RESUMEN
Con una perspectiva comparada, este artículo estudia el origen de los conceptos Renaixença y Pizkunde y mantiene dos tesis complementarias. En primer lugar, los «renacimientos» de las lenguas catalana y vasca se produjeron dentro del proceso de construcción de España (y Francia) como nación. El regionalismo (y sus variantes) es una de las posibles vías de nacionalización y catalanes y vascos no eran los únicos que, en la segunda mitad del xix, concebían a España como una nación plurilingüe. Y, en segundo lugar, el paso de las reivindicaciones culturales a las políticas es la excepción, no la regla. Entre los ejemplos analizados, solo en Cataluña puede vislumbrarse, con varias matizaciones, cierta continuidad entre «renacimiento» y nacionalismo. En los otros territorios de lengua catalana la identidad local sigue manifestándose en términos provinciales o regionales, no nacionales. Por su parte, en los países de lengua vasca, el nacionalismo político surgió de modo autónomo del «renacimiento» literario en vascuence. Además de la industrialización y de la actitud de las élites, la situación sociolingüística de partida, la persistencia o no de las instituciones del Antiguo Régimen y el influjo de movimientos semejantes en otros países son factores que han determinado la historia de estos territorios y, por lo tanto, deberían ser tenidos en cuenta a la hora de establecer modelos historiográficos.
Palabras clave: Renacimiento literario; lengua catalana; lengua vasca; regionalismo; nacionalismo.
ABSTRACT
With a comparative perspective, this paper studies the origins of the concepts Renaixença and Pizkunde and holds two complementary theses. First, the “revivals” of the Catalan and Basque languages took place within the Spanish (and French) nation-building process. Regionalism (and its variants) is one of the possible ways of nationalization and, in the second half of the 19th century, Catalans and Basques were not the only ones who conceived of Spain as a multilingual nation. And second, the transition from cultural to political claims is the exception rather than the rule. Amongst the studied examples, only in Catalonia (and with many nuances) can some continuity be detected between “revival” and nationalism. In the other Catalan-speaking areas, local identity continues to manifest itself in provincial or regional terms, not in national terms. On the other hand, in the Basque-speaking countries, political nationalism emerged autonomously from the literary “revival” in the Basque language. In addition to industrialization and the attitude of the elites, the sociolinguistic situation in origin, the persistence (or not) of the institutions of the Ancien Régime, and the influences of similar movements in other countries are factors that have determined the history of these territories and, therefore, they should be taken into account when establishing historiographical models.
Keywords: Literary revival; Catalan language; Basque language; regionalism; nationalism.
El concepto de «renacimiento cultural» o «literario» es un paradigma que se suele
utilizar para describir los procesos de reelaboración de los fundamentos de las identidades
colectivas, mayormente subestatales, en el siglo xix[2]. En la tipología clásica de Miroslav Hroch El propio Hroch ( Hroch, M. (2000) [1996]. In the National Interest. Demands and Goals of European National Movements of the
Nineteenth Century: A Comparative Perspective. Prague: Charles University.
Hroch, M. (2015) [2005]. European Nations: Explaining Their Formation. London, New York: Verso.
«Renacimiento» es un término polisémico. En italiano, tal vez la lengua matriz, Risorgimento se refiere al proceso de unificación política de los diversos estados de la península
itálica entre 1815 y 1871. En otros idiomas, «renacimiento» significa más bien los
esfuerzos por parte de la intelligentsia para cultivar la lengua de su comunidad lingüística, a menudo tras siglos de abandono
administrativo. Ese sería, en principio, el caso de la Renaixença en los territorios de lengua catalana La bibliografía sobre la Renaixença es inmensa. Una selección de títulos se cita a lo largo de este trabajo. Para el estudio
de las fuentes me he servido de la recopilación de Molas et al. ( Molas, J., Jorba, M. y Tayadella, A. (eds.). (1989). La Renaixença. Fonts per al seu estudi (1815-1877). Barcelona: Universitat de Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona.
Hermida ( Hermida, C. (1992). Os precursores da normalización. Defensa e reivindicación da lingua galega no Rexurdimento
(1840-1891). Vigo: Xerais.
Monteagudo, H. (1999). Historia social da lingua galega. Idioma, sociedade e cultura a través do tempo. Vigo: Galaxia.
Beramendi, J. (2007). De provincia a nación. Historia do galeguismo político. Vigo: Xerais.
Un estudio en castellano sobre la Teḥiya y la Athbheochan en Zabaltza ( Zabaltza, X. (2006). Una historia de las lenguas y los nacionalismos. Barcelona: Gedisa.
Como tantos conceptos que han triunfado a lo largo de la historia (Edad Media, Antiguo
Régimen o Revolución industrial, sin ir más lejos), el de «renacimiento» suele ser
una creación a posteriori, también en los casos de los que se ocupa este trabajo Curiosamente, Risorgimento sería la excepción a esta regla, ya que el vocablo aparece en una obra de Benvenuto
Robbio di San Raffaele, de 1769, en la que se refiere no al pasado sino al esperado
«renacimiento» literario italiano. Risorgimento ( Risorgimento. (1949). En Enciclopedia Italiana di Scienze, Lettere ed Arti, vol. 29 (pp. 434-452). Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana.
Coromines ( Coromines, J. (1980-1991). Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana. Barcelona: Curial.
Rossich, A. (1994). Decadència i Renaixença: una visió programàtica de la literatura
catalana. La literatura del XVI i del XVII vista des de la Renaixença. En Actes del Col·loqui Internacional sobre la Renaixença, vol. 2 (pp. 33-50). Barcelona: Curial.
Domingo, J. M. (2009). Renaixença: el mot i la idea. Anuari Verdaguer. Revista d’Estudis Literaris del Segle xix, 17, 215-234.
El origen de la Renaixença valenciana ha sido objeto de debate. Joan Fuster Esa era la postura de Sanchis Guarner en 1956. Hacia 1968, matizó esta opinión, poniendo
de relieve la importancia de autores anteriores a Llorente, como Vicent Boix, que
escribió casi toda su obra en castellano, y Tomàs Villarroya. Sanchis Guarner ( Sanchis Guarner, M. (1974). Las dos vertientes, restauradora y progresista, de ‘la
Renaixença’ valenciana. En Siete temas sobre historia contemporánea del País Valenciano. Ciclo de conferencias
de la Facultad de Filosofía y Letras (pp. 135-154). Valencia: Universidad de Valencia.
Ferrando, A. y Cortés, S. (eds.). (2007). Manuel Sanchis Guarner. Context, paraula, record. València: Universitat de València.
Simbor Roig ( Simbor Roig, V. (1980). Els orígens de la Renaixença valenciana. València: Universitat de València.
Fuster ( Fuster, J. (1992) [1962]. Nosaltres, els valencians. Barcelona: Edicions 62.
Respecto a las Baleares, a pesar de la importancia de figuras como el mencionado Aguiló,
al que Pompeu Fabra, padre del catalán moderno, calificó como «el primer que va creure
en la possibilitat de refer la nostra llengua» Apud Lamuela y Murgades ( Lamuela, X. y Murgades, J. (1984). Teoria de la llengua literària segons Fabra. Barcelona: Quaderns Crema.
Llull ( Llull, A. (1975). El mallorquinisme polític, 1840-1936 (Del regionalisme al nacionalisme). París: Edicions Catalanes de París.
Tomàs, M. (2012a). Els Jocs Florals de Barcelona i la literatura mallorquina del segle
xix. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 249-288). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Tomàs, M. (2012b). Les relacions de Teodor Llorente amb Catalunya i Mallorca. En R.
Roca (ed.). Teodor Llorente, cent anys després (pp. 31-71). Alacant: Universitat d’Alacant.
En Roca Ricart ( Roca Ricart, R. (2007). Teodor Llorente i la Renaixença valenciana. València: Institució Alfons el Magnànim.
Diferente es el caso de la Renaixença rosellonesa, no solo por su debilidad (rasgo que comparte con la valenciana y la balear),
sino porque se encuentra en un término medio entre el catalanismo cultural y el felibrismo,
movimiento que defendía la «hipótesis lemosina», a la que alude Balaguer en la cita
anterior, es decir, que el catalán era simplemente un dialecto occitano más. Desde
la segunda mitad del siglo xix esta teoría fue quedando en descrédito en Cataluña y en las Baleares (Balaguer es
de sus últimos partidarios), pero se mantuvo en Occitania, en el Rosellón y en Valencia,
donde serviría más tarde para justificar el secesionismo lingüístico valenciano Rafanell ( Rafanell, A. (1991). Un nom per a la llengua. El concepte de llemosí en la història del català. Girona, Vic: Eumo, Estudi General de Girona, Estudis Universitaris de Vic.
