e-ISSN: 2605-1982
ARTÍCULOS
Resumen: Este estudio analiza la representación cinematográfica de los eventos que dieron origen al movimiento #MeToo a través de dos de sus películas más emblemáticas: She Said (2022) y Bombshell (2019). Mediante el visionado y análisis de estos filmes, se examinan los acontecimientos que impulsaron el surgimiento del #MeToo el 15 de octubre de 2017, un movimiento clave en la denuncia de abusos contra las mujeres en el ámbito profesional y persona.
Palabras clave: #MeToo, Análisis cinematográfico, Estudios de género, Violencia de género, Feminismo, Mujer periodista.
Abstract: This study examines the cinematic representation of the events that led to the emergence of the #MeToo movement through two of its most emblematic films: She Said (2022) and Bombshell (2019). By watching and analyzing these films, the research explores the events that sparked the #MeToo movement on October 15, 2017, a pivotal initiative in denouncing abuses against women in both professional and personal spheres.
Keywords: #MeToo, Film analysis, Gender studies, Gender-based violence, Feminism, Woman journalist.
Sumario: 1. Introducción: #MeToo y el cine. 2. Objetivos y metodología. 3. Metodología. 4. Resultados. 4.1. B ombshell : machismo en el seno de la Fox News. 4.1.1. La alianza Trump-Fox News. 4.1.2. El escándalo de Roger Ailes. 4.1.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.1.1. La alianza Trump-Fox News. 4.1.2. El escándalo de Roger Ailes. 4.1.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.2. She said (2022): las periodistas que provocaron el #MeToo. 4.2.1. New York Times: Megan Twohey y Jodi Kantor. 4.2.2. Weinstein y el silencio cómplice de Hollywood ante el acoso sexual. 4.2.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.2.1. New York Times: Megan Twohey y Jodi Kantor. 4.2.2. Weinstein y el silencio cómplice de Hollywood ante el acoso sexual. 4.2.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.1. B ombshell : machismo en el seno de la Fox News. 4.1.1. La alianza Trump-Fox News. 4.1.2. El escándalo de Roger Ailes. 4.1.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.1.1. La alianza Trump-Fox News. 4.1.2. El escándalo de Roger Ailes. 4.1.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.2. She said (2022): las periodistas que provocaron el #MeToo. 4.2.1. New York Times: Megan Twohey y Jodi Kantor. 4.2.2. Weinstein y el silencio cómplice de Hollywood ante el acoso sexual. 4.2.3. Roles protagonistas y antagonistas. 4.2.1. New York Times: Megan Twohey y Jodi Kantor. 4.2.2. Weinstein y el silencio cómplice de Hollywood ante el acoso sexual. 4.2.3. Roles protagonistas y antagonistas. 5. Conclusiones.Referencias bibliográficas.
El 15 de octubre de 2017 se viralizó en la red social Twitter, actualmente denominada X, un llamado a que todas aquellas mujeres que hubiesen sido víctimas de abusos sexuales por parte de Harvey Weinstein1 hicieran pública su experiencia. El objetivo principal de esta acción era visibilizar la situación de la mujer dentro de un sistema que, según las denuncias, ha-
bría protegido y encubierto los abusos perpetrados por una de las figuras más influyentes de Hollywood. En particular, el 5 de octubre de 2017, el diario The New York Times publicó una investigación detallada sobre las denuncias de acoso sexual contra Weinstein, quien hasta ese momento era considerado una figura intocable a pesar de los rumores persistentes sobre su conducta inapropiada2 (Bertran, 2022).
Las investigaciones periodísticas realizadas por The New York Times y The New Yorker desempeñaron un papel fundamental en la exposición de los abusos cometidos por Weinstein, destacando la importancia del periodismo de investigación en la defensa de los derechos de las víctimas y en la denuncia de estructuras de poder que permiten la impunidad. En este contexto, el surgimiento del hashtag #MeToo puede entenderse como un fenómeno de gran impacto social. El movimiento fue reconocido como el “Personaje del Año” por la revista Time en 2017 debido a su influencia global. Un comunicado de la agencia Reuters, publicado por el diario El Mundo, destacó que las denuncias surgidas a partir del #MeToo trascendieron fronteras geográficas y socioculturales, abarcando a personas de diversas razas, clases sociales y ocupaciones, generando un efecto inmediato y de gran alcance (REUTERS, 2017).
Sin embargo, el impacto del movimiento #MeToo también ha sido objeto de crítica y reflexión. Si bien ha desafiado la percepción de intocabilidad de ciertos hombres poderosos, persiste el interrogante sobre su capacidad para garantizar justicia a víctimas de violencia sexual fuera del ámbito mediático. La periodista Amanda Taub señaló en un artículo publicado el 12 de febrero de 2019 en The New York Times que el movimiento no ha logrado un impacto significativo en el problema más extendido del abuso sexual y el acoso perpetrado por hombres sin notoriedad pública ni poder político o económico. Esta situación pone en evidencia la necesidad de ampliar el alcance del movimiento para incluir a mujeres que no cuentan con apoyo mediático o recursos legales para denunciar sus casos (Manzano Zambruno, 2019).
Desde el ámbito cinematográfico, estos acontecimientos han sido representados en dos producciones que abordan la problemática del acoso sexual en entornos laborales. En 2022, se estrenó la película She Said (Schrader, 2022), la cual retrata la investigación realizada por las periodistas Megan Twohey y Jodi Kantor sobre los abusos de Weinstein, destacando el papel del periodismo en la denuncia de estas prácticas. La crítica especializada valoró positivamente la dirección del filme y las actuaciones femeninas. Michael Phillips, en el Chicago Tribune3, comparó la eficacia narrativa del filme con la de Spotlight4, una de las obras más destacadas del género periodístico de investigación. Por su parte, Lovia Gyarkye, en The Hollywood Reporter5, enfatizó que la labor de Twohey y Kantor no solo permitió que las víctimas de Weinstein buscaran justicia, sino que también propició la expansión del movimiento #MeToo.
Como antecedente relevante, en 2019 se estrenó Bombshell (Roach, 2019), una película que también aborda casos de acoso sexual en entornos mediáticos. El filme narra la denuncia realizada por las periodistas Megyn Kelly y Gretchen Carlson contra Roger Ailes, exdirector de Fox News, en 2016. La BBC6 sintetizó los hechos el 22 de julio de 2016, señalando que Carlson interpuso una demanda en la que alegaba haber sido despedida tras rechazar las sugerencias sexuales de Ailes. A pesar de las negativas del acusado, el caso tomó relevancia cuando Kelly también decidió hablar públicamente sobre su experiencia.
Ambas producciones cinematográficas comparten elementos narrativos y temáticos, pero difieren en su estructura y abordaje. Bombshell recurre a una narrativa fragmentada, donde las tres protagonistas presentan sus experiencias desde distintos puntos de vista. La película utiliza recursos como la ruptura de la cuarta pared y la representación subjetiva de los pensamientos de los personajes para generar una conexión emocional con el espectador. El guionista Charles Randolph se basó en testimonios directos y documentación detallada para desarrollar personajes con profundidad psicológica, reflejando los conflictos internos de las víctimas de acoso.
