RESUMEN
El presente trabajo documenta a través de una metodología prosopográfica mecanismos concretos de utilización patrimonial del poder político mediante los cuales una parte importante de las élites socioeconómicas del régimen franquista garantizó su continuidad política tras la muerte del dictador, durante los años de la transición a la democracia. El análisis se centra en las provincias gallegas de Ourense y Pontevedra, en las que se documentan prácticas específicas ligadas a la gestión clientelar del territorio y de los recursos públicos en connivencia con estrategias desarrolladas por el Gobierno central destinadas a asegurar una exitosa expansión institucional de las redes de la Unión de Centro Democrático (UCD) en la periferia estatal.
Palabras clave: Transición a la democracia; poder local; clientelismo político; partidos políticos; Galicia.
ABSTRACT
This article documents, using a biographical methodology, those concrete ways of patrimonial use of political power that allowed an important fraction of francoist socioeconomic and political élites last through the end of the Regime and the Transition to democracy. Our analysis focus on the Galician (North West Spain) southern provinces of Ourense and Pontevedra, where we have found evidences of that kind of practices of patronage in the management of the territory and the community resources, in collusion with Spanish government strategies to ensure a successful institutional spread of the ruling party networks (Unión de Centro Democrático – UCD) across the country.
Keywords: Transition to democracy; local power; patronage networks; political parties; Galicia.
El objetivo de este trabajo es realizar una aproximación historiográfica a lo que hasta el presente ha sido un lugar común en la memoria colectiva y en los debates de la opinión pública en Galicia: que una parte significativa de las autoridades políticas locales y provinciales franquistas, así como de las élites socioeconómicas vinculadas con la dictadura, consiguieron —durante la Transición— labrarse un futuro político que se proyectó sobre las primeras décadas del periodo democrático y que, bajo formas específicas de uso patrimonial del poder político, ligadas a la gestión del territorio, de sus instituciones y de sus recursos, ha llegado en algunos casos hasta la actualidad.
Sin ser un territorio por completo inexplorado, la cuestión de la continuidad–discontinuidad
de las élites políticas periféricas (locales y provinciales) entre la dictadura franquista
y el actual régimen democrático ofrece todavía amplias posibilidades de investigación,
tanto en lo que respecta a la relación —tal vez menos unidireccional de lo que con
frecuencia se ha venido afirmando— entre las élites ubicadas en los centros de decisión
del sistema político durante los años finales del franquismo y la Transición (Presidencia
del Gobierno, Ministerio de Gobernación) y sus congéneres locales, como en la caracterización
de las diversas formas en que este proceso se materializó en los contextos locales
o el papel que tanto las viejas como las nuevas élites jugaron en la construcción
de las organizaciones políticas democráticas[1]. La cuestión conecta además con debates historiográficos de mayor espectro, como
el que desde hace ya varios años revisa las interpretaciones tradicionales de los
procesos de politización y democratización del mundo rural español, si bien estas
investigaciones se han centrado preferentemente en el análisis de las formas de ejercicio
y disputa del poder en el mundo local rural de la Restauración Herrera y Markoff ( Herrera, A. y Markoff, J. (2013). Presentación. Dossier Democracia y mundo rural en
España. Ayer, 89, 13-19.
Cabo Villaverde, M. y Veiga Alonso, X. R. (2011). La politización del campesinado
en la época de la Restauración. Una perspectiva europea. En T. Mª Ortega López y F.
Cobo Romero (eds.). La España rural, siglos xix y xx. Aspectos políticos, sociales y culturales (pp. 21-58). Granada: Comares.
Cruz Artacho, S. (2011). La estrategia electoral del socialismo español y sus efectos
sobre la politización del campo, 1875-1923. En T. Mª Ortega López y F. Cobo Romero
(eds.). La España rural, siglos xix y xx. Aspectos políticos, sociales y culturales (pp. 193-218). Granada: Comares.
Estos presupuestos de partida han exigido un enfoque novedoso, capaz de «poner rostros»
al proceso y explicarlo a través de la reconstrucción de algunas trayectorias políticas
individuales, en una muestra amplia de municipios de Pontevedra y Ourense El análisis de las principales cabeceras de la prensa gallega (La Voz de Galicia, Faro de Vigo, El Pueblo Gallego, La Región y Diario Atlántico) y de alguna de ámbito estatal (El País) ha permitido construir una inicial base de datos de alcaldes y concejales a partir
de 1970 con 1104 registros, de los cuales 155 son los alcaldes/alcaldesas que resultaron
elegidos/as en las elecciones municipales de 1979 en las provincias de Ourense y Pontevedra
y 949 son concejales/as electos/as en la provincia de Pontevedra en los procesos electorales
de 1970, 1973 y 1979. Los registros han sido completados con parámetros que señalan
la participación política de los individuos anterior a las elecciones municipales
de 1979, su trayectoria política posterior y la actividad profesional de los mismos.
Para enriquecer nuestra perspectiva prosopográfica también han sido de utilidad algunas
publicaciones recientes procedentes del periodismo político gallego: Navaza ( Navaza, X. (2005). El laberinto gallego: la guillotina del centro. Santiago: Grupo Correo Gallego y Fundación Caixa Galicia.
Meilán Gil, J. L. (1979). Escritos sobre la transición política española. Barcelona: Ediciones Mayler.
Rodríguez, A. (2016). Solo Rivas Fontán: memorias de un político lejos del rebaño. Santiago de Compostela: Alvarellos.
En 1979 Ourense era la provincia española con mayor número de parcelas agrícolas
(2.175.169). Pontevedra era la cuarta (1.840.035). INE (1979): Anuario Estadístico de España, p. 536. Disponible en:
Hemos optado por una metodología prosopográfica en la que la combinación de tres tipos
de fuentes —hemerográficas, archivísticas y orales— enriquece y matiza el análisis
«macro» de la documentación electoral disponible Sobre las fuentes hemerográficas véase supra nota 3. Las fuentes archivísticas se corresponden con la documentación sobre las elecciones
a Cámaras Agrarias de mayo de 1978 en la provincia de Pontevedra, localizadas en el
Archivo Histórico Provincial de Pontevedra (A.H.P.PO.), caja 325, expediente 1; caja
327, expediente 3. Hemos comenzado a elaborar una muestra sistematizada de entrevistas
orales. Para este trabajo hemos empleado cinco, realizadas a personas que fueron dirigentes
locales o provinciales de la Organización Sindical Agraria, así como a alcaldes que
desempeñaron el cargo durante los años finales del franquismo y la Transición. En
ocasiones, ambos perfiles coinciden en un mismo entrevistado/a.
Para comprender la continuidad de las élites locales en el sur de Galicia entre el franquismo y el periodo democrático es necesario hacer referencia a los distintos procesos electorales municipales que, al menos desde 1976, guardaron estrecha relación con la expansión territorial de los partidos de derecha y centro-derecha.
Sin embargo, el primero de los procesos electorales a analizar es la renovación de las corporaciones locales de 1973, concretamente la renovación de los tercios familiar y sindical. A pesar de que estas elecciones se celebraron antes de la muerte de Franco, tendrán una gran importancia para el proceso de transición local, puesto que los concejales elegidos fueron los responsables de nombrar a los alcaldes que dirigirían los ayuntamientos hasta las elecciones municipales de 1979.
