamenta la aplicación adecuada de la matemática dentro del campo de esta física (MAN, AA 04: 470-472). Pero, como se señala en esa obra, los procesos químicos no pueden, como las interacciones de los cuerpos materiales en general estudiadas por la física matemática, ser presentados a priori como movimientos en el espacio. Por tanto, estos procesos no pueden recibir la aplicación adecuada de la matemática que se fundamenta en el mencionado conocimiento metafísico (MAN, AA 04: 470-471). Sin embargo, para Kant, la química flogística posee un carácter científico, aunque en un sentido impropio del término. Según la lectura original que defenderé, esta química alcanza el estatus de ciencia de la naturaleza porque puede ser sistemática y experimental (Ibid.).
Como adelanté, la psicología que Kant considera en el “Prólogo” a MAN es la psicología empírica. Esta psicología no es una ciencia de la naturaleza, sino una “descripción de la naturaleza” que clasifica de manera sistemática los fenómenos del sentido interno.4 La psicología empírica no es una ciencia de la naturaleza por dos motivos. En primer lugar, los estados y procesos del sentido interno están dados únicamente en el tiempo. Estos estados y procesos no pueden admitir la aplicación adecuada de la matemática que es fundamentada por el conocimiento metafísico presentado en MAN, ya que éste versa sobre los objetos materiales dados en el espacio (MAN, AA 04: 471). Además, Kant afirma, en el “Prólogo” mencionado, que la única ley que podría resultar de la aplicación de la matemática al sentido interno es la que expresa la continuidad del flujo de los fenómenos dados en este sentido (Ibid.). Por consiguiente, la psicología empírica, al igual que la química flogística, no es una ciencia en sentido propio como la física matemática. En segundo lugar, no es posible efectuar experimentos materiales ni en el dominio del sentido interno propio ni en el del ajeno. Más aún, Kant estima que ni siquiera es posible observar rigurosamente nuestros propios estados internos (Ibid.). Por tanto, la psicología empírica no puede ser una ciencia en sentido impropio tal como lo es la química flogística.
2 Cf. Friedman (1992, p. 265), Carrier (2001) y Blomme (2011 y 2015). De acuerdo con Friedman (1992, p. 289), Kant habría adoptado la química antiflogística de Lavoisier a más tardar en 1795.
3 Acerca de la física matemática como ciencia en sentido propio y la química flogística como ciencia en sentido impropio, véase MAN (AA 04: 468-471) y las dos primeras secciones del presente artículo.
4 En KrV, Kant ofrece una crítica de la pretendida ciencia denominada “psicología racional”. Por otro lado,
P. Kitcher defendió la tesis según el “método trascendental” introducido por Kant en KrV debe entenderse como una “psicología trascendental”. Acerca de estos dos puntos, véase infra, n. 23.
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Martín Arias-Albisu
Mi exposición incluirá una explicación de la tesis kantiana según la cual, mientras que la química flogística podría convertirse en ciencia en sentido propio en algún momento futuro, la psicología empírica nunca podrá ser más que una descripción de la naturaleza.5
La química flogística y la psicología empírica no son ciencias en un sentido propio del término porque la matemática no puede aplicarse adecuadamente en sus dominios. Debe señalarse que la aplicación adecuada de la matemática en el campo de una disciplina no significa meramente que el objeto de esta disciplina sea mensurable.6 De hecho, aunque Kant consideraba que la química flogística no era una ciencia en sentido propio, estaba familiarizado con desarrollos contemporáneos en el marco de esa disciplina que entrañaban la mensurabilidad de ciertos fenómenos químicos. 7 Y, aunque fuese posible adscribir a Kant una concepción de la psicología según la cual esta disciplina admitiese cierta
5 El único trabajo que conozco que estudie los estatus de la química y la psicología mediante un contraste con la física es el de Nayak y Sotnak (1995). La tesis central de estos autores es que la aplicación de la matemática que garantiza el estatus de ciencia en sentido estricto consiste en la posibilidad de formular a priori leyes matemáticas acerca de fuerzas fundamentales atractivas y repulsivas de los objetos externos (pp. 147-150. Cf. MAN, AA 04: 496ss.). En las dos primeras secciones de este trabajo intentaré mostrar, siguiendo a Blomme (2011 y 2015), que esa aplicación de la matemática, más bien, consiste en la posibilidad de construir como movimientos en la intuición pura del espacio conceptos fundamentales del objeto de una disciplina que estén vinculados con la materia en general. Véase infra, n. 14.
6 S. Körner parece sostener la concepción contraria. Körner señala que el principio de las “Anticipaciones de la percepción” de KrV establece que las sensaciones tienen que poseer un grado de intensidad. Según A, tal principio dice: “En todos los fenómenos, tiene la sensación, y lo real que a ella le corresponde en el objeto (realitas phaenomenon) una cantidad intensiva, es decir, un grado” (A166). De acuerdo con B, este principio reza: “En todos los fenómenos, lo real, que es un objeto de la sensación, tiene una cantidad intensiva, es decir, un grado” (B207). Según Körner, el mencionado principio muestra que la matemática puede ser aplicada para medir sensaciones. La formulación de A parecería ofrecer más sustento para la interpretación de Körner que la de B, porque en esta última no se menciona la sensación misma, sino “lo real, que es un objeto de la sensación”. Sin embargo, Körner cita sólo la formulación de B. (Un ejemplo dado por Kant de medición de sensaciones, el cual no es citado por Körner, es el siguiente: “podré componer el grado de las sensaciones de la luz solar con unas 200.000 iluminaciones de la luna”. A179/B221). Körner concluye que tal vez pueda afirmarse que “al formular el principio de las anticipaciones Kant previó la necesidad de una justificación filosófica de toda la así llamada psicometría y de parte de la así llamada econometría, y proporcionó una justificación de esa clase” (Körner 1955, p. 81). Por tanto, en este contexto, Körner parece equiparar la mensurabilidad del objeto de dos disciplinas con la justificación del carácter científico de las mismas. De modo similar, A. Wolf mantiene que Kant “no consideraba la psicología como una ciencia […] [p]ues identificaba la ciencia con el tratamiento cuantitativo y exacto de los fenómenos […] y no pensaba que los procesos mentales pudiesen alguna vez ser medidos” (Wolf 1952, p. 692). Debo la referencia a estos pasajes a Nayak y Sotnak (1995, pp. 144-145). Finalmente, P. Kitcher sostiene que, para Kant, la psicología nunca podrá ser una ciencia “porque una ciencia debe ser cuantitativa pero las cualidades que encontramos en la sensación no pueden ser cuantificadas” (Kitcher 1991, p. 209, n. 21. Cf. Kitcher 1990, p. 11). Kitcher parece no tener en cuenta que, como destacó Körner, en las “Anticipaciones de la percepción” de KrV Kant, aparentemente, intenta mostrar que las cualidades dadas en la sensación deben poseer grados de intensidad.
7 Acerca de este tema, véase Nayak y Sotnak (1995, p. 145) y McNulty (2014, p. 395).
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¿Por qué la psicología empírica no es una ciencia natural?
medición, esta circunstancia no implicaría que la mencionada psicología fuese una ciencia en sentido propio.8
A fin de mostrar en qué sentido la química flogística y la psicología empírica no son ciencias en sentido propio, es preciso explicar anteriormente en qué sentido la física matemática es una ciencia de esa clase. Esta explicación debe consistir, fundamentalmente, en una presentación del motivo por el cual la matemática puede aplicarse adecuadamente en el dominio de la física matemática. En esta sección, en primer lugar, presentaré sucintamente esta última disciplina y, en segundo lugar, mostraré por qué ella admite la aplicación mencionada.