Por otro lado, She Said adopta un enfoque más formal y clásico, centrado en el proceso de investigación periodística. Rebecca Lenkiewicz, guionista del filme, trabajó en estrecha colaboración con Twohey y Kantor para asegurar la fidelidad de la historia. La narración enfatiza la meticulosidad del trabajo periodístico y la dificultad de obtener testimonios en un entorno marcado por la intimidación y el silencio. La película también ofrece una visión interna del funcionamiento de la redacción de The New York Times, destacando los dilemas éticos y las presiones institucionales que enfrentaron las periodistas.
Ambas producciones cinematográficas contribuyen a la reflexión sobre la violencia de género en el ámbito laboral y la necesidad de mecanismos efectivos para la protección de las víctimas. En particular, los casos abordados en Bombshell y She Said revelan cómo el abuso de poder ha sido utilizado para perpetuar el acoso sexual en sectores de alta influencia. Estas representaciones audiovisuales no solo documentan hechos históricos, sino que también impulsan el debate sobre las estructuras sociales y laborales que han permitido la impunidad de los agresores. De esta manera, el cine se posiciona como una herramienta de denuncia y concienciación, contribuyendo a la transformación de las narrativas sobre la violencia de género en la esfera pública.
El objetivo principal de este trabajo es analizar cómo se ha reflejado en la gran pantalla los hechos que han provocado el movimiento #MeToo mediante dos de sus filmes más emblemáticos: She Said (2022) y Bombshell (2019). Estos dos filmes han sido seleccionados como corpus de investigación debido a varios factores. En primer lugar, su marcado protagonismo femenino. Gran parte del cine del siglo XX ha representado a la mujer únicamente como un objeto de deseo masculino. Sin embargo, las películas aquí analizadas rompen con ese estereotipo y lo denuncian. Por otro lado, la representación de la mujer en el cine ha estado, históricamente, relegada a un rol pasivo y fetichizado. Como señala Castejón Leorza (2004: 306): «La mujer se convierte así en escenario de la sexualidad y no en sujeto, quedando su propia sexualidad anulada, impidiendo su libre desarrollo personal y la construcción de su propia subjetividad». En segundo lugar, desde una perspectiva artística, ambas películas han sido ampliamente reconocidas. She Said estuvo nominada a los Globos de Oro, BAFTA y los premios del Sindicato de Guionistas (WGA), destacando especialmente el guion y la interpretación de Carey Mulligan. Bombshell, por su parte, cuenta con un destacado trío protagonista: Charlize Theron, Margot Robbie y Nicole Kidman. Además, obtuvo el Oscar y el BAFTA a mejor maquillaje y peluquería, y recibió nominaciones a mejor actriz principal (Charlize Theron) y mejor actriz de reparto (Margot Robbie) en los premios de la Academia de 2020. Otro aspecto clave que justifica la elección de estos filmes es que ambos se centran en mujeres dentro de medios de comunicación. Dado el impacto del cine en la construcción del imaginario colectivo, She Said & Bombshell pueden contribuir a desafiar prejuicios perpetuados por la industria audiovisual. Como destaca Tello Díaz (2012: 100): «El cinema tiene un poder creador de estereotipos, y de ahí la importancia de analizar la imagen que se aporta de la mujer para entender en qué difiere o coincide con la representación de la mujer periodista en nuestra industria».
Desde un enfoque metodológico, esta investigación ha realizado un análisis descriptivo cualitativo sobre el material fílmico, aplicando una serie de variables sobre el metraje. Este método permite obtener datos descriptivos para comprender mejor el contexto y los significados de los acontecimientos representados en las películas (Walker Janzen, 2007: 27). Para ello, se ha considerado la película como fuente primaria de investigación, entendiendo que las fuentes primarias son aquellas en las que los datos provienen directamente del objeto de estudio (Torres, Paz & Salazar, 2014: 3). Los resultados del análisis se han sistematizado mediante una ficha de trabajo, en la que se han aplicado las siguientes categorías analíticas: Informantes, Indicios, Ambiente, Actor, Rol, Acción y Motivo. Estos conceptos, desarrollados por Cassetti & Di Chio (2010), permiten examinar cómo se construye el contexto social y laboral de las protagonistas, así como la manera en que interactúan con su entorno. En el siguiente apartado se presentan los resultados obtenidos, ilustrados mediante una tabla que facilita su comprensión y análisis.
Tabla 1. Análisis conjunto de She said & Bombshell
| A. Puesta en escena | Elementos visionados |
|---|---|
| Indicios | cables, cámaras, pantallas, ordenadores, micrófonos, documentos |
| Informantes | auriculares, gafas, corbatas, vestidos, tacones, maquillaje |
| B. Ambiente | Elementos visionados |
| Actores | políticos, periodistas, actores, abogados, |
| Roles | informador, transformador, ayudante, conservador, |
| Acciones | investigar, escribir, denunciar, acosar, |
| Motivos | reivindicar |
En este apartado están incluidos los análisis de las películas que forman el corpus de la investigación de este trabajo. Esta sección se inicia con Bombshell (2019) y termina con She Said (2022). De esta forma se respeta en el texto el orden cronológico en que fueron estrenadas las películas en España.
El análisis de Bombshell requiere considerar el contexto en el que se desarrolla su trama, el cual puede abordarse desde dos perspectivas principales. En primer lugar, la estrecha relación entre el canal de noticias Fox News y el entonces candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, en el marco de las primarias republicanas de 2015. En segundo lugar, las políticas sexistas implementadas por Roger Ailes en Fox News, las cuales constituyen un eje central en la narrativa del filme.
Ambos elementos encuentran un punto de convergencia en la figura de Megyn Kelly, quien emerge como un personaje clave en la construcción del relato. Interpretada por Charlize Theron, Kelly se presenta al espectador con una declaración que sintetiza su carácter desafiante: «Si hay algo que posiblemente sabrás de míes que no me muerdo la lengua» (00:01:18). Además, desde el punto de vista narrativo, su rol trasciende la representación individual, ya que ejerce como guía para el espectador. Esta función se materializa de manera explícita a través de la ruptura de la cuarta pared, cuando el personaje introduce a la audiencia en la estructura organizativa y las instalaciones de Fox News (00:03:43-09:16). Además de su rol como guía narrativa, Megyn Kelly interactúa con la audiencia a través de múltiples voces en off, lo que permite acceder a sus pensamientos y percepciones sobre los eventos representados en el filme.
Desde el inicio, Kelly se presenta como una periodista que no cede ante presiones externas en la conducción de su programa. Un ejemplo significativo de esta postura es su decisión de confrontar a Donald Trump durante las primarias republicanas de 2015, a pesar de las recomendaciones en sentido contrario por parte de sus colegas y de la propia cadena Fox News. Esta confrontación se materializa en su cuestionamiento directo sobre las acusaciones de agresión sexual dirigidas contra el entonces candidato presidencial. La tensión generada por este enfrentamiento se hace evidente en el diálogo del minuto 00: 07:04, en el que se sugiere que las presiones ejercidas sobre Kelly derivan de la estrecha relación entre Trump y Fox News. En este sentido, y en línea con la argumentación de Mayer (2019)7, la película refleja cómo, a medida que el expresidente ha enfrentado escándalos, audiencias en el Congreso e incluso discusiones sobre un posible juicio político, Fox News ha desempeñado un doble papel: por un lado, como un escudo protector y, por otro, como un instrumento de ataque en su favor.
Gil Norman: ¿Es esa tu primera pregunta? ¿Es algún rollo feminista?
Ayudante: Ella no es feminista. Concierne a su elegibilidad (…)
Kelly: Podemos ir a por Trump. (…) Los Murdoph. Rupert ha llamado a Roger y le ha dicho que ya basta con Trump.
