e-ISSN: 1576-4737
MONOGRÁFICO
Resumen:En ocasiones, el uso de las comillas en los titulares de los periódicos digitales españoles parece que no se ajusta completamente a las normas establecidas. En este trabajo se presenta un estudio preliminar centrado en tres cuestiones principales: i) ¿Existe un uso innovador de las comillas en los titulares de prensa española?; ii) ¿Existe una relación entre este uso y las prácticas actuales de lectura y escritura?; y iii) ¿Cómo se pueden integrar estos usos en una teoría general de la comunicación? A partir de un pequeño corpus de titulares de periódicos, mostraré que las comillas dobles se especializan en las citas textuales (marcas de evidencialidad), mientras que las simples están evolucionando para convertirse en indicadores que activan la derivación de efectos afectivos no proposicionales (perspectivización emocional): se alinean, así, con las nuevas prácticas de lectura y escritura en línea. Un enfoque en términos procedimentales permite dar cuenta de manera satisfactoria de las propiedades interpretativas de estos usos y arroja nueva luz sobre su creciente papel como vehículos de emociones.
Palabras clave: comillas, evidencialidad, perspectivización, emociones.
Abstract: Occasionally, quotation marks in the headlines of Spanish digital newspapers seem not to adhere to established norms fully. In this paper, a pilot study is reported that focuses on three main questions: i) Is there a creative use of quotation marks in Spanish headlines?; ii) Is there a relationship between this use and current reading and writing practices?; iii) How can these uses be integrated into a general theory of communication? Based on a small corpus of newspaper headlines, I will show that double quotation marks specialise in direct quotations (evidentiality), while single quotation marks are evolving into indicators that activate the derivation of non-propositional, affective effects (emotional perspectivisation), thus aligning with new online reading and writing practices. A procedural approach satisfactorily accounts for the interpretative properties of these uses and sheds new light on their growing role as vehicles of emotion.
Keywords: quotation marks, evidentiality, perspectivisation, emotions.
Sumario: 1. Introducción. 1.1. Antecedentes. 1.2. Objetivos y preguntas de investigación. 1.3. Estructura del trabajo. 2. Metodología. 3. Discusión de resultados. 3.1. Usos innovadores de las comillas en los titulares. 3.2. Comillas y perspectivización emocional. 3.3. Las comillas en la teoría pragmática. 3.3.1. La Teoría de la Relevancia. Supuestos básicos. 3.3.2. Comillas e interpretación: un enfoque procedimental. 4. Conclusiones. Agradecimientos. Referencias bibliográficas.
Cómo citar: Escandell-Vidal, V. (2025). Las comillas en los titulares de prensa española: evidencialidad y perspectivización emocional, Rodríguez Ramalle, T. (coord.): Lengua, discurso y comunicación: 25 años de la revista Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 101 (2025): 183-199. https://dx.doi.org/10.5209/clac.100079La reflexión sobre el uso de los recursos tipográficos podría parecer, de entrada, una cuestión menor, de corrección normativa, muy alejada de los intereses lingüísticos con objetivos teóricos y explicativos más profundos. Y, sin embargo, como se ha puesto de relieve en la bibliografía (Figueras 1999, 2000, 2001, 2021), los signos gráficos como la puntuación tienen funciones cognitivas específicas, que orientan el procesamiento hacia la interpretación deseada, precisamente gracias a las indicaciones marcadas a través de dichos signos.
Según el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), los usos de las comillas son variados y pueden resumirse como sigue:
Para enmarcar la reproducción de citas textuales, tanto para la repetición total de palabras o pensamientos en estilo directo, como para la reproducción parcial dentro de un pasaje en estilo indirecto.
Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza irónicamente o con un sentido especial: Dijo que la comida llevaba muchas «especies»; En el salón han puesto una «boiserie» que les ha costado un dineral; Parece que últimamente le va muy bien en sus «negocios». En textos impresos o electrónicos escritos en letra redonda, es más frecuente y recomendable reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que entre comillas.
Para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación.
En los textos manuscritos, para comentar un término o una expresión desde el punto de vista lingüístico.
En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados.
La ortografía española distingue tipográficamente tres variedades de comillas: las comillas angulares, latinas o españolas (« »), las comillas inglesas (“ ”) y las comillas simples (‘ ’). Las condiciones de uso de estos diferentes tipos de comillas, según esta misma fuente, son las siguientes:
En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me dijo: “Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián”». (DPD: https://www.rae.es/dpd/comillas).
En los titulares de los periódicos digitales españoles se encuentran, sin embargo, usos de las comillas que no parecen ajustarse completamente a lo que marcan las normas ortotipográficas establecidas. Considérense los titulares de (1) y (2):
El mapa del ‘afterwork’ en España: los vascos son los reyes del ‘tardeo’, pero son más ‘caseros’ que en el resto del país (Estrella López, El Mundo, 01/12/2023)
Un médico español, ‘héroe’ por salvar la vida de una mujer en un aeropuerto de Wuhan (EFE, El Mundo, 08/04/2024)
Hay que notar, en primer lugar, que las que aparecen aquí son comillas simples, que en teoría deberían ser las últimas según la jerarquía recomendada por el DPD. En cuanto a sus funciones, según las normas académicas, su aparición se justifica plenamente en el caso de afterwork, que es un extranjerismo. No ocurre lo mismo, en cambio, en el caso de tardeo, casero o héroe. La simple lectura del titular sugiere no se dan las condiciones establecidas para el uso de comillas: no se trata de citas literales; tampoco parece haber nada inusual en estos términos, ni en su forma gráfica ni en su significado, que no es impropio, vulgar o irónico. La lectura del artículo muestra que, efectivamente, todos esos términos ni son citas ni están usados con un sentido especial. La aparición de usos innovadores en los titulares de prensa requiere, pues, una explicación.
Los estudios previos existentes abordan los usos de las comillas en diversos contextos, ya sea con carácter general o en la información periodística. Asimismo, se han analizado en la bibliografía varios aspectos de los cambios observados en las funciones de los titulares de prensa en el medio digital. Los trabajos de referencia se resumen brevemente a continuación.
Las comillas representan uno de los mecanismos tipográficos de que se sirven las lenguas para marcar que el contenido que encierran ha de someterse a un proceso interpretativo especial, que destaca este contenido y lo aparta, en cierto modo, del procesamiento del resto de elementos que lo rodean. En todas las funciones señaladas por el DPD hay, efectivamente, la singularización de un segmento de discurso.
Desde el punto de vista lingüístico, son de particular interés dos de los usos señalados anteriormente, porque aparecen frecuentemente en los titulares de prensa: el de cita textual, por un lado, y el de indicación de extranjerismos, usos impropios y usos irónicos, por otro. Este interés deriva del hecho de que la presencia de las comillas determina decisivamente la interpretación del enunciado en que aparecen y activa procesos inferenciales que dirigen la construcción de las representaciones en direcciones específicas (De Brabanter 2010; De Brabanter (ed.) 2003; Saka 2013). La indicación de títulos de obras artísticas también puede aparecer en titulares, pero que tiene claramente un estatuto aparte, puesto que sirve para marcar que el contenido entrecomillado debe tomarse como el nombre propio de una entidad o un objeto cultural concreto, sin ninguna otra repercusión de tipo interpretativo.
El uso de comillas en la indicación de citas textuales se ha analizado en la bibliografía recientes como un instrumento de marcación evidencial (más específicamente, de evidencialidad indirecta de tipo reporlist list-type="simple"tativo: Aikhenvald 2004, 2021; Aikhenvald y Dixon (eds.) 2014; Aikhenvald (ed.) 2018). Efectivamente, las palabras entrecomilladas no han de atribuirse a quien las emite, sino que etiquetan como contenido cuya responsabilidad corresponde a otro hablante. Su función es, pues, la de hacer mutuamente manifiesto a emisor y destinatario que el contenido entrecomillado y las representaciones asociadas a dicho contenido (ya sean explícitas o implícitas) no son responsabilidad del emisor: son las palabras de un hablante diferente (real o imaginario), pronunciadas en un contexto diferente y quizá con una intención comunicativa diferente (Gutzmann y Stei 2011; Fetzer y Weiss 2020). Como subrayan Xiong y Robles (2023), las comillas se utilizan para marcar la expresión que encierran como algo que efectivamente se dijo, pero también como algo que se pudo haber dicho o que se podría decir. La atribución de la información a otro es primordial para una adecuada gestión de los compromisos asertivos, del terreno común y de sus actualizaciones (De Brabanter 2023; García-Carpintero 2015; Geurts 2019; Stalnaker 1978, 1998).
