e-ISSN: 1576-4737
MONOGRÁFICO
Resumen: El estudio de la variación geográfica y sociolingüística de los marcadores del discurso comenzó hace unos 10 años (Valencia Espinoza 2014a; Valencia Espinoza y Viguera Ávila 2015). Sin embargo, hasta el momento, no se ha publicado ningún trabajo que analice la situación de dichos elementos en una variedad del español centro-septentrional. En las líneas que siguen se ofrecen los resultados obtenidos en la ciudad de Santander, situada en la costa norte de España. Las conclusiones apuntan a la homogeneidad en el empleo de los marcadores del discurso en español con independencia del componente geográfico.
Palabras clave: Sociolingüística; marcadores del discurso; español de Cantabria.
Abstract: The study of geographical and sociolinguistic variation in discourse markers began about 15 years ago (Valencia Espinoza 2014a; Valencia Espizona and Viguera Ávila 2015). However, until now, no work has been published that analyzes the situation of these elements in a variety of central-northern Spanish. The following lines show the results obtained in the city of Santander, located on the northern coast of Spain. The conclusions point to the homogeneity in the use of discourse markers in Spanish regardless of the geographical component.
Keywords: Sociolinguistics; discourse markers; Spanish spoken in Cantabria.
Sumario: 1. Introducción, objetivos y estado de la cuestión. 2. Metodología y descripción de la muestra. 3. Resultados y análisis. 3.1. Resultados generales y por variables sociales. 3.1.2. Según el sexo del informante. 3.1.3. Según la edad del informante. 3.2. Desglose de los resultados según la tipología del marcador. 3.2.1. Estructuradores de la información. 3.2.2. Conectores. 3.2.3. Reformuladores. 3.2.4. Operadores argumentativos. 3.2.5. Marcadores conversacionales. 4. Conclusiones. Agradecimientos. Referencias bibliográficas.
Cómo citar: Peña Arce, J. (2025). Los marcadores del discurso en la norma culta de la ciudad de Santander (España), Rodríguez Ramalle, T. (coord.): Lengua, discurso y comunicación: 25 años de la revista Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 101 (2025): 271-282. https://dx.doi.org/10.5209/clac.100086El estudio de la variación diatópica de los marcadores discursivos —siempre con un sesgo social (norma culta)— es un tema sobre el que la comunidad investigadora comenzó a fijar su atención hace unos 10 años. Bien es verdad que existía una tímida aproximación algo más temprana (Jørgensen y Martínez 2007); no obstante, en ella la localización geográfica sirvió solo como excusa para acercarse al lenguaje juvenil de los madrileños.
Sea como fuere, tras la llamada de atención de Carbonero Cano y Santana Marrero (2010), el nacimiento de esta nueva línea de trabajo puede fijarse en el año 2014. En esa fecha se publicaron diversas investigaciones alusivas y coordinadas para conmemorar los 50 años del proyecto Estudio coordinado de la norma lingüística culta hispánica Juan M. Lope Blanch. Así, vieron la luz aproximaciones al empleo de las mencionadas partículas en Sevilla (Santana Marrero 2014 y 2015a), en Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014; Hernández Cabrera 2015), en La Habana (González Mafud y Perdomo Carmona 2014, 2015), en la Ciudad de México (Vigueras Ávila 2014 y 2015), en Caracas (Bentivoglio, Guirado y Malaver 2014; Guirado 2015), en La Paz (Mendoza 2014), en Buenos Aires (Borzi 2014, 2015 y 2016), en la ciudad argentina de Córdoba (Toniolo y Zurita 2014 y 2015) y en Santiago de Chile (Valencia Espinoza 2014b y 2015). Seguidamente, y como continuación lógica a tales trabajos, comenzaron a aparecer estudios que comparaban los resultados de unas ciudades con otras (Santana Marrero 2017; Santana Marrero y Borzi 2020), incluidos los de sus sociolectos bajos (Santana Marrero 2015b).
Como ha podido verse en el párrafo anterior —y como consecuencia de la localización de los grupos de trabajo del mencionado proyecto—, todas las aproximaciones a la cuestión realizadas hasta la fecha corresponden a las hablas de ciudades englobadas dentro de las variedades meridionales del español; ya sean estas peninsulares (Sevilla), canarias (Las Palmas de Gran Canaria) o americanas (La Habana, Ciudad de México, Caracas, La Paz, Córdoba y Santiago de Chile). La diferenciación entre el dominio septentrional y el meridional del castellano está justificada por la historia de nuestra lengua; un buen resumen de las últimas aproximaciones a esta cuestión la ofrece Garrido Medina (2010). En esta ocasión, para la diferenciación entre las variedades septentrionales y meridionales se sigue la propuesta de Lapesa (1981: 400-436).
En resumen, el análisis de la variación en el empleo de los marcadores del discurso dentro de las variedades septentrionales de nuestra lengua aún no ha sido abordado. Por ello, el presente artículo tiene como objetivo fundamental paliar dicha carencia mediante el rastreo de la presencia de los marcadores del discurso en el español hablado en la ciudad de Santander. Esta ciudad es la capital de la comunidad autónoma de Cantabria, cuyas hablas se corresponden con las de las variedades septentrionales del castellano.
