e-ISSN: 1576-4737
ARTÍCULOS
Resumen: Este trabajo presenta los resultados de una investigación sobre el estilo directo y su valor como estrategia narrativa en el discurso oral de jóvenes de Pamplona. Su objetivo es describir los distintos aspectos que intervienen en la configuración de la cita directa en entrevistas orales de habla juvenil del PRESEEA- Pamplona y su uso recurrente como forma de narración dentro del propio discurso. A partir del análisis se ha observado que las citas directas: i) están conformadas, sobre todo, por actos de habla introducidos por verbos dicendi; ii) (Gallucci y Pérez-Salazar 2024) presentan distintas estrategias de cambio deíctico personal, espacial y temporal que permiten introducir realidades diferentes a las del discurso inicialmente proferido; iii) suelen representar enunciados autocitativos; iv) en la oralidad favorecen la creación de diálogos reconstruidos en los que el locutor tiende a animar voces que dan lugar a historias complejas de gran vivacidad. Los resultados generales obtenidos revelan, asimismo, que el estilo directo es un fenómeno muy productivo en la conversación que permite a los hablantes (re)crear discursos a través de los que introducen su propia subjetividad.
Palabras clave: estilo directo, estrategia narrativa, habla juvenil, PRESEEA-Pamplona.
Abstract: This paper reports the results of an investigation on direct speech in Spanish spoken and its value as a narrative strategy in oral discourse by young people from Pamplona. More specifically, the paper aims to describe the different aspects involved in the configuration of direct quotations in oral interviews of youth speech in PRESEEA-Pamplona (Gallucci y Pérez-Salazar 2024), as well as the recurring use of direct quotations as a narrative device in discourse. Findings indicate that direct quotations are mainly composed of speech acts introduced by communication verbs. They also involve the use of different strategies of personal, spatial, and temporal deictic change that allows the introduction of realities different from those of the original discourse. Furthermore, they tend to represent self-citations. Finally, in orality, direct quotations favor the creation of reconstructed dialogues where speakers tend to animate voices, giving rise to complex stories. Overall, findings reveal that direct speech is a very productive phenomenon in conversation allowing speakers to (re)create discourses in which they introduce their own subjectivity.
Keywords: Direct style, narrative strategy, youth speech, PRESEEA-Pamplona.
Sumario: 1. Introducción. 2. Marco teórico y estado de la cuestión. 3. Metodología. 4. Análisis y discusión. 4.1. El marco: estrategia introductora. 4.2. La cita directa: fragmento de recuerdos y ficciones. 4.3. La deixis en la cita directa. 4.4. La representación de enunciadores: contadores del relato. 5. Conclusiones. Agradecimientos. Contribución de autoría CREDiT. Referencias bibliográficas.
Cómo citar: : Aldunate Martín, N.; Gallucci, M. J. (2025). El estilo directo como estrategia narrativa en el habla juvenil de Pamplona. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 103 (2025): 149-162.https://dx.doi.org/https://doi.org/10.5209/clac.90723
La incorporación de otras voces en el discurso en español ha sido muy estudiada en textos literarios y periodísticos (Méndez García de Paredes 1998, Sánchez García 2012, entre otros); no obstante, en los últimos años ha aumentado el interés en el tema y se han desarrollado diversas investigaciones sobre este fenómeno en corpus orales (véase, entre otros, Gallucci 2018a:142-184).
En este trabajo se analiza el estilo directo en muestras de habla juvenil que forman parte del corpus PRESEEA-Pamplona, que se ha empezado a recoger en 2022 en la Comunidad Foral de Navarra (Aldunate Martín 2023, Gallucci y Pérez-Salazar 2024), con la finalidad de estudiar el uso de los elementos que componen la cita directa y la forma en la que los hablantes jóvenes introducen distintos enunciadores, escenarios y momentos como parte de la narración oral.
El fenómeno estudiado se ha escogido partiendo del hecho de que existe una preferencia por la cita directa cuando se trata de introducir palabras o pensamientos propios o ajenos en el discurso oral (Camargo Fernández 2007, De la Mora 2018, Gallucci 2021, Camargo Fernández y Grimalt Crespo 2022, Repede 2022, entre otros). Esta inclinación podría deberse a que el estilo directo requiere de menos esfuerzo cognitivo en términos de ajuste deíctico, a la vez que dota a los enunciados de una mayor apariencia de literalidad (Fludernik 1993, Camargo Fernández 2008), vivacidad y elocuencia, de forma que el hablante puede animar los enunciados y vivificar las narraciones (Goffman 1974); incluso añadir su propia actitud ante lo dicho, algo que no se consigue, al menos de la misma manera, mediante otros mecanismos de citación. Teniendo esto en cuenta, se ofrece una propuesta de análisis a partir de las particularidades y estrategias empleadas en la cita directa en un contexto determinado y observable (Vega-Malagón et alii 2014): un conjunto de entrevistas semidirigidas del PRESEEA-Pamplona. De esta manera, se pretende avanzar en el estudio de este fenómeno y proponer nuevas categorías aplicables a investigaciones que tengan como objeto de análisis el estilo directo en la narración oral conversacional.
En los apartados que siguen se presenta, en primer lugar, el marco teórico y el estado de la cuestión sobre la cita directa en español, en el que se atiende a sus principales elementos constitutivos y se hace referencia a los estudios previos que se han desarrollado en este sentido; en segundo lugar, la metodología que se ha establecido para estudiar el discurso directo, en donde se detallan las categorías de análisis propuestas y se incluyen ejemplos de estas últimas. Seguidamente, se ofrece el análisis y la discusión de casos concretos seleccionados de la muestra, a partir de los que se establecen una serie de conclusiones y posibles líneas de investigación en función de los aportes.
En todas las lenguas existe una posibilidad —tan extraordinaria como cotidiana— que permite hacer referencia a discursos propios o ajenos a través de la propia lengua (Authier-Revuz 1982, 1984; Fludernik 1993, Lucy 1993). La (re)construcción de estos enunciados, ya sea simulada o transformada (Camargo Fernández 2006), convierte a los hablantes en constantes narradores de historias, gracias a la reflexividad lingüística, entendida como “la propiedad del lenguaje que hace posible que los hablantes puedan reproducir —o referir— las palabras propias o ajenas que efectivamente tuvieron lugar o que son imaginarias” (Gallucci 2018b: 55).
La referencia a palabras o pensamientos pertenecientes a otra situación enunciativa, esto es, el discurso referido (Grutschus 2021: 409), no se da de forma aislada, sino que se desarrolla como parte de otro discurso; aspecto que ha sido poco considerado por la mayoría de las gramáticas del español y de estudios sintácticos sobre esta lengua que han intentado explicar cómo funciona este fenómeno, especialmente en textos escritos (Camargo Fernández 2004, San Martín 2015, Gallucci 2017, entre otros).
Reyes (2002: 64) señala que la cita supone una pragmatización de lo ya pragmatizado, de forma que lo que se introduce contiene “palabras o pensamientos (a veces, percepciones verbalizadas) que han sido ya contextualizados o que se presentan de ese modo”. Considerar la motivación pragmática de la cita es fundamental para su estudio en la conversación oral, ámbito en el que el nuevo espacio enunciativo invita necesariamente al cambio del significado lingüístico del enunciado en cuestión.
