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ARTÍCULOS

Los ciudadanos costarricenses y sus representaciones actitudinales de los eventos y procesos transcurridos durante las elecciones presidenciales 2018

Marco A. Arroyo-Mata
Universidad de Costa Rica, Costa Rica Email ORCID iD
Gabriela Cruz Volio
Universidad de Costa Rica, Costa Rica Email ORCID iD
Adrián Vergara Heidke
Universidad de Costa Rica, Costa Rica Email ORCID iD
Enviado: 07/06/2022 • Aceptado: 25/10/2022 • Publicado: 05/05/2025

Resumen: El estudio de la actitud del hablante hacia una entidad o proposición puede revelar su sistema de valores y el de sus comunidades. En el contexto electoral 2018, el lenguaje evaluativo puede ofrecer una ventana para entender el perfil del ciudadano costarricense, sus creencias, posiciones y motivaciones. Esta investigación analiza las representaciones actitudinales ciudadanas sobre los procesos y eventos que conformaron la campaña electoral 2018 a partir de entrevistas realizadas a lo largo del país. En el muestreo, se incluyeron a hombres y mujeres de diferentes zonas geográficas, edades, niveles educativos y afiliaciones políticas. Utilizando las categorías lingüísticas del sistema de actitud de la teoría de la valoración, se analizaron los enunciados evaluativos sobre los elementos constituyentes del proceso electoral, incluyendo el entorno político, los partidos tradicionales, la campaña electoral actual y las anteriores, los debates, los días de votación y los resultados de ambas rondas electorales. Se identificaron actitudes mayoritariamente negativas hacia el ámbito político. Sobre los procesos y eventos transcurridos, se evidencia una alta intensificación actitudinal en las percepciones de los votantes, las cuales son proporcionales al éxito de su candidato de preferencia. Los espacios políticos son bien recibidos por la mayoría de ciudadanos; no obstante, critican fuertemente cómo fueron aprovechados por los medios de comunicación y candidatos presidenciales. Se concluye que, en un escenario altamente polarizado, lo que unió a los ciudadanos fueron sus malestares hacia el proceso electoral 2018.

Palabras clave: discurso; lenguaje evaluativo; lingüística sistémico-funcional; afiliación política

Costa Rican citizens and their attitudinal representations of the events and processes elapsed during the 2018 Presidential Elections

Abstract: The study of the speaker's attitude towards an entity or proposition can reveal their value system and their communities'. In the 2018 electoral context, linguistic evaluation can offer a window to understand the profile of the Costa Rican citizen, their beliefs, positions and motivations. This research analyzes the citizen attitudinal representations about the processes and events that shaped the electoral campaign from interviews conducted throughout the country. In the sampling, we included men and women from different geographical areas, ages, educational levels and political affiliations. Using the linguistic categories of the appraisal theory's attitude system, we assessed the evaluative statements about the constitutive elements of the electoral process, including the political environment, the traditional parties, the current and previous electoral campaigns, the debates, election days, and the results of both rounds. We identified mostly negative attitudes towards the political environment. Regarding the processes and events that had taken place, a high attitudinal intensification in voters' perceptions is evidenced, which is proportional to the success of their candidate of preference. Political spaces are well received by most citizens; however, they strongly criticize how they were used by the media and presidential candidates. It is concluded that, in a highly polarized scenario, what united citizens was their discomfort towards the 2018 electoral process.

Keywords: discourse; evaluative language; systemic functional linguistics; political affiliation

índice: 1. Introducción. 2. Trasfondo contextual: elecciones 2018. 3. Estudios anteriores. 4. La entrevista como género discursivo. 5. La teoría de la valoración. 5.1. El sistema de actitud: afecto y juicio. 5.2. Reelaboración del subsistema de apreciación. 6. Aspectos metodológicos. 6.1. Confección de las entrevistas y muestreo. 6.2. Etiquetado y codificación de respuestas. 7. Análisis discursivo. 7.1. Percepciones sobre "lo político". 7.2. Percepciones de las diferentes campañas electorales. 7.3. Percepciones de los días de votación en ambas rondas electorales. 7.4. Percepciones de otros eventos y procesos asociados con las elecciones. 8. Conclusiones. Agradecimientos. Contribución de autoría CREdIT. Referencias bibliográficas

Cómo citar: Arroyo-Mata, M. A.; Cruz Volio, G.; Vergara Heidke, A. (2025). Los ciudadanos costarricenses y sus representaciones actitudinales de los eventos y procesos transcurridos durante las elecciones presidenciales 2018. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación, 102, 199-214. https://doi.org/10.5209/clac.82425

1. Introducción

La evaluación es la expresión de la actitud, postura o sentimientos del hablante hacia una entidad o proposición que se representa como un tópico u objetivo (Benamara, Taboada, & Mathieu, 2017). Además de permitirle expresar la opinión al hablante o locutor, refleja su sistema de valores y el de su comunidad (Thompson & Hunston, 2000). Se ha considerado que la evaluación puede realizarse monomodal o multimodalmente, de forma congruente o metafórica y de manera inscrita o evocada (Alba-Juez & Thompson, 2014). Por lo tanto, si se quisieran identificar los recursos evaluativos en un discurso, deben revisarse sus elementos constitutivos: el léxico, la gramática y el texto.

En Costa Rica, un país cuyo panorama electoral ha estado determinado por su volatilidad, polarización, abstencionismo, insatisfacción con la política, distanciamiento de los partidos políticos, malestar ciudadano, apatía y debilidad con respecto a las lealtades partidarias (Raventós, Fournier, Fernández, & Alfaro, 2013; Pignataro & Cascante, 2018), el análisis de la configuración lingüística de los afectos posibilita una mejor comprensión de las actitudes, creencias, posiciones y motivaciones de la ciudadanía costarricense en el proceso electoral 2018. Así, en esta investigación se analizan las representaciones actitudinales ciudadanas de los procesos y eventos que conformaron la campaña electoral 2018. Adicionalmente, se determina si estas representaciones variaron de acuerdo con las afiliaciones políticas de los ciudadanos durante la segunda ronda electoral, un período de fuerte polarización. Se consideró como proceso electoral cualquier evento, acto o actividad que se realizara, tuviera gran importancia o se asociara con la campaña 2018. Esto incluye los días de campaña y propaganda, los días de votación e incluso el período de publicación de resultados electorales.

2. Trasfondo contextual: elecciones costarricenses 2018

La contienda electoral costarricense 2018 puede caracterizarse por una gran apatía e indecisión inicial que se transformó en alta volatilidad y polarización al hacerse público el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el 9 de enero del 2018, que ordenó a todos sus países miembros habilitar la figura del matrimonio entre personas del mismo sexo en su sistema jurídico (Murillo, 2018a). Esto produjo en un número significativo de ciudadanos un llamado “shock religioso”, caracterizado por la exacerbación de la defensa de los “valores cristianos” y el endurecimiento del conservadurismo religioso (Murillo, 2018a; Murillo, 2018b). Su impacto político principal fue el incremento significativo de apoyo en las encuestas a Fabricio Alvarado, candidato ultraconservador del partido Restauración Nacional (PRN) (Murillo, 2018a). Como respuesta a esto, el candidato del partido oficialista Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado, decidió hacer un contrapeso al apropiarse del discurso progresista, dando completo respaldo al fallo de la CIDH (Murillo, 2018b).

En la primera ronda, Fabricio Alvarado terminó en primer lugar con el 25 % de votos, seguido por Carlos Alvarado (Murillo, 2018e). Esto evidenció la consolidación del movimiento cristiano ultraconservador y el desmoronamiento del sistema de partidos tradicionales (Murillo 2018c; Murillo, 2018d). Para la segunda ronda, Carlos Alvarado enfocó su campaña en mostrarse más preparado, con mayor equipo, un partido mejor armado, además de distanciarse del gobierno saliente (Murillo, 2018f). Por su parte, Fabricio Alvarado fue acusado de mezclar la política con la religión (Valverde, 2018) y estuvo envuelto en controversia debido a las declaraciones hechas por su “padre espiritual” en contra de la Virgen de los Ángeles (Murillo, 2018g). Llegado el día de votación, el oficialista fue electo con el 60 % de los votos, lo cual demostró que la continuidad del gobierno del PAC fue vista como un mal menor a la amenaza del fanatismo religioso de Fabricio Alvarado (Murillo, 2018h).