Desde el punto de vista de los efectos de las citas textuales, se ha estudiado también la orientación argumentativa de las comillas. La indicación de que hay otra fuente distinta del emisor que es responsable del contenido transmitido puede usarse al servicio de intereses contrapuestos (Xiong y Robles 2023): o bien como apoyo de algo que el emisor suscribe (es decir, como argumento de autoridad para reforzar un determinado contenido); o bien para marcar abiertamente distancia con respecto a él. Las comillas también actúan, pues, secundariamente, como modificadores del compromiso epistémico: reducen o limitan el compromiso asertivo (Goupil et al. 2021; Goupil y Aucouturier 2021), indican distanciamiento o resaltan la ironía (Wilson y Sperber 1981; Clark 2013; Schlechtweg y Härtl 2023).
Cuando se asocian a una sola palabra o un concepto único, las comillas pueden desempeñar también una función representacional, indicando que en la interpretación debe reducirse la precisión en el uso de un término o expresión utilizados (Goupil et al. 2021; Goupil y Aucouturier 2021). Las comillas son, en este caso, una marca explícita de la necesidad de realizar algún tipo de ajuste conceptual (Carston 2002). Este es el caso de los usos que el DPD denomina impropios. Según Gutzmann y Stei (2011), las comillas actúan, en este sentido, como marcadores pragmáticos mínimos que bloquean la interpretación estereotipada de la expresión que contienen para indicar que se debe inferir alguna interpretación alternativa.
Hace poco más de 30 años, la función de los titulares de prensa se describía en la bibliografía como fundamentalmente definida por la necesidad de proporcionar a los lectores resúmenes informativos claros y concisos de la noticia, o de enfatizar los puntos clave de su contenido (Van Dijk 1988). Sin embargo, en los últimos años, los objetivos de captar la atención de los lectores e incitar su curiosidad para hacer que lean el artículo han cobrado un protagonismo cada vez mayor (Iarovici y Amel 1989; Dor 2003; Ifantidou 2009, 2023; Blom y Hansen 2015; Alba-Juez 2017; Kuiken et al 2017; Scott 2021, 2023; Finkbeiner 2024 para una visión general reciente). Así pues, aunque es cierto que los titulares siempre han perseguido la adhesión de sus lectores, dado que cada medio tiene su propia línea editorial y sesgo ideológico, esta tendencia es creciente.
El incremento en la orientación emocional de los titulares parece estar relacionado con las nuevas prácticas de lectura impulsadas por consideraciones emocionales. Se han estudiado extensamente los diferentes recursos de atracción de la atención para inducir la lectura del artículo —el fenómeno conocido como clicklist list-type="simple"bait (Blom y Hansen 2015; Kuiken et al 2017; Scott 2021, 2023)—. Los titulares emocionales son una estrategia eficaz para destacar en un entorno de información saturado, apelando directamente a las emociones de los lectores para generar interés inmediato: se busca crear reacciones emocionales intensas y respuestas inmediatas como un modo de captar clics. Este efecto se correlaciona, lógicamente, con nuevas prácticas en la escritura periodística.
En este contexto en el que priman las consideraciones emocionales, los periódicos han modificado sus prácticas de escritura y en ellas la noción de conocimiento y emociones compartidas desempeña un papel central. Efectivamente, puesto que su objetivo no es simplemente informar, sino conectar con su audiencia, resulta especialmente necesario fomentar y reforzar el sentido de conexión, de alineación de perspectivas y actitudes. Dor (2003) propone un decálogo para los titulares de prensa en cuyos puntos 8 y 9 se recoge, precisamente, la necesidad de conectar la historia tanto con hechos y eventos previamente conocidos como con las expectativas y suposiciones previas de los lectores.
Como ha subrayado recientemente Ifantidou (2023), en la prensa digital los titulares funcionan como textos independientes cuya relevancia se basa específicamente en su capacidad para atraer la atención y elicitar respuestas y reacciones afectivas. Pretenden crean un impacto amplio y directo en una también amplia audiencia a base de transmitir impresiones rápidas bajo la forma de emociones que condicionan la interpretación global de la noticia. Esto explica también que los titulares de prensa tiendan a ser elípticos o fragmentarios, porque esta es una manera de incitar la curiosidad para continuar leyendo.
En términos teóricos, los titulares de prensa buscan actualmente maximizar su relevancia en forma de efectos no proposicionales, que abarcan toda una amplia gama de informaciones y contenidos de tipo perceptivo, experiencial y emocional, incorporando imágenes, sentimientos e impresiones sueltas (Wilson y Carston 2019; Yus 2017, 2023)
A partir de la revisión bibliográfica hecha en los epígrafes anteriores, se hace patente que los usos de las comillas recogidos en (1) y (2) presentan aspectos que los singularizan frente a otros y que no están incluidos en los estudios anteriores, ya que se apartan de las funciones tradicionales (dado que no se trata de citas textuales, ni de extranjerismos, ni de usos impropios o vulgares, ni de casos de ironía) y sus condiciones de empleo tampoco parecen encajar con las caracterizaciones habituales que recogen los estudios previos.
El objetivo de este estudio es, por tanto, explorar, de modo inicial y preliminar, un conjunto de hechos que —hasta donde se me alcanza— no ha sido objeto de análisis en la bibliografía, para así entender cuál es la lógica que subyace a estos usos. Este propósito se desglosa en tres preguntas de investigación:
¿Existe un uso innovador de las comillas en los titulares de prensa española?
¿Existe una relación entre este uso y las prácticas actuales de lectura y escritura?
¿Cómo se pueden integrar estos usos en una teoría general de la comunicación?
Las preguntas de investigación planteadas se abordarán desde los siguientes supuestos:
Las comillas simples se utilizan de manera innovadora para marcar los conceptos cuya carga emocional se quiere poner de relieve.
Este uso innovador de las comillas simples es una estrategia para captar la atención de los lectores y dirigirla hacia un conocimiento compartido, para conectar mejor con sus creencias, valores y preferencias.
Los usos innovadores se integran fácilmente en una teoría de la comunicación como la Teoría de la Relevancia (Sperber y Wilson 1986/1995 y desarrollos posteriores) como señales procedimentales dirigidas a la obtención de efectos afectivos.
El resto del artículo se organiza como sigue. En la sección 2 se explica la metodología del trabajo. En la sección 3 se presentan y comentan los resultados en conexión con las preguntas de investigación planteadas: la existencia de un uso innovador, la conexión de este uso con las prácticas de lectura y escritura recientes, y la integración de este recurso en la Teoría de la Relevancia. La sección 4 está dedicada a recoger las conclusiones.
Este es un estudio preliminar y exploratorio enfocado en aquellos usos de las comillas en los titulares de prensa que parecen no ajustarse a lo esperado.
Para realizarlo, se ha recogido un pequeño corpus de titulares de prensa entre noviembre de 2023 y junio de 2024 primariamente a partir de la edición digital del diario El Mundo. Se trata de un periódico de amplia implantación nacional, en el que se ha detectado el uso sistemático y muy abundante —más que en otros medios— de las comillas simples con funciones que, como se ha dicho, no son las que se les atribuyen normativamente. Para la construcción del corpus de referencia se han examinado ejemplares seleccionados al azar, de los que se han extraído un total de 200 titulares que contenían comillas simples y 75 titulares con comillas dobles, de modo que fuera posible establecer contrastes entre ellos. Secundariamente, se han realizado también calas puntuales en otros medios de diferente ideología e implantación para explorar el alcance de estos recursos.
La muestra puede considerarse representativa, ya que incluye tanto noticias de agencia (EFE, EuropaPress), como noticias elaboradas por los redactores del periódico y artículos de opinión realizados por columnistas especializados.
La utilización de las comillas se ha analizado cualitativamente teniendo en cuenta, en primer lugar, cuál es la interpretación que sugiere su uso en el titular. Posteriormente se ha comprobado en el cuerpo del artículo si la interpretación inicialmente obtenida se corresponde, efectivamente, con la interpretación perseguida por el autor. Los resultados se han consultado de manera informal con una docena de lectores habituales de prensa para corroborar las apreciaciones. A partir del examen de los datos se han propuesto generalizaciones tentativas acerca de las preguntas de investigación que sirven de guía a este estudio.
De este modo, se ha podido realizar un primer acercamiento exploratorio que pretender servir de base a un estudio más amplio en el que detallar otros aspectos del problema, comprobar la validez intersubjetiva de las generalizaciones y refinar el enfoque teórico.
En esta sección se comentan los resultados del análisis realizado, con el foco en las tres preguntas que dan sentido a este estudio.
La cuestión de si existe un uso innovador de las comillas en los titulares de prensa española se ha analizado desde dos direcciones diferentes: por un lado, para determinar si los usos observados se apartan de las recomendaciones normativas; por otro lado, para comprobar si los usos observados siguen las mismas pautas que, por ejemplo, se observan para el inglés.