Así, las elecciones de 1973 se realizaron siguiendo el principio de «democracia orgánica»,
donde únicamente el llamado «tercio de representación familiar» sería sometido a votación Desde la Ley de Bases de Régimen Local de 1945 la dictadura franquista reguló la
composición de las corporaciones locales mediante la elección paralela de tres tercios
de representación: el familiar, el sindical y el tercio de entidades. Dicha ley establecía
la renovación trienal de concejales dentro de los principios de «democracia orgánica»,
que afectaban al único tercio que se sometía a sufragio: el familiar.
Entre estos cabe señalar la designación de los integrantes de la mesa electoral y
de las juntas del censo por parte de las asociaciones económicas y sindicales, junto
con los alcaldes, lo que llevó al control estatal del proceso de votación y escrutinio.
Moreno Fonseret y Sevillano Calero ( Moreno Fonseret, R. y Sevillano Calero, F. (1999). El franquismo: visiones y balances. Alicante: Universidad de Alicante.
Para presentar candidatura era necesario haber desempeñado cargo de concejal en el
Ayuntamiento durante un año; ser propuesto por dos procuradores representantes de
las corporaciones locales de la provincia, tres diputados provinciales o cuatro concejales
del Ayuntamiento, o, en su defecto, tener el respaldo del 20 % del censo. Quirosa-Cheyrouze
y Fernández Amador ( Quirosa-Cheyrouze, R. y Fernández Amador, M. (2010). Poder local y transición a la democracia en España. Granada: CEMCI.
Concretamente en la provincia de Almería, Mónica Fernández Amador señala la inexistencia
de candidatos independientes respaldados por firmas. Fernández Amador ( Fernández Amador, M. (2008). Las elecciones municipales del Tardofranquismo en Almería,
¿Representatividad o ficción? En Crisis, dictaduras y democracias: Actas del Congreso Internacional Historia de Nuestro
Tiempo (Logroño, 2-4 de noviembre de 2006) (pp. 1 - 12). Logroño: Universidad de La Rioja.
Serán estas corporaciones, caracterizadas por su afinidad al Régimen, las encargadas
de dirigir la vida local hasta las elecciones municipales de 1979, con la elección
de alcaldes de 1976 como única novedad. A pesar de que el proceso de renovación de
alcaldías se realizaba tras la muerte del dictador, sus bases legislativas continuaban
ancladas en los principios de la democracia orgánica Estas elecciones se rigieron por la Ley de Bases de Estatuto de Régimen Local aprobada
en Cortes en noviembre de 1975. La novedad más destacable hacía referencia a la elección
de alcaldes, que pasarían de ser nombrados por los gobernadores civiles a ser elegidos
por voto secreto de dos tercios de los concejales.
Para presentar candidatura a la elección de alcaldes de 1976 era necesario haber
sido alcalde o concejal del propio Ayuntamiento, ser propuesto por un 1 % del total
de los electores o por cuatro consejeros locales del Movimiento.
La elección de alcaldes y presidentes de diputaciones provinciales se celebró en enero
de 1976, en un contexto crítico para las élites políticas del Régimen, que intentaron
retrasar lo máximo posible la llegada del sufragio universal a los municipios una
vez muerto el caudillo. En realidad, estas elecciones no tenían otra intención que
mantener al frente de los ayuntamientos a individuos adeptos al Régimen Quirosa-Cheyrouze y Fernández Amador ( Quirosa-Cheyrouze, R. y Fernández Amador, M. (2010). Poder local y transición a la democracia en España. Granada: CEMCI.
Martín, Ó. J. (2006). Albacete en transición. El ayuntamiento y el cambio político, 1970-1979. Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”-Diputación provincial
de Albacete.
Junto con esto, se advierten movimientos de alcaldes en algunas corporaciones locales
que señalan un relevo hacia nuevas élites con una experiencia forjada en instituciones
como las estructuras del Movimiento, la Organización Sindical o los propios ayuntamientos,
siguiendo con el carácter continuista señalado por algunos autores Quirosa-Cheyrouze Muñoz ( Quirosa-Cheyrouze Muñoz, R. (2008). La democratización del Poder Local en la Transición.
En Andalucía y España: identidad y conflicto en la historia contemporánea. Actas del
congreso (Málaga, 22-25 de febrero de 2015) Vol. 1. (pp. 381-402). Málaga: Fundación Unicaja.
En algunas ocasiones dichos relevos eran pactados entre el alcalde saliente y el nuevo candidato, lo que explica que para la elección de alcaldes en Pontevedra tres individuos que ya eran alcaldes no se presentaran, al igual que otros siete en la provincia de Ourense.
A través de la fuente oral y la prensa es posible documentar testimonios de estos
pactos, como ocurre en el municipio de Meaño (Pontevedra), donde el alcalde elegido
en 1976 —que se mantuvo en el cargo hasta 1991—, Germán Rodiño, afirmaba haber sido
llamado a la política por el anterior alcalde, Marcelino Torres «Entrevista a Germán Rodiño», Faro de Vigo, 19/03/1999.
Entrevista a José Manuel Fernández Rodríguez. Salceda de Caselas (Pontevedra), 16/5/2016.
Los perfiles de Germán Rodiño y José Manuel Fernández coinciden con la dinámica de
continuidad descrita, ya que el primero contaba con una amplia carrera en la Organización
Sindical Vocal titular de la Unión de Trabajadores y Técnicos en la C.O.S.A. de Pontevedra
en 1975. Candidato a la Hermandad Nacional en noviembre de 1975. Ostentaba desde agosto
de 1971 el cargo de vocal provincial. Miembro del Comité Ejecutivo de la UTT tras
las elecciones de 1975. Presidente de la Unión de Trabajadores y Técnicos de Meaño
en 1975. Presidente de la agrupación de Cultivos Forestales de la Unión de Trabajadores
y Técnicos.
Teniendo esto en cuenta podemos entender el proceso de elección de concejales de 1973
y el de alcaldes de 1976 como la reorganización de las élites políticas del Régimen
para gestionar desde posiciones de privilegio su continuidad en el nuevo espacio político
que se abría con la muerte del dictador Encontramos ejemplos de movimientos similares en otros estudios de caso. Para la
Cataluña rural: Marín i Corbera ( Marín i Corbera, M. (2000). Els ajuntaments franquistes a Catalunya. Lleida: Pagès editors.
Balado Insunza, F. (2014). Historia local y transición a la democracia. Un estudio
de caso: la comarca del Bierzo: 1973-1979. En Actas del XII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea (Madrid, 17-19
de septiembre de 2014), (pp. 4921-4941). Madrid: Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid.
Sobre el aprovechamiento de la conexión entre élites políticas locales y estructura
administrativa para la creación de las redes de los protopartidos de centro–derecha
en Galicia durante la Transición, véase Prada Rodríguez ( Prada Rodríguez, J. (2015). De dónde venimos y hacia dónde vamos… La derecha gallega
entre la transición y la consolidación de la democracia. Historia del Presente, 25, 9-25.
Marín i Corbera ( Marín i Corbera, M. (2000). Els ajuntaments franquistes a Catalunya. Lleida: Pagès editors.
Ponce Alberca, J. (2014). Más allá de Madrid: el tránsito político en las provincias
tras la dictadura de Franco. Historia 396, 2, 289-317.
Ello no implica, sin embargo, que la dinámica de las organizaciones locales y provinciales viniese siempre dictada por el centro, sino que hubo una enorme variabilidad de situaciones, derivada de los equilibrios de poder previos, de los muy cambiantes alineamientos de las élites locales y, finalmente, de la naturaleza instrumental del partido, rasgo que compartían tanto su centro como su periferia, y que acompañará a la organización hasta su desaparición en 1983.
