¿Hay que "ser" feminista para "hacer" cine feminista? Iciar Bollaín y su representación cinematográfica del género

Resumen

La desigualdad entre hombres y mujeres en el cine ha estado presente desde sus inicios. Tanto detrás de las cámaras como en su representación cinematográfica, las mujeres han sido sistemáticamente invisibilizadas, menospreciadas y cosificadas. Los esfuerzos feministas surgidos en los 70 para visibilizar y subvertir el orden de poder existente se centraron en dos ejes principales: la crítica al patriarcado y a la industria cinematográfica patriarcal, y la creación de contra-cine feminista. A pesar de sus esfuerzos, la situación de la mujer no ha mejorado sustancialmente. Sin embargo, desde los años 90 se ha extendido una corriente de directoras que, siendo consideradas feministas por la crítica, reniegan del feminismo. Sus películas, protagonizadas por mujeres fuertes y capaces, ya no representan las luchas de las mujeres si no que asumen las victorias de éstas y crean a partir de ellas. Nuevas categorías de análisis como la de cine post-feminista han surgido para referirse a ellas. Sin embargo, ¿no pueden considerarse estas representaciones como esencialmente feministas al construir modelos alternativos de feminidad? Si la respuesta es sí, ¿quiere esto decir que una conciencia feminista no es necesaria para hacer películas feministas? Para contestar esta pregunta en el presente estudio realizo un análisis de la representación de género en la filmografía de Icíar Bollaín, buscando descubrir si sus películas pueden considerarse feministas a pesar de su rechazo al término, y las implicaciones que esto tendría.