El primer hecho que llama la atención es que en los titulares de prensa parece haberse convencionalizado un reparto de funciones según las diferentes formas tipográficas: las comillas dobles se reservan como marca de evidencialidad, es decir, para indicar habla reportada (real o imaginada); las comillas simples, en cambio, cumplen funciones no reportativas, entre las que se encuentran la señalización de extranjerismos, el uso impropio, vulgar o impreciso, y la ironía.
Los ejemplos de (3)-(8) corresponden a la captura de pantalla de la Fig. 2. En ellos se observa el empleo sistemático de las comillas dobles para textos citados (además de la abundancia de su uso en una misma plana). Los textos citados pueden corresponder a oraciones completas en estilo directo (3)-(4), o a citas textuales parciales (no oracionales) en las que un fragmento no oracional se introduce en un texto más amplio en estilo indirecto (5)-(8).
“Que no nos invadan los catalanes ni nos metan en líos”
“Duele que periodistas y jueces seamos demonizados”
Sánchez insiste contra “la máquina de fango de las páginas web” y la FAPE exige “que terminen los ataques a la prensa”
Un manifiesto liderado por el ex socialista Redondo Terreros pide “un voto constitucionalista sin engaños”
Valle de Arán, la nación del millón de esquiadores con “derecho a decidir”
Ayuso reivindica Madrid como “la plaza mayor de todos” donde “no triunfan las identidades de terruño”
Cuando la cita corresponde a palabras textuales de un hablante concreto y reconocible para los lectores, este hablante queda identificado en el propio titular. En caso contrario, la cita aparece sin identificación de la fuente, bien porque su identidad no pertenece al terreno común, o bien porque las palabras reportadas no corresponden literalmente a un enunciado concreto, sino que se presentan como eco de un sentir general.
Los ejemplos de (9)-(11) (Fig.3), en cambio, ilustran el uso de las comillas simples para destacar palabras extranjeras (9), acuñaciones léxicas con finalidad humorística y distanciadora (10), o ironía (11):
Beatriz Luengo: “Soy la ‘celebrity’ de mi barrio y eso me llena de orgullo. Tengo una doble vida entre Miami y Hortaleza” (Iñako Díaz-Guerra, El Mundo, 02/05/2024
El ‘milustro’ de ‘kultura’ contra El Prado (Federico Jiménez Losantos, El Mundo, 01/12/2023
Ese lugar al que nos lleva la educación ‘innovadora’ (Catherine L’Ecuyer, El Mundo, 05/12/2023)
En (9) se observa el uso de las comillas dobles para enmarcar la cita textual (introducida por el nombre de la fuente de la cita) y las comillas simples se reservan para indicar el término extranjero. Los ejemplos de (10) y (11) corresponden a titulares de artículos de opinión y en ellos, como se ha dicho, las comillas simples cumplen primordialmente una función distanciadora. Esta función se relaciona en (10) con el uso de términos inexistentes, acuñados con voluntad crítica a través del recurso a otras connotaciones. La función de las comillas en (11) es claramente la de marcar ironía. En ella se dan, a la vez, las dos condiciones de los usos irónicos señaladas en la bibliografía relevantista (Sperber y Wilson 1981; Clark 2013): la ironía se produce como eco (real o figurado) de las palabras o los pensamientos de otro, con respecto a las cuales el emisor se distancia.
Es cierto que en (9) parece seguirse la norma jerárquica expresada por el DPD, pero, como muestran los ejemplos de (12)-(14) (Fig.4), la intención de marcar el extranjerismo con comillas simples es general, también cuando no se requieren las comillas dobles de cita.
Mercadona amplía su equipo tecnológico tras abrir ‘hubs’ de desarrollo en Sevilla, Vigo, Santander y Oporto (Europa Press, El Mundo, 11/12/2023)
EH Bildu apuesta por Otxandiano para dar la puntilla a Podemos y lograr el ‘sorpasso’ al PNV en las elecciones de 2024 (Josean Lizarra, El Mundo, 11/12/2023)
Amnistía, ‘lawfare’ o ChatGPT, entre los términos más buscados en Google el año 2023 (EFE, El Mundo, 11/12/2023)
Así pues, el reparto de funciones parece claro: las comillas dobles se reservan para las citas textuales (totales o parciales, reales o ficticias), mientras que las comillas simples cumplen funciones no reportativas.
Esta situación contrasta nítidamente con lo que ocurre en la prensa digital en inglés (Fig.5), donde el recurso tipográfico empleado son siempre las comillas simples, que cubren todas las funciones señaladas más arriba para las comillas, sin ninguna diferenciación dependiente de que la función sea reportativa o no.
Sword-killing suspect ‘broke into couple’s bedroom after attack’ (El sospechoso del asesinato con espada ‘irrumpió en el dormitorio de la pareja después del ataque’)
Tycoon’s children in court battle over ‘secret’ will (Los hijos del magnate en una batalla judicial por el testamento ‘secreto’)
John Mercer ‘would go to jail before giving up SAS whistleblowers’ (John Mercer ‘preferiría ir a la cárcel antes que entregar a los denunciantes del SAS’)
Farmer questioned after man shot dead ‘during burglary’ (Granjero interrogado tras la muerte de un hombre por un disparo ‘durante un robo’)
La interpretación es de cita textual en (15), donde se repiten las palabras que constituyen la acusación del fiscal. La identidad del autor no se detalla en el titular al no tratarse de una persona identificable para la mayoría de los lectores. En (17), en cambio, se reproducen textualmente las declaraciones del oficial responsable de los veteranos, que se identifica por su nombre, lo que indica que es una persona conocida para los lectores. En (16) las comillas sirven para poner en entredicho la existencia de un supuesto testamento secreto, como ejemplo de uso distanciador o irónico. Por último, las comillas de (16) reproducen la versión del granjero, pero hay aquí también un efecto de distanciamiento, ya que se da a entender que la versión de los hechos ofrecida por esta persona resulta poco creíble.
Volviendo al caso español, las comillas dobles reproducen citas textuales y su función primaria, es, por tanto, como se ha dicho, la de un marcador de evidencialidad reportada. Sin embargo, la elección de la parte del discurso ajeno que se reproduce está dominada por criterios de tipo actitudinal para llamar la atención sobre el contenido citado y para reforzar la línea editorial de la publicación. Como señalan Xiong y Robles (2023: 2), las citas indican tomas de postura hacia los materiales citados. Efectivamente, se recoge la parte de las declaraciones que interesa desde el punto de vista argumentativo, buscando un posicionamiento concreto a favor o en contra de la cita. Los ejemplos de (3)-(8) son buena muestra de ello.
Así pues, el reparto de tareas entre las comillas dobles y las simples parece asentado en la prensa española, en claro contraste con lo que se observa en los medios en inglés. Detrás de esta especialización de signos tipográficos se encuentra, como se ha dicho, la necesidad de distinguir con claridad entre la función evidencial o reportativa y otros usos. La primera indica la reproducción de palabras pronunciadas o atribuidas a otra persona o grupo. A partir de esta indicación, se pueden vehicular otros contenidos adicionales relacionados con la actitud del emisor, que puede ser la de reflejar fielmente lo dicho, sin tomar partido, o bien la de disociarse de las declaraciones de otra persona. En ambos casos, sin embargo, lo que las comillas indican de manera primaria es la atribución de un contenido a otra fuente.
La diferenciación de funciones señalada en el apartado anterior no es, con todo, el aspecto más destacado de los usos innovadores de la prensa española. El más llamativo es, a mi juicio, el hecho de que encontramos usos de las comillas simples que no se corresponden con ninguna de las funciones señaladas ni en la norma del DPD ni en los usos recogidos en la bibliografía: indicación de extranjerismos, uso impropio, e ironía.
Considérense de nuevo los ejemplos de (1) y (2). En (1), además de afterwork, aparecen marcados con comillas simples los términos tardeo y casero. No hay en ellos ningún uso especial, impropio o irónico. Por lo que respecta a tardeo, según la Fundéu es la palabra apropiada para aludir a la “actividad de salir de tapas o de copas por la tarde (…) de modo que el ocio se adelanta y no se extiende hasta entrada la noche.” Aunque es un sentido nuevo del término, no es necesario utilizar comillas si se entiende que el lector lo reconoce (https://www.fundeu. es/recomendacion/tardeo-y-tardear-voces-apropiadas/). Con casero ocurre algo parecido: entre sus múltiples sentidos, la acepción coloquial “Dicho de una persona: Que está frecuentemente en su casa” (DLE, s.v. casero; https://dle.rae.es/casero) forma parte de conocimiento colectivo. Los tres conceptos señalados en este titular tienen un marcado componente cultural, ya que se refieren a realidades asentadas en la cultura española, con las que los lectores pueden sentirse identificados a través de sus propias experiencias personales. Parece que es esta apelación a las vivencias y a las experiencias la que está detrás del empleo de las comillas. Hay en este mismo titular un término (rey) que se usa metafóricamente para indicar la primera posición. Este sentido, que no está recogido en el DLE, no aparece señalado tipográficamente, lo que sugiere que el uso de las comillas simples no toma como criterio la identificación de un uso metafórico.