Rafanell, A. (2006). La il·lusió occitana. La llengua dels catalans entre Espanya i França. Barcelona: Quaderns Crema.
El término euskérico Pizkunde es un neologismo acuñado por Sabino Arana en 1896, pero hubo que esperar hasta los
años 70 del siglo xx para que se concretara el ámbito temporal del «renacimiento» vasco. Por ejemplo, Joan
Mari Torrealday colocó los límites cronológicos del Pizkunde en la abolición foral (1876) y en el inicio de la Guerra Civil (1936) José Ariztimuño Aitzol escribió sobre todo en castellano y no usó el término pizkunde, sino «renacimiento», con el que se refería al movimiento nacionalista vasco, supuestamente
iniciado en 1882, año en el que Sabino Arana pretendía que su hermano Luis le había
revelado que su patria era Vizcaya. Ariztimuño ( Ariztimuño, J. (1986-1988) [1921]. La muerte del euskera o los profetas del mal agüero.
En J. Ariztimuño. Obras completas, vol. 1 (pp. 335-388). San Sebastián: Erein.
Brunn ( Brunn, G. (1978). Die Organisationen der katalanischen Bewegung (1859 bis 1923). En
Th. Schieder y O. Dann (eds.). Nationale Bewegung und soziale Organisation, vol. 1 (pp. 281-571). München, Wien: Vergleichende Studien zur nationalen Vereinsbewegung
des 19. Jahrhunderts in Europa.
Puhle, H. J. (1982). Baskischer Nationalismus in spanischen Kontext. Geschichte und Gesellschaft, 8, 51-81.
Resumiendo. Según la historiografía catalanista tradicional, la Renaixença se produjo tras varios siglos de Decadència y ciento veinte años después de la abolición de las instituciones de la antigua Corona
de Aragón, durante y tras la Guerra de Sucesión (1701-1715). Por el contrario, el
Pizkunde, según la narrativa canónica, se inicia precisamente tras la abolición de los fueros
de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, como consecuencia de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
(El movimiento iniciado en 1876 tuvo influencia también en Navarra, a pesar de que
la ley del 21 de julio no incluía al Viejo Reino en su ámbito de aplicación). Ello
explica que, frente a su homónimo en los territorios de lengua catalana, el «renacimiento»
en la parte española de la Vascofonía sea un movimiento más basado en la reivindicación
de la peculiaridad institucional que en la de la lengua privativa. Herederos de una
tradición que se remonta incluso hasta el siglo xvi, la mayor parte de los autores fueristas Juaristi ( Juaristi, J. (1987). El linaje de Aitor. La invención de la tradición vasca. Madrid: Taurus.
Sánchez Prieto, J. M. (1993). El imaginario vasco. Representaciones de una conciencia histórica, nacional y política
en el escenario europeo (1833-1876). Barcelona: Ediciones Internacionales Universitarias.
Rubio Pobes, C. (2003). La identidad vasca en el siglo xix. Discurso y agentes sociales. Madrid: Biblioteca Nueva.
En los apartados que siguen matizaré la influencia que se atribuye a la Renaixença y el Pizkunde en la normalización de la lengua y en la formación del nacionalismo político. Soy
muy consciente de la crítica a la misma idea de Renaixença por parte de historiadores recientes Marfany ( Marfany, J. L. (1992). Mitologia de la Renaixença i mitologia nacionalista. L’Avenç, 164, 26-29.
Marfany, J. L. (1995). La cultura del catalanisme. El nacionalisme català en els sues inicis. Barcelona: Empúries.
Marfany, J. L. (2001). La llengua maltractada. El castellà i el català a Catalunya del segle XVI al segle
XIX. Barcelona: Empúries.
Marfany, J. L. (2017). Nacionalisme espanyol i catalanitat (1789-1859). Cap una revisió de la Renaixença. Barcelona: Edicions 62.
Archilés, F. y Martí, M. (2001). Satisfaccions gens innocents. Una reconsideració
de la Renaixença valenciana. Afers, 38, 157-178.
Fradera, J. M. (2003) [1992]. Cultura nacional en una sociedad dividida. Cataluña, 1828-1868. Madrid: Marcial Pons.
El idioma catalán nunca dejó de ser el habitual de la mayor parte de la población
de su dominio lingüístico, incluidas sus clases dirigentes En Valencia la castellanización parcial de sus clases pudientes se retrotrae a las
Germanías (1520-1522) y Ninyoles ( Ninyoles, R. L. (1978) [1969]. Conflicte lingüístic valencià. Substitució lingüística i ideologies diglòssiques. València: Eliseu Climent Editor.
Según Erize Etxegarai ( Erize Etxegarai, X. (1997). Nafarroako euskararen historia soziolinguistikoa (1863-1936). Soziolinguistika historikoa
eta hizkuntza gutxituen bizitza. Iruñea: Nafarroako Gobernua.
Aunque el nombre se generalizó mucho más tarde, los primeros juegos florales medievales
tuvieron lugar en lengua occitana en Toulouse en 1324. En los siglos posteriores hubo
certámenes literarios en la Catalanofonía y la Vascofonía Urkizu ( Urkizu, P. (ed.). (1997). Anton Abbadiaren koplarien guduak. Bertso eta aire zenbaiten bilduma (1851-1897).
Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia.
Rossich, A. (2006). Els certàmens: de la Gaia Ciència als Jocs Florals. En S. Martí
(coord.). Actes del Tretzè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, vol. 1 (pp. 63-90). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes,
Abadia de Montserrat.
Sobre el felibrismo, Martel ( Martel, Ph. (2004). Le Félibrige: un incertain nationalisme linguistique. Mots. Les Langages du Politique, 74, 43-57. Disponible en: https://doi.org/10.4000/mots.4273.
Rafanell, A. (2006). La il·lusió occitana. La llengua dels catalans entre Espanya i França. Barcelona: Quaderns Crema.
Aramon i Serra ( Aramon i Serra, R. (1985). Frederic Mistral i la Renaixença catalana. Barcelona: Rafael Dalmau Editor.
Jorba, M. (1989). La polèmica de l’origen felibre o autòcton de la Renaixença. En
A. M. Badia i Margarit y M. Camprubí (eds.). Actes del Vuitè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes (pp. 343-363). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes,
Abadia de Montserrat.
Balanzà, E. (1989). Relacions entre escriptors occitans rodanians i escriptors dels
Països Catalans (1860-1900). En A. M. Badia i Margarit y M. Camprubí (eds.). Actes del Vuitè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, vol. 1 (pp. 365-386). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura
Catalanes, Abadia de Montserrat.
Fradera ( Fradera, J. M. (2003) [1992]. Cultura nacional en una sociedad dividida. Cataluña, 1828-1868. Madrid: Marcial Pons.
Rossich, A. (2006). Els certàmens: de la Gaia Ciència als Jocs Florals. En S. Martí
(coord.). Actes del Tretzè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, vol. 1 (pp. 63-90). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes,
Abadia de Montserrat.
Freixes, A. (2012). Les Corts d’Amor en la gènesi del projecte floralesc. La redescoberta
del certamen medieval. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 81-124). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Rafanell ( Rafanell, A. (2006). La il·lusió occitana. La llengua dels catalans entre Espanya i França. Barcelona: Quaderns Crema.
En la segunda mitad del siglo xix se organizaron juegos florales en la mayor parte del dominio lingüístico catalán.
En este artículo se prestará atención solo a los de Barcelona («restaurados» en 1859)
y a los de Valencia (en 1879, con un precedente el mismo 1859), pero también los hubo
al menos en Olot (1890), Castellón (1892), Lleida (1895), Alcoi (1899) y Torrent (1900) En Lleida y Girona hubo también certámenes literarios bilingües. Fuera del ámbito
cronológico de este artículo, hubo juegos florales en el Rosellón desde 1924 (bilingües
en catalán y francés) y, ocasionalmente, en las Baleares desde 1904. Pons i Pons ( Pons i Pons, D. (1998). Ideologia i cultura a la Mallorca d’entre els dos segles (1886-1905). El grup regeneracionista
de l’Almudaina. Palma: Lleonard Montaner Editor.
