Ediciones Complutense Creative Commons

ARTÍCULOS

Escenarios inclusivos en el álbum ilustrado infantil. Narrativas en entornos urbanos, la naturaleza y la fantasía1

M. Carmen Hidalgo-Rodríguez
Universidad de Granada ORCID iD
Gloria Lapeña-Gallero
Universidad de Granada ORCID iD
Recibido: 18 de agosto de 2024 • Aceptado: 4 de diciembre de 2024

Resumen: El álbum ilustrado constituye una herramienta esencial en la lectura infantil debido a la capacidad temprana del niño para seguir la narración a través de las imágenes. Este estudio examina el rol crucial de los escenarios urbanos en el álbum ilustrado contemporáneo, destacando su importancia para transmitir mensajes de inclusión y diversidad. El análisis se centra en una muestra de 55 álbumes publicados en español desde 2016, observando cómo los escenarios reflejan diversas categorías de colectivos desfavorecidos: Igualdad de género, Multiculturalismo, Discapacidad, "Lo diferente" y Personas mayores. El estudio revela que, aunque algunos álbumes utilizan fondos blancos para centrar la atención en los personajes, la mayoría incluye escenarios que enriquecen la narración y representan la diversidad. Estos escenarios desempeñan a menudo un papel esencial, ayudando a comunicar estados emocionales, describir entornos y estructurar historias. La fantasía emerge como una herramienta vital para tratar temas complejos y hacer más atractivas las narraciones cotidianas. Los resultados indican que los escenarios urbanos de los álbumes ilustrados reflejan un esfuerzo por representar ciudades inclusivas y sostenibles, aunque todavía existen desafíos en la visibilización de la complejidad cultural y de ciertas discapacidades presentes en la sociedad.

Palabras clave: Álbum ilustrado, escenario, ciudad, inclusión, multiculturalidad.

Inclusive settings in children's picture books: narratives in urban environments, nature and fantasy

Abstract: A picture book is an essential tool in early reading because of a child's ability at an early age to follow narratives through images. This study examines the crucial role of urban settings in contemporary picture books, highlighting their role in promoting inclusion and diversity. The analysis focuses on a sample of 55 picture books published in Spanish since 2016, exploring how the settings reflect various categories of disadvantaged groups: Gender equality, Multiculturalism, Disability, "Being different" and Older adults. The study reveals that while some picture books use white backgrounds to emphasize characters, most incorporate settings that enrich the narrative and represent diversity. These settings often play a crucial role in conveying emotional states, describing environments, and structuring stories. Fantasy emerges as a vital tool for addressing complex themes and making everyday narratives more engaging. The findings suggest that the urban settings in these picture books reflect efforts to depict inclusive and sustainable cities, although challenges remain in increasing the visibility of cultural complexity and certain disabilities in society.

Keywords: Picture book, background, urban space, inclusión, multiculturalism.

Sumario: 1. Introducción2. Metodología2.1. Muestra2.2. Definición de variables3. Resultados y discusión3.1. El fondo blanco3.2. Escenarios integrales versus reducidos3.3. Localización de los escenarios3.4. Relación del escenario con la narración a través de la fantasía3.5. El escenario como elemento narrativo sobre la inclusión3.6. Recursos icónicos positivos y negativos para la inclusión3.7. A modo de síntesis: estrategias narrativas4. ConclusionesReferencias

Cómo citar: Hidalgo-Rodríguez, M.C. y Lapeña-Gallero, G. (2024). Escenarios inclusivos en el álbum ilustrado infantil. Narrativas en entornos urbanos, la naturaleza y la fantasía. Arte, Individuo y Sociedad, 37(2), 263-275. https://dx.doi.org/10.5209/aris.97570

1. Introducción

El álbum ilustrado constituye la fuente de lectura fundamental de la infancia, incluso cuando se trata de un álbum mudo, es decir, sin palabras, ya que el niño que aún no sabe leer sigue la narración a través de la ima­gen. El potencial comunicativo del álbum ilustrado reside, por tanto, en las ilustraciones, pero como recur­so multimodal posee otra característica fundamental: la relación icono-textual. Esta cualidad, denominada “internanimation” por varios especialistas (Meek, 1988; Nodelman, 1990), es una de las claves del álbum, puesto que la historia surge de la interacción entre ambos medios —imagen y texto— los cuales, por sepa­rado, carecerían de un significado completo. Varios autores (Evans, 2015; Salisbury y Styles, 2012) señalan la capacidad del álbum ilustrado para abordar temas complejos de manera accesible, lo que los convierte en una poderosa herramienta pedagógica para iniciar conversaciones sobre inclusión y diversidad. A través de personajes heterogéneos en términos de etnicidad, edad, género, capacidades, contextos culturales y formas de vida, ofrecen representaciones variadas que permiten a los jóvenes lectores verse reflejados en las historias, y también entender y respetar las diferencias en los demás. Además, el álbum ilustrado, por su propia naturaleza, es una herramienta inclusiva, ya que al combinar imágenes y texto facilita la comprensión y el acceso a públicos de diferentes edades y niveles de comprensión lectora.

