Ediciones Complutense Creative Commons BY

TEXTOS Y FUENTES ORIGINALES

¿Qué es Metafísica? Versión original1

Martin Heidegger
Traducción de Andrés Gatica Gattamealti y Edición de Dieter Thomä
Publicado: 2025/06/06

EN What is Metaphysics? Original Version

DE Was ist Metaphysik? Urfassung

¡Magnificencia, estimados colegas!

¿Qué es metafísica? Esta pregunta alberga la expectativa de que aquí se hablará sobre la metafísica. Nos abstenemos de ello por principio y, en su lugar, discutimos una cuestión metafísica que nos introduce directamente en la metafísica. Así es como se nos presenta la metafísica.

Dividimos nuestras observaciones en tres pasos:

  1. Introducir un preguntar metafísico

  2. Elaborar esta pregunta

  3. Dar respuesta a la misma.

1. Introducir una pregunta metafísica

El dominio de la filosofía es, como dice Hegel, «el mundo al revés» desde el punto de vista del sentido común. Para una pregunta metafísica tres cosas son características:

  1. Toda pregunta metafísica abarca la totalidad de la problemática y, al mismo tiempo, a la totalidad de la metafísica misma.

  2. El que interroga es llevado dentro (hineingenommen) del planteamiento de la pregunta

  3. por la propia pregunta metafísica; es puesto en cuestión por ella.

  4. Toda pregunta metafísica debe plantearse como un todo desde la situación esencial del Dasein que interroga; en este caso, nosotros mismos somos los interrogadores y nuestra existencia está determinada por la ciencia.

2) Los diversos dominios (Gebiete) de la ciencia yacen alejados entre sí. Sus respectivos modos de tratamiento son diferentes. En cada ciencia nos relacionamos con el ente mismo. No hay una precedencia de una ciencia por sobre el resto, por ejemplo, de las matemáticas sobre la historia, aunque el rigor de la historia no es la exactitud en el sentido de las matemáticas; la exactitud no sería en absoluto apropiada para el conocimiento histórico.

Cada ciencia tiene su relación (Bezug) particular con el ente. En la ciencia, se ejecuta un destacado «venir-a-la-cercanía» de las cosas. Esta relación con el mundo (Weltbezug) se apoya en la existencia del hombre. En la objetividad del cuestionar científico reside una sujeción (Unterwerfung) de la ciencia al ente; pero este servicio es la razón de la posibilidad de su liderazgo (Führerschaft)2.

El Dasein precientífico también se comporta respecto del ente. Pero cuando el hombre practica ciencia, esto significa que un ente, llamado hombre, irrumpe (Einbruch) en el todo del ente. Así surge la apertura específica en el Dasein científico.

La relación con el mundo va del lado (geht auf) del ente –y de nada más. El sostén (Haltung) frente el ente –y frente a nada más. La irrupción en el ente –y en nada más. Sólo estamos relacionados con el ente y con nada fuera de él.

¿Es casualidad que digamos esto, tal como si sólo se tratara de una forma de hablar? ¡La nada es abandonada (preisgegeben)! ¡En la ciencia! ¿No admite con ello la ciencia a la «nada» como ente? ¿No admitimos a la «nada» cuando hablamos de la «nada»? ¿Acaso la ciencia no tiene que mantener aquí su sobriedad? ¿No tiene la nada que ser una abominación y una fantasía?

–Si es así, entonces está claro que la ciencia no quiere saber nada de la nada. Por consiguiente, la nada es abandonada y, sin embargo, admitida. Con ello (3) la ciencia admite la nihilidad (Nichtigkeit) de nuestro propio Dasein, para volver a abandonarla en el momento decisivo. Entonces, ¿qué ocurre con la nada?

2. La elaboración de esta pregunta

La elaboración de esta pregunta debe conducirnos a la situación en la que nos quede clara su posibilidad o imposibilidad.

Establecemos: la nada es abandonada por la ciencia y preguntamos: ¿no se da acaso la nada?

Por consiguiente, desde un principio establecemos a la nada como un ente, pues preguntamos por ella. Sin embargo, la nada es fundamentalmente diferente del ente. Ya vemos: la pregunta por la nada se convierte en lo contrario, se priva a sí misma de su tema. Como pregunta, está necesariamente ligada a la forma: la nada es esto y aquello. La pregunta y la respuesta son, por tanto, contradictorias (widersinnig) en sí mismas.