Gil Norman: Lo único que hace Trumpt es ver la Fox. Roger le da tiempo en antena para sus teorías chifladas y sus estúpidas quejas. ¿Por qué? Porque Roger comparte muchas de ellas. ¿Seguro que quieres enfrentarte?
Las reacciones de los colegas de Megyn Kelly ante su confrontación con Donald Trump pueden agruparse en dos posturas diferenciadas. Por un lado, algunos compañeros elogian su valentía y profesionalismo. Entre ellos destaca Gretchen Carlson (Fotograma 1), otra de las figuras centrales de Bombshell, junto con Kayla Pospisil. En un fotograma clave (00:09:01), Carlson defiende a Kelly frente a las dudas de otros miembros de la cadena Fox News, señalando que su enfoque crítico no es improvisado, sino reflejo de una estrategia periodística fundamentada: «Tele de calidad, sabe lo que hace», afirma en respuesta a la incomprensión de algunas colegas respecto al tono desafiante adoptado hacia Trump.
Como consecuencia de su cuestionamiento durante el debate, Trump recurre a la red social Twitter —actualmente X— para acosar públicamente a Megyn Kelly, llegando incluso a insinuar que su actitud se debía a «ira menstrual». Este episodio ejemplifica el uso estratégico que Trump ha hecho de las plataformas digitales para reforzar la polarización partidista y moldear la opinión pública, tal como han señalado Cabezuelo Lorenzo & Manfredi (2019: 481). Ante esta situación, la reacción de Fox News resulta llamativa. En lugar de respaldar abiertamente a Kelly, la cadena se limita a señalar que Trump ya estaba al tanto de que ella adoptaría un enfoque crítico durante el debate (00:10:34). Sin embargo, no se emite ninguna condena explícita por parte de la cadena respecto al ataque sufrido por su periodista en redes sociales.
En este sentido, el caso de Kelly se inscribe dentro de un fenómeno más amplio de acoso digital, en el cual los agresores no solo insultan a sus víctimas, sino que amplifican la violencia al etiquetar directamente sus perfiles, generando una mayor exposición dentro de sus comunidades digitales, sin que ello implique consecuencias para los perpetradores (Piñeiro-Otero & Martínez-Rolán, 2021:10). El momento de mayor tensión profesional para Megyn Kelly se produce cuando Fox News le comunica que no intervendrá en su defensa frente a los ataques de Donald Trump ni de sus seguidores. La encargada de transmitir esta decisión es la responsable de Relaciones Públicas de la cadena, quien lo hace en presencia de Roger Ailes. En este contexto, Ailes enfatiza la relación de dependencia mutua entre Trump y Fox News con una afirmación reveladora: «Nos necesita, y nosotros a él» (00:33:20).
La respuesta de Kelly es categórica y evidencia su firme postura profesional: «Que te quede claro. Es mi programa, no pienso lamerle el culo a Trump» (00:33:34). Esta declaración no solo reafirma su autonomía como periodista, sino que también refleja su rechazo a la influencia política en su labor informativa. Desde una perspectiva comunicativa, este posicionamiento se alinea con la premisa de que la credibilidad de un comunicador no se construye únicamente a través de sus actos, sino que son sus principios y ética profesional los que determinan su reconocimiento en el ámbito periodístico (Piñuel Raigada, Gaitán Moya & Lozano Ascencio, 2013: 138).

Como se mencionó al inicio de este apartado, además de la relación entre Donald Trump y Fox News, el otro eje central en la trama de Bombshell es la denuncia de los abusos cometidos contra las profesionales de la cadena bajo la dirección de Roger Ailes. En este sentido, el filme expone diversas situaciones que ilustran la cultura de acoso y discriminación de género dentro de la empresa. Uno de los primeros momentos significativos en este contexto lo protagoniza Gretchen Carlson, quien en reiteradas ocasiones comunica a los abogados de Fox News los comentarios inapropiados de sus colegas masculinos. En un intento por enfatizar la naturaleza sistemática de estas conductas, Carlson señala explícitamente: «A Roger le gusta bromear. Para presentar, la tiene que mamar. Eso dice» (00:13:50).
Más adelante, el filme muestra otro episodio revelador (00:16:09) en el que un jefe de corresponsales ofrece a una joven periodista un ascenso a cambio de favores sexuales. Ante su negativa, el presentador de informativos la despide, justificando la decisión con argumentos que cuestionan su profesionalismo. Estos incidentes evidencian un ambiente laboral hostil para las mujeres, donde la coacción y el abuso de poder son prácticas normalizadas. El silencio de las víctimas es sostenido mediante acuerdos financieros por parte de la cadena. Como señala Alonso (2017): «El conglomerado televisivo Fox News, el referente del conservadurismo en Estados Unidos, ha pagado durante años cantidades millonarias a mujeres para callar sus denuncias por acoso sexual del expresidente Roger Ailes y el presentador estrella Bill O’Reilly». Este patrón de encubrimiento no solo refuerza la impunidad de los agresores, sino que también perpetúa una cultura institucional que desincentiva la denuncia y protege a quienes ostentan el poder.
Ante este ambiente hostil, la abogada de Fox News aconseja a Gretchen Carlson que interponga una demanda directamente contra Roger Ailes en lugar de hacerlo a través de la empresa. La letrada advierte que, en caso de presentar la denuncia desde la propia cadena, Carlson se enfrentará a una estrategia de descrédito público: «Compañeros a los que admira dirán públicamente que es una mujer arrogante y ambiciosa que le demanda porque su carrera se estancó» (00:18:16).
A lo largo del filme, se evidencia cómo Roger Ailes se dirige de manera despectiva a sus empleadas, imponiendo una cultura corporativa en la que la imagen física de las mujeres es explotada como un recurso mediático para incrementar la audiencia. Esta estrategia empresarial no solo cosifica a las periodistas, sino que también restringe cualquier intento de reivindicación en los programas de Fox News. Un ejemplo representativo de esta dinámica se presenta cuando Gretchen Carlson decide aparecer en pantalla sin maquillaje como una forma de protesta contra la objetificación de la mujer en los medios de comunicación. La respuesta de Ailes a esta decisión es tajante: «Nadie quiere ver a una mujer sudar por la menopausia. No es la televisión nacional» (00:22:13). Esta reacción no solo minimiza la iniciativa de Carlson, sino que además refuerza los estereotipos de género que asocian la apariencia física con la validez profesional de las mujeres en la televisión. Otro ejemplo del control ejercido por Ailes sobre la imagen de las presentadoras se manifiesta en su obsesión por la apariencia de sus piernas.
En diversas escenas, se muestra cómo el director exige que las reporteras sean contratadas en función de su atractivo físico y cómo impone planos de cámara que resalten esta característica. Durante las entrevistas laborales, llega incluso a solicitar a las candidatas que le muestren sus piernas, justificándolo como un “recurso visual” necesario para la transmisión televisiva (00:25:57-00:26:45). Uno de los momentos más representativos de la cosificación de las periodistas en Bombshell ocurre durante
una entrevista con Roger Ailes, en la que el director solicita a la joven reportera Kayla Pospisil que se levante el vestido (Fotograma 2). A lo largo del metraje, este personaje es constantemente reducido a su apariencia física, recibiendo como primer comentario que es “muy guapa”, lo que ejemplifica de manera contundente la objetificación sistemática de las profesionales en Fox News.