El titular de (2) corresponde a una noticia de la agencia EFE. El Mundo destaca con comilla simple el término héroe, y siguen esta práctica otros medios de internet, como MSN o ViveClick. En cambio, otros medios (El Periódico 09/04/2024; La Vanguardia, 10/04/2024; ABC 10/04/2024) utilizan comillas dobles. Si pensamos en que la elección no es casual, la utilización de comillas dobles simplemente marca el carácter reportativo del término: en el cuerpo de la noticia se lee que son los internautas chinos los que lo califican de héroe. La utilización de comillas simples, en cambio, no enfatiza el carácter reportativo, sino que convierte este término en el centro de atención e invita a ir más allá al interpretarlo. De este modo, favorece la activación de contenidos emocionales y experienciales para que sea el lector quien aporte su propia visión de lo que es un héroe en la construcción de la interpretación de la noticia. El foco en la evidencialidad da paso a una perspectiva emocional.
Los ejemplos de (19)-(21) muestran nuevos casos en los que no parecen darse ninguna de las condiciones establecidas normativamente para el empleo de las comillas, lo que sugiere que se está produciendo también aquí una innovación.
El ‘flechazo’ político de Meloni y Sunak (Carlos Fresneda, El Mundo, 16/12/2023)
Visitamos la ‘fabrica’ de los sueños de Bentley (Jaime Hernández, El Mundo, 15/12/2023)
¿Quién es Puig? La ‘joya’ oculta del mercado español y la mayor salida a Bolsa de Europa este año (Laura de la Quintana, El Mundo, 07/05/
Efectivamente, en (19) la palabra entrecomillada flechazo no es un extranjerismo, ni un término usado impropiamente o con ironía: flechazo esta usado aquí con una acepción típica, la de ‘amor que súbitamente se siente o se inspira, enamoramiento, pasión’ (DLE, s.v. flechazo). Lo que quiere transmitir el titular es la idea de que entre los dos líderes políticos ha surgido una atracción repentina, una sintonía quizá inesperada en sus puntos de vista. El titular puntualiza expresamente que se trata de un flechazo en el terreno político, pero al mismo tiempo ilustra la noticia con la fotografía de un saludo efusivo y cariñoso entre ambos mandatarios, lo que refuerza la idea de flechazo en su acepción canónica.
La noticia recogida en (20) hace referencia a la fábrica de una conocida marca de automóviles de lujo que admite pedidos especiales para fabricar vehículos a medida de los gustos del cliente. En este caso, fábrica no es tampoco una palabra extranjera, ni está utilizada para indicar algo vago o impreciso, ni se emplea con un sentido irónico; por el contrario, se emplea en su acepción prototípica de ‘establecimiento dotado de la maquinaria, herramienta e instalaciones necesarias para la fabricación de ciertos objetos’ (DLE, s.v. fábrica). Lo que puede resultar más figurado en este titular es la idea de que esta fábrica real es capaz de hacer realidad los sueños de los clientes en cuanto a sus automóviles; pero hay que notar que esta idea metafórica se asocia, en todo caso, con el uso de la palabra sueños, y no con fábrica. Quizá este caso podría catalogarse como un ejemplo de dilogía, en el que una palabra se usa a la vez en sentido recto y figurado.
Por último, el ejemplo de (21) denomina ‘joya’ oculta a una empresa. Solo la palabra joya aparece entrecomillada. Podría pensarse que las comillas están aquí para indicar que la joya no es tal joya: que realmente es una empresa sin valor. Sin embargo, este no es el caso. El término se usa en una acepción perfectamente propia: la de ‘cosa o persona ponderada, de mucha valía’, equivalente a alhaja, tesoro, perla o maravilla (DLE, s.v. joya). La entradilla de la noticia se ocupa de aclarar que la firma es la cuarta compañía de alta perfumería del mundo, mostrando con claridad que el sentido en que se ha utilizado la palabra entrecomillada no se aparta en absoluto de uno de sus significados más convencionales.
Lo que muestran estos tres ejemplos es, de entrada, que la idea comúnmente extendida de que las comillas funcionan como marcadores pragmáticos mínimos que bloquean la interpretación estereotipada de la expresión para indicar que se debe inferir alguna interpretación alternativa (Gutzmann y Stei 2011) no se puede aplicar a estos casos de manera radical. Al contrario, estos titulares sugieren precisamente una interpretación estereotípica y ampliamente compartida. Buscan la resonancia con la perspectiva emocional de los lectores.
Es cierto que las interpretaciones de (19) y (21) son figuradas, pero están totalmente convencionalizadas. Además, el carácter figurado no quiere decir ni que sean infrecuentes ni que resulten extrañas, ni que su interpretación deba marcarse como si se tratara de algo inusual. Al contrario, me atrevería a aventurar que en un estudio de corpus aparecerán más instancias de estos usos supuestamente figurados que de los literales. Como se vio a propósito de (1), los usos metafóricos (reyes) no se entrecomillan.
Los términos entrecomillados no son necesariamente palabras simples, pero son siempre conceptos que se presenta como unidades representacionales. Lo muestran así los ejemplos de (22)-(24):
La juez acelera para desatascar las ‘obras fantasma’ en cuarteles de la Guardia Civil: un perito en cada territorio y un encargo común (Gema Peñalosa, El Mundo, 08/12/2023)
EEUU aprueba el primer fármaco basado en tecnología CRISPR, el ‘corta-pega’ genético (Sonia Moreno, El Mundo, 08/12/2023)
Detenidos 59 estafadores del ‘hijo en apuros’ que lograron más de 460.000 euros (Europa Press, El Mundo, 27/01/2024)
Obras fantasma, corta-pega e hijo en apuros aparecen entrecomillados para aludir a conceptos complejos, que no disponen de una sola unidad léxica para etiquetarlos, pero que designan realidades conceptuales únicas. Las obras fantasma son proyectos de construcción que se han iniciado pero que han quedado incompletos o abandonados antes de llegar a su finalización, lo que representa un desperdicio de recursos y, con toda probabilidad, puede encubrir casos de fraude o corrupción.
Corta(y)pega se ha convertido ya en una actividad cotidiana para muchos de nosotros, y no resulta extraña para los lectores de prensa en internet. La sencillez del procedimiento que los lectores identifican es lo que tratan de activar las comillas, invocando aquí un conocimiento experiencial prototípico que da idea, de una manera directa e intuitiva, de la sencillez de la nueva técnica.
Hijo en apuros es, igualmente, un concepto complejo de reciente actualidad: las comillas atraen la atención hacia el concepto estereotipado y animan al lector imaginar el escenario correspondiente. Por supuesto, sabemos que se trata de una estafa, en la que el hijo en apuros no es tal; pero lo que activa aquí este sintagma es precisamente esta imagen prototípica, que es la utilizan como anzuelo los estafadores para conseguir sus propósitos.
En esta sección se ha repasado el uso de las comillas en los titulares de prensa. El análisis cualitativo realizado permite ver que las comillas dobles se especializan como marcadores evidenciales de información reportada; es decir, son una indicación expresa de que el contenido proviene de una fuente que no es el emisor. Las comillas simples, por su parte, desempeñan funciones no reportativas; pero, además de los usos tradicionales que les suele reconocer la bibliografía (indicación de extranjerismos, usos impropios o distanlist list-type="simple"ciamiento irónico), las comillas simples se emplean de manera innovadora en la prensa española como parte de una estrategia para resaltar ciertos conceptos y promover una interpretación orientada a la activación de las emociones de los lectores. Esto nos conduce, pues, a la siguiente pregunta de investigación.
La respuesta a la pregunta de si existe o no una relación entre este uso y las prácticas actuales de lectura y escritura pasa por concretar cuál es la función que desempeñan las comillas en casos como los comentados en la sección anterior. Como ha puesto de relieve la bibliografía (véase § 1.2.1), los titulares de prensa utilizan recursos que buscan captar la atención del público de manera rápida y efectiva (Blom y Hansen 2015; Kuiken et al 2017; Scott 2021, 2023). Los titulares que apelan a las emociones tienen más probabilidades de captar la atención de los lectores: la conexión emocional aumenta la probabilidad de que lean el artículo completo.