El presente estudio se enmarca en un proyecto financiado más amplio en el que se pretende poner en valor el álbum ilustrado y también la animación, dada la capacidad de la imagen en movimiento para captar la atención del joven espectador (Fernández del Río y Barreira-Arias, 2015; Grande López y Pérez García, 2016; Novoa, 2024). Ambos ámbitos, tanto la ilustración como la animación, ofrecen recursos narrativos que favorecen la educación en valores durante la infancia, especialmente en lo que respecta a la visibilización de colectivos desfavorecidos y/o excluidos. Uno de los objetivos fundamentales del proyecto de investigación es el de analizar cómo y en qué medida los colectivos más desfavorecidos son representados en este mun­do de imagen fija y en movimiento que se transmite a los niños y a las niñas. Estos colectivos son estudiados desde cinco categorías que se denominan Igualdad de género; Multiculturalismo, que aborda la represen­tación de las diferentes razas, etnias y culturas; Discapacidad, tanto física como sensorial o intelectual; “Lo diferente”, que engloba características o circunstancias que no encajan en el resto de las categorías y que sitúan al protagonista en riesgo de exclusión social; y Personas mayores (Hidalgo Rodríguez et al., 2018). Las categorías establecidas son inherentes al colectivo o a los colectivos a los que pertenecen los personajes, los cuales interactúan entre ellos, contrastan sus diferencias y plantean situaciones reales fruto de la diver­sidad. En las últimas décadas se han publicado estudios sobre los protagonistas de los álbumes, especial­mente referidos al género (Jódar Sánchez y Domene Benito, 2020; Mesías Lema y Díaz Seoane, 2018; Moya y Cañamares, 2020) y, en menor medida, sobre multiculturalismo y discapacidad (Hidalgo Rodríguez et al., 2018; Guadamillas-Gómez, 2020; Sarzosa Luna y Valarezo Guzmán, 2023).

Más allá de los personajes protagonistas y secundarios, elementos fundamentales de la ilustración infantil, la ambientación es un complemento que también da cuenta de la diversidad del mundo, tanto de manera cualitativa como desde la narrativa. Sin embargo, las investigaciones de libro-álbum enfocadas en el escenario o ambien- tación como elemento narrativo que fomenta valores inclusivos son escasas y, en cualquier caso, se centran de nuevo en valores de género (Cañamares-Torrijos y Moya-Guijarro, 2019). Se hace necesario, por tanto, una revi­sión de álbumes actuales donde se tengan en cuenta distintas perspectivas de lo diverso y la inclusión.

Partiendo de la hipótesis de que los escenarios o ambientes en los que se desarrolla la acción de los per­sonajes del álbum ilustrado complementan o modifican la narración y el mensaje que se pretende transmitir, se realiza un estudio sobre los escenarios presentes en álbumes ilustrados infantiles publicados a partir de 2016 incluidos en las cinco categorías de colectivos desfavorecidos mencionadas anteriormente: Igualdad de género, Multiculturalismo, Discapacidad, “Lo diferente” y Personas mayores. Se propone como objetivo general analizar los escenarios en el álbum ilustrado y evaluar su importancia, intencionalidad y compromiso con la diversidad y la inclusión. Como objetivos específicos se plantea, en primer lugar, identificar aquellos álbumes publicados recientemente, desde 2016 hasta la actualidad, cuyos escenarios aportan información prescindible a la narrativa; a continuación, se registran los valores cualitativos dentro de variables definidas para el análisis y, finalmente, se especifican las estrategias y los recursos gráfico-textuales más frecuentes en estas historias que contribuyen a la creación de ciudades diversas. Para dar cumplimiento a los objetivos, se describe la metodología utilizada en el estudio, se presentan y discuten los resultados observados y es­tudiados, y se cierra el texto con las conclusiones.