La física matemática es la ciencia de la materia o de los objetos de los sentidos externos. Esta ciencia posee una parte pura y una parte empírica. La primera es el fundamento de la segunda. La parte pura contiene a su vez una parte trascendental y otra metafísica. La parte trascendental de la física matemática no es presentada en MAN, sino en KrV. Efectivamente, el conocimiento a priori contenido en la mencionada parte trascendental está compuesto por los principios del entendimiento puro presentados y justificados en la primera Crítica (véase A148/B187ss.). Estos principios trascendentales expresan la aplicación de las diferentes categorías a distintos aspectos de la multiplicidad empírica dada en la sensibilidad. En virtud de esta aplicación, la multiplicidad empírica se constituye como objeto empírico en general. Así, los mencionados principios determinan y posibilitan la forma de la naturaleza en general, sin hacer referencia a la naturaleza particular de un objeto empírico o una clase de ellos (MAN, AA 04: 469-470). Por ejemplo, el principio del entendimiento correspondiente a la categoría de causalidad y dependencia establece: “[t]odas las alteraciones suceden según la ley de la conexión de la causa y el efecto” (B232).
La parte metafísica de la física matemática es expuesta en MAN. Esta parte metafísica contiene la totalidad de los conocimientos a priori acerca de los objetos materiales que pueden obtenerse aplicando los principios trascendentales del entendimiento y, por tanto, las categorías, a un concepto empírico muy general de materia (MAN, AA 04: 469-477). Por tanto, la mencionada parte metafísica, a diferencia de la parte trascendental, se refiere a los objetos empíricos de una clase particular, a saber, los objetos materiales dados a los sentidos externos (MAN, AA 04: 469-470). Debe notarse que la determinación esencial de la materia es el movimiento, dado que sólo mediante el movimiento pueden ser afectados los sentidos mencionados (MAN, AA 04: 476. Véase infra). En cada capítulo de MAN, Kant presenta una determinación diferente de la materia móvil e intenta mostrar que ella corresponde a una categoría diferente (MAN, AA 04: 476- 477). Al principio del entendimiento correspondiente a la categoría de causalidad y dependencia, el cual mencioné anteriormente, le corresponde en MAN la segunda ley de la mecánica: “toda alteración de la materia tiene una causa externa” (MAN, AA 04: 543).
8 Véase en supra, n. 6 la tesis de Körner acerca de que las “Anticipaciones de la percepción” hacen posible la medición de sensaciones. Esta mensurabilidad, según Körner, justificaría el carácter científico de la psicometría. Para una crítica de las tesis de Körner, véase Nayak y Sotnak (1995, pp. 148-149).
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Ambas clases de proposiciones fundamentales son a priori y, por tanto, universales y necesarias.
Como adelanté, la parte metafísica de la física matemática que acabo de exponer es la que garantiza la aplicabilidad adecuada de la matemática en el campo de esta ciencia. Siguiendo a H. Blomme, intentaré mostrar ahora detalladamente en qué consiste esa aplicabilidad adecuada. Para este comentarista, la mencionada aplicabilidad entraña la posibilidad de construir matemáticamente las propiedades fundamentales del objeto de la física, esto es, la materia. Según Kant, “[c]onstruir un concepto significa: exhibir a priori la intuición que le corresponde” (A713/B741).9 Blomme cita la siguiente afirmación hecha por Kant en el “Prólogo” a MAN: “[a]hora bien, con el fin de hacer posible la aplicación de la matemática a la doctrina de los cuerpos, que sólo mediante ella puede llegar a ser ciencia de la naturaleza, tienen que presentarse previamente principios de la construcción de los conceptos que pertenecen a la posibilidad de la materia en general” (MAN, AA 04: 472; Blomme, 2015, 484-485). Blomme interpreta que la parte metafísica de la física matemática tiene que suministrar los conceptos fundamentales a priori que determinan, de una manera general, el objeto de esta ciencia. A diferencia de la geometría, la física no se ocupa de la esencia de conceptos que dependen de su construcción en la intuición pura del espacio, sino de la existencia del objeto de los sentidos externos. Por tanto, los mencionados conceptos fundamentales no tienen que depender de la construcción matemática. “Sin embargo, estos conceptos tendrán que ser tales que puedan, en principio, ser construidos, al mostrar cómo pueden ser presentados como casos del concepto general de movimiento que Kant afirma que es la determinación fundamental de la materia” (Blomme 2015, p. 493. Véase infra).
Como el conocimiento empírico de la materia queda fuera del alcance de la metafísica de la naturaleza corpórea, “Kant tiene que encontrar una expresión de la naturaleza empírica de la materia que sea sin embargo construible en la intuición a priori” (Blomme 2015, p. 496). De esta manera, “la naturaleza empírica de la materia” será “integrada en la presentación completa de determinaciones sintéticas a priori que especifican el concepto de materia” (Ibid.). Blomme intenta mostrar por qué, para Kant, esa característica fundamental de la materia es el movimiento. En primer lugar, este comentarista observa que todo nuestro conocimiento de objetos materiales depende de la percepción. La percepción sería un efecto de un objeto empírico externo sobre nuestra sensibilidad. Este influjo sobre los sentidos externos se denominaría “afección empírica” (Blomme 2015, pp. 496-497). A continuación, Blomme arguye que Kant llega a la concepción del movimiento como determinación fundamental de la materia mediante un análisis del sentido y las condiciones de la afección empírica (Blomme 2015, p. 497).10
9 Por ejemplo, consideramos los predicados contenidos en el concepto de triangulo (“figura”, “tres” y “segmento de recta”) y producimos, en la intuición pura del espacio, intuiciones formales de triángulos particulares.
10 “No sería posible obtener conocimiento de objetos externos diferentes si el efecto que tuvieran sobre nuestros sentidos fuese siempre el mismo, del mismo modo que una cualidad que pertenezca a todo objeto no podría ser percibida empíricamente. El hecho de que el concepto de materia haya de ser conectado con la
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Según Blomme, el predicable del movimiento se obtiene al conectar el predicable de la alteración, considerado como realizado en el tiempo, con el espacio como forma pura de la intuición externa. Además, el predicable del movimiento puede ser realizado objetivamente de modo a priori o empírico. Puede realizarse el movimiento de manera a priori como descripción geométrica (por ejemplo, moviendo un punto en la intuición pura del espacio a fin de trazar una línea). El movimiento puede también realizarse empíricamente como movimiento físico, cuando es dado en la experiencia. Sin embargo, el contenido lógico del predicable del movimiento como característica fundamental de la materia es en ambos casos el mismo: “alteración real de relaciones externas” (Blomme 2015, p. 498).
Por otro lado, en la “Foronomía” de MAN, “la materia es […] determinada ulteriormente como lo movible en el espacio, y Kant mostrará cómo la determinación fundamental es especificada por la construcción a priori de las propiedades que le pertenecen como magnitud extensiva: velocidad y dirección” (Blomme 2015, pp. 498- 499). Lo móvil se presenta así, en lo que hace a sus propiedades cuantitativas, de modo a priori en la intuición del espacio mediante el trazado de segmentos de recta que pueden ser combinados o compuestos.