La hipótesis que he explorado en el análisis es la de que el uso innovador de las comillas simples es una estrategia para captar la atención de los lectores y dirigirla hacia una interpretación emocional basada en un conocimiento compartido, para así conectar mejor con sus creencias, valores y preferencias. Esta estrategia puede denominarse perspectivización emocional.
Retomemos los ejemplos de (19)-(21). En todos ellos las comillas simples atraen la atención hacia el concepto singularizado. El concepto así destacado requiere un procesamiento acorde con el relieve que recibe (véase § 3.3), lo que activa la búsqueda de una interpretación que lo justifique. Quien lee que hay un flechazo entre dos líderes políticos —aunque sea un flechazo político— no puede evitar la activación de toda una serie de experiencias y emociones ligadas al conocimiento previo de qué es sentir la atracción y el enamoramiento propios de un flechazo. Para que esto ocurra, no es necesario que haya comillas: el propio significado del término activa este halo de sensaciones. Lo que hacen las comillas es convertir el término en el centro para hacer que la interpretación pivote sobre el término marcado con toda su carga emocional
De modo semejante, las comillas convierten el término fábrica en el centro de interés de la noticia. La palabra fábrica activa la imagen mental de una industria mecánica y, quizá, fría: a esta imagen se opone de inmediato la idea de sueños (y de fabricar sueños). Este uso dilógico crea y potencia el contraste emocional entre ambas realidades. Por último, la idea de que una empresa es una joya contribuye a proporcionar, con una sola palabra, de una manera rápida y eficaz, todas las sensaciones y emociones que no lograrían producir los resultados millonarios de un balance económico.
En estos casos, las comillas simples centran la atención en el concepto, no para distanciarse de él, sino para todo lo contrario: para evocar un conocimiento estereotípico, ampliamente compartido que activa y trae a primer plano todo un haz de connotaciones que rodean a dicho concepto, con el fin de producir una respuesta emocional determinada. Las palabras entrecomilladas son una invitación a centrarse en un concepto y a sumergirse precisamente en el halo de conocimientos, creencias y actitudes compartidas, invitando a imaginar una situación común y consabida para activar, a partir de ella, una respuesta emocional.
La carga emocional de la noticia no es un valor fijo: aumenta en función de la carga emocional asociada al concepto mismo que le sirve de pivote y que aparece destacado por medio de las comillas simples. Considérense los ejemplos de (25)-(28).
Una noche a la ‘caza’ de los ladrones de aceituna con los ‘Starsky y Hutch’ del campo (David Vigario, El Mundo, 28/12/2023)
Bea y Nuria, las ‘gurús’ del ‘milagro’ millonario de la kombucha (y sus mujeres de Fregenal de la Sierra) (Martín Mucha, El Mundo, 15/01/2024)
El misterio resuelto de las ostras ‘salvadoras’ del Mar Menor: no son gallegas (Angélica Reinosa, El Mundo, 27/01/2024)
El lomo ‘abandonado’ por Karol G. como premio por el Grammy termina a la venta en Sevilla (EFE Sevilla, El Mundo, 20/12/2023)
La palabra caza en (25) está dirigida a evocar las ideas comunes de acecho, acoso y persecución asociadas estereotípicamente al concepto, que producen respuestas emocionales en los lectores. Se entreolist list-type="simple"comilla también el título de una famosa serie policiaca de televisión para activar aún más la sensación de la actividad destinada a capturar a los ladrones.
En (26), la palabra gurú hace referencia al liderazgo espiritual e intelectual (DLE, s.v. gurú) de las dos fundadoras de la empresa; y milagro subraya el carácter asombroso, extraordinario y sorprendente (DLE, s.v. milagro) del éxito logrado. La entradilla no deja lugar a dudas sobre la manera en que hay que interpretar los términos entrecomillados, apelando incluso a la actuación divina en el proceso: «Los reporteros viajan al pueblo extremeño de la bebida de moda. Sin sus mujeres sería imposible el éxito de Komvida, que facturó el año pasado 11 millones. Hoy son un ejemplo de amistad, emprendimiento e innovación en la España rural. Un viaje de una de las dos amigas a California lo cambió todo: “Me vino Dios a ver”». Es curioso notar que el extranjerismo que contiene la noticia, la palabra kombucha, no aparece resaltado con comillas simples, como cabría esperar. Esto quizá da una pista adicional sobre cuál es el criterio con el que se utiliza este signo tipográfico: no es solo una cuestión de preservar la pureza del idioma, marcando de manera visible los extranjerismos, sino más bien de centrar la atención sobre los conocimientos y las actitudes compartidas alrededor de un concepto.
En (27) las ostras se califican de salvadoras porque, como también aclara la entrada, han contribuido a depurar las aguas contaminadas. De nuevo se apela aquí a la idea de salvar algo, recurriendo a la activación de las emociones positivas que ello transmite.
El titular que aparece en (28) pone el foco en la idea de que abandonar es ‘dejar a alguien o algo, especialmente si eres responsable de él, sin intención de volver’ (DLE, s.v. abandonar) con la finalidad de enfatizar las connotaciones estereotipadas (negativas) asociadas y desencadenar una respuesta emocional. La respuesta emocional negativa contrasta aquí con el carácter más festivo del objeto abandonado y este contraste contribuye a crear un efecto humorístico destinado a atraer la atención del lector.
En ocasiones, el contenido evocado es muy general y compartido por una amplia mayoría de lectores, sin distinciones de sesgo ideológico. Por ejemplo, el concepto de ‘hijo en apuros’ y las actitudes emocionales que está destinado a suscitar aparecen de forma semejante en diferentes periódicos, como muestran los siguientes ejemplos:
Nuevo golpe a los estafadores del ‘hijo en apuros’: 65 detenidos en Andalucía, Cataluña y Madrid (Nacho Sánchez, El País, 07/02/2024)
Alerta por la estafa ‘hijo en apuros’ por WhatsApp: los timadores ya han conseguido 1 millón de euros con ella (Jorge López, Diario de Ibiza, 30/04/2024)
Más de 100 detenidos en una operación contra la estafa del ‘hijo en apuros’: “Papá, soy yo, pincha aquí” (Rafa Burgos, El País, 30/04/2024)
Crecen las víctimas de la estafa del ‘hijo en apuros’ que tendrán complicado recuperar el dinero robado (Redacción digital, Informativos Telecinco, 03/05/2024)
Como se dijo antes, el sintagma hijo en apuros sirve para identificar una idea falsa, que otros quieren hacer pasar por verdadera, de modo que tienen también un componente reportativo y de distanciamiento.
La apelación a realidades compartidas se hace evidente cuando estas derivan no solo de conceptos lexicalizados sino de conocimientos culturales ampliamente difundidos. El titular de (33) juega con la confluencia de dos de estas realidades:
Hacemos el balance de lo bueno y malo a sabiendas de que la gran ‘movida’ aún está por llegar (Marisa Cruz, El Mundo, 30/12/2023)
Para interpretar este titular es preciso identificar el doble juego de referencias sobre el que está construido. En primer lugar, hacemos el balance de lo bueno y malo es una cita (encubierta) de la canción de Mecano ‘Un año más’ (1998), que se recuerda siempre en los últimos días del año y que apela emocionalmente a varias generaciones de lectores para los que es un himno representativo de una época. El termino movida, que aparece luego entrecomillado, busca aquí una referencia doble: por un lado, conecta de alguna manera con la referencia musical anterior, aludiendo a la movida madrileña como movimiento cultural y musical de la transición; pero, por encima de esta referencia, se impone la primera acepción de movida, como ‘asunto o situación, generalmente problemáticos’ (DLE, s.v. movida). Hay aquí, de nuevo, una explotación de la dilogía, con dos sentidos presentes a la vez. Pero lo que interesa destacar aquí es que se invocan, una vez más, los conocimientos culturales y a las actitudes compartidas, para activar respuestas e impresiones rápidas y de marcada carga emocional.
La apelación a los conocimientos compartidos resulta, por supuesto, mucho más marcada cuando lo que entra en juego es una determinada perspectiva ideológica, es decir, cuando se invocan actitudes y tomas de postura. Los dos ejemplos que siguen constituyen una buena muestra.