2. Metodología

Esta investigación responde a un estudio de casos, para el cual se ha realizado un método de análisis compues­to por distintas variables y sus posibles valores en torno a la representación de los fondos de las ilustraciones. Cada una de estas variables ha sido registrada en una base de datos, con el fin de facilitar una comparación efectiva de los resultados. En consecuencia, el sistema de análisis tiene carácter cuantitativo en un primer mo­mento, en tanto que introduce variables objetivas cuantificables respecto a la identificación de los escenarios y sus características, y cualitativo a posteriori, y como parte fundamental del mismo, en tanto que las variables se valoran desde los elementos presentes en los escenarios vinculados a colectivos desfavorecidos. Ambos sistemas no son contradictorios, tal y como apunta Monje Álvarez (2011, p. 10): “A pesar de que cada opción

metodológica se sustenta en supuestos diferentes y tiene sus reglas y formas básicas de acción, establecidas y compartidas por la propia comunidad científica, no son métodos excluyentes, se complementan”.

2.1. Muestra

La muestra está compuesta por 55 álbumes ilustrados infantiles publicados en español desde el año 2016 hasta la actualidad, que abordan al menos una de las cinco categorías de colectivos desfavorecidos previa­mente definidas: Igualdad de género, Multiculturalismo, Discapacidad, “Lo diferente” y Personas mayores. De forma excepcional, se ha incluido un álbum publicado en italiano e inglés por su especial relevancia y por su grado de comunicación desde la imagen. También se han incluido tres álbumes publicados en una fecha anterior y que cuentan con reediciones más recientes. Los álbumes que forman parte de la muestra han sido registrados previamente en cuanto a sus características sintácticas y semánticas más relevantes, tales como la técnica empleada, la definición de los protagonistas o el tipo de relación establecida entre texto e imagen. Además, se incluye un resumen del argumento, destacando las acciones fundamentales y sus pro­tagonistas, con el fin de sintetizar aquellas particularidades que permiten recordar rápidamente la historia y vincularla a las variables relacionadas con el ambiente y escenarios sujetos a estudio.

2.2. Definición de variables de los escenarios de los álbumes

Las variables introducidas en este estudio se centran en el papel que desempeñan los escenarios en la na­rración y su contribución a la formación de ciudades inclusivas. Se expone a continuación una descripción de las variables y de los valores cualitativos a tener en cuenta, y se sintetizan en un diagrama (Fig. 1).

Según el grado de contribución de los escenarios en la narración, Nikolajeva y Scott (2006, p. 69) dife­rencian entre “escenarios integrales” y “escenarios reducidos”. Los primeros son aquellos que participan activamente en la narración, de manera que la historia no podría desarrollarse en ningún otro contexto. En cambio, los escenarios reducidos no son esenciales para la narración, si bien pueden contener información complementaria. El caso extremo de estos últimos es el denominado “espacio negativo” (Nikolajeva y Scott, 2006, p. 62), cuando los personajes se recortan sobre el blanco del papel. Con el fin de evitar confusión con la connotación desfavorable del adjetivo “negativo”, en el análisis se denomina “fondo blanco” a la ausencia de escenarios en las ilustraciones de los álbumes ilustrados.

Las variables y los valores cualitativos de los escenarios integrales atienden, por un lado, a la localización, ya sea interior o exterior, en la que se ubican las escenas. Por otro lado, la variable que define la relación del es­cenario con la narración delimita el grado de realismo en función de las expectativas generadas por la historia, siendo el fondo congruente cuando es previsible y/o coherente. Dentro de esta congruencia, se distinguen dos niveles inherentes al grado de realismo. Se habla de “realismo” cuando los escenarios representados forman parte de las localizaciones donde tienen lugar las acciones reales de la historia, independientemente de si estos lugares son identificables o no, una indeterminación que podría proporcionar mayor libertad a la trama argumental (Obiols, 2004, p. 259) y que también se considera relevante para el análisis. En el extremo opuesto, se denomina “fantasía” si obedece a una perspectiva o esperanza de los personajes. Dependiendo del grado de veracidad, existen dos modos de introducir e interpretar la fantasía (Nikolajeva y Scott, 2006). Por una parte, se pueden aceptar los hechos como reales dentro del mundo del álbum ilustrado y, por otra, es posible tomar los elementos como irreales para hablar sobre sueños, visiones, alucinaciones o imaginaciones causadas a un personaje por diversos motivos como, por ejemplo, problemas emocionales. Otro aspecto de la interacción escenario-narración que se tiene en cuenta es la relación entre texto e imagen en cuanto a la información que aporta cada medio. Se presta especial atención a las relaciones de contrapunto, donde la fantasía recae en el escenario. El término “contrapunto” se utiliza en el contexto del álbum para designar aquellas narrativas en las que el texto y la imagen cuentan historias diferentes (Nikolajeva y Scott, 2006). Por tanto, se considera el es­cenario como una tercera narrativa, junto con la de los personajes y el texto, ofreciendo, a través de la fantasía, una historia distinta de la que relatan los personajes.

