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ENTREVISTAS

Proceso de trabajo, uso de la tecnología e inteligencia artificial: Entrevista a Kepa Garraza

Ander Gómez-Miranda
Universidad del País Vasco ORCID iD
Publicado: 09/01/2025

Introducción

Entrevista realizada a Kepa Garraza en su estudio de Bilbao, el 9 de octubre de 2024.

Pregunta: ¿Podrías presentarte a los lectores que aún no conocen tu obra?

R: Me llamo Kepa Garraza, soy artista plástico y trabajo fundamentalmente a través de la pintura y el dibujo. Mi obra podría enmarcarse dentro del realismo, tanto a nivel estético como conceptual. Se podría decir que mi principal campo de interés es desarrollar un diálogo fluido con el pasado y reinterpretar la historia del arte desde una perspectiva contemporánea. Trabajo de forma seriada, con grupos de obras que forman un conjunto homogéneo y comparten un lenguaje y una temática muy concreta, ya que una de mis obsesiones es la ordenación del discurso y el control estético de las obras. Trabajo y vivo en Bilbao, en un taller al borde de la ría, donde paso una gran parte del día.

P: Llevas más de 20 años en el mundo del arte. ¿Cómo resumirías tu trayectoría?

R: Ha sido una trayectoria, como la de la mayoría de los artistas de mi generación que viven en este país, con altibajos. Inevitablemente, existen épocas mejores y épocas peores. Esto es algo intrínseco a esta profesión. Es verdad que he conseguido mantenerme, desarrollando un cuerpo de obras donde los temas que trato están más perfilados y más claros. Si se mira retrospectivamente lo que llevo haciendo estos últimos 20 años, considero que se ven unos puntos en común, un hilo conductor que engloba todo. Evidentemente, ha habido cambios a nivel temático, técnico y procesual… Ha sido un proceso muy entretenido, con el que estoy muy satisfecho.

P: ¿Por qué has escogido el dibujo y la pintura como procedimientos para desarrollar tu obra?

R: La elección surgió en la Facultad de Bellas Artes, cuando empecé a hacer mis primeros pinitos en el dibujo y en la pintura. Las dos técnicas me fascinaron… El hecho de pasar mucho tiempo delante de un papel o un lienzo en blanco tiene algo que engancha. La cantidad de decisiones que se deben tomar en ese proceso de generar algo manualmente tiene algo mágico. Al final, yo creo que esa es principalmente la elección que me llevó a escoger dichos medios. Como siempre, los temas y las obras, en cierta medida, no dejan de ser una excusa para seguir pintando.

P: Es evidente que el lenguaje fotográfico está íntimamente ligado con tu producción. De igual manera, la historia del arte también parece tener un peso evidente. Diría, incluso, que más que obras concretas, lo que parece haberte influido son reproducciones fotográficas de las mismas. Sin embargo, en tus últimas series, parece existir una voluntad por aproximarte a la técnica de los artistas a los que haces referencia. ¿Cómo crees que ha ido evolucionando tu obra?

R: Tienes razón. Es verdad que ahora estoy más centrado en hacer una reproducción que tiene voluntad de simulación técnica. Esto me lo ha dado el tener acceso a archivos de imágenes con una alta calidad donde se puede desentrañar la técnica empleada. Mi forma de trabajar y mi forma de abordar el dibujo y la pintura se han visto modificadas gracias a estas herramientas y estos avances técnicos que nos permiten trabajar de forma diferente. Ponen a nuestra disposición reproducciones fotográficas y recursos digitales que hace 15 años nos hubieran parecido impensables. Hace años, cuando comencé a hacer los primeros cuadros y dibujos con referencia a obras de otros artistas, trabajaba con referencias muy simples, provenientes de libros de arte, catálogos… Si los comparamos con los recursos que ofrecen bancos de imágenes como los del museo Metropolitano de Nueva York, el salto es abismal. Este avance ha tenido tanta influencia en mí que ha hecho que cambie mi forma de procesar y generar imágenes.

P: ¿Qué buscas al hacer una cita directa a una imagen preexistente?

R: Es un grado de complicidad con el espectador. Busco un terreno en común para establecer un juego de significados. Aunque el espectador no conozca la imagen de referencia, busco que le haga un clic en el cerebro… Que busque el origen de esa imagen, o que le lleve a un territorio completamente diferente, en el que yo no tengo ningún tipo de control. Cada uno tiene su propio bagaje mental. Simplificándolo mucho, sería establecer un guiño para llevar al espectador donde yo quiero llevarle.

P: ¿Cómo han evolucionado tus proyectos artísticos en su conjunto?

R: Mi obra tiene mucho de referencial. Hace alusiones constantes al arte y a la historia del arte. Es un vehículo que siempre ha estado presente… Yo creo que esa es la línea conductora. Es cierto que a veces ha estado más ceñida a la historia del arte, otras veces ha estado más cerca del elemento periodístico… Pero, como digo, es el hilo conductor que ha dirigido mi obra. Por otro lado, existe una obsesión por la imagen, otro elemento que es determinante en mi producción. Hasta cierto grado, me he llegado a obsesionar con recrear determinadas imágenes, llegando incluso a buscar generar una copia lo más veraz posible.

P: ¿Cuál es el peso que tiene la referencia fotográfica en tus dibujos y pinturas?