La conformación de la muestra analizada en este artículo ha seguido los dicterios metodológicos aprobados en las reuniones del Estudio coordinado de la norma lingüística culta hispánica Juan M. Lope Blanch y resumidos por Santana Marrero (2014: 278-279). De este modo, a partir de la división en tres franjas etarias —a) de 25 a 35 años, b) de 36 a 55 años y c) más de 56 años— fueron seleccionados, de forma aleatoria y sin que mediara ninguna remuneración económica, dos informantes de cada grupo, un hombre y una mujer, con estudios superiores. Todos los informantes desarrollan en la actualidad diferentes profesiones. Los seis informantes que han conformado la muestra se identifican en la siguiente tabla [Tabla 1]:
| Grupo etario | Edad | Sexo | Código |
| a) | 26 años | Hombre | SANT22H1 |
| a) | 32 años | Mujer | SANT22M1 |
| b) | 38 años | Hombre | SANT22H2 |
| b) | 43 años | Mujer | SANT22M2 |
| c) | 58 años | Hombre | SANT22H3 |
| c) | 64 años | Mujer | SANT22M3 |
Dentro de la muestra, se ha seguido la técnica de la conversación semidirigida por el encuestador y, en ella, se han abordado temas diversos: la formación de los informantes, su inserción laboral, su desempeño profesional, su vida personal o la calidad de vida de su ciudad, entre otros muchos. La conversación con cada uno de los encuestados rondó los 45 minutos de duración, pero solo han sido estudiadas las primeras 4800 palabras de cada una de ellas (Santana Marrero 2014: 279).
A diferencia de la mayor parte de los trabajos enumerados con en el apartado anterior, articulados en torno a la comparación de dos muestras separadas en el tiempo por un número variable de años, la realizada en la ciudad de Santander es única y data del verano del 2022. No se poseían datos más antiguos que permitieran estudiar la evolución temporal.
La metodología empleada para el análisis de los resultados es la misma que la que utilizaron los trabajos ya mencionados: primero, se ofrecen los datos según las variables sociales atendidas (sexo y edad) y, segundo, se desglosan esos mismos datos en función de la tipología del marcador a partir de la propuesta de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999).
En este apartado se darán a conocer, en primer lugar, los resultados totales de la muestra con relación a las variables sociales atendidas y, en segundo lugar, se presentarán estos en función de las tipologías de los marcadores del discurso. Los datos presentados serán oportunamente comparados con los análogos extraídos de las distintas muestras de España y América, enumeradas en el apartado de introducción y objetivos.
El número total de marcadores del discurso recogidos en la muestra analizada ha sido de 1257. A continuación, se desglosará esa cifra atendiendo al sexo y a la edad de los informantes. Cabe señalar que las
informaciones respecto a las variables sociales han de tomarse con cautela debido a lo escasamente representativa que resulta la muestra realizada desde un punto de vista sociolingüístico.
El uso de los marcadores discursivos atestiguados en la muestra analizada según el sexo del informante se ha recogido en la siguiente tabla [Tabla 2]:
| Sexo | Número | Porcentaje |
| Hombres | 605 | 48.2 % |
| Mujeres | 652 | 51.8 % |
| Total | 1257 | 100 % |
La muestra realizada en la comunidad de habla santanderina no muestra apenas diferencias respecto al uso de los marcadores del discurso según el sexo del informante, aunque su empleo por parte de las féminas ha resultado ligeramente superior.
La situación descrita en el párrafo anterior está en consonancia con los resultados de las muestras de Sevilla (Santana Marrero 2014: 282), de Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 167), de Caracas (Bentivoglio, Guirado y Malaver 2014: 47), de La Paz (Mendoza 2014: 143) y de Santiago de Chile (Valencia Espinoza 2014b: 250); no obstante, los porcentajes de la encuesta de Santander son más ajustados que los de cualquiera de estas.
La variable sexo no parece, por lo tanto, tener demasiada importancia dentro de la cuestión que nos ocupa.
La distribución del empleo de los marcadores del discurso recogidos en la muestra de la comunidad de habla de Santander en función de las tres franjas etarias definidas a priori se ha sintetizado en la tabla siguiente [Tabla 3]:
| Edad | Número | Porcentaje |
| 1.ª generación (25 a 35 años) | 426 | 33.9 % |
| 2.ª generación (de 36 a 55 años) | 451 | 35.9 % |
| 3.ª generación (más de 55 años) | 380 | 30.2 % |
| Total | 1257 | 100 % |
Tal como evidencian los datos expuestos, el recurso a los marcadores discursivos es algo más frecuente entre los encuestados de la 2.ª generación (de 36 a 55 años), tal como ocurría en las muestras más contemporáneas de La Paz (Mendoza 2014: 144), de la Ciudad de México (Vigueras Ávila 2014: 196), de Santiago de Chile (Valencia Espinoza 2014b: 251) o de Sevilla (Santana Marrero 2014: 282). Al estar conformado este estudio por una única muestra, no han podido compararse sus datos con los del pasado.