Como parte de un discurso concreto, la cita puede introducirse mediante distintos procedimientos, divididos tradicionalmente en estilo directo y estilo indirecto (Maldonado 1999: 3551); aunque existen otras clasificaciones de los procedimientos de cita que incluyen, por ejemplo, mecanismos como las citas mixtas o las abstractas (Camargo Fernández 2008, Gallucci 2018b) que no han sido incluidos aquí, pues exceden los alcances de esta investigación, ya que contienen rasgos que son propios de la cita indirecta (citas mixtas) o no es posible atribuir una fuente concreta como emisor o autor de tales enunciados (citas puras o abstractas).
En lo que respecta a los estilos directo e indirecto, estos procedimientos se diferencian en la manera de presentar los enunciados. En el estilo directo “el hablante actual presenta las ideas como palabras de hablantes distantes de su marco espacio-temporal”, mientras que, en el indirecto, “las ideas se ajustan para encajarlas en el marco espacio-temporal del hablante actual” (Camargo Fernández 2008: 3). Según lo señalado, la cita directa podría entenderse como una demostración (Clark y Gerrig 1990: 764-768) en la que un enunciado externo es introducido en el discurso sin que, en principio, su sistema de referencias se vea alterado.
En los últimos años se han desarrollado un número considerable de estudios sobre el discurso referido a partir de muestras orales del español (Estellés Arguedas 2015, San Martín 2015, Estévez Rionegro 2016, Gallucci 2021, entre otros). Sin embargo, los trabajos que se centran de forma específica en el estilo directo
en esta lengua son escasos; entre ellos destacan los estudios de Camargo Fernández (2006, 2008, 2022); De la Mora (2018) y Gallucci (2023).
Camargo Fernández (2006) establece una relación entre la cita directa y las narraciones orales en español. La autora defiende que ambas coinciden en que son emisiones de un narrador que “voluntariamente o influido por factores como la memoria, motivación y el contexto escoge un material u otro para incluirlo en su relato” (Camargo Fernández 2006: 1247). Por eso, cuando los hablantes emplean el estilo directo lo hacen siendo conscientes de que este es el estilo de lo histriónico, lo que convierte a la conversación oral en el contexto idóneo para su desarrollo.
Para entender la configuración de la cita directa como relato también se debe prestar atención a su estructura. Sobre este aspecto, De la Mora (2018) señala que la cita directa se inicia tras un marco introductor que puede ser canónico o no canónico. En su estudio, los tipos asociados al primer marco son “dicendi” y “marcador nulo”, mientras que “(Y)FN”, “así”, “o sea”, “SER de que” y “otros” pertenecen al segundo grupo.
Por otro lado, en las variables de estudio establecidas por Camargo Fernández (2008) se incluye otra posible estrategia introductoria: los verbos de pensamiento. La innovadora clasificación de la autora respecto a las variables dependientes lingüísticas y pragmático discursivas permite atender a aspectos como el contenido de la cita, la explicitud de la atribución o la persona y el número del marco. Igualmente, su mención a la retención del sistema deíctico como principal rasgo diferenciador de la estructura gramatical de la cita (Camargo Fernández 2008: 4) invita a atender a este rasgo de una forma más detallada.
Finalmente, la investigación de Gallucci (2023) presta atención, entre otras cuestiones, a los casos en los que la unión de distintos tipos de citas directas da lugar a un diálogo reconstruido (Tannen 1986, 1989; Günthner 1999, 2002; Camargo 2007) entendido como una manifestación en la que el hablante evoca un conjunto de actos de habla proferidos por él y por otros en el marco de una situación que puede ser real o imaginaria y en la que “va ejerciendo alternativamente el rol de emisor y destinatario de turnos de palabra conformados por citas” (Gallucci 2021: 359).
Tomando como punto de partida los planteamientos generales antes expuestos, el presente trabajo pretende atender, desde una perspectiva pragmática y sociolingüística, a los aspectos que participan en la configuración del discurso directo y a su importancia en el desarrollo de la narración oral. Para ello, será necesario prestar atención a la forma en la que se introducen las citas directas, a su contenido y a la manera en la que se exponen su sistema deíctico y sus distintos enunciadores, elementos que permiten, en definitiva, configurar las palabras como fragmentos de relatos dentro de la conversación.
La andadura del corpus PRESEEA-Pamplona se inició en 2020 con la adscripción formal del equipo de la Universidad de Navarra al macroproyecto, aunque su desarrollo (primeras grabaciones y transcripciones) empezó propiamente en 2022 con el trabajo de Aldunate Martín (2023). En este último estudio se describen los criterios de selección de informantes, las muestras y la recogida de datos inicial en relación con el Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y de América (PRESEEA) (cf. Moreno Fernández 2021a, 2021b), así como una primera aproximación a la cita directa como manifestación del discurso referido. En Gallucci y Pérez-Salazar (2024) se ofrece toda la información detallada sobre el corpus de Pamplona (historia del español hablado en Navarra, particularidades lingüísticas, iniciativas sociolingüísticas en la región, interés como comunidad de habla, estratificación de la muestra, identificación de los informantes, etc.).
Para llevar a cabo esta investigación sobre las citas directas, se han empleado tres grabaciones y transcripciones de los hablantes jóvenes (de 20 a 34 años) de instrucción universitaria del corpus antes señalado.
Las categorías de análisis propuestas han sido producto de la combinación del enfoque guiado por el corpus, en el que las variables seleccionadas son el producto de la evidencia resultante del análisis de las entrevistas; y del enfoque basado en el corpus, en el que se utilizan las muestras recogidas para explicar o ejemplificar teorías o categorías predeterminadas (Tognini-Bonelli 2004, Gallucci 2018a), como las que se recogen en los estudios expuestos en §2.
Al hilo de lo anterior, para el tratamiento de los datos obtenidos sobre el estilo directo se elaboró una propuesta de variables en la que se establece una clasificación y metodología propias que permite atender a las particularidades de los hablantes de la muestra. La idea es proponer nuevas categorías que arrojen luz sobre la función del estilo directo como estrategia narrativa en la conversación.
Las categorías de análisis consideradas toman en cuenta cuatro aspectos: el marco introductor de la cita, el contenido citado (Camargo Fernández 2004, 2008; Gallucci 2018b), la deixis y la evocación de enunciadores por parte del hablante. A estos aspectos se suman, a su vez, como ya se ha señalado, una serie de variables y variantes en función de los propios datos obtenidos, con un código que facilita tanto su identificación como el tratamiento de los datos. Las categorías con sus respectivas variables y variantes se presentan en el cuadro 1:
| Categorías | Variables | |
|---|---|---|
| Marco | Tipo de marco | |
| Estrategia introductoria de cita | Marco canónico | |
| Marco no canónico | ||
| Cita | Contenido citado | |
| Presentación de la cita | Cita de un acto de habla | |
| Cita metafórica | ||
| Deixis | Elementos deícticos en el marco-cita | |
| Evocación de enunciadores | Atribución de la cita | |
| Diálogos reconstruidos | ||
Como se aprecia en el cuadro 1, en lo que respecta al marco, se distinguen dos variables: tipo de marco y estrategia introductoria de cita.