En los capítulos siguientes de MAN, Kant muestra cómo la cualidad, la relación y la modalidad de los objetos materiales pueden vincularse con presentaciones de movimientos. Por motivos de brevedad, no haré mención de la modalidad de estos objetos. Mientras que la cualidad de los objetos materiales consiste en el llenado del espacio, su relación viene dada por la comunicación del movimiento. Ambas determinaciones son definidas en términos de sus efectos sobre el movimiento. Por ejemplo, la cualidad de la materia puede entenderse como la resistencia que una materia ofrece a la penetración, por parte de otra materia, del espacio que ella llena (MAN, AA 04: 496-498).11
El expuesto conocimiento metafísico hace posible la aplicación de la matemática para la explicación de la interacción mecánica de los cuerpos en general.
afección empírica, esto es, con la materia o los cuerpos materiales que afectan nuestros sentidos externos, significa que el cambio de estados receptivos en el sujeto es un cambio de relaciones externas. Para Kant, todo cambio real tiene que ocurrir en el tiempo y cada relación externa es per definitionem una relación en el espacio. La afección empírica, por tanto, significa fundamentalmente: cambio (en el tiempo) de relaciones externas (en el espacio). Ahora bien, el único concepto que puede expresar a priori un cambio de relaciones externas y es al mismo tiempo construible en la intuición a priori es el concepto de movimiento. Este es el contexto oculto detrás de la observación aparentemente inocente de Kant en el prefacio a Fundamentos metafísicos, de que la determinación fundamental de algo que es el objeto de los sentidos externos tiene que ser el movimiento, porque es sólo por el movimiento que estos sentidos pueden ser afectados (MAN 4: 476). El ‘movimiento’ es por tanto el único concepto que puede a la vez ‘esquematizar’ a priori la afección empírica (y por tanto también la naturaleza empírica del concepto de materia) y ser construido matemáticamente (a saber, como descripción en la intuición a priori del espacio).” (Blomme 2015, p. 497).
11 Las líneas generales de las tesis presentadas en este párrafo fueron expuestas por McNulty (2014, p. 402). Véase MAN (AA 04: 476ss.).
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Se ha mostrado que, en MAN, Kant presenta principios metafísicos acerca de los objetos materiales en general tomando al movimiento como característica fundamental de la materia. Como las reacciones químicas de las diferentes materias no pueden ser presentadas a priori como movimientos en la intuición pura del espacio, ellas no pueden fundamentarse en los mencionados principios. Por tanto, la química flogística es una ciencia en sentido impropio del término y contiene solamente leyes causales empíricas.12 Sin embargo, Kant estima que en un futuro esas reacciones podrían coordinarse de alguna manera con los mencionados principios y ser así fundamentadas por ellos. En este caso, los conceptos centrales de la química se tornarían construibles, porque podrían reducirse a ciertos movimientos susceptibles de exhibirse a priori en la intuición externa. La química sería entonces una ciencia en sentido propio. Efectivamente, la aplicabilidad adecuada de la matemática dentro de su campo quedaría justificada en la medida en que se expusiesen principios que determinen la construcción de conceptos centrales de la química que serían inherentes a la materia en general (Blomme 2015, p. 499).13
Cito a continuación uno de los pasajes más relevantes del “Prólogo” de MAN para el problema del estatus de la química flogística:
Mientras no se encuentre entonces, todavía, un concepto que pueda construirse para las acciones químicas de las materias unas sobre otras, es decir, hasta tanto no se dé una ley de aproximación o alejamiento de las partes, de acuerdo con la cual, por ejemplo, en proporción a sus densidades o propiedades análogas, sus movimientos y las consecuencias de éstos puedan hacerse intuibles y presentarse a priori en el espacio (una exigencia que difícilmente podrá ser alguna vez realizada), entonces la química no puede llegar a ser nada más que arte sistemático o doctrina experimental, pero nunca una ciencia propiamente dicha, porque sus principios son meramente empíricos y no admiten ninguna presentación a priori en la intuición. Consiguientemente, ellos no hacen comprensibles en lo más mínimo los principios de los fenómenos químicos según su posibilidad, porque ellos son incapaces para la aplicación de la matemática. (MAN, AA 04: 470-471).
12 En el “Prólogo” a MAN se afirma: “[l]a ciencia de la naturaleza […] sería llamada o propia [eigentlich] o impropiamente [uneigentlich] ciencia de la naturaleza; la primera trata su objeto completamente de acuerdo con principios a priori; la segunda de acuerdo con leyes de la experiencia” (AA 04: 468). A continuación, se aclara que los principios de explicación de la química son meramente empíricos (Ibid.). Estos pasajes podrían dar la impresión de que, mientras que la química es puramente empírica, la física es enteramente a priori. El que la química sea exclusivamente empírica es correcto, pero debe recordarse que en la sección anterior se señaló que la física no es exclusivamente a priori. Esta última tesis es presentada más adelante en el “Prólogo” de MAN: “Toda ciencia de la naturaleza propiamente dicha requiere […] una parte pura sobre la que pueda fundarse la certeza apodíctica que la razón busca en esta ciencia” (AA 04: 469). La ciencia propiamente dicha no es exclusivamente pura, sino que tiene una parte pura como su fundamento. Esta parte pura contiene “los principios a priori de todas las restantes explicaciones de naturaleza” (Ibid.). Más adelante en el texto considerado se presentan las dos partes contenidas en la parte pura de la física, a saber, la metafísica y la trascendental (AA 04: 469-470. Véase la sección primera de este artículo).
13 El autor presentó anteriormente las líneas principales de la interpretación que se ha expuesto en Blomme (2011). Una lectura similar fue propuesta por McNulty (2014). No dispongo aquí de espacio para comparar ambas lecturas. Cf. Sturm (2001, p. 179) and Mischel (1967, pp. 601-602, 604).
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¿Por qué la psicología empírica no es una ciencia natural?
Kant intenta explicar aquí la razón por la cual la química flogística no es una ciencia propiamente dicha. Puede afirmarse que esta razón consiste en que no disponemos de leyes ni de conceptos referidos a las fuerzas que originan las operaciones de alejamiento y aproximación que serían inherentes a las distintas partes internas de las diferentes materias. Estas diferentes operaciones serían las responsables de las “acciones químicas de las materias unas sobre otras” y estarían relacionadas con propiedades de la materia en general que son fácilmente observables, tal como su densidad. Estas operaciones podrían presentarse a priori como movimientos en el espacio y, entonces, las leyes y los conceptos referidos a ellas serían construibles. Las afirmaciones contenidas en el pasaje citado concuerdan entonces con la explicación, ofrecida al comienzo de esta sección, del motivo por el que la química no es una ciencia en sentido propio. Hasta que un concepto íntimamente vinculado con las acciones químicas de las materias entre sí que pertenezca a la materia en general no pueda ser construido, con lo cual estas acciones podrían ser presentadas a priori como movimientos en el espacio, la química será una ciencia en sentido impropio.14
Aquí me interesa destacar que, en virtud de esa razón por la cual la química no es una ciencia en sentido propio, esta disciplina “no puede llegar a ser nada más que arte sistemático o doctrina experimental”. Considero que esta afirmación de Kant no ha sido aún suficientemente analizada por los comentaristas. En ese pasaje, Kant efectúa un contraste entre lo que la química no puede llegar a ser (ciencia propiamente dicha) y lo que esta disciplina puede llegar a ser (arte sistemático y doctrina experimental). Debe recordarse que la química, aunque en sentido impropio, es una ciencia de la naturaleza (véase supra, n. 12). Como esta disciplina, por un lado, no puede alcanzar un estatus científico propio, sino únicamente impropio y, por el otro, no puede convertirse en “nada más que arte sistemático o doctrina experimental”, cabe suponer que ese estatus científico está de alguna manera en relación con el carácter sistemático y experimental de esa disciplina. De hecho, como intentaré mostrar, esa relación consiste en que el carácter científico (impropio) de la química flogística depende de su naturaleza sistemática y experimental.