R: Ha estado presente desde el principio. Mi educación visual es eminentemente fotográfica y pre-digital. La mayoría de los cuadros que veía en la facultad eran reproducciones fotográficas. Otra influencia evidente ha sido la cinematografía. Han marcado de manera intrínseca mi forma de entender el arte e, incluso, la manera de entender cómo se generan las imágenes. Esto ha ido ampliándose, ya que mi educación y mi aprendizaje como artista fueron casi exclusivamente analógicos. Lo digital estaba todavía en pañales, sobre todo en procedimientos y en métodos. Desde mis primeros años como artista, empecé a introducir las primeras herramientas de edición digital como Photoshop. Posteriormente, he ido adaptándome y sumando procedimientos y herramientas nuevas que me han posibilitado abordar imágenes más complejas, realizarlas de manera más solvente, ahorrarme tiempo y permitirme generar discursos, materializar ideas, que de otra forma no hubiesen podido hacerse. Es decir, la idea está ahí, pero las herramientas me permiten hacerlas viables o mejorarlas.

P: ¿Qué otras herramientas tecnológicas has empleado en tus proyectos?

R: Durante mucho tiempo, mis principales herramientas tecnológicas fueron el Photoshop y un proyector HD, junto con la cámara fotográfica digital. En los últimos años, he introducido nuevas herramientas, como puede ser el uso de una tablet, que sustituye a las reproducciones en papel y algún que otro programa de edición de imagen. Con mi serie Nuevo Monumentalismo, la forma de abordar y generar las imágenes cambió sustancialmente, sobre todo por el gran número de nuevas herramientas empleadas. Por un lado, introduje el programa Zbrush para la creación de objetos en 3D. Por otro lado, empecé a utilizar Adobe Dimensions, una herramienta muy eficaz para abordar de forma simple y efectiva la renderización de objetos en 3D. Además, incorporé, como paso previo y necesario para la realización de mis obras en escultura, la impresión directa SLA en resina, para poder generar los prototipos.

P: ¿Cómo influye la tecnología en la creación de tu obra? ¿Tienes previsto integrar la inteligencia artificial en tu forma de trabajar en un futuro cercano?

R: Influye cada vez más, al igual que influye en nuestro día a día. Es algo innegable. Y menos mal que estas herramientas están a nuestra disposición. A mí me han abierto un nuevo universo y me han posibilitado hacer cosas que anteriormente no hubiese podido hacer. Si ahora mismo tuviese que trabajar con los referentes visuales que teníamos a los principios del año 2000, sufriría mucho, sería una vuelta hacia atrás increíble. El propio motor de búsqueda de imágenes avanzado de Google me parece un avance técnico espectacular. Creo que no nos damos cuenta del valor que tiene y del cambio que ha supuesto en los últimos 20 años. Volviendo a tu pregunta, ha sido una incorporación paulatina de todas aquellas herramientas que me han parecido útiles. De hecho, muchas veces he requerido de ayuda técnica especializada e, incluso, delegar trabajo. Actualmente, estoy haciendo pruebas con la inteligencia artificial y, bien sea por incapacidad o desconocimiento, o porque aún no he invertido el suficiente tiempo para investigarla bien, mis resultados todavía no han sido demasiado satisfactorios. En este momento forman parte de un proceso para la eliminación de determinados elementos de cuadros, y que me permiten hacer unas copias alteradas de los mismos. Sin embargo, mi experiencia es que la IA se comporta de forma algo aleatoria y caprichosa, posiblemente porque yo la estoy aplicando a reproducciones de pintura barroca, y la IA, seguramente, está más orientada a un registro de corte fotográfico. En cualquier caso, el futuro es esperanzador, sobre todo por la rapidez con la que estas tecnologías se aplican. No entiendo la aberración de algunas personas con la IA. Me recuerda al mismo discurso del fin de la pintura del siglo XIX. La pintura no se va a acabar, ni se van a acabar los pintores. Se acabarán los malos pintores como se han acabado siempre. Y entre los buenos pintores, algunos recurrirán a esas herramientas y otros no. Considero que será otra herramienta más.

P: El surgimiento de la fotografía tuvo un impacto innegable en la pintura. ¿Consideras que va a haber un cambio similar en el panorama artístico debido a la IA?

R: Sí. Llegará un momento en el que ese grado de democratización de imágenes esté tan desarrollado que cualquier persona podrá generar aquello que quiera. Sin embargo, el quid de la cuestión es si aquello que genere el 99% de la gente tendrá interés artístico. En mi opinión, no será así. Por tanto, como decía antes, seguirá habiendo artistas que utilizarán la herramienta, y otros no. Los artistas de interés serán aquellos que promuevan propuestas de interés. Por otro lado, el mero hecho de trabajar con las manos, de forma casi artesanal, que es lo que seguimos haciendo algunos, es un factor en alza, y lo seguirá siendo. Solo hay que ver el mercado del arte: está inundado de pintura. En un momento en el que todo es digital y todo es altamente clonable, falsificable y desdoblable, ese apego a la materialidad y a lo artesanal cada vez es mayor. La IA no es una amenaza para el mundo de la pintura, como no lo es para el mundo del cine o de la escritura. Los seres humanos seguiremos creando, con la diferencia que tendremos una herramienta magníficamente avanzada con la que seguir generando obras de arte.