Las reglas básicas del pensamiento, la lógica general, reprime la pregunta como imposible. Por consiguiente, ¿no terminamos acaso con la cuestión? En ello radica, sin embargo, el presupuesto de que la pregunta está subordinada a la instancia de la lógica, que el entendimiento puede captar (erfassen) la nada. ¿Se puede adaptar esta pregunta al señorío de la lógica? ¿Es el entendimiento señor o no lo es? La nada sólo puede plantearse como problema con su ayuda: la nada es la negación de la totalidad (Allheit) de lo ente. Por consiguiente, la nada cae bajo la determinación superior del negar, de la negación; esta es una acción del entendimiento que la lógica jamás ha infringido (4). ¿Cómo podemos ahí tomar distancia del entendimiento si sólo a través de él podemos comprender la nada?

¿Acaso sólo existe la nada porque existe el «no» y la negación? o ¿sólo existe el negar y la negación si existe la nada? Esta pregunta nunca se ha planteado ni decidido.

Afirmamos: la nada es más original que el negar y que la negación.

¿Puede el entendimiento ser tan dependiente de la nada? ¿Cómo se decide esto desde el entendimiento?

La cuestión parece ser absurda (Widersinn), no sólo una obstinación (Eigensinn) del entendimiento. ¡Lo que importa es esforzarse por lo decisivo de la ejecución (Durchführung)!

Si queremos interrogar a la nada, entonces ésta debe darse (gegeben) de antemano; tenemos que poder encontrarnos con la nada. En la búsqueda de la nada, debemos conocerla de antemano. La conocemos desde la determinación formal: la nada es la negación de la totalidad de lo ente.

Debemos tratar de captar la totalidad (Ganze) de lo ente para negarlo en su totalidad. ¿Cómo es eso posible para nosotros, entes finitos? ¿Cómo podemos captar lo ente en total y, a partir de ahí, negarlo completamente? Podemos pensar en la totalidad de lo ente, imaginarla, pero de este modo sólo obtenemos un concepto formal de la misma, y de su negación no llegamos a la nada. Por poco que podamos captar la totalidad de lo ente, tan cierto es que nos situamos ante lo ente en total en cada momento. Hay una diferencia explícita entre la captación de... y el ser situados ante…

Pareciera como si no estuviéramos situados frente a lo ente (5) en cada momento; pero estamos ocupados con lo ente incluso cuando no hacemos esto explícitamente, incluso entonces estamos relacionados con lo ente, incluso en el aburrimiento. Aburrimiento no en el sentido en que decimos: este libro es aburrido, sino en el sentido del estado de ánimo: me aburre (es ist mir langweilig). Ahí está la unión (Zusammenschluss) de las cosas, del ente en total, que en cierto modo se hunde (versinkt) en el estado de ánimo del aburrimiento.

El estar templado y el estado de ánimo es la forma básica de la captación y de la aperturidad (Erschließung) del mundo.

El contra-fenómeno del aburrimiento es la gran y profunda alegría. Pero estamos preguntando por la nada. El ente en total no puede ser captado por el pensamiento, y tampoco la nada. Si la nada es dada, sólo puede manifestarse en el estado de ánimo.

En la existencia humana, ¿hay algún estar templado en el que se revele la nada? –Esto ocurre, aunque raramente, en el estado de ánimo de la angustia; no en el de la pusilanimidad o del miedo. Uno siempre tiene miedo de algo o miedo por... Uno se fija en algo amenazante; asíel que tiene miedo pierde la cabeza.

Esto no es posible en la angustia; es demasiado profunda y pesada en sí misma para que el perder la cabeza sea posible en ella. La angustia es angustia ante, pero no ante esto o aquello; la angustia es angustia por... pero no por esto o aquello. La angustia es ante y por… pero no ante esto o por aquello. Angustia ante y por ... es indeterminado ante qué y por qué. Se dice: «uno se siente extraño» (es ist einem unheimlich). ¿Qué significa «se» (es)? ¿Podemos determinar en éste la nada? –En la angustia se hunde todo, el ente en total, en la indiferencia; éste nos oprime, nos deja atrás en el abandono. La angustia nos deja así en suspenso, nos suspendemos en la angustia. El ente (6) en total nos deja en suspenso, sigue ahí, pero ya no podemos sostenernos (halten) en nada.