Algunos pasajes de obras de Kant proveen sustento textual para la interpretación esbozada del carácter científico de la química. En primer lugar, en al menos dos pasajes Kant vincula la sistematicidad con la cientificidad. Al comienzo de la “Arquitectónica de la razón pura” de KrV se afirma: “la unidad sistemática es aquella que primeramente convierte al conocimiento común en ciencia, es decir, que de un mero agregado de ellos
14 El pasaje citado parecería estar de acuerdo con la interpretación de Nayak y Sotnak (1995) mencionada en supra, n. 5. La química no sería una ciencia en sentido estricto porque no pueden formularse a priori leyes matemáticas sobre las fuerzas fundamentales atractivas (“acercamiento”) y repulsivas (“alejamiento”) que son específicas de los diferentes corpúsculos químicos (p. 148). Aquí quisiera subrayar que la imposibilidad de formular esas leyes puede entenderse como un caso particular de la imposibilidad de construir a priori como movimientos en la intuición pura del espacio conceptos de reacciones químicas vinculados con la materia en general. El desarrollo del presente artículo hasta este punto ha intentado mostrar que esta segunda concepción es la que sostiene Kant.
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hace un sistema” (A832/B860). De manera similar, al inicio del “Prólogo” a MAN se asevera: “[t]oda doctrina, si ha de ser un sistema, es decir, un todo del conocimiento ordenado según principios, se llama ciencia” (MAN, AA 04: 467). En segundo lugar, en el “Prólogo a la segunda edición” de KrV se encuentra una conexión entra la cientificidad de la ciencia de la naturaleza y su carácter experimental (Bxii-xiv). En ese pasaje Kant menciona sucintamente tres famosos experimentos. Uno de ellos fue realizado por Georg
E. Stahl en el marco de investigaciones correspondientes a su química flogística (Bxii- xiii).15 Esos experimentos, según Kant, son expresión de una “revolución del modo de pensar” que permitió a la ciencia de la naturaleza alcanzar “la marcha segura de una ciencia” (Ibid.). Kant señala que, en ese contexto, tiene en cuenta la ciencia de la naturaleza solamente en tanto que se basa en principios empíricos (Bxii). Interpreto esta afirmación en el sentido de que las tesis sobre la ciencia de la naturaleza presentadas por Kant en ese pasaje no se refieren a la parte metafísica de la física matemática, sino a la parte empírica de esta disciplina y a la química flogística. Según el nuevo modo de pensar, la razón debe aproximarse a la naturaleza con sus principios y con experimentos diseñados de acuerdo con estos últimos (Bxiii). De esta manera, la razón extrae de la naturaleza un conocimiento posibilitado por lo que la primera introduce en la segunda (Bxiii-xiv). Kant opone este modo de proceder a la realización de “observaciones contingentes, hechas sin ningún plan previamente trazado” (Bxiii).
En conclusión, la química flogística no es una ciencia en sentido propio porque, en pocas palabras, no pueden construirse a priori como movimientos en el espacio conceptos que estén vinculados con reacciones químicas y que se refieran a propiedades de la materia en general. Por otro lado, esta disciplina es una ciencia, aunque en sentido impropio, porque puede poseer un carácter sistemático y experimental. El carácter sistemático de la química flogística está vinculado, en primer lugar, con el hecho de que haya una estructuración jerárquica de géneros y especies entre los conceptos de dicha disciplina y, en segundo lugar, con que sus leyes causales empíricas menos generales puedan deducirse de las más generales. Por ejemplo, en este último caso, a partir de la ley según la cual el flogisto es el principio de la inflamabilidad y de la tesis de que los metales contienen flogisto puede deducirse la ley según la cual los metales son calcinables (véase supra, n. 15). Los mencionados sistemas de conceptos y de leyes son interdependientes. En primer lugar, para formular leyes causales empíricas químicas se deben poseer conceptos de los fenómenos químicos a los que ellas se refieren. En segundo lugar, las propiedades causales que estas leyes atribuyen a los fenómenos químicos se incluyen en los contenidos lógicos
15 Puede afirmarse que el experimento de Stahl tenía por objetivo sustentar la tesis según la cual el flogisto es el principio de la inflamabilidad, esto es, de la calcinabilidad y la combustibilidad de las diferentes substancias. Tanto un metal como el plomo cuanto el carbón vegetal contienen flogisto. De hecho, la calcinación del plomo y la combustión del carbón vegetal se explican por la liberación del flogisto contenido en ellos. Acerca de este experimento, véase Stahl (1718, pp. 119-120), Partington (1961, pp. 669-671), Carrier (2001, pp. 217-218) y McNulty (2015, pp. 5-6). Uno de los otros dos experimentos a los que se refiere Kant en ese pasaje fue efectuado por Galileo, y el otro fue llevado a cabo por Torricelli.
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de los conceptos de esos objetos.16 Por otro lado, el carácter experimental de la química flogística está relacionado con el hecho de que sus leyes causales empíricas tienen que ponerse a prueba mediante experimentos.17
Puede afirmarse que, para Kant, la psicología empírica o doctrina empírica del alma es la disciplina que se ocupa de estudiar los fenómenos del sentido interno mediante introspección. Inmediatamente después del párrafo en el que expone el estatus de la química flogística, que se ha citado al comienzo de la segunda sección de este trabajo, Kant introduce el pasaje del “Prólogo” de MAN más importante para el examen del problema del estatus de la mencionada psicología.
Pero la doctrina empírica del alma tiene que permanecer siempre más alejada todavía del rango de una así llamada ciencia de la naturaleza en sentido propio que la química misma; primeramente, porque la matemática no es aplicable a los fenómenos del sentido interno ni a sus leyes, a menos que se que quiera tomar en cuenta, solamente, la ley de continuidad en el flujo de las alteraciones internas del mismo sentido; pero esto sería una extensión del conocimiento que se comportaría, respecto de aquella que la matemática proporciona a la doctrina del cuerpo, más o menos como la doctrina de las propiedades de la línea recta respecto de toda la geometría. Pues la intuición interna pura en la cual los fenómenos del alma deben construirse es el tiempo, que tiene solamente una dimensión.
