RESUMEN
Este artículo se centra en el estudio de los delegados del Gobierno desde la supresión de los gobernadores civiles hasta la actualidad. Siendo un objeto de estudio poco tratado hasta la fecha, el papel de los delegados del Gobierno es relevante para entender las relaciones centro-periferia en el marco de la España de las autonomías y su evolución. Para ello hemos construido una base de datos (que aparece recogida en el anexo) y analizado sus biografías a través de fuentes disponibles en la red y la bibliografía disponible. Los objetivos de este trabajo son tres. En primer lugar, se estudia el origen y aparición progresiva de los delegados desde 1980 hasta su definitiva generalización en 1997, año de publicación de la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (LOFAGE). En segundo término, se aborda un estudio de los perfiles socioprofesionales y la evolución de las carreras políticas de este personal político desde 1997 hasta 2018. Por último, se analizan algunas de las tendencias que muestra la actuación de los delegados ante las CC. AA. La principal conclusión alcanzada es que los delegados del Gobierno tienen una función representativa y, pese a su labor coordinadora entre el centro y la periferia, no son el principal protagonista de las fricciones entre ambas esferas.
Palabras clave: Estado; Administración; regiones; democracia; España.
ABSTRACT
This article focuses on the study of government delegates from the elimination of civil governors to 2018. Despite the dearth of studies on the topic, the role of these delegates is relevant to understanding the relationships between centre and periphery in democratic, decentralised Spain. To explore it, we have examined the information provided by the Spanish government gazette (Boletín Oficial del Estado) and the available bibliography. This paper has three key goals. Firstly, it studies the establishment and development of delegates between 1980 and 1997. Secondly, it tackles the study of their social and professional profiles from 1997 to 2018, as well as their political careers. Finally, we pay attention to the relationship between delegates and regional governments. Our most significant conclusion is that delegates have not been key players in possible conflicts between centre and periphery, despite their role in coordinating the relationship between the central government and Spain’s autonomous regions.
Keywords: State; Administration; Regions; Democracy; Spain.
El comienzo ininterrumpido de la figura de los gobernadores civiles tuvo lugar en 1849[1]. Se iniciaba así la configuración centralizada de las provincias que perduraría casi siglo y medio, inspirada en el modelo departamental francés, caracterizado por la presencia de los prefectos como máximos representantes del Estado en el territorio. En España se materializó la jerarquía gobernador-Diputación-Ayuntamiento, donde el primero se convirtió en el representante clave del Gobierno central, consolidando una morfología que permanecería invariable durante la mayor parte del siglo xx con escasas excepciones: la Cataluña autónoma durante la Segunda República (cuando los gobernadores son sustituidos por un gobernador general), las plazas de soberanía (Ceuta y Melilla) que contaban con delegaciones del Gobierno, y la proliferación de autonomías a partir de la década de los ochenta.
La transición democrática española no solo significó un profundo cambio de régimen
político, sino que también establecería una nueva organización territorial en virtud
del título VIII de la Constitución de 1978. El cambio fue muy relevante dentro de
una tradición histórica centralizadora, puesto que implicó la puesta en marcha del
denominado Estado de las autonomías: una amplia descentralización que iba incluso
más allá del Estado integral contemplado por la Constitución de 1931. Y aquella transformación tuvo implicaciones
para la organización político-administrativa de las provincias. Por un lado, las diputaciones
pasaron a ser entidades contingentes, pues las provincias podrían ser gobernadas por
diputaciones «u otras Corporaciones de carácter representativo» (art. 141.2). Por
otro, no recogía la más mínima alusión a la figura de los gobernadores civiles, pero
en cambio sí indicaba en su art. 154 que un delegado designado por el Gobierno dirigiría
la Administración del Estado en la comunidad autónoma. Es decir, los gobernadores
deberían haber desaparecido en la medida en que fueron surgiendo autonomías. Sin embargo,
no fue así: gobernadores y delegados coexistieron durante algunos lustros antes de
la supresión definitiva de los primeros. Incluso, algunos delegados llegaron años
más tarde de la creación de la comunidad autónoma (caso de Castilla y León El primer delegado fue nombrado en septiembre de 1986, cuando su Estatuto se aprobó
en febrero de 1983. Aquel primer delegado, Domingo Ferreira, fue nombrado a la vez
gobernador civil de Valladolid.
Veamos el proceso. En aplicación del título VIII se convirtieron en comunidades autónomas
el País Vasco y Cataluña, y sus primeras elecciones se celebraron en marzo de 1980.
Unos meses más tarde fueron designados los primeros delegados en esos territorios
bajo la denominación de «gobernador general», de acuerdo con el Real Decreto 2238/1980,
de 10 de octubre (BOE, 254, 22-10-1980). Los dos primeros gobernadores generales
fueron Marcelino Oreja Aguirre (gobernador general en el País Vasco) y Josep Meliá
Pericás (Cataluña) Reales Decretos 2042/1980, de 10 de octubre y 2213/1980, de 17 de octubre respectivamente. El País, 2-11-1980,
Todos aquellos nombramientos aparecieron en el BOE el 10 de noviembre. Para consultas,
ver la base de datos de gobernadores civiles en España (1939-1997):
Aquel fue un primer paso para ir transformando el papel de los gobernadores civiles. Ya no tendrían una interlocución directa con el Gobierno central; se les había interpuesto un gobernador general como un nuevo superior jerárquico que además ejercía la intermediación entre Madrid y las autoridades de la comunidad autónoma. Un segundo paso dio el Real Decreto 3117/1980, de 22 de diciembre, regulador del Estatuto de los Gobernadores Civiles (BOE, 52, 2-3-1981). Aquel decreto —de tardía publicación en medio de las circunstancias del cambio de Gobierno tras la dimisión de Adolfo Suárez— supuso la derogación del antiguo decreto de gobernadores de octubre de 1958 y su acoplamiento al nuevo marco (arts. 12 y 17). No estando reconocidos expresamente en el texto constitucional, los gobernadores civiles fueron reduciéndose a ser un cargo simbólico y representativo del Gobierno en la provincia.
El cambio de Gobierno tras la victoria socialista de 1982 intensificó el desarrollo
del Estado de las autonomías y el nombramiento de delegados, pero manteniendo la vigencia
de los gobernadores En la toma de posesión de cinco delegados (País Vasco, Cataluña, Andalucía, Cantabria
y Navarra), el vicepresidente Alfonso Guerra manifestó que «buscamos la cooperación
y no la crispación con las comunidades autónomas». Aquellos cinco delegados fueron:
Ramón Jáuregui, Francisco Martí, Leocadio Marín, Alicia Izaguirre y Luis Roldán. El País, 31-12-1982.
La jerarquía fue compatible con la cohabitación entre delegados y gobernadores durante
casi dos décadas (1980-1997) debido a la resistencia de los Gobiernos socialistas
a prescindir de los segundos mientras se consolidaba el Estado de las autonomías y
se transferían competencias. Valga un simple dato: de los 86 delegados nombrados entre
1980 y 1996 más de la mitad (en torno a un 54 %) fueron simultáneamente gobernadores
civiles de la provincia más importante de la comunidad autónoma. Los gobernadores,
pues, subsistieron mientras los Gobiernos autonómicos de Cataluña y el País Vasco
siempre presionaron para hacerlos desaparecer Las diferencias de criterio con respecto al mantenimiento de los gobernadores fueron
especialmente intensas en el seno del PSOE. Si para un gobernador como Goñi Tirapu
era preciso mantenerlos (ABC, 4-2-1990, p. 27), en línea con el resto del partido (ABC, 21-2-1990, p. 27), para los socialistas catalanes era necesaria su supresión (ABC, 15-10-1990, p. 23). Por su parte, el Parlamento Vasco se mostró a favor de la supresión
de los gobernadores (ABC, 14-10-1988), mientras que los nacionalistas habían denunciado la duplicación de cargos
por la existencia de delegados y gobernadores (ABC, 29-10-1987, p. 37).