La distribución de los marcadores del discurso obtenidos en la muestra en función de su tipología se ha plasmado en la siguiente tabla [tabla 4]:
| Clase | Número | Porcentaje |
| Estructuradores de la información | 334 | 26.5 % |
| Conectores | 227 | 18 % |
| Reformuladores | 231 | 18.3 % |
| Operadores argumentativos | 98 | 7.8 % |
| Marcadores conversacionales | 367 | 29.4 % |
| Total | 1257 | 100 % |
Según los ejemplos estudiados, los marcadores más comunes dentro de la encuesta realizada en la comunidad de habla de Santander son los marcadores conversacionales, igual que ocurría en las muestras de Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 166), en la de Buenos Aires (Borzi 2014: 17), en la de Caracas (Bentivoglio, Guirado y Malaver 2014: 46), en la de Córdoba (Toniolo y Zurita 2014: 73), en la de La Habana (González Mafud y Perdomo Carmona 2014: 110), en la de La Paz (Mendoza 2014: 143) y en la de Santiago de Chile (Valencia Espinoza 2014b: 249).
En segundo lugar y muy de cerca, aparecen los reformuladores de la información. Estos, junto a los mencionados marcadores conversacionales, suman aproximadamente el 56 % del total de partículas recogidas. Tal porcentaje está en la línea del que emana de la muestra de Sevilla (Santana Marrero 2014: 280), que coincide también con la presentada en estas páginas respecto al orden de empleo de los tres tipos restantes de marcadores: reformuladores, conectores y operadores argumentativos.
Las causas aducidas por Santana Marrero (2014: 281) para justificar los resultados de la muestra sevillana parecen tener la misma validez en la presente encuesta. Así, el carácter narrativo del texto resultante parece favorecer la inclusión, por un lado, de los estructuradores, que ayudan a organizar la información en función de diversos criterios; por otro lado, puede justificar la escasa presencia de los operadores argumentativos, pues no es objetivo primordial de los informantes convencer de nada a su interlocutor. Además, la marcada espontaneidad de los textos obtenidos podría auspiciar el recurso a los marcadores conversacionales, ya que estos “ayudan a la progresión del discurso o a mostrar la actitud del hablante ante el enunciado” (Santana Marrero 2014: 281).
A continuación, se detallarán los resultados desglosados en las diferentes categorías en que se dividen los marcadores del discurso. Debido a las limitaciones de espacio, solo se comentarán los datos que se consideren más relevantes.
Los estructuradores de la información extraídos de los textos de los informantes alcanzan un total de 334 y se distribuyen como se indica en la Tabla 5:
| Subclases | Tipos | Marcadores | SANT22 | ||||||
| H1 | M1 | H2 | M2 | H3 | M3 | Subtotal | |||
| Comentadores | pues | 27 | 29 | 30 | 31 | 24 | 26 | 167 | |
| Ordenadores | Apertura | primero | 2 | 2 | 4 | ||||
| en primer lugar | 1 | 1 | |||||||
| por una parte | 2 | 1 | 1 | 4 | |||||
| por un lado | 2 | 2 | |||||||
| primeramente | 3 | 3 | |||||||
| uno | 1 | 1 | 2 | ||||||
| Continuidad | después | 9 | 10 | 12 | 11 | 8 | 6 | 56 | |
| luego | 10 | 12 | 11 | 13 | 9 | 9 | 64 | ||
| segundo | 2 | 2 | 2 | ||||||
| en segundo (lugar) | 1 | 1 | |||||||
| por otra (parte) | 2 | 1 | 1 | 4 | |||||
| por (el) otro (lado) | 2 | 2 | |||||||
| dos | 1 | 1 | 2 | ||||||
| Cierre | finalmente | 1 | 2 | 3 | |||||
| por lo demás | 1 | 1 | 2 | ||||||
| por último | 1 | 1 | |||||||
| en fin | 2 | 2 | 1 | 5 | |||||
| Digresores | por cierto | 2 | 1 | 3 | |||||
| a propósito | 2 | 1 | 3 | ||||||
| otra cosa | 1 | 1 | |||||||
| Totales | 55 | 57 | 61 | 60 | 49 | 52 | 334 | ||
Los resultados recogidos en la tabla anterior evidencian que, dentro de los estructuradores de la información, los comentadores son con claridad los más abundantes, pues suponen exactamente la mitad del total. Más concretamente, la presencia del pues comentador destaca sobre cualquier otro tipo de ordenador del discurso, tal como ocurría en las otras muestras españolas —Sevilla (Santana Marrero 2014: 286) y Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 169)—, pero no en las americanas.
La abundancia de pues se pude justificar aduciendo las mismas causas que Santana Marrero (2014: 286288) trajo a colación para la muestra de Sevilla:
En primer lugar, el carácter dialogado del corpus analizado parece favorecer la aparición de este marcador, ya que “realiza […] una función de cohesión, en tanto que precede a un segmento que constituye una reacción a un texto previo. Actúa como enlace pregunta-respuesta” (Santana Marrero 2014: 286):
E: ¿Y dónde hiciste la carrera, Valvanuz?