Un ejemplo claro de esta reorganización se observa en la continuidad en periodo democrático de los alcaldes elegidos en 1976. Para la provincia de Pontevedra contamos con doce regidores que volvieron a ser elegidos pese al cambio de régimen, de los cuales siete se presentaron bajo las siglas de UCD y cinco con una Agrupación de Electores (AE), aunque estos últimos acabaron confluyendo en 1983 en la llamada Coalición Popular, la marca electoral de Alianza Popular para las citadas elecciones.
Para el caso de Ourense llama la atención que de los veintidós alcaldes elegidos en
1976 que volvieron a serlo en 1979, veinte se presentaron en las municipales democráticas
por UCD, mientras que dos lo hicieron con Coalición Democrática (CD) Coalición Democrática (CD) fue la unión instrumental de varios partidos de derecha
para las elecciones legislativas y municipales de 1979, entre los que se encontraban
Alianza Popular (AP), el Partido Demócrata Popular (PDP) y Acción Ciudadana Liberal
(ACL).
Esta interpretación resulta coherente con el análisis cuantitativo de la continuidad
de las élites «neocensitarias» El término empleado por Márquez Cruz ( Márquez Cruz, G. (1993). La Transición local en Galicia: continuidad de las élites
políticas del franquismo y renovación de los Gobiernos locales. Revista de Estudios Políticos, 80, 39-119.
Los datos resultan más expresivos si centramos el análisis en los individuos elegidos alcaldes en 1979, que habían sido alcaldes, concejales —algunos serían nombrados alcaldes en 1976—o candidatos en 1973; pues el porcentaje de continuidad supera el 50 % en ambas provincias (57 % en Pontevedra y 55 % en Ourense). Los principales partidos de destino de estas élites «neocensitarias» fueron UCD y CD, seguidos de las Agrupaciones de Electores. La tasa de nuevos alcaldes se mantuvo en todas estas organizaciones por debajo del 50 %.
Alcaldes en 1979 | Provincias | Adscripción de los alcaldes elegidos en 1979 (Galicia) | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Ourense | Pontevedra | Galicia | UCD | CD | AE | |
Alcaldes (1973) | 32 (34,8 %) | 25 (41 %) | 102 (32,7 %) | 63 (36,2 %) | 15 (44,1 %) | 23 (37,1 %) |
Concejales (1973) | 17 (18,5 %) | 9 (14,7 %) | 43 (13,8 %) | 29 (16,6 %) | 4 (11,8 %) | 8 (12,9%) |
Candidatos (1973) | 2 (2,2 %) | 1 (1,6 %) | 7 (2,2 %) | 4 (2,3 %) | — | 2 (3,2 %) |
Total (1973) | 51 (55,5 %) | 35 (57,3 %) | 152 (48,7 %) | 96 (55,1 %) | 19 (55,9 %) | 33 (52,2 %) |
Nuevos (1979) | 41 (44,5 %) | 26 (42,6 %) | 160 (51,2 %) | 78 (44,8 %) | 15 (44,1 %) | 29 (46,7 %) |
Total (1979) | 92 (100 %) | 61 (100 %) | 464 (100 %) | 174 (100 % | 34 (100 %) | 62 (100 %) |
Fuente: elaboración propia a partir de Márquez Cruz ( Márquez Cruz, G. (1993). La Transición local en Galicia: continuidad de las élites políticas del franquismo y renovación de los Gobiernos locales. Revista de Estudios Políticos, 80, 39-119.1993).
Con todo, si tomamos como referencia el porcentaje de municipios gallegos en cuyas
corporaciones democráticas (1979) permanecía por lo menos un mandato (alcalde o concejal)
procedente de 1973, la ratio se dispara hasta el 78,2 %, alcanzando precisamente Ourense
el mayor índice de continuidad entre las provincias gallegas Prada Rodríguez ( Prada Rodríguez, J. (2015). De dónde venimos y hacia dónde vamos… La derecha gallega
entre la transición y la consolidación de la democracia. Historia del Presente, 25, 9-25.
Molina García, S. (2015). ¡Qué legitimen las urnas! Las elecciones municipales de
1979 en la provincia de Albacete. Al-basit, 60, 303-345.
Otro hito importante en la expansión territorial de las nuevas estructuras partidistas en el agro gallego fueron las elecciones a Cámaras Agrarias, sobre todo en lo que respecta a UCD. Dichas elecciones se celebraron el 20 de mayo de 1978 con el fin de renovar las juntas directivas de las Cámaras Agrarias locales y provinciales, organismos surgidos de la transformación de las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos y de las Cámaras Oficiales Sindicales Agrícolas (COSA), permitiendo la representación de los distintos sindicatos agrarios legalizados por el decreto de libertad sindical de 1 de abril de 1977.
Las elecciones a Cámaras Agrarias en las provincias del sur de Galicia —al igual que
en el resto del Estado— estuvieron marcadas por una escasa participación (26,95 %
del censo en Ourense y 25,28 % en Pontevedra) y la victoria de las candidaturas —formalmente
«independientes»— de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Pontevedra (AGAP)
y la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Ourense (AAGO) «Escasa participación de votantes en las elecciones agrarias de Galicia: un 30 por
ciento: destaca el número de vocalías conseguidas por las candidaturas denominadas
“independientes”», Faro de Vigo, 23/5/1978, p. 36.
«Elecciones a Cámaras Agrarias: Fueron presentadas 123 candidaturas», Faro de Vigo, 10/5/1978, p. 20. Mientras AGAP y AGAO se movieron en la órbita de la UCD, en Lugo
la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), que a su vez formaba
parte de la asociación que representaba los intereses de los grandes propietarios
agrarios españoles, la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG),
se encontraba más próxima a AP.
Sabio ( Sabio, A. (2006). Cultivadores de democracia. Politización campesina y sindicalismo
agrario progresista en España, 1970-1990. Historia Agraria, 38, 75-102.
Ortiz Heras, M. (2012). Militancia de partido en la cultura política de la Transición.
El caso de UCD. Alcores, 14, 71 - 93.
Cabana Iglesia, A. (2013). ¿Mientras dormían? Transición y aprendizaje político en
el mundo rural. En Ó. Rodríguez (ed.). El franquismo desde los márgenes. Campesinos, mujeres, delatores, menores (pp. 93-112). Lleida: Universitat de Lleida.
Moyano Estrada, E. (1984a). Corporativismo y agricultura: Asociaciones profesionales y articulación de intereses
en la agricultura española. Madrid: Instituto de Estudios Agrarios, Pesqueros y Alimentarios.
Archivo Histórico Provincial de Pontevedra (AHPP) y Faro de Vigo.
En esta misma provincia en la creación de AGAP confluyeron dirigentes del sindicalismo vertical, cargos políticos locales, representantes de intereses agroindustriales y un grupo de jóvenes empresarios propietarios de modernas explotaciones ganaderas (granjas de cría intensiva de terneros).
E hicimos una asociación, que se llamó AGAP, y con esa candidatura nos presentamos
y entonces, en esa candidatura, no se veía la cuestión política, era profesional […].
Profesional total. Gente entre los 48, 50, 60 lo máximo. Gente mayor no había […].