En esta nada que la angustia nos desvela, nos escapamos (entgleiten) nosotros mismos. La nada se manifiesta y nos acosa. En la angustia, el ente se manifiesta de tal manera que lo ente en total y la nada se manifiestan a una (in eins). Cuando nos preguntan por qué nos angustiamos, nosotros mismos damos espontáneamente la respuesta: «en realidad no era nada». Esta respuesta espontánea y originaria nos manifiesta: la nada estaba allí, la nada es manifiestada, la nada se volvía interrogable (befragbar).

3. La respuesta a la pregunta

Ya hemos ganado la respuesta si tenemos la precaución de reconocerla realmente, de plantar cara a la nada y de sostenerla firme mientras ésta se anuncia (bekundet) en la angustia. La nada no nos sale al encuentro como ente, porque realmente la angustia no capta de manera objetiva. Cuando tenemos angustia, la nada se manifestó, la nada nos salió al encuentro a una con lo ente en total; pero no como ente; por lo tanto, no junto al ente, y por ello, no aislada como tal. Lo ente no es destruido (vernichtet). Somos impotentes en la angustia, no acontece una destrucción de lo ente, sino que hay una negación (Negation), una nadificación (Nichtung). La nada se manifiesta en su superioridad (Übermacht), para que nos situemos frente a ella y captemos al ente como tal.

En el hundimiento del ente en la irrelevancia y en la nadificación, se nos manifiesta el abismo de la nada como tal. Así llegamos a experimentar en primer lugar algo en torno al ente en total. Lo ente tiene que haber sido manifestado para que podamos experimentar la no-nada (Nicht-Nichts). Así, lo ente es llevado ante el Dasein, y, por lo tanto, éste es llevado primeramente ante sí mismo, en el horizonte (7) y en la noche luminosa de la nada. El Dasein no podría existir, es decir, comportarse respecto del ente, si la nada no fuera manifiesta.

Dasein significa mantenerse dentro (hineinhalten) de la nada.

Sólo entonces se manifiesta para sí mismo el Dasein como existente. Ninguno de nosotros podría ser él mismo si la nada no se manifestara. Por consiguiente, la nada es: no un ente, un objeto junto al ente, que también está dado ahí y a una con el ente. La nada es la posibilitación (Ermöglichung) de la manifestabilidad (Offenbarkeit) del ente como tal para el Dasein humano.

Ahora es el momento de resolver un reparo que ha sido refrenado durante demasiado tiempo. Si el Dasein sólo puede comportarse respecto del ente, es decir, puede existir, manteniéndose dentro de la nada, pero la nada solo se vuelve manifiesta en la angustia, entonces ¿no tiene el Dasein que estar constantemente angustiado para captar al ente como ente? Pero todos nosotros existimos sin padecer angustia de manera constante, ¿son la angustia y la nada otra cosa que sensaciones (Empfindungen) arbitrarias?

La angustia originaria ocurre sólo en raros momentos. Por lo general, la nada nos está bloqueada (verstellt) a través del pensamiento –cuando nos absorbemos en el ente, eso es un darle la espalda (Abkehr) a la nada; y esto en su sentido más propio, en el momento en que damos la espalda para captar el ente que no es en su horizonte.

Todo determinar-como-algo que piensa es un distinguir y como tal un oponer y un negar (Verneinen). En el poder-poner yace (8) un comprender algo como diferente de la nada. Sólo podemos decir «no» si ya hemos comprendido la nada en la ejecución del «no», aún cuando no la hayamos captado conceptualmente. La negación (Verneinung) presupone a la nada; cuestión que no querríamos discutir aquí en mayor detalle. La nada es el origen de la negación y no al revés.

Si la nada está constantemente ahí, entonces esto quiere decir que la angustia está mayormente reprimida; la angustia está dormida, pero su aliento tiembla constantemente a través del Dasein, inmediatamente3 a través del que está angustiado y a través del que está ocupado, pero del modo más seguro a través del Dasein –metafísicamente hablando– osado. La angustia siempre puede despertar. Hablamos del carácter de posibilidad de la angustia. Ella está siempre lista para asaltarnos (auf dem Sprung), puede siempre agarrarnos y embestirnos. Pertenece a la esencia del Dasein el hecho de que seamos, por así decirlo, los procuradores (Platzhalter) de la nada, mantenidos dentro de la nada. Y esto hasta tal punto que ni siquiera somos capaces de llevarnos ante la nada y, por tanto, de llevarnos a la angustia. Somos tan finitos que no tenemos en nuestras manos nuestra finitud última–.

