RESUMEN
La edición anarquista fue una herramienta política e ideológica de primer orden, al tiempo que sirvió como elemento vertebrador del movimiento al desarrollarse en torno a grupos de afinidad muy activos y de una enorme capacidad organizativa. El Río de la Plata, especialmente Buenos Aires, fue un lugar central desde el que se irradió propaganda al movimiento libertario internacional, gracias a su amplia colectividad cosmopolita. Este artículo analiza la edición de libros y folletos en castellano en un periodo amplio que va de 1890 a 1939. La inscribe dentro de un circuito transnacional de militancia, de conexiones constantes con la península ibérica, abonando la hipótesis de la complementariedad entre la empresa editorial ácrata argentina y española en esta lengua, especialmente en el periodo de entreguerras, que, aunque convulso en ambos territorios, se benefició de la no coincidencia cronológica de situaciones de represión, lo que facilitó el trasiego de militantes y bienes culturales. Asoman en el relato algunos perfiles individuales muy laboriosos. Se vislumbra, a su vez, la configuración de redes de afinidad de largo recorrido que participaron del amplio trasvase político que se dio en el movimiento libertario del espacio atlántico y ayudaron a su supervivencia.
Palabras clave: Anarquismo; labor editorial; Argentina; España; Diego Abad de Santillán.
ABSTRACT
The anarchist editorial work was one of the most significant political and ideological tools used, at the same time it served as the backbone of the movement and developed around very active affinity groups, which had an enormous organizational capacity. The Río de la Plata region, especially Buenos Aires, was a central location used by the international libertarian movement to spread propaganda thanks to its large cosmopolitan community. This article analyzes the edition of books and brochures in Spanish between the time period from 1890 to 1939. This is inscribed within a transnational circuit of militancy, with constant connections with the Iberian Peninsula, confirming the hypothesis of the complementarity between the Argentine and Spanish publishing tasks in this language, particularly within the interwar period. This period, although convulsive in both territories, benefited from the chronological non-coinciding situations of repression, which facilitated the transfer of militants and propaganda. Some very laborious individual profiles appeared. In turn, we can see the make-up of long-distance affinity networks that participated in the broad political transfer that took place throughout the libertarian movement in the Atlantic and helped their survival.
Keywords: Anarchism; editorial work; Argentina; Spain; Diego Abad de Santillán.
SUMARIO
Editar libros y folletos era la «obsesión» de los libertarios y las libertarias. Lo hacían «persuadidos de que las palabras, de serles extirpada la espoleta, podían cuartear el mundo, y por eso muchas veces arraigaban en el oficio de tipógrafo o se esforzaron en montar imprentas que les eran una y otra vez confiscadas o destruidas»[1]. Las letras aparecen frecuentemente definidas como las armas ideológicas que acompañan a la detonación editorial anarquista. Un lenguaje revolucionario de la cultura que presenta la lectura como primer paso en la formación del militante que posteriormente se convertirá en escritor o escritora.
Mi análisis de la labor editorial del movimiento anarquista argentino en el medio
siglo que transcurre de 1890 a 1939 parte de una serie de estudios que ya han pensado
su proyecto desde la historia cultural, la historia del libro y la historia intelectual,
tanto en Argentina como en España Para Argentina: Abad de Santillán ( Abad de Santillán, D. (1938). Bibliografía anarquista argentina. Timón, 3, 178-184.
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Como se puede desprender del listado de autores citado, el poliedro del empeño editorial
anarquista ha sido intensamente explorado, aunque en las aristas se encuentra el germen
de nuevas aproximaciones. Se ha destacado que fue un proyecto en parte compartido
con la cultura dominante y las otras culturas de izquierda, pero también específico.
Su especificidad radicaba en la heterogeneidad de los materiales que imprimía y en
sus prácticas editoras descentralizadas, que no esporádicas o intermitentes, como
a veces se ha subrayado. Esta característica al tiempo equilibró y desequilibró la
balanza de la explosión editora. Si bien la dispersión permitió la supervivencia en
momentos de debilidad y persecución política, también originó permanentes tensiones
entre las diferentes corrientes del movimiento, que trataron de delimitar el corpus
de lecturas y controlar los medios de producción Anapios ( Anapios, L. (2011). Una promesa de folletos. El rol de la prensa en el movimiento
anarquista en la Argentina (1890-1930). A Contracorriente, 8, 1-33.
Fernández Cordero, L. (2013). Un ejercicio de lectura sobre el concierto de la prensa
anarquista a partir de Mijaíl Bajtin (Argentina, 1895-1925). Adversus, 10, 68-91.
La edición ácrata se caracterizó por su enciclopedismo. Se publicaron libros de sociología,
medicina, literatura o historia, junto a los y las autoras ácratas, aunque estos últimos
eran mayoritarios y estaban cuidadosamente elegidos, para asegurar así el trasvase
ideológico del internacionalismo libertario. Eran, por tanto, principalmente extranjeros,
aunque también se han explorado las conexiones con la literatura local y, en el caso
argentino, con la gauchesca y criollista Oved ( Oved, I. (1978). El anarquismo y el movimiento obrero en Argentina. México: Siglo xxi. Suriano, J. (2001). Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires: Manantial.
Zaragoza Ruvira, G. (1996). Anarquismo argentino (1876-1902). Madrid: Ediciones de la Torre.
Por un lado, la edición libertaria estaba guiada por la utilidad, ya sea propagandística,
educativa o ética. El mensaje debía ser directo y claro. «No tenían cabida ni la técnica,
ni la versificación, ni lo correcto, ni lo bello, ni lo artístico» Ibid.: 59.
La sencillez del discurso también ha sido problematizada. Los textos escogidos no
eran siempre textos fáciles, lo que conecta también con el fundamental tema de la
recepción del mensaje anarquista. Frente a la imagen de la creación libertaria de
un público lector voraz de libros, resulta difícil estimar «cuánto costaba conseguir
lectores para una literatura tan árida para aquellos trabajadores de escasa educación».
Tenemos indicios sobre el consumo de estos bienes culturales, como son las amplias
tiradas de muchas ediciones y su rápido agotamiento. Los anarquistas argentinos «también
contaron con circunstancias favorables como la alfabetización que difundía el hábito
de la lectura, la libertad de prensa y la relativa baratura de los costos», lo que
no sucedió de igual manera para el caso español, sobre todo en los dos primeros aspectos Las formas de ordenación de la lectura, en Stefano ( Stéfano, M. di (2013). El lector libertario. Prácticas e ideologías lectoras del anarquismo argentino (1898-1915).
Buenos Aires: Biblos.
Vidal ( Vidal, D. (2013). La rebeldía imprevista del público libertario de hace un siglo.
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Quiroga, N. (2004). Prácticas políticas y cambio cultural: anarquistas autodidactas
hacia mediados de la década de 1940. Estudios Iberoamericanos, 30, 139-160.
La edición de libros se ha perfilado como uno de los principales mecanismos de promoción
de la lectura. Algunos autores empiezan a hacer hincapié en la idea del «circuito
editorial anarquista», inspirada en la historia del libro y en historiadores franceses
como Robert Darnton o Roger Chartier
En principio, era una labor no sujeta a la ley de la oferta y la demanda, lo que no
quiere decir que no sostuviera una estrategia editorial, como se apreciará más adelante.