El País, 11-12-1993,
El País, 1-5-1997,
Como hemos indicado, hubo delegados que nunca fueron gobernadores civiles con anterioridad
(menos de la mitad de los nombrados entre 1980 y 1996), como fueron los casos de Marcelino
Oreja (País Vasco), Josep Meliá (Cataluña), Ramón Jáuregui (País Vasco) o Domingo
García-Sabell Rivas (Galicia). Y hubo gobernadores que fueron delegados —la mayoría—,
como Francisco Javier Ansuátegui Gárate (gobernador en Navarra y delegado del Gobierno
ante la Comunidad Foral), Alicia Izaguirre (gobernadora en Santander y delegada en
Cantabria), Juan Ramírez Piqueras (gobernador en Badajoz y delegado en Extremadura)
o Amparo Rubiales (gobernadora en Sevilla y delegada para Andalucía). Gracias al testimonio
de esta última hemos podido comprobar cómo se compatibilizaba la doble condición de
gobernadora civil en una provincia y delegada del Gobierno ante una comunidad autónoma,
dándole preferencia al segundo cargo y cediendo el funcionamiento del Gobierno Civil
en favor del secretario general. Y es que la cotización del gobernador civil había
caído muchos enteros para los años noventa. No es extraño que la propia Amparo Rubiales
rechazase el cargo de gobernadora civil de Sevilla, ofrecido por el ministro del Interior
José Luis Corcuera: «La próxima vez que me pidas algo que sea por lo menos para ser
delegada del Gobierno». Accediendo a sus deseos, el ministro le ofreció en septiembre
de 1993 los dos cargos simultáneamente Rubiales Torrejón ( Rubiales Torrejón, A. (2008). Una mujer de mujeres. Madrid: Aguilar.
La cohabitación de gobernadores y delegados se fue generalizando en detrimento de
los primeros, que pasaron a ser una especie de gobernadores de segundo orden. Ya el
art. 6.º del mencionado Real Decreto 2238/1980, de 10 de octubre, concedía al gobernador
general «[…] su superior autoridad sobre los gobernadores civiles de las provincias
comprendidas en la Comunidad Autónoma y, a través de ellos, sobre todos los órganos
de la administración periférica civil del Estado». Los delegados no contaron expresamente
entre sus facultades con el nombramiento de gobernadores civiles, pero sí parece ser
que tenían influencia ante el Ministerio del Interior. Por ejemplo, la delegada Amparo
Rubiales promovió el nombramiento de gobernadoras civiles para algunas de las provincias
andaluzas ante el ministro Juan Alberto Belloch Ibid.: 309.
La situación de facto era por tanto de práctica subordinación de los gobiernos civiles a las delegaciones
de Gobierno. Tan solo faltaba que se produjera un cambio de Gobierno para vencer la
última resistencia que los gabinetes socialistas siempre mostraron con respecto a
la supresión definitiva de los gobernadores. Eso ocurrió en 1996 cuando se constituyó
el primer Gobierno del PP, encabezado por José María Aznar. Al requerir entonces del
apoyo de los partidos nacionalistas, estos exigieron la desaparición de los gobiernos
civiles y Aznar respondió meses más tarde con la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización
y Funcionamiento de la Administración del Estado (LOFAGE), publicada en el BOE el
15-4-1997 El acuerdo fue negociado por Rodrigo Rato (PP) y Joaquim Molins (Convergència). En
virtud del mismo se acordaron entre otros extremos: cesiones del IRPF a favor de las
autonomías, supresión futura del servicio militar obligatorio, transferencia de los
puertos, del Instituto Social de la Marina, rebaja del IVA en los peajes de las autopistas
y desaparición de los gobernadores a favor de delegados y subdelegados (estos últimos
como funcionarios sin rango político). Véase: El País, 27-4-1996.
El art. 154 de la Constitución de 1978 afirmaba textualmente: «Un delegado nombrado por el Gobierno dirigirá la Administración del Estado en el territorio de la Comunidad Autónoma y la coordinará, cuando proceda, con la administración propia de la Comunidad». Teniendo en cuenta la implantación progresiva de las delegaciones del Gobierno, podemos distinguir tres períodos a la hora de analizar los estudios disponibles y monográficos sobre este tema. Entre 1979 y 1985 se publicaron una serie de artículos que exploraban tanto la configuración jurídica de aquella figura como su establecimiento en la medida en que se desarrollaba el Estado autonómico. Un segundo grupo de trabajos vieron la luz entre 1986 y 1997, desde la generalización de las autonomías hasta la definitiva desaparición de los gobernadores civiles. Por último, tenemos el conjunto de estudios realizados a partir de la aparición de la LOFAGE. Aunque este trabajo se centra en el análisis de los delegados desde 1997 (y hasta junio de 2018), consideramos de interés abordar la panorámica general del estado de la cuestión sobre el tema.
Analicemos someramente el primer grupo. Según la bibliografía consultada, una aportación
pionera fue el artículo de Enrique Linde Paniagua titulado «El delegado del Gobierno»,
en el que adoptaba un ángulo de análisis basado en los antecedentes históricos de
este cargo sin olvidar una perspectiva comparada (el comisario del Gobierno creado
por la Constitución italiana de 1947). Una parte interesante de aquel trabajo es su
pormenorizada descripción de las discusiones de la ponencia constitucional —en el
Congreso y en el Senado—, que desembocarían en la redacción final del art. 154. Del
mismo modo, allí se planteaba cuál será el papel concreto de estos delegados ante
los trece regímenes preautonómicos de aquel entonces y cuál sería su papel coordinador
con la Administración autonómica emergente. En el fondo, aquel perspicaz trabajo jurídico
de Linde apuntaba ya tres problemas no resueltos que tendrían proyección en los lustros
posteriores: a) la relación delegados-gobernadores civiles; b) la imprecisión jurídica
de la figura del delegado a la hora de aclarar si era esencialmente representativa
o ejecutiva, y c) su papel coordinador «cuando proceda» ante la comunidad autónoma.
Con variaciones sobre la misma melodía estos mismos aspectos también serían tratados
por Calvo González, Díaz de Liaño-Vallés Copeiro y Cámara del Portillo Linde Paniagua ( Linde Paniagua, E. (1979). El delegado del Gobierno. Documentación Administrativa, 182, 255-286.
Calvo González, M. A. (1979-1980). El delegado del Gobierno en las comunidades autónomas.
Revista de Derecho Político, 5, 121-127. Disponible en: https://doi.org/10.5944/rdp.5.1979.8005 Díaz de Liaño y Argüelles, F. y Vallés Copeiro del Villar, A. (1980). Notas para un
Estatuto del delegado del Gobierno en las comunidades autónomas. Documentación Administrativa, 187, 255-286.
Cámara del Portillo, D. (1981). La figura del delegado del Gobierno en las comunidades
autónomas. Revista de Estudios de la Vida Local, 210, 247-264.
El segundo período (1985-1997) estuvo dominado por estudios centrados en aspectos
técnicos y monografías que trataban de enmarcar la figura de los delegados dentro
de un contexto de clara decadencia de los gobiernos civiles. Todos ellos seguían un
marcado carácter jurídico, en ausencia de análisis realizados desde otras áreas de
conocimiento. Muestras de estudios técnicos fueron el trabajo de Luis de la Morena
sobre competencias de delegados y gobernadores en materia de personal, diversos informes
del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) o las aportaciones de Martín
Bassols y Ángel Luis Alonso Morena y de la Morena ( Morena y de la Morena, L. de la (1985). Las competencias de los delegados del Gobierno
y de los gobernadores civiles en materia de personal: articulación y régimen. Documentación Administrativa, 204, 179-201.
Instituto Nacional de Administración Pública (1990). Informe sobre los convenios de colaboración entre la administración del Estado y las
comunidades autónomas. Sometidos a la autorización de la comisión delegada del gobierno
para la política autonómica durante 1988. Madrid: Instituto Nacional de Administración Pública.
Bassols Coma, M. (1988). El delegado del Gobierno como instrumento de coordinación
y cooperación con las comunidades autónomas. En Ó. Alzaga (dir). Comentarios a las leyes políticas con Alzaga, Tomo II (pp. 469-477). Madrid: Cortes Generales; Editoriales de Derecho
Reunidas.
Alonso de Antonio, A. L. (1997). Notas sobre los nuevos delegados del Gobierno. Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, 21 (ejemplar dedicado a: Las perspectivas del Derecho Autonómico (I)), 223-250.
Salaberri Barañano ( Salaberri Barañano, R. (1989). El delegado del Gobierno. Oñati: Henri-Arduralaritzaren Euskal; Erakundea, Instituto Vasco de Administración
Pública.