En la variable tipo de marco se distingue, siguiendo la propuesta de De la Mora (2018: 155-156), entre marcos canónicos (MC); esto es, aquellos encabezados por un verbo de decir (1) o sin marco (2); y no canónicos (MN), en el que se incluyen el resto de los casos, como (3):
(1) y me dice <cita> ¿qué tal estás? </cita> (PAMP_H13_37)
(2) y os ponéis al día de todo <cita> buah/ pues el mes pasado hice esto el otro tal no sé qué <cita/> (PAMP_M13_41)
(3) que es <cita> haz caso a tu madre </cita> (PAMP_H13_37)
En la variable estrategia introductoria de cita (Cameron 1998, Camargo Fernández 2004, Gallucci 2018ª) se considera la forma concreta con la que se crea el marco y sus posibles variaciones internas. Así, la cita puede introducirse mediante marcos canónicos, como los mencionados verbos dicendi (VD) (1) y marcadores nulos (2); o no canónicos, variable en la que se agrupan otros verbos (OV) (3), las construcciones con y + sintagma nominal (SN) (4) o los marcadores y reformuladores (MRE) (5):
(4) y yo <cita>mamá ¿qué te han dicho? </cita> (PAMP_M13_41)
(5)es como <cita> buah/ tía/ pues igual no me apetece </cita> (PAMP_M13_41)
La categoría de la cita incluye el contenido citado y la presentación de la cita. La variable contenido citado está conformada por dos variantes: cita de un acto de habla (CH) (6) y cita metafórica (CM) (7); se propone esta última para dar cuenta de aquellas citas que hacen referencia a pensamientos o actos de habla hipotéticos que no han llegado a producirse.
(6) le dije <cita> tío/ necesito más tiempo/ déjame un poco en paz </cita> (PAMP_H13_37)
(7) y dices <cita> necesito algo activo/ algo de no estar en la oficina </cita> (PAMP_H13_37)
Por su parte, la variable presentación de la cita tiene que ver con la forma en la que esta última queda representada por parte del hablante en su discurso. Así, podrá mostrarse como aparentemente auténtica (AU) (8) o aproximativa (AP) (9), mientras que las correspondientes a citas directas metafóricas presentarán ciertos indicios que dan cuenta de su naturaleza ficticia (F), como en (10).
(8) y dijo el profesor <cita> ¿habéis aprobado selectividad? </cita> (PAMP_M13_41)
(9) y me dijo <cita> no digas nada/ tal no sé qué </cita> (PAMP_M13_40)
(10) en general los navarros// jo es que lo piensas y qué van a decir <cita> que les den por culo al euskera y a todo </cita>/ asocian el euskera con esas personas (PAMP_H13_37)
Por otro lado, en lo referente a la categoría correspondiente a la deixis, se consideran los elementos deícticos establecidos en el marco y en la cita, donde se incluyen las variantes deixis personal (DP) (11), deixis
espacial (DE) (12) y temporal (DT) (13), que permiten atender a las posibles alteraciones que pueden darse en el interior de la cita respecto al segmento introductorio:
(11) me dice <cita> a ver/ tú eres tonto o qué </cita> (PAMP_H13_37)
(12) digo/ <cita> se me va a caer el centro comercial encima o sea </cita> (PAMP_M13_41)
(13) o <cita> oye venga pues quedamos a las once después de haber cenado y nos vamos a la discoteca </cita> (PAMP_M13_41)
La última categoría propuesta se centra en la evocación de enunciadores e incluye dos variables: atribución de la cita y diálogos reconstruidos. En la primera se tiene en cuenta, como su nombre indica, la atribución de la cita a un enunciador concreto, que puede ser el mismo hablante (autocitación) (AC) (14) u otro (heterocitación) (HC) (15):
(14) dije <cita> tío/ ya lo que me faltaba en este día </cita> (PAMP_H13_37)
(15) me dijo una madre <cita> oye habéis salido un poco tal </cita> (PAMP_M13_41)
La segunda variable, diálogos reconstruidos (Tannen 1986, 1989; Günthner 1999, 2002; Camargo Fernández 2006, 2007; Gallucci 2021), está reservada a las citas directas que forman parte de un diálogo de este tipo, en el que es posible distinguir entre un número variable de enunciadores € y de turnos (T). En el ejemplo (16) se ponen de manifiesto dos enunciadores y dos turnos:
(16) que mi madre <risa= «E»/> me dijo <cita> no vayas no vayas no vayas </cita>/ y yo <cita> que sí voy que sí voy que sí voy </cita> (PAMP_H13_37)
De las muestras objeto de estudio se han obtenido un total de 304 casos. Siguiendo el orden de las categorías establecido en la metodología de este trabajo, se analizarán los distintos aspectos que intervienen en la configuración del estilo directo en las muestras de habla juvenil, a fin de observar su naturaleza narrativa, así como la variedad de formas a través de las que se (re)presentan y se fusionan historias pasadas, hechos imaginarios y pensamientos dentro del discurso.
Como se ha explicado, la cita directa cuenta con una estructura bipartita formada por el marco introductor y el enunciado citado. El marco constituye una forma de preparar el discurso para comenzar a narrar; de forma similar al “Érase una vez” que se emplea en algunos géneros literarios. Sin embargo, al igual que en estos últimos, el emisor puede elegir si desea seguir o no la estructura tradicional para comenzar su relato. Teniendo en cuenta lo apuntado, en este apartado se describen los tipos de marco y las diferentes estrategias introductorias de cita de las que se sirven los hablantes para incluir sus pequeños relatos dentro de las entrevistas.
Los hablantes entrevistados han mostrado una clara predilección por los marcos canónicos (223 casos) para señalar la reproducción de palabras; en concreto, por aquellos introducidos por el verbo decir (203 casos), como en (17), aunque también se registran en la muestra, con la misma finalidad, otros verbos como contestar (18) y pensar (19):
(17) y le dije a una amiga <cita> me voy/ porque encima me van a pedir el DNI y lo tengo caducado <énfasis/> y verás/ verás la que me va a caer </cita> (PAMP_M13_40)
(18) contestó <cita> ay/ chicas/ no me estáis dando el salseo que me estaban dando las de mi uni</cita>
(19) que piense <cita> joe/ qué suerte he tenido de tal </cita> (PAMP_M13_40)
El verbo decir no destaca solo por ser el más productivo, sino por emplearse de forma frecuente con el valor semántico del verbo pensar, lo que le permite al narrador reproducir comentarios dirigidos a sí mismo (Camargo Fernández 2005: 244), como ocurre en (20):
(20) dices <cita> es que/ realmente esto ¿para qué me vale?/ en plan/ no me vale para nada </cita> (PAMP_M13_40)
En (21), además, se manifiesta otro hecho destacable: el verbo del marco está conjugado en segunda persona del singular; sin embargo, tiene valor de primera persona del singular. Este empleo podría explicarse por la tendencia general de los hablantes, a pesar de su pensamiento aislado, a hacer un uso no específico o impersonal de un tú que se corresponde con el yo (Guirado 2011: 22). De esta forma, parece que introducir el estilo directo desde una mente ajena permite que el hablante sienta una mayor determinación y certeza sobre lo dicho (Galán Rodríguez 1994: 170):
(21) y le dices <cita> abuelo/ pero qué/ ¿has jugado a esto? </cita>/ <cita> ah/ sí/ me ha tocado esto/ lo otro </cita>/ y es supergracioso (PAMP_H13_37)
Respecto al marcador nulo, también perteneciente a la categoría de marcos canónicos, se emplea en menor medida (20 apariciones), al menos en las muestras analizadas aquí. En estos casos suele aparecer en un contexto específico: en el interior de los diálogos reconstruidos cuyo primer turno ya se ha introducido previamente con un marco explícito, como se observa en el segundo enunciado de estilo directo que se recoge en (21).
