Ediciones Complutense Licencia Creative Commons

RESEÑAS

Dentro de la niebla. Arquitectura, arte y tecnología contemporáneos

Felipe L. García
Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) ORCID iD
Publicado: 09/01/2025

La utilización de la niebla como metáfora para definir el estado de incertidumbre en el que vivimos parecería razón suficiente para zambullirnos en una lectura sobre la ambivalente materialidad contemporánea. Si la modernidad estuvo signada por la transparencia, la claridad y la luz; el mundo contemporáneo, se encuentra dentro de la niebla. Es decir, el paisaje neblinoso como elemento inmersivo que impide generar vistas exteriores sin distancia perceptiva ni analítica. Esto lo podemos acarrear a diversos ámbitos: la contaminación ambiental, los flujos financieros y los accidentes radioactivos. Efectivamente la alegoría neblinosa tiene gran potencia heurística; cuerda que Wisnik tensa con erudición. Primero, en la arquitectura reciente marcada por el «eclipse de la materia» donde la osamenta estructural contemporánea se esfuma al dialogar con la búsqueda en Internet y los edificios camaleónicos de fachadas traslúcidas o semiopa- cas. La nube pasa a ser la figura de esta convergencia entre arquitectura y depósito de información en la red, carente de jerarquización primaria. Pues, Wisnik en consonancia con la insistente inquietud de Sloterdijk por la fenomenología espumante, pareciera detectar ese desplazamiento progresivo hacia el ciberespacio. Sistemas complejos de gerenciamiento y control operativo a escala inédita en el planeta, avalados mediante nuestro propio consentimiento, no del todo percibido. Una guerra invisible que hipernormaliza la violencia y promueve una interioridad basada en el imperativo del autodiseño amparado en la «cajanegrización» digital.

En efecto, la polución urbana se superpone con la bruma de la posverdad, las fake news y las nubes digitales. Estas últimas aparecen como un medio informe, transparente y accesible, que oculta tanto las redes de poder como la enorme infraestructura física que las sostiene. Las nubes son metáforas del (des) control impersonal del sistema datos-algoritmos-plataformas. Sobre este basamento se construyen los ocho capítulos que componen el libro que está lejos de ser un catálogo de ejemplos dispersos o materiales azarosamente acoplados, sino que es un trabajo cuidadosamente enhebrado, donde los casos están respaldados por un aparato de pensamiento crítico que escapa de la encerrona de las modulaciones del orden global. En dicho sendero, el primer paso parece ser el de asumir la atmósfera neblinosa para lograr transmitir señales intermitentes que nos ubiquen, y de ese modo, hacer proliferar espacios de encuentro cual nubes de luciérnagas fugitivas en la noche; cuyo dilema radica en ser discretas para no ser avistadas por los predadores, pero sin dejar de emitir contraseñas luminosas que insten a la reunión.