González Hernando, A. (1990). El delegado del Gobierno en las comunidades autónomas. Madrid: Ministerio del Interior.
Quiroga de Abarca, J. M. (1994). Centralización y descentralización administrativas y delegado del Gobierno. Madrid: Dykinson.
Con la publicación de la LOFAGE (1997) se despejó definitivamente la mezcolanza gobernadores-delegados.
Precisamente fue entonces cuando aparecieron algunas obras generales sobre la historia
de los gobernadores civiles, también bajo una óptica jurídica o basada en testimonios
personales. Para lo que nos atañe, tan solo citaremos el libro recopilatorio publicado
por el Ministerio del Interior o un interesante artículo sobre el origen, desarrollo
y desaparición de los gobernadores en perspectiva comparada Ministerio del Interior ( Ministerio del Interior (1997). El Gobernador civil en la política y en la Administración de la España contemporánea.
Madrid: Ministerio del Interior.
Alba, C. R. (2000). Le gouverneur civil en Espagne: «un préfet pas comme les autres».
Origine, développement et disparition. Revue Française d’Administration Publique, 96, 609-621.
Oliván del Cacho ( Oliván del Cacho, J. (1998). Los límites de la integración de los servicios territoriales
ministeriales en las Delegaciones del Gobierno: examen de uno de los objetivos de
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Constitución y el nuevo diseño de las administraciones estatal y autonómica: XIX Jornadas
de Estudio (pp. 337-352). Madrid: SOPEC.
Zafra Jiménez, A. (1998). Adaptación de la Administración periférica a las exigencias
del Estado autonómico: los delegados del gobierno en las comunidades autónomas. Constitución y el nuevo diseño de las Administraciones estatal y autonómica: XIX Jornadas
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Expósito Gómez, E. (2005). El delegado del Gobierno en las comunidades autónomas.
En M. A. García Herrera (coord.). Constitución y democracia: 25 años de Constitución democrática en España: (actas del
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Memorial para la reforma del Estado: estudios en homenaje al Profesor Santiago Muñoz
Machado, Vol. 2 (pp. 1845-1855). Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
A este tipo de estudios habría que añadir análisis sobre las relaciones entre el
Estado y las comunicades autónomas, como los siguientes: Agranoff y Ramos Gallarín
( Agranoff, R. y Ramos Gallarín, J. A. (1997). Toward Federal Democracy in Spain: An
Examination of Intergovernmental Relations. Publius, 27 (4), 1-38. Disponible en: https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.pubjof.a029931 Aja, E. y Colino, C. C. (2014). Multilevel Structures, Coordination and Partisan Politics
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Albertí Rovira, E. (1985). Las relaciones de colaboración entre el Estado y las comunidades
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García Morales, M. J., Montilla Martos, J. A. y Arbós Marín, X. (eds.). (2006). Las relaciones intergubernamentales en el Estado autonómico. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
López Nieto, L. (ed.). (2006). Relaciones intergubernamentales en la España democrática. Interdependencia, autonomía,
conflicto y cooperación. Madrid: Dykinson.
Tras el estado de la cuestión expuesto salta a la vista que no disponemos de un estudio
de los delegados —y delegadas— del Gobierno en cuanto personal político, en contraste
con otros conjuntos como, por ejemplo, el de los parlamentarios Coller ( Coller, X. (coord.). (2016). El poder político en España: parlamentarios y ciudadanía. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.
Jerez Mir, M. J., Rodríguez Teruel, J. y Real Dato, J. (2012). ¿Quién gobierna en
España? Las élites parlamentarias y ministeriales. En J. M. Reniu y J. A. Mellón.
Sistema político español (pp. 189-203). Barcelona: Huygens.
Hacia finales del mes de abril de 1996, José María Aznar y Jordi Pujol alcanzaron un acuerdo de gobernabilidad (conocido como el Pacto del Majestic) tras acordar —entre otros extremos— la profesionalización del Ejército, la cesión de las competencias de tráfico, de un mayor porcentaje del IRPF y la desaparición de los gobernadores civiles. Aquel pacto tuvo un efecto inmediato porque el 18 de mayo fueron nombrados diecinueve delegados del Gobierno que ya carecían de la condición de gobernadores civiles. Y eso ocurría casi un año antes de la publicación de la LOFAGE, lo cual induce a pensar que la futura desaparición de los gobiernos civiles se daba ya como cosa hecha. Por su parte, los gobernadores civiles entonces designados pasarían a ser subdelegados.
Lo que ocurrió en 1996 fue un reemplazo completo que volvería a repetirse cada vez que cambiase el matiz político del Gobierno (años 2004, 2011 y 2018). Sin embargo, y en comparación, las designaciones descendían en los años en los que ganaba los comicios el partido que sustentaba al Gobierno (2000, 2008, 2015 o 2016). Así lo demuestra el siguiente gráfico que muestra la distribución anual de nombramientos de delegados:
El gráfico evidencia la estrecha dependencia de los delegados de los avatares del
Gobierno central. Incluso cuando este no cambió de manos también se detecta un incremento
de nombramientos al objeto de afinar las relaciones con las autonomías y, en su caso,
ajustar los posibles huecos dejados por delegados que pasaron a ocupar otro tipo de
cargo. Por el contrario, el cambio político en las comunidades autónomas no parece
tener importancia relevante a la hora de explicar el ritmo de nombramiento de los
delegados del Gobierno. Según nuestros datos, tan solo algunos delegados fueron removidos
excepcionalmente tras unas elecciones en la autonomía de destino. Fueron los casos
de Jesús Labrador Encina (Castilla-La Mancha, 2012-2015) y Serafín Castellano Gómez
(Comunidad Valenciana, 2014-2015) A las dos comunidades llegó el PSOE en 2015 y eso favoreció la sustitución del primero
por José Julián Gregorio López (2015-2018) y del segundo por Juan Carlos Moragues
(2015-2018), aunque es obligado precisar que Castellano fue destituido por un caso
de corrupción.
La frecuencia de los reemplazos en las delegaciones no fue homogénea si observamos
las diferentes comunidades autónomas. Entre 1996 y 2018 se han registrado 138 designaciones
(sobre 134 delegados, pues cuatro de ellos repitieron cargo) Fueron los casos de Francisco Javier Ansuátegui Gárate, José Fernández Chacón, Carlos
María Urquijo Valdivielso y Juan Ignacio Zoido Álvarez (ver anexo).
Comunidad autónoma | Número de nombramientos |
---|---|
Andalucía | 8 |
Aragón | 5 |
Asturias | 7 |
Canarias | 9 |
Cantabria | 5 |
Castilla y León | 6 |
Castilla-La Mancha | 9 |
Cataluña | 7 |
Ceuta | 8 |
Comunidad Valenciana | 11 |
Extremadura | 6 |
Galicia | 9 |
Baleares | 7 |
La Rioja | 4 |
Madrid | 9 |
Melilla | 7 |
Murcia | 8 |
Navarra | 6 |
País Vasco | 7 |
Fuente: nombramientos de delegados en el BOE. Elaboración propia.
Puede comprobarse una sensible amplitud entre los cuatro delegados nombrados para La Rioja y los once de la Comunidad Valenciana. La razón de los reemplazos frecuentes en comunidades como Galicia, Valencia, Canarias, Castilla-La Mancha o Madrid están relacionados con promociones políticas dentro del partido, conversión del delegado/a en candidato/a electoral, pase a otros cargos de responsabilidad o cese por casos de corrupción. No parece verificarse que el diferente color político del delegado y la comunidad autónoma fuese causa de un mayor número de reemplazos. En La Rioja, por ejemplo, hubo diferentes partidos al frente de ambas instituciones y sin embargo se mantuvo una mayor estabilidad que en comunidades como la Valenciana o Madrid, con mayor predominio del PP tanto en la Delegación del Gobierno como en la Presidencia de la comunidad autónoma. Globalmente, el mandato medio de los delegados ha sido de unos tres años y medio, lo que viene a indicar que casi cada cuatro años se produce el reemplazo del delegado. Un poco menos del tiempo de duración teórica del Gobierno surgido tras unas elecciones.