Bueno que no era UCD, UCD fue la que captó digamos los que… porque nosotros antes
de ser UCD yo políticamente milité en el Partido Gallego Independiente. Partido fundado por José Luis Meilán Gil, jurista y presidente del Instituto de Reforma
y Desarrollo Agrario (IRYDA), en A Coruña en agosto de 1976. En mayo de 1977 se integró
en UCD.
Entrevista a Daniel Casalderrey Castro, Vilanova de Arousa (Pontevedra), 25/5/2016.
Un informe sobre las elecciones a Cámaras Agrarias elaborado por el Instituto de Reforma
Agraria (IRA) y filtrado por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos
(COAG) a finales de 1978 afirmaba que muchos de los candidatos habían sido promovidos
con fines políticos por antiguos presidentes de Cámaras Agrarias y gobernadores civiles,
ofreciendo la estimación de que cerca de 50 000 de los vocales electos en todo el
Estado estaban vinculados políticamente con UCD «Informes reservados de la Administración sobre la filiación política de los representantes
a Cámaras Agrarias», El País, 20/12/1978. Ortiz Heras ( Ortiz Heras, M. (2012). Militancia de partido en la cultura política de la Transición.
El caso de UCD. Alcores, 14, 71 - 93.
Dichas organizaciones se integraron a finales de 1978 en la Unión de Federaciones
Agrarias de España (UFADE), herramienta utilizada por diversos grupos incrustados
en el aparato del Estado con el fin de preservar sus intereses sectoriales/económicos
al tiempo que se contrarrestaba el creciente sindicalismo agrario de izquierdas y
nacionalista. La proliferación de asociaciones y candidaturas «independientes» reflejaba
las estrategias de personalidades políticas del reformismo franquista por crearse
su propia base de apoyo en el medio rural Moyano ( Moyano Estrada, E. (1984a). Corporativismo y agricultura: Asociaciones profesionales y articulación de intereses
en la agricultura española. Madrid: Instituto de Estudios Agrarios, Pesqueros y Alimentarios.
Moyano Estrada, E. (1984b). Ideologías y sindicalismo agrario en la transición democrática.
Agricultura y Sociedad, 31, 33-58.
Sabio, A. (2006). Cultivadores de democracia. Politización campesina y sindicalismo
agrario progresista en España, 1970-1990. Historia Agraria, 38, 75-102.
Candidatura | Pontevedra (%) | Ourense (%) |
---|---|---|
AGA AGA: Asociación de Agricultores y Ganaderos. En Pontevedra AGAP: Asociación de Agricultores y Ganaderos de Pontevedra; en Ourense AGAO: Asociación de Agricultores y Ganaderos de Ourense; CCLL-SLG: Comisións Labregas-Sindicato Labrego Galego; FTT: Federación de Trabajadores de la Tierra-UGT. SSAA: Sociedades Agrarias; SAGA: Sindicato Agrario Galego; Porcino: Asociación de Criadores de Ganado Porcino. |
531 (71,8 %) | 713 (66,3 %) |
CCLL-SLG | 62 (8,4 %) | 171 (16 %) |
SAGA | 60 (8,1 %) | 88 (8,2 %) |
SSAA | 40 (5,4 %) | 45 (4,2 %) |
Independientes | 43 (5,8 %) | 20 (1,9 %) |
FTT-UGT | 19 (1,8 %) | |
Porcino | 4 (0,5 %) | |
Total de vocalías | 740 | 1.076 |
[*] |
AGA: Asociación de Agricultores y Ganaderos. En Pontevedra AGAP: Asociación de Agricultores y Ganaderos de Pontevedra; en Ourense AGAO: Asociación de Agricultores y Ganaderos de Ourense; CCLL-SLG: Comisións Labregas-Sindicato Labrego Galego; FTT: Federación de Trabajadores de la Tierra-UGT. SSAA: Sociedades Agrarias; SAGA: Sindicato Agrario Galego; Porcino: Asociación de Criadores de Ganado Porcino. |
Fuente: elaboración propia a partir de Garcés (1978): 37.
A pesar de que las elecciones a Cámaras Agrarias despertaron poco interés en los electores,
como muestra la baja participación —debido en parte a las escasas atribuciones de
los nuevos organismos El carácter circunstancial de las elecciones también se observa en la escasa actividad
que tuvieron después de la convocatoria, no volviendo a celebrarse comicios provinciales
hasta 2002.
Algunos ejemplos son la negación del voto a las mujeres en algunas mesas, los censos
mal elaborados o la existencia de urnas sin precinto, a los que habría que sumar las
múltiples reclamaciones presentadas. Cabana Iglesia ( Cabana Iglesia, A. (2013). ¿Mientras dormían? Transición y aprendizaje político en
el mundo rural. En Ó. Rodríguez (ed.). El franquismo desde los márgenes. Campesinos, mujeres, delatores, menores (pp. 93-112). Lleida: Universitat de Lleida.
Entrevista a José Castro Álvarez, Ponteareas (Pontevedra), 16/5/2016.
A finales de 1978 habían sido elegidas por sufragio universal las Cortes Constituyentes,
los organismos preautonómicos Los once miembros de la Xunta de Galicia preautonómica fueron designados por los
diputados y senadores gallegos electos en las legislativas de 1977. Junto con estos,
participarían de la Xunta un representante por cada diputación provincial de Galicia;
Fernández Amador ( Fernández Amador, M. (2014). El poder municipal en Almería durante la transición a la democracia. Almería: Universidad de Almería.
Larraza Micheltorena, Mª. M. (2014). Un ayuntamiento para el cambio político: Pamplona,
1971-1979. En Actas del XII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea (Madrid: 17-19
de septiembre de 2014) (pp. 4947-4966). Madrid: Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid.
Castellanos López ( Castellanos López, J.A. (2007). Proceso autonómico y constitución regional. Toledo: CES Castilla la Mancha.
De esta forma, se convocaron las elecciones generales para el 1 de marzo de 1979 y
las municipales para el 4 de abril de ese mismo año, cumpliéndose los pronósticos
del triunfo de la UCD en ambas. Tal que así, en la provincia de Pontevedra UCD obtuvo
cerca de 138 000 sufragios en las elecciones generales, muy por encima del segundo
partido más votado, el PSOE, que alcanzó los 49 000 votos «Datos provisionales de las elecciones al Congreso», Faro de Vigo, 10/3/1979.
Información del Ministerio de Interior;
Partidos |
Votos Legislativas 1979
(Pontevedra) |
Votos Legislativas 1979
(Ourense) |
Partido |
Votos Municipales 1979 Pontevedra (Concejales) |
Votos Municipales 1979 Ourense
(Concejales) |
---|---|---|---|---|---|
UCD | 137.769 | 75.271 | UCD | 106.332 (331) | 70.963 (599) |
UN | 2.733 | AE | 60.530 (245) | 5.976 (40) | |
PSOE | 49.213 | 23.292 | PSOE | 52.527 (108) | 16.170 (96) |
UG | 21.160 | 3.348 | UG | 30.284 (65) | 1.485 (13) |
CD | 37.048 | 26.901 | CD | 29.608 (71) | 31.868 (208) |
BNPG | 17.909 | 7.899 | BNPG | 21.203 (45) | 10.767 (67) |
PCE | 16.111 | 3.829 | PCG | 17.933 (23) | 4.992 (14) |
Otros | 8.393 | 2.851 | Otros | 4.964 (7) | 5.762 (27) |
Total | 296.770 | 143.391 | Total | 328.216 (949) | 149.617 (1064) |
AE: Agrupaciones de electores; BNPG: Bloque Nacional Popular Galego; UG: Unidade Galega; UN: Unión Nacional.
Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio del Interior (http://www.infoelectoral.interior.es).
Como se puede comprobar en el cuadro, las elecciones municipales de 1979 supusieron un importante éxito político para UCD, aunque es necesario preguntarse hasta qué punto la celebración de las legislativas tan solo un mes antes pudo influir en los resultados.
El triunfo de UCD en las elecciones legislativas pudo ser utilizado en la campaña
electoral de las municipales para ofertar favores políticos en la gestión supralocal.
Un ejemplo lo encontramos en Mondariz (Pontevedra), donde tan solo dos semanas antes
de las elecciones municipales el candidato de UCD utiliza la mediación del diputado
Luís González Seara —elegido por la provincia en las legislativas de marzo— para conseguir
un comedor escolar «Pronto, el comedor escolar», El pueblo gallego, 18/3/1979. Scott ( Scott, J. (1977). ¿Patronazgo o explotación? En E. Gellner (ed.). Patronos y clientes. Madrid: Júcar.
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Como se ha mencionado, la renovación de las alcaldías en enero de 1976, la postergación de las primeras elecciones municipales democráticas a abril de 1979 (un mes después de las segundas legislativas) o la celebración en mayo de 1978 de las elecciones a Cámaras Agrarias constituyen hitos destacados de un proceso que debía garantizar la continuidad institucional de aquellos sectores de las élites políticas periféricas del Régimen más activamente implicados en el asentamiento de la estructura territorial de la UCD.
El contexto político de la Transición resulta clave para comprender el mantenimiento
de estas élites al frente de las instituciones, ya que aspectos propios de la irrupción
de la democracia, como la competencia electoral y las políticas de bienestar, restaban
utilidad a los esquemas clásicos de readaptación clientelar Guellner ( Guellner, E. (1977). Patronos y Clientes. Madrid: Júcar.
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congreso (Málaga, 22-25 de febrero de 2015) Vol. 1. (pp. 261 – 282). Málaga: Fundación Unicaja.
Así, la inclusión de una red clientelar municipal en una estructura partidista amplia
permitía mantener la capacidad de las élites locales de obtener recursos públicos
para el municipio, importante instrumento de intercambio para lograr fidelidades políticas
de los clientes
Esta relación de reciprocidad interpersonal entre un notable local y su clientela
no excluye la existencia de redes clientelares verticales, donde un patrón puede ser
a su vez cliente de otro, e incluso existir redes horizontales que con intereses similares
acaben creando facciones
Con todo, observamos la inclusión de las referidas élites locales del franquismo en
UCD articulando el conocido sistema de «baronías». El partido liderado por Adolfo
Suárez se articuló en Galicia desde la escala provincial. A su frente se situaron
en cada provincia «barones» procedentes de las élites políticas del Régimen que gozaban
de gran capacidad de influencia sobre sus respectivos territorios. Así, José Luis
Meilán Gil en Coruña, Antonio Rosón en Lugo, Eulogio Gómez Franqueira en Ourense o
Pío Cabanillas en Pontevedra, aunque el hecho de que el control de este último se
ejerciese a distancia (desde el Congreso de los Diputados y la sede del partido en
Madrid) dejó más abierta la disputa por el liderazgo provincial pontevedrés. En todo
caso, la inexistencia de una estructura regional fuerte y cohesionada, fue el rasgo
distintivo de la UCD gallega Navaza ( Navaza, X. (2005). El laberinto gallego: la guillotina del centro. Santiago: Grupo Correo Gallego y Fundación Caixa Galicia.
De Juana López, J. y Prada Rodríguez, J. (2005). La Transición política y la Galicia
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Grandío Seoane, E. (2015). La maquinaria de la transición. Estado y democracia: la
UCD en Galicia. Historia del Presente, 15, 27-41.
En Galicia, la pervivencia de los cuadros políticos de la dictadura no se dirimía tan solo en el contexto de la competencia electoral con los partidos políticos y los sindicatos procedentes de la oposición antifranquista de izquierdas y nacionalista, sino que Alianza Popular (AP) y las coaliciones electorales articuladas a su alrededor (Coalición Democrática, CD) fueron un rival de primer orden dentro del campo de aquellas opciones políticas «herederas» de la dictadura. En las provincias de Pontevedra y Ourense, CD fue sin duda el principal rival de la UCD. Entre ambos partidos se situaron en 1979 numerosas candidaturas independientes, conformadas en buena medida por antiguos responsables políticos y sindicales franquistas que, a corto plazo, acabarían por integrarse en una u otra organización de la derecha política. En la decisión de incorporarse a UCD o a CD influyeron sin duda los nuevos equilibrios de poder surgidos de las elecciones generales de marzo de 1979 y de las municipales de abril.
La racionalidad de estos alineamientos se encuentra en las características del mencionado
clientelismo de partido, pues la máxima de «consecución de votos por la consecución
de beneficios para el pueblo»
A pesar de que el clientelismo de partido sustituyó paulatinamente las relaciones
personales basadas en la amistad o la familia por otras definidas por su carácter
instrumental Para Cazorla Pérez este nuevo modelo relacional estaría basado en la confianza y
el oportunismo. Cazorla Pérez ( Cazorla Pérez, J. (1996). El clientelismo de partido en la España de hoy: una disfunción
de la democracia. En A. Robles Egea (coord.) Política en penumbra: patronazgo y clientelismo político en la España contemporánea
(pp. 291-310). Madrid: Siglo XXI.
Ibid.: 83.
Sí, porque estaba el sindicato de magisterio de aquellas, y en Ourense lo tenía aplastado
Eulogio Gómez Franqueira, como maestro que era… aquí no se mueve nadie… En Coruña
estaba Meilán Gil, en Lugo estaba Rosón… tenía detrás a Cacharro Pardo… ¿me entiendes?
Y entonces aquí [en la provincia de Pontevedra] había una pugna donde estaban: David
Pérez Puga, estaba Jesús Sancho Rof, estaba Pepe Rivas Fontán, estaba Gerardo Rodríguez,
que era el secretario general aquí en la provincia de Pontevedra de la UCD Entrevista a Hermenegildo Rivero Álvarez, Arbo (Pontevedra), 20/5/2016.
Nos interesa ahora identificar y explicar los mecanismos a través de los cuales aquellas personas (candidatos, responsables políticos locales, afiliados y colaboradores) que actuaron como agentes («nudos») en estas redes multirrelacionales (políticas, profesionales, sociales o familiares) lograron atraer a un muy considerable porcentaje del electorado rural del sur de Galicia, garantizando —primero— y consolidando —más adelante— la continuidad de una parte significativa de las élites políticas franquistas.
Como se ha mencionado anteriormente, la gestión de la continuidad de estos individuos
está estrechamente relacionada con el retraso de las elecciones municipales de 1979,
que permitió a UCD seguir utilizando los canales de comunicación y control de los
entes municipales de la dictadura para una fructífera inclusión de las redes clientelares
en su estructura partidista
Casi nada de esto se puede comprender sin conocer mínimamente la dinámica de las relaciones
sociales, las condiciones materiales de vida y las estructuras del poder político
en el mundo rural del final del franquismo, del que Galicia no constituye ningún caso
excepcional Ortiz Heras ( Ortiz Heras, M. (2012). Militancia de partido en la cultura política de la Transición.
El caso de UCD. Alcores, 14, 71 - 93.