Además, poseer (o encontrar la manera de utilizar) los medios de producción resultó
fundamental. Continúa, además, la discusión sobre si estos autores, editores, traductores
(mediadores culturales, también mediadoras) eran trabajadores que invirtieron su tiempo
y dinero en las labores de impresión o fueron publicistas profesionales e intelectuales Para la primera opción: Litvak ( Litvak, L. (2001). Musa libertaria. Arte, literatura y vida cultural del anarquismo español (1880-1913).
Madrid: Fundación Anselmo Lorenzo.
Madrid, F. (2007). Solidaridad Obrera y el periodismo de raíz ácrata. Badalona: Ediciones Solidaridad Obrera.
Suriano, J. (2001). Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires: Manantial.
Stéfano, M. di (2013). El lector libertario. Prácticas e ideologías lectoras del anarquismo argentino (1898-1915).
Buenos Aires: Biblos.
Tavera, S. (1995). Revolucionarios, publicistas y bohemios: los periodistas anarquistas
(1918-1936). En B. Hofmann, P. J. Tous, M. Tietze (coords.). El anarquismo español y sus tradiciones (pp. 377-392). Madrid: Iberoamericana.
Con esta última arista de la historiografía del libro anarquista conecta mi investigación.
Si bien este trabajo se reconoce deudor de todos los anteriormente mencionados, se
propone un quiebre interpretativo: insistir en la cualidad de transfronterizo de ese
circuito. Como ha subrayado Edoardo Souza Cunha para el periodo argentino de 1890
a 1905, «en todas las etapas del circuito nos encontramos con actores que, aunque
no estuviesen en Buenos Aires, fueron decisivos para su funcionamiento» Moya ( Moya, J. (2009). Anarchism. En A. Iriye y P.-Y. Saunier (eds.). The Palgrave Dictionary of Transnational History. From the mid-19th Century to the
Present Day (pp. 39-41). Houndmills: Macmillan.
Bantman, C. y Altena, B. (eds.) (2017): Reassessing the transnational turn. Scales of analysis in Anarchist and Syndicalist
Studies. Oakland: PM Press.
Una parte del transnacionalismo pone el foco en quién y cómo se trasvasan esas fronteras,
y sus consecuencias. De este modo, el estudio de redes cobra impulso metodológico
en este artículo, subrayando el papel de los individuos como mediadores y protagonistas
de la circulación de ideas. Ello implica procesos de recepción cultural sustentados
por unas tramas complejas de «traductores, editores, distribuidores, libreros», sindicalistas,
maestros, activistas de distintos temas, «roles que [pudieron] ser asumidos en forma
simultánea por un mismo sujeto», masculino o femenino, en un periodo de «creciente
movilidad geográfica» vinculado a la economía capitalista y a la represión Tarcus ( Tarcus, H. (2013). El marxismo en América Latina y la problemática de la recepción
transnacional de las ideas. Temas de Nuestra América, 54, 35-86.
Rosenthal, A. (2011). Radical Border Crossers: The Industrial Workers of the World
and their Press in Latin America. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, 22, 39-70.
En el camino se tejió una urdimbre de editores libertarios. Estuvo formada por militantes
muy dinámicos, y aquí dinamismo no implica necesariamente movilidad transfronteriza.
Implica trabajo propagandístico. Hubo anarquistas «sedentarios» que quizá no se movieron,
pero resultaron fundamentales para la actividad editorial o su posterior estudio historiográfico
Los rastros de los primeros libros y folletos anarquistas difundidos en Argentina
se difuminan a lo largo de toda la década de 1880, hasta llegar a los primeros que
seguro fueron impresos en el medio local, fechados en 1891. Ante el hecho de que,
en parte, las fuentes primarias de este artículo son los libros editados por el movimiento
libertario rioplatense y su seguimiento a través de ediciones anteriores y posteriores,
dentro y fuera del Río de la Plata, opto por recoger en la bibliografía final aquellos
títulos que ilustran mejor los procesos transnacionales en la génesis y circulación
de los emprendimientos libertarios. La información sobre estos (conservados o no)
ha sido recopilada principalmente en los acervos documentales del Instituto Internacional
de Historia Social, Ámsterdam (IIHS), y en el Centro de Documentación e Investigación
de la Cultura de Izquierdas, Buenos Aires (CeDInCI), y contrastada con otros estudios
específicos Souza Cunha ( Souza Cunha, E. A. (2018). Edição e circulação de impressos anarquistas em Buenos Aires (1890-1905) [tesis inédita]. Universidade de São Paulo.
Esos primeros folletos reproducían monografías de autores europeos o extractos de
sus obras, trabajos aparecidos en periódicos, conferencias y declaraciones ante los
tribunales de militantes juzgados y condenados, con un inicial interés por hacer propaganda
por y para las mujeres «proletarias», «hijas del pueblo», «muchachas que estudian» Esto último en referencia a Mozzoni y Rossi ( Mozzoni, A. M. y Rossi, G. (1895). A las muchachas que estudian; La unión libre. Buenos Aires: Biblioteca de la Questione Sociale.
Rossi, G. (1896). Un episodio de amor en la Colonia socialista Cecilia. Buenos Aires: Biblioteca de la Questione Sociale.
Gustavo, S. (1896). A las proletarias. Buenos Aires: La Questione Sociale.
Los autores favoritos de la edición anarquista, en Suriano ( Suriano, J. (2001). Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires: Manantial.
Navarro Navarro, F. J. (2004). A la revolución por la cultura: prácticas culturales y sociabilidad libertaria en
el país valenciano (1931-1939). Valencia: Universidad de Valencia.
Finet, H. (2005). L´influence de la pensé d´Elisée Reclus dans la formation du mouvement
anarchiste argentine. En Elisée Reclus, écrire la terre en libertaire. Orthez: Editions du Temps Perdu.