Conocemos la edad de más del 89 % de los delegados nombrados a partir de 1997. Más de las tres cuartas partes tenían entre 40 y 60 años (un 38 % entre 40 y 49 años y un 40 % entre 50 y 59) al tomar posesión de las delegaciones (una media en torno a 52 años). Sabemos también que la mayor parte (un 71 %) nacieron en la misma comunidad a la que fueron destinados, algo muy distinto a lo que ocurría con los gobernadores civiles, que tradicionalmente no solían ser —salvo excepciones— originarios de la provincia de destino. Tradicionalmente se buscaba que los gobernadores —desde una concepción centralizada del Estado— no tuviesen lazos ni intereses con los grupos dirigentes locales. Sin embargo, el Estado de las autonomías se fundó sobre la búsqueda de una sintonía centro-comunidades basada en la lealtad y el respeto institucional; de ahí la tendencia a procurar que los delegados del Gobierno conocieran bien la autonomía a la que eran enviados. Y esta característica tuvo consecuencias: la práctica totalidad de los delegados lo fueron solamente una vez en su carrera política. Hoy en día no es habitual la rotación o combinación de delegados, como se hacía en otra época con los gobernadores.
La práctica totalidad de los delegados presenta una formación universitaria, generalmente
licenciados frente a un reducido número de doctores y de grados medios. El grupo mayoritario,
más del 40 %, es el de licenciados en Derecho, seguidos a mucha distancia por economistas
(15 %) y licenciados en Ciencias Sociales y Humanidades (11 %). La profesión habitual
es la de funcionarios civiles vinculados al mundo del derecho o la docencia, lo cual
ratifica la sobrerrepresentación relativa de empleados públicos en las esferas políticas,
con sus consecuencias derivadas La presencia de funcionarios en el personal político es elevada entre los diputados
(
Ramió, C. (2016). La renovación de la función pública. Estrategias para frenar la corrupción política
en España. Madrid: Los Libros de la Catarata.
¿Desempeñar el cargo de delegado del Gobierno favorece el desarrollo de una carrera política? La respuesta es afirmativa, pues la mayor parte pasó a ocupar otro cargo (en torno a un 60 %). Generalmente promocionaron dentro de sus respectivas organizaciones partidistas, convirtiéndose en candidatos electorales. Pero algunos lograron promocionar hacia otro tipo de responsabilidades (director general, consejeros en embajadas fuera del país, etc.). Solo una minoría es destinada a otras delegaciones de Gobierno: concretamente, cuatro de ellos repitieron cargo. Pero no todos prosiguieron su carrera: aproximadamente uno de cada cuatro volverá a su pasada actividad profesional.
Sí es llamativo, en cambio, que casi todos ellos mostrasen una experiencia política previa o, en su defecto, una trayectoria profesional relevante. Entre los 134 delegados se detectan un buen número de cargos anteriores: 41 concejalías, 27 alcaldías, 75 mandatos de diputado y 16 de senador. Cargos que fueron simultáneos (por compatibles) o bien fueron desempeñados en distintos años. Ahora bien, después de haber sido delegados solo encontramos tres concejales, seis alcaldes, veintiún diputados y ocho senadores. Estos datos parecen demostrar que el cargo de delegado ha sido desempeñado desde 1996 en etapas biográficas de relativa madurez profesional y política. La notable experiencia previa (superior a la experiencia política posterior) y la elevada edad media en la toma de posesión (51 años) avalan lo expuesto.
Lógicamente, casi todos han pertenecido a los partidos mayoritarios que han formado Gobierno en España: más de la mitad de los mandatos de delegados estuvieron en manos del PP (54%), seguido del PSOE (un 43 %), siendo excepcionales los delegados independientes. Ello responde a su condición de personal de confianza del Gobierno central. Por otra parte, esas adscripciones son únicas; es decir, el delegado solo ha pertenecido a un partido. Aunque hubo excepciones en el caso del PP: dos delegados militaron en su día en organizaciones del Movimiento para pasar luego a la UCD y, posteriormente, al PP (Ameijide Montenegro y Ansuátegui Gárate); otro militó en Unión Tudense para pasar al PP (Diz Guedes, que recientemente ha pasado a Ciudadanos).
Siendo estos los trazos generales del conjunto, pueden destacarse algunos ejemplos
ilustrativos. Uno es el de Isaías García Monge, delegado en Castilla y León desde
1996 hasta 2004 bajo los dos gobiernos de José María Aznar y buen conocedor de la
región no solo por haber nacido en ella, sino porque allí fue consejero de Agricultura
y Ganadería entre 1991-1996. Es decir, García Monge pasó del Gobierno autonómico
directamente a la Delegación del Gobierno. Tras cesar en el cargo, con alrededor de
58 años, no proseguiría una carrera política, pero sí fue premiado con la vicepresidencia
de Caja Duero, continuando así su vinculación con Castilla y León En este papel de gestor de Caja Duero se vería envuelto en el caso Nozal y la polémica
que ha rodeado la politización de las cajas de ahorro. Véase:
La exploración de otros casos añade algunos matices. Un ejemplo fue el de Julia García-Valdecasas
Salgado, delegada en Cataluña entre 1996 y 2003. Su biografía también refleja un claro
perfil técnico. Nacida en 1944 en Barcelona, fue farmacéutica y luego sacó las oposiciones
del Cuerpo de Interventores y Auditores del Estado. Tras ocupar puestos como alta
funcionaria saltó a la política como delegada pero —a diferencia de otros compañeros
de cargo— prosiguió una trayectoria ascendente hasta llegar a ministra de Administraciones
Públicas (2003-2004). Más tarde fue diputada nacional por Barcelona (2004-2006) Se retiró de la política en 2006 y falleció en 2009.
Cabe concluir este epígrafe señalando que un significativo porcentaje de los delegados fueron diputados o senadores (o ambas cosas) en algún momento de sus carreras políticas, sobre todo antes de ser delegados. Del conjunto de 134 delegados, 45 lo fueron en varias legislaturas. De estos, casi la mitad pasaron por el Congreso de los Diputados y alrededor de un 15 % fue senador, mientras que dieciséis estuvieron tanto en el Congreso como en el Senado. En buena medida, estos datos ratifican que los delegados suelen tener una experiencia política previa notable.
Según el testimonio de Amparo Rubiales (delegada del Gobierno en Andalucía entre 1993
y 1996), son excepcionales los roces de un delegado con otros cargos institucionales
del mismo color político: «Cuando fui delegada del Gobierno no tuve ningún problema
de coordinación con el Gobierno de la Junta de Andalucía; con su presidente, Manuel
Chaves, las relaciones personales y políticas eran inmejorables, y con los consejeros,
también; con los que más relación profesional tenía era con los consejeros o consejeras
de Gobernación» Rubiales Torrejón ( Rubiales Torrejón, A. (2008). Una mujer de mujeres. Madrid: Aguilar.
Es cierto que tuvo alguna diferencia con el gobernador civil de Cádiz (el también socialista César Braña) por la dura represión de las manifestaciones de astilleros, pero en su día no llegaron a saltar a la prensa. Esas divergencias —discretamente silenciadas— no podían compararse con las que sostuvo con el ayuntamiento que estaba en manos del PP y los andalucistas (Soledad Becerril y Alejandro Rojas-Marcos. respectivamente):
Cuando llegué a la Delegación del Gobierno, los enfrentamientos con el gobierno local
de Rojas Marcos-Becerril fueron continuos; con acusaciones tan peregrinas como la
de que yo estaba retirando a la Policía Nacional de Sevilla, y esto lo declaran el
14 de septiembre de 1993, cuando no llevaba ni una semana en el cargo. Así siguió
siempre, sobre todo mientras Alejandro fue alcalde; con Soledad he de decir que las
cosas fueron mucho mejor y la colaboración, más estrecha Ibid. 300.
Esa fue la experiencia de una delegada del Gobierno en Andalucía. Es una aportación cualitativa interesante, pero se refiere a unos años en los que ni siquiera se había producido la implantación definitiva de delegados y subdelegados. Y por ello cabe plantearse: ¿es representativo este testimonio de lo que ocurrió en el período 1997-2018? ¿Se producen roces y conflictos habituales entre las delegaciones del Gobierno y las comunidades autónomas cuando están gobernadas por partidos políticos distintos y, al contrario, todo es sintonía cuando ambas se encuentran en manos del mismo partido? Esto es precisamente lo que queremos comprobar en este último epígrafe.