Esta dinámica refleja lo que Verdú Delgado (2018:170) describe como una nueva norma cultural en la que las mujeres se ven obligadas a realizar grandes inversiones de tiempo y dinero para mantener una apariencia juvenil y atractiva, con fines que trascienden sus propias necesidades. A través del personaje de Kayla Pospisil, la película no solo pone en evidencia la política sexista de Fox News, sino también su enfoque empresarial en la construcción del discurso mediático. Uno de los primeros consejos que recibe Pospisil al integrarse en la cadena ilustra este aspecto: «Deja de preocuparte de si es cierto. Si no tienes la fuente, di ‘según dicen’», le advierte su compañera Jess Carr (00:28:36). Este comentario sintetiza la permisividad de la cadena con la difusión de información sin una verificación rigurosa, privilegiando el impacto mediático sobre la veracidad periodística. El personaje de Jess Carr, quien se identifica con una ideología demócrata, ironiza en múltiples ocasiones sobre la línea editorial de Fox News. En una de sus declaraciones más incisivas, resume la perspectiva desde la cual la cadena construye sus noticias: «Tienes que tener la mentalidad de un policía irlandés: el mundo es muy malo, la gente vaga e idiota, las minorías unos delincuentes y el sexo es sucio pero interesante. Pregúntate qué asustaría a mi abuela o cabrearía mucho a mi abuelo y ya tienes la noticia. Si asusta, interesa».
Esta afirmación revela la estrategia comunicativa de Fox News basada en el miedo y la indignación como herramientas para captar audiencia, reforzando una narrativa conservadora y polarizadora en el panorama mediático estadounidense. En otro momento del filme, Jess Carr ironiza nuevamente sobre la línea editorial de Fox News al sugerirle a Kayla Pospisil cómo estructurar una noticia: «Empieza la noticia con un claro villano… juez liberal. Los conservadores quieren conservar. Eres el único bastión contra el apocalipsis anticristiano y a favor del transgénero (…)» (00:29:35). Este comentario refuerza la idea de que la narrativa mediática de la cadena se basa en una estructura dicotómica donde los conservadores se presentan como defensores del orden frente a las supuestas amenazas del progresismo. Sin embargo, más allá de la construcción discursiva de la cadena, es importante analizar las consecuencias de la política corporativa de Roger Ailes sobre sus empleadas. La respuesta es el miedo. Existe un temor generalizado a ser degradadas o incluso despedidas si se denuncia el acoso. Este clima de intimidación queda reflejado cuando Jess Carr le advierte a Kayla que no las involucre en la agresión que sufrió durante su entrevista con Ailes, pues en la empresa es sabido que son amigas (00:40:20).
Desde una perspectiva sociológica, las organizaciones laborales reproducen dentro de sus estructuras las dinámicas de desigualdad presentes en el contexto social en el que operan. Como señalan Pérez Guardo & Rodríguez Sumaza (2015:109), una de las manifestaciones más graves de esta desigualdad en el entorno laboral es el acoso sexual, una forma de violencia de género que, debido a su naturaleza, resulta difícil de detectar y medir. Incluso Megyn Kelly, a pesar de su posición privilegiada dentro de Fox News, experimenta temor por la seguridad de su empleo. Este factor influye en su actitud durante la entrevista con Donald Trump, en la que adopta un tono más conciliador. Su esposo, al notar esta actitud, le pregunta por qué se muestra tan “amigable” con el entonces candidato presidencial. Kelly justifica su postura señalando la necesidad de mantener el acceso a Trump como fuente de información. Su esposo, en respuesta, le cuestiona el costo de esa decisión, a lo que Kelly responde con cansancio: «El precio de nuestro piso. El de mi sueldo. El que paga nuestras putas facturas» (00:45:57).
Más adelante, el filme demuestra que los temores de las empleadas de Fox News están bien fundamentados. Gretchen Carlson es despedida tras presentar una denuncia contra Roger Ailes por acoso, lo que confirma la cultura de represalia y encubrimiento dentro de la cadena. Este patrón de consecuencias adversas para las denunciantes no se limita a la ficción. Como lo reporta La Vanguardia (2019), varias periodistas despedidas de Fox News en 2016 han declarado a The Hollywood Reporter que, años después de denunciar los abusos cometidos por Roger Ailes, siguen enfrentando dificultades para encontrar empleo en programas de televisión de alto perfil. Gretchen Carlson espera que su denuncia genere un efecto de llamada que motive a otras víctimas de Roger Ailes a alzar la voz.
En el filme, el testimonio de varias mujeres que sufrieron acoso por parte de Ailes (01:07:00) busca sensibilizar tanto a la audiencia como a las propias empleadas de Fox News. Sin embargo, la reacción esperada por Carlson no ocurre de inmediato, lo que la lleva a experimentar una profunda sensación de traición y aislamiento dentro de la cadena. Finalmente, Megyn Kelly también decide presentar su denuncia (01:19:04), sumándose así a la lucha contra Ailes. Antes de hacerlo, descubre la existencia de la “sala negra”, un espacio dedicado a realizar campañas de desprestigio en internet contra los opositores de Roger Ailes. Esta revelación pone de manifiesto la estructura de manipulación y control que la dirección de Fox News ejercía para silenciar a sus críticos y proteger su imagen corporativa.
No obstante, las periodistas que se unieron a Carlson en su denuncia enfrentaron serias consecuencias a nivel laboral. A pesar de que el caso derivó en la renuncia de Ailes y en medidas institucionales dentro de la cadena, muchas de las profesionales que denunciaron el acoso han encontrado dificultades para reincorporarse a medios de comunicación de alto perfil. Como señala un reportaje de The Hollywood Reporter, citado por ABC (2019): «Aunque aparentemente se hizo justicia, Gretchen Carlson, que actualmente presenta documentales especiales para A+E Networks, y muchas de las periodistas que denunciaron el acoso sufrido en Fox News no han vuelto a trabajar en grandes cadenas». Este desenlace evidencia cómo, incluso cuando se logran avances en la denuncia de la violencia de género en el ámbito laboral, las represalias pueden persistir en la trayectoria profesional de las víctimas, limitando sus oportunidades dentro de la industria mediática.
A lo largo del metraje de Bombshell, es posible identificar tres grupos de personajes claramente diferenciados: el trío femenino protagonista, Roger Ailes y el resto de los empleados de Fox News. La interacción entre estos grupos configura la estructura narrativa del filme, en la que las dinámicas de poder y subordinación resultan fundamentales para el desarrollo del conflicto central. El trío protagonista, compuesto por Megyn Kelly (Charlize Theron), Gretchen Carlson (Nicole Kidman) y Kayla Pospisil (Margot Robbie), presenta similitudes significativas, aunque con matices que marcan sus diferencias. Por un lado, Kelly y Carlson son periodistas veteranas con una trayectoria consolidada dentro de la cadena, mientras que Pospisil es una reportera en formación, aún en proceso de aprendizaje profesional.
