Ediciones Complutense Licencia Creative Commons

MONOGRÁFICO

Estudio metapragmático de las percepciones de la cortesía en hablantes de español peninsular en dos generaciones

Raquel Hidalgo Downing
Universidad Complutense de Madrid (España) Email ORCID iD
Publicado: 14/02/2025

Resumen:Los estudios sobre cortesía en español gozan de una sólida y nutrida tradición, en la que se han estudiado tanto los aspectos teóricos de la cortesía con propuestas específicas para la(s) cultura(s) hispánicas, como en aspectos descriptivos e interaccionistas, sobre los que la bibliografía es abundante (Iglesias Recuero, 2001). A partir de los estudios de Blum-Kulka (1992) y del trabajo de Eelin (2001), se pone de manifiesto la necesidad de estudiar la cortesía no solo en sus formulaciones lingüísticas (la denominada cortesía de segundo orden) sino también en las percepciones de la cortesía elaboradas por los hablantes (cortesía de primer orden). Este trabajo se inscribe en esta corriente, y propone indagar en la noción de cortesía común o lay politeness (Ogiermann y García-Conejos Blitvich, 2019) en un estudio inter-generacional, examinando cómo dos generaciones distintas abordan sus percepciones y conceptualizaciones de la cortesía en la vida cotidiana en la sociedad española actual, a partir del estudio del metalenguaje de la cortesía en los informantes, así como las asociaciones y sentidos que encuentran en los términos sometidos a estudio.

Palabras clave: pragmática del español; cortesía; cortesía de primer orden; metapragmática; percepciones émicas.

A metapragmatic study of perceptions of politeness in peninsular spanish speakers of two generations

Abstract: Politeness studies in Spanish have a solid and rich tradition, with important contributions to the theoretical aspects of politeness with specific proposals for the Hispanic cultures as well as to the description of politeness in Spanish varieties, on which the bibliography is abundant (Iglesias Recuero, 2001). Since Blum-Kulka’s (1992) influential study on the metapragmatics of politeness in Israeli Hebrew and Eelin’s (2001) critical view of politeness theoretical models, however, the possibility of studying politeness not only in its linguistic formulations (the so-called second-order politeness) but also in the speakers’ evaluations of politeness (first order politeness) is set forward. This work is part of this trend, where studies in Spanish are scarce. Specifically, the present study aims to investigate the notion of lay politeness (Ogiermann y García- Conejos Blitvich, 2019) in an inter-generational study, that is, how two different generations approach their perceptions and conceptualizations of politeness in everyday life in today’s Spanish society. The study is based on the study of perceptions in young university students (18-21 years) and older university students (65-80 years) and aims to establish the similarities and differences in the way in which speakers perceive the role of politeness in daily life from an intergenerational approach, examining the metalanguage of politeness in such informants, associations and meanings of the terms under analysis.

Keywords: Spanih pragmatsics; politeness; first order politeness; metapragmatsics;emic perceptions.

Sumario: 1. Introducción. 2. Metalenguaje de la (des)cortesía y percepciones de los hablantes. 3. Metodología y datos. 4. Análisis de los resultados y discusión. 5. Conclusiones. Agradecimientos. Referencias bibliográficas.

Cómo citar: Hidalgo Downing, R. (2025). Estudio metapragmático de las percepciones de la cortesía en hablantes de español peninsular en dos generaciones, Rodríguez Ramalle, T. (coord.): Lengua, discurso y comunicación: 25 años de la revista Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 101 (2025): 231-243. https://dx.doi.org/10.5209/clac.100082

1. Introducción

Los estudios de cortesía constituyen un campo de estudio de gran importancia en la pragmática y el análisis del discurso, así como de enorme vitalidad y dinamismo, tal y como se observa en el volumen y variedad de producción científica que generan desde hace décadas. Pese a la tradición ya larga desde los trabajos iniciales, se trata de un campo que mantiene vivo su interés, y de hecho ha cobrado nuevo impulso en los últimos años, a través de la denominada tercera ola en los estudios de cortesía (Mugford y Félix-Brasdefer 2020: 360), que añade, al giro discursivo de la segunda ola, (van der Bom & Mills, 2005; Locher & Watts, 2005) el estudio de las percepciones de los hablantes, y propone la combinación del enfoque émico y ético de la misma (Kádar, 2017; Kádár y Haugh, 2013). Además, en la tercera ola se relaciona la cortesía con la evolución de las sociedades contemporáneas y aspectos diversos de su configuración social y cultural, como los cambios en los comportamientos en el momento histórico actual, marcado por los procesos de globalización y la presencia cada vez más incisiva de las interacciones en internet, que aportan nuevas prácticas discursivas, a la vez que modifican hábitos sociales y percepciones de la cortesía (Kádár, 2017; Kádar y Haugh, 2013; Sifianu, 2013, 2019).

El influyente estudio de Blum-Kulka (1992) sobre la metapragmática del hebreo en Israel y la revisión crítica de Eelin (2001) acerca de los modelos teóricos de la cortesía, plantean una objeción a los estudios de cortesía que siguen la estela de Brown y Levinson (1987) y que examinan las manifestaciones de la cortesía en mecanismos lingüísticos, lo que Eelin (2001) denomina la cortesía de segundo orden. Argumentan estos autores que la (des) cortesía no puede estudiarse únicamente a través de las expresiones descritas desde modelos lingüísticos, sino que se ha de estudiar lo que los participantes perciben como (des) cortés, puesto que ha de ser el hablante quien pueda evaluar si efectivamente el enunciado en cuestión ha producido el efecto (des)cortés que le ha atribuido el lingüista. Así pues, estos autores muestran la necesidad de incluir la evaluación que los hablantes hacen de la misma; por tanto, desde un enfoque émico (interno) y no solo ético (externo) (Bolívar, 2008). La cortesía denominada de primer orden observa las percepciones y conceptualizaciones de la cortesía que poseen los hablantes de una lengua, variedad o grupo social. Este trabajo se encuadra en este enfoque, en cuanto propone analizar las percepciones de la cortesía común o lay politeness en estudiantes universitarios jóvenes (18-21 años) y mayores (65-80 años). El propósito es conocer las conceptualizaciones de la cortesía, las asociaciones que establecen los hablantes con los términos de la cortesía, así como establecer similitudes y diferencias en el modo en que perciben los hablantes el papel de la cortesía en la vida diaria desde un enfoque intergeneracional. El artículo se organiza en una sección inicial, que hará revisión sintética de los conceptos y estudios dedicados a este enfoque de estudio, y continuará con la presentación de la metodología y los datos, a lo que seguirá el análisis de los resultados y su discusión.