Por su parte, los marcos no canónicos (81 casos) quedan asociados a otras estrategias introductoras de cita. En la muestra se encuentran ejemplos con verbos no dicendi, con la construcción y + sintagma nominal, así como con los marcadores y reformuladores en plan, como, o sea y de estructuras como a lo.
El uso de los verbos que no son de decir es muy limitado en las entrevistas. Entre los verbos que no son de comunicación destaca el verbo ser, aunque con apenas 2 casos, como en (22). Esto podría indicar que los entrevistados consideran que los verbos de habla son más efectivos para señalar la introducción de enunciados externos en su discurso, quizá porque se ajustan de forma más precisa a la naturaleza de las palabras a las que hacen referencia.
(22) me acabo de acordar de una frase que escuché que es <cita> la suerte no viene porque sí/ sino la suerte se trabaja </cita> (PAMP_H13_37)
En cuanto a y + sintagma nominal (31 casos), la mayoría de las veces forma parte de un diálogo reconstruido (Cameron 1998, San Martín y Guerrero 2013). En este sentido, la función que cumple esta construcción suele ser narrativa (Gallucci 2018b: 68). De esta forma, se cuentan historias con varios turnos en los que se mantiene el referente inicial al que se le atribuyen las palabras citadas (23):
(23) me dice <cita> a ver/ chaval/ tú eres tonto /¿cómo que lo excavas y luego lo tapas? </cita> y yo <risa= «E»/> <cita>/ abuela/ si no te lo va a explicar/ porque no lo vas a entender/ porque no lo entiendo ni yo </cita> (PAMP_H13_37)
En cambio, cuando y + sintagma nominal no forma parte de un diálogo reconstruido, como ocurre en (24), puede emplearse como un ejemplificador que forma parte de una secuencia descriptiva:
(24) yo recuerdo llegar a casa y yo <cita> mamá/ esto no es lo mío/ me quiero cambiar </cita> (PAMP_M13_41)
Con respecto a los marcadores y reformuladores, la construcción en plan está ampliamente extendida entre los jóvenes, quienes han incorporado en él una función de introductor de citas que no se había documentado hasta el presente siglo (Camargo Fernández y Grimalt Crespo 2022: 15). Los casos encontrados demuestran que, como señala Repede (2022: 296), junto a la cita directa puede funcionar como reformulador, intensificador o ejemplificador (25):
(25) pero de una manera muchísimo más directa/ en plan <cita> esto no lo haces bien/ o no te va bien/ o tienes dificultades/ o vamos a hacer esto </cita> (PAMP_M13_40)
Asimismo, cuando aparece junto a actos de habla en la cita directa puede llegar a adquirir, junto a su valor ejemplificador, otro tipo de valores; por ejemplo, puede actuar como aproximador, lo que indica que el contenido que se cita no es literal (Repede 2022: 294), como en (26):
(26) me lo dijo en plan <cita> jo/ eem/ esta persona le ha/ bueno/ C/ le ha contado a N eh esto que yo le conté y que no podía contarse y tal </cita> (PAMP_M13_40)
Estos usos podrían aplicarse de la misma forma a como; de hecho, el en plan utilizado en el estilo directo del habla juvenil ha llegado a entenderse como un alomorfo de este último (Camargo Fernández y Grimalt Crespo 2022: 19). En la muestra del habla de Pamplona, se encuentran ejemplos como (27), en los que como da paso a una expresión con valor intensificador, sin dejar de cumplir su función de ejemplificador:
(27) mi padre y yo estábamos como <cita> jo/ qué rabia </cita> (PAMP_M13_41)
Por su parte, o sea ha sido definido como un marcador predominantemente reformulativo, equivalente a otros conectores como es decir o esto es (Aydée Hernández 2016: 297). Como marco de cita, (28) es el único caso que se registra en las muestras recogidas, aunque se sabe que en el discurso oral general es muy frecuente con valor argumentativo, informativo e incluso expletivo.
(28) <cita> o en Pamplona o en Pamplona </cita><ruido= “risas”/> o sea <cita> fuera no te vas/ y a la privada tampoco </cita> <ruido= “risa”/> (PAMP_M13_41)
Finalmente, en la muestra se han registrado casos introducidos con la locución a lo (29) que no deben ser ignorados, pues, de momento, en la bibliografía especializada esta estructura no se ha documentado con función citativa.
(29) nos manda un mensaje a lo <cita> eh/ buah/ chicos/ no quedan eh raquetas para alquilar en toda/ en toda Pamplona</cita> (PAMP_M13_41)
El ejemplo anterior muestra el uso de la locución a lo, a medio camino entre las categorías adjetiva y adverbial, antes de una cita directa. Desde un punto de vista formal, podría considerarse, como explica Montoro del Arco (2008: 133), una locución con casillas vacías, pues es una expresión fija que ha sufrido una alteración libre. En este caso, adquiere una función de marco introductor de cita y presenta un valor similar al señalado a propósito de en plan (26). En estudios posteriores, y con un mayor número de casos, sería interesante tratar de dilucidar si este uso obedece a una interferencia por el contacto español-euskera o si tiene una explicación diferente.
El análisis muestra que, una vez establecido el marco (con la posibilidad de que este sea nulo), el hablante presenta el contenido citado, entendido como un fragmento que contiene casi cualquier tipo de mensaje, ya sean palabras pronunciadas, una expresión, una idea, una presuposición, etc. (Reyes 2002: 61). Esto supone atender tanto a ese contenido de la cita como a la forma en la que esta es considerada y expuesta en la conversación. Por lo general, los entrevistados la emplean como estrategia narrativa que les permite construir, a partir de sus propios recuerdos y ficciones, las historias que van contando a medida que avanza la entrevista.
El contenido citado contiene mensajes de naturaleza plural que son el resultado de una selección por parte del emisor. En la variable contenido de la cita se han registrado 186 casos de actos de habla y 118, de citas metafóricas. Esto podría deberse a que en las entrevistas se incluyen preguntas en la línea de Labov (1972), es decir, centradas en anécdotas y experiencias del hablante, en las cuales se inserta a menudo la cita directa de actos de habla y, en su forma más compleja, el discurso referido como fenómeno multimodal (con gestos, cambios de entonación, etc.).
La cita de un acto de habla implica todo un juego de representaciones, un intento de mímesis respecto a algo ya dicho que “sirve para narrar una voz, recrear una subjetividad y hacernos espectadores directos de una escena” (Reyes 2002: 78). En (30) se observa que el hablante intenta recrear una escena con gran dramatismo:
(30) el vecino de al lado se molestaba y les <cita> pum pum pum pum <ruido= “golpe mesa”/> ¡pero llevad al niño a la cocina que llore allá que no sé qué! </cita> (PAMP_M13_41)
Por su parte, la cita metafórica aúna otro tipo de contenidos con los que se transmiten vívidamente “estados de ánimo, puntos de vista, reacciones del narrador y de los personajes citados” (Reyes: 2002: 79). Además de la reproducción de pensamientos (31), dentro de este grupo se han incluido los casos en los que el discurso directo supone una invención de situaciones y palabras no pronunciadas por otros (32):
(31) pero cuando ya no las tenía era como <cita> las necesito </cita> (PAMP_M13_41)
(32) igual no le ves en muchísimo tiempo pero de repente te coge y te dice <cita> oye venga/ vamos a quedar tal no sé qué <cita/> y <ruido= “chasquido boca”/> (PAMP_M13_41)
En (32), la voz y el mensaje que se reproducen nunca tuvieron lugar. No obstante, en el proceso de elaboración de este discurso hipotético participan los conocimientos y los recuerdos del hablante que narra la historia. De esta forma, es posible establecer relaciones de semejanza con la realidad y dar vida a una voz y una historia que no llegaron a existir realmente.