Tubino, F. M. (2003) [1880]. Historia del renacimiento literario contemporáneo de Cataluña, Baleares y Valencia.
Pamplona: Urgoiti Editores.
Roca Ricart, R. (2010a). El valencianisme de la Renaixença. Alzira: Bromera.
Berjoan, N. (2011). L’identité du Roussillon (1780-2000): penser un pays catalan à l’âge des nations. Canet: Trabucaire.
Casacuberta, M. (2012). Els certàmens floralescos en el procés de construcció de la
cultura del catalanisme: els casos de Girona, d’Olot i de l’Empordà. En J. M. Domingo
(ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 403-435). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Roca Ricart ( Roca Ricart, R. (2010a). El valencianisme de la Renaixença. Alzira: Bromera.
Tomàs, M. (2012a). Els Jocs Florals de Barcelona i la literatura mallorquina del segle
xix. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 249-288). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Que los organizadores de los primeros juegos barceloneses no las tenían todas consigo
queda patente en las archiconocidas palabras de uno de ellos, el renombrado filólogo
Manuel Milà i Fontanals: «S’havia parlat tres hores en català i ningú no havia rigut» En Carmona ( Carmona, Á. (1967). Dues Catalunyes. Jocfloralescos i xarons. Barcelona: Ariel.
Roca Ricart ( Roca Ricart, R. (2010a). El valencianisme de la Renaixença. Alzira: Bromera.
Desde 1851, en la Vascofonía francesa se organizaron también juegos florales (el nombre
habitual en el vascuence de la época es koplarien guduak, literalmente, «combates de poetas»), de la mano del mecenas de origen suletino Antoine
d’Abbadie d’Arrast. Ya se ha aludido a la vinculación de los jocs florals con la tradición trovadoresca de los países de oc. En cambio, d’Abbadie no tenía conciencia
de estar «restaurando» los certámenes euskéricos del siglo xvii, por ejemplo. El origen remoto de los koplarien guduak radica en París, en territorio de lengua de oïl: en los premios a los estudios de
filología establecidos por Volney en 1803. Un labortano, Jean-Pierre Darrigol, fue
el ganador del premio en la edición de 1829 con un trabajo sobre gramática vasca.
La intervención de Michel d’Abbadie, padre de Antoine, no fue ajena a este reconocimiento
Frente a los autores vasco-españoles, los vasco-franceses no se preocupaban por los
«derechos históricos». Eso se debe al hecho de que ya en 1789, recién iniciada la
Revolución, fueron abolidas las instituciones de todas las provincias francesas que
aún las mantenían, incluidas las tres vascas, antiguos pays d’états, Labort, Baja Navarra y Sola (y el Rosellón, pays d’imposition), y nadie al norte del Bidasoa estaba interesado en restaurarlas. Por eso mismo considero
excesivo hablar de «regionalismo» en las provincias vasco-francesas en la segunda
mitad del xix. A mi juicio, sería más correcto hablar simplemente de «culturalismo» o, si prefiere
la terminología de Anne-Marie Thiesse, de «nacionalismo francés regionalizado» Thiesse ( Thiesse, A. M. (2006). Centralismo estatal y nacionalismo regionalizado: Las paradojas
del caso francés. Ayer, 64, 33-64.
Arana Goiri tuvo sus más y sus menos con ambos. Sobre Campión, que escribió sobre
todo en castellano, Zabaltza ( Zabaltza, X. (2005). Mater Vasconia. Fueros, lenguas y discursos nacionales en los países vascos. San Sebastián: Hiria.
Kintana Goiriena, J. (2008). Intelektuala nazioa eraikitzen: R.M. Azkueren pentsaera eta obra. Bilbo: Euskaltzaindia.
Tomo la expresión de Fradera ( Fradera, J. M. (2003) [1992]. Cultura nacional en una sociedad dividida. Cataluña, 1828-1868. Madrid: Marcial Pons.
Rubio Pobes, C. (2003). La identidad vasca en el siglo xix. Discurso y agentes sociales. Madrid: Biblioteca Nueva.
Por ejemplo, el vizcaíno Felipe Arrese y el guipuzcoano Claudio Otaegui. Urkizu ( Urkizu, P. (ed.). (1997). Anton Abbadiaren koplarien guduak. Bertso eta aire zenbaiten bilduma (1851-1897).
Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia.
La existencia de juegos florales es un síntoma, no la prueba de un «renacimiento»
literario. En el siglo xix este tipo de certámenes se prodigó por todo el territorio español. Los primeros juegos
florales celebrados en España en época moderna tuvieron lugar en Madrid en 1841, a
iniciativa del Liceo Artístico y Literario, que se adelantó unos meses a la Real Academia
de las Buenas Letras de Barcelona Miracle ( Miracle, J. (1960). La restauració dels Jocs Florals. Barcelona: Aymà.
Freixes, A. (2012). Les Corts d’Amor en la gènesi del projecte floralesc. La redescoberta
del certamen medieval. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 81-124). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Núñez Seixas ( Núñez Seixas, X. M. (2001). The Region as Essence of the Fatherland: Regionalist Variants of Spanish Nationalism (1840-1936). European History Quarterly, 31 (4), 483-518. Disponible en: https://doi.org/10.1177/026569140103100401.
Tomàs, M. (2012b). Les relacions de Teodor Llorente amb Catalunya i Mallorca. En R.
Roca (ed.). Teodor Llorente, cent anys després (pp. 31-71). Alacant: Universitat d’Alacant.
Soria Andreu, F. (2002). Tópicos y temas floralistas. En J. C. Mainer y J. M. Enguita
Utrilla (eds.). Entre dos siglos. Literatura y aragonesismo (pp. 73-89). Zaragoza: Institución Fernando el Católico.
Tubino ( Tubino, F. M. (2003) [1880]. Historia del renacimiento literario contemporáneo de Cataluña, Baleares y Valencia.
Pamplona: Urgoiti Editores.
Domingo, J. M. (2009). Renaixença: el mot i la idea. Anuari Verdaguer. Revista d’Estudis Literaris del Segle xix, 17, 215-234.
Hermida ( Hermida, C. (1992). Os precursores da normalización. Defensa e reivindicación da lingua galega no Rexurdimento
(1840-1891). Vigo: Xerais.
Monteagudo, H. (1999). Historia social da lingua galega. Idioma, sociedade e cultura a través do tempo. Vigo: Galaxia.
Beramendi, J. (2007). De provincia a nación. Historia do galeguismo político. Vigo: Xerais.
Álava (30,39 % de analfabetos), Navarra (49,86 %), Guipúzcoa (50,15 %), Vizcaya (50,45 %)
y Barcelona (56,80 %) estaban ese año por debajo de la media. Girona (67,84 %), Tarragona
(72,90 %), Lleida (75,06 %), Palma de Mallorca (76,89 %), Valencia (78,66 %), Alicante
(79,86 %) y Castellón (81,56 %), por encima. Espigado Tocino ( Espigado Tocino, G. (1990). El analfabetismo en España. Un estudio a través del censo
de población de 1877. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea, 2, 173-192.
Para el papel de la región en la nacionalización española, además de la bibliografía
citada hasta el momento, pueden consultarse Núñez Seixas ( Núñez Seixas, X. M. (2001). The Region as Essence of the Fatherland: Regionalist Variants of Spanish Nationalism (1840-1936). European History Quarterly, 31 (4), 483-518. Disponible en: https://doi.org/10.1177/026569140103100401.
Núñez Seixas, X. M. (2012). Historiographical Approaches to Sub-national Identities
in Europe: A Reappraisal and Some Suggestions. En J. Augusteijn y E. Storm (eds.).
Region and State in Nineteenth-Century Europe. Nation-Building, Regional Identities
and Separatism (pp. 13-35). London, New York: Palgrave Macmillan.
Archilés, F. y Martí, M. (2002). Un país tan extraño como cualquier otro: la construcción
de la identidad nacional española contemporánea. En M. C. Romeo e I. Saz (eds.). El siglo xx. Historiografía e historia (pp. 245-278). Valencia: Universitat de València.