16 En la primera parte del “Apéndice a la dialéctica trascendental” de KrV (A642-668/B670-696), Kant introduce tres principios de la razón teórica para la sistematización del conocimiento empírico, a saber, los de homogeneidad, especificación y continuidad. La aplicación de estos principios, como señalaré, es la que concede una forma sistemática a disciplinas empíricas como la química flogística. La mayoría de los ejemplos de aplicación de esos principios que son dados en ese texto concierne a la sistematización de conceptos. De todas maneras, se ha visto que los sistemas de leyes y de conceptos de la química flogística son interdependientes. Presentaré a continuación los mencionados principios. El principio de homogeneidad prescribe buscar géneros comunes para especies diferentes (A651-654/B679-682). El principio de especificación hace necesario intentar dividir géneros comunes en distintas especies (A654-657/B682-685). Por último, el principio de continuidad establece la necesidad de procurar introducir, entre dos especies de un mismo género consideradas inicialmente como colindantes, cada vez más especies intermedias (A657- 661/B685-689). En la primera parte del “Apéndice” se presentan cuatro ejemplos de sistematización pertenecientes a la química flogística: homogeneización de sales, tierras, y sales y tierras tomadas conjuntamente (A652-653/B680-681), y especificación de tierras absorbentes (A657/B685). Por otro lado, cabe destacar que la parte pura de la física matemática también es sistemática. No obstante, este carácter sistemático no depende de la aplicación de los mencionados principios, sino del carácter sistemático de la tabla de las categorías de KrV. Por este motivo, la mencionada parte pura puede alcanzar una forma completa y cerrada (MAN, AA 04: 473-479). En cambio, en el ámbito de la química flogística tiene lugar un progreso constante basado en la consideración de lo dado en la experiencia y una aproximación asintótica a una forma sistemática completa mediante la aplicación de los mencionados principios. Presumiblemente, la parte empírica de la física matemática es sistemática en el mismo sentido en el que lo es la química flogística. No dispongo aquí de espacio para presentar la doctrina de las ideas regulativas de la razón teórica expuesta en la segunda parte del “Apéndice”. Acerca del estatus de las leyes empíricas pertenecientes a la psicología empírica y la aplicación del principio de homogeneidad en el campo de esta psicología, véase la tercera sección de este trabajo.
17 No hay aquí espacio suficiente para explicar exhaustivamente el problema de los fundamentos y las consecuencias del carácter sistemático y experimental de la química flogística.
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Pero la doctrina empírica del alma tampoco puede acercarse jamás a la química como arte sistemático de análisis o doctrina experimental, porque en ella lo múltiple de la observación interna sólo se puede separar mediante una mera división en el pensamiento, pero no puede mantenerse separada y conectarse de nuevo a voluntad; pero menos aún puede someterse a otro sujeto pensante a experimentos convenientes a nuestro propósito, e incluso la observación en sí ya altera y desplaza el estado del objeto observado. Por eso, la doctrina empírica del alma nunca puede llegar a ser algo más que una doctrina histórica natural del sentido interno y, como tal, tan sistemática como sea posible, es decir, una descripción natural del alma, pero no una ciencia del alma, ni siquiera una doctrina psicológica experimental (MAN, AA 04: 471).
En primer lugar, Kant afirma que la doctrina empírica del alma está siempre más alejada de la condición de ciencia en sentido propio que la química. Considero que esta tesis hace referencia al hecho de que la psicología empírica, a diferencia de la química flogística, nunca podrá convertirse en una ciencia en sentido propio. Esta piscología examina los estados y procesos del sentido interno, y estos estados y procesos, a diferencia de las reacciones químicas, están dados solamente en el tiempo y nunca podrán ser presentados a priori como movimientos en el espacio. Efectivamente, puede interpretarse que, al menos en el pasaje citado, Kant sostiene que la “ley de continuidad en el flujo de las alteraciones internas” es la única ley que puede resultar de la aplicación de la matemática al ámbito de los fenómenos internos.18
En segundo lugar, Kant asevera que la doctrina empírica del alma tampoco podrá ser nunca, como la química, una “doctrina experimental”. Nuestro filósofo ofrece tres razones para esta afirmación. Las resumo a continuación: 1) no es posible manipular materialmente, a fin de efectuar experimentos, los fenómenos de nuestro sentido interno, porque ellos pueden dividirse únicamente en el pensamiento;19 2) no es posible someter a experimentos, en lo que hace a su sentido interno, a un sujeto pensante diferente de nosotros, y 3) la observación de los fenómenos de nuestro sentido interno modifica el estado de lo observado. 20 Por tales razones, la psicología empírica no puede ser una
18 Anteriormente se ha considerado la posible cuantificación de la intensidad de las sensaciones (véase supra,
n. 6, y también infra, n. 29).
19 De acuerdo con R. McDonough, la tesis según la cual los “estados mentales […] ‘pueden separarse sólo en el pensamiento’” significa que estos estados son interdependientes en lo que respecta a su identidad (“they are identity-dependent on each other”) (McDonough 1995, p. 211. Véase también pp. 212-214).
20 T. Sturm ofrece una interpretación de esta tercera razón. Este comentarista señala que observar introspectivamente no equivale simplemente a tener consciencia de los estados y procesos internos. Más bien, esa observación consiste en dirigir la atención hacia ciertos fenómenos internos. “Kant indica aquí que se torna cuestionable si los estados o procesos psicológicos así observados funcionan de la manera en que usualmente lo hacen; si, digamos, mi introspección de un cierto estado de pasión, placer, o dolor no podría cambiar fácilmente ese estado de modo que no lleve a sus consecuencias causales usuales en mi reacción o en mis creencias acerca de las causas de ese estado.” En este caso, concluye Sturm, no sería posible conocer por introspección cómo funcionan esos estados internos en nuestra vida cotidiana. (Sturm 2001, p. 178). Cf. Anth (AA 07: 132-134).
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“ciencia del alma”, sino solamente una “descripción natural” o “descripción de la naturaleza” (Naturbeschreibung) del alma.21
Aquí me interesa subrayar que Kant hace referencia a la imposibilidad de hacer experimentos materiales en nuestro sentido interno y en los ajenos cuando afirma que la psicología empírica no puede ser una ciencia. El hecho de que Kant mencione esa imposibilidad al intentar mostrar el carácter no científico de esa psicología provee sustento a mi hipótesis original según la cual la circunstancia de que la química flogística tenga un carácter experimental es una de las razones por las cuales esta disciplina es una ciencia, si bien en sentido impropio. Debe notarse que el potencial cognitivo de la psicología empírica presenta incluso más limitaciones. En efecto, según Kant, en el ámbito del sentido interno no es posible ni siquiera la observación rigurosa, porque el hecho de prestar atención a un fenómeno del sentido interno puede modificar a este último (véase supra, n. 20).
Para Kant, la psicología empírica no es una ciencia, sino una descripción natural del alma. Presentaré sucintamente a continuación las características generales de esa descripción. El género supremo del conocimiento sobre la naturaleza es la “doctrina de la naturaleza” (Naturlehre). Ella se divide en “ciencia de la naturaleza” (Naturwissenschaft) y “doctrina histórica de la naturaleza” (historische Naturlehre). La ciencia de la naturaleza, como se ha visto, puede ser ciencia en un sentido propio (física matemática) o en un sentido impropio (química flogística). La doctrina histórica de la naturaleza contiene “hechos sistemáticamente ordenados de las cosas de la naturaleza” (MAN, AA 04: 468). Esta doctrina tiene dos partes. En primer lugar, la “descripción de la naturaleza” (Naturbeschreibung) es “un sistema de clases de cosas de la naturaleza según semejanzas”. En segundo lugar, la “historia de la naturaleza” (Naturgeschichte) es “una presentación sistemática de cosas de la naturaleza en diferentes tiempos y lugares” (Ibid.).22 Por tanto, la psicología empírica, en una primera aproximación, consiste en una descripción y clasificación sistemáticas de los fenómenos del sentido interno de acuerdo con sus semejanzas.23
21 N. Kemp Smith (1923, 2003, p. 312, n. 2) ofrece una exposición concisa de las tesis en virtud de las cuales Kant mantiene que la psicología nunca podrá llegar a ser una ciencia. Interpretaciones de estas razones pueden encontrase en Mischel (1967, pp. 599-610), Gouaux (1972, pp. 239-241), Hatfield (1992, pp. 217-
224), Nayak y Sotnak (1995, pp. 148-149), McDonough (1995, pp. 208-211) y Sturm (2001, p. 178).