3. Estudios anteriores

En esta sección se incluyen investigaciones que estudian el lenguaje evaluativo desde perspectivas teóricas variadas, en las cuales se encontraron algunas coincidencias y diferencias con la dirección teórica de este trabajo. Primeramente, resalta la investigación de A’Beckett (2009), que utiliza la teoría de la valoración para analizar cómo se construyen lingüísticamente las percepciones negativas de los ucranianos en los medios rusos. El trabajo se complementó con las teorías sobre la metáfora conceptual, las alusiones y las metáforas intertextuales. Se estableció que las evaluaciones positivas son escasas y encubiertas por las valoraciones más negativas. No obstante, el lenguaje utilizado no es extremadamente negativo, al preferirse utilizar recursos figurativos e insinuaciones para amortiguar su impacto. Por ejemplo, los actores físicos (particularmente ucranianos) se representan mediante sustantivos generalizados y abstractos, de modo que resulta más difícil sentir empatía por ellos.

Similarmente, el trabajo de Oteíza y Pinuer (2012a) analizó, con el sistema de valoración, la representación simbólica del tiempo durante el gobierno de Salvador Allende en dos libros de enseñanza de historia chilenos muy conocidos. Predominó el empleo de apreciaciones y afectos negativos en la representación valorativa simbólica. Esta acumulación de evaluaciones negativas hace que se conciba este período como uno de crisis incontrolable, mientras que los elementos positivos quedan completamente ignorados.

Por su parte, Ademilokun (2016) examina el lenguaje evaluativo y los recursos valorativos en cuatro discursos de derrota después de las elecciones gubernamentales del período 2014-2015 en el suroeste nigeriano. Su objetivo fue ver cómo los políticos utilizan el lenguaje para construir actitudes y posturas. El autor establece que el afecto fue utilizado para crear o profundizar lazos con el electorado completo, haya o no haya votado por ellos. Por otro lado, los juicios positivos se emplearon con el fin de lograr armonía y unión a pesar de la derrota en las elecciones. Por tanto, se concluye que los discursos de derrota reflejan madurez y una actitud positiva ante las circunstancias negativas.

Finalmente, debe mencionarse el estudio de Molina Valverde y Tretti Beckles (2021), que utilizó el sistema de valoración para determinar cómo los ciudadanos evalúan los actores políticos involucrados en el proceso electoral costarricense 2018 y cómo representan a Costa Rica en relación con su pasado, presente y futuro. Se concluyó que prevalecieron las evaluaciones actitudinales de juicio negativo hacia los candidatos presidenciales (apelando a su capacidad o incapacidad para gobernar) y de apreciación negativa hacia Costa Rica (por su corrupción). Todos los trabajos anteriores ejemplifican las posibilidades y la versatilidad que el estudio de la evaluación lingüística y la aplicación del modelo de valoración ofrecen para las investigaciones políticas.

4. La entrevista como género discursivo

En este trabajo, ‘discurso’ se va a entender como una forma de práctica social que puede representarse mediante el lenguaje oral, escrito y otras modalidades semióticas (Fairclough, 1993). La entrevista, como género discursivo, busca representar una versión de la realidad: no hay un interés por encontrar la veracidad o representar las cosas “como realmente son”, únicamente se puede conocer cómo los entrevistados se presentan y se entienden a sí mismos en ese contexto particular (Cruickshank, 2012). Ellos producen una versión del mundo que representa entidades abstractas e ideales de diversas maneras. Las intenciones y actitudes que constituyen los enunciados construidos por un entrevistado no producen ideas comprobables del estado del mundo fuera del contexto discursivo, solo desarrollan la subjetividad o la realidad representada (Cruickshank, 2012). Por tanto, los significados producidos tampoco son resultado de referencias internas o externas directas, ni son descripciones de procesos, eventos mentales o comportamientos reales (Talja, 1999).

Al trabajar con entrevistas, también debe considerarse que, en las interacciones, los hablantes adaptan sus modos comunicativos de manera deliberada o inconsciente, según el contexto e interlocutor (Dragojevic, Gasiorek, & Giles, 2016). Esto incluye cambios en el volumen, tono y sintaxis de los participantes, ya que estos van ajustando su comportamiento de acuerdo con las características comunicativas de sus interlocutores y su deseo de establecer y mantener una identidad personal y social positiva (Dragojevic et al., 2016). Las evaluaciones y atribuciones que hace el hablante de la interacción y sus participantes afectan la calidad y naturaleza de la relación comunicativa (Dragojevic et al., 2016).

5. La teoría de la valoración

Esta teoría plantea un sistema semántico interpersonal, diseñado por Martin y White (2005), que organiza y engendra los significados valorativos. Específicamente, se concibe como una herramienta para examinar la expresión de la subjetividad e intersubjetividad en el discurso (Oteíza & Pinuer, 2012b). Incluye todo el conjunto de recursos utilizados para negociar emociones, juicios y apreciaciones, así como las herramientas empleadas para amplificar y comprometerse con esas evaluaciones (Benamara, Taboada & Mathieu, 2017). El modelo de valoración proporciona un marco para explorar el modo y los fines retóricos con los que se adopta una postura actitudinal, un posicionamiento dialógico y un posicionamiento intertextual (Kaplan, 2004). En especial, la postura actitudinal se vincula con los significados que muestran valoraciones positivas o negativas sobre distintas entidades (Kaplan, 2004).

El marco de trabajo de la teoría de la valoración tiene como objetivo proporcionar una sistematización teórica y descriptiva exhaustiva de los recursos lingüísticos utilizados para construir el valor de la experiencia social y lograr un entendimiento de la mayoría de los patrones en que se expresa el significado interpersonal, más allá de las manifestaciones explícitas de emocionalidad (Oteíza, 2017; Oteíza & Pinuer, 2019). Así, la teoría se ocupa de la expresión lingüística de la actitud, los significados que hacen variar los términos de compromiso del hablante con sus enunciados y las alianzas que establece con receptores que comparten su punto de vista o la distancia que crea con los que difiere de postura (Kaplan, 2004).

Para lograr sus objetivos, la teoría de la valoración está segmentada en tres dominios interactivos: actitud, compromiso y gradación. La actitud se enfoca en los sentimientos, incluyendo reacciones emocionales, juicios de comportamiento y evaluación de objetos (Martin & White, 2005). Por su parte, el compromiso estudia el juego de voces alrededor de opiniones expresadas en el discurso. Por último, la gradación tiene que ver con la intensificación o disminución de la fuerza de los enunciados y con el grado de especificidad o generalidad con que se representan los actores, eventos y circunstancias. Debido a los objetivos de este artículo, a continuación, solo se explica el dominio de la actitud.

5.1. El sistema de actitud: afecto y juicio

Como se mencionó antes, aquí se incluyen todos los significados que atribuyen un valor o una evaluación intersubjetiva a participantes o procesos, desde respuestas emocionales hasta sistemas de valores culturalmente determinados (Kaplan, 2004). Todo enunciado actitudinal transmite una evaluación positiva o negativa que puede interpretarse como una invitación al interlocutor a hacer sus propias evaluaciones (Kaplan, 2004). Estos significados son graduables, lo que implica que pueden intensificarse y compararse (Martin & White, 2005).