Figura 1. Tipos de escenarios en el álbum ilustrado. Variables y valores cualitativos analizados en la muestra de álbumes con escenarios integrales. Fuente: Elaboración propia.

Por último, en un análisis más pormenorizado y con relación a la intención de inclusión, se identifican los recursos que utiliza el ilustrador para favorecer la integración de la diversidad de los personajes, a los que se denomina “elementos positivos del escenario”, y aquellos que interfieren de manera desacertada o descui­dada, a los que se hace referencia como “elementos negativos del escenario” (Fig. 2).

Figura 2. Estrategias para la inclusión. Variables y valores cualitativos positivos y negativos analizados. Fuente: elaboración propia.

Como elementos positivos del escenario, y atendiendo a los diferentes atributos que tienen que ver con la integración de la diversidad en los espacios de convivencia, se definen las siguientes variables:

Como elementos negativos del escenario, y también en relación con aquellos personajes que forman parte del paisaje y otros elementos de la escena, se distinguen los siguientes:

3. Resultados y discusión

El escenario de un álbum ilustrado, lejos de ser un elemento menor, se caracteriza por su complejidad. “Podría decirse que el entorno visual en los álbumes ilustrados es similar al escenario de un teatro, el cual puede ser realista o simbólico, elaborado o simple” (Nikolajeva y Scott, 2006, p. 62). La mayoría de las his­torias tratan sobre la cotidianeidad del niño, de manera que el escenario más común es la casa, habitada, lógicamente, por los personajes de la historia, y no por personas que simplemente forman parte del fondo. En este grupo se incluyen también historias protagonizadas por animales que, a veces, no habitan en casas humanas, sino en su hábitat natural, como puede ser una madriguera, si bien se trata de espacios humani­zados a través del mobiliario. Otros escenarios recurrentes son el patio del colegio y las calles de la ciudad, en los que es frecuente encontrar un parque o un metro, donde los protagonistas juegan o se desplazan. Todos estos escenarios son fundamentales, pues aportan información y funcionan como una “tercera voz” que, junto con la interacción de los personajes y el texto, complementa o influye en aspectos relacionados con la diversidad y la inclusión. A continuación, se presentan los resultados de los 55 álbumes analizados, especificando el modo en el que evidencian cada una de las variables cualitativas objeto de estudio.

3.1. El fondo blanco

De los 55 álbumes analizados, 46 (83,8%) utilizan el escenario como parte de la ilustración, mientras que los 9 restantes (16,2%) son álbumes con fondo blanco, quedando la figura recortada sobre el mismo. Dado que el objeto de estudio es el escenario inclusivo en el álbum y su interacción con los persona­jes, esta investigación se centra en los 46 álbumes cuyas ilustraciones consideran el fondo como un escenario que complementa a las figuras. De estos 46 álbumes, en 22 la presencia de escenarios es una constante que se repite en cada una de las páginas, mientras que en los 24 restantes se alternan ilustraciones con escenarios y páginas de fondo blanco. La sucesión de ilustraciones con y sin fondo responde, principalmente, a la omisión de información innecesaria, con el fin de centrar la atención en los personajes o en detalles específicos de un momento concreto. Se entiende que en las ilustraciones que sí tienen escenario, éstos sitúan a los personajes e informan de los elementos del ambiente en el que se desenvuelven. De esta manera, los fondos blancos en ciertas páginas se justifican como un re­curso narrativo que evita redundancias visuales.

3.2. Escenarios integrales versus reducidos

La forma más habitual de utilizar el fondo de la página en los álbumes ilustrados es como complemento de la narración, con el fin de describir el entorno en el que se desarrolla la acción; es decir, los fondos suelen ser escenarios reducidos. Sin embargo, si se presta atención a la intencionalidad del ilustrador en los 46 álbumes analizados que presentan fondo, su presencia resulta frecuentemente esencial. Casi la mitad de los álbumes de la muestra utilizan un escenario integral, que contribuye directamente al desarrollo de la trama. Por tanto, sin este escenario, la historia no tendría un significado completo, o bien, si se cambiara de localización, la historia perdería su sentido. No obstante, en muchas ocasiones lo “integral” y lo “reducido” se funden, dificultando su separación, como se verá más adelante.