El Gobierno recula en su pulso con el Ibex eléctrico y ya prepara una revisión del ‘impuestazo’ (Paula María, El Mundo, 07/12/2023)
Los 21 ‘bien pagados’ de las nuevas ‘embajaditas’ catalanas (Martín Muncha, El Mundo, 17/12/2023)
En estos ejemplos, el recurso a las comillas se combina con el uso de aumentativos y diminutivos —otro recurso adicional, que contribuye igualmente al ajuste de las representaciones conceptuales, añadiendo información sobre la actitud del hablante hacia la realidad a la que se refiere (Padilla Cruz 2020, 2023)—. En el caso de (34), parece ser un conocimiento compartido en la cultura española el de que los impuestos no representan una realidad positiva. Si a la palabra impuesto, con todas sus connotaciones, se le añade el aumentativo -azo, el resultado es el refuerzo de los estereotipos negativos. El sufijo, además, no solo evoca el tamaño, sino también el golpe dado con algo (como en balonazo o manotazo), lo que contribuye adicionalmente a reforzar la imagen negativa. La elección léxica recula no parece tampoco ser inocente: frente a otras elecciones posibles y más neutras, como ceder, desistir o retroceder, el verbo seleccionado contribuye a potenciar las connotaciones negativas, De este modo, con la combinación de recursos léxicos, morfológicos y tipográficos, se consigue que la noticia gire en torno a un concepto que suscita reacciones emocionales negativas. Esto funciona como un guiño de complicidad hacia los lectores, para evocar una sensación de “ya sabes a qué me refiero” y fomentar, así, el alineamiento emocional con la línea editorial del periódico.
La perspectivización emocional se hace extrema en el ejemplo de (35). El titular se construye sobre dos pivotes entrecomillados. El primero hace referencia directa a la copla ‘La bien paga(da)’ (Mostazo y Perelló 1936), una canción que ha popularizado, en diferentes versiones, una gran variedad de cantantes. La apelación a esta copla y a su contenido activa una reacción emocional que se transmite al primer sintagma entrecomillado y lo tiñe de actitudes emocionales. Tampoco queda libre de connotaciones negativas y despectivas el diminutivo entrecomillado embajadita. Con estos recursos, el redactor invoca estereotipos para que sus perspectivas ideológicas queden alineadas con las de los lectores. Se invocan o se presumen posturas compartidas, con el fin de crear complicidad.
Para concluir esta sección, cabe mencionar que el uso de las comillas simples en esta función de activación de actitudes, emociones y posturas compartidas admite una multiplicidad de orientaciones. Un mismo recurso se emplea con intenciones diferentes y con sesgos ideológicos distintos (que se hacen presentes en el texto que los acompaña) en función del medio en que aparezca (Agradezco a Andrés Ortega estos ejemplos). Los ejemplos de (36)-(38) corresponden a El Mundo, y su postura es crítica, como pone de relieve la perspectiva transmitida por medios léxicos:
El ‘caso Begoña Gómez’ se conecta en tres frentes: en los tribunales con Koldo, acapara el debate político y alcanza ya al Ibex (Marta Belver, El Mundo, 30/05/2024)
El juez del ‘caso Begoña Gómez’ se defiende ante Sánchez y dice que ninguna ley obliga a paralizar la instrucción en campaña electoral (Manuel Marraco, El Mundo, 06/06/2024)
El aprovechamiento populista del ‘caso Begoña Gómez’ (Editorial, El Mundo, 07/06/2024)
Los ejemplos de (39)-(41), en cambio, corresponden a El País, en los mimos días que los anteriores, pero su orientación y su perspectiva es radicalmente distinta:
El ruido enfanga los hechos del ‘caso Begoña Gómez’: la investigación no halla delitos (José Manuel Romero, El País, 30/05/2024)
‘Caso Begoña Gómez’: instrucción penal y política (Manuel Cancio Meliá, El País, 05/06/2024)
Feijóo acusa (otra vez) sin pruebas para engordar el ‘caso Begoña Gómez’ (José Manuel Romero, El País, 06/06/2024
En los medios que creen que el caso Begoña Gómez es un caso falso, las comillas se justifican como marca de uso inapropiado del que la línea editorial se distancia. En los medios que entienden que se trata de un caso con base judicial, las comillas invocan la toma de postura ideológica que se presume compartida entre el periódico y sus lectores.
Por supuesto, los dos tipos de comillas se pueden combinar, como se ha visto ya a propósito de (9), y como ilustra de nuevo (42), donde el extranjerismo handicap se inserta dentro de una cita textual:
Isabel Coixet, mención a su carrera en los Premios Efa: “Cuando empecé, ser mujer y joven era un ‘handicap’, ahora es una ventaja” (Luis Martínez, El Mundo, 09/12/2023)
Además, en muchas ocasiones, las citas textuales están al servicio de la actitud que se quiere suscitar por medio del concepto marcado con comillas simples. Este es el caso del ejemplo de (43):
Itxaso Atutxa, la ‘favorita’ con poder que no es candidata de un ‘temeroso’ PNV: “Quiere ser presidenta del partido” (Juan Diego Madueño, El Mundo, 04/12/2023)
Además del término favorita, también aparece entrecomillado temeroso. La cita que sigue, sin autor identificado, sino simplemente presentada como expresión de un sentir general, complementa el sentido en el que se ha de interpretar temeroso, proporcionando las razones que explican dicho temor. En la entradilla de la misma noticia, recogida en (44), se vuelve a hacer uso de las comillas simples.
Su pedigrí es indudable: hija del histórico ‘Capi’, está casada con Aitor Esteban, admite haber ‘probado’ la misoginia en el partido de Sabino Arana y su nombre sonó mucho al saberse que el PNV apartaba a Urkullu (Juan Diego Madueño, El Mundo, 04/12/2023)
El primer caso, dentro de la justificación general del término favorita que aparece en el titular, indica un apodo (‘Capi’). El segundo uso focaliza la atención en la idea, atribuida a la protagonista, de haber experimentado negativamente la misoginia del partido.
En esta sección se han presentado datos que respaldan la idea de que las comillas simples se utilizan como recurso para indicar que el concepto destacado debe convertirse en el centro, lo que invita a interpretarlo desde una perspectiva emocional, ideológica o afectiva, en relación con la cual se debe entender la noticia. Las comillas simples vienen a sumarse a muchas otras estrategias de tipo léxico y morfológico (Padilla Cruz 2023) que invitan a construir sentidos específicos con carga emocional. De este modo, se busca hacer una apelación a las actitudes compartidas con los lectores, en un guiño de complicidad y sintonía. La alineación con sus creencias y actitudes construye una conexión emocional que contribuye a consolidar la confianza de los lectores
Cada medio de comunicación emplea este recurso de acuerdo con su línea editorial, combinándolo con otras estrategias para lograr la afiliación y el convencimiento de los lectores, de modo que puede interpretarse de manera diferente según el medio en el que aparezca. En este sentido, los usos descritos aquí orientan al lector en la identificación del contexto discursivo (Garrido, 2023, p. 306), facilitando la integración de la información.
Esta sección está dedicada a reflexionar brevemente sobre el modo en que la utilización de un recurso tipográfico sencillo (como son las comillas) puede encajar en una teoría más general del lenguaje y la comunicación como la Teoría de la Relevancia.
La Teoría de la Relevancia, originalmente propuesta de manera completa en Sperber y Wilson (1986/1995) y desarrollada en numerosos trabajos posteriores, es un modelo cognitivo de orientación griceana sobre el funcionamiento de la comunicación humana. Está basada en dos principios (Sperber y Wilson 1986/1995: 260).
Primer principio (principio cognitivo): La comunicación humana está orientada a la maximización de la relevancia
Segundo principio (principio comunicativo): Todo estímulo ostensivo comunica la presunción de su propia relevancia óptima.
El primer principio es una generalización sobre el funcionamiento de la cognición humana. Establece que está en nuestra propia naturaleza la tendencia a prestar atención a los estímulos que parecen más relevantes y a procesarlos de un modo que maximice esa relevancia. Hemos desarrollado evolutivamente una tendencia hacia la eficiencia: dado que nuestros recursos cognitivos son limitados, tendemos a asignarlos al procesamiento de la información que parece que va a producir mayor rendimiento, y tendemos a que el procesamiento sea también lo más eficiente posible. El segundo principio es una generalización sobre el modo en que funciona la comunicación intencional. Establece que todo lo que se comunica por medio de un estímulo ostensivo (es decir, de manera intencional y abierta) crea una expectativa precisa: la de que su procesamiento supondrá un equilibro entre el esfuerzo invertido y los efectos obtenidos. De estos dos principios deriva una heurística de procesamiento específica: la interpretación sigue la ruta del mínimo esfuerzo en el cálculo de los efectos cognitivos y considera las interpretaciones en función de su accesibilidad; una vez que ha obtenido una interpretación que satisface las expectativas de relevancia, el procesamiento se detiene (Wilson 2000: 420-421)
Hay varias nociones más dentro de este modelo que resultan centrales para la explicación que se propondrá en la sección siguiente:
La diferencia entre usos descriptivo y uso interpretativo es central para entender el funcionamiento de las citas. Se habla de uso descriptivo cuando el enunciado describe un estado de cosas externo (es decir, hace referencia a una realidad extralingüística), que trata de reflejar de manera adecuada. Se habla de uso interpretativo, en cambio, cuando un enunciado refleja no un estado de cosas, sino un pensamiento de otra persona o las palabras que otro ha pronunciado o podría pronunciar (Sperber y Wilson 1986/1995: 224 y ss.). Las citas representan, pues, un caso particular de uso interpretativo.