Para iniciar nuestro análisis contabilizamos el color político de los 138 mandatos de delegados de Gobierno. Nótese que no estamos ante los 134 delegados nombrados, sino ante sus mandatos por cuanto —como ya indicamos— algunos delegados repitieron el cargo en varias delegaciones. Aquellos 138 nombramientos —entre mayo de 1996 y junio de 2018— fueron destinados a comunidades autónomas de diverso matiz político. La siguiente tabla representa las interacciones entre mandatos de delegados designados por las diversas fuerzas (normalmente PP y PSOE) frente a comunidades autónomas de variado color político.
Partido gobernante en comunidad autónoma | |||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Militancia política | PP | PSOE | PP/PSOE PSOE/PP | PNV y otros nacionalistas | CiU y otros nacionalistas | Coalición Canaria | UPN | Otros | Total |
PP | 30 | 16 | 11 | 3 | 3 | 3 | 1 | 8 | 75 |
PSOE | 27 | 10 | 4 | 3 | 2 | 5 | 2 | 6 | 59 |
Otros | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 | 0 | 2 | 4 |
Totales | 57 | 26 | 16 | 6 | 5 | 9 | 3 | 16 | 138 |
Fuente: nombramientos de delegados en el BOE. Elaboración propia.
Como se observa, la mayor parte de los mandatos de delegados recayeron en el PP (75) y PSOE (59), además de cuatro casos excepcionales (dos independientes y otros dos de los que desconocemos su filiación). También se verifica que hay una mayoría de legislaturas autonómicas del PP (57) sobre otras fuerzas políticas. Hemos de precisar las columnas cuarta y novena: en ellas tenemos mandatos que asistieron a un cambio de Gobierno autonómico (pasó del PP al PSOE o del PSOE al PP) sin que el delegado o delegada cambiase, o bien otras combinaciones en la columna «Otros» (Gobiernos de CiU que pasan al PSOE, Partido Regionalista de Cantabria, Foro Asturias, Gobiernos del PSOE que pasan al PNV, etc.). Nuestra hipótesis se recoge también en la tabla: consideramos que en las casillas sombreadas en gris (coincidencia de partido en la Delegación del Gobierno y en la Comunidad Autónoma) se producen menos conflictos que en las demás.
Para detectar la presencia de conflicto vamos a recurrir a las noticias de prensa, lo cual nos obliga a plantear dos precisiones metodológicas: la definición de conflicto y el problema del uso de la prensa. En primer lugar, vamos a definir conflicto como el enfrentamiento público entre la Delegación del Gobierno y el Gobierno autonómico. Por extensión también incluiremos al Parlamento regional como actor porque del mismo sale elegido el Gobierno autonómico, conforme a las bases de nuestro sistema de representación. En segundo, se recurre a la prensa porque cuando el enfrentamiento es evidente y se hace público precisamente lo hace a través de los medios de comunicación. La prensa digital permite búsquedas rápidas a través de internet y eso la convierte en un recurso apreciable. No obstante, esta estrategia de investigación presenta una debilidad cuando el enfrentamiento institucional no trasciende y, por tanto, no es recogida en los medios. Esos casos quedan fuera de nuestro ángulo de observación y, en consecuencia, los ejemplos detectados de conflicto delegado/comunidad que incluimos aquí son una muestra; es decir, no son cifras concluyentes, aunque sí podemos considerarlas muy indicativas del nivel de conflicto. Las búsquedas han sido realizadas en la red a partir de los nombres y apellidos de los delegados.
¿Qué nos dice la prensa sobre el nivel de conflicto entre autonomías y delegados del Gobierno? Lo primero que señala es que el número de controversias es claramente reducido en relación con el número de mandatos. Sabemos que 134 delegados fueron responsables de 138 mandatos. Pues bien: según las noticias recopiladas, solo en 24 de aquellos 138 mandatos se registraron conflictos que llegaron a la prensa (un 17,39 %). Incluso considerando que los datos recogidos sean una muestra y que algunas noticias de conflicto se hayan quedado fuera de las búsquedas efectuadas, no parece que alcancen —ni en la mejor de las estimaciones al alza— una tercera parte del total. En otros términos: en la mayor parte de los mandatos no se produjeron conflictos públicos con las autoridades autonómicas. Y hay razones que pueden explicarlo. Por una parte, los delegados ostentan una clara dimensión representativa, que les conduce a desarrollar un papel mediador centro-periferia sin responsabilidades ejecutivas nítidas más allá de la coordinación del orden y la seguridad. Esa posición difícilmente les convierte en un actor para la confrontación, pues de ellos no dependen las posibles soluciones ni tienen capacidad efectiva de negociación. Pueden abrir cauces de diálogo, pero no tienen en sus manos recursos e instrumentos propios para alcanzar acuerdos sin la intervención y aquiescencia del Gobierno al que representan. Por ello, las tensiones tienden a verificarse ante ciertos ministerios, ante el Gobierno en su conjunto o ante el presidente, pero no tiene mucho sentido práctico el orientar las estrategias de confrontación contra la Delegación de Gobierno. La segunda razón deriva de la proximidad y relaciones entre el delegado y la autonomía de destino. Aunque el delegado es un representante, en absoluto es ajeno a las circunstancias locales y los intereses que puedan estar en juego. Incluso, ha habido y hay delegados que son candidatos por sus respectivos partidos en las elecciones autonómicas o generales (en este último caso representando a una provincia de la comunidad), y eso invita al delegado a intentar encauzar los problemas evitando su propio desgaste político ante la comunidad autónoma, por más que mantengan la fidelidad al Gobierno que les ha nombrado.
Partido gobernante en comunidad autónoma | |||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Militancia política | PP | PSOE | PP/PSOE PSOE/PP | PNV y otros nacionalistas | CiU y otros nacionalistas | Coalición Canaria | UPN | Otros | Total |
PP | 30 | 16 (5) | 11 | 3 (3) | 3 | 3 (1) | 1 | 8 (1) | 75 |
PSOE | 27 (10) | 10 | 4 | 3 | 2 | 5 (3) | 2 (1) | 6 | 59 |
Otros | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 | 0 | 2 | 4 |
Totales | 57 | 26 | 16 | 6 | 5 | 9 | 3 | 16 | 138 |
Nota: entre paréntesis: número de conflictos detectados. |
Fuente: nombramientos de delegados en el BOE. Elaboración propia.
En otras palabras: si una autonomía se enfrenta con el Gobierno central, el delegado poco puede resolver por sí mismo. Las reclamaciones deben solventarse mediante un acuerdo efectivo que se sitúa más allá de las posibilidades de la Delegación del Gobierno. Aún más esclarecedor es la distribución territorial de los conflictos delegado-autonomía recogida en la tabla número 4:
Comunidad autónoma | N.º delegados | Conflictos |
---|---|---|
Andalucía | 8 | 1 |
Aragón | 5 | 1 |
Asturias | 7 | 0 |
Canarias | 9 | 4 |
Cantabria | 5 | 0 |
Castilla y León | 6 | 2 |
Castilla-La Mancha | 9 | 2 |
Cataluña | 7 | 0 |
Ceuta | 8 | 0 |
Comunidad Valenciana | 11 | 0 |
Extremadura | 6 | 0 |
Galicia | 9 | 0 |
Baleares | 7 | 2 |
La Rioja | 4 | 0 |
Madrid | 9 | 4 |
Melilla | 7 | 2 |
Murcia | 8 | 2 |
Navarra | 6 | 2 |
País Vasco | 7 | 2 |
Fuente: nombramientos de delegados en el BOE y prensa. Elaboración propia.
Como puede comprobarse, el grado de conflicto delegado-comunidad autónoma es en general
bajo, varía territorialmente y puede resultar sorprendente porque las comunidades
que más tensiones sostienen con el Gobierno central no acusan un alto nivel de tensiones
con la Delegación del Gobierno. El dato resulta aún más llamativo si tenemos en cuenta
que todas las regiones han sostenido conflictos con el Gobierno central a través de
recursos ante el Tribunal Constitucional desde 1980, destacándose Cataluña con más
de un 30 % de los casos (seguida del País Vasco con más de un 16% y, a distancia,
Galicia y Andalucía con alrededor del 8 % de todos los recursos) Rodríguez; Harguindéguy y Sánchez ( Rodríguez López, E., Harguindéguy, J. B. y Sánchez Sánchez, A. (2018). The perfect
storm? How to explain the rise of intergovernmental conflicts in Spain? (1984-2014).