El sistema se divide en tres regiones semánticas que conciernen a las emociones (afecto), la ética (juicio) y la estética (apreciación). La emoción está en su esencia en todos estos subsistemas; no obstante, el juicio y la apreciación se encuentran institucionalizados o son determinados a partir de los valores compartidos por una comunidad. Mientras que el juicio incluye todas las emociones asociadas al comportamiento humano, la apreciación enmarca los sentimientos atribuidos al valor de las cosas (Martin & White, 2005).

Específicamente, el afecto construye la evaluación en términos del evaluador experimentando una reacción dirigida o estimulada por una entidad (Thompson & Hunston, 2006), por lo que analiza los medios que utiliza el locutor para evaluar positiva o negativamente entidades, acontecimientos o la situación del texto y los recursos que construyen las reacciones emocionales (Martin & White, 2005; Oteíza, 2017). Este subsistema se divide en tres grandes categorías: (in)felicidad, (in)seguridad e (in) satisfacción.

La (in)felicidad engloba los “asuntos del corazón” y todos los estados de ánimo relacionados con estar feliz o triste y la posibilidad de dirigirlos hacia una entidad, expresando gusto o disgusto (Martin & White, 2005). La (in)seguridad cubre emociones asociadas con el bien ecosocial, la paz o ansiedad en el ambiente, incluyendo las personas con las que se comparte el espacio (Martin & White, 2005). La (in)satisfacción comprende las emociones relacionadas con la búsqueda de metas, sentimientos de éxito y frustración en relación con las actividades en las que uno se involucra como espectador y participante (Martin & White, 2005).

Por su parte, el juicio se interesa en los recursos encargados de evaluar el comportamiento de acuerdo con las principales normativas: a quiénes se admira, elogia, condena o las actitudes de las personas y formas en que se comportan (Martin & White, 2005). Se puede conceptualizar en dos niveles distintos: estima y sanción social. El primero incluye comportamientos admirados o criticados que son generalmente vigilados en la cultura oral mediante conversaciones, chismes y chistes (Martin & White, 2005; Oteíza & Pinuer, 2019). Se puede manifestar de tres formas: cuán normal o especial es una persona (normalidad), cuán competente es (capacidad) y cuán resuelta, decidida o independiente es (tenacidad) (Martin & White, 2005; Oteíza & Pinuer, 2019).

Los juicios de sanción social incluyen los comportamientos que son aprobados o sufren de una condena (Martin & White, 2005; Oteíza & Pinuer, 2019). Estos se pueden observar de dos maneras: cuán honesto (veracidad) y cuán ético es alguien o cuán irreprochable es su conducta (integridad moral) (Martin & White, 2005; Oteíza & Pinuer, 2019). Al igual que el subsistema de afecto, estos juicios tienen una polaridad positiva o negativa, rasgos que admiramos o criticamos en otros (Martin y White 2005).

5.2. Reelaboración del subsistema de apreciación

Incluye todas las evaluaciones de productos, procesos, actuaciones y otros fenómenos naturales y semióticos que se institucionalizan como positivas y negativas (Kaplan, 2004; Thompson & Hunston, 2006). En otras palabras, revisa los recursos utilizados para construir el valor de artefactos, textos, constructos abstractos, como planes y políticas, fenómenos naturales y actividades (Martin & White, 2005). Las personas también pueden evaluarse desde la apreciación, únicamente cuando son percibidas como entidades y no participantes con conductas particulares (Kaplan, 2004).

Las categorías de análisis originales planteadas por Martin y White (2005) para este subsistema resultan difíciles de aplicar en un corpus de trabajo que involucra procesos, eventos y situaciones históricas, los cuales no siempre son evaluados desde sentimientos y emociones. Además, al aplicarse originalmente en inglés, es insuficiente para explicar otras lenguas y zonas de significación. Por esa razón, con el espíritu de validar y enriquecer el modelo original, se optó por emplear el marco de análisis de apreciación planteado por Oteíza y Pinuer (2012b), creado con el fin de analizar la valoración en este tipo de contextos. Las nuevas categorías permiten explicar las maneras en que se legitiman y deslegitiman eventos, procesos y situaciones en el discurso que no responden a objetos semióticos ni a fenómenos naturales (Oteíza & Pinuer, 2019).

De acuerdo con este planteamiento, los procesos y eventos se pueden valorar desde las categorías de impacto, integridad, poder y conflictividad. Este último consiste en “la manifestación discursiva más o menos inscrita o evocada de las relaciones de poder en un momento histórico más o menos definido temporalmente al interior de una sociedad o entre comunidades sociales” (Oteíza & Pinuer, 2019, p. 429). Se manifiesta como tensión, oposición o contradicción de valores y relaciones sociales sobre liderazgos políticos y económicos, expresados con diferente grado de radicalidad o violencia (Oteíza & Pinuer, 2019).

En segundo lugar, el ‘poder’ se asocia con los grupos o élites dominantes y las (im)posibilidades de todos los ciudadanos de acceder a los discursos dominantes de la sociedad (Oteíza y Pinuer 2012b). Aquí se representan eventos o procesos en los que se muestra el ejercicio del poder desde posiciones dominantes o de resistencia en contextos de desigualdad social (Oteíza & Pinuer 2019). Debido a la naturaleza de estas categorías, para el presente artículo, se determinó que la conflictividad y el poder pueden reflejarse en un discurso con un gradiente de polaridad mayor o menor. Esto se debe a que una sociedad nunca carece de relaciones de ‘poder’ o ‘conflictos’: sus dinámicas, intensidades a lo largo del tiempo y la manera en que estos procesos son valorados sí cambian. Por ejemplo, algunos períodos se perciben más conflictivos y son valorados de esa manera en comparación con otros.

Por otro lado, la integridad alude a valoraciones de naturaleza moral o legal: es similar a los juicios de integridad moral, solamente que estos se emiten sobre procesos y eventos históricos, sociales y culturales (Oteíza & Pinuer, 2019). Por su parte, el impacto recoge la importancia y relevancia que se le atribuye implícita o explícitamente a eventos, situaciones o procesos históricos, sociales y culturales en el discurso (Oteíza & Pinuer, 2019). Bajo nuestro criterio personal, a los niveles de integridad e impacto se les puede atribuir una polaridad positiva y negativa, ya que son más cercanos a las categorías originales de Martin y White (2005). Esto quiere decir que, como las categorías antes mencionadas, a los procesos y eventos se les puede atribuir discursivamente valores positivos o negativos, específicamente al evaluar su integridad e impacto.

6. Aspectos metodológicos

6.1. Confección de las entrevistas y muestreo

En el marco del proyecto de investigación llamado “Malestares, conflicto y contención: discursos de la ‘comunidad nacional’ sobre la democracia en el proceso electoral 2018”, inscrito en el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, se aplicó una serie de entrevistas en las siete provincias de Costa Rica (Valverde Vargas, 2021). Estas fueron dirigidas, de manera aleatoria, a ciudadanos y ciudadanas costarricenses —con elegibilidad para votar, de diferentes niveles educativos y edades— en los meses de abril y mayo del 2018.

En total, para este artículo, se utilizaron 132 entrevistas provenientes de las siete provincias del país. Todas se grabaron y codificaron en ortografía estándar empleando los signos de la propuesta del sistema de transcripción del Grupo Val.Es.Co., ya que contempla las entonaciones, pausas, solapamientos y pronunciación enfática (Briz et al., 2002). La distribución de entrevistados, según su afiliación política en la segunda ronda, se resume en la Tabla 1.