Además, la diferencia en su grado de experiencia se traduce en una mayor seguridad de Kelly y Carlson al expresar sus opiniones y desafiar el statu quo de Fox News. En contraste, Pospisil exhibe un mayor grado de vulnerabilidad e indefensión frente a los abusos que sufre, una actitud que puede explicarse por su falta de reconocimiento y estabilidad dentro de la empresa. Su situación precaria hace que tenga más que perder en caso de denunciar, lo que evidencia cómo el poder dentro de la organización está estrechamente vinculado al capital simbólico que cada periodista posee. No obstante, a pesar de sus diferencias, las tres comunicadoras comparten un mismo rol transformador dentro de la trama. Todas ellas, desde distintas posiciones, desafían la cultura de encubrimiento y abuso institucionalizada en Fox News, denunciando tanto las precarias condiciones laborales como los múltiples actos de violencia de género a los que han sido sometidas. Su determinación por romper el silencio y exponer la sistemática vulneración de sus derechos constituye el motor de sus acciones.
Desde una perspectiva estructuralista, y en línea con el análisis formalista ruso, este acto de denuncia es lo que las convierte en heroínas dentro del relato. Como señala González Requena (2020: 547): «Sólo ahora, cuando el sujeto ha recibido—o ha reconocido—su tarea, es nombrado como héroe». En este sentido, el filme configura su narrativa en torno al proceso de toma de conciencia de las protagonistas, quienes, al asumir su rol de agentes de cambio, cumplen con la función heroica en el desarrollo de la historia. En el otro lazo de la balanza, tenemos a Robert Ailes. Todo un veterano de los informativos en televisión que ve en sus presentadoras una mera llamada a la audiencia mediante la explotación de su sexualidad femenina. Ailes disfruta cosificando a sus trabajadoras.
Si lo enfocamos desde una posición narrativa clásica, es el villano. Ahora bien, lo es debido a que, recurriendo a las palabras de Jiménez Gascón (2010), disfruta obrando mal. Por esta razón podemos denominarlo el villano. Es decir, dejamos atrás que pueda otorgarse esta etiqueta a Ailes por ser meramente la figura en oposición a las heroínas ya mencionadas con anterioridad.
Para finalizar, ¿cómo actúan el resto de los trabajadores de Fox News? En líneas generales, en su mayor parte suponen un freno en la persecución de la meta de que los abusos de Ailes vean la luz ante la opinión pública. Su silencio y miedo actúan de cómplices. Suponen un rol conservador ante la transformación de la situación inicial (los abusos sexuales) que representan Megyn Kelly, Gretchen Carlson y Kayla Pospisil. Las acciones del trio protagonista femenino puede resumirse en dos términos principales: investigar y denunciar. Ambos son movidos por un fuerte deseo reivindicador (Tabla II).
| A. Puesta en escena | Elementos visionados |
|---|---|
| Indicios | cables, cámaras, pantallas, ordenadores, micrófonos, documentos |
| Informantes | vestidos, tacones, maquillaje |
| B. Ambiente | Elementos visionados |
| Actores | políticos, periodistas, actores, abogados, |
| Roles | informador, transformador, conservador, |
| Acciones | denunciar, acosar, |
| Motivos | reivindicar |
Fuente: creación propia & Cassetti y Di Chio.
La trama de She Said se centra en la investigación periodística llevada a cabo por Megan Twohey y Jodi Kantor, dos reporteras del The NewYork Times. Desde el inicio del filme, la elección de estas protagonistas permite al espectador deducir su alto nivel de profesionalismo, dado que el Times es una de las cabeceras más prestigiosas a nivel mundial. Este reconocimiento no es casual, sino el resultado de una estrategia de mercado cuidadosamente diseñada. Como señala Rodríguez (2016), la clave del éxito del New York Times radica en su compromiso con la calidad periodística, evitando estrategias de clickbait y procurando una independencia creciente respecto a la publicidad: «(…) Pero que puede ser imitada en su estrategia. No en su modelo de suscripciones, paywall o crucigramas, sino en su idea de mantenerse como referente de calidad, elegantemente alejada del clickbait y con la intención de ser cada vez más independiente de la publicidad»
En sus perfiles profesionales dentro del New York Times, ambas periodistas enfatizan la importancia del periodismo de investigación como pilar fundamental para el fortalecimiento democrático. Megan Twohey destaca el impacto de su trabajo en la sociedad: «Soy una reportera de investigación del New York Times cuyo trabajo ha provocado cambios en la ley, condenas penales y cambios culturales». Por su parte, la descripción de Jodi Kantor resalta su trayectoria y enfoque temático: «Reportera de investigación premiada por The New York Times y autora de best sellers cuyo trabajo ha revelado verdades ocultas sobre el poder, el género, la tecnología, la política y la cultura»8. (Fotograma 2)
A lo largo del metraje, She Said retrata la labor periodística de ambas protagonistas, poniendo en relieve su compromiso ético en la recolección y tratamiento de la información. Un ejemplo clave de esta ética profesional es su negativa a engañar a sus fuentes informativas, respetando los principios fundamentales del periodismo de investigación. Este compromiso con la veracidad se evidencia desde las primeras escenas, donde Megan Twohey aparece entrevistando a una fuente dispuesta a denunciar al entonces candidato presidencial Donald Trump por acoso sexual. Uno de los principales obstáculos en la labor periodística es el temor de las fuentes a represalias legales o personales. En She Said, este aspecto se evidencia cuando una de las entrevistadas por Megan Twohey expresa su miedo a ser denunciada y pregunta si el New Yorker podría brindarle asistencia legal. La respuesta de la periodista es contundente y refleja la realidad de la profesión: «Los medios de comunicación no prestan asesoría legal. Estarás sola» (00:03:41). Este fragmento ilustra la vulnerabilidad de las víctimas y testigos en casos de alto perfil, así como la compleja relación entre la protección de las fuentes y las limitaciones de los medios de comunicación.
Antes de publicar su artículo, Twohey otorga a Donald Trump la oportunidad de responder a las acusaciones en su contra (00:06:26), en un ejercicio de rigor periodístico y derecho a la réplica. Sin embargo, tras la publicación de la pieza, la periodista enfrenta severas consecuencias: recibe llamadas con un tono marcadamente violento, incluyendo amenazas de muerte y agresiones sexuales (00:09:43). Estas represalias reflejan un fenómeno creciente en el ámbito periodístico: la persecución y el acoso contra reporteros que investigan temas sensibles. Sobre este punto, la UNESCO emitió un comunicado de prensa el 16 de enero de 2023 en el que alertaba sobre el preocupante incremento de asesinatos de periodistas a nivel mundial. Según este informe:
El repunte de los asesinatos en 2022 marca un dramático cambio de la tendencia positiva observada en los últimos años: de 99 asesinatos en 2018, el número se había reducido a un promedio de 58 asesinatos por año entre 2019 y 2021, según el Observatorio de la UNESCO de Periodistas Asesinados.
Estas cifras son un recordatorio de las crecientes fisuras en los sistemas del Estado de derecho en todo el mundo, y ponen de relieve el incumplimiento por parte de los Estados de sus obligaciones de proteger a los periodistas y prevenir y enjuiciar los crímenes contra ellos.

Mientras estos eventos tienen lugar, el filme introduce a la segunda protagonista, Jodi Kantor (00:11:52), quien se encuentra investigando múltiples denuncias de abuso sexual perpetradas por directivos de Miramax. A medida que contacta con posibles fuentes, recibe múltiples respuestas desalentadoras que le advierten sobre la dificultad de conseguir testimonios dispuestos a hablar. Una de las razones principales de este silencio es la desconfianza hacia los medios de comunicación, particularmente derivada de un caso anterior en el que una fuente denunció abusos a The New York Times, pero la información nunca fue publicada (00:14:25). Este episodio subraya un aspecto clave del periodismo de investigación: la necesidad de construir confianza con las fuentes. La reticencia de los denunciantes a compartir su testimonio no solo se debe al miedo a represalias, sino también a experiencias previas en las que los medios no cumplieron con su rol de exponer la verdad. Así, el filme pone en evidencia que obtener información en casos de abuso de poder requiere un arduo trabajo, no solo en términos de recopilación de datos, sino en la generación de credibilidad dentro de un entorno marcado por el escepticismo y el temor a la impunidad.