Innovation: The European Journal of Social Science Research, 32 (2), 211-230. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13511610.2018.1520628
Andalucía ha sido un ejemplo de baja conflictividad relativa. Pese a que hubo antes
de 1996 algún conflicto con motivo de la posición de la UCD ante el proceso autonómico
andaluz El País, 27-4-1982. El grupo parlamentario del PSOE pide el cese del delegado general Félix
Manuel Pérez Miyares (UCD). Disponible en:
El País, 13-5-2000. Con Torres Hurtado, por ejemplo, siempre hubo una relación correcta y mantuvo
el cargo durante los gobiernos Aznar. Disponible en:
El País, 27-12-2012. Disponible en:
Heraldo de Aragón, 24-2-2016. Disponible en:
Canarias, sin embargo, acusa un reemplazo frecuente de delegados y una elevada conflictividad.
El año 2008 fue especialmente delicado porque pasaron tres delegados por las islas.
José Segura Clavell (PSOE) sostuvo una tensa relación con el Gobierno de Coalición
Canaria y fue sustituido por Salvador García Llanos durante unos meses. En mayo llegó
Carolina Darias. El caballo de batalla con la Delegación sería la reivindicación de
una policía autonómica y la tendencia hacia el soberanismo. Más tarde, en 2016, el
delegado Hernández Bento sostuvo un pulso contra la reclamación del uso de la bandera
de Coalición Canaria en vez de la de la comunidad La Provincia, 6-1-2008. También 10-2-2008. ABC, 23-5-2008. Disponible en:
Castilla-León mantuvo una sintonía general al ser el PP el partido que estaba al frente
de la autonomía y de la delegación del Gobierno. No obstante, los roces crecieron
relativamente durante el mandato del delegado Miguel Alejo Vicente (PSOE) que exigió
el cese del enfrentamiento con el primer Gobierno de Rodríguez Zapatero Diario de León, 23-3-2005. Véase:
ABC, 21-9-2001. Disponible en:
Diario de Castilla-La Mancha, 1-3-2017. Véase:
Véase, por ejemplo, una de las reuniones entre el delegado y el presidente de la
Generalitat en el año 2010. Disponible en:
Al respecto, es indicativo que la comunidad con la que más recursos de inconstitucionalidad
y conflictos de competencias se ha sostenido haya sido Cataluña. Véase: Rodríguez
et al. ( Rodríguez López, E., Harguindéguy, J. B. y Sánchez Sánchez, A. (2018). The perfect
storm? How to explain the rise of intergovernmental conflicts in Spain? (1984-2014).
Innovation: The European Journal of Social Science Research, 32 (2), 211-230. Disponible en: https://doi.org/10.1080/13511610.2018.1520628
Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla comparten unas peculiaridades singulares
(proximidad a Marruecos, situación en el Estrecho, límites del territorio). Sin embargo,
y según la prensa consultada, las tensiones son imperceptibles en Ceuta, pero no así
en Melilla, donde el presidente Juan José Imbroda ha mantenido roces con el delegado
Fernández Chacón (2004-2008) y con Sabrina Moh (2018). El primero acusó al Gobierno
autónomo de querer enrarecer las relaciones entre España y Marruecos por la instalación
de la valla; la segunda lo denunció por haber «abandonado» a la ciudad en materia
educativa durante dos legislaturas Europa Press, 28-32006 y Melilla Hoy, 28-9-2018. Disponible en:
Como hemos indicado, en este trabajo no estamos contabilizando otros posibles roces
protagonizados por otros elementos que no sean el Gobierno de la comunidad o, como
máximo, el Parlamento autonómico. No entra en esta contabilización, por ejemplo, el
caso de Extremadura, donde el delegado Óscar Baselga (PP) descalificó al PSOE como
«compañero de viaje de terroristas» por acusaciones del grupo parlamentario socialista
en el Congreso El País, 24-5-1997. Disponible en:
En Baleares sí se registraron conflictos, especialmente a partir del año 2015, cuando
Francina Armengol (PSOE) se convirtió en la presidenta balear. El primero se produjo
con la delegada Teresa Palmer Tous (2012-2016) cuando el Parlamento balear solicitó
su comparecencia con motivo del suicidio de una mujer que había denunciado repetidamente
el acoso de su expareja. Ciertamente, la delegada estaba obligada a comparecer, pero
ante el Congreso de los Diputados; aquella maniobra de desgaste (apoyada incluso por
el PP balear) se basaba en un creciente enfrentamiento que culminaría con la llegada
de la siguiente delegada, María Salom (2016-2018). A ella se enfrentó abiertamente
Armengol acusándola de obstaculizar el catalán y le pedía que se dedicase a las tareas
consideradas exclusivas de la Delegación del Gobierno: la seguridad Diario de Ibiza, 15-10-2015. Disponible en:
Murcia representa un paradigma de enfrentamiento entre Gobierno regional y delegado
cuando pertenecen a distintos partidos. En este caso tenemos una comunidad bajo control
del PP que solo registra conflictos con los delegados cuando estos pertenecen al PSOE.
No fue ninguna casualidad que no hubiera roces entre 2011 y 2018, mientras que sí
se acusaron durante en el período 2004-2011 y desde julio de 2018. Los motivos de
fricción son variados, pero recurrentes, y ocupan un lugar destacado la inmigración
y la falta de agua. Ya en 2005 el presidente Ramón Luis Valcárcel acusó al delegado
Ángel González (2004-2008) de no avisarle del traslado de inmigrantes subsaharianos
a la región, llegándose al extremo de dejar «abandonados a su suerte» a un grupo en
el aeropuerto de San Javier La Opinión de Murcia, 27-1-2005. Disponible en:
La Razón, 22-2-2009. La Opinión de Murcia, 23-12-2010. Disponible en:
Europa Press, 4-10-2018. Disponible en:
En Navarra sí hemos detectado conflicto institucional, aparte de las habituales controversias
partidistas. El delegado Vicente Ripa (2004-2008) tuvo que hacer frente a la falta
de colaboración de la Policía Foral y la Local para combatir la droga en los colegios,
advirtiendo que había que «[…] respirar mucho para adentro para seguir firme como
defensor de la mesura entre instituciones, porque los partidos políticos tienen sus
reglas del juego y los partidos jugarán con esas cartas, pero las instituciones tenemos
que respetar las reglas del juego» Europa Press, 13-1-2006. Disponible en:
UPN. Disponible en:
Diario de Navarra, 2-11-2017. Disponible en:
Diario de Navarra, 3-8-2017. Disponible en:
Similares circunstancias a las de Navarra se dieron en el País Vasco; también allí
se verificó un enfrentamiento institucional entre la Delegación del Gobierno y el
Gobierno autonómico. El delegado Enrique Villar (1996-2004) mantuvo siempre una relación
tensa con los Gobiernos del Partido Nacionalista Vasco (PNV) El País, 16-10-2003. Disponible en:
Libertad Digital, 30-12-2016. Disponible en:
Son numerosas las noticias de esa tensión:
Madrid es un caso relativamente especial por la identificación que se produce allí
entre el delegado y el propio Gobierno central que lo designó. Las tensiones han venido
siendo importantes cuando el PSOE ha formado Gobierno, algo normal si tenemos en cuenta
que la Asamblea de Madrid ha estado en manos del PP desde el año 1995. En consecuencia,
las tensiones se verificaron tanto con el delegado Constantino Méndez (2004-2006,
año este último en el que tuvo que dimitir tras ser reprobado por la Asamblea de Madrid),
como con Soledad Mestre (2006-2009) y Amparo Valcarce (2009-2011) Méndez Martínez, Constantino ( Ureta Domingo, J. C. (1983). El delegado del gobierno en las comunidades autónomas.
Revista Vasca de Administración Pública, Herri-Arduralaritzako Euskal Aldizkaria,
5, 91-130.