Por su parte, las citas de un acto de habla, como en (33), permiten introducir vivencias concretas, tanto propias como de otros, que ocurrieron en la realidad, en claro contraste con la cita metafórica, que puede, en todo caso, emplearse para imaginar y crear situaciones, como la expuesta en (32), pero no para recordar hechos pasados que, según lo señalado por el enunciador, realmente tuvieron lugar:
(33) y yo le dije <cita> tío/ sabes lo que ha pasado/ que se está viendo con/ tu ex/ <énfasis> con tu ex </énfasis>// respeta un poco/ ¿no? esto </cita> (PAMP_H13_37)
Tras lo expuesto, cabe matizar que el discurso directo, sea de la naturaleza que sea, está supeditado a la inexactitud, pues las citas directas “han pasado por el filtro de la subjetividad del narrador, que podrá transformar, reconstruir e inventar los enunciados de las distintas voces representadas” (Camargo Fernández 2006: 1247). Esto implica que las citas de actos de habla, a pesar de que aluden a un discurso que tuvo lugar, nunca manifiestan de forma exacta palabras del hablante o de otras personas (Reyes 2002: 66). Aunque no sea posible conocer en la oralidad la exactitud con la que el hablante reproduce discursos pasados, se propone una clasificación de los actos de habla según las marcas que el hablante elige emplear dentro y fuera de la cita para señalar dicha imprecisión, un aspecto que puede resultar útil para estudiar las estrategias comunicativas en este tipo de citas. De acuerdo con esto último, se establece una segunda variable, denominada presentación, que permite dar cuenta de elementos lingüísticos que indican que el enunciado se presenta como auténtico o aproximativo. Con dicha clasificación no se pretende hipotetizar sobre el grado de autenticidad que contiene la cita, sino atender a la forma en la que el hablante elige ciertas marcas lingüísticas que señalan dicha imprecisión, de acuerdo con el valor narrativo que la cita tenga en su discurso. Así, ejemplos como (34) son presentados por el hablante como más auténticos que otros como (35) o (36), en los que se muestra explícitamente un deseo por indicar la inexactitud del enunciado:
(34) y hace poco me dijo <cita> sigue estudiando Filología </cita> (PAMP_H13_37)
(35) en plan <cita> que van a entrar/ que no van a entrar </cita/> (PAMP_M13_40)
(36) y dice <cita> buah chicas/ ¿sabéis lo que me acaba de pasar?/ mi ex se acaba de hacer un tatuaje nuevo con su novia/ tal no sé qué no sé cuál </cita> (PAMP_M13_41)
Como se aprecia en los dos últimos ejemplos, cuando se incluyen marcas de aproximación estas pueden manifestarse tanto en la expresión introductora (35) como en el contenido citado (36). El empleo de aproximadores muestra que, en ciertos contextos, el hablante considera necesario remarcar de forma explícita que el contenido citado no es totalmente fiel al que se toma como referencia, lo que permite proteger no solo su historia, sino su imagen como narrador (Camargo 2006: 1247-1248).
Al hilo de lo anterior, en los ejemplos señalados también se ha hecho una selección de información. Por un lado, en (35) la expectación que se vivió en la situación narrada se recrea a partir de la afirmación y
negación de un mismo enunciado; por otro lado, en (36) las marcas lingüísticas del final de cita indican la continuación de un relato con el que se ha decidido no proseguir. Esto demuestra que “resumir libremente, esquematizar, tipificar el discurso ajeno [...] son operaciones más económicas y eficaces” (Reyes 2002: 77) a las que el narrador recurre cuando emplea el estilo directo.
Ahora bien, si los actos de habla se consideran representaciones de discursos pasados que contienen, a elección del hablante, distintas marcas para señalar su inexactitud, la irrealidad propia de las citas metafóricas también puede llevar al hablante a crear enunciados que den a entender a su receptor el carácter ficticio de la cita. En este sentido, se consideran ficticias aquellas citas que reflejan pensamientos y reproducen enunciados hipotéticos, pues se entiende que las palabras que se pronuncian son una creación del enunciador. El deseo del emisor por señalar que su enunciado es ficticio también depende de su intención comunicativa. Por ejemplo, en (37) el enunciador emplea el verbo decir junto con distintas estrategias en el marco para hacer entender que su enunciado representa pensamientos pasados:
(37) yo lo veía desde fuera y decía <cita> qué inculta/ o qué inculto </cita>/ ¿sabes?/ o sea/ para mí es como superfeo que/ si yo empezase a hablar euskera también y tal/ pues ellos me considerarían inculta a mí (PAMP_M13_40)
Sin embargo, también puede ocurrir que el emisor no incluya ninguna marca que indique el empleo del verbo decir con el valor de pensar. En esos casos, solo se considera que la cita es metafórica con valor ficticio si decir funciona como expresión introductora de una cita con función evaluadora, en donde solo se admite la referencia al propio hablante (Camargo Fernández 2005:245). Teniendo en cuenta esto último, cuando no se emplean otro tipo de marcas que indican la naturaleza ficticia en una cita metafórica, se coincide con Camargo Fernández en que el empleo de decir con valor de pensar permite al hablante “expresar sus opiniones, juicios, sentimientos y pensamientos sin que resulte, en lo más mínimo, anómalo, poco usual o pragmáticamente raro” (Camargo Fernández 2005: 246).
Por otro lado, la cita directa metafórica también puede servir para crear un acto de habla irreal, es decir, el hablante puede hacer uso de ella para aludir a “lo que todavía no ha ocurrido, lo proyectado, lo predecible; lo que él no ha vivido, ni experimentado, ni comprobado” (Losada 1997: 117). En la muestra analizada, este tipo de citas siempre presentan ciertas marcas que aluden a su naturaleza prospectiva, como en (38), donde se emplea el marcador de interacción imagínate (Domínguez Mujica 2005):
(38) yo qué sé/ imagínate/ equis situaciones de <cita> venga/ pues/ nos vamos de compras o hacemos tal</cita> (PAMP_M13_41)
En (38), el uso de imagínate en el marco de la cita invita a la reflexión; mientras que el adjetivo equis se emplea como marca de indeterminación. Ambos permiten señalar la ficción del enunciado que se introduce y dotan al hablante de la libertad de crear un acto de habla que no ha tenido lugar en el mundo real y que, por tanto, puede llegar o no a producirse.
El empleo del estilo directo dentro del discurso requiere necesariamente de la creación de un “sistema deíctico del enunciado representado” (Camargo Fernández 2008: 4). El cambio que se produce en las referencias exofóricas ha sido descrito en las gramáticas del español poniendo la atención en la transposición que tiene lugar cuando se usa el estilo indirecto (Maldonado 1999, Reyes, 1995). En estos casos, el punto de partida suele ser, casi siempre, la existencia de una cita previa en estilo directo que luego, con los ajustes deícticos necesarios, se presenta en estilo indirecto. Esto ha hecho que no se trate de forma explícita el cambio personal, espacial y temporal que se produce en los casos en los que una cita directa se introduce en el discurso.