Tabla 1. Distribución de participantes entrevistados de acuerdo con su afiliación política
Provincia Votantes PAC Votantes PRN Abstencionistas
San José 28 2 8
Alajuela 11 5 2
Cartago 8 2 0
Heredia 4 1 2
Guanacaste 7 0 1
Puntarenas 13 10 6
Limón 11 5 6
TOTAL 82 25 25

El instrumento diseñado para las entrevistas se dividió en seis secciones, según el tema de las preguntas (Valverde Vargas, 2021). En la primera sección, se realizaron preguntas sobre las características sociodemográficas del participante (edad, sexo, nivel educativo, área de trabajo, tiempo vivido en la comunidad). Las preguntas de la segunda sección versaron sobre los lazos de la persona entrevistada con la comunidad (participación, relación con los vecinos, conocimiento de líderes o asociaciones de desarrollo y su valoración general del lugar). En la tercera sección, se incluyeron preguntas específicas sobre las valoraciones positivas y negativas de la comunidad y los problemas de la zona. Luego, en la cuarta sección se indagó sobre los problemas nacionales y sus efectos. Seguidamente, en la quinta sección se preguntó sobre el ambiente electoral de 2018, la reacción del participante ante el proceso y sus resultados, su percepción de la campaña y su comportamiento, así como las diferencias con respecto a la campaña anterior en el 2014.

6.2. Etiquetado y codificación de respuestas

Las transcripciones se agruparon según el comportamiento electoral de los participantes en la segunda ronda (Tabla 1) y luego se procesaron con el programa de análisis cualitativo Atlas.ti 7 (2015). Para el análisis, se seleccionaron los enunciados emitidos por el participante que presentaran elementos lingüísticos afines con el sistema de actitud, para lo cual cada enunciado se codificó según el subsistema de afecto, juicio y apreciación. Luego, se indicó la categoría correspondiente a cada subsistema (afecto: felicidad, seguridad, satisfacción; juicio: estima social, sanción social; apreciación: integridad, impacto, conflictividad, poder) y se marcó la polaridad del enunciado. Asimismo, en cada caso se especificó el objetivo evaluativo o la persona, entidad, grupo o proceso evaluado lingüísticamente.

Al concluir la codificación cualitativa, los enunciados etiquetados fueron extraídos en documentos separados según la afiliación política de los participantes (PAC, PRN, Abstencionismo), para posteriormente ser analizados con el programa de análisis MAXQDA 2020 (2019). Los fragmentos producto de este proceso se extrajeron y fueron empleados para el análisis discursivo presentado a continuación.

7. Análisis discursivo

En total, se identificaron nueve objetivos evaluativos relacionados con procesos o eventos transcurridos durante las elecciones 2018. Seguidamente, se analizan en detalle las representaciones actitudinales encontradas en cada uno de ellos, según la afiliación política de las personas participantes.

7.1. Percepciones sobre “lo político”

Antes de analizar los elementos constitutivos del proceso electoral 2018, consideramos importante investigar las percepciones generales que tienen los ciudadanos sobre lo que llaman “política”. Este concepto puede entenderse desde dos vertientes: el entorno político, o el espacio donde se hace política y se desempeñan los políticos, y los partidos que históricamente se asocian con el antiguo bipartidismo y se consideran los representantes principales de la “política tradicional”. En la Figura 1, se comparan las actitudes asociadas con estos dos objetivos evaluativos según la afiliación política de los participantes.

Figura 1. Distribución proporcional de las actitudes identificadas sobre “lo político” según la afiliación política

Sobre el entorno político, únicamente se encontraron evaluaciones negativas sin importar la afiliación política del participante. En el caso del grupo PAC, más del 75 % de las evaluaciones fueron afectos negativos, mientras que el resto correspondió a apreciaciones negativas (Figura 1A, Tabla 2). La mayoría de estos afectos corresponden a insatisfacciones representadas como apatía, malestar, desinterés y repugnancia. Las valoraciones negativas persisten en el grupo PRN, en el cual resalta el enunciado (1a) que encarna la insatisfacción como desinterés. También llama la atención el uso del nosotros inclusivo (él y todos los costarricenses) como un mecanismo para dar más peso a las evaluaciones: no es solo su opinión personal, es un sentimiento que se comparte con muchos otros.

Asimismo, se observa una proporción similar de afectos y apreciaciones negativas en el grupo de abstencionistas (Figura 1A). Como en los otros, el afecto dominante es la insatisfacción, seguido por la infelicidad. Por ejemplo, el enunciado (1b) evoca la infelicidad colectiva: no es solo el entrevistado quien está “ahuevado” (bajo de ánimos), es la gente en general. Este afecto se complementa con muestras de insatisfacción (“todo es lo mismo”). Concluye con una apreciación negativa que cuestiona la integridad de “lo político”: es la “misma carajada”, una connotación despectiva.

En cuanto a los partidos tradicionales, los votantes PAC realizan principalmente evaluaciones negativas: más de la mitad corresponden a afectos negativos, seguidos por apreciaciones negativas. En la Tabla 2, se observa el uso recurrente de la insatisfacción hacia los partidos políticos, representada como desilusión por lo que ofrecen, completa apatía y una gran desconfianza. Asimismo, se encontraron instancias que evaluaron a los partidos políticos por sus miembros, y no como un colectivo más abstracto, mediante juicios de estima social negativa.

Esto último también se presenta ocasionalmente en el grupo PRN. Por lo demás, predominaron los afectos negativos (más de la mitad), seguido de las apreciaciones negativas. A diferencia del primer grupo, aquí no se presenta ni una sola evaluación positiva, lo cual es consecuente con el perfil de estos votantes: muchos buscaban algún tipo de cambio a la conformación del Poder Ejecutivo, en parte por la insatisfacción combinada hacia la clase política y los partidos tradicionales.

Del mismo modo, puede ser un reflejo de su estado afectivo después de perder una elección tan contenciosa, particularmente en (1c), donde se generaliza con una apreciación de integridad negativa que hay “corrupción” en todas partes, pero principalmente en el partido tradicional Liberación Nacional. Aquí resalta también el uso del costarriqueñismo “chorizo” para referirse a posibles actos fraudulentos de corrupción cometidos por empleados públicos. Por lo demás, la integridad de los partidos se valora como muerta y decadente (Tabla 2). También predominan las actitudes de insatisfacción (“cansancio”) e inseguridad (“desconfianza”).

Finalmente, con los abstencionistas, más de la mitad de las actitudes fueron afectos negativos, seguidos de apreciaciones negativas, por lo que se continúa la misma tendencia (Figura 1B). Nuevamente, la insatisfacción es el afecto más común, como queda ilustrado en el ejemplo (1d). Aquí los partidos políticos se valoran como una “pérdida de tiempo” y “lo mismo”: instituciones incapaces de producir un cambio en el rumbo del país. Sobre las apreciaciones, resalta el empleo de la categoría de impacto negativo para destacar su irrelevancia o debilidad estructural: “están muertos” o “fueron aplastados” en las elecciones.

  1. (1)

    1. […] no todos estamos interesados en (.) en la política como tal verdad (.) sí en tener un buen presidente y colaborar en lo que se puede (.) para que este país salga adelante (.) pero (.) en la política como tal no (.) no nos llena (.) y yo creo que (.) nos deja la sensación a todos los costarricenses (.) verdad en estos últimos años de votaciones que (.) que no nos llena (.) no nos deja esa satisfacción [LMB10, PRN]

    2. ya la gente está ahuevada de estar viendo eso (.) todo lo mismo todo lo mismo (.) todo lo mismo (-) […] como dijo el borracho (.) las películas de semana santa (.) a lo mismo del año pasado (.) dice el borracho (.) la misma película (.) y esa es la misma carajada [LMB5, Abstención]

    3. […] cuando han habido (-) de ese tipo de problemas de chorizos que hablan aquí (.) hablarlo a lo tico (.) la corrupción más grande ha sido siempre (.) en liberación […] en todos en todos hay corrupción (.) lo que pasa que es que (.) cuando ha estado liberación ha sido peor la cosa [LMB2, PRN]

    4. por lo mismo (.) es perder mi tiempo viendo eso (.) son lo mismo lo mismo lo mismo (.) usted no me entendió que son los mismos de liberación y unidad (.) nada más que cambian el nombre del partido [LMB5, Abstención]