20 minutos, 28-1-2019. Disponible en:
Así pues, han sido veinticuatro los conflictos detectados, quince de los cuales se
han producido entre el PP y el PSOE. Los restantes han tenido lugar con Gobiernos
autonómicos en manos de otros partidos (País Vasco, Canarias, Navarra, etc.) por parte
de delegados tanto pertenecientes al PSOE como al PP. No hemos detectado casos de
conflicto cuando el delegado pertenece al mismo partido que la fuerza política que
sustenta al Gobierno autonómico El que no saltasen a la prensa conflictos en los casos de coincidencia de partido
no significa que no existieran. Valga un ejemplo (aunque anterior a 1997): Eugenio
Faraco Munuera fue delegado del PSOE en Murcia (1994-1996), pero se llevó personalmente
mejor con el presidente Valcárcel que con el PSOE. La Verdad de Murcia, 28-11-2009. Disponible en:
Tras lo expuesto, las principales conclusiones del trabajo son las siguientes:
El nombramiento de delegados se encuentra estrechamente relacionado con los cambios del Gobierno central, particularmente cuando dichos cambios conllevan también cambio de partido. Tras las elecciones de 1996, 2004 y 2011 cambiaron todos los delegados, al igual que ha ocurrido en junio de 2018 tras la moción de censura que produjo el ascenso del Gobierno socialista de Pedro Sánchez. No hay relación significativa con los cambios de gobierno autonómico.
La mayoría de los delegados son oriundos de la comunidad autónoma a la que son destinados porque se busca en el delegado un mediador entre el Gobierno central y el autonómico. Además, un número importante de delegados ocupan puestos relevantes dentro de la organización regional de sus partidos, e incluso llegan a ser candidatos en las elecciones generales o en las autonómicas.
El perfil socioprofesional no varía significativamente entre los dos partidos (PP o PSOE) a los que pertenecen el 97 % de los delegados. Las características compartidas son: formación universitaria (sobre todo en Derecho), pertenencia a cuerpos de funcionarios, amplia experiencia política previa y edad superior a los cuarenta años en la toma de posesión del cargo.
El cargo de delegado normalmente es un eslabón más en una cadena de posiciones de responsabilidad política, pero en la mayor parte de los casos se registra una intensa experiencia política previa, superior a la experiencia política posterior. Ello se encuentra en concordancia con la edad relativamente elevada de los delegados y con la retirada de la vida pública de muchos de ellos tras desempeñar el cargo.
El nivel de conflicto delegados/Gobiernos autonómicos (tal y como lo hemos definido aquí) es relativamente bajo. No llegan ni a un 25 % los mandatos que han registrado conflictos que hayan sido recogidos por los medios. Otra cuestión es que un partido critique al delegado (o que el partido del delegado haga lo contrario), pero fuera de la esfera institucional que estamos tratando. No se han verificado tensiones o conflictos entre delegados y Gobiernos autonómicos cuando pertenecen al mismo partido. Los conflictos detectados se han dado mayoritariamente entre un delegado del PP y una comunidad en manos del PSOE o a la inversa.
Las principales líneas de tensión entre Gobierno central y comunidades no se verifica a través de las delegaciones de Gobierno. Es mucho más perceptible a través de los recursos de inconstitucionalidad presentados ante el Tribunal Constitucional y la negociación directa de cesión de competencias. Cataluña, por ejemplo, es la comunidad que más recursos de inconstitucionalidad ha presentado y sin embargo no ha sostenido relaciones de abierto conflicto con la Delegación de Gobierno.
Recientemente se percibe una mayor relación de los delegados con la política autonómica en el sentido de que llegan a abandonar el cargo para presentarse como candidatos a elecciones autonómicas o generales. Ese rasgo hace más compleja la función mediadora y de coordinación entre Gobiernos por parte de los delegados.
Apellidos | Nombre | Com. autónoma | Nombramiento | Cese |
---|---|---|---|---|
Ansuátegui Gárate | Francisco Javier | Navarra | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
Baselga Laucirica-Neira | Óscar | Extremadura | 18-5-1996 | 24-4-2004 |
Cirer Adrover | Catalina | Islas Baleares | 18-5-1996 | 1-2-2003 |
Cuartas Galván | Alberto Javier | Cantabria | 18-5-1996 | 20-9-2003 |
Diz Guedes | Juan Miguel | Galicia | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
Fernández Noval | Fernando Ramón | Asturias | 18-5-1996 | 20-5-2000 |
García Monge | Isaías | Castilla y León | 18-5-1996 | 24-4-2004 |
García-Valdecasas Salgado | Julia | Cataluña | 18-5-1996 | 6-9-2003 |
González Cepeda | Carlos | Comunidad Valenciana | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
López Ojeda | Antonio | Canarias | 18-5-1996 | 24-4-2004 |
López San Miguel | Tomás | La Rioja | 18-5-1996 | 1-5-2004 |
Moro Moreno | Carlos | Castilla-La Mancha | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
Núñez Morgades | Pedro | Madrid | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
Peñarrubia Agius | Joaquín | Murcia | 18-5-1996 | 31-1-2004 |
Rosel Onde | Luis Antonio | Aragón | 18-5-1996 | 13-5-2000 |
Torres Hurtado | José | Andalucía | 18-5-1996 | 7-9-2002 |
Villar Montero | Enrique | País Vasco | 18-5-1996 | 10-1-2004 |
Beamud Martín | Enrique | Melilla | 25-5-1996 | 13-5-2000 |
Cosió Romero | Javier | Ceuta | 25-5-1996 | 18-7-1998 |
Moro Díaz | Luis Vicente | Ceuta | 18-7-1998 | 1-5-2004 |
Ameijide Montenegro | Eduardo | Aragón | 13-5-2000 | 24-4-2004 |
Ansuátegui Gárate | Francisco Javier | Madrid | 13-5-2000 | 24-4-2004 |
Esteban Albert | Arturo | Melilla | 13-5-2000 | 1-5-2004 |
Fernández de Mesa Díaz del Río | Arsenio | Galicia | 13-5-2000 | 31-1-2004 |
Iribas Mielgo | José Carlos | Navarra | 13-5-2000 | 1-5-2004 |
Mas Rubio | Carmen | Comunidad Valenciana | 13-5-2000 | 6-4-2002 |
Zoido Álvarez | Juan Ignacio | Castilla-La Mancha | 13-5-2000 | 7-9-2002 |
Fernández González | Mercedes | Asturias | 20-5-2000 | 1-5-2004 |
Camps Ortiz | Francisco | Comunidad Valenciana | 6-4-2002 | 7-9-2002 |
Cotino Ferrer | Juan Gabriel | Comunidad Valenciana | 7-9-2002 | 24-4-2004 |
Naharro de Mora | María Encarnación | Castilla-La Mancha | 7-9-2002 | 31-1-2004 |
Zoido Álvarez | Juan Ignacio | Andalucía | 7-9-2002 | 24-4-2004 |
Ramis Socías | Miguel Ángel | Islas Baleares | 1-2-2003 | 1-5-2004 |
Bouis Gutiérrez | Susana | Cataluña | 6-9-2003 | 1-5-2004 |
Nalda Condado | Pedro | Cantabria | 20-9-2003 | 24-4-2004 |
Urquijo Valdivielso | Carlos María | País Vasco | 10-1-2004 | 24-4-2004 |
Lobo Asenjo | Jaime | Castilla-La Mancha | 31-1-2004 | 24-4-2004 |