En el comportamiento con lo ente, el Dasein se mantiene dentro de la nada. De este modo, el Dasein ejecuta una superación (Überstieg) de lo ente en total. El título «metafísica» procede del griego «Metà tà physiká», un nombre dado azarosamente. Más tarde el extraño título se interpreta como un ir más allá de lo ente para captarlo como tal y como un todo. Esto sucede en el cuestionar a la nada. Se trata, pues, de una cuestión metafísica que incluye toda la problemática de la metafísica.

¿Se cumple también la segunda condición? ¿Queda nuestro Dasein, que está determinado por la ciencia, incluido (hineinbezogen) en la pregunta (9) a través de esta pregunta? Si esto es así entonces nuestro Dasein debe haber quedado puesto en cuestión y, por tanto, debe haberse vuelto cuestionable.

El Dasein científico se caracteriza por la relación con el mundo, que va del lado del ente y de nada más, por la actitud hacia lo ente y nada más, por la irrupción en lo ente y nada más–. Con ademán de superioridad, la ciencia abandona a la nada. Ahora está claro que no podríamos captar lo ente si no nos mantuviéramos dentro de la nada. La sobriedad de la ciencia, que abandona la nada, se convierte así, metafísicamente hablando, en la ridiculez absoluta. Sólo cuando la ciencia desiste (aufgibt) de este abandono (Preisgabe) puede hacer del ente un problema y comprenderse a sí misma desde el fundamento (Grund) de su existencia4.

Sin embargo, la ciencia sigue arraigada de manera diferente en la nada. Sólo a través de ésta el ente tiene su extrañeza y sólo a través de ella es capaz de suscitarse el asombro, y sólo cuando el asombro es posible hay un porqué (Warum). Sólo donde esto ocurre es posible el preguntar, y sólo a través del preguntar podemos existir como investigadores–. La pregunta por la nada es una pregunta metafísica, que interroga a quien la plantea (Frager) dentro y fuera de la ciencia.

El ir más allá (Hinausgehen) de lo ente ocurre por principio en todo Dasein humano. La metafísica está enraizada en todo hombre, pertenece al Dasein en la medida en que el humano existe, es decir, se relaciona con lo ente. No tiene un campo absoluto, es el evento básico de la existencia.

Así, pues, no nos hemos transpuesto (versetzt) en la metafísica; no se nos ha presentado, pues en la medida en que existimos, nos movemos en el ir más allá (im Hinausgehen) de lo ente.

Como dice Platón al final del Fedro, «por naturaleza la filosofía está de alguna manera en la esencia de cada ser humano».

Mientras el ser humano existe, la filosofía acontece (geschieht). La filosofía es el enrielar (Im-Gangbringen) el ir más allá del todo del ente que se encuentra en el fondo de la existencia. Este enrielar sólo acontece mediante el compromiso (Einsatz) de la existencia del ser humano en las posibilidades fundamentales del Dasein. Esta es la diferencia esencial entre la filosofía y las ciencias. Una triple exigencia es decisiva para este compromiso:

  1. Dar espacio al ente en total.

  2. Abandonarse (Sich-los-lassen) a la nada –de esta manera uno se libera de los diversos ídolos hacia los que el individuo se escabulle (hinwegschleicht).

  3. El dejar-oscilar-hacia (Auschwingenlassen) la infamiliaridad del ente en total y el oscilar-haciaatrás (Zurückschwingen) a la pregunta más radical de la filosofía: ¿Por qué hay en general ente y no más bien la nada?