Un análisis bibliográfico de esta labor editorial permite también asomarse a la manera
en la que estaban circulando todos estos textos. Para ello he seleccionado los setenta
y tres títulos localizados en castellano en Argentina entre 1891 y 1902. Fueron publicados
por los siguientes grupos editoriales (específicos o vinculados a la prensa del momento):
el Grupo Juventud Comunista Anárquica, que publicó cuatro textos (tres folletos y
el primer libro anarquista editado en Argentina) entre 1891 y 1894; el Grupo La Expropiación,
con seis folletos editados en 1895; el Grupo Los Ácratas, diez folletos publicados
entre 1897 y 1900; la Biblioteca de La Questione Sociale puso a disposición del público lector ocho títulos entre 1895 y 1898, de los que contabilizo
solo siete para mi listado, pues uno de ellos estaba en italiano; La Protesta Humana publicó su primer folleto en 1898, en una labor que continuaría hasta más allá de
1930, totalizando para este periodo ocho folletos; el Grupo El Rebelde fue responsable
de cinco publicaciones entre 1899 y 1903; la imprenta Elzeviriana, propiedad del editor
anarquista Pedro Tonini, imprimió siete títulos, y fue la responsable del segundo
en formato libro al que se le daba curso desde Buenos Aires; de la Librería Sociológica,
del también editor y librero Fortunato Serantoni (responsable también de la Biblioteca
de La Questione Sociale ya mencionada), salieron diecinueve títulos entre 1898 y 1902, de los que registro
los once que estaban en idioma castellano. Otros grupos del periodo publicaron un
número menor de folletos. La Biblioteca Ácrata, El Obrero Panadero, la Imprenta Galileo
y la Biblioteca Libertaria Ciencia y Progreso fueron responsables de dos títulos cada
una, siendo los de esta última los primeros que se editaron fuera de Buenos Aires,
en Rosario. Los siguientes grupos tiraron un único título: Biblioteca de la Escuela
Moderna, Biblioteca de El Perseguido, Biblioteca Geopolita, Biblioteca Socialista Libertaria, Grupo Amor Libre (también
de Rosario), Grupo de Propaganda Anarquista y una imprenta desconocida. Esta última
permite insistir en la existencia de una gran demanda del libro ácrata y de la estrategia
de algunos editores que aprovecharon el tirón. Se trataba de la tercera edición del
popular Entre campesinos, de Errico Malatesta. La primera había sido realizada en 1892 por el Grupo Juventud
Comunista Anárquica y previsiblemente reproducía una de las dos traducciones al castellano
que se habían publicado en España. Los 2000 ejemplares no fueron suficientes y un
año después una segunda edición ponía en circulación otros 5000. Por su cuenta, el
propietario de la imprenta que les había dado curso editó 8000 nuevos números añadiendo
algunos himnos y milongas anarquistas. De esta rápida manera, Malatesta, que continuaría
editándose en Buenos Aires en los próximos años, había alcanzado los 15 000 ejemplares Souza Cunha ( Souza Cunha, E. A. (2018). Edição e circulação de impressos anarquistas em Buenos Aires (1890-1905) [tesis inédita]. Universidade de São Paulo.
Malatesta, E. (1892). Entre campesinos. Buenos Aires: Grupo Juventud Comunista Anarquista.
Malatesta, E. (1893a). Entre campesinos. Buenos Aires: Grupo Juventud Comunista Anarquista.
Malatesta, E. (1893b) Entre campesinos. Buenos Aires: s.n.
De estos setenta y tres libros y folletos, veintitrés, esto es, un tercio, fueron
tomados de ediciones que recientemente se habían hecho en España por la Agrupación
de Propagada Socialista y El Productor, de Barcelona; por La España Moderna y La Idea
Libre, de Madrid, o por el grupo Ni Dios ni Amo, de La Coruña, por mencionar solo
algunos ejemplos. Sorprende la inmediatez con la que acontecían estas reediciones,
como sucedió con La conquista del pan, de Kropotkin, el primer libro editado en Argentina, en 1894, inmediatamente después
de su versión madrileña, y que dejó al grupo editor Juventud Comunista Anarquista
en una grave situación financiera. Pese a las dificultades económicas, es evidente,
como afirmó Juan Suriano, que los «altos costos de la importación» eran mayores y
estaban impulsando un proyecto editorial propio. También que la actividad editorial
se consolidaba a medida que el anarquismo aumentaba su influencia entre los trabajadores,
al tiempo que contribuía a ese proceso Kropotkin ( Kropotkin, P. (1894). La conquista del pan. Buenos Aires: Grupo Juventud Comunista Anarquista.
Suriano, J. (2001). Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires: Manantial.
Souza Cunha, E. A. (2018). Edição e circulação de impressos anarquistas em Buenos Aires (1890-1905) [tesis inédita]. Universidade de São Paulo.
Pero el circuito editor también funcionó a la inversa, aunque en menor número de casos. Catorce de los títulos del inicial listado de setenta y tres (once si tenemos en cuenta que esos títulos se repiten) eran de cosecha argentina y fueron retomados por los grupos editores españoles, lo que quiere decir que desde la región austral también se aportó al circuito editor internacional. Es en el espacio de los títulos no reeditados desde España ni en España donde se encuentran los libros y folletos de autores o temáticas locales, en un número no despreciable, pero sí muy inferior a los extranjeros.
Un análisis de esos listados arroja un dato interesante: se repite un nombre, el de
José Prat, como traductor y mediador cultural entre las dos orillas. Este anarquista
de origen gallego, que llegó exiliado a Buenos Aires en 1897, donde permaneció por
el espacio de un año, había realizado una labor importante para los grupos anarquistas
El Corsario y Ni Dios Ni Amo, de La Coruña, que entre 1896 y 1897 publicaron la colección
de libros y folletos Biblioteca El Corsario, compuesta de diez títulos, cinco de los
cuales habían sido traducidos por Prat, y uno más era de su coautoría, mientras que
el otro escritor era Ricardo Mella. Huyendo del proceso de Montjuic, podemos imaginar
que Prat llegó a Buenos Aires con esos libros en la maleta, dos de los cuales fueron
reeditados de inmediato por el grupo Los Ácratas: Entre campesinos, de Errico Malatesta, y Consecuencias del Estado, de Marcial Lores. Su labor se prolongó traduciendo a otros autores: para el mismo
grupo de Los Ácratas, a Sebastien Faure; para la Biblioteca de La Protesta Humana,
a Saverio Merlino; para la imprenta Elzeviriana, a Hamon; y para La Questione Sociale
y la Biblioteca Sociológica de Fortunato Serantoni, a Ana María Mozzoni, Giovanni
Rossi, Pietro Gori y Jean Grave. Se cierra el círculo si mencionamos que cinco de
estos siete últimos títulos fueron reeditados después por grupos libertarios de la
península ibérica: todos salvo los de Giovanni Rossi y Jean Grave Etiévant y Lores ( Etiévant, G. y Lores, M. (1897). Declaraciones del anarquista; Consecuencias del estado. Buenos Aires: Los Ácratas.
Faure, S. (1897). Los crímenes de dios. Buenos Aires: Los Ácratas.
Gori, P. (1898). La anarquía ante los tribunales. Buenos Aires: Librería Sociológica.
Grave, J. (1899). Enseñanza burguesa y enseñanza libertaria. Buenos Aires: Librería Sociológica.
Hamon, A. (1897). Psicología del socialista anarquista. Buenos Aires: Elzeviriana.
Malatesta, E. (1897). Entre campesinos. Buenos Aires: Los Ácratas.
Merlino, S. (1898). ¿Por qué somos anarquistas? Buenos Aires: Biblioteca de La Protesta Humana.
Mozzoni, A. M. y Rossi, G. (1895). A las muchachas que estudian; La unión libre. Buenos Aires: Biblioteca de la Questione Sociale.
Rossi, G. (1896). Un episodio de amor en la Colonia socialista Cecilia. Buenos Aires: Biblioteca de la Questione Sociale.
Otras dos reflexiones interesan en torno a la labor de José Prat. En primer lugar,
este publicista formó parte de la disputa que entonces se estaba produciendo entre
los grupos organizadores y antiorganizadores de Argentina, los que promovían la participación
en el movimiento obrero y los que defendían un modelo de organización política extrasindical
y, a veces, insurreccional, que se saldaría a favor de los primeros con la creación
en 1901 de la Federación Obrera Argentina (después FORA, por Regional). Prat, muy
próximo a los grupos organizadores, no tuvo problema en colaborar también con grupos
antiorganizadores como Los Ácratas, mostrando que las fronteras entre estos se podían
disipar en labores culturales como la que compartían con el gallego Ibid.: 180.