En este apartado, se da cuenta de la relación existente entre los signos de deixis presentados en el marco y en el interior de la cita directa, con el objetivo de describir e ilustrar las distintas posibilidades que tiene el hablante cuando elabora pequeños relatos que incluye en su discurso.
En primer lugar, el análisis de los datos evidencia que el hablante emplea la deixis personal para manifestar su presencia y la de distintos interlocutores en la interacción comunicativa. Las observaciones que se incluyen a continuación parten de las referencias al propio emisor, manifestadas tanto en el marco como en el contenido de la cita, a partir de las cuales el narrador podrá convertirse en protagonista de la historia que cuenta, en un personaje secundario o en mero espectador de lo que relata.
En el contexto previo a la introducción de la cita, la primera persona del singular se corresponde con el propio hablante, tal como se aprecia en (39):
(39) y digo <cita> es que realmente me gusta que llueva mmm / porque claro/ hace falta que llueva entonces eh me gusta / y me gusta ir con el paraguas y tal </cita> (PAMP_M13_40)
De la misma forma, si se atiende al contenido de la cita, en algunos casos se observa que el hablante mantiene su papel, es decir, se presenta a sí mismo como protagonista de la narración, por lo que, en el contenido de la cita, no se produce un cambio en la deixis personal de primera persona del singular cuando esta se introduce (40):
(40) y digo <cita> tía/ te acabo puto decir que he tenido un accidente con un jabalí/ ¿y me contestas con el tatuaje de tu ex? </cita> (PAMP_M13_41)
Sin embargo, existen otros casos en los que sí se transforma el papel desempeñado por el hablante; por ejemplo, cuando en el interior de la cita se representa a sí mismo como oyente (41), como receptor de sus propios pensamientos (42) o como narrador externo (43):
(41) me dijo algo a lo <cita> ¿pero en serio tú has hecho? </cita> (PAMP_M13_41)
(42) como también es a nivel de/ de ciudad pues dices <cita> pues te vas a otro barrio <simultáneo> más tranquilo </cita> (PAMP_H13_37)
(43) y me dice <cita> no/ es que me ha dicho que/ que </cita> es que no sé/ pues <cita> que bailo mal </cita> (PAMP_M13_41)
En (41), el que narra se corresponde con la primera persona del singular, mientras que, en el contenido de la cita, un segundo personaje se ha convertido en el nuevo yo. De esta forma, el enunciador del discurso queda representado por la segunda persona del singular y se presenta a sí mismo como receptor de algo dicho por otro (“en serio tú”); sin embargo, es él el que está formulando, a partir de sus propias palabras, lo que otro pronunció.
En (42), el hablante se muestra como receptor de sus propios pensamientos. En esta ocasión, el empleo de la segunda persona del singular, tal y como se había señalado en §4.1 (Reyes 1995), ofrece la posibilidad de contemplar lo dicho de forma externa. Se trata de una representación de una conversación desarrollada con uno mismo, en donde existe una correspondencia entre un tú y un yo que representan las ideas de un solo sujeto.
En (43), en cambio, el enunciador del discurso desaparece por completo en el interior de cita. Como se observa en el ejemplo, no se encuentra ninguna marca que represente a aquel que relata, debido a que este no formó parte del intercambio representado. Así, dentro de la cita el hablante se convierte en un narrador externo; esto es, en un mero espectador de lo ocurrido.
En segundo lugar, los datos dejan ver que la recuperación del espacio del contenido de la cita se realiza a partir de una serie de mecanismos concretos, necesarios para la modificación de las coordenadas establecidas en el marco (Maldonado 1999: 3585). El uso de las unidades léxicas espaciales, tales como demostrativos, verbos de movimiento o expresiones locativas, también se puede (re)presentar en el contexto y en el contenido de la cita, como en (44):
(44) íbamos a pasar por allí y dije <cita> yo por ahí no paso </cita> (PAMP_H13_37)
En (44), el cambio espacial entre el marco y la cita queda expuesto de dos formas: i) en el contexto de la cita, mediante la mención de que lo que se va a contar ocurrió en la noche anterior (expresión locativa), y ii) a través del cambio del adverbio demostrativo allí presente en el contexto frente al ahí del interior de la cita.
Sin embargo, la mayoría de los casos encontrados en la muestra (85 ocurrencias de 86) muestran que, en el marco de cita, no resulta habitual incluir deícticos que señalen el cambio espacial, sino que el enunciador tiende a añadir las marcas directamente en el interior de la cita, como en (45):
(45) y dijimos <cita> ¿qué vamos a hacer? Tampoco nos vamos a ir lejos porque están las maletas aquí tampoco nos vamos a ir con ellas si está la estación aquí </cita> (PAMP_M13_41)
Esto podría deberse a que el hablante, consciente de que mencionar otra realidad ya supone una incoherencia espacial respecto al momento de enunciación, considera que introducir la cita con un verbo dicendi o con un cambio en el tono de voz empleado es suficiente para que el oyente infiera que lo emitido tuvo lugar en otro espacio. Por este motivo, tanto el hablante como el receptor del mensaje entienden que las marcas de deixis espacial, como pueden ser las expresiones locativas (46), siempre se encuentran asociadas al punto espacial establecido en el interior de la propia cita:
(46) dije <cita> buah/ no me quedo aquí/ vamos </cita> (PAMP_M13_40)
Especial interés en este sentido generan las citas metafóricas, pues en el interior de la cita la deixis espacial puede servir como forma de referencia a un espacio real (47) o alegórico (48):
(47) dices </sic> <cita> joe/ yo no montaría familia en la Chantrea ahora mismo </cita> (PAMP_H13_37)
(48) dices <cita>/ el universo no lo podemos encasquetar en una caja/ porque <vacilación/> </simultáneo> se sale </simultáneo> de la caja </cita> (PAMP_H13_37)
En (47), la expresión locativa hace alusión a un lugar concreto en donde se niega que vaya a ocurrir un evento real; en (48), en cambio, la referencia deíctica permite crear espacios sin necesidad de aludir al mundo físico y, sin embargo, estos lugares son tan eficaces como el anterior para (re)crear el mensaje que el emisor desea transmitir.
Finalmente, los pequeños relatos que narran los hablantes, compuestos por actores diversos que se sitúan en espacios concretos, necesitan de un tiempo de enunciación para poder completarse.
La deixis temporal quedará representada a partir de distintos tiempos verbales y unidades léxicas que se establecen tanto fuera como dentro de la cita. Por este motivo, es necesario detenerse en la naturaleza de las citas de acuerdo con su adscripción al pasado, presente o futuro, según sea el caso, lo cual permitirá observar la relación deíctica que presentan en relación con el contexto y el contenido de la cita.
En cuanto a las citas referidas al pasado, se ha podido observar que son especialmente productivas cuando tienen que ver con actos de habla (141 de 245 casos) y que pueden construirse de formas diversas.
El ejemplo (49) muestra que puede darse un cambio temporal en el verbo del marco respecto al empleado dentro de la cita:
(49) le dije <cita>buah/ me apetece <ruido= “toque mesa”/> un Telepizza en plan algo así mmm o un kebab algo </cita> (PAMP_M13_41)
En (49) el uso del pretérito perfecto simple en el marco surge por la necesidad de hacer referencia a una realidad diferente a la actual, es decir, al momento en el que se emite el discurso. El enunciador modifica las coordenadas temporales para establecer dos tiempos diferentes: uno que permite incluir la cita directa dentro del discurso y otro relacionado con la realidad en la que tuvo lugar lo que se está contando.