La construcción de una relación de confianza con las fuentes es un aspecto esencial del periodismo de investigación. Como señala la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2019): «El investigador debe tener en claro que la relación de confianza con una fuente puede tomar tiempo en madurar, pero lo más importante es que empiece esta tarea lo antes posible e identifique las potenciales fuentes con las que puede ir trabajando».
En She Said, este proceso se ve reflejado en la interacción entre Jodi Kantor y una fuente previamente ignorada por los medios. En su testimonio, la fuente denuncia que los estudios de Hollywood sistemáticamente desacreditan a las víctimas de abuso y las silencian mediante compensaciones económicas. Su frustración se manifiesta en una declaración contundente: «Si existiera un sitio ideal de recreo para el hombre blanco, sería este (…) Ya le he contado a mucha gente lo que me pasó (…) Nadie hizo nada» (00:16:59).
El caso de Harvey Weinstein ejemplifica esta dinámica de encubrimiento. Tanto él como sus representantes se negaron a comentar los acuerdos legales con las víctimas, ni siquiera sobre el origen de los fondos utilizados para pagar las indemnizaciones. No obstante, Weinstein defendió su gestión argumentando que su objetivo era evitar conflictos internos: «Al abordar las preocupaciones de los empleados sobre cuestiones laborales, mi lema es mantener la paz» (Twohey & Kantor, 2017).
Este problema con las fuentes, derivado de la falta de confianza en los medios y del temor a represalias, se convierte en el detonante de la colaboración entre las dos protagonistas (00:20:46). Jodi Kantor comparte con Megan Twohey las dificultades que enfrenta para obtener testimonios, buscando orientación sobre cómo ganar la confianza de las víctimas. En este punto, el filme resalta la importancia de la credibilidad periodística: Megan Twohey logra establecer vínculos sólidos con sus fuentes porque sus investigaciones previas han sido publicadas, garantizando así que sus testimonios no serán ignorados. Este contraste entre ambas periodistas ilustra una de las claves del periodismo de investigación: la relación con las fuentes no solo depende de la calidad de las preguntas o del rigor en la verificación de datos, sino también de la reputación del periodista y del historial de publicaciones
que respalden su compromiso con la verdad. En un contexto donde las víctimas han sido silenciadas en múltiples ocasiones, la confianza se convierte en un elemento crucial para la construcción de relatos que desafíen estructuras de poder establecidas.
La investigación periodística llevada a cabo por Megan Twohey y Jodi Kantor (Fotograma 3) puso de manifiesto la existencia de un silencio cómplice dentro de la industria cinematográfica estadounidense respecto a los múltiples casos de acoso sexual. Este encubrimiento, más que responder a una falta de conocimiento sobre los hechos, tenía una motivación eminentemente mercantil: aunque Harvey Weinstein resultaba una figura incómoda para Hollywood, su capacidad para generar ingresos para la industria lo hacía indispensable. Como señala Milner (2020:104): «Mientras que su casi ilimitado poder se estimaba aceptable, siempre y cuando beneficiara a la industria del cine, se volvió vergonzoso una vez que se convirtió en un medio para satisfacer apetitos sexuales personales».
La estrategia central de Weinstein para perpetuar sus abusos consistía en amenazar a las actrices con el fin de sus carreras si no accedían a sus demandas. Un testimonio clave en el filme es el de la actriz Ashley Judd, quien revela cómo su negativa a ceder ante las insinuaciones del productor provocó el boicot de su trayectoria profesional. Sin embargo, en un primer momento, la actriz se niega a hacer pública su identidad en el reportaje (00:23:07).
Este punto de la investigación genera un debate interno entre Megan Twohey y Jodi Kantor respecto a la cobertura que están brindando a la historia. Twohey expresa sus dudas sobre la relevancia del caso en comparación con otros sectores más vulnerables, planteando el siguiente cuestionamiento (00:27:49): «Lo que no me queda claro es si esto vale nuestro tiempo. Escribir sobre personas que tienen la capacidad de alzar la voz. Hay gente que no la tiene. Las actrices ya tienen altavoz».
Este dilema periodístico se resuelve con la estrategia de ampliar el enfoque de la investigación, buscando testimonios de mujeres fuera del ámbito del espectáculo, quienes no cuentan con plataformas mediáticas para visibilizar sus experiencias. Para lograrlo, Twohey sugiere apelar a la sensibilidad de las víctimas, argumentando que compartir sus historias a través del New York Times constituye un primer paso crucial para detener los abusos sistémicos cometidos en las altas esferas de Miramax (00:28:48). Este enfoque resalta un aspecto fundamental del periodismo de investigación: la necesidad de trascender los casos más mediáticos para exponer las dinámicas estructurales de poder que permiten la perpetuación de la violencia. Al centrar la narrativa en víctimas menos visibles, la investigación de Twohey y Kantor busca no solo denunciar a individuos concretos, sino también evidenciar los mecanismos institucionales que facilitaron estos abusos durante décadas.
Otra de las estrategias utilizadas para silenciar los casos de acoso sexual dentro de Miramax fue la implementación de contratos de confidencialidad, los cuales impedían a los empleados revelar información sobre los abusos cometidos en la empresa. En este contexto, muchas fuentes potenciales se mostraban reacias a hablar por temor a perder sus puestos de trabajo. Para contrarrestar esta barrera, Megan Twohey intenta obtener declaraciones asegurando a los entrevistados que su testimonio puede mantenerse en el anonimato: «La fuente puede ser anónima» (00:34:29).

Sin embargo, aunque el uso de fuentes anónimas es un recurso válido en el periodismo de investigación, debe complementarse con testimonios identificables para garantizar la credibilidad del reportaje. Un abuso de este tipo de fuentes puede poner en entredicho la veracidad de la investigación. Señala Chicote Lerena (2006:81):
Entiendo que lo habitual en el periodismo de investigación es que las fuentes personales se nieguen a ser identificadas. Pero el periodista está obligado a justificarse ante sus lectores. Lo mínimo exigible es una orientación del tipo on background: ‘según un agente del CNI...’ o ‘un alto directivo de una empresa del Ibex-35...’. Cuando el periodista recibe la información on deep background (puede usarla, pero no atribuirla ni siquiera a un colectivo), debería trabajarla y tirar de otras fuentes para confirmarla y ofrecer al público una precisión mayor.
A pesar de haber conseguido múltiples testimonios, Twohey y Kantor enfrentan un obstáculo crucial en su investigación: no han logrado obtener documentos que evidencien los pagos realizados a las víctimas de acoso sexual por parte de Harvey Weinstein como mecanismo para comprar su silencio. Ante esta limitación, su editora, Rebecca Corbett, enfatiza la necesidad de pruebas documentales para sustentar la denuncia: «Con este material no podemos publicar» (00:43:35). Paralelamente, las periodistas descubren que Ronan Farrow también está investigando a Weinstein para The New Yorker, lo que genera una presión adicional por publicar la historia antes que su competencia. No obstante, Corbett enfatiza la importancia de priorizar el rigor periodístico sobre la carrera por la primicia. En un recordatorio fundamental sobre la esencia del periodismo de investigación, declara: «Documentación, verificación, ya sabéis qué es lo que hace falta» (00:47:41).