La noción de uso interpretativo establece, a su vez, las bases para la explicación relevantista de la ironía. La ironía consiste en la atribución a otra persona (o grupo de personas) de un pensamiento o enunciado con respecto al cual el emisor tiene una actitud disociativa. Como variedad de uso interpetativo, la ironía comporta encubiertamente un tipo de cita.
La distinción entre codificación conceptual y codificación procedimental es igualmente central dentro de la teoría. La idea básica es que la contribución de los elementos lingüísticos a la interpretación no es homogénea. Algunos elementos codifican conceptos, es decir, elementos que forman representaciones. Otros, en cambio, codifican instrucciones de procesamiento sobre cómo conectar estas representaciones entre sí y con el contexto. Las unidades que codifican instrucciones de procesamiento se denominan procedimentales (Sperber y Wilson 1986/1995; Blakemore 1987; Escandell-Vidal, Leonetti y Ahern (eds.) 2011; Wilson 2016).
Mientras que el significado procedimental ha de satisfacerse a toda costa (Escandell-Vidal y Leonetti 2011), el significado conceptual es flexible: los conceptos pueden modularse, enriquecerse, elaborarse y ajustarse de diferentes maneras para cumplir con las expectativas de relevancia. Por ello, las unidades con contenido conceptual expresan frecuentemente en cada enunciado un significado específico (a veces, más amplio; a veces, más restringido; a veces, ambas cosas a la vez), que no se corresponde exactamente con lo que solemos considerar su significado literal. Se crea, así, un concepto ad hoc (Wilson 2003; Wilson y Carston 2007). En este enfoque, se postula que no hay diferencias de procesamiento entre usos literales y usos figurados (metáforas, metonimias, hipérboles).
Muchas veces los enunciados transmiten impresiones vagas que no son fácilmente parafraseables sin perder una parte de sus matices; es más, es posible que ninguna interpretación agote por completo sus posibilidades y que susciten efectos diferentes en diferentes personas. Se habla, entonces, de efectos no-proposicionales. Los efectos no proposicionales abarcan la información perceptiva, emocional y sensoriomotora transmitida por el emisor con respecto a sus estados mentales, e incorporan imágenes, sentimientos e impresiones sueltas (Wilson y Carston 2019; Ifantidou, de Saussure y Wharton 2021; Wharton y de Saussure 2023).
A partir del modelo teórico presentado, la propuesta que voy a defender es que las comillas son indicaciones de tipo procedimental, tal y como este concepto se ha desarrollado en el marco de la teoría de la relevancia.
Efectivamente, las comillas se utilizan como señales visuales que tienen por objetivo atraen intencionalmente la atención del lector hacia una palabra o conjunto de palabras concreto. De este modo, crean de inmediato la expectativa de que quien las escribe tiene la intención de producir un efecto comunicativo deliberado. Son, en consecuencia, una muestra de comunicación ostensiva, que produce un cambio perceptible en el entorno con el objetivo de captar la atención del destinatario y dirigirla hacia las intenciones del comunicador, lo que lleva al destinatario a buscar información interpretativa adicional (Wilson y Carston 2019).
Al indicar que se trata de una cita textual, las comillas dobles proporcionan una instrucción de procesamiento específica, que orienta al lector hacia la búsqueda de la fuente (real o imaginaria) de la cita (Sperber y Wilson 1986/1995: 224 y ss). Este recurso limita el compromiso asertivo del redactor del titular con respecto al contenido citado (De Brabanter 2023; García-Carpintero 2015; Geurts 2019; Stalnaker 1978, 1998), pero esto no quiere decir que deba existir necesariamente una disociación con respecto a dicho contenido (Xiong y Robles 2023). Especialmente cuando encierran un único termino, las comillas dobles recogen palabras textuales para remarcar su importancia y suscitar una respuesta emocional determinada, como ilustran los ejemplos de (45)-(47):
Carlos Cuerpo, el favorito de Calviño al que fichó tras detectar una “errata” de 7.000 millones en un plan enviado a la UE (Carlos Segovia, El Mundo, 29/12/2023)
El PSOE inicia el señalamiento de los “pseudomedios” que vincula al PP (Noa de la Torre, Pablo R. Roces, Teresa López Pavón, El Mundo, 01/05/2024)
El PSOE lleva su cruzada para “desenmascarar” los bulos a la manifestación del Día del Trabajador (Marta Belver, El Mundo, 01/05/2024)
Por lo que a las comillas simples respecta, al marcar y singularizar un concepto, se enfatiza su relevancia dentro del contexto del titular y, de acuerdo con el segundo principio de relevancia, esto desencadena una interpretación que trata de justificar el relieve añadido. En este caso, las comillas parecen ir orientadas a activar una heurística no solo representacional, sino sobre todo experiencial (Wilson y Carston 2019; Ifantidou, de Saussure y Wharton 2021; Wharton y de Saussure 2023).
Las comillas son indicaciones procedimentales que activan la creación de contenidos ad hoc, especialmente con carga emocional (cf. Padilla Cruz 2023). El centro de interés no está solo en el significado, sino el todo el halo de connotaciones y emociones que ese significado puede suscitar. De este modo, se hace mutuamente manifiesta una gama amplia, vaga y poco específica de supuestos débiles, de efectos no prolist list-type="simple"posicionales, que en este caso se emplea para poner de relieve la similitud entre el conocimiento compartido de hablante y oyente y, por lo tanto, reforzar el terreno común que ambos comparten y experimentan (Ifantidou, de Saussure y Wharton 2021). Esto crea un sentido de comprensión mutua, apelando a creencias y suposiciones estereotipadas compartidas y apuntando a la conexión emocional entre emisor y destinatario. No se buscan, pues, simplemente efectos proposicionales; al contrario, se da prioridad a los efectos afectivos (de Saussure y Wharton 2020). Reconocer la postura emocional deseada es una parte integral de la interpretación del mensaje.
Dentro de este enfoque surge una pregunta adicional: si se ha dicho que las comillas simples pueden desempeñar las funciones tradicionales (extranjerismo, uso impropio, ironía) y ahora le añadimos una más (apelación al estereotipo compartido), ¿cómo sabe el lector cuál es la función que corresponde? El enfoque en términos procedimentales proporciona una explicación a este hecho. Las comillas simples únicamente llaman la atención sobre conceptos específicos en los titulares, captando el interés del lector y fomentando su implicación emocional. No codifican directamente ninguna de las funciones, sino que tienen una función más general y más abstracta. Esta función de señalamiento, que atrae la atención, no está directamente especificada y puede luego desarrollarse de modos diferentes. Cada uso no es más que una manera diferente de satisfacer la expectativa de relevancia, creando una interpretación que equilibre el reconocimiento de una forma marcada con una interpretación que le dé sentido.
Además, como ocurre con las señales procedimentales, puede haber un proceso paulatino de estandarización, que hace que poco a poco se vaya creando una dinámica interpretativa concreta. Cuando el contexto hace evidente que el concepto entrecomillado debe interpretarse en un sentido estereotípico, culturalmente cargado, se va creando una cierta rutina interpretativa que puede acabar convirtiéndose en un atajo directo a la interpretación deseada por el emisor. El lector fiel a un periódico se acostumbra a entender el relieve que suponen las comillas, a interpretar el guiño que contienen, y de este modo sintoniza sus emociones con la línea editorial. Las comillas simples únicamente realzan e invitan a buscar una razón a ese realce; es luego el lector el que las llena de contenido.
Desde esta perspectiva, todos los usos que se han descrito pueden reconducirse a una única explicación. Tomemos las comillas simples que marcan una palabra extranjera, como las de los ejemplos (9) y (12)list list-type="simple"(14), repetidos aquí para facilitar la lectura:
Beatriz Luengo: “Soy la ‘celebrity’ de mi barrio y eso me llena de orgullo. Tengo una doble vida entre Miami y Hortaleza” (Iñako Díaz-Guerra, El Mundo, 02/05/2024
Mercadona amplía su equipo tecnológico tras abrir ‘hubs’ de desarrollo en Sevilla, Vigo, Santander y Oporto (Europa Press, El Mundo, 11/12/2023)
EH Bildu apuesta por Otxandiano para dar la puntilla a Podemos y lograr el ‘sorpasso’ al PNV en las elecciones de 2024 (Josean Lizarra, El Mundo, 11/12/2023)
Amnistía, ‘lawfare’ o ChatGPT, entre los términos más buscados en Google el año 2023 (EFE, El Mundo, 11/12/2023
La razón para elegir una palabra extranjera, en lugar de un término español, no se encuentra en la carencia de un término equivalente en nuestro idioma. Los extranjerismos se eligen, precisamente por su potencial para desencadenar efectos emocionales más allá del significado descriptivo. En (48), Beatriz Luengo podría haber dicho que es una celebridad, pero al elegir esta palabra se pierde de inmediato el halo de connotaciones de fama y de internacionalidad que rodean al término en inglés. Lo que está en juego no es simplemente una cuestión de pureza lingüística, sino una forma más eficaz de suscitar las reacciones emocionales asociadas al término en otra lengua.