Archilés, F. (2006). ‘Hacer región es hacer patria’. La región en el imaginario de
la nación española de la Restauración. Ayer, 64, 121-147.
Si nos fijáramos tan solo en las fechas de los juegos florales, parecería que el «renacimiento»
es paralelo en los territorios de lengua catalana y vasca. Incluso podríamos pensar
que el vasco (1851) se adelantó al catalán ( Brunn, G. (1978). Die Organisationen der katalanischen Bewegung (1859 bis 1923). En
Th. Schieder y O. Dann (eds.). Nationale Bewegung und soziale Organisation, vol. 1 (pp. 281-571). München, Wien: Vergleichende Studien zur nationalen Vereinsbewegung
des 19. Jahrhunderts in Europa.1859), pero se trata de un espejismo. El consistorio de los juegos florales barceloneses
tuvo desde sus inicios interés en fomentar una ortografía única Una de las excepciones se produjo en las fiestas euskaras de Durango, organizadas
por el Ayuntamiento de la localidad (no por d’Abbadie) en 1886, que destinó un número
del programa a un «Proyecto, bases y Reglamento de una Academia de la lengua Euskara,
en completa armonía con los principios católicos», una vez más, en castellano. El
número fue cubierto por el historiador carlista vizcaíno Arístides de Artiñano, cuya
obra en lengua vasca es ignota y que sin ningún pudor reconocía haber escrito su opúsculo
«á vuela pluma y con el solo objeto de que no quedara desierto el número del cartel
literario». Artiñano y Zuricalday ( Artiñano y Zuricalday, A. de (1886). Proyecto de Academia Bascongada. Barcelona: Establecimiento Tipolitográfico de los Sucesores de N. Ramírez y Compañía.
Sarasola ( Sarasola, I. (1982) [1971]. Historia social de la literatura vasca. Madrid: Akal.
Rubio Pobes, C. (2003). La identidad vasca en el siglo xix. Discurso y agentes sociales. Madrid: Biblioteca Nueva.
Los juegos florales en los territorios de lengua catalana, tanto en Barcelona como
en Valencia, fueron una creación de élites educadas en castellano, lengua en la que
se expresaban habitualmente por escrito, como prueba su correspondencia privada Simbor Roig ( Simbor Roig, V. (1980). Els orígens de la Renaixença valenciana. València: Universitat de València.
Solà, J. (1991). Episodis d’història de la llengua catalana. Barcelona: Empúries.
Anguera, P. (1997). El català al segle XIX. De llengua del poble a llengua nacional. Barcelona: Empúries.
El versolarismo (bertsolaritza) es una técnica popular de versificación, normalmente improvisada, típica de la Vascofonía.
Los juegos barceloneses, monolingües en catalán, abrieron para la lengua catalana
un resquicio en el espacio público más formal, que hasta entonces le había estado
vedado casi por completo. Una generación después de los primeros juegos, la «recuperación»
de la lengua iniciada por autores diglósicos (que habían optado por el monolingüismo
no por motivos ideológicos, sino por fidelidad a la tradición medieval) se había mezclado
con otro tipo de intereses. Dicho de otro modo: la lengua se «politizó». Hroch consignaría
el paso de la fase A a la fase B. El monolingüismo de los juegos fue mudando paulatinamente
en la exigencia del reconocimiento público de la lengua (en cambio en Valencia, donde
dada la situación sociolingüística ya fue un logro que se optara por el bilingüismo
y donde las élites se mantuvieron al margen de cualquier reivindicación de tipo político,
no surgió reivindicación alguna en ese sentido). La Renaixença se posicionó a favor de la oficialidad exclusiva del catalán por lo menos desde 1883
y esa misma fue en 1892 la postura de las Bases de Manresa, uno de los hitos del incipiente
catalanismo político En cambio, el Centre Català, fundado por Almirall (1882) era favorable a la oficialidad
compartida entre el castellano y el catalán. Llorens i Vila ( Llorens i Vila, J. (1992). La Unió Catalanista i els orígens del catalanisme polític. Dels orígens a la presidència
del Dr. Martí i Julià (1891-1903). Barcelona: Abadia de Montserrat.
Los juegos florales organizados por d’Abbadie en la Vascofonía francesa desde 1851
eran exclusivamente en vascuence y así lo siguieron siendo en la Vascofonía española
desde 1879. Sin embargo, al sur de los Pirineos se prodigaron otros certámenes, que,
con la excepción de los del Ayuntamiento de San Sebastián, solían combinar el vascuence
y el castellano, incluso en zonas con un alto porcentaje de vascófonos monolingües.
Dávila Balsera y Eizaguirre Sagardia ( Dávila Balsera, P. y Eizaguirre Sagardia, A. (1995). Las Fiestas Euskaras en el País
Vasco (1879-1936). En P. Dávila Balsera (coord.). Lengua, escuela y cultura. El proceso de alfabetización en Euskal Herria (siglos xix y xx) (pp. 257-311). Bilbao: Universidad del País Vasco.
Toledo Lezeta, A. M. (1998). Antoine d’Abbadie Hegoaldean (1879-1895). En Antoine d’Abbadie (1897-1997), Congrès International (pp. 535-546.). Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia.
Arana Goiri ( Arana Goiri, S. (1980) [1898]. Proposición de Sabino Arana siendo diputado. En S.
Arana Goiri. Obras completas, vol. 3 (pp. 2396/1-2396/3). San Sebastián: Sendoa.
Kintana Goiriena, J. (2008). Intelektuala nazioa eraikitzen: R.M. Azkueren pentsaera eta obra. Bilbo: Euskaltzaindia.
Los jocs florals fueron reivindicados por Prat de la Riba como un precedente del nacionalismo catalán Prat de la Riba ( Prat de la Riba, E. (2000) [1898]. Compendi de la història de Catalunya. En E. Prat
de la Riba. Obra completa, vol.1 (pp. 572-610). Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, Proa.
Prat de la Riba, E. (2000) [1906]. La nacionalitat catalana. En E. Prat de la Riba.
Obra completa, vol. 3 (pp. 117-170). Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, Proa.
En la última página de su obra Lecciones de ortografía del euskera bizkaino. Arana Goiri ( Arana Goiri, S. (1980) [1896]. Lecciones de ortografía del euskera bizkaino. En S.
Arana Goiri. Obras completas, vol. 2 (pp. 810-982). San Sebastián: Sendoa.
Una última idea antes de acabar este apartado. El precio del esfuerzo por convertir
el catalán en la lengua A, que solo tuvo recompensa, y muy tardíamente, en Cataluña,
fue el aumento de la distancia sociolingüística respecto al catalán de los otros territorios,
especialmente en Valencia, donde siguió siendo la lengua B, con la aquiescencia de
algunos autores jocfloralescos que se movían en una situación diglósica como pez en el agua. Desde la irrupción del
catalanismo político, el «valenciano» es, sociológicamente hablando, una lengua diferente
del «catalán» («sociológicamente», no desde el punto de vista filológico). En los
territorios vascos no ocurrió este fenómeno, porque todos, incluidos los nacionalistas,
a pesar de declaraciones en sentido contrario, se resignaban a que el vascuence fuera
la lengua B, supeditada al castellano o al francés. En ese sentido, el nacionalismo
vasco constituye una anomalía, al menos si se le compara con sus homónimos del este,
centro y norte de Europa, e incluso con Flandes, los casos estudiados por el primer
Hroch, dado que uno de los objetivos prioritarios de los nacionalismos sin Estado
suele ser colocar la lengua privativa por lo menos en un nivel de igualdad respecto
a la lengua estatal Hobsbawm ( Hobsbawm, E. J. (1991) [1990]. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica.
Hroch, M. (2000) [1996]. In the National Interest. Demands and Goals of European National Movements of the
Nineteenth Century: A Comparative Perspective. Prague: Charles University.
Hroch, M. (2015) [2005]. European Nations: Explaining Their Formation. London, New York: Verso.