22 Una clasificación similar de las distintas clases de doctrina de la naturaleza, de acuerdo con el “Prólogo” a MAN y V-Ph/Danziger (AA 29: 97-100), es presentada por H. Blomme (2015, p. 491). Acerca de la descripción de la naturaleza y la historia de la naturaleza, puede verse P. R. Sloan (2006).
23 En el capítulo “De los paralogismos de la razón pura” de KrV, Kant efectúa una crítica de la psicología racional o doctrina racional del alma. Esta presunta ciencia, según Kant, intenta alcanzar todo el conocimiento del sujeto pensante que podría obtenerse, de un modo independiente de la experiencia, mediante inferencias a partir de la mera proposición “yo pienso”. Este principio de la apercepción (B136-
139) no es tomado por la psicología racional como la condición suprema del conocimiento objetivo. Más bien, lo que esta disciplina procura es obtener un conocimiento del mencionado “yo” que no incluya ningún contenido empírico (si la disciplina mencionada incluyese contenidos empíricos, se convertiría en psicología empírica). Los conocimientos principales que podrían alcanzarse predicando las categorías del sujeto pensante son los siguientes: “1. El alma es substancia. 2. Según su cualidad, simple. 3. Según los diferentes tiempos en que existe, numéricamente idéntica, es decir, unidad (no pluralidad). 4. [Está] en relación con posibles objetos en el espacio” (A344/B402). Kant intenta mostrar que los razonamientos que conducen a estas afirmaciones son formalmente inválidos, esto es, que ellos son paralogismos. Acerca de esta
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Tanto la psicología empírica como la química flogística son sistemáticas. Sin embargo, mientras que la primera es puramente clasificatoria y descriptiva, la segunda es explicativa, porque está compuesta por leyes causales empíricas cuyo objetivo es explicar los fenómenos químicos. Cabe destacar que en la primera parte del “Apéndice a la dialéctica trascendental” de KrV se presenta un ejemplo de sistematización del conocimiento en el ámbito de los fenómenos del sentido interno. El sistema considerado es el de las fuerzas de la mente humana. “Los diversos fenómenos de una misma substancia muestran, a primera vista, tanta heterogeneidad, que al comienzo uno debe suponer casi tantas y tan variadas fuerzas de ella, como efectos se presentan; tal como en la mente humana la sensación, la consciencia, la imaginación, la memoria, el ingenio, el discernimiento, el placer, el apetito, etc.” (A648-649/B676-677). El investigador debe intentar reducir esa aparente multiplicidad de fuerzas al buscar “por comparación, la identidad oculta” y, por ejemplo, “comprobar si la imaginación, enlazada con la conciencia, no será memoria, ingenio, discernimiento, quizá incluso entendimiento y razón” (A649/B677). 24 Posiblemente pueda afirmarse que esta unificación de los distintos efectos producidos por la mente humana presupone una clasificación de los mismos, y que la mencionada clasificación, a su vez, presupone la descripción de ellos. Así, la descripción de los efectos de la mente puede conducir al descubrimiento de que una clase de ellos son similares. La labor de clasificación reuniría los efectos mencionados en un grupo único y los diferenciaría de los efectos restantes. De este modo, los efectos reunidos en ese grupo serían explicados en tanto que se derivan de una fuerza de la mente única. Este modo de proceder ejemplifica entonces el carácter sistemático, descriptivo y clasificatorio de la psicología empírica. No obstante, debe señalarse que, como mostraré más adelante, en el ámbito del sentido interno puede hablarse de “efectos” solamente en un sentido muy amplio del término.
presentación del capítulo de los paralogismos, véase A341-348/B399-406. Por otro lado, P. Kitcher ha argumentado que la psicología es relevante para la filosofía trascendental kantiana. Kitcher distingue entre psicología empírica y psicología trascendental. La psicología empírica sería la que, según Kant, procura descubrir, mediante introspección, las leyes que gobiernan las percepciones (Kitcher 1990, p. 12). En cambio, la psicología trascendental presentada por Kitcher efectuaría análisis abstractos de tareas cognitivas a fin de establecer las características más generales de una mente que es capaz de llevar a cabo las tareas mencionadas. Se intentaría mostrar que algunos aspectos determinados de nuestro conocimiento están basados en nuestras facultades cognitivas “al mostrar que cualquier facultad que pueda desempeñar la tarea tiene que satisfacer ciertas especificaciones y que el conocimiento producido por una facultad con esas especificaciones tendrá siempre que incluir ciertos elementos” (Kitcher 1990, pp. 13-14). La psicología trascendental, a diferencia de la empírica, sería parte integrante de la filosofía trascendental kantiana. Me interesa destacar que la psicología trascendental que Kitcher considera parte de la filosofía trascendental kantiana no es la psicología empírica cuyo estatus se examina en este trabajo. Para una presentación más detallada del proceder de la psicología trascendental y de las relaciones de esta disciplina con la psicología empírica, cf. Kitcher (1990, pp. 14-29).
24 Este ejemplo ilustra la aplicación del principio sistematizador de homogeneidad a las fuerzas de la mente humana. Para una exposición sucinta de los tres principios sistematizadores de la razón teórica y su aplicación en el ámbito de la química flogística, véase supra, n. 16. Por otro lado, considero que la psicología empírica, al igual que la química flogística y a diferencia de la parte pura de la física matemática, no puede alcanzar una forma sistemática completa y cerrada (véase supra, n. 16).
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En el pasaje del “Prólogo” de MAN citado al comienzo de esta sección se hace mención de “los fenómenos del sentido interno y sus leyes” (MAN, AA 04: 471). Se plantea el problema de determinar cuáles son las leyes mencionadas. Una respuesta a este interrogante puede encontrarse en el § 24 de la segunda edición de KrV. Allí se distingue entre imaginación productiva e imaginación reproductiva. Ambas imaginaciones establecen enlaces entre representaciones. Cuando la efectuación de enlaces por parte de la imaginación productiva tiene como principio rector las categorías y toma por objeto el sentido interno en lo que hace a la forma de éste, a saber, el tiempo, se denomina síntesis trascendental de la imaginación. Como esa síntesis no sólo es a priori, sino que también es una condición de un conocimiento a priori de los objetos empíricos en general, ella es estudiada por la filosofía trascendental. En cambio, la síntesis de la imaginación reproductiva “está sometida solamente a leyes empíricas, saber, a las de la asociación; la cual [síntesis], por eso, no contribuye en nada a la explicación de la posibilidad del conocimiento a priori, y por eso no tiene su lugar en la filosofía trascendental, sino en la psicología” (B152).