Marqués Fernández | Francisco | Murcia | 31-1-2004 | 1-5-2004 |
Alejo Vicente | Miguel | Castilla y León | 24-4-2004 | 14-1-2012 |
Ameijeiras Vales | Manuel | Galicia | 24-4-2004 | 25-4-2009 |
Bernabé García | Antonio | Comunidad Valenciana | 24-4-2004 | 17-5-2008 |
Fernández López | Javier | Aragón | 24-4-2004 | 6-1-2012 |
Ibáñez Ramos | Agustín Jesús | Cantabria | 24-4-2004 | 31-12-2011 |
Luesma Correas | Paulino | País Vasco | 24-4-2004 | 1-5-2008 |
Méndez Martínez | Constantino | Madrid | 24-4-2004 | 13-5-2006 |
Pereira Santana | Carmen | Extremadura | 24-4-2004 | 6-1-2012 |
Segura Clavell | José | Canarias | 24-4-2004 | 2-2-2008 |
Valmorisco Martín | María del Carmen | Castilla-La Mancha | 24-4-2004 | 21-9-2005 |
Viera Chacón | José Antonio | Andalucía | 24-4-2004 | 28-8-2004 |
Fernández Chacón | José | Melilla | 1-5-2004 | 1-5-2008 |
González Hernández | Ángel | Murcia | 1-5-2004 | 17-5-2008 |
Nieto González | Jerónimo | Ceuta | 1-5-2004 | 20-5-2006 |
Rangel i Tarrés | Joan | Cataluña | 1-5-2004 | 8-10-2011 |
Ripa González | Vicente | Navarra | 1-5-2004 | 1-5-2008 |
Socías Puig | Ramón Antonio | Islas Baleares | 1-5-2004 | 31-12-2011 |
Trevín Lombán | Antonio Ramón | Asturias | 1-5-2004 | 15-10-2011 |
Ulecia Rodríguez | José Antonio | La Rioja | 1-5-2004 | 31-12-2011 |
López Garzón | Juan José | Andalucía | 28-8-2004 | 18-10-2010 |
Díaz-Cano del Rey | Máximo Ramón | Castilla-La Mancha | 21-9-2005 | 14-1-2012 |
Mestre García | María Soledad | Madrid | 17-5-2006 | 28-4-2009 |
García-Arreciado Batanero | José Jenaro | Ceuta | 20-5-2006 | 1-5-2008 |
García Llanos | Salvador | Canarias | 2-2-2008 | 17-5-2008 |
Cabieces García | Miguel Ángel | País Vasco | 1-5-2008 | 6-1-2012 |
Escobar Marcos | Gregorio Francisco | Melilla | 1-5-2008 | 2-4-2011 |
Fernández Chacón | José | Ceuta | 1-5-2008 | 31-12-2011 |
Sáiz Delgado | Elma | Navarra | 1-5-2008 | 6-1-2012 |
Darías Sansebastián | Carolina | Canarias | 17-5-2008 | 2-4-2011 |
González Tovar | Rafael | Murcia | 17-5-2008 | 31-12-2011 |
Peralta Ortega | Ricardo Fernando | Comunidad Valenciana | 17-5-2008 | 24-12-2010 |
Louro Goyanes | Antón | Galicia | 28-4-2009 | 2-4-2011 |
Valcarce García | Amparo | Madrid | 28-4-2009 | 2-4-2011 |
García Garrido | Luis | Andalucía | 18-10-2010 | 19-12-2011 |
Botella Gómez | Ana | Comunidad Valenciana | 24-12-2010 | 31-12-2011 |
Carrión Martín | María Dolores | Madrid | 2-4-2011 | 14-1-2012 |
Claret García | Antonio María | Melilla | 2-4-2011 | 31-12-2011 |
Cortizo Nieto | Miguel Ángel | Galicia | 2-4-2011 | 15-10-2011 |
Fernández Fernández | Dominica | Canarias | 2-4-2011 | 31-12-2011 |
García Llovera | Montserrat | Cataluña | 8-10-2011 | 31-12-2011 |
González Zapico | Francisco Martín | Asturias | 15-10-2011 | 6-1-2012 |
Pose Mesura | José Manuel | Galicia | 15-10-2011 | 6-1-2012 |
Crespo Díaz | Carmen | Andalucía | 24-12-2011 | 16-2-2015 |
Bascuñana García | Joaquín | Murcia | 31-12-2011 | 13-6-2015 |
Bretón Rodríguez | Alberto | La Rioja | 31-12-2011 | 19-6-2018 |
El Barkani Abdelkader | Abdelmalik | Melilla | 31-12-2011 | 19-6-2018 |
González Pérez | Francisco Antonio | Ceuta | 31-12-2011 | 20-6-2015 |
Hernández Bento | María del Carmen | Canarias | 31-12-2011 | 14-11-2015 |
Llanos Luna Tobarra | María de los | Cataluña | 31-12-2011 | 19-11-2016 |
Rodríguez Barberá | José María | Islas Baleares | 31-12-2011 | 21-7-2012 |
Ruiz Fuertes | Samuel | Cantabria | 31-12-2011 | 19-6-2018 |
Sánchez de León Guardiola | Paula | Comunidad Valenciana | 31-12-2011 | 14-6-2014 |
Alba Orduna | Carmen | Navarra | 6-1-2012 | 19-6-2018 |
Alcalde Sánchez | Gustavo | Aragón | 6-1-2012 | 19-6-2018 |
De Lorenzo Ferrera | Gabino | Asturias | 6-1-2012 | 24-3-2018 |
Juárez Casado | Samuel Jesús | Galicia | 6-1-2012 | 15-11-2014 |
Ramírez del Molino Morán | Alejandro | Extremadura | 6-1-2012 | 12-5-2012 |
Urquijo Valdivielso | Carlos María | País Vasco | 6-1-2012 | 31-12-2016 |
Cifuentes Cuenca | Cristina | Madrid | 14-1-2012 | 11-4-2015 |
Labrador Encinas | Jesús | Castilla-La Mancha | 14-1-2012 | 11-4-2015 |
Ruiz Medrano | Ramiro Felipe | Castilla y León | 14-1-2012 | 11-4-2015 |
López Iglesias | Germán | Extremadura | 12-5-2012 | 18-4-2015 |
Palmer Tous | Teresa | Islas Baleares | 21-7-2012 | 21-5-2016 |
Castellano Gómez | Serafín | Comunidad Valenciana | 14-6-2014 | 30-5-2015 |
Villanueva Álvarez | Santiago | Galicia | 15-11-2014 | 19-6-2018 |
Sanz Cabello | Antonio | Andalucía | 21-2-2015 | 19-6-2018 |
Dancausa Treviño | María de la Concepción | Madrid | 11-4-2015 | 19-6-2018 |
Gregorio López | José Julián | Castilla-La Mancha | 11-4-2015 | 19-6-2018 |
Suárez-Quiñones y Fernánez | Juan Carlos | Castilla y León | 11-4-2015 | 11-7-2015 |
Herrera Santa-Cecilia | Cristina | Extremadura | 25-4-2015 | 19-6-2018 |
Fernández Cucurull | Nicolás | Ceuta | 20-6-2015 | 19-6-2018 |
Moragues Ferrer | Juan Carlos | Comunidad Valenciana | 4-7-2015 | 19-6-2018 |
Salgueiro Cortiñas | María José | Castilla y León | 25-7-2015 | 19-6-2018 |
Sánchez Solís de Querol | Antonio | Murcia | 25-7-2015 | 11-11-2017 |
Hernández Bento | Enrique | Canarias | 14-11-2015 | 17-12-2016 |
Millo i Rocher | Josep Enric | Cataluña | 19-11-2016 | 19-6-2018 |
Salom Coll | María | Islas Baleares | 19-11-2016 | 19-6-2018 |
Roldós Caballero | María Mercedes | Canarias | 17-12-2016 | 19-6-2018 |
De Andrés Guerra | Javier | País Vasco | 31-12-2016 | 19-6-2018 |
Bernabé Pérez | Francisco Martín | Murcia | 11-11-2017 | 19-6-2018 |
Marín Albi | Mariano | Asturias | 24-3-2018 | 19-6-2018 |
Arasti Pérez | José Luis | Navarra | 19-6-2018 | |
Barcones Sanz | Virginia | Castilla y León | 19-6-2018 | |
Conesa Alcaraz | Diego | Murcia | 19-6-2018 | |
Cunillera i Mestres | Teresa | Cataluña | 19-6-2018 | |
Fulgencio Tejedor | Juan Carlos | Comunidad Valenciana | 19-6-2018 | |
García Seco | María Yolanda | Extremadura | 19-6-2018 | |
González Ramos | Manuel Gabriel | Castilla-La Mancha | 19-6-2018 | |
Losa Carballido | Delia | Asturias | 19-6-2018 | |
Losada de Azpiazu | Javier | Galicia | 19-6-2018 | |
Loza Aguirre | Jesús | País Vasco | 19-6-2018 | |
Máñez Rodríguez | Elena | Canarias | 19-6-2018 | |
Mateos Estudillo | Salvadora del Carmen | Ceuta | 19-6-2018 | |
Moh Abdelkader | Sabrina | Melilla | 19-6-2018 | |
Pérez Sáenz | Ignacio | La Rioja | 19-6-2018 | |
Rodríguez Gómez de Celis | Alfonso | Andalucía | 19-6-2018 | |
Rodríguez Uribes | José Manuel | Madrid | 19-6-2018 | |
Sánchez Grau | Rosario | Islas Baleares | 19-6-2018 | |
Sánchez Pérez | Carmen | Aragón | 19-6-2018 | |
Zuloaga Martínez | Pablo | Cantabria | 19-6-2018 |
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