Notas

  1. El autor, el título y el subtítulo fueron añadidos por el editor. El texto mecanografiado en el que se basa esta publicación no contiene ninguna información al respecto, sino que comienza directamente con «Magnificenz...». Tras un examen filológico, la autoría de Heidegger puede considerarse establecida. El texto ha sido liberado para su impresión por el albacea de la herencia, pero no ha sido autorizado por él. Encontrará explicaciones más detalladas en la nota editorial que sigue al texto. (Nota de Dieter Thomä)↩︎

  2. Dado el carácter candente del debate suscitado por el compromiso nacionalsocialista de Martin Heidegger, es necesario introducir una aclaración terminológica sobre el concepto de Führerschaft. Este concepto, en el que inevitablemente para el lector no especializado resonarán tantas connotaciones nefastas ligadas al nazismo, ha llevado en sus posteriores apariciones en la obra de Heidegger a todo tipo de malentendidos interpretativos que es necesario contrapesar. Más allá de las consideraciones históricas que ponen en duda un emparentamiento con el nazismo en 1929, el concepto de Führerschaft remite a la dirección específica que lidera el modo en el que la existencia se relaciona con su falta de sostén (Haltlosigkeit). Dado que la relación con el mundo (Weltbezug) no es una relación con un ente, el Dasein, según Heidegger puede ser caracterizado como un mantenerse dentro de la nada (Hineingehaltenheit in das Nichts). Se trata para Heidegger de mostrar que aquello en lo que la existencia asegura su fundamento no es una cosa o un ente, sino la totalidad del ente que no es nada óntico. Esta carencia de sostén da lugar a diferentes modalizaciones de lo que Heidegger llama el sostenerse (Halten), y que, a su vez, no son sino una concreción del Weltbezug, siendo el cómo de esas posibilidades de sostén la Führerschaft. El liderazgo, en este caso concreto, tiene lugar en la particular capacidad de la ciencia de ejemplificar una concreción del sostén en el que el ente toma la conducción y modifica, en esa misma dirección, la Haltlosigkeit. La Führerschaft tiene que ver con una concreción de la relación con el mundo, y no con ninguna exaltación extemporánea de carácter político, ni tampoco con una referencia larvada al nacionalsocialismo. El concepto de Führerschaft en sus apariciones en 1928 y 1929 no porta internamente una resonancia explícita o germinal al nazismo, y es desde aquí, o al menos incluyendo la deriva de su génesis, que este concepto debería ser leído también en sus posteriores apariciones. La filosofía del primer Heidegger, merced a su carácter esencialmente fenomenológico, permanece como una filosofía no emparentable con el nazismo. Y si la filosofía de Heidegger ha reconocido su enraizamiento óntico y existentivo no es para enarbolar cualquier intensidad vital como suelo nutricio de la filosofía, sino también para poner al descubierto su falta de importancia (Belanglosigkeit) en el proyecto ontológico. (Nota de Andrés Gatica Gattamelati).↩︎

  3. Probablemente se trate de un error de transcripción: en lugar de «inmediatamente» debería decir «cuando menos». El pasaje paralelo en la versión impresa dice: «La angustia está ahí. Sólo está dormida. Su aliento tiembla constantemente a través del Dasein: cuando menos através del Dasein “ansioso” e imperceptiblemente en el “sí sí” y el “no no” del Dasein ocupado; inmediatamente, a través del Dasein contenido (verhaltene); pero con toda seguridad a través del Dasein que en el fondo es temerario.» Heidegger, M., Was ist Metaphysik? Bonn, Friedrich Cohen, 1929, 23; y en Heidegger, M., Gesamtausgabe 9, Wegmarken, Frankfurt am Main, Vittorio Klostermann, 1976, 117 y ss. (pero allí sin los cortes de la primera edición) (Nota de Dieter Thomä).↩︎

  4. Tal como se explica en la introducción, y por petición expresa del propio Dieter Thomä, hemos decidido no seguir en este punto la versión publicada por el Deutsche Zeitschrift für Philosophie. El texto originalmente rezaba: «Erst wenn die Wissenschaft diese Preisgabe auf –Warum ist überhaupt Seiendes und nicht vielmehr das Nichts? gibt, kann sie überhaupt Seiendes zum Problem machen und sich selbst aus dem Grunde ihrer Existenz begreifen». Tal como el lector podrá encontrar en nuestra «Introducción», y siguiendo la explicación que Richard Polt entregara a Dieter Thomä, a los traductores de la versión inglesa y a quien suscribe, la inclusión de la pregunta responde con toda probabilidad a una transposición no deliberada. Esto lo corrobora Polt, entre otras cosas, mediante un cuidadoso análisis del interlineado de la página 4. (Nota Andrés Gatica Gattamelati).↩︎