Esa complementariedad entre la labor editorial anarquista argentina y española continúa en los años posteriores. A partir de 1902 el ritmo de la edición en la primera disminuyó. Los procesos de represión que siguieron a la huelga general de 1902, y posteriormente, en 1905 y 1910, no contribuyeron. No se consiguieron editar series de libros ni folletos y primaron los títulos sueltos asociados a publicaciones literarias y sociológicas. Hubo un cierto desarrollo del drama anarquista, muy conectado con la otra orilla del Atlántico e impulsado por las impresiones de Bautista Fueyo, editor de origen español. Símbolo de la decadencia fue la destrucción de su local, y del de La Protesta, en 1910. Sin embargo, la circulación del libro ácrata no cesó. La labor editorial de los grupos uruguayos contribuyó a ello. De ahí que el título de este artículo aluda a la edición en el Río de la Plata. El argentino y el uruguayo fueron dos proyectos que se complementaron a la perfección. Montevideo forma parte de un circuito que abría oportunidades para preservar la edición anarquista de la represión y convertirla en una labor continua, por transatlántica. Montevideo también imprimió particularidades al circuito, vinculadas a grupos e individualidades de gran valía como Orsini Bertani (para este periodo) o Luce Fabbri (más tarde), en las que el espacio reducido de este artículo no permite profundizar.
Pero merece la pena insistir en que las bibliotecas de los grupos y sindicatos argentinos y uruguayos se nutrieron muy principalmente, a partir de 1902, de las publicaciones españolas. Circularon libros y folletos con el sello de la Escuela Moderna de Ferrer, de Barcelona, así como de su Biblioteca de la Huelga General, asociada al periódico del mismo nombre. También de Tierra y Libertad, la Biblioteca Salud y Fuerza o El Productor de Barcelona, entre otros, sin perder de vista que las casas comerciales españolas, especialmente la valenciana Sempere (Prometeo desde 1914) o las barcelonesas Maucci y Presa, esta última responsable de Los Pequeños Grandes Libros, incluían a autores libertarios en unos catálogos que tuvieron gran éxito de venta en el Río de la Plata. El florecimiento de la industria editorial española en los años diez pudo desincentivar, en parte, a la rioplatense. Hasta la Revolución rusa.
Las grandes novedades de la edición ácrata argentina, junto a su apogeo, llegaron
tras la Revolución rusa. El florecimiento de todas las tendencias del movimiento socialista
internacional se acompañó de una proliferación de proyectos editoriales, cifrada en
más de doscientos cincuenta títulos publicados en estas fechas, normalmente en pequeño
formato. Si bien el anarquismo participó de esta explosión y en un inicio vinculó
su renovación programática al bolchevismo, desde 1921 para las Ediciones de La Antorcha,
de La Protesta, Argonauta o Fueyo, el gran acicate estuvo precisamente en impulsar
una diferenciación ideológica tajante con aquella corriente y la del sindicalismo
revolucionario El apoyo inicial del anarquismo a la Revolución rusa en Doeswijk ( Doeswijk, A. (1998). Entre camaleones y cristalizados: los anarcobolcheviques rioplatenses [tesis doctoral]. Universidad de Campinas.
Pittaluga, R. (2015). Soviets en Buenos Aires. La izquierda de la Argentina ante la revolución en Rusia.
Buenos Aires: Prometeo.
Domínguez, L. (2017). Un itinerario por los proyectos editoriales del anarquismo en
Argentina: cambios, maniobras y permanencias. Izquierdas, 33, 21-41.
López Méndez, G., «La Guilda de Amigos del Libro y la reacción», La Protesta (LP), 17-05-1929.
Era más convincente, argüían. «El periódico de propaganda es bueno para despertar
las conciencias […]. Pero el libro es insubstituible para dar fuerza interior a un
movimiento y para conquistar adeptos, o educarlos, por la reflexión y por la penetración
serena de la verdad y de los espíritus». Claro está que se referían al «libro bueno»,
a aquel «que por una razón u otra consideramos de gran utilidad». Este «no sólo es
un tomo que pasa de cierto número de páginas, sino que tiene una vida interior, revela
una personalidad, un alma, es susceptible de convertirse en nuestro amigo inseparable
y favorito, en nuestro mejor consejero» «El libro y la propaganda anarquista», La Protesta. Suplemento semanal (LPSS), 3-12-1923; At., «Los libros», ibid., 31-7-1922.
La Semana Trágica argentina se produjo dentro del ciclo huelguístico de 1917-1922.
Comenzó como una huelga en los talleres siderúrgicos Vasena y acabó en luchas callejeras
y pogromos contra la población judía. Ha sido interpretada de manera desigual, como
movimiento revolucionario o espontáneo. Véase las reflexiones de Falcón y Monserrat
( Falcón, R. y Monserrat, A. (1998). Una vez más la Semana Trágica: estado de la cuestión
y propuestas de discusión. Cuadernos del CIESAL, 4, 35-50.
Abad de Santillán ( Abad de Santillán, D. (1977). Memorias, 1897-1936. Planeta: Barcelona.
Anapios, L. (2016). Prensa y estrategias editoriales del movimiento anarquista en
la Argentina de entreguerras. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 16, 1-20.
Suriano, J. (2001). Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Buenos Aires: Manantial.
Quesada, F. (1974). La Protesta. Una longeva voz libertaria. Todo es historia, 82-83, 74-96.
Colombo, E. (1999). El Suplemento de La Protesta. En Los desconocidos y los olvidados. Historias y recuerdos del anarquismo en la Argentina
(pp. 63-83). Montevideo: Nordan.
Andreu, J. (1985). Lectures anarchistes: la «Librería» de La Protesta. Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brésilien, 45, 101-106.
Fue este equipo el que se decidió a sistematizar la edición de obras anarquistas creando
la editorial en 1922. Se propuso «llenar a toda costa» el vacío «de nuestra propaganda»,
a través de «un plan editorial vastísimo», compuesto de «las nuevas producciones del
pensamiento revolucionario mundial» y de «los libros desconocidos» hasta ahora, o
mutilados por las editoriales burguesas. «Fue necesario reponer las máquinas, renovar
tipos, enriquecer en general los talleres». Se enorgullecían de que la puesta en escena
de este «aparato de propaganda anárquica» del «que disponen pocos países en esta hora»
hubiera sido posible precisamente en ese escenario de «desorientación general». El
proyecto tenía, por tanto, mucho de reacción contra el declive experimentado por el
anarquismo en el movimiento obrero. Ante «la claudicación dictatorial de los elementos
“intelectuales” más conocidos en nuestra propaganda regional», afirmaban, «hemos quedado
casi solos aferrados al pendón de nuestra intransigencia» «Progresos de La Protesta», LPSS, 30-04-1923.
Anapios ( Anapios, L. (2011). Una promesa de folletos. El rol de la prensa en el movimiento
anarquista en la Argentina (1890-1930). A Contracorriente, 8, 1-33.
Migueláñez Martínez, M. (2018). Más allá de las fronteras. El anarquismo argentino en el periodo de entreguerras [tesis doctoral inédita]. Universidad Autónoma de Madrid.
Para recuperar el escenario perdido, la editorial se complementó con el Suplemento, una publicación consagrada al adoctrinamiento ideológico que se editó de forma semanal
desde enero de 1922 a junio de 1926 en un formato de ocho páginas y desde esa fecha
hasta septiembre de 1930 en formato de revista quincenal de treinta y dos páginas.