2. Metalenguaje de la (des) cortesía y percepciones de los hablantes

El concepto de cortesía está presente en la vida cotidiana y en las normas de comportamiento en las sociedades, por lo que los hablantes poseen ideas y conceptualizaciones, que no han de coincidir necesariamente, o en todas sus dimensiones, con la noción de cortesía elaborada por los modelos lingüísticos; en todo caso, las evaluaciones de los hablantes sobre la cortesía constituyen un objeto de estudio interesante en sí mismo (Ogiermann y Garcés-Conejos Blitvich (2019: 5). Según las autoras, los estudios con orientación émica y metapragmática buscan estudiar la comprensión y representaciones de la cortesía en los hablantes comunes, es decir, no especializados: “The concept of first order politeness was introduced as the ‘commonsense notion’ and ‘folk interpretation’ of politeness, detached from Brown and Levinson’s universalist notion, […] and reflects participants’ understanding of politeness”. La reorientación hacia estudios metapragmáticos de la cortesía conlleva “looking more closely and more intensively at how people use the terms that are available to them in their own language” (Watts, 2005: xxii), como el análisis de los sinónimos del adjetivo polite en inglés que ofrece la propia Watts.

De acuerdo con Eelin (2001), la cortesía metapragmática se refiere, por tanto, al modo en que los hablantes valoran o hablan de la cortesía como una noción común, no especializada, de la vida cotidiana y del comportamiento social (no solo verbal o lingüístico), así como lo percibido por los hablantes acerca de la cortesía en las distintas prácticas interaccionales (Eelin, 2001: 35-37; Mugford y Félix-Brasdefer 2020: 354). A partir de la noción de metapragmática propuesta por el antropólogo Michael Silverstein (1976) y concebida como una forma de conciencia reflexiva (reflexive pragmatic functioning), Kádár y Haugh (2013) detallan los conceptos y métodos para examinar la cortesía de primer orden. Silverstein define la metapragmática de la manera siguiente:

[Such talk comes under the umbrella of metapragmatics], which can be broadly defined as the study of awareness on the part of ordinary or lay observers about the ways in which they use language to interact and communicate with others (Silverstein, 1976: 36, citado en Kádár y Haugh 2013: 181).

Puesto que la metapragmática se refiere al estudio de la conciencia reflexiva de los participantes y observadores de la interacción sobre aspectos determinados de esta, las nociones de reflexividad y conciencia son centrales en este enfoque de análisis (Verschueren, 2000; Kádár y Haugh 2013: 184). La conciencia del hablante se puede observar, y estudiar, en tres niveles o dominios: el metalingüístico, el metacomunicativo y el discursivo, que constituyen a su vez posibles modos de abordar el análisis: metalenguaje, metacomunicación y metadiscurso (ibídem).

El metalenguaje se refiere al lenguaje que se emplea en una lengua, variedad o grupo social para hablar de la cortesía, y su estudio puede realizarse a través de distintas metodologías de investigación, como los estudios de corpus, la descripción de campos semánticos o mapas conceptuales, estudios estadísticos, cuestionarios y entrevistas a informantes de grupos sociales o variedades de interés para el analista. En esta línea de investigación, Culpeper (2009) estudia el léxico de la descortesía en inglés a partir del análisis de frecuencias, distribución y colocaciones de expresiones metalingüísticas de la descortesía en el Oxford English Corpus, y descubre que la palabra más frecuente en el corpus es rude (mal educado), y no impolite (descortés). El hallazgo de Culpeper pone en evidencia las discrepancias que pueden existir entre las nociones comunes de la cortesía y las formulaciones propuestas por las teorías lingüísticas, y, por tanto, entre una aproximación émica o ética de esta. El análisis del léxico de la cortesía desde mapas conceptuales y datos estadísticos ha sido tratado también por Ide et al. (2005/1992) y Pizziconi (2007), respectivamente. Mientras que Ide et. Al (2005) examinan los términos para cortesía en inglés estadounidense y japonés, y encuentran que la amabilidad (friendliness en el original inglés) es un rasgo que los informantes norteamericanos asocian con la cortesía, los japoneses no mencionaban este rasgo. Pizziconi (2007) estudia también el japonés y corrobora los resultados anteriores, mientras que Wetzel (2004) estudia los manuales de etiqueta y protocolo en japonés y encuentra muy relevante en estos textos la noción de respeto vertical o jerárquico. Por último, también se han empleado cuestionarios y entrevistas para indagar en la conciencia metalingüística de los hablantes. Bolívar (2008) examina las percepciones de cortesía en español de Venezuela y encuentra que sus informantes piensan en distintos términos asociados con la cortesía, pero se repite la incidencia de la amabilidad, educación y buena educación en las mujeres, frente a las asociaciones con las normas y caballeroso de los hombres.

Este estudio se encuadra en el análisis del metalenguaje de la cortesía, y el método empleado es el de los cuestionarios realizados a informantes que pueden englobarse en un determinado grupo social, en este caso estudiantes universitarios, de edades bien definidas. En esta línea de trabajo, los estudios previos han estudiado los conceptos de cortesía a partir de lo que los informantes griegos piensan acerca de las palabras relacionadas con la idea de la cortesía en griego (Sifianu y Angeliki, 2010). Desde el punto de vista metodológico, las autoras elaboran un conjunto de cuestionarios o entrevistas con informantes que reúnen los parámetros sociales buscados y sobre los que se obtienen reflexiones o comentarios acerca de las nociones de cortesía. Un estudio similar y muy prometedor es el que compara las conceptualizaciones de la cortesía común o lay politeness en inglés británico y griego moderno (Ogiermann y Vasiliki, 2020); las autoras encuentran similitudes y también algunas diferencias interesantes en las asociaciones que realizan los hablantes de inglés y griego actual con el término cortesía. Por ejemplo, mientras que los hablantes británicos asocian la aplicación de la cortesía en situaciones cotidianas con interacciones entre desconocidos o en lugares públicos, en los hablantes griegos la cortesía se produce en la vida cotidiana en espacios privados y entre conocidos e íntimos. Estos resultados refuerzan la idea de la cortesía positiva asociada con la cultura griega, pero la matizan también, ya que algunas de las palabras que los griegos asocian con cortesía remiten a nociones de respeto o deferencia. Las autoras atribuyen estas diferencias a la influencia de la crisis en Grecia, por lo que la cortesía adquiere un componente importante de ayuda o empatía hacia el otro, que no aparece en la misma medida en las conceptualizaciones de los británicos (Ogiermann y Vasiliki, 2020: 19). En todo caso, el estudio comparado arroja luz sobre determinadas diferencias que pueden darse entre lenguas-culturas, si bien es notable la similitud y paralelismo en las percepciones cotidianas de la cortesía.

En cuanto al español, la mayoría de los estudios sobre cortesía se inscriben en la cortesía de segundo orden (Iglesias Recuero 2001, Félix-Brasdefer 2020), mientras que los trabajos sobre metapragmática son escasos, si bien existen algunas aportaciones sumamente interesantes.