Algunos escenarios integrales tienen una finalidad descriptiva del ambiente, como es el caso del ál­bum El gallinero (Floriano y Delicado, 2022), cuya historia transcurre en el asentamiento de la Cañada Real de Madrid, para visibilizar las condiciones de vida de los habitantes de este poblado marginado. Federico Delicado recrea con detalle escenas realistas que complementan al texto, igualmente realista, destacando el carácter lúdico de los niños. El fondo también puede utilizarse para retratar a los personajes, bien de forma figurativa y descriptiva, como ocurre en Las princesas más valientes (Brown y Wimmer, 2018), donde los escenarios se dedican a mostrar las aficiones y profesiones de cada una de las protagonistas; o bien de forma más evocadora, como se observa en Hablo como el río (Scott y Smith, 2021), una historia sobre las di­ficultades a las que se enfrenta un niño con tartamudez. En este álbum, el entorno del protagonista se ilustra con ambientes velados y sugerentes, en los interiores que van desde su habitación hasta el colegio, y más claramente en los exteriores. La clave de la historia se sitúa en el río, donde su padre lo lleva para relajarse. A través de esta experiencia, el niño aprende que el río también tiene su propio lenguaje, en su ruido y movi­miento. El río actúa como una metáfora de su tartamudez y tiene un carácter terapéutico, siendo el lugar en el que puede expresarse sin temor.

3.3. Localización de los escenarios

Prácticamente todos los álbumes analizados incluyen localizaciones exteriores, como un bosque, una playa, un río, un zoológico, un barrio de chabolas, un campo de fútbol o un parque de atracciones. Estos espacios, al ser más abiertos, son particularmente susceptibles de reflejar la multiculturalidad y la diversidad, tanto en la representación de las ciudades o de paisajes, como en la de sus habitantes.

La importancia del escenario se reafirma por la escasa frecuencia de escenarios únicos o de limitada variación, en los cuales los personajes disponen de un recorrido muy limitado. Como ejemplo de escenario exterior, el más frecuente dentro de los escenarios únicos, se puede destacar Nuevo en la ciudad (Altés, 2021), donde un perro de gran tamaño llega a una nueva ciudad en busca de un hogar. En su recorrido, descubre que todo le resulta extraño y ajeno, hasta que encuentra a una niña perdida, a quien ayuda a localizar a su madre. Toda la acción transcurre en un mismo lugar: una calle que van recorriendo de arriba abajo en torno a un par­que. Aquí, lo importante es el ambiente urbano, caracterizado por el gentío propio de cualquier gran ciudad, donde los niños pequeños suelen perderse fácilmente. Si bien en este ejemplo concreto no se trataría exac­tamente de un escenario integral, puesto que la acción podría haber ocurrido en cualquier ciudad, tampoco puede considerarse reducido, ya que es innegable el gran peso de la ambientación en la narración. De forma similar, en Helados de luna (Baek, 2022), la historia transcurre en un bloque de pisos en un lugar indefinido. Si bien la ilustradora creó una maqueta del bloque que dará lugar a todas las ilustraciones mediante la fotografía, la historia podría haber ocurrido en cualquier otro edificio. Ahora bien, la originalidad técnica y estética forman parte indiscutible de la idiosincrasia de esta obra. Otro ejemplo de escenario único interior es Mamá robot (Zidrou y Chebret, 2019), donde la madre decide ponerse en huelga, ya que en ella recaen todas las labores domésticas y el cuidado de los niños. La historia transcurre dentro de la casa, comenzando con la madre rea­lizando múltiples tareas, y finalizando con una escena donde ésta se dispone a salir tras haber explicado a su familia el nuevo plan en cuanto al reparto de responsabilidades —que ahora recaen en el padre y los hijos—, así como las actividades nuevas que ha planeado, como retomar los estudios y hacer deporte. Aunque la historia podría haberse situado en cualquier hogar, los escenarios y sus detalles juegan un papel fundamental en la credibilidad de la trama, por lo que no tendría sentido hablar de escenario reducido.