Siguiendo el consejo de su editora, Twohey y Kantor manejan con responsabilidad los tiempos de su investigación, evitando precipitarse en su publicación. Su enfoque evidencia la relevancia de la meticulosidad en el periodismo de investigación: más allá de la urgencia mediática, lo esencial es contar con pruebas sólidas y verificables que sostengan la veracidad del reportaje y aseguren su impacto en la opinión pública.
Este enfoque meticuloso y riguroso es precisamente lo que otorga calidad a la labor periodística de Megan Twohey y Jodi Kantor. Como señala Klein (2001): «(…) Pero el periodismo de investigación no solamente agrega cantidad de temas al marco cognitivo democrático. Sobre todo, agrega calidad». El desarrollo de la investigación atraviesa dos momentos cruciales. En primer lugar, Jodi Kantor obtiene la documentación que prueba la existencia de pagos para silenciar a las víctimas. En específico, accede a cartas emitidas por Miramax en las que se establecen cláusulas abusivas dentro de acuerdos extrajudiciales diseñados para evitar litigios (01:06:30). Este hallazgo representa una evidencia clave que confirma la estrategia de la empresa para encubrir los abusos perpetrados por Harvey Weinstein.
En segundo lugar, Weinstein intenta frenar la publicación del reportaje ejerciendo presión sobre la dirección del New York Times. Sin embargo, la respuesta del periódico es categórica: «Mejor, habla con mis periodistas» (01:16:07). Esta postura reafirma el compromiso del medio con la independencia editorial y el rigor informativo, negándose a ceder ante la influencia del productor. Con todas las pruebas recopiladas, las periodistas enfrentan una última decisión antes de la publicación: evaluar si esperar a que más voces femeninas se sumen a las denuncias o proceder con la información disponible. En este punto, Rebecca Corbett interviene con una directriz fundamental para garantizar la integridad periodística: conceder a Weinstein un plazo de 48 horas para responder a las acusaciones. Su argumento es respaldado por el asesor legal del New York Times, quien enfatiza la importancia de mantener una postura intachable desde el punto de vista jurídico: «Estoy con Rebecca. Queremos ser intachables desde el ángulo de vista legal» (01:44:10).
Finalmente, Weinstein, acompañado de su abogado, se presenta en las oficinas del periódico con el objetivo de desacreditar a las fuentes y amenazar con acciones legales contra el New York Times. Paralelamente, intenta minimizar el impacto del artículo filtrando declaraciones a Variety, en las que sostiene que no esperaba la publicación del reportaje. Sin embargo, esta maniobra se vuelve en su contra. Las periodistas utilizan su propia declaración como prueba de que la confidencialidad en torno al caso ha sido vulnerada, lo que allana el camino para la difusión de su investigación.
En un giro determinante, Ashley Judd decide permitir que su nombre aparezca en la publicación (01:49:29), lo que refuerza la credibilidad del reportaje. A partir de este punto, la editora Rebecca Corbett da luz verde al equipo con una instrucción clara: «Escribir rápido. Se ha terminado la confidencialidad» (01:54:11). Como resultado, el New York Times publica finalmente la investigación (02:01:57) (Fotograma 4), marcando un punto de inflexión en la exposición del abuso de poder en la industria cinematográfica y en el impacto del periodismo de investigación como herramienta de transformación social.

Al igual que en Bombshell, en She Said se pueden identificar tres grupos de personajes claramente diferenciados. En primer lugar, el dúo protagonista conformado por Megan Twohey y Jodi Kantor, quienes cuentan con el apoyo incondicional de Rebecca Corbett y Dean Baquet, figuras clave dentro de la estructura editorial del New York Times. En segundo lugar, Harvey Weinstein, quien, aunque tiene una presencia escénica limitada, es una figura omnipresente en los diálogos de otros personajes, lo que refuerza su influencia en la trama. Finalmente, se encuentra el grupo de mujeres acosadas por el productor, compuesto por un amplio espectro de víctimas que incluye actrices de renombre, como Ashley Judd y Gwyneth Paltrow, así como trabajadoras de distintos niveles dentro de Miramax.
Uno de los desafíos centrales que enfrentan Twohey y Kantor es la ardua tarea de ganar la confianza de las fuentes necesarias para sustentar la denuncia pública contra Weinstein. La resistencia inicial de muchas de las víctimas responde al temor a represalias y a la cultura de encubrimiento instaurada en la industria cinematográfica. Argumenta Barrenetxea Marañón (2023: 488):
Las altas esferas de Miramax poseen dentro de la trama un rol conservador. Su estrategia más marcada en este sentido es llevar a cabo la compra del silencio de las víctimas de agresión sexual. Su labor principal es la de entorpecer la labor periodística de investigación llevada a cabo por Megan Twohey y Jodi Kantor. Claro que, a medida que las dos periodistas agitan las conciencias y la lista de víctimas se va incrementando, y los casos se hacen más graves, logran ir cerrando el círculo que permitirá acabar con la carrera del mítico productor, a pesar de la corte de abogados que intentarán impedir el escándalo.
En este sentido, el rol de Twohey y Kantor es transformador, pues su trabajo periodístico busca exponer los abusos cometidos en Miramax y contribuir a la rendición de cuentas en la industria del cine. Su investigación se ve fortalecida por el respaldo continuo de la dirección del New York Times, lo que facilita la ejecución de su labor y la publicación del reportaje. Esta dinámica contrasta significativamente con la de Bombshell, donde Fox News no brinda apoyo alguno a sus trabajadoras en su lucha contra el acoso sexual dentro de la empresa. El filme, por lo tanto, no solo presenta una denuncia de las dinámicas de poder abusivo en Hollywood, sino que también destaca la importancia de la institucionalidad periodística en la promoción de la justicia social. La diferencia entre el entorno hostil de Fox News en Bombshell y el respaldo editorial en She Said resalta el impacto que una cultura organizacional puede tener en la efectividad del periodismo de investigación y en la capacidad de generar cambios estructurales (tabla III).
| A. Puesta en escena | Elementos visionados |
|---|---|
| Indicios | cables, cámaras, pantallas, ordenadores, micrófonos, documentos |
| Informantes | auriculares, gafas, corbatas, vestidos, tacones, maquillaje |
| B. Ambiente | Elementos visionados |
| Actores | periodistas, actores, abogados, |
| Roles | informador, transformador, ayudante, conservador, |
| Acciones | investigar, escribir, denunciar, acosar, |
| Motivos | reivindicar |
Fuente: creación propia y Cassetti & Di Chio, 2010.
Los dos filmes analizados, Bombshell (2019) y She Said (2022), ofrecen un retrato detallado del contexto que llevó al surgimiento del movimiento #MeToo. A lo largo de ambas narrativas, se exponen diversas formas de abuso contra la mujer en los ámbitos profesional y personal, con una presencia destacada del acoso y la violencia sexual como eje central. Por otro lado, ambas películas ofrecen perspectivas complementarias sobre el movimiento #MeToo y el acoso sexual en entornos laborales. She Said resalta la importancia del periodismo en la denuncia de abusos sistémicos, mientras que Bombshell ilustra cómo la cultura corporativa y el miedo perpetúan el silencio ante estos casos. Mientras She Said adopta un tono serio y documental, Bombshell utiliza recursos narrativos innovadores para conectar emocionalmente con la audiencia.