Los estudios de Bolívar (2008), Ardila (2008), Barros García y Terkourafi (2014), Garcés-Conejos Blitvich y Bou-Franch (2019) abordan directamente aspectos de la cortesía de primer orden en español. Bolívar estudia las percepciones de cortesía de hablantes venezolanos, Ardila (2008) las de jóvenes estudiantes de una localidad de Extremadura, España. Barros García y Terkourafi (2014) comparan hablantes nativos y no nativos de español, y Garcés-Conejos Blitvich y Bou-Franch (2019) examinan el metalenguaje de imagen (face) en el español peninsular actual. Bolívar (2008) centra su estudio en las percepciones de cortesía entre familiares y amigos, y combina la metodología de role-play escrito con un cuestionario que recoge las percepciones de cortesía. En los diálogos simulados, los informantes han de reproducir diversos actos de habla, como peticiones o cumplidos, entre familiares, y Bolívar encuentra el uso mayoritario de peticiones indirectas convencionalizadas, junto a peticiones directas de madres a hijos, así como el empleo de fórmulas de cortesía como por favor y la presencia de mitigadores y apelativos o vocativos. En la segunda parte de la encuesta, se recogen, por otro, lado las opiniones o valoraciones de esos mismos informantes acerca de la cortesía, que describen como una actitud, una contraseña, una entidad valiosa (Bolívar 2008: 5), mientras que reconocen que la cortesía es diferente cuando hay confianza. También anota la autora una diferencia interesante entre las percepciones expresadas por hombres y mujeres, ya que “los primeros favorecen la educación y luego la amabilidad, las normas y ser atentos, mientras que las mujeres colocan en el mismo nivel la amabilidad y la educación” (ibídem).

También se ha estudiado la relación entre las percepciones de cortesía y las estrategias reales de cortesía que emplean hablantes jóvenes en español peninsular, mostrando el contraste que existe entre las percepciones (lo que dicen o piensan acerca de la cortesía) y lo que hacen (no emplean esas estrategias que dicen) (Ardila 2008). El estudio se lleva a cabo en un instituto de escuela secundaria en una localidad de Extremadura, con un grupo de estudiantes de secundaria, con edades comprendidas entre los 13 y los 19 años. El cuestionario contiene una pregunta a), en la que el informante ha de expresar su valoración o percepción de la cortesía (por ejemplo: ¿Es cortes gritar en las conversaciones?), y una pregunta b), en la que el informante ha de decir lo que realmente hace (¿Gritas en las conversaciones?). Se trata de un cuestionario destinado a obtener una doble respuesta, que reflejaría lo que estos jóvenes han aprendido que se debe hacer, y lo que realmente hacen (Ardila, 2008: 205-207). En el análisis, el autor encuentra que los jóvenes españoles poseen nociones de la cortesía que han interiorizado o que han aprendido; así pues, contestan que “no se debe gritar en las conversaciones”, pero, por otro lado, reconocen que no cumplen esas pautas en sus interacciones. El autor concluye que los jóvenes españoles conocen las normas de cortesía y que estas son similares a las de los británicos, pero mientras que los británicos las cumplen, los españoles las incumplen y son abiertamente descorteses (Ardila, 2008: 2013). Pese al indudable interés del estudio, el autor parece incurrir en una evaluación de los informantes y en un tratamiento generalizador de los patrones de la cultura española peninsular. Tal y como se ha mostrado en numerosas ocasiones, en el español coloquial y en el caso de existir una relación de familiaridad o intimidad entre los interlocutores, el uso de estrategias directas no es descortés (Havertake, 2004, Bravo y Briz, 2004). Al contrario, se muestran como formas habituales y correctas de interacción en relaciones de familiaridad (Hernández Flores, 2002). El estudio de Bolívar mencionado subraya que los informantes indican que la cortesía no es necesaria cuando hay familiaridad (Bolívar 2008: 18). Además, el estudio de Ardila toma como informantes jóvenes de edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, lo que encaja en una caracterización de lenguaje adolescente. Tal y como ha mostrado la investigación en sociolingüística y pragmática, los jóvenes no emplean las estrategias de cortesía indirecta y mitigada que emplearían adultos en situaciones similares, sino formas que corresponden a la anticortesía (Zimmermann, 2002). En el caso de los jóvenes, ese incumplimiento no es tal, sino un rasgo de su variedad y de la relación de familiaridad previsible que se establece entre amigos del instituto. En otro orden de cosas, el hecho de que, por el contrario, sí respondan de forma metapragmática a determinados valores, no sugiere que no cumplen las normas, sino que esos principios, incluso conceptos o nociones de cortesía, forman parte de las nociones de cortesía que se han adquirido social y culturalmente, y se configuran como expectativas (Escandell Vidal, 1998). El plano de las nociones de cortesía guarda relación con el aprendizaje de principios y normas de comportamiento social, en los que la lengua es solo una (pequeña) parte, y cuyo aprendizaje aporta formas de conocimiento que se conforman como expectativas de adecuación social (Escandell Vidal 1998: 47). Los resultados de Barros y Terkourafi (2014) apoyan esta hipótesis, puesto que muestran que los hablantes nativos de español no asocian el empleo de la cortesía con los entornos familiares y de amigos sino de desconocidos, y entienden, en cambio, la cortesía como una forma de deferencia o consideración. En todo caso, la aparente disonancia resulta interesante para nuestro trabajo, ya que trae a colación el hecho de que la cortesía común, tal y como se verá, se concibe en los hablantes como un conjunto de normas o pautas de comportamiento que se emplea principalmente en las interacciones públicas, con desconocidos, lo que subraya que, de alguna manera, los hablantes entienden que la familiaridad constituye otra forma de relación, basada en la confianza (Hernández Flores 2002) y que no precisa de elaboración de cortesía.

3. Metodología y datos

Este estudio plantea las conceptualizaciones de la cortesía común en hablantes de español peninsular de dos generaciones distintas, los jóvenes universitarios y los mayores. El objetivo general del trabajo es averiguar cuáles son las nociones de cortesía que poseen los hablantes, qué palabras o sinónimos usan en relación con la cortesía, y cuáles son los atributos que le confieren, en un sentido amplio, que no ha de ser necesariamente cortesía verbal. La metodología ha consistido en la elaboración de un cuestionario con preguntas acerca de las palabras relacionadas con la cortesía, siguiendo los modelos de Bella y Ogierman (2019) y Ogiermann y Vasiliki (2020), quienes emplean los cuestionarios para estudiar los sinónimos de cortesía. Los jóvenes universitarios son estudiantes de nivel de Grado de la Universidad Complutense de Madrid, mientras que los mayores son también estudiantes jubilados, que atienden voluntariamente la Universidad de Mayores, i.e. estudios de grado en la misma universidad. Una vez filtrados, descartando aquellos que no se ajustan a los objetivos de la investigación, por ejemplo, porque los informantes son estudiantes de intercambio y no son nativos, los cuestionarios recogidos ascienden a un total de 140, de los cuales 70 pertenecen a universitarios jóvenes y 70 a universitarios mayores. En el grupo de universitarios jóvenes, 35 son hombres y 45 son mujeres; en los mayores, 33 son hombres y 37 son mujeres. Existe una ligera diferencia entre hombres y mujeres, característica de los estudios de lengua(s) y literatura(s). Pese a ello, no hemos querido renunciar a observar las diferencias en cuanto a género, por lo que hemos mantenido los resultados. Los datos se recogieron en el mes de abril de 2023.