Lo mismo ocurre con hub. La Fundéu propone varias alternativas en español (intercambiador, centro logíslist list-type="simple"tico, centro de operaciones o punto de conexión; concentrador; nodo. (https://www.fundeu.es/recomendacion/hub-alternativas-en-espanol), pero ninguna de ellas comporta la resonancia tecnológica y de vanguardia que se asocia (justificadamente o no) a la voz inglesa. En cuanto a sorpasso, las alternativas españolas adelantamiento o superación (https://www.fundeu.es/recomendacion/sorpaso-adelantamiento-superacion-alternati�vas-a-sorpasso/) no conllevan las connotaciones políticas que sí tiene la palabra italiana y que son precisa-q mente las que se buscan con la utilización de este término. Algo parecido es lo que hizo triunfar la etiqueta lawfare, que desborda ampliamente cualquiera de las traducciones posibles. La elección de un término extranjero puede justificarse, pues, en términos comunicativos, ya que aporta una nube de connotaciones que sus traducciones quizá no son capacees de activar.
Las acuñaciones léxicas novedosas o los usos impropios están, asimismo, al servicio de intenciones comunicativas basadas precisamente en la activación de resonancias emocionales. Lo que se pretende comunicar no es simplemente un contenido, sino, además, una impresión general. De hacerlo por otros medios, el efecto se perdería de inmediato. Y las comillas no son necesarias para detectar el uso no normativo, sino que subrayan el concepto para sugerir la derivación de interpretaciones enriquecidas que contengan una dimensión emocional y afectiva.
Los usos irónicos, finalmente, son casos de distanciamiento, pero tampoco aquí es necesario proporcionar una marca explícita: la ironía se interpreta contextualmente. Lo que hacen las comillas simples, de nuevo, es resaltar un término: la interpretación irónica depende del contexto. Los efectos de distanciamiento se obtienen no solo a través del contenido, sino sobre todo a través del contexto y de las emociones que el contenido puede evocar.
Si esta explicación no está desencaminada, entonces no hay discrepancias en el uso de las comillas simples: solo realzan el concepto señalado para activar el halo emocional, sin expresar de qué manera esta activación se incorpora a la interpretación deseada. No son indicaciones multifuncionales: son, simplemente, indicaciones inespecíficas que activan heurísitcas de carácter no representacional, sino afectivo. Las comillas pueden añadirse a los recursos analizados por Padilla Cruz (2023) como indicadores explícitos o señales ostensivas e intencionales que indican que la obligatoriedad de construir una representación ad hoc. Como en otros casos, se requiere la activación de conocimientos compartidos, experienciales, emocionales y afectivos.
Este estudio representa una primera toma de contacto con un conjunto de hechos que no habían sido tratados anteriormente en la bibliografía. Como estudio preliminar, se ha orientado a recopilar datos y a avanzar unas primeras generalizaciones e hipótesis explicativas. Sin embargo, hay varias limitaciones que deben tenerse en cuenta y que abren camino para futuras investigaciones.
La limitación del corpus de datos. La muestra utilizada en este estudio, aunque significativa, es limitada en su alcance. Las investigaciones futuras deberían incluir un corpus más amplio y diverso, abarcando una mayor variedad de medios de comunicación y géneros periodísticos. Esto permitirá obtener una visión más comprensiva y generalizable de los usos de las comillas en la prensa española (Ifantidou, 2009; 2023).
La combinación de enfoques metodológicos. Este estudio se ha basado principalmente en un enfoque cualitativo. Las investigaciones futuras deberían combinar este enfoque con una aproximación cuantitativa para poder medir la prevalencia y los patrones de uso de las comillas de manera más precisa (Blom y Hansen, 2015; Kuiken et al., 2017; Scott, 2021; 2023).
La valoración intersubjetiva de los efectos. Es crucial realizar estudios que evalúen cómo los lectores perciben y reaccionan ante el uso de las comillas en los titulares de prensa. Los experimentos de percepción y estudios de seguimiento del comportamiento del lector pueden proporcionar datos valiosos sobre el impacto emocional y cognitivo de las comillas en la audiencia (Alba-Juez, 2017; Borchmann, 2024).
El análisis comparativo entre distintos tipos de textos periodísticos. Cabe preguntarse si existen diferencias significativas en el uso de las comillas entre los titulares de noticias, los editoriales y los artículos de opinión. Este análisis comparativo podría revelar usos específicos y estrategias retóricas distintas según el tipo de contenido (Fraga et al., 2012; Warriner et al., 2013).
La influencia de la valencia emocional. Otro desarrollo interesante sería determinar cómo la valencia (positiva o negativa) de las palabras entrecomilladas influye en su interpretación por parte de los lectores. Esto podría incluir estudios experimentales donde se manipulen las emociones asociadas con las palabras para observar cambios en la percepción y comprensión (Fraga et al., 2012; Warriner et al., 2013).
En estas páginas he querido reflexionar sobre las relaciones entre las comillas (un recurso tipográfico) y sus efectos interpretativos como indicadoras de evidencialidad reportativa y de perspectivización emocional. Las comillas sirven como indicaciones visuales que atraen intencionadamente la atención del lector, haciendo manifiesto que el emisor tiene la intención de producir un efecto comunicativo deliberado.
El análisis de los datos ha sugerido una respuesta concreta a la primera pregunta planteada sobre las nuevas funciones que desempeñan las comillas en la prensa digital española: las comillas dobles se especializan en el uso reportativo, mientras que las comillas simples parecen ampliar su uso y se emplean para atraer la atención sobre ciertos conceptos y resaltarlos estratégicamente, con el objetivo de inducir respuestas emocionales de los lectores, invocando creencias o actitudes (positivas o negativas).
Por lo que respecta a la segunda pregunta, la de cómo se relacionan estos usos con las nuevas prácticas de lectura y escritura, la diferenciación de funciones sugiere que para la prensa es importante diferenciar las citas (comillas dobles) de los otros usos no reportativos (comillas simples). Estas últimas se colocan al servicio de un objetivo general: la perspectivización emocional, a base de activar creencias compartidas, fomentando así un sentido de terreno común y alineación con los lectores para reforzar la sintonía con las perspectivas, los valores y las actitudes de los lectores. Se intenta, de este modo, cultivar su fidelidad y su confianza a través de una oferta de contenido que se alinee con sus experiencias y su visión del mundo.
Finalmente, la cuestión teórica general de cómo se puede explicar este uso innovador desde un punto de vista más general sobre el funcionamiento de la comunicación humana puede contestarse por medio de la noción de indicación procedimental: las comillas funcionan como recursos ostensivos que dirigen la atención del lector a palabras y conceptos específicos, para favorecer que los procesos inferenciales conviertan dicho contenido en el centro de atención. Las expectativas de relevancia óptima se satisfacen accediendo a una gama más amplia de supuestos débiles y efectos afectivos no proposicionales, con el fin de enfatizar la dimensión emocional.
Este trabajo se ha presentado, en una versión previa, en el XI International Symposium on Intercultural, Cognitive and Social Pragmatics (EPICS XI, 22-24 de mayo de 2024,Universidad Pablo de Olavide), dentro del panel "Beyond meaning list list-type="simple"The relevance of ineffable contents, from the procedural to the affective", coordinado por Louis de Saussure e Ismaël Pozner. Se ha presentado, asimismo, en el VII Foro Internacional de Lingüística del Discurso (30 y 31 de mayo de 2024, Università degli Studi di Milano). Agradezco a los organizadores de las sesiones y a los asistentes sus observaciones y comentarios.
Agradezco igualmente, y de manera muy especial, a los revisores anónimos por sus críticas y sugerencias, que han contribuido a mejorar el manuscrito original.
Este trabajo se enmarca en las investigaciones del proyecto EPSIL2 (Evidentiality, Perspectivisation and Subjectivisation at the Interfaces of Language list list-type="simple"Two. Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Ref. PID2023-148755NB-I00).
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