V: Pues, aquí, en Santander. Que en mi casa… no había dinero para irse fuera. (SANT22M2)
También es frecuente que se emplee para introducir el predicado, con lo que se “destaca el componente remático” de este frene al sujeto (Santana Marrero 2014: 287):
El coche, el coche de mi hijo… pues… pues era una birria. Le costó tan barato… (SANT22M3)
Igualmente, es frecuente el recurso al pues como elemento introductorio del segundo miembro de una oración compuesta que va precedido por una subordinada adverbial:
E: ¿Cuándo saques la plaza, qué?
S: Cuando saque la plaza, pues ya veremos qué hago. (SANT22H1)
Si llega el momento, que no sé si llegará, pues habrá que afrontarlo. Como siempre en la vida. (SANT22M2)
A continuación, por orden de frecuencia, encontramos dos operadores de continuidad: luego y después. Estas partículas también son habituales en las muestras españolas más recientes, tanto en la de Sevilla (Santana Marrero 2014: 286) como en la de Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 169):
[…] hay que pensarlo, pensarlo mucho. Y después, hay que hacerlo, que no es fácil. (SANT22M1)
En la entrada había un pasillo enorme. ¡Me acuerdo como si fuera ayer! [risas] Luego, se veían unas escaleras… unas escaleras de madera viejísimas. ¡Menudas escaleras, hijuco! La monja siempre nos decía que eran de cuando la guerra de Cuba [risas]. (SANT22M3)
La presencia en el corpus del resto de ordenadores —ya sean de apertura, de continuidad o de cierre— es mucho menor. He aquí algunos ejemplos:
[…] primero, porque se lo merece y, segundo, porque es una curranta. (SANT22H1)
[…] por una parte, por mi padre… él siempre me animó; por otra, por mis amigos, que iban todos y tiraban de mí. (SANT22H3)
[…] me dijo, uno, que no, y, dos, que ni soñarlo… ¡Una imbécil! [risas] (SANT22H2)
Siempre había pensado, por un lado, que era lo correcto y, por el otro, que me convenía. (SANT22M2)
Finalmente, aunque con una presencia mucho más modesta, aparecen los digresores, que presentan mayor variedad que en las otras muestras españolas (Santana Marrero 2014: 286; Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 169):
Y ahí estaba yo, venga a llover, venga a llover, aplaudiendo al Rácing [de Santander]. A propósito: ¿sabes que hemos conseguido subir a segunda [división] este año? (SANT22H3)
Los diques de la Magdalena, horrorosos. Por cierto, ¿has visto lo que dice hoy el Diario [Montañés] sobre eso? Parece que ya hay presupuesto para quitarles. (SANT22M3)
Era malísima, malísima… ¡La peor que he conocido en mi vida! Por cierto, se terminó casando con el ex de una profesora mía del colegio. (SANT22H1)
Los conectores extraídos del corpus analizado suman un total de 227 y se distribuyen como se indica seguidamente [Tabla 6]:
| Subclases | Marcadores | SANT22 | ||||||
| H1 | M1 | H2 | M2 | H3 | M3 | Subtotal | ||
| Aditivos | además | 7 | 11 | 7 | 9 | 5 | 5 | 44 |
| incluso | 5 | 4 | 5 | 6 | 2 | 3 | 25 | |
| encima | 1 | 2 | 2 | 5 | ||||
| aparte | 1 | 1 | ||||||
| es más | 1 | 1 | ||||||
| Consecutivos | entonces | 18 | 17 | 15 | 17 | 16 | 14 | 97 |
| por (lo) tanto | 1 | 1 | 2 | |||||
| de ahí | 1 | 1 | 2 | |||||
| en consecuencia | 1 | 1 | ||||||
| de manera que | 1 | 1 | 1 | |||||
| conque | 1 | 1 | ||||||
| Contraargumentativos | sin embargo | 6 | 7 | 7 | 8 | 5 | 6 | 39 |
| ahora | 2 | 2 | 4 | |||||
| en cambio | 1 | 1 | ||||||
| no obstante | 1 | 1 | ||||||
| ahora bien | 1 | 1 | 2 | |||||
| así y todo | 1 | 2 | 3 | |||||
| Totales | 36 | 37 | 40 | 43 | 34 | 37 | 227 | |
Dentro del corpus analizado, los conectores consecutivos —con entonces a la cabeza— son los más abundantes, ya que representan más del 45 % del total. Este particular asemeja la encuesta de Santander con las de Sevilla (Santana Marrero 2014: 290), con la de Las Palmas de Gran Canaria (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 172) y con la gran mayoría de las americanas:
Ha estado en el hospital muy maluca. Sí, sí, varios meses ha estado allí… Entonces, ahora que vuelve a ser libre [risas], está encantada. (SANT22M3)
Como aquí llueve mucho, descarté la moto. Y, entonces, me he comprado un coche. Me aguantaré con los atascos y llegaré seca a casa… ¡Hay que quedarse con lo bueno! [risas] (SANT22M2)
Allí no había la misma variedad que en mi tienda. Ni por asomo. Entonces, la gente venía a comprarme a mí. ¡Y yo tan contento! (SANT22H3)
El corpus estudiado confirma de nuevo la frecuente recurrencia a este conector consecutivo, cuya abundante presencia en el lenguaje oral espontáneo ya había sido puesta de relieve por Martín Zorraquino y Portolés (1999: 4107) y Fuentes Rodríguez (2009: 152).