En cuanto al análisis de los datos, en primer lugar, se estudiarán los conceptos que los informantes asocian con cortés y las situaciones que describen como corteses; a continuación, se examinarán las descripciones o definiciones que aportan de la cortesía, y se discutirá en qué medida se corresponden con la descripción lingüística o ética de la cortesía. Los objetivos pueden resumirse en los puntos siguientes: (i) determinar las palabras y significados que asocian con cortés; (ii) identificar las situaciones que se describen como corteses; (iii) examinar las definiciones o descripciones ofrecidas sobre la cortesía.

En la Tabla 1 se recoge la información principal de los datos recogidos para el estudio, es decir el número de encuestados, los dos grupos etarios, el lugar y fecha de recogida de los datos.

En cuanto al contenido del cuestionario, se compone de tres preguntas. La pregunta 1 se refiere a las palabras que los informantes asocian inmediatamente con cortés; la pregunta 2 solicita del informante relatar una situación cortés. La pregunta 3 ofrece un espacio añadido, que invita a los informantes a reflexionar sobre lo que piensan que es la cortesía en la sociedad actual. El cuestionario ha sido distribuido por escrito a los informantes, que lo han desarrollado en un tiempo estimado de 20-25 minutos. El objetivo de ofrecer preguntas por escrito es el de recabar las asociaciones de los informantes sobre las percepciones y nociones de cortesía en la vida cotidiana de una manera reflexiva, si bien también espontánea.

Tabla 1. Datos recogidos para el estudio de percepciones de la cortesía en dos generaciones
Número de encuestados Jóvenes (18-25) Mayores (+65)
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Encuestados 35 45 33 37
70 70
Total 140
Lugar de recogida Universidad Complutense de Madrid Universidad de Mayores
Periodo de recogida 1/04/2023 a 1/05/2023 ídem

4. Análisis de los resultados y discusión

4.1. Las percepciones de cortesía en jóvenes y mayores

En primer lugar, a partir de los cuestionarios obtenidos y del análisis de la pregunta 1 del cuestionario (qué palabras asocian los informantes con cortés), se han extraído los ítems que han aparecido en las encuestas y se han analizado por grupos. Los resultados se recogen en el Gráfico 1, que permite la visualización simultánea en los dos grupos de edad, jóvenes y mayores.

Gráfico 1. Caracterizaciones de cortés en universitarios/as jóvenes y mayores

Tal y como muestra el Gráfico 1, que recoge las palabras que asocian con cortés, resulta mayoritaria la asociación inmediata en los dos grupos con educado; la respuesta entra en lo predecible, en cuanto se trata del adjetivo que se emplea habitualmente para referirse a la cortesía en el uso cotidiano, frente a cortés/ cortesía, que se percibe como un término culto y académico, y es el que se emplea en las teorías lingüísticas. Además, los informantes fluctúan en cuanto a la concordancia de género, en los dos grupos, y ofrecen las dos posibilidades, entendiendo que educada se corresponde con persona educada o bien educado, empleando el masculino genérico. Los jóvenes, además, proponen formas inclusivas como educado/a o educad@, que abarcan ambos. Sin embargo, es más frecuente en todos los ítems y los dos grupos la formulación en femenino, [persona] educada que educado. También existe consenso en el segundo adjetivo escogido, amable, que haría alusión a la suavidad de trato, orientación hacia el otro, sensibilidad hacia la situación y los otros, evitación de formas rudas; está presente de forma destacada en los jóvenes y mayores. Los jóvenes mencionan en tercer lugar respetuoso, que remite en cambio a nociones como deferencia, formalidad y distancia; en los mayores también aparece esta mención, pero con un número inferior de menciones (en 6º lugar de todos los ítems), y no concuerda totalmente con la idea extendida de que los mayores otorgarían mayor importancia al respeto que los jóvenes. Si las nociones o conceptualizaciones de la cortesía reflejan, como decía Silverstein (1976), la conciencia reflexiva acerca de la cortesía habría que reseñar que, en este caso, los jóvenes universitarios conciben el respeto como una de las asociaciones principales de la cortesía. En 4º lugar, los jóvenes mencionan agradable, que comparten los encuestados mayores, y que remite de nuevo a cualidades de la personalidad, como el trato o la disposición hacia el otro. Si bien el habla o la forma de hablar no se menciona, sin duda constituye atribuciones implícitas, aunque no exclusivas, tanto de amable como de agradable. En los jóvenes, aparece en el 5º puesto caballeroso, con 8 menciones, una asociación que no comparten los mayores, que no incorporan en su descripción de cortés y que, de nuevo, sorprende y revela que la conciencia reflexiva de los jóvenes incluye cualidades que se asocian con el comportamiento de los hombres. El DRAE define caballeroso como dicho de un hombre, que se comporta con distinción, nobleza y generosidad, y en principio podría pensarse que se trata de una noción alejada de la vida cotidiana de los jóvenes. La mención sugiere, por el contrario, que para ellos la cortesía posee atribuciones de comportamiento ligado a ciertas tradiciones o comportamientos heredados tradicionalmente. Los jóvenes, además, mencionan correcto, con modales o elegante, que también remiten a situaciones de formalidad o distancia social, mientras que simpático presenta una asociación con características de la personalidad, en este caso más bien opuestas a las anteriores, es decir, de cercanía, si bien permanece la atribución de suavidad en el trato, aunque simpático sugiere mayor apertura y vitalidad. Los mayores mencionan considerado, que remite a la esfera de respetuoso e indica distancia social y deferencia, así como otras atribuciones parecidas, como reflexivo, comedido. En una línea similar, pero de término más reciente en el uso del español, los mayores mencionan además empático, que indica orientación y sensibilidad hacia el otro y refleja cualidades psico-emocionales. Por último, los mayores mencionan cordial, afable y bien educado. En suma, jóvenes y mayores coinciden en las asociaciones principales de cortés, con educado y con atribuciones de la personalidad como agradable o amable, pero en las que se unen además acepciones acerca del trato hacia los demás, la suavidad de formas y de forma implícita, la forma de habla o de comunicar. Sin embargo, aparecen diferencias, en cuanto los jóvenes incluyen menciones relativas a la distancia social, formalidad, deferencia hacia el otro e incluso comportamientos con valor social, como respetuoso, caballeroso, con modales.