Sin embargo, ejemplos como (50) muestran que no siempre se recurre a un cambio de tiempo cuando se introduce el estilo directo:
(50) y me dice <cita> buah/ tía/ que es que estoy buscando raquetas al final/ ¿Vais a venir a la nieve tal no sé qué? </cita> (PAMP_M13_41)
En (50), el tiempo presente es empleado tanto en el marco como en el contenido de la cita; en el primero, sin embargo, tiene valor de presente histórico, en el sentido de que se emplea para hacer referencia a un acto de habla emitido en el pasado. De esta manera, el enunciador toma la decisión de actualizar el marco y relacionarlo con el centro deíctico de la información que va a introducir (“función actualizadora” en términos de Daumourette y Pichon, cf. Weinrich 1968: 55).
Por otro lado, en las citas directas cuyo marco temporal pertenece al presente, los casos recogidos están relacionados especialmente con las citas metafóricas (73 casos), ya sea de pensamientos o de situaciones hipotéticas, como en (51):
(51) me puede apetecer y te digo <cita> ¿buah/ nos vamos mañana al monte? </cita> (PAMP_M13_40)
En (51), la irrealidad del enunciado hipotético facilita la creación de un mismo centro temporal y, por tanto, no se producen cambios en el contexto de la cita. Además, se observa el adverbio mañana que hace referencia a un momento futuro respecto al punto establecido en las dos partes de la construcción.
Por último, las alusiones al tiempo futuro cuentan con menos ejemplos en la muestra analizada (19 casos); todos ellos asociados a las citas metafóricas, algo que resulta esperable, si se tiene en cuenta su naturaleza prospectiva (52):
(52) que tú dirás <cita> ah una zona preciosa tal </cita> (PAMP_M13_41)
En el ejemplo anterior, el empleo del verbo dicendi conjugado en futuro de indicativo permite generar un enunciado hipotético respecto a una situación que todavía no ha tenido lugar. Una vez establecido el marco temporal, se entiende que la cita se introduce de acuerdo con otro momento de enunciación. En el ejemplo expuesto, ese tú genérico le permite al emisor adelantarse a los acontecimientos y hacer suposiciones sobre la respuesta de su oyente.
En los apartados anteriores se ha adelantado que el hablante es capaz de representar distintos personajes y de atribuir palabras a voces que pueden ser distintas a la suya. Con el objetivo de prestar atención a este último aspecto, se ha observado la forma en la que representa a los enunciadores cuando emplea una cita directa. En este punto se ha distinguido entre enunciados emitidos por sí mismo (autocitación) o por otros (heterocitación) que dan lugar a “espectáculos mínimos sobre acciones cotidianas” (Camargo Fernández 2007: 50).
Los casos obtenidos muestran una predilección a favor de la autocitación (181 ocurrencias) en detrimento de la heterocitación (123 casos), lo que podría indicar que, a pesar de que existe la posibilidad de representar otras voces, resulta más fácil para los entrevistados hacer referencia a palabras y pensamientos propios. Estos resultados también podrían estar relacionados con el hecho de que las entrevistas del PRESEEA se centran sobre todo en las anécdotas de vida de los entrevistados.
A pesar de lo mencionado, cuando el discurso directo representa un acto de habla, la diferenciación establecida no altera la forma de presentar el enunciado, es decir, las palabras de uno mismo (53) se muestran con la misma validez que las de otros (54). Por este motivo, no resulta extraño encontrar casos como (55), en los que la cita directa se atribuye a varios enunciadores no necesariamente especificados en la historia que narra el hablante. Su empleo parece estar motivado por el deseo de expresar el acuerdo entre estos, que prima frente a la indicación de quién lo pronunció:
(53) yo dije <cita> madre mía/ ¿qué hacemos? </cita> (PAMP_M13_40)
(54) y me dijo <cita> bueno/ venga/ vamos a mirar <ruido= “palmada”/> vamos a ver las cosas <ruido=”palmada”/> </cita> (PAMP_M13_41)
(55) hemos dicho <cita> pues no/ no se arregla </cita> (PAMP_H13_37)
Sin embargo, en las citas directas metafóricas el hablante encuentra límites, pues solo es capaz de acceder a sus propios pensamientos. Por esta razón, cuando representa sus ideas (56) podrá hacerlo con precisión, mientras que, cuando habla sobre otros, la única reflexión posible será de contenido hipotético. En el ejemplo propuesto, se observa, además, que el verbo decir actúa con un valor semántico idéntico al del verbo pensar, ya que, cuando la cita se emplea con función evaluadora, “no admite la presencia de un objeto indirecto con referencia distinta a la del propio hablante” (Camargo Fernández 2005: 245). Puede ser este el motivo por el que, cuando quiera incluir valoraciones en las que participan personas externas, el emisor preferirá la forma colectiva como estrategia para camuflar sus propias valoraciones (57):
(56) pues yo digo <ruido= “chasquido boca”/> prefiero parar/ de estudiar e intentar buscar otra cosa </cita> (PAMP_M13_41)
(57) y nosotros <cita> ¡vaya/ qué pena! </cita> <ruido= “risas”/> (PAMP_M13_41)
Las cuestiones expuestas pueden aplicarse de la misma forma a los casos de diálogos reconstruidos. Cuando se trata de unificar los pequeños fragmentos de relatos para elaborar una historia más compleja —esto es, cuando se recrea una conversación—, el emisor tiende a representar las citas directas de dos formas: las propias suelen amalgamar citas metafóricas y de actos de habla mientras que las ajenas se refieren únicamente a actos de habla, como ocurre en (58):
(58) y me dijo <cita> no digas nada/ tal no sé qué </cita> y yo/ pues/ como una tonta/ fui a A y se lo conté y le dije <cita> tía/ es que no sé qué hacer/ porque claro/ quiero hablar co <alargamiento/>n C/ porque no tiene que decir esas cosas/ pero a la vez mmh tampoco debería hacerlo/ porque claro </cita>/ pero bueno/ le dije <cita> yo ya veré cómo lo hago y tal </cita>/ en plan/ para que <ruido= «chasquido boca»/> al final/ ayudar un poco a C ¿no?/ en plan de decir <cita> no cuentes estas cosas porque no/ no estás haciendo bien </cita> (PAMP_M13_40)
De esta forma, los diálogos se configuran como “una unidad dialogal en la que los turnos representados se corresponden con voces diferentes” (Camargo Fernández 2007: 57) y donde el entrevistado ejerce de forma alternativa el rol de emisor y destinatario a partir de las citas directas introducidas (Gallucci 2021: 359). Se entiende, por tanto, que, en los diálogos reconstruidos que han sido recogidos (38 casos), el número de enunciadores y turnos presentaría, en principio, infinitas posibilidades. No obstante, en lo referente al número de enunciadores existe una mayor presencia de diálogos de dos voces (30 casos encontrados). El mayor número de enunciadores que se ha registrado en un mismo diálogo ha sido de tres (8 casos) y predominan los ejemplos en donde uno de ellos se muestra como colectivo (59), lo cual podría indicar que a los hablantes les resulta complicado, quizás por las propias limitaciones de la memoria humana, introducir una gran variedad de voces cuando emplean el estilo directo:
(59) yo recuerdo que llegamos y dijo el profesor <cita> bueno/ ¿habéis aprobado selectividad? </ cita> y nosotros <cita> sí </cita> y dice <cita> pues entonces/ el primer tema lo damos por dado </cita> <ruido= “golpe mesa”/> y yo me quedé así y dije <cita> me cago en la leche </cita> <ruido=”risas”/> (PAMP_M13_41)
Por otro lado, el número de turnos que más se ha empleado por los entrevistados también es de dos (16 casos), lo cual se relaciona con la naturaleza propia de estos diálogos, que suelen configurarse como secuencias organizadas “en pares de pregunta/respuesta o de aserción/réplica”, tal como afirma Camargo Fernández (2007: 53).