En segundo lugar en función de su presencia, se encuentran los conectores aditivos. Dentro de ellos, además e incluso son los más frecuentes, igual que en las otras dos muestras españolas (Santana Marrero 2014: 290; Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 172). El resto de los conectores aditivos tienen una presencia testimonial:
Además del piso en General Dávila tiene la casa en el pueblo, que creo que es Pujayo, ¿no? (SANT22H1)
Incluso con los golpes que le ha dado la vida, no cambia. Mi cuñada es así… (SANT22H3)
Encima de haber pagado dos veces las tasas por un error administrativo, voy y suspendo [risas] (SANT22H1)
El mejor restaurante de Santander, el que te he dicho antes. Aparte del Marucho, que es de toda la vida aquí, en Tetuán (SANT22H2)
Es millonaria, millonaria la tía. Es más: creo que una Navidad incluso le tocó la lotería. ¡Quién la pillara! (SANT22M2)
Finalmente, en lo que corresponde a los conectores contraargumentativos, destaca la presencia de sin embargo, igual que en las muestras de Sevilla (Santana Marrero 2014: 290) y Las Palmas (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 172). La concurrencia del resto es claramente minoritaria.
Fui muy feliz, muy feliz, allí, en Ganadería… Fueron unos tiempos estupendos; sin embargo, ahora mírame: prejubilada y aburrida. Todo el día en casa. (SANT22M3)
Cuidar el paisaje está muy bien. Ahora, si tú cierras la industria y te dedicas solo al turismo, trabajarás tres meses al año. (SANT22H2)
Mi hermano se sacó el carné de conducir a la primera; en cambio yo fallé tres veces. (SANT22H3)
Mi madre le dejó la casa de Canalejas a todos sus hijos; no obstante, le di a cada uno su parte y me la quedé yo. (SANT22H2)
Una es buena, y tranquila, y todo eso. Ahora bien: que no me toquen las narices [risas] (SANT22M3)
Una putada… me hicieron una putada. Así y todo, no me quejo mucho [risas] (SANT22H2)
Los reformuladores atestiguados en la encuesta realizada dentro de la comunidad de habla de Santander han sido 231 y se recogen a continuación [Tabla 7]:
| Subclases | Marcadores | SANT22 | ||||||
| H1 | M1 | H2 | M2 | H3 | M3 | Subtotal | ||
| Explicativos | o sea | 11 | 14 | 10 | 13 | 9 | 11 | 68 |
| es decir | 9 | 10 | 8 | 10 | 7 | 9 | 53 | |
| esto es | 2 | 2 | ||||||
| en otras palabras | 4 | 1 | 5 | |||||
| De rectificación | más bien | 2 | 1 | 3 | ||||
| mejor dicho | 2 | 2 | ||||||
| digo | 2 | 1 | 3 | |||||
| De distanciamiento | de todas maneras | 1 | 5 | 3 | 9 | |||
| de todas formas | 1 | 1 | 2 | |||||
| en cualquier caso | 1 | 2 | 3 | |||||
| en todo caso | 2 | 1 | 1 | 4 | ||||
| Recapitulativos | en fin | 10 | 12 | 9 | 10 | 9 | 11 | 61 |
| al fin y al cabo | 1 | 1 | 2 | |||||
| total | 3 | 1 | 2 | 6 | ||||
| en definitiva | 1 | 1 | ||||||
| en conclusión | 2 | 2 | ||||||
| en suma | 3 | 2 | 5 | |||||
| Totales | 37 | 41 | 37 | 44 | 33 | 39 | 231 | |
La considerable presencia de estos marcadores discursivos parece consecuencia del tipo de comunicación que ha dado lugar al texto: la conversación espontánea. Según Santana Marrero, estos elementos permiten al hablante “volver sobre su enunciado y adaptarlos a sus necesidades comunicativas” (2014: 295), ya sean explicativas, de rectificación, de distanciamiento o recapitulativas.
Sea como fuere, los reformuladores más abundantes de la muestra de Santander son, con diferencia, los explicativos, con o sea y es decir como los más usados. Esta realidad conincide con la de las demás muestras, tanto españolas como americanas:
Sí, sí. En la calle Santa Lucía, en el número 12; o sea, esquina con Moctezuma. (SANT22M1)
Sacaba todo sobresalientes y notables, o sea, que era una buena estudiante. (SANT22M3)
Yo me casé por amor, es decir, me casé enamorado. Muy enamorado [risas]. (SANT22H2)
Ella lo sabía y lo hizo aposta. Es decir, lo hizo para fastidiarme. (SANT22M3)
Según Garcés Gómez (2008: 100-101), la diferencia que existe entre estos dos reformuladores explicativos tiene que ver con el mayor grado de subjetividad que aporta o sea frente al mayor grado de objetividad otorgado por es decir.