4.2. Las percepciones de cortesía en hombres y mujeres jóvenes

Además de estas asociaciones principales, los grupos analizados han mencionado otros adjetivos o expresiones que asocian con cortés y que revelan matices interesantes acerca de las nociones de cortesía; las analizamos a continuación.

En el grupo de jóvenes, las mujeres han mencionado 43 ítems diferentes, la mayoría en forma de adjetivos, pero también expresiones nominales, adjetivales o preposicionales (con modales, que sabe estar, que sabe comportarse, que sigue la ética, persona con educación superior). Las asociaciones encontradas se han englobado en nociones relativas a la distancia social o características que normalmente se asocian con la distancia (cortesía negativa de Brown y Levinson, 1987), formalidad, deferencia, territorialidad, defensa de la imagen negativa o autonomía (véase Tabla 2). Otros adjetivos reflejan, en cambio, cercanía, orientación, sensibilidad o disposición hacia el otro. Además, otras asociaciones interesantes que las mujeres jóvenes han aportado son la educación recibida en clases sociales o niveles educativos más elevados. De estas acepciones surgen también términos de connotación negativa, como presumido, sabelotodo o remilgado, ya que proyectan una imagen de superioridad del hablante sobre los demás. Estas nociones de cortesía coinciden con las encontradas por Sifianu y Angeliki (2010), quienes apuntan a las percepciones de cortesía entendida como una forma de comportamiento que adquieren las clases sociales elevadas y a través de la cual se muestran superiores. Otra noción que aparece en las mujeres jóvenes es la cortesía entendida como un valor ético. En este sentido es donde la cortesía se relaciona con el orden moral (Kádár, 2017) y, de hecho, lo representa; la cortesía se refiere a esa etiqueta o normas que suscriben las personas para seguir las normas culturales y expresar el seguimiento del orden moral. El género se menciona explícitamente: en un hombre, caballeroso.

Tabla 2. Asociaciones de cortés en mujeres jóvenes
Categorías asociadas a cortés ítems
Distancia Respetuoso, considerador, cordial, bien educado, señor, formal, remilgado, elegante, gentil, caballeroso, formal, presumido, refinado, sabelotodo
Cercanía Amable, agradable, generosa, dispuesta
Orientación al H Culto, delicado, cuidadoso, correcto, cordial, elegante
Orientación al O Desinteresado, generosa, generosa con quien le rodea, dispuesta
Valor ético Con valores, que sigue la ética, que sabe comportarse, que sabe estar
Valor social de clase Persona con educación superior, sabelotodo, presumido, remilgado, fino, señor, fino, refinado, gentil, delicado, que tiene un comportamiento fino, que tiene buena educación
Género En un hombre, caballeroso

En cuanto a los hombres jóvenes [Tabla 3], han proporcionado 25 palabras o expresiones similares o asociadas a cortés, adjetivos principalmente, y en dos ocasiones expresiones equivalentes gramaticalmente: que tiene buenos modales y que mantiene un buen trato con otras personas. En las percepciones de los chicos jóvenes están presentes los matices que aparecieron en las mujeres, pero con variaciones interesantes. Si bien aparecen términos que indican distancia o cortesía negativa, como respetuoso o correcto, abundan los términos que sugieren cercanía. En dos ocasiones aparecen acepciones que remiten a la distancia social o deferencia, pero mucho menos que en las mujeres jóvenes, tanto en número como en variedad de vocablos mencionados. Los hombres jóvenes también mencionan los valores éticos relacionados con la cortesía. Un rasgo distinto de las mujeres es que aparecen vocablos orientados al hablante, como simpático, ligón, que constituyen atributos de la personalidad y que confieren al hablante una imagen positiva y (auto) valorizada, incluso con un matiz de seducción, lo que indica valores estratégicos de la imagen asociados a la cortesía, que el hablante emplearía para lograr una mayor sociabilidad o ejercer un impacto positivo sobre el oyente (también con un sesgo de género).

Tabla 3. Asociaciones de cortés en hombres jóvenes
Categorías asociadas a cortés ítems
Distancia Distante, refinada, formal, elegante, cordial, formal, digno, caballeroso
Cercanía Generoso, galante, empático, agradable, simpático, ligón, guapo, mono
Orientación al H Simpático, ligón, atractivo, guapo, galante
Orientación al O Empático, generoso, atento
Valor ético Buena persona
Valor social de clase Refinado, digno, distante, elegante
Género Ligón, caballeroso, guapo

Se observan diferencias interesantes entre las mujeres y los hombres jóvenes. Además de la coincidencia en las asociaciones más frecuentes, que son comunes a todos los grupos, los hombres jóvenes resaltan los sinónimos o afines que indican cercanía; además, atribuyen cualidades al hablante, como belleza o atractivo (guapo, atractivo) o incluso seductoras (ligón). Con ello aparece el empleo de una cortesía estratégica, orientada a la proyección de la imagen positiva del hablante, y que remite al tipo de cortesía estratégica que Brown y Levinson (1987) reconocían como un acelerador social. En las mujeres jóvenes, en cambio, se destacan asociaciones indicadoras de distancia y formalidad, aparece un número muy elevado y variado de vocablos que remiten a la distancia social y deferencia, mientras que la lista de términos que indican cercanía es más corta, y en ella no se reflejan usos (auto) valorizantes de la cortesía. Hay asimismo una conciencia de clase, educación y jerarquía, que aparecen en vocablos como señor, con educación superior, culta, con buenos modales. Se refieren metapragmáticamente al género, indicando que, para un hombre, que es caballeroso. Se destacan las asociaciones expresadas mediante frases como que se sabe comportar, que sabe estar, con valores. En la conceptualización de lo cortés como representante de la imagen que uno proyecta de sí mismo, las mujeres jóvenes ven un lado negativo, asociando con cortés atributos como presumido o sabelotodo, vocablos que indican actitud de superioridad, o bien excesivamente artificial o autovalorizante (remilgado). Son asociaciones que remiten a la educación de clases sociales cultivadas, en las que se enseñan mediante normas de etiqueta o de comportamiento social, y que pueden ser percibidas como formas de distanciamiento social y de marca de superioridad.