En el ámbito televisivo, Bombshell ilustra cómo las profesionales de los medios de comunicación son cosificadas, relegando su labor informativa a un segundo plano. La atención del público se focaliza deliberadamente en su apariencia física, un fenómeno ejemplificado en la dirección de Fox News bajo el liderazgo de Roger Ailes. En el filme, Ailes admite haber contratado a reporteras por la apariencia de sus piernas y exigir planos generales que resalten su físico en pantalla. Incluso, en los procesos de selección de personal, solicita a las candidatas que muestren sus piernas, justificándolo como un “recurso visual” (00:25:57-00:26:45). La falta de apoyo de sus compañeros y compañeras de trabajo refuerza el clima de intimidación, ya que el temor a represalias y la pérdida del empleo impiden cualquier forma de solidaridad.
Una situación similar se presenta en She Said, donde las trabajadoras de Miramax enfrentan un ambiente de abuso sistemático sin mecanismos de protección efectivos. Sin embargo, tanto en el contexto televisivo como en la industria cinematográfica, el inicio del cambio se origina en una reacción en cadena: mujeres influyentes deciden dar un paso adelante y denunciar la violencia sufrida en sus lugares de trabajo. En Bombshell, son Megyn Kelly, Gretchen Carlson y Kayla Pospisil quienes toman la iniciativa, mientras que, en She Said, el punto de inflexión se produce cuando la actriz Ashley Judd permite que su nombre aparezca en la investigación realizada por Megan Twohey y Jodi Kantor.
A pesar de su valentía, estas mujeres también enfrentan el miedo a perder su prestigio profesional por ejercer su derecho a denunciar. Las propias estructuras empresariales no facilitan la exposición de estas problemáticas. En Bombshell, la abogada de Fox News recomienda a Gretchen Carlson que demande a Roger Ailes de manera personal, advirtiéndole que, si lo hace a través de los abogados de la empresa, enfrentará una estrategia de descrédito público: «Compañeros a los que admira dirán públicamente que es una mujer arrogante y ambiciosa que le demanda porque su carrera se estancó” (00:18:16)». Tanto la vía judicial como el periodismo de investigación se revelan como herramientas fundamentales para visibilizar las experiencias de miles de mujeres en el ámbito de los medios de comunicación. No obstante, se observan diferencias en la forma en que estas denuncias se procesan en cada sector. En el ámbito corporativo representado en Bombshell, existe un mayor recelo y temor a las consecuencias de hablar públicamente.
En cambio, en She Said, las víctimas encuentran en las periodistas del New York Times un canal de desahogo, favorecido por las promesas de anonimato y la empatía demostrada por las reporteras. Ambas producciones reflejan cómo el miedo y la cultura de encubrimiento han perpetuado durante décadas la impunidad en estas industrias, pero también subrayan el poder de la denuncia colectiva y el impacto de la exposición mediática como catalizadores de cambio social. A modo de esquema, para resumir estas ideas , se comparte la siguiente tabla (Tabla IV).
| Aspecto | She Said (2022) | Bombshell (2019) |
|---|---|---|
| Contexto | Basada en la investigación periodística de The New York Times que destapó los abusos de Harvey Weinstein, desencadenando el movimiento #MeToo. | Basada en la denuncia de acoso sexual contra Roger Ailes, director de Fox News, por parte de varias periodistas de la cadena. |
| Protagonistas | Megan Twohey y Jodí Kantor (periodistas de The New York Times). | Megyn Kelly, Gretchen Carison y Kayla Pospisil (periodistas de Fox News). |
| Estructura narrativa | Enfoque clásico y formal, siguiendo el desarrollo de la investigación periodística. | Narrativa fragmentada con múltiples perspectivas y ruptura de la cuarta pared. |
| Temática principal | El poder del periodismo de investigación para exponer estructuras de abuso en la industria del entretenimiento. | La cultura del acoso y el silencio dentro de un medio de comunicación conservador |
| Rol del antagonista | Harvey Weinstein es una presencia omnipresente, aunque su imagen aparece poco en pantalla. El foco está en el sistema de encubrimiento de Miramax. | Roger Ailes es el antagonista principal, mostrado de forma directa como una figura de poder que abusa de su posición. |
| Enfoque en las víctimas | Destaca el miedo, el impacto emocional y la dificultad de las víctimas para denunciar debido a acuerdos de confidencialidad. | Se centra en la cosificación de las periodistas y en la presión ejercida por la cadena para silenciar denuncias. |
| Papel del periodismo | Enfatiza el rigor y la ética periodística en la investigación de Twohey y Kantor, resaltando la importancia de la documentación y la verificación de fuentes. | Muestra el periodismo como un medio limitado dentro de un entorno corporativo hostil, donde la apariencia importa más que la credibilidad. |
Impacto del movimiento #MeToo |
Ilustra cómo la publicación del reportaje desencadenó el movimiento #MeToo a nivel global. | Refleja el impacto del escándalo en la caída de Roger Ailes y en la forma en que se manejan las denuncias de acoso en los medios. |
| Estilo visual y narrativo | Más sobrio, centrado en el proceso de investigación, con un tono casi documental. | Dinámico, con diálogos rápidos, humor ácido y técnicas cinematográficas innovadoras como la ruptura de la cuarta pared. |
| Recepción y crítica | Aclamada por su fidelidad a los hechos y su compromiso con el periodismo, aunque criticada por su tono sobrio y falta de dramatización. | Recibió elogios por sus actuaciones y guión, pero algunas criticas señalaron un tono más comercial y una simplificación del conflicto. |
Fuente: elaboración propia.
Antiguo productor de cine. Fudador de Miramax junto a su hermano Bob Weinstein. Disney compra la compañía en 1993. Actualmente, Harvey cumple condena de 16 años de prisión por violación. Está a la espera de más juicios relacionados con delitos sexuales. El paciente inglés, Shakespeare in Love o Good Will Hunting son algunos de los grandes éxitos producidos por la compañía que fundó.↩︎
Así nació el movimiento #MeToo: un artículo periodístico y un tuit, publicado en la versión web de El periódico el 5/10/2022. Disponible en: goo.su/ZnMW6↩︎
17 de noviembre de 2022. Disponible en: goo.su/tpZg5↩︎
Dirigida por Tom McCarthy en 2015 cuenta la investigación del Boston Globe que destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets. Ganadora del Oscar a Mejor Película y Guion Original en 2016.↩︎
13 de octubre de 2022. Reseña de ‘She Said’: Carey Mulligan y Zoe Kazan presentan una sólida dramatización de la investigación del New York Times sobre Weinstein. Disponible en goo.su/qkv2U↩︎
El escándalo de acoso sexual que propició la caída de Roger Ailes, el todopoderoso presidente de Fox News. 22/07/2022.Disponible en: goo.su/rlZ6z↩︎
The Making of the Fox News White House (Publicado en The New Yorker el 4/05/2019).↩︎
Perfiles profesionales de ambas periodistas disponibles en: shre.ink/blwP & shre.ink/blww↩︎
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Esta investigación no recibió financiación externa.
La/s persona/s firmante/s del artículo declaran no estar incursas en ningún tipo de conflicto de intereses respecto a la investigación, a su autoría ni/o a la publicación del presente artículo.