Los otros dos reformuladores explicativos recogidos en la muestra, esto es y en otras palabras, tienen una presencia residual dentro del corpus:
Nació en la calle Limón, esto es, en pleno Cabildo, frente al ayuntamiento. Aquí al lado. (SANT22H2)
Me dijo que ya me llamarían, que ahora estaban muy liados… En otras palabras: me dijo que no. (SANT22M2)
Por su parte, los reformuladores de rectificación y de distanciamiento son escasos, igual que en las demás muestras. He aquí algunos ejemplos de su uso:
No, no me despidió; más bien me fui yo solita [risas]. (SANT22M1)
Ella intentó contactar conmigo… Mejor dicho: era yo quien llevaba meses insistiendo. (SANT22H1)
Estudié en las esclavas… Digo, mi hermana estudió en las esclavas; yo fui a los agustinos. (SANT22H2)
Se perdió, se perdió todo… De todas maneras, a mí me importaba poco. (SANT22M2)
Hablé con ella y nada… De todas formas, estoy mucho mejor así. (SANT22H3)
No sé si es en Carriazo o en Galizano… En cualquier caso, es en el ayuntamiento de Ribamontán al Mar. Eso, seguro. (SANT22H3)
Siempre ha hecho lo que le ha dado la gana… En todo caso, ese nunca ha sido mi problema. (SANT22M3)
Finalmente, el recurso a los reformuladores recapitulativos vuelve a alcanzar cifras importantes. Destaca especialmente el uso de en fin, lo que nos lleva a considerar que la apreciación de Santana Marrero (2014: 297), que justificaba la importante presencia de esta partícula en la muestra sevillana por su conversión en una fórmula de apoyo discursivo carente de su significado original, tenga validez también entre los informantes de nuestra comunidad de habla. La presencia del resto de los reformuladores es mucho menor. A continuación, pueden verse algunos ejemplos:
Me cambiaron varias veces el destino, no sé por qué razón… En fin, que la instrucción la hice en Vitoria y el resto de la mili aquí, en un cuartel por la Remonta. (SANT22H3)
Sí, estoy contenta… Al fin y al cabo, no me puedo quejar, que conseguir trabajo de lo mío aquí, en Santander, es muy difícil. (SANT22M1)
[…] que sí, que no, que sí, que no… Total, que íbamos todos los años al chupinazo de Bilbao y esa vez me quedé sin ir. (SANT22H1)
[…] Probó en Madrid, en Barcelona… En definitiva, que no. Para él, como aquí no se vive en ningún sitio. (SANT22M1)
¡La de vueltas que dimos para dar con el mejor, y nada! En conclusión: una hipoteca de 40 años por un piso en Valdenoja del que le sobra más de la mitad. Dime tú qué negocio es ese. (SANT22M2)
¿Lo del cambio de las líneas de autobús? Intercambiadores o no sé qué palabra utilizaban para las paradas de toda la vida. En suma: un fracaso y tuvieron que volver a lo anterior. Lamentable, lamentable. La alcaldesa que tenemos es medio tonta; solo vale para algo el de Ciudadanos. (SANT22H2)
Los reformuladores atestiguados en la encuesta realizada son 98 y se recogen en la siguiente tabla [Tabla 8]:
| Subclases | Marcadores | SANT22 | ||||||
| H1 | M1 | H2 | M2 | H3 | M3 | Subtotal | ||
| De refuerzo argumentativo | de hecho | 8 | 8 | 8 | 8 | 4 | 6 | 42 |
| en realidad | 1 | 4 | 1 | 6 | ||||
| en el fondo | 1 | 1 | 2 | |||||
| De concreción | por ejemplo | 9 | 12 | 9 | 8 | 5 | 5 | 48 |
| Totales | 18 | 21 | 17 | 20 | 10 | 12 | 98 | |
Los operadores argumentativos localizados en el corpus son escasos por las causas aducidas más arriba, tal como ocurría en el resto de las muestras españolas y americanas. Dentro de ellos, destacan por su presencia de hecho, como refuerzo argumentativo, y por ejemplo, como operador de concreción. Unos resultados que están en sintonía con los de las muestras más contemporáneas de Sevilla (Santana Marrero 2014: 298) y Las Palmas (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 179).