4.3. Las percepciones de cortesía en mujeres y hombres mayores

Las mujeres mayores emplean 36 ítems diferentes para expresar sinónimos o ideas que asocian con cortés. Como en los otros grupos, se encuentran acepciones que remiten a una relación de cercanía, en este grupo más variados y numerosos que los que remiten a la marca de distancia o formalidad. A diferencia de las mujeres jóvenes, aparecen escasas referencias explícitas a la cortesía como valor ético, noble, humilde, modesta; en cambio, sí a la cortesía entendida como etiqueta o norma protocolaria, externa: que sigue un protocolo. Señalan asimismo el origen de la palabra, que viene de la corte, y aparecen representados atributos de la personalidad relacionados con la modestia o la (auto) presentación: modesta, discreta, humilde, lo contrario de mujeres jóvenes, que asociaban cortés con formas auto-valorizantes y aceleradoras de las relaciones sociales (Brown y Levinson 1987). En suma, en las mujeres mayores se repiten las palabras más frecuentes en español, sobre las que existe consenso y coincidencia, pero hay nuevas, como las que hacen alusión a principios o máximas de modestia, por ejemplo. No aparece el carácter moral ni el de autoimagen (positiva) pero sí, en cambio, los rasgos de interacción cercana o de solidaridad, que predominan en las nociones de cortesía que presentan [Tabla 4].

Tabla 4. Asociaciones de cortés en mujeres mayores
Categorías asociadas a cortés ítems
Distancia Atenta, correcta, educada, bien educada, recatado, discreta
Cercanía Cariñosa, cercana, cuidadosa, simpática, sincera, encantadora, servicial, agradable, amable, cumplido, detallista
Orientación al H Hábil social, sabiendo estar, encantadora, modesto, humilde
Orientación al O Servicial, empática, cumplido, cariñosa, cuidadosa, paciente
Valor ético Noble, humilde, modesto
Valor social (de clase)
Genero caballeroso

Los hombres mayores [Tabla 5] exhiben un abanico más amplio y variado que los hombres jóvenes (mencionan 33 ítems diferentes), pero las orientaciones de unos y otros son similares, en cuanto abundan los adjetivos que subrayan cercanía y, al igual que en los hombres jóvenes, añaden un elemento de galantería, algo específicamente masculino, que proyecta una (auto) imagen positiva del que emplea la cortesía: así encantador, galante, garboso, mono, guapo. Estos adjetivos sugieren un estilo comunicativo o trato cortés consciente, que responde a la finalidad de ofrecer una imagen positiva de sí y facilitar las relaciones sociales mostrándose más accesible (acelerador social). También se subrayan, por otro lado, las características que tienen que ver con los valores morales, como noble, empático, normal, incluso o no borde, servicial o generoso; es decir, la orientación hacia el otro. Esta orientación hacia el otro se subraya en las frases como que escucha, que atiende a lo que pasa cerca, lo que sugiere sensibilidad hacia lo que sucede alrededor, implicación del hablante; es decir, que atiende a las necesidades de imagen de los otros y no solo la suya. En los hombres mayores, por otro lado, no aparecen las nociones de cortesía que remiten a comportamientos de etiqueta o protocolo, es decir, normas convencionales externas, como tampoco la alusión a los comportamientos aprendidos en determinados grupos sociales cultivados.

Tabla 5. Asociaciones de cortés en hombres mayores
Categorías asociadas a cortés Ítems
Distancia Educado, considerado, caballeroso, refinado, atento, respetuoso, correcto, cordial, atento, comedido
Cercanía Afable, agradable, amable, cercano, comprensivo
Orientación al H Encantador, simpático, galante, garboso, guapo, mono, las buenas formas y maneras
Orientación al O Empático, generoso, servicial, comprensivo, piensa en los demás, poco borde, que atiende con educación a lo que pasa cerca, que escucha
Valor ético Noble, normal
Valor social de clase
Género Caballeroso

4.4. Situaciones y definiciones de la cortesía

Tras el análisis de las asociaciones con cortés, se han examinado los resultados de las preguntas 2 y 3 del cuestionario, que recogían situaciones corteses y definiciones de la cortesía. En cuanto a la pregunta 2, las situaciones que los informantes mencionan como corteses son similares en los dos grupos, jóvenes y mayores, y pueden clasificarse en las categorías siguientes: 1) Transporte púbico, 2) Establecimientos e intercambio de servicios, 3) Cortesía verbal, 4) Orientación al otro, ayuda y compañerismo, 5) Cortesía mitigadora.

  1. Transporte público: se menciona como prototipo de situación cortés aquella en la que una persona cede su asiento a otra que lo necesita más, ya sea por la edad (Levantarse en el autobús/metro para que se siente una persona mayor), condición física (mujer embarazada, persona con discapacidad). También se menciona en este ámbito el ofrecimiento de ayuda para cargar bultos pesados o grandes, sostener la puerta al salir del transporte, o dejar pasar en la cola a una persona.

    1. Al subir al autobús, un señor me dejó pasar primero porque le daba igual quien suba primero y fue un gesto de cortesía.

    2. Cuando un desconocido me prestó su ayuda para mover unos muebles. No me conocía de nada y a él le suponía una molestia, pero lo hizo igualmente.

  1. Establecimientos e intercambio de servicios: todos los grupos mencionan situaciones en las que las personas que los atendieron, dependientes de establecimientos o servicios, realizaron su trabajo mostrando atención hacia el cliente.

    1. Una empleada de La Casa del Libro me fue de gran ayuda una vez y fue bastante cortés, lo que se podría deber a que es algo exigido en los empleos de cara al cliente.

    2. El otro día fui a una óptica para ver si podían ajustarme las gafas y pudieron hacérmelo. Fueron muy amables y, además, no me cobraron nada.

    3. Un camarero se refirió hacia nosotros mediante el empleo de “usted” y cuidando siempre ese trato, y del mismo modo, el léxico.

  1. Cortesía verbal: es común a todos los grupos mencionar la cortesía verbal como forma de cortesía. En particular, mencionan el saludo en el transporte público y en situaciones con desconocidos. Los hombres jóvenes mencionan el trato de usted de un camarero como forma de cortesía; los hombres mayores aluden en cambio a la cortesía como una habilidad comunicativa. Las mujeres jóvenes mencionan el saludo, pero también la capacidad para entablar conversación en una situación de encuentro social (una boda) en la que no se conoce a nadie. Los hombres mayores mencionan también una situación similar, en la que la cortesía consiste en romper el hielo y crear conversación entre los comensales. En la cortesía verbal, los informantes no incluyen la mención de expresiones como gracias o por favor, que sí aparecen mencionadas en estudios previos sobre otras lenguas, como el griego o el inglés (Ogiermann y Vasiliki, 2020).

    1. En una boda de una amiga de mi amiga casi no conocía al resto de invitados. Una persona se acercó y me dio conversación, estuvo atenta y me hizo sentir muy bien.

    2. Cuando la gente sube al autobús y saluda al conductor; en una forma machista, cuando un hombre le abre la puerta a una mujer.

    3. En una mesa de comensales con desconocidos iniciar una charla.

  1. Ayuda, orientación al otro y compañerismo en los estudios: salvo en los hombres jóvenes, en el resto de los grupos aparecen alusiones a la disposición hacia el otro como ejemplos de situaciones corteses, y mencionan la ayuda y atención entre compañeros de estudios.