Sin embargo, en las entrevistas se han llegado a registrar diálogos reconstruidos realmente extensos (por ejemplo, uno de 8 y dos de 9 turnos, entre otros). El más largo cuenta con 11 turnos y en él se aprecia claramente cómo el entrevistado anima (Goffman 1974) un intercambio comunicativo que se convierte en todo un relato (60):
(60) eh de repente nos llamaron al timbre <ruido= “chasquido boca”/> y <cita> hola buenos días mira que es que soy el vecino del quinto A tal no sé qué/ quería traerle una caja de bombones/ y quería presentarme/ me llam <palabra_cortada/> </cita> yo no sé ni como/ yo estaba en la cocina escuchándolo y yo <cita> mamá te la van a meter doblada </cita> o sea/ yo dije/ bueno perdón/ <risas=”o sea”/> y bueno yo dije/ o sea/ y <cita> no tal no sé qué</cita> cierra mi madre la puerta y le digo <cita> ¿qué te ha dicho? </cita>/ dice <cita> ¡ay! unos chicos súper majos que nos han traído unos bombones tal no sé qué</cita>/ y yo <cita>mamá ¿qué te han dicho? </cita>/ y me dice <cita> nada que/que nos han dicho que perdón por el otro día de la fiesta tal no sé qué y que querían avisar eh de que iban a venir los padres de </cita> pues no sé si eran de Méjico o de donde sea/eh porque era el cumpleaños de uno de ellos y pues que iba a venir la familia/ pues eso pues a/ a cenar tranquilamente y se quedaba al cumpleaños y <cita> para avisaros de pues si hacemos un poquito de ruido pero que no se alargará que no os preocupéis tal no sé que </ cita>/ llega la noche/ yo pues me había ido por ahí eh total/ pero volví a casa pues imagínate a las once de la noche/ y le <ruido= “risa”/> llego al descansillo ¡un ruido!/ ¡una gente!/ o sea había de todo/ esto ya fuera de pandemia lógicamente/ abro la puerta le veo a mi madre así <ruido= “respiración”/> me dice <cita>¡mira!¡mira! </cita> y yo <cita> mamá te lo dije </cita>/ o sea/ pero es que a las cero cero se pusieron a cantar <cita> ¡cumpleaños feliz! </cita> <énfasis> a pleno pulmón/ </énfasis> salió/ para que veas el/ la cosa es que salió el vecino <énfasis> del edificio de enfrente </énfasis> al balcón a gritarles que se callasen (PAMP_M13_41)
En este estudio se ha puesto de manifiesto que el estilo directo es un fenómeno al que los jóvenes entrevistados recurren con frecuencia cuando se trata de representar pensamientos y voces como parte de una narración. Igualmente, ha quedado en evidencia que los individuos son capaces de modificar su discurso para introducir una historia con un tiempo, espacio y protagonistas concretos, así como de situarse discursivamente a sí mismos en los relatos que (re)producen, lo que implica la proyección de su imagen y la consecuente construcción de identidad asociada a esta última.
Al introducir nuevas categorías de análisis enfocadas en el valor de la cita directa como estrategia narrativa, esta investigación constituye, igualmente, una ampliación conceptual del fenómeno objeto de estudio. Por un lado, ha permitido aportar resultados concernientes a la diversidad de estrategias empleadas para introducir la cita directa, donde queda manifiesta una clara predilección por los verbos dicendi, de la que ya se ha dado cuenta en otras investigaciones recientes (Borreguero Zuloaga 2002, Camargo 2022, Mihatsch et alii 2022), así como el surgimiento de nuevas formas que podrían ser relevantes para el estudio del discurso referido en el habla juvenil, como es el caso de la locución a lo como marco introductor de cita.
Por otra parte, el estudio revela la existencia de distintas formas de seleccionar y presentar el contenido de la cita de acuerdo con los intereses de los hablantes, quienes han mostrado una preferencia por las citas de actos de habla frente a las metafóricas, quizá debido a que el discurso directo ofrece, principalmente, la capacidad de revivir y dramatizar acontecimientos ocurridos en otros contextos.
Además, los resultados muestran que los cambios deícticos en la presentación de las citas directas, habitualmente ignorados en los estudios sobre el estilo directo en el español hablado y en los tratados gramaticales, son fundamentales para la construcción del relato. Mediante los cambios deícticos que tienen lugar en el marco y en el contenido citado, el narrador puede adoptar y otorgar a otros individuos distintos papeles, así como desplazarse en un espacio y tiempo diferentes. Respecto a la deixis temporal, los entrevistados han mostrado predilección por las citas de actos de habla cuando el marco se establece en el pasado, mientras que las citas metafóricas han sido más numerosas en situaciones referidas al presente y al futuro.
Finalmente, se observa que la representación de distintas voces y turnos se ve favorecida por la oralidad y por las propias características de la entrevista sociolingüística (Gallucci 2024). En las muestras analizadas abundan las estructuras con diálogos de dos enunciadores y dos turnos, aunque, en ocasiones, estos últimos se extienden para desarrollar tramas más complejas.
A la par de todo lo anterior, los materiales de estudio que se han incluido en esta investigación son inéditos y suponen el comienzo de lo que pretende ser, de la mano del PRESEEA, el primer proyecto sociolingüístico sincrónico representativo del habla de Pamplona. No obstante, al tratarse de muestras en proceso de recopilación, no se ha podido ofrecer, de momento, un estudio cuantitativo que permita contrastar los datos con análisis previos de otras variedades del español o hacer generalizaciones sobre el uso de la cita directa en los jóvenes de esta comunidad de habla. La ampliación de las muestras de estudio del corpus PRESEEA-Pamplona permitirá desarrollar investigaciones futuras sobre el habla de la ciudad en general y sobre el fenómeno del estilo directo en particular que completarán la propuesta de análisis aquí expuesta.
Este trabajo se adscribe al Grupo de Investigación sobre Oralidad (UNoral) de la Universidad de Navarra y cuenta con el apoyo de la Red Temática sobre comunicación conflictiva y mediación: interacción, vínculos relacionales y cohesión social (CoCoMInt; ref. RED2022-134123-T) financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Agradecemos a los evaluadores de la revista sus comentarios sobre la versión preliminar de este artículo.
Las dos autoras comparten por igual todos los criterios CREDiT relevantes. La aportación realizada por cada una de las autoras al artículo son las siguientes: Nadia Aldunate Martín: Investigación, Concepción y dise¬ño, Recogida y Curación de datos, Investigación, Conceptualización, Metodología, Análisis e interpretación de los datos, Redacción del borrador original y edición del texto final. María José Gallucci: Investigación, Conceptualización, Metodología, Análisis e interpretación de los datos, Redacción del borrador original y revisión del texto final.
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