Seguidamente, se consignan algunos ejemplos extraídos de la muestra de Santander respecto al empleo de los diferentes tipos de operadores argumentativos:
Fue una sorpresa: de repente, ¡trasladaban la sede a Zaragoza! De hecho, yo era del comité de empresa y ni siquiera me había enterado. (SANT22M2)
Nunca me he planteado otra cosa. En realidad, siempre he querido quedarme en el mismo sitio. (SANT22H1)
Ante una decisión así, en el fondo todas tenemos dudas. (SANT22M3)
Si tú quieres pasar un fin de semana fuera —por ejemplo: en París, en Londres, en Rumanía… ¿qué sé yo?—, te coges un Ryanair desde Parayas, y tan cheche. (SANT22H1)
Los marcadores conversacionales constituyen el grupo de partículas más numeroso de los cinco consignados. En total, suman 367 elementos, cuya clasificación puede verse en la Tabla 9:
| Subclases | Marcadores | SANT22 | ||||||
| H1 | M1 | H2 | M2 | H3 | M3 | Subtotal | ||
| De modalidad epistémica | claro | 11 | 19 | 13 | 11 | 7 | 10 | 71 |
| desde luego | 1 | 1 | ||||||
| naturalmente | 14 | 14 | ||||||
| por supuesto | 6 | 6 | ||||||
| evidentemente | 3 | 3 | ||||||
| efectivamente | 4 | 4 | ||||||
| por lo visto | 1 | 1 | ||||||
| al parecer | 1 | 1 | ||||||
| sin duda | 1 | 1 | ||||||
| De modalidad deóntica | bueno | 3 | 2 | 7 | 6 | 4 | 8 | 30 |
| vale | 4 | 4 | 9 | |||||
| okey | 4 | 5 | 9 | |||||
| de acuerdo | 1 | 3 | 4 | |||||
| muy bien | 1 | |||||||
| Enfocadores de la alteridad | vamos | 7 | 6 | 7 | 6 | 5 | 6 | 37 |
| hombre | 4 | 4 | 5 | 3 | 4 | 5 | 25 | |
| bueno | 1 | 2 | 2 | 2 | 3 | 3 | 13 | |
| mira | 1 | 1 | 2 | |||||
| oye | 1 | 1 | ||||||
| por favor | 1 | 2 | 3 | |||||
| Metadiscursivos | bueno | 11 | 11 | 15 | 9 | 11 | 10 | 67 |
| si | 1 | 1 | ||||||
| este | 2 | 4 | 6 | |||||
| a ver | 1 | 8 | 9 | |||||
| eh | 12 | 10 | 7 | 19 | 1 | 49 | ||
| Totales | 60 | 64 | 63 | 66 | 55 | 59 | 367 | |
Dentro de la muestra analizada, los marcadores conversacionales de modalidad epistémica suponen un 27.5 % del total. De entre todos ellos, destaca la recurrencia de claro —igual que en las muestras de Sevilla (Santana Marrero 2014: 299), Las Palmas (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 181), Caracas (Bentivoglio, Guirado y Malaver 2014: 61), La Paz (Mendoza 2014: 159), Buenos Aires (Borzi 2014: 36), Córdoba (Toniolo y Zurita 2014: 93) y Santiago de Chile (Valencia Espinoza 2014b: 270)—. Del uso de esta partícula, por su abundancia, se puede detallar más su uso, como se verá a continuación.
Es relativamente frecuente encontrar claro acompañado por otro marcador conversacional de modalidad epistémica. Esto puede comprobarse en los siguientes ejemplos:
Este amigo mío gana 4000 euros al mes por no hacer nada. Claro, por supuesto que así vive cualquiera. (SANT22H2)
Claro, desde luego. Yo no me engaño a mí mismo: soy el primero en reconocer que yo nunca le he puesto mucho empeño. (SANT22H1)
Mi hermana siempre dice lo mismo: que ella tiene la razón en todo. Evidentemente, claro, claro… ¡Lo dijo Blas, punto redondo! (SANT22M3)
La posición de claro dentro del enunciado puede variar, por lo que se localiza tanto al comienzo —principalmente— como en el medio o al final de este. Véanse los ejemplos incluidos a continuación:
Claro que yo tengo mis defectos, pero como cualquiera. (SANT22M2)
Es que es todo tremendo: claro, con esto de las obras del Club de Regatas, que ahora cierran el hotel; del Banco Santander, que quedará bonito, no digo que no… pero es que no se puede circular por aquí. (SANT22H3)
La economía de Cantabria ha sufrido con la pandemia como todas las demás, claro. (SANT22M3)
Tal como aseveraron Martín Zorraquino y Portolés (1999: 4150), se han recogido ejemplos en los que claro se emplea para constatar la recepción del mensaje mediante un comentario evaluador:
E: ¿Tú piensas que el AVE por Bilbao sería la solución?