    1. Cuando alguien te ve en una situación en la que necesitas ayuda y te ayuda desinteresadamente.

    2. Hace unas semanas enfermé de gastroenteritis, por lo que no pude venir a clase. Cuando retomé la actividad, mi compañera no solo me prestó sus apuntes, sino que me explicó todo el temario de manera clara y concisa.

    3. Un compañero de trabajo se ofreció voluntariamente para realizar la parte del trabajo que me era muy desagradable, sin nada a cambio y con simpatía.

  1. Cortesía mitigadora: en estas menciones de los informantes, aparecen formas de cortesía que coinciden con las descripciones lingüísticas de la misma, ya que el hablante se sirve de determinadas estrategias verbales para realizar actos de habla (petición) o evitar el conflicto y salvaguardar las imágenes de los otros.

    1. Un compañero me pidió apuntes de la Universidad. Cuando la gente te pide que le hagas un favor se muestran corteses (muy amables).

    2. Medio, en parte, la razón cuando no la tenía.

    3. Cuando una de las partes en una discusión pierde la compostura y la contraria contesta cortésmente, eso es cortesía.

Por tanto, no se advierten diferencias sustanciales entre los grupos en las situaciones que describen como corteses. Las situaciones corteses prototípicas se desarrollan en el transporte público y en el intercambio de servicios en establecimientos. También aparece como prototípica la cortesía verbal ritualizada, particularmente los saludos. Las mujeres jóvenes constituyen el grupo que aporta un número más elevado y variado de situaciones, y el único grupo que se diferencia también, porque incorpora algunas categorías que no aparecen en ningún otro grupo: la alusión al género, es decir a las situaciones en las que el hombre es cortés (En una forma machista, cuando un hombre le abre la puerta a una mujer); situaciones formales, en las que aparece una relación jerárquica y de distancia (ejemplo 14); situaciones en las que se pone de manifiesto el valor ético de la cortesía o el hecho de que se trata de algo opcional y que pone en valor la calidad ética del comportamiento frente a los demás. También añaden las mujeres jóvenes las situaciones en las que compañeros de universidad y compañeros de trabajo se muestran atentos hacia el otro.

  1. Cuando una persona de rango superior al mío, por ejemplo, académicamente, en un acto de la universidad con una persona prestigiosa, que esta persona me trate con el mismo respeto que yo a ella. Son situaciones jerarquizadas inicialmente

Frente a la pregunta 1, que mostraba las asociaciones de cortés con formas de etiqueta pero también éticas o morales, así como formas estratégicas de potenciar una imagen positiva de uno mismo o de los otros, las situaciones corteses reflejan una noción de cortesía que se desarrolla típicamente entre desconocidos, en situaciones públicas, y no se ven reflejadas en igual medida situaciones laborales ni de interacciones entre familiares o amigos, pero sí están muy presentes las asociaciones con la cortesía positiva o la orientación hacia el otro, como formas de ayuda o generosidad, lo que se subraya en el carácter no obligatorio de la misma, sino como educación, es decir como inclinación personal adquirida en el entorno social en el que el individuo se ha criado y se desenvuelve socialmente. Estos resultados coinciden con la descripción aportada por Sifianu y Angeliki (2010) y Ogiermann y Vasiliki (2020) acerca de los griegos y los británicos, que también refieren situaciones corteses aquellas que se desarrollan en espacios públicos e interacciones entre desconocidos o en intercambios de servicios.

Por último, el cuestionario contiene una pregunta en la que los informantes han de proponer una definición de cortesía. Las respuestas recogidas se han agrupado en las categorías siguientes: (i) etiqueta o normas sociales convencionales; (ii) forma de hablar; (ii) valor ético; (iii) ayuda, orientación hacia el otro; (iv) cercanía, afectividad: (v) distancia (respeto). La distribución se muestra en la Tabla 6.

De los resultados se extrae que los informantes definen la cortesía como una forma de comportamiento adquirido socialmente, que está parcial o totalmente convencionalizado, y que permite realizar las acciones sociales salvaguardando la armonía social, una definición que no se aleja del concepto lingüístico de cortesía, que subraya la función social de la cortesía, como forma de convivencia humana universal (Brown y Levinson, 1987; Escandell Vidal, 1998). Por otro lado, en los informantes españoles está muy presente la cortesía entendida como acelerador social, como una forma de ayudar al otro y de estar pendiente de él/ella, de atender sus necesidades, así como de marcar cercanía y afectividad, si bien se destaca en las definiciones que la cortesía se desarrolla entre desconocidos, por lo que adopta precisamente una función facilitadora

de las relaciones sociales. En menor medida se menciona la cortesía como una forma específica de hablar, o como valor ético. Son dimensiones que aparecen también, pero en menor medida.

  1. Conjunto de reglas de comportamiento que de niño nos enseñan nuestros padres en casa para facilitar la convivencia entre todos.

  2. Como la manifestación de una relación social en la que las partes actúan según una serie de parámetros preestablecidos que tienen la aceptación de ser correctos o adecuados.

  3. La convención social que permite que los interlocutores realicen intercambios de todo tipo manteniendo las formas pertinentes y adecuadas a cada situación.

  4. Forma de tratamiento respetuosa que se emplea en ciertas situaciones y en la gran mayoría de casos responde a convencionalismos sociales.

  5. Para mí la cortesía es la etiqueta, es decir, conjunto de reglas adecuadamente aplicadas

Tabla 6. Aproximaciones a la cortesía común
Categorías %
Etiqueta o normas convencionales 24
Forma de hablar 3
Valor ético 6
Orientación hacia el otro (ayuda) 25
Cercanía (afecto, solidaridad) 29
Distancia (respeto) 12
N/D 1

En cuanto a la frecuencia de mención en los grupos, puede destacarse que las mujeres jóvenes, de nuevo, aportan un número más elevado y variado de definiciones de cortesía, recogiendo las asociaciones de la cortesía con los valores éticos, la cercanía, pero también como forma de distancia y respeto. Las mujeres jóvenes, además, incluyen los aspectos negativos de la cortesía convencionalizada, como el sesgo hacia el género (formas machistas), mientras que en los hombres jóvenes se menciona más la cortesía etiqueta o norma convencional adquirida y que cumple una función social, así como la cortesía entendida como cercanía. En los hombres mayores destaca la noción de cortesía como ayuda y cercanía (facilitadora de las relaciones), al igual que en las mujeres mayores. Estas últimas lamentan, además, la evolución negativa de la sociedad en cuanto al acatamiento de la cortesía (Forma de relación entre humanos que debería existir siempre. Por desgracia, muchas veces no es así; Una cualidad que se ha ido perdiendo).