Todos los «renacimientos» objeto de estudio de este trabajo fueron en un principio
subproductos del «nacionalismo regionalizado», español y francés. Pero la Renaixença demostró el potencial de la lengua privativa, lo que, sumado a la apuesta de las élites
catalanas por esta lengua (que, a pesar de la diglosia, nunca había dejado de ser
la suya), imprimirá un carácter lingüístico muy marcado al nacionalismo catalán, del
que carece el nacionalismo vasco, por ejemplo. Y en Cataluña tampoco fue todo un camino
de rosas. Fue un proceso lento, muy minoritario al principio, que pudo no haberse
dado, como en Valencia, Baleares y Rosellón, donde, para bien y para mal, la lengua
no se «politizó». Por dar un dato, en 1887, más de medio siglo después del inicio
oficial de la Renaixença, de los 183 periódicos de Cataluña solo 15 se publicaban en catalán
No cabe duda de que se produjo un «salto» entre el «renacimiento» catalán y el nacionalismo
posterior, que incorporó la idea de que España era solo un Estado Marfany ( Marfany, J. L. (1992). Mitologia de la Renaixença i mitologia nacionalista. L’Avenç, 164, 26-29.
Marfany, J. L. (1995). La cultura del catalanisme. El nacionalisme català en els sues inicis. Barcelona: Empúries.
Marfany, J. L. (2001). La llengua maltractada. El castellà i el català a Catalunya del segle XVI al segle
XIX. Barcelona: Empúries.
Marfany, J. L. (2017). Nacionalisme espanyol i catalanitat (1789-1859). Cap una revisió de la Renaixença. Barcelona: Edicions 62.
Riquer ( Riquer, B. de (1977). Lliga Regionalista: la burgesia catalana i el nacionalisme (1898-1904). Barcelona: Ediciones 62.
Si no resulta sencillo vincular los «renacimientos» literarios con movimientos nacionalistas,
en ocasiones ni siquiera se pueden establecer concomitancias con movimientos regionalistas.
Ya se ha hablado del Pizkunde vasco-francés. También el prócer del sector cultista de la Renaixença valenciana, Teodoro Llorente, puso un gran empeño en evitar la politización del movimiento
en Valencia. El valencianismo, para él, se limitaba a cultivar la lengua valenciana
o catalana (él utilizaba ambas denominaciones sin problema Llull ( Llull, A. (1975). El mallorquinisme polític, 1840-1936 (Del regionalisme al nacionalisme). París: Edicions Catalanes de París.
Pons i Pons, D. (1998). Ideologia i cultura a la Mallorca d’entre els dos segles (1886-1905). El grup regeneracionista
de l’Almudaina. Palma: Lleonard Montaner Editor.
Carrió i Trujillano, B. (1999). El nacionalisme a les Balears (1898-1936). Palma de Mallorca: Documenta Balear, Caixa de Balears, Consell de Mallorca.
Berjoan, N. (2011). L’identité du Roussillon (1780-2000): penser un pays catalan à l’âge des nations. Canet: Trabucaire.
En el caso vasco, el aranismo, que fue la forma de nacionalismo que triunfó, no surgió
del «renacimiento» literario previo, fundamentalmente vasco-francés y «apolítico»,
sino de los autores fueristas vasco-españoles (e incluyo entre ellos a los llamados
«apologistas del vascuence», como Astarloa) Juaristi ( Juaristi, J. (1999). El “chimbo” expiatorio (La invención de la tradición bilbaína). Madrid: Espasa Calpe.
Corcuera Atienza, J. (2001). La patria de los vascos. Orígenes, ideología y organización del nacionalismo vasco
(1976-1903). Madrid: Taurus.
Kintana Goiriena, J. (2008). Intelektuala nazioa eraikitzen: R.M. Azkueren pentsaera eta obra. Bilbo: Euskaltzaindia.
Anteriormente he afirmado que el primer nacionalismo vasco no tuvo interés en crear
una lengua literaria común. Sin embargo, faltaría a la verdad si no matizara que,
desde el inicio, el nacionalismo contribuyó de modo significativo, si no a la normalización,
sí al menos a la dignificación de la lengua vasca, lo que queda de manifiesto en un
cierto aumento de la producción bibliográfica. En la etapa del Pizkunde anterior al nacionalismo (1850-1895) se publicaron anualmente quince libros en vascuence.
En la posterior (1896-1935) fueron veinticinco anuales Entre 1876 y 1895 se publicaron 403 libros en lengua vasca, unos 20 por año. Entre
1896 y 1935 fueron 1019 libros, unos 25 por año. Entre 1850 y 1875, coincidiendo con
los juegos florales vasco-franceses, aparecieron 309 libros, unos 12 por año. Antes
de 1850 se habían publicado 414 libros en vascuence, es decir, apenas 1,3 por año.
Torrealdai ( Torrealdai, J. M. (1997). Euskal kultura gaur. Liburuaren mundua. Oñati: Jakin.
Otra cuestión en la que hay que incidir es que la literatura fuerista, expresada en
castellano, reivindicaba, más que la lengua privativa de los vascos, su tradición
institucional. Pero esa tradición se enfrentaba al hecho de que en el Antiguo Régimen
cada uno de los territorios vascos tenía sus propios fueros y era autónomo respecto
a los demás. Salvados tres años de ocupación napoleónica (1810-1813) nunca había
existido una entidad civil que englobara a Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y, menos aún,
a Navarra Entre 1775 y 1936 existieron las llamadas Conferencias Políticas, que reunían a los
representantes de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y en las que participaron también los
de Navarra desde 1897. Agirreazkuenaga ( Agirreazkuenaga, J. (dir.). (1995). La articulación político-institucional de Vasconia: Actas de las Conferencias formadas
por los representantes de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y eventualmente de Navarra (1775-1936).
Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia.
Jacob ( Jacob, J. E. (1994). Hills of Conflict. Basque Nationalism in France. Reno, Las Vegas, London: University of Nevada Press.
Larronde, J. C. (1994). Le mouvement eskualerriste (1932-1937). Naissance du mouvement nationaliste basque
en Iparralde. Bilbao: Fundación Sabino Arana.
Los «renacimientos» literarios se manifiestan en todos los territorios en los que
se habla la lengua que se pretende «revivificar». Fueron los autores «renacentistas»
los que crearon y divulgaron los símbolos identitarios de todo el dominio lingüístico,
que, mucho más tarde, serían reinterpretados como símbolos pan-nacionalistas. Por
ejemplo, Jacint Verdaguer, el autor de L’Atlàntida ( Espigado Tocino, G. (1990). El analfabetismo en España. Un estudio a través del censo
de población de 1877. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea, 2, 173-192.1877), obra españolísima y cumbre de la Renaixença, convirtió en 1888 el Pi de les Tres Branques (Pino de las Tres Ramas), en Berga, que hasta entonces era contemplado como una representación
de la Trinidad, en el símbolo de la unidad del Cataluña, Valencia y Baleares En Iurreta se documenta un poema, de autoría anónima, en el que en acróstico se lee:
«Zazpiak beti bat» (las siete son siempre una). Urkizu ( Urkizu, P. (ed.). (1997). Anton Abbadiaren koplarien guduak. Bertso eta aire zenbaiten bilduma (1851-1897).
Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia.
Altzibar, X. (1998). ‘Zazpiak Bat’ gaia XIX. mendean. En Antoine d’Abbadie (1897-1997), Congrès International (pp. 663-688). Bilbao, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia.
Los activistas de los «renacimientos» literarios entendían a España (o, en su caso,
a Francia) como una nación plurilingüe. Dado que en un principio no se dudaba de la
hegemonía de la lengua castellana (o francesa) ni de la unidad política del Estado
español (o francés), la fraternidad de Cataluña, Valencia, Baleares y Rosellón por
una parte o la de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra y la Vascofonía francesa, por
otro, no suponía ningún problema, ni para las élites locales ni para las de Madrid
(ni para las de París), como simboliza la inauguración de la Gran Fiesta de la Tradición
del Pueblo Vasco de San Sebastián por la familia real al completo (1904), ante los
escudos de las provincias vascas de España y Francia La visita real y la oposición a la Exposición Universal motivaron el boicot de Almirall
y los republicanos, que organizaron unos juegos alternativos. Pinyol i Torrents ( Pinyol i Torrents, R. (2012). Els dos Jocs Florals de 1888. En J. M. Domingo (ed.).
Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona
(pp. 327-352). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura.
Mainer ( Mainer, J. C. (2002). Notas sobre el regionalismo literario en la Restauración: el
marco político e intelectual de un dilema. En J. C. Mainer y J. M. Enguita Utrilla
(eds.). Entre dos siglos. Literatura y aragonesismo (pp. 7-26). Zaragoza: Institución Fernando el Católico.