Las leyes empíricas que conciernen a la psicología empírica serían entonces las leyes de asociación de representaciones. En A100 se expone el concepto de ley de asociación: “[e]s, por cierto, una ley meramente empírica [aquella] según la cual las representaciones que con frecuencia se han sucedido o acompañado, terminan por asociarse unas con otras, y con ello se ponen en una conexión según la cual, aun sin la presencia del objeto, una de esas representaciones produce un tránsito de la mente a la otra, según una regla constante”.25
Por otro lado, en V-Anth/Fried se afirma que la ley de asociación se funda en el acompañamiento (Begleitung), la vecindad (Nachbarschaft) y el parentesco (Verwandtschaft) de las representaciones. Según el acompañamiento, se asocian representaciones de fenómenos sucesivos o simultáneos en el tiempo. De acuerdo con la vecindad, se asocian las representaciones cuyos objetos son cercanos en el espacio. Según el parentesco, se asocian representaciones de fenómenos en virtud de la constitución de los mismos. Este parentesco puede consistir en una relación entre representaciones según la semejanza (Ähnlichkeit) de los fenómenos a los que se refieren o según la procedencia (Abstammung) de los mismos. El primer parentesco reside en una semejanza de los fenómenos representados que está basada en un sistema de clases de los mismos. El segundo parentesco radica en la identidad del fundamento de los fenómenos representados. La explicación de este parentesco ofrecida en el texto no es especialmente precisa. Sin embargo, parece claro que esta clase de parentesco está vinculada con la asociación de efectos similares procedentes de causas similares, y que esta asociación presupone el
25 En el pasaje citado del § 24 de KrV B, Kant opone el enlace objetivo de la imaginación productiva regido por las categorías (objeto de la filosofía trascendental) al enlace subjetivo de la imaginación reproductiva regido por las leyes empíricas de asociación de representaciones (objeto de la psicología). En KrV A, en cambio, el acento está puesto en que las leyes subjetivas de asociación de representaciones presuponen la afinidad objetiva de estas últimas. Esta afinidad, a su vez, está fundada en la unidad trascendental de la apercepción (A112-114 y A121-123). Por otro lado, una definición del concepto de ley de asociación similar a la dada en A100, aunque más breve, puede verse en Anth (AA 07: 176).
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parentesco entre causas similares y sus similares efectos. Por ejemplo, cuando llueve y el sol está brillando uno espera un efecto semejante a los acontecidos anteriormente como consecuencia de estados de cosas semejantes, esto es, uno mira en derredor buscando un arco iris. (V-Anth/Fried, AA 25: 512-514).26 Posiblemente a estos diferentes fundamentos de la asociación de representaciones, u a otros similares, se haya referido implícitamente Kant con la expresión “leyes empíricas, a saber, […] las de la asociación” incluida en el pasaje de B152 citado más arriba.
Los comentaristas no están de acuerdo acerca del estatus de las leyes de asociación. La interpretación que concede más importancia a estas leyes es la de G. Hatfield. Hatfield sostiene que las leyes de asociación son leyes causales naturales como las que pertenecen a la parte empírica de la física (1992, pp. 201, 208, 218-219).27 La lectura que, en cambio, otorga menos importancia a esas leyes es la de T. Mischel. Mischel mantiene que la categoría de causalidad y dependencia no puede aplicarse objetivamente a los fenómenos del sentido interno28 y que, por esta razón, las leyes de asociación no pueden ser leyes causales. Estas leyes tendrían un valor exclusivamente clasificatorio y descriptivo (1967, pp. 607-609).
La tesis de Mischel acerca de que la categoría de causalidad no puede aplicarse a fenómenos dados en el sentido interno parece correcta. En la segunda edición de KrV, Kant da a entender que la aplicación de las categorías requiere no sólo intuiciones empíricas, sino también intuiciones empíricas espaciales. Kant ofrece ejemplos únicamente de las tres categorías de la relación, consideradas separadamente, y menciona las categorías de la cantidad tomadas en su conjunto (B291-293).29 Acerca de la categoría de causalidad y dependencia, se afirma que la intuición correspondiente a la misma es la de la alteración. “Alteración es enlace de determinaciones opuestas entre sí de manera contradictoria, en la existencia de una y la misma cosa” (B291). Para hacerla comprensible, precisamos “el movimiento de un punto en el espacio, cuya existencia en diferentes lugares (como consecuencia de determinaciones contrapuestas) es lo que, primeramente, nos hace intuitiva la alteración” (B292). A continuación se dice:
[p]ara hacernos pensables luego las alteraciones internas mismas, debemos hacernos concebible figurativamente el tiempo, como forma del sentido interno, mediante una
26 Una clasificación hasta cierto punto semejante y expuesta más concisamente se encuentra en V-Anth/Pillau (AA 25: 752). También en cierta medida similar y más concisa es la clasificación de V-Anth/Mensch (AA 25: 946-948). Una presentación demasiado sucinta es la de Anthropologie Dohna-Wundlacken (Ko, 107). Véase también AA 25: 1272-1273. No consideraré lecciones anteriores a V-Anth/Fried (1775-1776), porque están más alejadas del período crítico del pensamiento de Kant. Parecería que, en Anth, Kant no distingue entre diferentes modos de asociación (AA 07: 176). Por último, es evidente que la relación de parentesco de las representaciones según la procedencia de las mismas no debe confundirse con la relación causal objetiva hecha posible por la categoría del entendimiento de causalidad y dependencia expuesta en KrV.
27 Cf. Sturm (2001, pp. 169-174).
28 Cf. Gouaux (1972, pp. 239-241) y Nayak y Sotnak (1995, pp. 148-149).
29 Más arriba me referí a la diferencia entre las formulaciones de A y B (KrV) del principio del entendimiento correspondiente a las categorías de la cualidad. Indiqué que la formulación de A es la que más apoyo provee a la tesis según la cual las categorías de la cualidad pueden aplicarse a las sensaciones dadas en el sentido interno (n. 5).
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línea, y la alteración interna, mediante el trazado de esa línea (movimiento); y por tanto [debemos hacernos concebible] la existencia sucesiva de nosotros mismos en diferentes estados, mediante la intuición externa; el fundamento propio de todo ello es éste: que toda alteración presupone algo permanente en la intuición, aun ya sólo para ser percibida como alteración; pero en el sentido interno no se encuentra ninguna intuición permanente (Ibid.).30
Me interesa subrayar que, aunque Kant indique que podemos hacernos concebibles las alteraciones internas mediante la acción de dibujar una línea en la intuición externa, esto no implica que la categoría de causalidad y dependencia sea aplicable en sentido estricto a la experiencia interna. Más bien, el empleo de esta categoría en el ámbito de los fenómenos internos tiene lugar mediante la realización de una analogía con su aplicación a los fenómenos externos.31 La categoría de causalidad no puede aplicarse estrictamente a los estados y procesos internos porque, como afirma Kant, la mera representación objetiva de una alteración presupone la referencia de esta última a algo permanente en el espacio (cf. B224-225). Además, el hecho de que la alteración interna pueda representarse mediante el trazado de una línea en el espacio no implica que los estados y procesos internos puedan presentarse a priori como movimientos en el espacio. Si estos estados y procesos pudiesen presentarse de esta manera, como se ha indicado más arriba, la psicología empírica podría convertirse en una ciencia natural en un sentido propio del término. No obstante, lo que ese trazado continuo de una línea parece hacer posible es, en cambio, la formulación de la “ley de continuidad en el flujo de las alteraciones internas”, que en el pasaje de MAN citado al comienzo de esta sección se menciona como consecuencia posible de la aplicación de la matemática a los fenómenos del sentido interno (MAN, AA 04: 471).32
La consideración de la imposibilidad de aplicar en sentido estricto las categorías a los fenómenos internos es de capital importancia para la comprensión del carácter de las leyes empíricas de asociación de representaciones. Efectivamente, como la categoría de causalidad y dependencia no puede, estrictamente hablando, ser aplicada a los estados y procesos del sentido interno, las leyes de asociación de representaciones no pueden ser leyes causales como las de la química. Tan sólo podemos, en general, representar las relaciones internas de asociación mediante una analogía con las relaciones externas de causación.