Tabla 2. Evaluaciones negativas sobre “lo político” según la afiliación política
Objetivo evaluativo PAC PRN Abstención
Entorno político

apático — cansado — decepcionado — asqueado

es lo de siempre — lo mismo de

siempre

no me interesa — me da igual — da igual ir a votar

no me llena nada — no me interesa — no le pongo mucha importancia cansado

a la gente le da igual — está escéptica

la misma carajada — una cochinada — una estupidez

Partidos tradicionales

han perdido confianza — credibilidad

desencanto — desilusión — estamos cansados — desmotivado — aburrido — decepcionado no me gustaban — no llenan mis expectativas — me enojé con el partido

desgastado — quebrantado — con deficiencias — quemado disminuido — mal organizado

se ha perdido la confianza

— fe

el pueblo está cansado — no perdona

no me llamó la atención — se ha perdido el interés

tiene debilidades — estaba muerto — en decadencia corruptos

resentimiento

se debilitaron — aplastaron murió

7.2. Percepciones de las diferentes campañas electorales

La distribución proporcional de las evaluaciones sobre las campañas electorales, empleadas por los participantes (de acuerdo con su afiliación política), se detalla en la Figura 2. Sobre la campaña electoral 2018, más de la mitad de las evaluaciones realizadas por el grupo PAC se enmarcaron en el subsistema de apreciación negativa. Acentúan las descripciones de la campaña como “tensa”, “polémica”, “dividida” y “atípica”, enfatizando su integridad, impacto negativos y conflictividad (Tabla 4).

Lo anterior se refleja en el enunciado (2a), clasificado como una apreciación de conflictividad mayor, por describir el ambiente de campaña como “lleno de canibalismo”, es decir, uno donde un bando se “devora” a otro. La locutora también expresa que esa percepción es producto de la confluencia entre política y religión que existió y los “fanatismos” que surgieron, lo cual probablemente produjo más conflicto y menos consenso. Dentro de las apreciaciones positivas, destacan actitudes referentes a su impacto: se considera que fue una campaña tranquila y alegre (Tabla 3). En cuanto al subsistema de afecto, la campaña despertó principalmente emociones de inseguridad e insatisfacción (Tabla 4).

Figura 2. Distribución proporcional de las actitudes identificadas para las diferentes campañas electorales según la afiliación política

Por su parte, cerca del 90 % de las actitudes (más de la mitad como apreciaciones, Figura 2A) sobre la campaña electoral fueron negativas para el grupo PRN. Entre ellas, las apreciaciones de impacto negativo critican la baja afluencia e interés del electorado durante la campaña; las de integridad negativa la representan como alejada de la normalidad y plasmada de prácticas electorales inapropiadas (“campaña sucia”). Los afectos negativos son mayoritariamente de insatisfacción representada como desmotivación y desinterés.

Una tendencia evaluativa similar ocurre en el grupo de los abstencionistas, al presentarse por mayoría absoluta actitudes negativas codificadas como apreciaciones. Sobresale la valoración de la campaña como una actividad de poca importancia y afluencia. En el enunciado (2b), particularmente, se evalúa el proceso como “una perdedera de tiempo”. Es decir, se califica su impacto negativamente al resaltar que es una actividad en la que no vale la pena participar, ya que no tiene un valor real.

Sobre los afectos negativos encontrados, se mencionan evaluaciones que comunican una alta insatisfacción (“no hay que meterse”) e infelicidad, generalmente representada mediante la evocación de un colectivo que se encuentra “ahuevado” de la política nacional y la campaña. Teniendo este panorama claro, se evidencia que las actitudes en los tres grupos son principalmente negativas. A nivel afectivo, predomina la insatisfacción en los grupos del PRN y abstencionistas, mientras que en los votantes PAC domina la inseguridad. A nivel apreciativo, todos los participantes realizan evaluaciones de impacto negativo relacionadas con el ambiente, interés y concurrencia del evento. Asimismo, se cuestiona su integridad, llamándolo “sucio” y “atípico”.

Contrario a la tendencia precedente, las evaluaciones sobre las campañas previas fueron predominantemente positivas. En el grupo PAC, más del 75 % de las actitudes reportadas son apreciaciones positivas; por ejemplo, las de impacto representan las campañas anteriores como grandes espectáculos concurridos por personas. Esto se observa en (2c), que las articulan como una fiesta, enfatizando la cantidad de personas involucradas y los sentimientos generados (“alegría” y “emoción”).

En el grupo PRN, únicamente se encontraron apreciaciones positivas, principalmente de impacto, las cuales resaltan la tranquilidad y el gusto que producían (Tabla 3). Por su parte, cerca del 90 % de las evaluaciones abstencionistas se clasificaron como positivas (Figura 2B), en las cuales las apreciaciones positivas representan las campañas previas como actividades de participación masiva con alcance global; un rasgo del cual careció la campaña reciente. También se presentaron apreciaciones positivas sobre su integridad, como en (2d), donde se comparan positivamente con un partido de fútbol (“un clásico”): los diversos bandos políticos estaban bien establecidos y organizados, contrario al 2018.

  1. (2)

    1. […] nunca se había visto tanto le llama uno común y silvestre tanto canibalismo verdad (.) y sobre todo lo que se dio sobre el asunto de enredar la política con la religión (.) porque hay mucho fanatismo (.) y por ese fanatismo este: la gente se ofendía (.) e hasta no se respetaban los valores [RCFB6, PAC]

    2. […] en la segunda ronda viendo (.) di viendo la publicidad y digamos que se veía y todo (.) yo solo salí y viendo banderas y toda esa vara entonces (.) era una perdedera de tiempo [CQMA10, Abstención]

    3. […] cuando yo empecé a votar era una fiesta verdad era era cosa de que era desde que amanecía hasta que todavía amanecía otro día y la gente enfiestada [RRFB5, PAC]

    4. […] en otros años atrás este (-) e los que mandaban para decir algo así (.) que era como un clásico en esos tiempos (.) era: (.) este la la (.) el rojo y azul (.) la unidad social (.) y verde y blanco [CAMB7, Abstención]

7.3. Percepciones de los días de votación en ambas rondas electorales

Con respecto al día de votación de la primera ronda electoral, el grupo PAC evaluó el evento principalmente con apreciaciones negativas por el desinterés general de la ciudadanía y su poca afluencia (Figura 3A). No obstante, otros participantes lo valoraron en términos completamente opuestos, destacando la concurrencia de personas y los sentimientos positivos que la actividad inspiraba (Tabla 3). Debe aclararse que el adjetivo “tranquilo” es utilizado tanto para realizar evaluaciones positivas como negativas. Su naturaleza valorativa fue determinada mediante el contexto; por ejemplo, es positivo cuando se resalta lo pacífico y poco conflictivo que fue el proceso. En cambio, es negativo cuando se enfatiza lo vacío y poco transitado que estuvo el ambiente general.

Figura 3. Distribución proporcional de las actitudes identificadas para los días de votación del proceso electoral 2018 según la afiliación política

En segundo lugar, se detectaron pocas evaluaciones de afecto negativas como las del enunciado (3a), en el que la entrevistada evoca la infelicidad percibida en los votantes durante el día de la primera ronda. En esta construcción evaluativa, la participante atribuye este sentir a un colectivo (“la gente”) con el que se alinea. De este modo, legitima sus actitudes personales sobre el día de la primera ronda al presentarlas como evaluaciones de muchos (“una mayoría”) y no solo suyas.

En cambio, para los participantes PRN, más de la mitad de las evaluaciones identificadas fueron apreciaciones positivas. La mayoría valoraron el día como “bonito” (Tabla 3) y destacaron un ambiente plasmado de sentimientos positivos, como ocurre en el enunciado (3b), donde se utilizan actitudes apreciativas de impacto positivo para describir la primera ronda electoral. A pesar de que esta es la tendencia mayoritaria en el grupo, también se encontraron algunas evaluaciones negativas. Como en el grupo PAC, estas tienden a enfocarse en el ambiente, aludiendo al poco tránsito de personas en los espacios públicos. Por último, contrario a lo esperado, en los abstencionistas también predominan las apreciaciones positivas (cerca del 75 %) y algunos afectos positivos. Así como en los otros grupos, abundan las evaluaciones sobre el impacto de la actividad electoral, destacando su constitución general (“bonita”) y composición (“movido”) (Tabla 3).