De nuevo, se proponían textos de reflexión teórica como mecanismo de elevación de
la cultura revolucionaria y de «lucha contra la superficialidad de la época» «Seis años»; «Un año más», y «Notas y comentarios. Al iniciar el nuevo año», La Protesta. Suplemento quincenal (LPSQ), 26-12-1927; 31-12-1928, y 01-1930.
«Entrando en el séptimo año», LPSQ, 20-1-1928.
El periodo de esplendor del libro libertario argentino se ha explicado en relación
al contexto cultural local de los años veinte. Las editoriales anarquistas acompañaron
a una masificación generalizada de la industria del libro, que ensayó nuevas técnicas
de impresión que abarataron costes y nuevas estrategias de publicidad que ampliaron
su consumo. Este devenir permitió a la historiadora Luciana Anapios matizar la idea
del abrupto declive del movimiento libertario argentino en esta década. Pese a las
múltiples tensiones internas, la edición de periódicos, revistas y libros fue muy
fecunda, beneficiándose también de una cierta libertad de prensa, al menos mayor que
en periodos posteriores, lo que también explica sus características y la evolución
del proyecto, como se verá más adelante
Sería necesario, sin embargo, tener en cuenta otros aspectos normalmente ausentes
del relato, que conectan la labor editorial anarquista argentina con la esfera internacional.
Al menos tres, cuya importancia es difícil de jerarquizar. En primer lugar, el empeño
protestista, así como el de Argonauta o el de Fueyo, coincidió con el de un movimiento libertario
internacional en plena sacudida. La lava de aquel volcán se deslizaba por un eje que
podemos situar entre Moscú, Berlín y París, por el que transitaban libertarios expulsados
de otros contextos más reaccionarios o/y los seducidos por el prestigio de la Revolución
bolchevique y sus propuestas internacionales (la III Internacional y la Internacional
Sindical Roja), hasta que también aquella les despojara, físicamente o emocionalmente,
de la inicial atracción. Este magma dio lugar a la creación en Berlín, en diciembre
de 1922, de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), heredera del ala libertaria
de la I Internacional. Pero sobre todo propició la cooperación internacional en materia
de propaganda, donde surgieron muchas vocaciones historiográficas que trataron de
poner en valor el pasado de las luchas libertarias, confrontado con el fiasco dictatorial
leninista. Los protestistas se relacionaron, al menos, con el grupo editor Golos Truda, en Rusia; con la editorial Der Syndikalist, de Berlín, animada por «los camaradas
de la FAUD, una equivalente de nuestra FORA», especialmente con Fritz Kater; y con
la Oeuvre International des Editions Anarchistes, de París, una organización auspiciada
por Sebastien Faure y su Revue Anarchiste, y conducida por Severin Ferandel «El libro y la propaganda anarquista», LPSS, 3-12-1923. Los libros en ruso y en alemán llegan a Buenos Aires: «Editorial y librería
La Protesta», ibid., 10-12-1923, y carta de Apolinario Barrera a Diego Abad de Santillán, Buenos Aires,
24-11-1923. IIHS, Archivo Diego Abad de Santillán (ADAS), carpeta 20. Para los contactos
internacionales en Francia, véase Garner (2018) y Berry (2016).
Ferandel, «La Obra Internacional de ediciones anarquistas», LP, 24-06-1924.
Igual de relevante resultó, para el proyecto protestista, la imposibilidad del mercado editorial anarquista español de dar salida a esa ebullición
cultural que se estaba gestando. Anteriormente, la bonanza hispana había podido desalentar
la producción de libros ácratas desde el Río de la Plata. Relevar a este proveedor
pudo surtir el efecto contrario. «En esta hora en que las ideas anarquistas son las
únicas que quedan en pie, es urgente que principiemos en toda América nuestra ofensiva
ideológica» Carta de Nicolás T. Bernal a Diego Abad de Santillán, 26-5-1925. IIHS, ADAS, 25. Cartas de Tomás Herreros a Diego Abad de Santillán, Barcelona, 7-3-1925 y 05-11-1924.
También cartas de Santiago Costa y Pedro Sierra, entre otras las de 1-2-1926 y 22-5-1926,
respectivamente. Ibid., 143, 69 y 263.
Carta de Apolinario Barrera a Diego Abad de Santillán, Buenos Aires, 22-8-1923,
ibid., 20.
La situación en España también queda bien retratada cuando miramos a lo que se editó
durante esta década. Los proyectos de mayor continuidad fueron La Revista Blanca, en Barcelona, o Generación Consciente, en Valencia, que imprimieron fundamentalmente novela o se ocuparon de temas más transversales,
como la medicina y la sexualidad, demostrando que las revistas con un cariz cultural
salvaban mejor la censura. Tomás Herreros, desaparecida su imprenta Germinal, se dedicó
durante la dictadura a la Colección Inquietud, priorizando también la literatura.
Federico Urales lo tenía claro cuando afirmaba que «en general, el secreto de nuestro
éxito está en la baratura y en el género literario». Aunque es cierto que la estrategia
de Montseny apuntaba sobre todo a las características socioculturales de los lectores,
el contexto represivo también estaba muy presente. «Un libro de ideas exclusivamente,
sin pasión ni sentimiento, es muy difícil de colocar y si es de 400 páginas, menos,
porque ha de ser caro para el lector español; y mayormente en estos tiempos de crisis
política y económica» Navarro ( Navarro Navarro, F. J. (2004). A la revolución por la cultura: prácticas culturales y sociabilidad libertaria en
el país valenciano (1931-1939). Valencia: Universidad de Valencia.
Siguan Bohemer, M. (1981). Literatura popular libertaria. Trece años de «La Novela Ideal» (1925-1938). Península: Barcelona.
En tercer lugar, resultaron fundamentales los mediadores culturales que hicieron llegar
al Río de la Plata el material que no pudo ser absorbido por la edición libertaria
española. Destacaron algunos individuos, como Diego Abad de Santillán, emigrado de
niño a Argentina, en 1905, aunque su primer contacto con el anarquismo se produjo
en España en torno a la huelga general de 1917. Ya en la cárcel madrileña conoció
a Tomás Herreros, con quien compartirá labor editorial transatlántica vitalicia. A
su regreso a una Santa Fe donde llegaban los huidos de las intensas huelgas y represiones
de 1919, como Emilio López Arango, redactor principal de la clausurada La Protesta, lanzó, junto a este y José Torralvo, otro libertario de origen andaluz, la revista
La Campana, la primera publicación de orientación anarquista en la que participó. Pronto volvieron
a Buenos Aires para refundar La Protesta y pronto, en 1922, Santillán se trasladó, en nombre de aquel grupo de redacción mayoritariamente
compuesto por españoles, a Berlín, «foco de convergencia de los revolucionarios de
oriente y de occidente» Abad de Santillán ( Abad de Santillán, D. (1977). Memorias, 1897-1936. Planeta: Barcelona.
Iñiguez, M. (2001). Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español. Madrid: Fundación Anselmo Lorenzo.
Casanova, J. (2004). Diego Abad de Santillán, memoria y propaganda anarquista. Historia Social, 48, 129-147.
Navarro Comas, R. (2007). Propaganda y periodismo político en tiempos de guerra. Diego Abad de Santillán y la
afinidad anarquista (1919-1939) [tesis doctoral inédita]. Universidad de Salamanca.