Rodríguez Acevedo, J. M. (2009). El caciquismo en la España reciente: El caso de Castilla
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González Madrid, D. A. (2012). Ciudadanía y democracia en el mundo rural manchego
(1977-1979). Alcores, 14, 117-138.
Hemos conseguido reconstruir así el perfil de numerosos alcaldes y concejales electos Las cifras exactas, en supra nota 3.
Lo que evidencia la importancia de la historia oral en este tipo de aproximaciones
prosopográficas.
Entre los que hemos identificado, no es sorprendente encontrar perfiles políticos
procedentes de las estructuras institucionales del franquismo en los ámbitos municipal
y comarcal. Dejando al margen su condición previa de alcaldes o concejales, es frecuente
encontrar responsables locales del Movimiento y, sobre todo, cargos y trabajadores
de la Organización Sindical agraria. José Castro, alcalde de Ponteareas entre 1968
y 2000, era funcionario sindical desde 1959, con destino en el Departamento de Estadística
y Personal de la DNS en Madrid. En 1962 fue nombrado delegado sindical para la comarca
pontevedresa de O Condado, donde destacó como impulsor del movimiento cooperativo
(en especial de cooperativas para la construcción de viviendas). Su dinamismo en este
campo llevó a que el delegado provincial de Sindicatos de Pontevedra propusiera al
gobernador civil de la provincia, su nombramiento como alcalde Entrevista a José Castro Álvarez, Ponteareas (Pontevedra), 16/5/2016 y Hermida, 19/9/2000.
C.F.S., alcalde de Silleda (Pontevedra) (1976), miembro de FET y de las JONS, fue
concejal en 1940, jefe local del Movimiento en 1946 y alcalde entre 1957 y 1966.
G. M.R.G., alcalde de Meaño (Pontevedra) (1976). En el cargo hasta 1991. J.M.F.R.,
alcalde de Salceda de Caselas (Pontevedra) (1976). En el cargo hasta 2007; J.R.E.,
alcalde de Mondariz (Pontevedra) (1970). En el cargo hasta 2002. O.L.G.P., alcalde
de As Neves (Pontevedra) (1969-1975 y 1983-1997); G.O.P., fue alcalde de O Porriño
(Pontevedra) entre 1963 y 1974, además de jefe local del Movimiento. Entre 1979 y
1981 fue alcalde con Coalición Democrática (CD); M.L.P., alcalde de Rodeiro (Pontevedra)
(1966). En el cargo hasta 1988.
En estos casos, los alcaldes proceden sobre todo del movimiento cooperativo (UTECO-COREN).
Algunos eran también maestros nacionales. A.A.L., alcalde de Lobeira (Ourense) (desde
los años 60). En el cargo hasta 1983. R.D.D., alcalde de Melón (Ourense) (1979). J.L.S.C.,
alcalde de Monterrei (Ourense) (1981). En el cargo hasta 2015. M.G.V., alcalde de
Taboadela (Ourense) (1972). En el cargo hasta la actualidad. Desde 1969 era concejal
por el tercio sindical. J.L.B.P., alcalde de Nogueira de Ramuín (Ourense) (1976).
En el cargo hasta 1995 y presidente de la Diputación provincial de Ourense (1990 -
2012); L.C.S.N., alcalde de Paderne de Allariz (Ourense) (1975). En el cargo hasta
2007. J.P.C., alcalde de Pereiro de Aguiar (Ourense) (1979). En el cargo hasta 1983.
J.C.P., Piñor (Ourense) (1976). En el cargo hasta 1987.
En manos de los secretarios de Hermandad (en su condición simultánea de corresponsales locales del Instituto Nacional de Previsión, INP) estaba la gestión de los seguros sociales. Aunque la nómina era más amplia, nos interesa especialmente la gestión del seguro de vejez (pensiones) y la tramitación de las ayudas relacionadas con la salud (seguro de enfermedad y en particular consultas médicas de especialistas, intervenciones quirúrgicas e ingresos hospitalarios). En los años finales del franquismo, muchos secretarios de HSLG lograron solucionar problemas relacionados con descubiertos en las cotizaciones a la Seguridad Social agraria o, más importante, consiguieron que labradores que apenas habían cotizado lo hicieran de modo retroactivo y se asegurasen así unos ingresos regulares durante su vejez.
Cuando nosotros llegamos aquí, de la Cámara Agraria solo había un señor, que eral
el que pagaba… el que cobraba los tickets de la Seguridad Social… era el que cobraba. Y entonces, un alcalde que hubo aquí en
Arbo, P.M, ese fue el que cogió a todos los viejos de Arbo y los dio de alta en la
Cámara Agraria. Muchos pagaron, otros no pagaron… consideraban que era una barbaridad
pagar de aquella… [pero] era una miseria. Pero bueno, [hubo] gente que no lo quiso
pagar… ¡Ah! Pero después cuando esa otra gente ya estaba cobrando una pensión de 20
o 30 000 pesetas, o de 40 000 pesetas al mes, entonces fue cuando apareció esa ley
que decía que si cotiza[ba]s un año seguido tenías derecho a esa pensión. Entrevista a Hermenegildo Rivero Álvarez, Arbo (Pontevedra), 20/5/2016.
En lo de las Cámaras, donde sí se hizo un trabajo enorme, enorme, enorme, fue en lo del régimen agrario [de la Seguridad Social]... Desde eso las Cámaras estaban vacías, desaparece el trabajo, que era lo de la Seguridad Social. Hombre, aquí en ese sentido yo... me moví mucho [sic] porque eras alcalde y entonces, yo conocía hasta el último vecino, que éramos pocos entonces... al principio, pues cuatro mil vecinos. Y bueno, yo como iba por las parroquias con los caminos, con los alumbrados entonces les preguntaba...
—¿Usted está pagando?
—No.
—Pero hombre, pague porque es poquita cosa y después no cobra.
—Y bueno.
—J... Entrevista a José Manuel Fernández Rodríguez, Salceda de Caselas (Pontevedra), 16/5/2016.
Yo comprendí que ahí había una injusticia, en cuanto a la Seguridad Social, porque
tenían que estar no sé cuántos años [de cotización] antes, no lo sé, antes de que
le dieran la cosa, a no ser que tuviesen algún motivo especial. Entonces yo cuando
llegué aquí y me decían que tuvo alguna señora en casa mayor, o tiene algún niño pequeño
[…] terminaba de atender la señora y entonces solicitaba el ingreso, y yo ahí si le
daba el ingreso, porque me parecía también una injusticia Entrevista a Dolores Abuín, Ribadumia (Pontevedra), 23/5/2016.
De este modo, las corresponsalías locales del INP se convirtieron en un mecanismo
clientelar de primer orden y en un puesto óptimo para la constitución de un capital
relacional que algunos secretarios de Hermandad invirtieron en una posterior carrera
política local o provincial
En un contexto de infraestructuras sanitarias muy precarias, los profesionales médicos
o asistenciales (practicantes, ayudantes técnicos sanitarios, ATS), gracias a su contacto
frecuente, personal y de confianza con la población rural —y a las relaciones de poder
y formas de deferencia que habitualmente confieren las decisiones sobre la salud de
las personas— se convirtieron en elementos muy destacados de estas redes políticas:
«Andaba coas papeletas no aparato da tensión para repartilas polos domicilios que
visitaba. Daquela xa tiña un R5 e dicíalle á xente: ¿que ía votar? […] non vaiades
andando, que vos levo, ¿non queredes cambiar esas papeletiñas?» A.M.S.M., empleada de farmacia y concejala por UCD en Valga (Pontevedra) (1979).