Sobre el día de votación de la segunda ronda, en el grupo PAC se observó una proporción similar de evaluaciones positivas y negativas (Figura 3B). Cerca del 25 % fueron apreciaciones positivas, particularmente sobre la integridad logística de las actividades, el impacto del evento y su concurrencia (Tabla 3). En las apreciaciones negativas, se resalta el bajo movimiento de personas a lo largo del día.

Al analizar las actitudes afectivas, se presentan más enunciados negativos que positivos. En la Tabla 4, puede observarse que el sentimiento dominante es la inseguridad, lo cual se evidencia en el enunciado (3c). Ahí nuevamente se evoca el afecto de un colectivo (“la gente”) para reflejar la atmósfera emocional sentida por el participante y dar mayor legitimación a sus sentimientos por compartirse con un grupo de personas (los que no votaron por Fabricio). Entre los afectos positivos, predominan la felicidad y seguridad (Tabla 3). Estos marcos evaluativos tienen en común que su detonante fue el prospecto de los resultados de la segunda ronda: para los participantes con afectos positivos, existe la seguridad que estos serán favorables hacia su candidato, lo cual les produce también felicidad; mientras tanto, los que evocan afectos negativos tienen mucha incertidumbre sobre lo que vaya a ocurrir cuando estos sean revelados, lo cual les produce más infelicidad.

Los votantes del PRN evalúan el día de la segunda ronda mediante apreciaciones negativas. Destacan aquellas que valoran los eventos electorales con un impacto negativo (Tabla 4). Por el contrario, las apreciaciones positivas engloban actitudes de impacto que resaltan su tranquilidad (Tabla 3). Entre los pocos afectos encontrados, sobresale el uso recurrente de la seguridad para evocar la certeza que muchos tenían sobre el triunfo de Fabricio Alvarado.

Por último, cerca del 75 % de las evaluaciones abstencionistas se clasificaron como negativas, en su mayoría representadas como apreciaciones. Se observa de manera repetida la caracterización del día de la segunda ronda como un evento de impacto negativo y baja asistencia (Tabla 4). Asimismo, se evidenciaron actitudes incluso más extremas que reflejaban una completa deslegitimación de la segunda ronda. Por ejemplo, en (3d), el entrevistado utiliza una apreciación de integridad negativa para describir la actividad electoral como el “día del mentiroso” que, en lugar de celebrar la democracia, encomia a los políticos y candidatos deshonestos. De esta manera, se representa la segunda ronda como un día dedicado a los candidatos y no uno en el que los ciudadanos ejercen su derecho al voto; se le despoja de su naturaleza democrática y se transforma en una actividad poco decorosa.

  1. (3)

    1. […] la gente no se convenció entonces no era así como ay qué emoción ir a votar a pesar que es una bendición (.) este di (.) se ahuevaron perdón la palabra (.) pero es se ahuevaron [CUFA3, PAC]

    2. bueno (.) bastante bastante bonito el día (.) la primer ronda bastante bonito muy eufórico muy sí emocionante (.) la segunda cayó totalmente [CQMB4, PRN]

    3. yo veía a la gente muy estresada (.) yo le nos topábamos y como que nos dábamos ánimo pero como que no nos lo creíamos (.) verdad (.) nos decíamos ya ganamos pero con el miedillo de que fabricio tiene ahí cierta tendencia [CUMA1, PAC]

    4. […] me tomé unas birras en la mañana porque decía que era el día del mentiroso (.) y el día del mentiroso es de (.) es de (.) es de (.) es depresivo entonces tiene que uno celebrarlo (.) verlo como un chile [JMA3, Abstención]

7.4. Percepciones de otros eventos y procesos asociados con las elecciones

En esta sección, se analizan las percepciones de la ciudadanía sobre algunos eventos y procesos llevados a cabo durante las elecciones 2018: los debates presidenciales y la publicación de los resultados de primera y segunda ronda por parte del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). En la Figura 4, pueden observarse las distribuciones de las actitudes para cada uno de ellos.

En relación con los debates, la mayoría de los participantes PAC utilizaron actitudes codificadas como apreciaciones. No obstante, se encontraron opiniones muy divididas al presentarse proporciones similares de evaluaciones positivas y negativas. Entre las apreciaciones positivas, se enfatiza la integridad de este espacio político, como en el enunciado (4a), donde el locutor emplea evaluaciones de integridad positiva para resaltar la organización general, las metodologías y la labor que los medios de comunicación llevaron a cabo en los debates. En cambio, como valoraciones negativas, enfatizan el impacto negativo que el espacio generó: fue “controversial” o “polémico”. En otras palabras, su mayor malestar se asoció con la incapacidad de los moderadores de cumplir los objetivos básicos del espacio político.

Figura 4. Distribución proporcional de las actitudes identificadas para algunos eventos relacionados con el proceso electoral 2018 según la afiliación política

Lo anterior se reafirma con la prominencia de evaluaciones de afecto negativas sobre las positivas (Figura 4A), principalmente de insatisfacción. En particular, resalta la construcción afectiva del ejemplo (4b), donde la insatisfacción se representa como una manifestación de potencial violencia física (“meterle patadas” a todos los candidatos). Esto confirma que la molestia principal de los debates fue sobre cómo los candidatos presidenciales hicieron uso de ellos y no del espacio político mismo.

En cuanto al grupo PRN, la mayoría de evaluaciones actitudinales fueron negativas, entre apreciaciones y afectos negativos (Figura 4A). Casi todas critican la integridad de los debates al calificarse como “malos” o “terribles”. Asimismo, se utiliza la insatisfacción frecuentemente para evidenciar el desinterés general hacia este espacio político (Tabla 4). En consecuencia, este grupo muestra un rechazo absoluto hacia los debates como una actividad valiosa para tomar decisiones políticas.

Para los abstencionistas, más del 75 % de las actitudes sobre los debates fueron apreciaciones negativas (Figura 4A). Sin embargo, se encontraron también actitudes de afecto positivo, lo cual permite concluir que el espacio era bienvenido por estos entrevistados, aunque su impacto e integridad final generaron molestia. Sobresale el ejemplo (4c) que describe los eventos transcurridos en alguno de los debates como “yeguadas”. Lo más interesante de este caso resulta ser que la percepción del entrevistado es informada por fuentes secundarias (memes de Facebook). Esto quiere decir que posiblemente muchas personas no vieron los debates en directo, pero construyeron su percepción de ellos a partir de lo que terceros mencionaron y popularizaron en diversos espacios de comunicación.

  1. (4)

    1. […] fue: (.) más minucioso (.) me pareció que las técnicas sí tengo que decir (.) que usaron los diferentes medios de comunicación (.) para poder a ellos (.) someterlos (.) a un debate e: (1s) tan (.) estratégico (.) e la metodología del debate (.) me parece que fue genial [RCMB1, PAC]

    2. […] me daba TANTA cólera que yo deseaba entrar por el televisor y meterle unas patadas a todos [CQFA12, PAC]

    3. diay: (.) las yeguadas que se dieron en los debates que subieron en facebook los memes nada más [CQMA10, Abstención]

Otro componente del proceso electoral que resultó ser contencioso y generó muchas reacciones fueron los resultados de primera y segunda ronda. Con respecto a los de primera ronda, únicamente se encontraron suficientes evaluaciones, perspectivas y opiniones en los grupos PAC y PRN, por lo que en el análisis se excluyeron a los abstencionistas. Es probable que su desafecto y apatía general en torno al proceso electoral les impidiera separar ambas rondas electorales, de modo que únicamente les fue posible reconstruir los acontecimientos más inmediatos (la segunda ronda). Por ello, a continuación, solo se exponen las evaluaciones observadas en esos grupos.