Migueláñez Martínez, M. (2013). Diego Abad de Santillán (1897-1983): los viajes doctrinarios
de un anarquista transnacional. En M. Pérez Ledesma (ed.). Trayectorias trasatlánticas (Siglo xx): personajes y redes entre España y América (pp. 163-198). Madrid: Polifemo.
Carta de Pedro Sierra a Diego Abad de Santillán, 24-10-1925. IIHS, ADAS, 263.
Textos de estos anarquistas se publicaron en Argentina, en La Protesta o en Argonauta, que también contaba con Santillán como mediador. Registraron las novedades
que estaba incorporando la industria editorial generalista, aquellas que buscaban
atraer a un público variado, a través de colecciones metódicas y cuidadas. El proyecto
de La Protesta se ordenaba en torno a las Obras Completas de Mijaíl Bakunin, «poniendo sus pensamientos al alcance del proletariado revolucionario
de habla española», pues hasta entonces solo habían circulado en francés en la versión
preparada por James Guillaume para la editorial Stock. «Quisiéramos —afirmaban— que
esta obra diera definitivamente la consagración a nuestra editorial». A las obras
de Bakunin pretendían agregar la historia de su vida, en cuatro volúmenes de unas
cuatrocientas páginas cada uno, escritos por Max Nettlau. Esto último no fue posible,
pero sí otros muchos libros que aparecieron clasificados o anunciados bajo epígrafes
como «Colección de pensadores y propagandistas del anarquismo», «Filosofía del Anarquismo»,
«Antimilitarismo y antinacionalismo», «Utopías libertarias» o «Folletos de propaganda
general» Bakunin ( Bakunin, M. (1924-1928; 1937-1938). Obras completas. 5 tomos. Buenos Aires: La Protesta; Barcelona: ETYL.
La Ética, de Pietr Kropotkin, por su parte, se pensó como «indispensable para dar mayor atractivo
y solidez» a la colección de Argonauta. Su autor le había dado forma definitiva poco
antes de morir, en 1922, y según los grupos libertarios que desde Moscú y Berlín preparaban
su edición representaba su obra más acabada. «Ud. sabe que los editores burgueses
de España e Indias han estado asesinando hasta ahora las obras de Kropotkin. Y lo
siguen haciendo impunemente», planteaban desde Buenos Aires. «No queremos que ocurra
otro tanto con las obras inéditas y hasta desearíamos encargarnos en castellano, de
acuerdo con el Comité Central, en la edición definitiva de las obras completas». La
Ética fue posible, con un contenido, decían, «bastante mejorado sobre las ediciones rusa
y alemana»; pero no las obras completas de Kropotkin, como tampoco otros proyectos
de más largo recorrido que planteó la editorial Argonauta: una colección de «Memorias
Revolucionarias» y otra de «Anales» de historia de los movimientos libertarios del
mundo Kropotkin ( Kropotkin, P. (1925). Ética. Origen y evolución de la moral. Buenos Aires: Argonauta.
Como parte de esas colecciones aparecieron importantes primicias de la época, muchas
de las cuales se traducían de la recién impresa versión alemana hecha por Der Syndikalist Malatesta ( Malatesta, E. (1926). En el café. Buenos Aires: La Protesta.
Faure, S. (1922a). Mi comunismo. Buenos Aires: La Protesta.
Fabbri, L. (1922b). Temas subversivos. Buenos Aires: La Protesta.
Fabbri, L. (1922; 1938a). Dictadura y revolución. Buenos Aires: Argonauta; Barcelona: ETYL.
Kropotkin, P. (1925). Ética. Origen y evolución de la moral. Buenos Aires: Argonauta.
Rocker, R. (1927). Johann Most, la vida de un rebelde. Buenos Aires: La Protesta.
Nettlau, M. (1923). Errico Malatesta, la vida de un anarquista. Buenos Aires: La Protesta.
Nettlau, M. (1925). Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1868-1873). Buenos Aires: La Protesta.
Nettlau, M. (1928). Documentos inéditos sobre la Internacional y la Alianza en España. Buenos Aires: La Protesta.
Faure ( Faure, S. (1922a). Mi comunismo. Buenos Aires: La Protesta.
Faure, S. (1922b). Temas subversivos. Buenos Aires: La Protesta.
Fabbri, L. (1922; 1938a). Dictadura y revolución. Buenos Aires: Argonauta; Barcelona: ETYL.
Nettlau, M. (1923). Errico Malatesta, la vida de un anarquista. Buenos Aires: La Protesta.
Nettlau, M. (1925). Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1868-1873). Buenos Aires: La Protesta.
Malatesta, E. (1926). En el café. Buenos Aires: La Protesta.
Malatesta, E. (1932). Entre campesinos. Buenos Aires: La Protesta.
Bakunin, M. (1924-1928; 1937-1938). Obras completas. 5 tomos. Buenos Aires: La Protesta; Barcelona: ETYL.
Fabbri ( Fabbri, L. (1923). Cartas a una mujer sobre la anarquía. Buenos Aires: La Protesta.
Kropotkin ( Kropotkin, P. (c. 1923). Conferencias. El Estado, su rol histórico. El Estado moderno. Buenos Aires: La Protesta.
Kropotkin ( Kropotkin, P. (1928). Palabras de un rebelde. Buenos Aires: La Protesta.
Malatesta ( Malatesta, E. (1926). En el café. Buenos Aires: La Protesta.
Malatesta, E. (1932). Entre campesinos. Buenos Aires: La Protesta.
Carta de Apolinario Barrera a Diego Abad de Santillán, 6-7-1923. IIHS, ADAS, 20.
La edición anarquista, por tanto, seguía conservando los rasgos que le eran propios.
En primer lugar, la ausencia de un espíritu de lucro, por mucho que La Protesta funcionara como una empresa, que pagaba salarios y se financiaba a través del precio
fijo de su diario y de las impresiones de trabajos de terceros. De hecho, las corrientes
disidentes criticaron estas formas comerciales, pero puesto que no eran los únicos
que las utilizaban (también Argonauta, Fueyo o el grupo Ideas, de La Plata), lo que
se estaba amonestando, en realidad, era más complejo: el proceso de centralización
del discurso por parte de la FORA y su órgano político La Protesta. Los protestistas no eran partidarios del sistema de suscripción que sí utilizaba Argonauta; confiaban
en que «un libro nos pagará el papel del siguiente», proyectando un título cada tres
meses. «En esta suposición no se tiene en cuenta la acumulación de trabajos, periódicos,
etc., que periódicamente se nos presenta», como efectivamente sucedía; ni el problema
del almacenamiento, «y movernos de aquí no será posible por ahora»; ni «la tolerancia
que hemos debido observar para algunos de los obreros u operadores de la “tipograf”.
Al cambiar la máquina debimos, para no despedir a uno, enseñarle la linotipo» Cartas de Apolinario Barrera a Diego Abad de Santillán, 1-11-1923, 12-10-1923,
18-6-1924, 3-9-1924. IIHS, ADAS, 20.
«Cosas nuestras. Una obra colectiva de superación intelectual y de propaganda. A
los suscriptores de la Editorial», LP, 14-5-1927.