Domingo, J. M. (2009). Renaixença: el mot i la idea. Anuari Verdaguer. Revista d’Estudis Literaris del Segle xix, 17, 215-234.
De manera paradójica, los nacionalismos periféricos pondrán en un segundo plano la
unidad cultural que los «renacimientos» habían proclamado. En parte debido al abandono
de los sabinianos, la asociación Eskualzaleen Biltzarra (1902), heredera del culturalismo
de d’Abbadie y cuyo ámbito de actuación eran las siete provincias de la Vascofonía,
pronto dejó de funcionar al sur de los Pirineos
Al explicar la aparición de los nacionalismos periféricos en España se suele incidir
en la pérdida de lo que quedaba del Imperio en 1898. Es indudable que el «Desastre»
de 1898 repercutió en la expansión de los nacionalismos catalán y vasco (originariamente
solo vizcaíno). Pero por sí solo no explica el éxito de estas ideologías, porque también
en Álava, Navarra, Valencia y Baleares hubo un 98, pero en estos territorios el nacionalismo
alternativo al español fue mucho más débil, cuando no inexistente. Incluso, en algún
caso, dará lugar a regionalismos españolistas opuestos a los nacionalismos periféricos.
Si para Cataluña y Vizcaya (solo posteriormente, también para Guipúzcoa) puede servir,
con matices, el esquema tripartito de Hroch, para los demás territorios españoles
(y franceses) con lengua privativa, resulta mucho más convincente la parábola del
perro silencioso de Ernest Gellner
Una de las elaboraciones teóricas que facilitó el paso al nacionalismo fue la hipótesis
del relativismo lingüístico, según la cual la mentalidad de un individuo o de un colectivo
viene determinada por la lengua en que se expresa Zabaltza ( Zabaltza, X. (2006). Una historia de las lenguas y los nacionalismos. Barcelona: Gedisa.
Llobera, J. R. (1983). The Idea of Volksgeist in the Formation of Catalan Nationalist Ideology. Ethnic and Racial Studies, 6 (3), 332-350. Disponible en: https://doi.org/10.1080/01419870.1983.9993417.
Véase, por ejemplo, sobre Guipúzcoa, Aizpuru ( Aizpuru, M. (2000). El Partido Nacionalista Vasco en Guipúzcoa (1893-1923). Orígenes, organización y
actuación política. Bilbao: Universidad del País Vasco.
Hroch concibió su esquema tripartito partiendo de los «movimientos nacionales» surgidos en el norte, centro y este de Europa, varios de ellos en imperios multiétnicos. Él mismo intentó más tarde ajustar el enfoque al abordar casos del sur del continente, cuya estructura política es el Estado nación. Admitiendo que en toda tipología existe cierta dosis de arbitrariedad, el paso de la fase A (interés académico) a las fases B (agitación patriótica) y C (movimiento de masas) puede ser reconocido en Cataluña si se entiende por national movement no «nacionalismo catalán», sino «catalanismo político», que es algo bastante más amplio. Este esquema no es aplicable a los demás territorios de la Catalanofonía, a los que Hroch no presta ninguna atención. En el suroeste de Europa, la transición del «renacimiento» al nacionalismo se nos muestra como la excepción, no como la regla. La apuesta decidida de un sector de las élites, que solo una generación antes se decantaban por la diglosia, y el peso de Barcelona, una urbe de lengua catalana, tuvieron mucho que ver con esa excepcionalidad. El nacionalismo solo surge cuando las expresiones culturales se entremezclan con intereses económicos, normalmente en sociedades industriales. Una diferencia cultural o lingüística no tiene por qué crear reivindicaciones políticas, como lo prueban no solo Valencia, Baleares y el Rosellón, sino también Álava, Navarra y el País Vasco Francés (por no hablar de Occitania), territorios de industrialización tardía en los que el «perro silencioso» de Gellner se impone al esquema de Hroch. La peculiaridad de Guipúzcoa y Vizcaya, sobre todo de esta última, donde las clases que servirán de sostén al nacionalismo estaban castellanizadas en gran medida, es que el perro ladró, pero no en la lengua que cabía esperar.
Los nacionalismos políticos pueden dotar de consistencia a los «renacimientos» literarios. Aunque Hroch no insiste en este punto, la influencia entre ambas etapas es biunívoca (la fase A repercute en las fases B y C, pero las fases B y C siguen influyendo en la fase A). Muy a menudo, es el nacionalismo el que ha creado reivindicaciones culturales y no a la inversa. Los nacionalismos suelen invocar los «renacimientos» como precedentes, ya que en ellos encuentran su justificación histórica, obviando el hecho de que las únicas naciones de los «renacentistas» eran España y Francia.
Pero más allá de estas disquisiciones eruditas, los «renacimientos» literarios nos retrotraen a una época en la que los diversos territorios españoles no habían sido «imaginados» todavía como monolingües. Aunque fuera en términos diglósicos, catalanes y vascos coincidían en que la lengua castellana formaba parte de su legado y muchos que no eran catalanes y vascos asumían el carácter plurilingüe de la monarquía española. Los nacionalismos (tanto los periféricos como el central) debilitaron esta manera de entender a España y a sus pueblos.
Agirreazkuenaga, J. (dir.). (1995). La articulación político-institucional de Vasconia: Actas de las Conferencias formadas por los representantes de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y eventualmente de Navarra (1775-1936). Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia. |
|
Aizpuru, M. (2000). El Partido Nacionalista Vasco en Guipúzcoa (1893-1923). Orígenes, organización y actuación política. Bilbao: Universidad del País Vasco. |
|
Altzibar, X. (1998). ‘Zazpiak Bat’ gaia XIX. mendean. En Antoine d’Abbadie (1897-1997), Congrès International (pp. 663-688). Bilbao, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia. |
|
Anderson, B. (1991) [1983]. Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. London, New York: Verso. |
|
Anguera, P. (1997). El català al segle XIX. De llengua del poble a llengua nacional. Barcelona: Empúries. |
|
Aramon i Serra, R. (1985). Frederic Mistral i la Renaixença catalana. Barcelona: Rafael Dalmau Editor. |
|
Arana Goiri, S. (1980) [1896]. Lecciones de ortografía del euskera bizkaino. En S. Arana Goiri. Obras completas, vol. 2 (pp. 810-982). San Sebastián: Sendoa. |
|
Arana Goiri, S. (1980) [1897]. Las Fiestas Euskaras. En S. Arana Goiri. Obras completas, vol. 2 (pp. 1256-1259). San Sebastián: Sendoa. |
|
Arana Goiri, S. (1980) [1898]. Proposición de Sabino Arana siendo diputado. En S. Arana Goiri. Obras completas, vol. 3 (pp. 2396/1-2396/3). San Sebastián: Sendoa. |
|
Archilés, F. (2006). ‘Hacer región es hacer patria’. La región en el imaginario de la nación española de la Restauración. Ayer, 64, 121-147. |
|
Archilés, F. y Martí, M. (2001). Satisfaccions gens innocents. Una reconsideració de la Renaixença valenciana. Afers, 38, 157-178. |
|
Archilés, F. y Martí, M. (2002). Un país tan extraño como cualquier otro: la construcción de la identidad nacional española contemporánea. En M. C. Romeo e I. Saz (eds.). El siglo xx. Historiografía e historia (pp. 245-278). Valencia: Universitat de València. |
|
Ariztimuño, J. (1986-1988) [1921]. La muerte del euskera o los profetas del mal agüero. En J. Ariztimuño. Obras completas, vol. 1 (pp. 335-388). San Sebastián: Erein. |
|
Artiñano y Zuricalday, A. de (1886). Proyecto de Academia Bascongada. Barcelona: Establecimiento Tipolitográfico de los Sucesores de N. Ramírez y Compañía. |
|