Para los participantes PAC, los resultados de la primera ronda generaron mayoritariamente afectos negativos (Figura 4B). Estos se distribuyeron entre infelicidad, inseguridad e insatisfacción (Tabla 4). Particularmente, en (5a), la entrevistada intensifica al máximo su infelicidad al evocar su estado mental (“decepción”) como una manifestación física (“llorar”). Los demás enunciados negativos encontrados siguen la misma tónica que este ejemplo. En cambio, para los afectos positivos encontrados, se externó felicidad (“alegrarse”; Tabla 3) porque el candidato de preferencia (Carlos Alvarado) todavía tenía posibilidades de ganar o, más comúnmente, porque Fabricio Alvarado no quedó como presidente y podía perder en la segunda ronda.

El panorama evaluativo se invierte parcialmente al revisar las evaluaciones del grupo PRN: se distribuye entre afectos positivos y negativos (principalmente infelicidad; Tabla 4). Esto se puede deber a que gran parte de los votantes de Fabricio Alvarado en segunda ronda votaron por otro candidato en primera. Por ello, a muchos les inquietaron estos resultados. Por otro lado, los votantes que desde un inicio apoyaron a Fabricio indicaron actitudes moderadas de satisfacción (Tabla 3), como en el enunciado (5b), donde uno de ellos indica que los resultados lo hicieron sentir bien. Simultáneamente, se hace explícita su afiliación religiosa con el candidato al llamarlo “hermano”, un término comúnmente empleado en círculos evangélicos para referirse a otros feligreses.

Con respecto a los resultados de segunda ronda, como se esperaba, el 90 % de las evaluaciones encontradas en los votantes PAC fueron de afecto positivo (Figura 4C). Estas son principalmente variaciones de felicidad, algunas de seguridad y unas pocas de satisfacción (Tabla 3). Por ejemplo, en (5c), la felicidad expresada lingüísticamente es corporeizada mediante temblores, lo cual sirve como un recurso de intensificación del afecto.

En el caso del grupo PRN, más de la mitad de las evaluaciones fueron de afecto negativo, lo cual no es de extrañar debido a que su candidato de elección perdió. Entre las actitudes afectivas más comunes se encontró infelicidad, pero sobre todo inseguridad (Tabla 4). Estos últimos afectos generalmente se complementan con apreciaciones de integridad negativa sobre los resultados: se considera que el proceso y el manejo del TSE estuvo fuera de lo ordinario. Estos sentimientos se reflejan en (5d) al aludir que “algo raro” pasó e, incluso, insinuar que hubo una “manipulación”.

Claramente puede observarse un contraste entre la reacción de los votantes PAC, quienes no cuestionan la validez de los resultados en primera ronda cuando fueron desfavorables hacia su candidato, y los del PRN, que en ocasiones lo hicieron en la segunda vuelta. Muchos de estos sentimientos pueden atribuirse a la alta polarización vivida especialmente en las últimas semanas de campaña. Asimismo, la difusión de noticias falsas e información de origen cuestionable, en algunas facciones, también pudo generar dudas en la integridad del proceso electoral.

En cuanto a los abstencionistas, los resultados de segunda ronda generaron evaluaciones predominantemente de afecto negativo. En su mayoría, estas expresan inseguridad (Tabla 4); no obstante, se diferencian de las evocadas por el grupo PRN en que esta inseguridad no se dirige al resultado mismo, sino a la incertidumbre que genera el nuevo gobierno del candidato oficialista. Por otra parte, se usaron apreciaciones de impacto negativo para resaltar la diferencia porcentual (más de 20 puntos) entre el candidato triunfante y el perdedor (“una sacudida”, “catastrófico”).

  1. (5)

    1. […] creo que ese día estaba demasiado decepcionada y triste y lloré (.) y creo que di porque simplemente era increíble (.) creo que también estaba como sorprendida de que fabricio alvarado hubiera estado ahí [LSFA9, PAC]

    2. me sentí bien porque porque (.) porque yo vi que el pueblo respaldó al hermano (.) el pueblo respaldó al hermano [LMB2, PRN]

    3. […] cuando vi el resultado (.) bueno (.) hasta temblaba de la emoción porque (.) o sea yo ocupaba que (.) costa rica tomara una súper decisión [LFA7, PAC]

    4. […] sentí algo raro […] como que: (.) hubo manipulación ahí de (.) de votos tal vez porque (.) sí no se comportó la la cosa como (.) como en la primera ronda [RCFB3, PRN]

Tabla 3. Evaluaciones positivas sobre los eventos y procesos transcurridos durante las elecciones 2018 según la afiliación política
Objetivo evaluativo PAC PRN Abstención
Campaña electoral 2018

feliz — alegre

calmada — tranquila — bonita

Campañas electorales previas loquera — espectáculo fiesta — escándalo bonito tranquilo fiesta — bulla — alboroto
Día de votación (primera ronda)

fiesta — festivo

lleno de gente — movido bonito

tranquilo

bonito lindo — bonito movido — lleno
Día de votación (segunda ronda)

la gente estaba emocionada — contenta tenía fe — esperanza

muy organizado — mucho orden

bonito — lindo

vacilón

movido

tranquilo — pacífico

(la gente/yo) estaba confiada

bonito

tranquilo

bonito
Debates buenos — bien
Resultados de primera ronda me alegró me sentí bien — lo vi bien
Resultados de segunda ronda

felicidad — alegría

emocionada — con ganas de llorar alivio — tranquilidad

súper bien

Tabla 4. Evaluaciones negativas sobre los eventos y procesos transcurridos durante las elecciones 2018 según la afiliación política
Objetivo evaluativo PAC PRN Abstención
Campaña electoral 2018

asustado — con dudas — con temor — ansiosos — preocupado desmotivado — cansado —

decepcionado

atípica — loquísima — rara dividida — separada

polémica — tensa

fría

conflictiva — mucho pleito — agresiva — violenta

no hubo motivación — no llamó la atención

cansado

fría — dormida

atípica

sucia

la gente estaba ahuevada no me interesaba — no me meto — no me llamaba la atención

apagado — frío

Día de votación (primera ronda)

apagado

tranquilo — calmado frío

frío
Día de votación (segunda ronda)

me sentí triste

(la gente/yo estaba) tensa — nerviosa — asustada — estresada — preocupada — insegura

con temor — ansias

apagado — frío — escaso — bajo tenso

escaso — bajo — apagado — frío frío — muerto — menos patriótico — ni un alma se veía
Debates me decepcionaron polémicos — controversiales

no me interesaba — no me llamaba la atención

me aburría

malos — terribles — una

vergüenza

tontos — enredados — se dieron yeguadas obsoletos
Resultados de primera ronda

estaba triste — con ganas de llorar me asusté — susto —

preocupación

frustración — irritación

triste
Resultados de segunda ronda

tristeza

me extrañó mucho — tengo sospechas — dejó muchas dudas

un sinsabor

algo raro pasó — anormal — extraño — no fue muy leal

asustado — angustia una sacudida — catastrófico

8. Conclusiones

A partir del análisis realizado, se pudo observar el rol clave del lenguaje evaluativo como recurso lingüístico en la construcción de la estructura discursiva. Desde el marco actitudinal, se aprecian tanto acuerdos como desacuerdos entre los tres grupos identificados según la afiliación política en medio de un ambiente marcado por una alta polarización. Entre las similitudes actitudinales, destaca el empleo predominante de evaluaciones negativas en prácticamente todos los procesos, eventos y entornos identificados.