4.5. Discusión y comparación entre los segmentos de informantes

El análisis de los resultados obtenidos en las preguntas elevadas a los informantes muestra que existe un consenso en los grupos etarios en asociar cortés con educado o bien educado y cortesía con educación o buena educación, lo que confirma que estos son los términos de uso común frente a cortés/cortesía como términos académicos y que el hablante puede percibir más alejados (viene de la corte). Otras asociaciones comunes y bastante inmediatas son amable, agradable, en la gama de la cortesía entendida como acercamiento, y respetuoso, en la línea hacia la deferencia o defensa de la imagen negativa del otro. El análisis del metalenguaje ha puesto de manifiesto la riqueza de asociaciones que los informantes han realizado, sugiriendo los matices y acepciones de la cortesía, como valor ético, comportamiento masculino, forma de acercarse al otro y agradar, o lo contrario, de respeto y alejamiento. Otras asociaciones interesantes se encuentran en la esfera de rasgos de la personalidad, así como atributos de la educación recibida, especialmente en clases cultivadas. Si bien existe un consenso básico en las nociones principales, se han encontrado diferencias interesantes entre jóvenes y mayores, y entre hombres y mujeres. Los mayores han mostrado asociaciones de la cortesía que pueden englobarse en acepciones de cortesía entendida como forma de acercamiento, solidaridad, prestación al otro, mientras que en los jóvenes aparece también la acepción de una cortesía de la distancia, que marca diferencias sociales o deferencia, que se produce en interacciones desiguales o ámbitos formales y protocolarios, como el entorno académico y el laboral. Se trata de una diferencia interesante, puesto que indicaría una mayor conciencia reflexiva por parte de los jóvenes de la diversidad de las dimensiones sociales de la cortesía, como forma adaptativa según las situaciones, que pueden ser de acercamiento (ayuda, prestación al otro) o de distancia (intercambio de servicios, trabajo, actos académicos) y que son constitutivos por tanto de las prácticas sociales. El hecho de que esas formas no aparezcan en los mayores sugiere que quizá en su caso esas formas ya han sido asimiladas y no son conscientes, o bien el alejamiento de la vida productiva y de la ansiedad de desenvolverse en situaciones formales o protocolarias, les ha hecho olvidar o no tener en cuenta esos rasgos. En todo caso, contradice la creencia popular, según la cual el respeto es una noción propia de la edad adulta y avanzada, más que de la juventud.

La otra diferencia se encuentra entre hombres y mujeres, y en particular destaca el grupo de mujeres jóvenes, quienes aportan más y más variadas acepciones de cortesía, tocando todas las asociaciones. Las mujeres jóvenes, además, muestran conciencia del lado negativo de la cortesía, a través de la distancia social, en atributos de la personalidad o de pertenencia a clases sociales que se perciben superiores a través de la cortesía. Resaltan, además, el papel del género, en formas que perciben como machistas, y muestran conciencia de la fijación de normas sociales en formas convencionalizadas que pueden no armonizar con la evolución de comportamientos y sensibilidades sociales.

La descripción de situaciones corteses revela que los informantes de todos los grupos entienden que estas se manifiestan típicamente en situaciones y lugares públicos y en interacciones entre desconocidos, lo que subraya el hecho de que las relaciones entre familiares y amigos no se conciben explícitamente como formas de cortesía, sino que esta se entiende como una serie de comportamientos que están preestablecidos, y por tanto no se negocian en la interacción, como sucedería en una relación más dinámica entre interlocutores. Algo similar se extrae de las definiciones que aportan de la cortesía, donde se destaca el carácter convencional, social de la cortesía, entendida como forma de establecer unas normas de convivencia, noción que no se aleja de la aportada en el modelo de Brown y Levinson (1987) acerca de la función básica de la cortesía como forma de evitación del conflicto y de salvaguarda de las necesidades sociales de los miembros de una sociedad, o de lingüistas del ámbito hispánico, quienes han formulado la cortesía como forma de adecuación social y expectativas (Escandell Vidal, 1998), y han destacado que la cortesía entre familiares y amigos en el español peninsular opera con otros parámetros, como la confianza (Hernández Flores, 2004). En cuanto a la relación de estos resultados con estudios anteriores, cabe destacar los paralelismos con el estudio de Bolívar (2008) y Ardila (2008), en la medida en que los informantes de español piensan en educado y educación como las formas de cortesía cotidiana, y entienden, además, como señalaba Ardila, que la cortesía constituye un conjunto de normas convencionales que indican pautas de comportamiento que los hablantes conocen y han adquirido socialmente. Sin embargo, este estudio amplía las nociones de cortesía encontradas en los estudios previos, y de hecho ilustra una noción mucho más amplia y a la vez matizada y sutil de la cortesía, que abarca conceptualizaciones sociales, culturales, verbales de gran complejidad y que se entreteje con los principios, normas y valores de la sociedad española actual.

5. Conclusiones

Este trabajo ha propuesto un acercamiento a la cortesía de primer orden en el español peninsular a través del análisis de las percepciones y conceptualizaciones de la cortesía cotidiana en universitarios jóvenes y mayores, a través de una primera exploración del metalenguaje de la cortesía en español. Los resultados han mostrado que existe consenso en los hablantes españoles en asociar la cortesía y lo cortés con la educación y ser educado/a, lo que pone de manifiesto que este es el término de uso cotidiano para la cortesía, y el que, por tanto, habría que estudiar, por ejemplo, en corpus, para comprender las acepciones y matices en el uso actual del español. Otros rasgos comunes son la asociación de la cortesía con la amabilidad y el respeto. A partir de ahí, sin embargo, se han puesto de manifiesto diferencias importantes entre jóvenes y mayores, y entre hombres y mujeres. Los jóvenes han descrito mayor número y variedad de dimensiones y situaciones de la cortesía, destacando valores de acercamiento, pero también de distanciamiento social o deferencia, frente a la concepción de la cortesía en los mayores como forma de afectividad y acercamiento. Por otro lado, las mujeres, en particular las jóvenes, muestran una conciencia reflexiva más amplia de la cortesía y variable según las situaciones y prácticas sociales, y destacan la asociación de la cortesía con la educación recibida en clases cultivadas o socialmente elevadas y el efecto de distanciamiento o incluso superioridad social que esta puede acarrear, mientras que los hombres han destacado una noción de la cortesía estratégica y autovalorizante, mediante la que el hablante proyecta una imagen positiva de sí y logra así ganar accesibilidad y acelerar las relaciones sociales. Por otro lado, las descripciones de la cortesía ofrecidas por los informantes reflejan en parte las propuestas por los lingüistas, en algunas, si bien no en todas, sus dimensiones. El estudio supone una primera exploración del metalenguaje de la cortesía, que habrá de ser ampliado con estudios de corpus, que puedan indagar y delimitar mejor esas nociones y asociaciones de cortesía.

Agradecimientos

Proyecto PID-107668 GB-100, La gestión de las imágenes y la (des) cortesía: perspectivas históricas, lingüísticas y discursivas.

Referencias bibliográficas