Entre los perfiles de alcaldes y concejales de la Transición que hemos rastreado,
se encuentra con cierta frecuencia a profesionales del sector bancario (directores
y empleados de sucursales rurales). Es el caso de los municipios pontevedreses de
Mondariz y Pontecesures, o de los ourensanos de Xinzo de Limia, Oímbra, A Mezquita
y Larouco J.R.E., alcalde de Mondariz (Pontevedra) (1970). En el cargo hasta 2002; J.P.A.,
alcalde de Pontecesures (Pontevedra) (1970). En el cargo hasta 1995. Fue consejero
de la Caja de Ahorros provincial de Pontevedra. I.R.V., alcalde de Xinzo de Limia
(Ourense) (1975). En el cargo hasta 2010. A.V.R., alcalde de Oímbra (Ourense). En
el cargo hasta 2015. G.C., alcalde de A Mezquita (Ourense). J.P.B., alcalde de Larouco
(Ourense). En el cargo hasta 1983.
J.A.P.C., alcalde de Quintela de Leirado (Ourense) (1976) hasta la actualidad, era
agente de seguros.
B.C.S. [alcalde del pueblo entre 1976 y 1979]. Ese era el cacique del pueblo […] Él
tenía sus negocitos, era una persona muy conocida y de aquella la gente solicitaba
las pensiones o… la Seguridad Social, o las pensiones… una de las dos cosas era. Ya
te digo... […]. Bueno, pues él se dedicaba a eso, a los embarques. Solucionar los
embarques de los emigrantes y cobrar las pensiones. […] Sí, más o menos, como si fuera
una gestoría pero en privado. Él hacía sus negocios, él vivía así Entrevista a Dolores Abuín, Ribadumia (Pontevedra), 23/5/2016.
Algunas actividades empresariales fueron en la Galicia rural plataformas de gran utilidad
para tejer redes de relaciones sociales y personales que posteriormente se activaron
coincidiendo con procesos electorales locales y de mayor escala. Entre los cargos
políticos estudiados aparecen varios propietarios de empresas de transporte, locales
o comarcales M.C.C., alcalde de Agolada (Pontevedra) por UCD (1979). En el cargo hasta 2005. P.F.F.,
alcalde de San Xoán de Río (Ourense) por UCD (1979). En el cargo hasta 2003. J.L.G.L.,
alcalde de Xunqueira de Ambía (Ourense) por UCD (1979). En el cargo en la actualidad.
(«Corenta anos son suficientes e penso que este é o meu último mandato», La Región, 8/1/2016;
Abandonando el plano socioprofesional, hay que citar mecanismos concretos de fidelización política del electorado durante la Transición —que se proyectarán al periodo democrático— que provienen de la gestión del poder por parte de las últimas corporaciones franquistas. Nos referimos a actuaciones (selectivas) como la apertura y el asfaltado de caminos, la instalación de terminales telefónicas o del alumbrado público. Más adelante vendrían las «traídas» de agua o la recogida de la basura.
Primero vino la apertura de algún camino, después el alumbrado y las traídas [de agua]…
pues mira, 80, 81, 82… empezaron. Yo recuerdo que uno de los alcaldes que había por
aquí, el jefe nuestro, era de Ponteareas. Este como estuvo en Madrid trabajando en
el Ministerio antes de ser alcalde conocía a mucha gente. Y recuerdo que en los años,
pues, debía ser… 80, 79… hicimos unos cuantos viajes a Madrid. Él conocía al director
general de los Planes y allí nos llevan. Hablamos con él, dos o tres veces. […] Y
claro, nosotros hicimos mucha amistad con él y empezó a enviarnos dinero a barullo.
[…] Claro, los Planes Provinciales de Obras y Servicios, para los pequeños municipios.
Nosotros, en cada viaje que íbamos a Madrid traíamos un montón de dinero… entonces
empezamos a abrir caminos Entrevista a José Manuel Fernández Rodríguez, Salceda de Caselas (Pontevedra), 16/5/2016.
Estas redes multirrelacionales se tejieron con especial habilidad, complejidad y eficacia, en el caso de Ourense y alrededor de la figura política central de la Transición en esta provincia: Eulogio Gómez Franqueira. Hasta tal punto que las ramificaciones empresariales y políticas de esta red han sobrevivido hasta el presente.
El origen de la red de Franqueira, maestro rural, «prohombre» de la Hermandad de Castrelo de Miño y procurador en Cortes (1967-1977), estuvo en la creación, primero en la comarca de O Ribeiro y después a escala provincial, de un conjunto de explotaciones avícolas intensivas (granjas de pollos y de gallinas ponedoras) que con el tiempo dio lugar a una empresa de producción y transformación cárnica a gran escala: Cooperativas Orensanas (COREN). En su gestación fueron determinantes la colonización por Franqueira y su grupo de la estructura provincial del cooperativismo oficial, la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO) de Ourense, y la creación de una caja rural provincial a partir de las secciones de crédito existentes en las hermandades locales.
Nos queremos acercar en este trabajo al perfil socioprofesional de algunos de los
alcaldes y concejales que fueron miembros de la red política articulada por Gómez
Franqueira, que se integró durante la Transición en UCD, por la que fue elegido diputado
en 1979 En enero de 1977 Franqueira encabezó la creación de Acción Política Orensana (APO),
que se integraría en octubre de ese mismo año en el Partido Popular (PP) que en noviembre
de 1976 habían fundado Pío Cabanillas y José María de Areilza, y finalmente (primavera
de 1977) en la Unión de Centro Democrático (UCD). Prada Rodríguez ( Prada Rodríguez, J. (2012). Eulogio Gómez Franqueira (1917-1988). A palabra e o compromiso.
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Lanero Táboas ( Lanero Táboas, D. (2011). Historia dun ermo asociativo. Labregos, sindicatos verticais e políticas agrarias
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(Logroño, datas). Logroño: Universidad de la Rioja.
Una figura singular entre las que hemos identificado en esta red es la del pequeño
empresario agrícola. Se trata de miembros que, aprovechando en ocasiones su posición
en el sindicalismo agrario oficial, se convierten en representantes comerciales de
firmas de fitosanitarios (sulfato), semillas, pequeña maquinaria agrícola (tractores,
motocultores…) o piensos. En el caso de los piensos, el contexto de gran expansión
de la avicultura intensiva fue un acicate para que algunos de estos intermediarios
se convirtiesen directamente en fabricantes. Junto a ellos hay que destacar la presencia
en la muestra de antiguos dirigentes del cooperativismo vitivinícola ourensano, en
especial de la Cooperativa Vitivinícola y del Consejo Regulador de la Denominación
de Origen Ribeiro, ambos controlados también por Franqueira
En trabajos precedentes hemos puesto el foco sobre la movilización política y las diversas formas de conflictividad social en la Galicia rural durante los años finales del franquismo y la Transición.
En esta ocasión, de acuerdo con nuestros objetivos de investigación actuales, nos hemos centrado en realidades tal vez menos llamativas que la acción colectiva contenciosa, pero no menos importantes para la interpretación histórica del complejo proceso de democratización del mundo rural durante la Transición. Hemos analizado de qué manera las estructuras y élites del Régimen —y con ellas determinadas prácticas propias de su cultura política— se adaptaron a un contexto sociopolítico cambiante e incierto y proyectaron con notable éxito hacia el futuro su capacidad de influencia sobre la Galicia rural.