El acuerdo más unánime entre todos los ciudadanos se estableció en los objetivos evaluativos asociados con la campaña electoral 2018, el entorno político y los partidos tradicionales. En ellos dominaron las evaluaciones negativas, lo cual indica que los elementos y las actividades relacionadas con la “política” generaron gran pesimismo en prácticamente todo el electorado. Por tanto, puede afirmarse que el ciudadano que decidió involucrarse en este proceso electoral lo hizo a pesar del entorno político, no motivado por él. Este último lo caracterizan por ser “corrupto” y contaminar a los que deciden ingresar a él voluntariamente. Por ello, muchos prefieren huir antes de ser consumidos por él. Los partidos tradicionales llegan a ser los principales representantes de este entorno. Como resultado, son corruptos, carecen de un rumbo claro y no ofrecen soluciones para los principales problemas del país. Esa desesperanza es posiblemente la razón principal que explica los desfavorables resultados para el bipartidismo tradicional en estas elecciones.

El descontento llega a extenderse en comparaciones de la campaña 2018 con elecciones previas, las cuales son representadas de una forma abrumadoramente positiva por todos los ciudadanos. Se contrapone una imagen sumamente pesimista de las elecciones 2018 con la de una fiesta democrática cargada de alegría y orden que era celebrada en años anteriores. En consecuencia, la percepción de la mayoría de entrevistados es que los procesos democráticos han ido empeorando gradualmente, lo cual incrementa su desmotivación cada vez que se requiere participar en un proceso político. Esta evocación de que todo antes era mejor revela también que los costarricenses han ido construyendo un mito donde todos los malestares del sistema político son relativamente recientes y no el resultado de un proceso progresivo de decadencia partidaria, corrupción e inoperancia estatal. La corta memoria del costarricense incluso los hace añorar muchas veces los tiempos del bipartidismo cuando el voto no se pensaba mucho, ya que se trataba de apoyar de forma vitalicia al bando familiar. Muchos evitan atribuir el origen de estos problemas actuales al mismo decreciente bipartidismo, a pesar de que sus representantes políticos les producen disgusto y rechazo.

Las diferencias más notables entre los tres grupos se encontraron en la forma en que emplearon los recursos evaluativos. Se puede establecer incluso un índice de intensificación negativa, según el cual las evaluaciones menos negativas generalmente corresponden a participantes que votaron por el PAC, mientras que las más negativas son propias de los abstencionistas. Por un lado, los ciudadanos que decidieron votar no se contuvieron en expresar sus disgustos y malestares con la política y el proceso electoral; sin embargo, fueron capaces de reconocer los aspectos positivos y mostrar interés. En cambio, las evaluaciones de los abstencionistas son dominadas por sentimientos negativos, desde enojo e insatisfacción hasta completa apatía y desconexión.

Esta notable divergencia también se observó en las actitudes asociadas con los días de votación. La primera ronda estuvo colmada de afectos negativos para los que no votaron por Fabricio Alvarado y positivos para los que sí lo hicieron. Mientras tanto, no hay una reacción clara del lado de los abstencionistas. En cambio, para la segunda ronda, se reflejó una fuerte intensificación actitudinal en ambos bandos. El estado emocional de los votantes estuvo fuertemente marcado en sus enunciaciones: fue visible la seguridad que sentían los votantes PRN, así como el nerviosismo y temor de muchos votantes de Carlos Alvarado. Por su parte, las evaluaciones de abstencionistas se enfocaron en calificar todo el proceso como “muerto” y “menos patriótico”. Incluso, muchos llegaron a deslegitimarlo completamente.

La percepción de los resultados en ambas contiendas tampoco fue diferente. Como se esperaba, la primera ronda produjo gran desconsuelo en los que no votaron por el PRN y absoluta alegría en los que sí lo hicieron. Al invertirse el escenario en segunda vuelta, se emitieron afectos negativos en el grupo perdedor (PRN) y felicidad combinada con satisfacción en las personas que apoyaron al ganador. La gran diferencia en estas reacciones radicó en que muchos restauracionistas recurrieron a deslegitimar la integridad de los resultados cuando no se vieron favorecidos, una actitud bastante notable en un país con una de las instituciones electorales más robustas y mejor calificadas del mundo. En el caso de los abstencionistas, todo esto origina gran indiferencia: en sus ojos, para este punto en la campaña, todo era una lucha de dos bandos y no tanto una contienda democrática.

Por su parte, los debates como un espacio de participación política reciben aprobación general de los votantes PAC y abstencionistas. Hay un mayor escepticismo del lado de los votantes PRN. No obstante, coinciden en que su manejo no fue adecuado y, en muchos casos, fue mal aprovechado por los candidatos presidenciales y los moderadores. Parte del llamado escepticismo se origina en las interacciones y rendimiento de los distintos políticos en estos espacios: predominaron las peleas sobre las propuestas y soluciones a los problemas principales del país. En consecuencia, a pesar de las buenas intenciones, los debates terminaron incrementando el malestar general por los candidatos y el proceso político completo.

Desde el punto de vista lingüístico, en primera instancia, se determinó que el modelo metodológico utilizado para analizar el género de entrevista resultó muy provechoso y, como se evidenció anteriormente, produjo resultados significativos y consecuentes. Se recomienda aplicar este método de análisis en otras modalidades discursivas orales y en entrevistas que aborden otras temáticas. En relación con los hallazgos lingüísticos particulares, se concluye que los participantes emplean una amplia variedad de representaciones actitudinales para intensificar sus evaluaciones hacia un proceso o evento particular. Entre ellas, resaltan los enunciados elaborados con diferentes actitudes combinadas como afectos y apreciaciones.

Por otro lado, sobresale el empleo de evocaciones colectivas para realizar posicionamientos actitudinales. En estos casos, quien expresa su opinión no es el hablante per se, sino un colectivo impersonal producido para este efecto, que generalmente se denomina “gente” o “pueblo”. Su función principal consiste en respaldar firmemente la posición asumida por el hablante, en el sentido de que su inquietud es compartida por un grupo de personas que piensan de la misma forma. Esto fue empleado principalmente para evocar los distintos malestares sobre el proceso político 2018, sobre todo en aquellos participantes que buscaban desafiliarse de él. De este modo, es un mecanismo que sirve para establecer quejas y críticas sin que las represalias recaigan en solo una persona.

Además, es necesario mencionar que algunos posicionamientos actitudinales mostraron que las representaciones de eventos y procesos varían según participantes. Esto se dio principalmente con los partidos tradicionales que fueron representados como agrupaciones abstractas o se equiparaban con sus miembros y representantes partidarios. Finalmente, este trabajo ha permitido demostrar que, incluso en el discurso oral y no premeditado, es posible apreciar una compleja organización de representaciones discursivas que expresan posicionamientos, actitudes y puntos de vista. La evaluación lingüística y sus herramientas son claves del discurso y siempre deben considerarse en los análisis lingüísticos, ya que cumplen un rol activo en el otorgamiento de significados a las representaciones discursivas que permiten comprender procesos históricos de gran relevancia desde una nueva perspectiva. En este caso, se ha revelado que, en un escenario altamente polarizado, lo que unió a los ciudadanos fueron sus percepciones mayoritariamente negativas hacia el proceso electoral 2018.

Agradecimientos

Se extiende un agradecimiento a la Vicerrectoría de Investigación y al Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad de Costa Rica por el apoyo financiero que dieron al proyecto, y al Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) por ofrecer sus instalaciones y equipo para conducir la investigación.

Contribución de autoría CREdIT

Marco Arroyo-Mata, Gabriela Cruz Volio y Adrián Vergara Heidke llevaron a cabo la conceptualización del artículo y el desarrollo teórico-metodológico. Marco Arroyo-Mata realizó la recopilación del corpus y el análisis de los datos; Gabriela Cruz Volio y Adrián Vergara Heidke se encargaron de la supervisión. Marco Arroyo-Mata redactó el borrador inicial; Gabriela Cruz Volio y Adrián Vergara Heidke se ocuparon de la revisión y de la edición del trabajo.

Referencias bibliográficas