Bairoch, P., Batou, J. y Chèvre, P. (1988). La population des villes européennes de 800 à 1850. Banque de données et analyse sommaire des résultats. Genève: Centre d’Histoire Économique Internationale de l’Université de Genève. |
|
Balanzà, E. (1989). Relacions entre escriptors occitans rodanians i escriptors dels Països Catalans (1860-1900). En A. M. Badia i Margarit y M. Camprubí (eds.). Actes del Vuitè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, vol. 1 (pp. 365-386). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, Abadia de Montserrat. |
|
Balcells, A., Pujol, E. y Sabater, J. (1996). La Mancomunitat de Catalunya i l’autonomia. Barcelona: Institut d’Estudis Catalans. |
|
Belausteguigoitia, R. de (1918). Las bases de un gobierno nacional vasco. Bilbao: Imp., Lit. y Enc. Viuda e Hijos de Grijelmo. |
|
Beramendi, J. (2007). De provincia a nación. Historia do galeguismo político. Vigo: Xerais. |
|
Berjoan, N. (2011). L’identité du Roussillon (1780-2000): penser un pays catalan à l’âge des nations. Canet: Trabucaire. |
|
Brunn, G. (1978). Die Organisationen der katalanischen Bewegung (1859 bis 1923). En Th. Schieder y O. Dann (eds.). Nationale Bewegung und soziale Organisation, vol. 1 (pp. 281-571). München, Wien: Vergleichende Studien zur nationalen Vereinsbewegung des 19. Jahrhunderts in Europa. |
|
Carmona, Á. (1967). Dues Catalunyes. Jocfloralescos i xarons. Barcelona: Ariel. |
|
Carrió i Trujillano, B. (1999). El nacionalisme a les Balears (1898-1936). Palma de Mallorca: Documenta Balear, Caixa de Balears, Consell de Mallorca. |
|
Casacuberta, M. (2012). Els certàmens floralescos en el procés de construcció de la cultura del catalanisme: els casos de Girona, d’Olot i de l’Empordà. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona (pp. 403-435). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura. |
|
Corcuera Atienza, J. (2001). La patria de los vascos. Orígenes, ideología y organización del nacionalismo vasco (1976-1903). Madrid: Taurus. |
|
Coromines, J. (1980-1991). Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana. Barcelona: Curial. |
|
Cucó, A. (1999) [1971]. El valencianisme polític (1874-1939). Catarroja, Barcelona: Afers. |
|
Dassance, L. (1922). L’Abbé Darrigol et le Prix Volney en 1829. Gure Herria, 10, 557-565. |
|
Dávila Balsera, P. y Eizaguirre Sagardia, A. (1995). Las Fiestas Euskaras en el País Vasco (1879-1936). En P. Dávila Balsera (coord.). Lengua, escuela y cultura. El proceso de alfabetización en Euskal Herria (siglos xix y xx) (pp. 257-311). Bilbao: Universidad del País Vasco. |
|
Domingo, J. M. (2009). Renaixença: el mot i la idea. Anuari Verdaguer. Revista d’Estudis Literaris del Segle xix, 17, 215-234. |
|
Ensaig de ortografia catalana: estampat per manament del Consistori dels Jochs Florals en lo present any de gracia 1863 (1863). Barcelona: Imprenta y Llibreria de Salvador Manero. |
|
Erize Etxegarai, X. (1997). Nafarroako euskararen historia soziolinguistikoa (1863-1936). Soziolinguistika historikoa eta hizkuntza gutxituen bizitza. Iruñea: Nafarroako Gobernua. |
|
Espigado Tocino, G. (1990). El analfabetismo en España. Un estudio a través del censo de población de 1877. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea, 2, 173-192. |
|
Ferrando, A. y Cortés, S. (eds.). (2007). Manuel Sanchis Guarner. Context, paraula, record. València: Universitat de València. |
|
Figueres, J. M. (1986). El Diari Català (1879-1881): plataforma d’exposició del pensament catalanista. En Catalanisme: història, política i cultura (pp. 73-98). Barcelona: L’Avenç. |
|
Fradera, J. M. (2003) [1992]. Cultura nacional en una sociedad dividida. Cataluña, 1828-1868. Madrid: Marcial Pons. |
|
Freixes, A. (2012). Les Corts d’Amor en la gènesi del projecte floralesc. La redescoberta del certamen medieval. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona (pp. 81-124). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura. |
|
Fuster, J. (1977) [1956]. La poesia valenciana de Llorente als nostres días. En J. Fuster. Obres completes, vol. 5 (pp. 295-345). Barcelona: Ediciones 62. |
|
Fuster, J. (1992) [1962]. Nosaltres, els valencians. Barcelona: Edicions 62. |
|
Gellner, E. (1983). Naciones y nacionalismo. Madrid: Alianza Editorial. |
|
Goyhenetche, J. (1993). Les origines sociales et historiques de l’association Eskualzaleen Biltzarra (1893-1913). Bulletin du Musée Basque, 135, 1-68. |
|
Grau, R. y López, M. (1988). Antoni Puigblanch: una visió fatalista liberal del projecte nacional español. En A. Balcells (ed.). El pensament polític català (Del segle XVIII a mitjan segle XX) (pp. 41-55). Barcelona: Edicions 62. |
|
Hermida, C. (1992). Os precursores da normalización. Defensa e reivindicación da lingua galega no Rexurdimento (1840-1891). Vigo: Xerais. |
|
Hina, H. (1986) [1978]. Castilla y Cataluña en el debate cultural (1714-1939). Historia de las relaciones ideológicas catalano-castellanas. Barcelona: Península. |
|
Hobsbawm, E. J. (1991) [1990]. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Crítica. |
|
Hroch, M. (1985) [1968]. Social Preconditions of National Revival in Europe. A Comparative Analysis of the Social Composition of Patriotic Groups among the Smaller European Nations. Cambridge: Cambridge University Press. |
|
Hroch, M. (2000) [1996]. In the National Interest. Demands and Goals of European National Movements of the Nineteenth Century: A Comparative Perspective. Prague: Charles University. |
|
Hroch, M. (2015) [2005]. European Nations: Explaining Their Formation. London, New York: Verso. |
|
Jacob, J. E. (1994). Hills of Conflict. Basque Nationalism in France. Reno, Las Vegas, London: University of Nevada Press. |
|
Jorba, M. (1989). La polèmica de l’origen felibre o autòcton de la Renaixença. En A. M. Badia i Margarit y M. Camprubí (eds.). Actes del Vuitè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes (pp. 343-363). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, Abadia de Montserrat. |
|
Juaristi, J. (1987). El linaje de Aitor. La invención de la tradición vasca. Madrid: Taurus. |
|
Juaristi, J. (1999). El “chimbo” expiatorio (La invención de la tradición bilbaína). Madrid: Espasa Calpe. |
|
Kintana Goiriena, J. (2008). Intelektuala nazioa eraikitzen: R.M. Azkueren pentsaera eta obra. Bilbo: Euskaltzaindia. |
|
Lamuela, X. y Murgades, J. (1984). Teoria de la llengua literària segons Fabra. Barcelona: Quaderns Crema. |
|
Larronde, J. C. (1994). Le mouvement eskualerriste (1932-1937). Naissance du mouvement nationaliste basque en Iparralde. Bilbao: Fundación Sabino Arana. |
|
Llobera, J. R. (1983). The Idea of Volksgeist in the Formation of Catalan Nationalist Ideology. Ethnic and Racial Studies, 6 (3), 332-350. Disponible en: https://doi.org/10.1080/01419870.1983.9993417. |
|
Llorens i Vila, J. (1992). La Unió Catalanista i els orígens del catalanisme polític. Dels orígens a la presidència del Dr. Martí i Julià (1891-1903). Barcelona: Abadia de Montserrat. |
|
Llorente, T. (2013). Obra valenciana completa. Estudi i edició crítica a cura de Rafael Roca Ricart. València: Acadèmia Valenciana de la Llengua. |
|
Llull, A. (1975). El mallorquinisme polític, 1840-1936 (Del regionalisme al nacionalisme). París: Edicions Catalanes de París. |
|
Madariaga Orbea, J. (2008). Apologistas y detractores de la lengua vasca. San Sebastián: Fundación para el Estudio del Derecho Histórico y Autonómico de Vasconia. |
|