A continuación seguiré examinando el problema de la imposibilidad de aplicar las categorías en el dominio del sentido interno mediante la presentación del concepto de
30 Cf. MAN (AA 04: 478).
31 T. Mischel (1967, pp. 607-609) y R. McDonough (1995, pp. 207-208) señalan que las categorías pueden aplicarse a los fenómenos internos sólo en un “sentido analógico”.
32 T. Mischel señala que, como la continuidad mencionada es “puramente temporal y el tiempo ‘no puede ser
una determinación de fenómenos externos’” (A33/B49), la sucesión de nuestros estados internos no puede ser en sentido estricto un movimiento (Mischel 1967, p. 604). Además, Mischel subraya que debemos representar el tiempo en términos de espacio y que la mera afirmación de que el tiempo tiene una única dimensión presupone ya la efectuación de una analogía entre el tiempo y el espacio (Mischel 1967, 602. Véase A33/B50, B154-155, B156 y supra el pasaje de B292).
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asociación particular de representaciones. Estas asociaciones particulares establecen relaciones entre diferentes clases de representaciones. Una clase de representaciones podría referirse a las series de campanadas dadas por un reloj a la hora en la que se suele almorzar, y la otra a las comidas servidas en los almuerzos (cf. V-Anth/Fried, AA 25: 512). Estas comidas siguen habitualmente en el tiempo a estas series de campanadas. Por tal motivo, ambas clases de representaciones quedan asociadas. De esta manera, las representaciones de las series de campanadas hacen surgir en la mente a las representaciones de las comidas. Esta asociación sería un caso particular del tipo de asociación que más arriba, siguiendo a Kant, denominé “acompañamiento”, esto es, una asociación entre representaciones de fenómenos temporalmente sucesivos o simultáneos. Estimo que estas asociaciones particulares de representaciones, si se toma en cuenta lo dicho en pasajes como el de B291-292 comentado anteriormente, deben comprenderse mediante una analogía con las relaciones causales entre dos tipos de fenómenos externos hechas posibles por la aplicación de la categoría de causalidad y dependencia.33
Debe notarse, sin embargo, que en el pasaje del “Prólogo” de MAN citado al inicio de la presente sección Kant no se refiere al hecho de que la aplicación de las categorías requiera intuiciones externas. Más bien, en este pasaje, entre otras cosas, Kant intenta mostrar que en la psicología empírica, a diferencia de la química flogística, no es posible la realización de experimentos. Un análisis del estatus de la psicología empírica según el “Prólogo” de MAN como el llevado a cabo en este artículo tiene que incluir una explicación de las implicancias del carácter no experimental de esta psicología. La realización de esta explicación exige retomar y desarrollar el concepto de asociación particular de representaciones introducido en el párrafo anterior.
Las leyes empíricas de asociación de representaciones presentadas más arriba pueden justificarse y considerarse como probablemente verdaderas solamente en la medida en que varias de las asociaciones particulares que las ejemplifican puedan entenderse como válidas. Sin embargo, como se ha afirmado, dado que no es posible manipular voluntariamente los fenómenos internos, no es posible realizar experimentos repetibles en el ámbito del sentido interno. Esta circunstancia tiene por consecuencia que las asociaciones particulares de representaciones no puedan, como las hipótesis de relaciones causales entre diferentes tipos de materias examinadas por la química, tornarse cada vez más probables gracias a la puesta a prueba empírica exitosa de las mismas.34 Estimo que, en virtud de este motivo, la psicología empírica no es, como la química flogística, una ciencia natural en sentido impropio del término.
No obstante, podría objetarse que, en cierto sentido, el carácter no experimental de la psicología empírica no implica que no sea posible poner a prueba empíricamente
33 La tesis según la cual las relaciones entre causas similares y efectos similares presuponen la aplicación de la categoría de causalidad y dependencia no implica la afirmación diferente según la cual el objetivo de la “Segunda analogía” de KrV es mostrar que causas similares tienen que ser seguidas por efectos similares. Diferentes evaluaciones del objetivo de la “Segunda analogía” pueden encontrarse en Longuenesse (2000, pp. 345-375) y Allison (2004, pp. 246-260).
34 Sobre la probabilidad de las hipótesis, cf. A646-647/B674-675, A790-791/B818-819 y Log (AA 09: 84- 86).
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¿Por qué la psicología empírica no es una ciencia natural?
asociaciones particulares de representaciones. Esta experimentación podría realizarse en los dos pasos siguientes. Retomando el ejemplo dado más arriba, podríamos, en primer lugar, escuchar deliberadamente las campanadas dadas por un reloj a la hora del almuerzo y almorzar inmediatamente después, y repetir estas dos acciones al mismo tiempo del día durante una semana. Al día siguiente, en segundo lugar, podríamos escuchar las campanadas del reloj a la hora del almuerzo a fin de comprobar si no surge en nuestra mente, cuando menos como expectativa, la representación de la comida.35
Posiblemente este experimento, al no proceder sólo mediante introspección, no pertenezca exclusivamente a la psicología empírica. De todas maneras, un cuestionamiento de Kant a la validez del mismo podría consistir en que en el dominio del sentido interno no es posible ni siquiera la observación rigurosa, porque la atención prestada a ciertos fenómenos internos puede modificar a estos últimos (MAN, AA 04: 471). Más precisamente, la atención prestada a la escucha de las campanadas realizada en el segundo paso del experimento esbozado podría ocasionar que a la representación de estas campanadas le siga en el sentido interno una representación diferente a la que le seguiría si no realizásemos el mencionado esfuerzo de atención (véase supra, n. 20). Además, el hecho de que los estados internos dados en el flujo continuo de los mismos no puedan separarse nítidamente como los fenómenos externos, sino sólo mediante el pensamiento (MAN, AA 04: 471), torna difícil la tarea de identificar qué representación sigue en el flujo mencionado a esa representación de las campanadas. En el sentido interno no hay nada permanente que pueda ser sometido a observación duradera.36
La exposición llevada a cabo tuvo el objetivo de mostrar que la psicología empírica no es una ciencia por dos motivos. En primer lugar, la psicología empírica no es una ciencia en sentido propio como la física matemática porque la matemática no puede aplicarse adecuadamente a los fenómenos del sentido interno. En segundo lugar, la psicología empírica no es una ciencia en sentido impropio como la química flogística porque no pueden realizarse experimentos ni observaciones rigurosas en el ámbito del sentido interno. Esta psicología puede únicamente describir y clasificar los fenómenos internos y, al mismo tiempo, procurar disponerlos de la forma más sistemática posible.
35 Este experimento fue ideado teniendo en cuenta las consideraciones generales sobre la posibilidad de realizar experimentos en el ámbito de la psicología empírica efectuadas por Hatfield (1992, pp. 222-224).
36 Podría objetarse que la efectuación de este experimento sobre un sujeto diferente del experimentador tendría un resultado más provechoso. Se le pediría a este sujeto efectuar los dos pasos del experimento y, tras su finalización, se le preguntaría en qué pensó tras escuchar la última serie de campanadas del reloj a la hora del almuerzo. A esta objeción se podría, tal vez, responder de la siguiente manera: 1) el hecho de saberse parte de un experimento podría afectar la serie de fenómenos internos del mencionado sujeto (cf. Anth, AA 07: 121); 2) el hecho de que los fenómenos internos no posean permanencia y puedan dividirse sólo en el pensamiento también es relevante para esta versión modificada del experimento.
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