Varios factores concurren en la explicación histórica de este proceso en Pontevedra y Ourense, las dos provincias meridionales gallegas, objeto de estudio de esta aportación.
En primer lugar, el férreo control gubernamental que acompañó todo el proceso de cambio político en los ámbitos periféricos. El mejor ejemplo de ello es el retraso deliberado de las primeras elecciones democráticas locales hasta el mes de abril de 1979. Desde su fundación en mayo de 1977, la principal opción partidista auspiciada desde las élites franquistas «reformistas», la UCD, utilizó en su provecho el conjunto de las estructuras institucionales y administrativas del Estado en municipios y provincias. Con un doble objetivo: extender al máximo su red organizativa y asegurarse el éxito en las sucesivas convocatorias electorales (y plebiscitarias) que jalonaron el periodo 1977-1979. Los buenos resultados obtenidos por sus candidaturas afines en las elecciones a Cámaras Agrarias de la primavera de 1978 permitieron preparar el terreno para los comicios municipales del año siguiente. Si comparamos la relevancia política que se dio a aquellas elecciones a Cámaras Agrarias con la dinámica mortecina de estas instituciones durante las décadas siguientes (hasta su extinción legal alrededor del cambio de siglo) comprenderemos mejor la importancia del uso instrumental de las instituciones al que nos referimos.
Sin embargo, no es menos cierto que, más allá del uso ventajista de las instituciones, el campo estaba bien abonado para la supervivencia de las élites políticas franquistas. Las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos (HSLG) y las Cámaras Oficiales Sindicales Agrarias (COSA) en las provincias, junto con otros servicios y delegaciones del Movimiento, fueron en los pueblos, tanto en los gallegos como en los del resto del país, la más importante cantera para la formación y cooptación de aquellos cuadros políticos del Régimen llamados a ponerse al frente de ayuntamientos y diputaciones provinciales. Esta continuidad institucional fue compatible, durante la década de 1970, con una renovación generacional de las élites políticas locales procedentes del franquismo. De hecho, la «juventud» de sus cuadros, desde el Gobierno central hasta la administración periférica del Estado, fue reiteradamente utilizada por la UCD durante la Transición para diferenciarse de los sectores ultraconservadores del Régimen y de los arcaicos «valores» políticos que estos representaban.
Sin olvidar los efectos a largo plazo de la represión del asociacionismo agrario preexistente, las HSLG, encargadas por la dictadura del encuadramiento y control social de la población rural, fueron una herramienta de gran utilidad para extender la desmovilización y la apatía políticas. También para la proliferación de comportamientos corruptos y de prácticas clientelares en el marco de la gestión de la intervención de la economía agraria de posguerra o de los seguros sociales de la década de 1950 en adelante. Por tanto, una parte de los mecanismos clientelares que hemos descrito en este trabajo estaban bien engrasados y plenamente operativos al inicio de la Transición.
Estas prácticas clientelares reproducían en parte otras bien conocidas, procedentes
del clientelismo político «clásico» (por denominar así al de los tiempos de la Restauración).
El manejo del crédito, la tramitación de procedimientos administrativos o el cuidado
de la salud de la población, serían algunos buenos ejemplos
Pero el cambio de las estructuras socioeconómicas del mundo rural a partir de la década
de 1960 posibilitó una diversificación en la oferta de servicios. El acceso a los
subsidios de la Seguridad Social franquista, la intermediación en la adopción por
los labradores de las nuevas tecnologías e inputs de la Revolución verde o la dotación infraestructural (pistas, electrificación, teléfono…)
de la miríada de núcleos rurales gallegos se convirtieron en nuevos elementos que
incorporar al tradicional intercambio clientelar de bienes y servicios, potenciado
por la aniquilación de las formas horizontales de organización de la sociedad civil
rural y la progresiva desestructuración social (emigración) de las comunidades rurales Díaz-Geada y Freire Cedeira ( Díaz Geada, A. y Freire Cedeira, A. (2014). La caja negra de los “cambios sociales”
del franquismo: una mirada desde la sociedad rural gallega. En L. Fernández Prieto
y A. Artiaga Rego (eds.). Otras miradas sobre golpe, guerra y dictadura. Historia para un pasado incómodo (pp. 279-299). Madrid: Los Libros de la Catarata.
Algo semejante ocurrió con los perfiles socioprofesionales de los individuos que ocuparon
las posiciones de vértices (patrones) y nudos (subpatrones) de las redes clientelares
del final del franquismo y la Transición. Junto a roles sociales tradicionales (médicos,
maestros, abogados o prestamistas) y a fórmulas de articulación de las redes bien
conocidas (parentesco, relaciones profesionales, etc.), emergieron los perfiles novedosos
de quienes supieron aprovechar las nuevas oportunidades abiertas tanto por la estructura
institucional que el franquismo implantó en el mundo rural (hermandades, cooperativas,
secciones de crédito) como por el mencionado cambio estructural del sector agrario
y la sociedad rural (nuevos empresarios agrícolas o de servicios, trabajadores sociales,
etc.). A la vista de lo anterior, no resulta sencillo determinar cuál es el rasgo
predominante (si lo hubiere) de los individuos que vertebraron aquellas redes clientelares:
si el desempeño de un cargo público (alcalde, concejal, delegado sindical, diputado
provincial…) o el de un rol social que los dotaba de prestigio y ascendencia en el
seno de la sociedad rural local (abogados, médicos, farmacéuticos, maestros u otros
empleados públicos, empresarios agrarios, etc.). Con mucha frecuencia, ambos perfiles
coinciden en un mismo individuo. En nuestro caso de estudio, la cooptación a la élite
política tardofranquista se hizo, sobre todo, desde las estructurales institucionales
del Régimen. En cambio, en el nuevo marco de competencia electoral de la Transición,
para la puesta en marcha de los comités locales de los partidos políticos (en especial
en los meses previos a las elecciones municipales de 1979) lo fundamental fue atraer
a personas que contaran con un especial reconocimiento entre sus vecinos, muchas veces
al margen de su afinidad ideológica La invisibilidad de determinados actores en la información ofrecida por las fuentes
oficiales dificulta al historiador/a la reconstrucción de la red y pone de manifiesto
la importancia del recurso metodológico a la fuente oral.
Estas redes clientelares y sus agentes, fuertemente ancladas en la Galicia rural meridional, supieron aprovechar las nuevas oportunidades que el contexto político de la Transición y de los primeros años de la democracia les ofreció, integrándose (constituyendo, de hecho) en las estructuras locales y provinciales de partidos como UCD o CD. El nuevo «clientelismo de partido» hizo que las élites locales pudiesen mantener su capacidad para obtener recursos del Estado, de las diputaciones provinciales o, más adelante, de la incipiente administración autonómica. Recursos públicos que se siguieron gestionando de acuerdo con el funcionamiento de los preexistentes mecanismos clientelares.
Finalmente, y aunque aún no disponemos de suficiente evidencia empírica, es posible intuir otras características genéricas de aquellas élites políticas rurales de los años terminales del franquismo que se consolidaron durante la Transición y las primeras dos décadas de la democracia: su juventud (ya mencionada) y la incipiente incorporación de mujeres con cualificación profesional (maestras, enfermeras…), un nuevo actor muy dinámico en las relaciones sociales de unas comunidades cada vez más envejecidas y necesitadas de la acción asistencial del Estado.
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