Mainer, J. C. (2002). Notas sobre el regionalismo literario en la Restauración: el marco político e intelectual de un dilema. En J. C. Mainer y J. M. Enguita Utrilla (eds.). Entre dos siglos. Literatura y aragonesismo (pp. 7-26). Zaragoza: Institución Fernando el Católico. |
|
Marfany, J. L. (1992). Mitologia de la Renaixença i mitologia nacionalista. L’Avenç, 164, 26-29. |
|
Marfany, J. L. (1995). La cultura del catalanisme. El nacionalisme català en els sues inicis. Barcelona: Empúries. |
|
Marfany, J. L. (2001). La llengua maltractada. El castellà i el català a Catalunya del segle XVI al segle XIX. Barcelona: Empúries. |
|
Marfany, J. L. (2008) [2004]. Llengües sense estat i renaixences romàntiques. En J. L. Marfany. Llengua, nació i diglòssia (pp. 273-301). Barcelona: L’Avenç. |
|
Marfany, J. L. (2017). Nacionalisme espanyol i catalanitat (1789-1859). Cap una revisió de la Renaixença. Barcelona: Edicions 62. |
|
Martel, Ph. (2004). Le Félibrige: un incertain nationalisme linguistique. Mots. Les Langages du Politique, 74, 43-57. Disponible en: https://doi.org/10.4000/mots.4273. |
|
Miracle, J. (1960). La restauració dels Jocs Florals. Barcelona: Aymà. |
|
Molas, J., Jorba, M. y Tayadella, A. (eds.). (1989). La Renaixença. Fonts per al seu estudi (1815-1877). Barcelona: Universitat de Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona. |
|
Monteagudo, H. (1999). Historia social da lingua galega. Idioma, sociedade e cultura a través do tempo. Vigo: Galaxia. |
|
Ninyoles, R. L. (1978) [1969]. Conflicte lingüístic valencià. Substitució lingüística i ideologies diglòssiques. València: Eliseu Climent Editor. |
|
Núñez Seixas, X. M. (2001). The Region as Essence of the Fatherland: Regionalist Variants of Spanish Nationalism (1840-1936). European History Quarterly, 31 (4), 483-518. Disponible en: https://doi.org/10.1177/026569140103100401. |
|
Núñez Seixas, X. M. (2012). Historiographical Approaches to Sub-national Identities in Europe: A Reappraisal and Some Suggestions. En J. Augusteijn y E. Storm (eds.). Region and State in Nineteenth-Century Europe. Nation-Building, Regional Identities and Separatism (pp. 13-35). London, New York: Palgrave Macmillan. |
|
Núñez Seixas, X. M. (2013). La(s) lengua(s) de la nación. En J. Moreno Luzón y X. M. Núñez Seixas (eds.). Ser españoles. Imaginarios nacionalistas en el siglo xx (pp. 246-286). Barcelona: RBA. |
|
Pinyol i Torrents, R. (2012). Els dos Jocs Florals de 1888. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona (pp. 327-352). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura. |
|
Pons i Pons, D. (1998). Ideologia i cultura a la Mallorca d’entre els dos segles (1886-1905). El grup regeneracionista de l’Almudaina. Palma: Lleonard Montaner Editor. |
|
Prat de la Riba, E. (2000) [1898]. Compendi de la història de Catalunya. En E. Prat de la Riba. Obra completa, vol.1 (pp. 572-610). Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, Proa. |
|
Prat de la Riba, E. (2000) [1906]. La nacionalitat catalana. En E. Prat de la Riba. Obra completa, vol. 3 (pp. 117-170). Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, Proa. |
|
Puhle, H. J. (1982). Baskischer Nationalismus in spanischen Kontext. Geschichte und Gesellschaft, 8, 51-81. |
|
Rafanell, A. (1991). Un nom per a la llengua. El concepte de llemosí en la història del català. Girona, Vic: Eumo, Estudi General de Girona, Estudis Universitaris de Vic. |
|
Rafanell, A. (2006). La il·lusió occitana. La llengua dels catalans entre Espanya i França. Barcelona: Quaderns Crema. |
|
Riquer, B. de (1977). Lliga Regionalista: la burgesia catalana i el nacionalisme (1898-1904). Barcelona: Ediciones 62. |
|
Risorgimento. (1949). En Enciclopedia Italiana di Scienze, Lettere ed Arti, vol. 29 (pp. 434-452). Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana. |
|
Roca Ricart, R. (2007). Teodor Llorente i la Renaixença valenciana. València: Institució Alfons el Magnànim. |
|
Roca Ricart, R. (2010a). El valencianisme de la Renaixença. Alzira: Bromera. |
|
Roca Ricart, R. (2010b). Teodor Llorente i la llengua dels valencians. Caplletra, 49, 43-63. |
|
Rossich, A. (1994). Decadència i Renaixença: una visió programàtica de la literatura catalana. La literatura del XVI i del XVII vista des de la Renaixença. En Actes del Col·loqui Internacional sobre la Renaixença, vol. 2 (pp. 33-50). Barcelona: Curial. |
|
Rossich, A. (2006). Els certàmens: de la Gaia Ciència als Jocs Florals. En S. Martí (coord.). Actes del Tretzè Col·loqui Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, vol. 1 (pp. 63-90). Barcelona: Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes, Abadia de Montserrat. |
|
Rubio Pobes, C. (2003). La identidad vasca en el siglo xix. Discurso y agentes sociales. Madrid: Biblioteca Nueva. |
|
Rubió y Ors, J. (1880). Breve reseña del actual renacimiento de la lengua y literatura catalanas. Memorias de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, III, 141-238. |
|
Sánchez Prieto, J. M. (1993). El imaginario vasco. Representaciones de una conciencia histórica, nacional y política en el escenario europeo (1833-1876). Barcelona: Ediciones Internacionales Universitarias. |
|
Sanchis Guarner, M. (1974). Las dos vertientes, restauradora y progresista, de ‘la Renaixença’ valenciana. En Siete temas sobre historia contemporánea del País Valenciano. Ciclo de conferencias de la Facultad de Filosofía y Letras (pp. 135-154). Valencia: Universidad de Valencia. |
|
Sarasola, I. (1982) [1971]. Historia social de la literatura vasca. Madrid: Akal. |
|
Simbor Roig, V. (1980). Els orígens de la Renaixença valenciana. València: Universitat de València. |
|
Solà, J. (1991). Episodis d’història de la llengua catalana. Barcelona: Empúries. |
|
Soria Andreu, F. (2002). Tópicos y temas floralistas. En J. C. Mainer y J. M. Enguita Utrilla (eds.). Entre dos siglos. Literatura y aragonesismo (pp. 73-89). Zaragoza: Institución Fernando el Católico. |
|
Thiesse, A. M. (2006). Centralismo estatal y nacionalismo regionalizado: Las paradojas del caso francés. Ayer, 64, 33-64. |
|
Toledo Lezeta, A. M. (1998). Antoine d’Abbadie Hegoaldean (1879-1895). En Antoine d’Abbadie (1897-1997), Congrès International (pp. 535-546.). Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia. |
|
Tomàs, M. (2012a). Els Jocs Florals de Barcelona i la literatura mallorquina del segle xix. En J. M. Domingo (ed.). Joc literari i estratègies de representació. 150 anys dels Jocs Florals de Barcelona (pp. 249-288). Barcelona: Societat Catalana de Llengua i Literatura. |
|
Tomàs, M. (2012b). Les relacions de Teodor Llorente amb Catalunya i Mallorca. En R. Roca (ed.). Teodor Llorente, cent anys després (pp. 31-71). Alacant: Universitat d’Alacant. |
|
Torrealdai, J. M. (1997). Euskal kultura gaur. Liburuaren mundua. Oñati: Jakin. |
|
Torrealday, J. M. (1977). Euskal idazleak, gaur. Historia social de la lengua y literatura vascas. Oñati: Jakin. |
|
Tubino, F. M. (2003) [1880]. Historia del renacimiento literario contemporáneo de Cataluña, Baleares y Valencia. Pamplona: Urgoiti Editores. |
|
Urkizu, P. (ed.). (1997). Anton Abbadiaren koplarien guduak. Bertso eta aire zenbaiten bilduma (1851-1897). Bilbo, Donostia: Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia. |
|
Verdaguer, J. (1974) [1888]. Pàtria. En J. Verdaguer (1974). Obres completes (pp. 407-458). Barcelona: Selecta. |
|
Zabaltza, X. (2005). Mater Vasconia. Fueros, lenguas y discursos nacionales en los países vascos. San Sebastián: Hiria. |
|
Zabaltza, X. (2006). Una historia de las lenguas y los nacionalismos. Barcelona: Gedisa. |