M: Claro que lo sería: te quitas la montaña y, además de con Madrid, tienes tren rápido a Bilbao. (SANT22H3)
En varias ocasiones, claro encabeza enunciados antiorientados. Este uso ya lo puso de relieve Santana Marrero (2014: 303):
Muchas flores, mucha fachada pintada, muchas fiestas en la calle… claro, como el dinero sale del contribuyente. Así cualquiera. (SANT22H2)
Cuando crearon la Universidad de Cantabria, tendrían que haber puesto todas las carreras. Pero, claro, una cosa es hablar ahora y otra ver el dinero con el que contaban entonces. (SANT22H1)
También se han localizado ejemplos de claro con “sentido concesivo” (Martín Zorraquino y Portolés 1999: 4157):
Yo quería una casa en el muelle o en Pérez Galdós; claro, que había que pagarla. [risas] (SANT22M3)
Finalmente, el resto de los marcadores de modalidad epistémica tienen solo una presencia testimonial. Los ejemplos de naturalmente se deben a que fue muy utilizado por uno de los informantes, SANT22H3. He aquí algunos extractos del corpus:
¿Para probar una vacuna nueva? Naturalmente que conmigo no cuenten. (SANT22H3)
Naturalmente hoy es así, pero cuando yo estudiaba no había ni ESO ni nada por el estilo. (SANT22H3)
Por su parte, los marcadores de modalidad deóntica son menos numerosos que los que hemos visto ya, pues su incidencia apenas supera el 14 %. En el seno de este grupo, destaca el empleo de bueno, que suele aparecer cuando el hablante recrea situaciones dialogadas:
Y me dijo: “bueno, sí, está bien; pero podría estar mejor”. Él era así de asqueroso. (SANT22H3)
Entre los hablantes más jóvenes son recurrentes vale y okey, incluso pueden aparecer juntos:
Mi sueldo hoy por hoy no es el mejor, vale, okey, muy bien, te lo reconozco. (SANT22H1)
Los enfocadores de la alteridad suponen casi el 22 % del total de los marcadores conversacionales. Los más numerosos son vamos —que, dependiendo de la posición, puede buscar atenuación, si va entre medias del enunciado, o asentimiento, si va al final (Santana Marrero 2014: 304)— y hombre, que refuerza el carácter evidente de lo dicho (Fuentes Rodríguez 2009: 185). Estas cifras coinciden con las de las muestras de Sevilla (Santana Marrero 2014: 298) y de Las Palmas (Hernández Cabrera y Samper Hernández 2014: 181):
Lo sé porque quien tiene la información me la ha pasado. Vamos, que no lo digo por decir. (SANT22M2)
La bahía de Santander es el paisaje más bonito que he visto en mi vida. ¡Que es la más bonita del mundo, vamos! (SANT22H1)
¿Que si con más dinero se es más feliz? Hombre, eso es así y punto. (SANT22H3)
Y para acabar, solo resta comentar la presencia en el corpus de los marcadores metadiscursivos, cuya incidencia alcanza el 36 %. Es decir, son los más numerosos de entre el conjunto de los marcadores y aparecen en los momentos de dudas y titubeos. Los que más uso presentan son bueno y eh:
Aquí, bueno… hay de todo, ehhhhh, gente buena y mala ehhhh. Como en cualquier sitio. (SANT22H1)
Ehhhhhhh, sí, bueno, podría ser, podría ser. Pero yo no lo tengo tan claro, bueno… sí. Creo que sí. [risas] (SANT22M2)
Los porcentajes de incidencia de los marcadores del discurso en las hablas de la ciudad de Santander en función de su tipología han sido los siguientes: estructuradores de la información (26.5 %), conectores (18 %), reformuladores (18.3 %), operadores argumentativos (7.8 %) y marcadores conversacionales (29.3 %). Cada uno de estos grupos presenta su propia casuística:
Estructuradores de la información. Destaca el uso de los comentadores, es decir, de pues, que supone un 50 % del total de los ejemplos. A continuación, aparecen los ordenadores de apertura (4.8 %); de continuidad (40 %), con dominio de luego y después; y de cierre (3.2 %). Finalmente, los digresores suponen solo el 2 % del total.
Conectores. De entre los aditivos (33 %), descuellan además e incluso; de entre los consecutivos (45 %), entonces; y de entre los contraargumentativos (22 %), sin embargo.
Reformuladores. El subgrupo más abundante de estos son los explicativos (55 %), con o sea y es decir a la cabeza. Los de rectificación (3.5 %) y los de distanciamiento (7.5 %) tienen una presencia residual. Por su parte, los recapitulativos (44 %) también son abundantes, entre los que se hace notar en fin.
Operadores argumentativos. De presencia muy modesta en el corpus, sus dos tipos aparecen casi empatados: los de refuerzo argumentativo, singularmente de hecho, suponen el 51 %; y los de concreción, especialmente, por ejemplo, suponen el 49 % restante.
Marcadores conversacionales. De los de modalidad epistémica (27.5 %), brilla claro; de los de modalidad deóntica (14 %), bueno; de los enfocadores de la alteridad (22 %), vamos y hombre; y de los metadiscursivos (36.5 %), bueno y eh.
Los resultados extraídos no ofrecen grandes diferencias respecto al resto de las muestras, tanto españolas (Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria) como americanas (La Habana, la Ciudad de México, Caracas, La Paz, Córdoba, Buenos Aires y Santiago de Chile). Parece que, a este respecto, las variedades diatópicas del español no presentan muchas divergencias. Solo podría mencionarse la abundante presencia del pues comentador en las muestras españolas que, dentro de América, solo encuentra eco en las de La Habana (González Mafud y Perdomo Carmona 2014: 117) y la Ciudad de México (Vigueras Ávila 2014: 198).
Este trabajo se inscribe en el grupo de investigación DIME (Discurso en los medios de comunicación) del Dpto. de Lengua Española y T.ª de la Literatura de la UCM.
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