Aquí aparece el otro rasgo inseparable de la edición en los años veinte: respondían
a un programa eminentemente político. Su objetivo era «un tanto restringido», aseveraban
los de Argonauta: «Publicar escritos doctrinarios del comunismo anárquico». Los protestistas reafirmaban que era «una obra de cultura revolucionaria y no una empresa comercial» Luis Juano Guerrero a Diego Abad de Santillán, 30-12-1922. IIHS, ADAS, 137; «Una
obra de información y de cultura revolucionaria», LPSQ, 19-9-1927.
Archinof ( Archinof, P. (1926). Historia del movimiento majnovista (1918-1921). Buenos Aires: Argonauta.
Gorelik, A. (1922). Primera Conferencia de las Organizaciones Anarquistas de Ukrania «Nabat». Buenos Aires: La Protesta.
Rudenko, P. (1922). En Ukrania. La sublevación popular y anarquista. Buenos Aires: La Protesta.
Souchy, A. (1922). La Ukrania revolucionaria. Buenos Aires: La Protesta.
Se refieren al libro de Rocker ( Rocker, R. (1927). Johann Most, la vida de un rebelde. Buenos Aires: La Protesta.
Abad de Santillán, D., «Bakunin», LP, 14-6-1926.
La labor editorial así caracterizada generaba simbología anarquista e internacionalista
en tiempo real, como sucedió con los recientemente fallecidos Ricardo Mella (véase
más arriba) o Ricardo Flores Magón, cuyas obras salieron en México como resultado
de la colaboración editorial transatlántica. El mérito de Flores Magón estaba en «conservar
la brújula en medio de los hechos de la revolución» mexicana. «Tenía un ideal y no
se ha desviado un momento de él, y eso es tanto más notable, cuanto que la revolución
rusa nos ha demostrado la fragilidad de tantas convicciones» Abad de Santillán, D., «Bibliografía», LPSS, 13-10-1924. Para la relación editorial Argentina-México, véase Rosa (2008).
Carta de Diego Abad de Santillán a Santiago Costa, 5-1-1926. IIHS. ADAS, 69. Cartas de Pedro Sierra a Diego Abad de Santillán, 18-11-1925 y 31-3-1926. IIHS,
ADAS, 263; «Bibliografía», LPSS, 30-03-1925.
Abad de Santillán, D., «Bibliografía», ibid., 25-5-1925.
La correspondencia de Diego Abad de Santillán muestra que aquellas ambiciones desbordaron
la capacidad de los grupos argentinos. Esto, y la posibilidad de activar las relaciones
de la red editorial transnacional que se había ido configurando, explica que algunos
libros cuya edición se persiguió en los años veinte vieran la luz en la España primorriverista,
pese a las dificultades mencionadas, especialmente en torno a la colaboración con
el editor Santiago Costa. No fueron muchos títulos, pero sí relevantes, y traducidos
en gran parte por Santillán Abad de Santillán y López Arango ( Abad de Santillán, D. y López Arango, E. (1925). El anarquismo en el movimiento obrero. Barcelona: Cosmos.
Elorza ( Elorza, A. (1972). El anarcosindicalismo español bajo la dictadura (1923-1930). La
génesis de la FAI. Revista de Trabajo, 39, 123-218
Navarro Comas, R. (2007). Propaganda y periodismo político en tiempos de guerra. Diego Abad de Santillán y la
afinidad anarquista (1919-1939) [tesis doctoral inédita]. Universidad de Salamanca.
López Trujillo, F. (2005). Vidas en rojo y negro. Una historia del anarquismo en la Década Infame. Buenos Aires: Letra Libre.
Se había lubricado así el camino de la edición ácrata en España en los años treinta.
Mientras se expandía la labor cultural de Estudios, en Valencia, heredera de la mencionada Generación Consciente, y La Revista Blanca, en Barcelona, más vinculadas a la difusión de literatura y a obras de divulgación
científica, el libro urgente de combate político, según el modelo protestista, se trasladó a esta última ciudad de la mano de Diego Abad de Santillán, enriqueciendo
colecciones como la «Biblioteca Universal de Estudios Sociales», «Cuadernos de Educación
Social» o «Sexual», con nuevas colaboraciones internacionales con base en las antiguas.
La proclamación de la II República y el recrudecimiento de la situación política en
el resto de Europa habían convertido a Barcelona en la capital del internacionalismo
anarquista. Los libros salían impresos en Santiago Costa, con sellos cruzados de la
editorial Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera, Guilda de Amigos del Libro o Maucci,
aunque con esta última «se enfriaron un poco las relaciones, no sólo a causa de la
situación insegura, sino porque Nettlau no se mostraba muy favorable a que diésemos
nuestra literatura a una casa burguesa» Carta de Diego Abad de Santillán a Luigi Fabbri, 26-12-1934. IIHS. Archivo Luigi
Fabbri (ALF), 51.
Santillán arribó a Barcelona en los primeros meses de 1934. Ingresó en la CNT a través
del Sindicato de Artes Gráficas de Barcelona y en la FAI a través del grupo Nervio,
que fundó junto con sus excompañeros de redacción de La Protesta, Ildefonso González Gil y Manuel Villar. Se hizo cargo del periódico Tierra y Libertad, portavoz del Comité Regional de Cataluña de la FAI, para poco a poco hacerlo depender
del Comité Peninsular de la FAI, en un proceso de centralización de la prensa que
ya había puesto en práctica en Buenos Aires Cartas de Diego Abad de Santillán a Luigi Fabbri, 26-12-1934 y 5-7-1935. IIHS.
ALF, 51.
Este bagaje editorial fue trasladado, a partir de finales de 1937, a Ediciones Tierra
y Libertad, más conocida como ETYL, la editorial unificada del Movimiento Libertario.
De aquellos años, Santillán recordó con nostalgia la reedición de las Obras de Bakunin: «Se hicieron 7 tomos; el séptimo, el más sugestivo, discursos y artículos
de propaganda, con un prólogo de Nettlau que era una obra maestra […] quedó encuadernado,
y nada se ha vuelto a saber de eso» Carta de Diego Abad de Santillán a Antonia Fontanillas, Madrid, 20-4-1977, en Fontanillas
( Fontanillas, A. (1992). Diego Abad de Santillán, evocación. Anthropos, 138, 65-68.
Bakunin ( Bakunin, M. (1924-1928; 1937-1938). Obras completas. 5 tomos. Buenos Aires: La Protesta; Barcelona: ETYL.
Fabbri, L. (1935). El pensamiento de Malatesta. Barcelona: Guilda de Amigos del libro.
Fabbri, L. (1936). La vida de Malatesta. Barcelona: Guilda de Amigos del Libro.
Fabbri, L. (1938b). Vida y pensamiento de Malatesta. Barcelona: ETYL.
Rocker, R. (1936-1937). El nacionalismo. 3 vols. Barcelona: Tierra y Libertad.
Rocker, R. (1938). Anarcosindicalismo. Teoría y práctica. Barcelona: ETYL.
También se reeditaron obras recientemente impresas por Nervio o Imán, las editoriales
de filiación anarquista que surgieron en Argentina en la década de 1930, tras el golpe
de Estado de José Félix Uriburu. La primera fue fundada en 1931. Allí participó Diego
Abad de Santillán, así como una nueva generación de hombres y mujeres vinculados a
la organización específica que se estaba gestando (la FACA, todavía Comité Regional
de Relaciones Anarquistas). Nervio formaba parte de un proyecto editorial renovado
que pretendía producir sus propias reflexiones y no limitarse a transcribir las de
otros. Como manifestó Santillán en una cita varias veces repetida, hasta entonces
«se han divulgado ideas, no se han pensado; el movimiento argentino fue vehículo excelente,
pero no se ha ofrecido al mundo mucho de original. […] No se ha trabajado con un criterio
que llamaríamos regional en el terreno del pensamiento» Abad de Santillán ( Abad de Santillán, D. (1932). La bancarrota del sistema económico y político del capitalismo. Buenos Aires: Nervio.
Abad de Santillán, D. (1934). Las cargas tributarias: Apuntes sobre las finanzas estatales contemporáneas. Barcelona: Publicaciones Mundial.
Abad de Santillán, D. (1936). El organismo económico de la revolución. Barcelona: Ediciones Tierra y Libertad.
Abad de Santillán, D. y Lazarte, J. (1933). Reconstrucción social. Nueva edificación económica argentina. Buenos Aires: Nervio.
Imán, editorial creada en 1934, también prefirió la edición de estudios políticos
y económicos, además de una gran novedad para la edición ácrata argentina: las novelas,
apostando por jóvenes escritores latinoamericanos de gran éxito posterior (Jorge Amado,
por ejemplo). También editaron textos científicos sobre sexualidad y psicología, muchos
de autores locales, que conectaban con el proyecto editorial de Estudios, en Valencia. Como aquel, Nervio e Imán aumentaron la calidad de sus ediciones y registraron
novedades técnicas, como las atrayentes composiciones de sus portadas Para estas dos editoriales véase especialmente Anapios ( Anapios, L. (2016). Prensa y estrategias editoriales del movimiento anarquista en
la Argentina de entreguerras. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 16, 1-20.
Graciano, O. (2012). La escritura de la realidad. Un análisis de la tarea editorial
y del trabajo intelectual del anarquismo argentino. Izquierdas, 12, 72-110.
Ledesma Prietto, N. (2016). «La revolución sexual de nuestro tiempo». El discurso médico anarquista sobre el control
de la natalidad, la maternidad y el placer sexual. Argentina, 1931-1951. Buenos Aires: Biblos.
Ambos proyectos muestran dos tendencias generales importantes. En primer lugar, que
Argentina seguía siendo un espacio editorial propicio para la cultura de izquierdas
a pesar de la represión que siguió al golpe de Estado de Uriburu. Pero, para que ello
fuera posible, en segundo lugar, tuvieron que adaptar sus prácticas editoras. Mientras
la clausura de locales, el secuestro de periódicos, la detención de los grupos editores
y los juicios por asociación ilícita hacían declinar el proyecto editorial protestista, en paralelo al declive de la línea ortodoxa del movimiento representada en la FORA,
Nervio e Imán salvaron mejor la censura. Se repetía la situación ya vista en España
en la década anterior: la represión hacía aparecer emprendimientos de acusado carácter
cultural. Y el anarquismo transatlántico podía seguir contando con un proyecto editorial
potente basado en la colaboración de sus dos orillas. La Guerra Civil española pondría
a prueba, de nuevo, esta estrategia. Los pocos textos que lograron salir en Nervio
a partir de 1936 y los todavía bastantes que editó Imán estuvieron dominados por esta
temática. Volvían a ser libros de urgencia, facilitados por la presencia en España
de militantes de la FACA, que ocuparon puestos de responsabilidad en la propaganda
faísta a través del grupo Nervio, y salvaron el control de la prensa gracias a la
movilización amplísima a que dio lugar este acontecimiento en el Río de la Plata López Trujillo ( López Trujillo, F. (2005). Vidas en rojo y negro. Una historia del anarquismo en la Década Infame. Buenos Aires: Letra Libre.
Navarro Comas, R. (2007). Propaganda y periodismo político en tiempos de guerra. Diego Abad de Santillán y la
afinidad anarquista (1919-1939) [tesis doctoral inédita]. Universidad de Salamanca.
Migueláñez Martínez, M. (2018). Más allá de las fronteras. El anarquismo argentino en el periodo de entreguerras [tesis doctoral inédita]. Universidad Autónoma de Madrid.
Durante los cincuenta años revisados en este artículo, los anarquistas publicistas aprendieron un oficio al ritmo de unas conexiones transatlánticas en gran parte acicateadas por las circunstancias políticas de ambas orillas. Esta complementariedad contó con agentes muy dinámicos, como José Prat o Diego Abad de Santillán, pero el circuito editorial requirió de otros muchos «anarquistas sedentarios» que conocían el arte de imprimir y de camuflar la propaganda política. Cuando en 1939 la edición afrontó una nueva dispersión, ese oficio les permitió seguir viviendo, materialmente hablando.
Resulta sintomático que muchos de los militantes anarquistas que, poco a poco, y no
sin dificultades, fueron retornando a Argentina desde España, desde los campos de
concentración franceses o desde otros lugares en los que se exiliaron en primera instancia,
tuvieran como profesión, en las décadas siguientes, la edición de libros. Fueron asalariados
de empresas ajenas al movimiento libertario (burguesas, como Losada, Fondo de Cultura
Económica, Ediar, Sudamericana, Emecé), pertenecientes a un mundo editorial que se
enriqueció enormemente con el colapso del mercado español, la llegada de sus editores
exiliados y la creación de catálogos más universales para conquistar a la ampliada
clientela latinoamericana
Pensar esta imbricación entre la labor editorial y la política, de España a Argentina
y viceversa, puede contribuir a una historia del anarquismo en el conjunto de los
países de habla hispana, enlazando con una profusión historiográfica reciente e innovadora
sobre el anarquismo en el hemisferio occidental. El diálogo historiográfico transatlántico
vuelve a ser provechoso porque conectaría con los muchos estudios que se están haciendo
sobre las dinámicas grupales y de afinidad en el entorno del anarquismo español Tavera y Ucelay-da Cal ( Tavera, S. y Ucelay-da Cal, E. (1993). Grupos de afinidad, disciplina bélica y periodismo
libertario, 1936-1938. Historia Contemporánea, 9, 167-190.
Tavera, S. (2002). La historia del anarquismo español: una encrucijada interpretativa
nueva. Ayer, 45, 29-31.
Navarro Comas, R. (2007). Propaganda y periodismo político en tiempos de guerra. Diego Abad de Santillán y la
afinidad anarquista (1919-1939) [tesis doctoral inédita]. Universidad de Salamanca.
Abad de Santillán, D. (1932). La bancarrota del sistema económico y político del capitalismo. Buenos Aires: Nervio. |
|
Abad de Santillán, D. (1934). Las cargas tributarias: Apuntes sobre las finanzas estatales contemporáneas. Barcelona: Publicaciones Mundial. |
|
Abad de Santillán, D. (1936). El organismo económico de la revolución. Barcelona: Ediciones Tierra y Libertad. |
|
Abad de Santillán, D. (1938). Bibliografía anarquista argentina. Timón, 3, 178-184. |
|
Abad de Santillán, D. (1977). Memorias, 1897-1936. Planeta: Barcelona. |
|
Abad de Santillán, D. (2001) [1927]. La Protesta. Su historia, sus diversas fases y su significación. En Certamen Internacional de La Protesta, Buenos Aires, La Protesta, 1927. Buenos Aires: CeDInCI. |
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