3.4. Relación del escenario con la narración a través de la fantasía

Todos los álbumes de la muestra con fondo utilizan un escenario congruente con la narración, es decir, adaptado a las necesidades de la historia. La mayoría lo hacen desde una perspectiva realista, mientras que el resto lo hace desde la fantasía, ya sea como un denominador común o de forma puntual. La presencia de la fantasía presenta diferentes matices, ya sea para conseguir una aceptación de ésta como realidad, o tomarla como elementos irreales que definen sueños e imaginaciones (Nikolajeva y Scott, 2006). En la muestra analizada se encuentran ejemplos de ambas modulaciones dentro de la fantasía.

En los álbumes Con los brazos abiertos (Rubio y Girón 2022) y Mi sombrero rojo (Stubbs, 2020) se emplea un “juego poético” para reflejar una ilusión o deseo de los personajes. En el primero, los niños del colegio vuelan con las golondrinas o navegan sobre delfines en sendas dobles páginas. En el segundo, aunque el escenario es predominantemente realista, en las últimas escenas el sombrero adquiere un tamaño gigante para destacar su importancia psicológica y sentimental, llegando a servir de refugio para el abuelo y la nieta (Fig.3). Así, ambas representaciones presentan fantasías que no pretenden ser tomadas como reales, sino que el lector identifica de inmediato como recursos narrativos que juegan con la historia, sin necesidad de otorgarles veracidad.

Figura 3. Mi sombrero rojo. Juego poético con el sombrero del abuelo, donde este aumenta de tamaño desproporcionadamente como metáfora de refugio. Fuente: Stubbs, R. (2020), doble página 16-17.

La situación de fantasía o realidad puede variar dependiendo de la temporalidad a la que se refiera la narración. Así, en Marta, ¿qué vas a ser de mayor? (Moreno Guerrero y Chicote Juiz, 2022) a lo largo de varias dobles páginas, o de forma más puntual en Las princesas más valientes, donde el personaje imagina que la ciudad se transforma en un gran jardín para todos, se manifiesta el plano de la fantasía, ya que los hechos aún no han ocurrido. Sin embargo, estas situaciones pueden entenderse como “hipótesis sobre el futuro”, es decir, situaciones que podrían suceder, adquiriendo así cierta veracidad.

La “imaginación-juego” es una estrategia en la que las escenas fantásticas se originan a partir de al­gún referente de la narración en el nivel de la realidad. El lector sabe en todo momento que no existe en la realidad de la narración y, por tanto, tiene veracidad. La diferencia con el “juego poético” radica en que la narración general es de corte realista, no poética. En Madlenka (Sís, 2018), los distintos personajes cuentan historias a la protagonista relacionadas con la cultura de su país como incisos para recrearse en una historia fantástica. En Mi Lazarilla, Mi Capitán (Moure y Girón, 2020) el fondo se transforma en una mezcla de paisaje urbano y selvático en la imaginación de los protagonistas, con el objetivo de entretenerse mientras caminan hacia la escuela. En este caso, se genera en paralelo un “contrapunto de género”, ya que el texto es realista y la ilustración fantástica (Nikolajeva y Scott, p. 24), y curiosamente solo desde el escenario.

Por último, la “fantasía como punto de vista” se refiere a escenarios representados desde el punto de vista del protagonista. La historia fantástica representada se sitúa en el nivel de la realidad, porque el personaje la vive como tal. Esto ocurre en TEA (González, 2019), en el que la protagonista, que tiene Trastorno del Espectro Autista, imagina una realidad que no existe, pero que para ella es completamente real. En este álbum, se pre­sentan dos historias paralelas tanto en el texto como en las imágenes, donde la ilustración en color rojo refleja la vivencia de la niña —la fantasía—, y la ilustración en azul muestra la realidad, o lo que perciben los demás (Fig. 4). Figura y fondo mantienen el mismo nivel de realidad, y la niña imagina, por ejemplo, que el tobogán se convierte en un dinosaurio y que un hombre viajando en autobús es un luchador de sumo. Algo similar, aunque más complejo, ocurre en Calando (Olmos, 2015), un álbum mudo sobre el Alzheimer, donde cada doble página se convierte en una metáfora visual con distintos significados: a veces representa el mundo interior del protagonista y su comportamiento, en otras ocasiones refleja las consecuencias de la enfermedad, especialmente la pérdida de memoria, o bien se enfoca en cómo la enfermedad afecta a su pareja.

Figura 4. Ejemplo de representación de la fantasía como punto de vista. Fuente: González, A. (2019), doble página 12-13.

3.5. El escenario como elemento narrativo sobre la inclusión

En la mayoría de los álbumes de la muestra analizada, la narración se desarrolla en distintos escenarios, por los que los protagonistas se van moviendo para la consecución de la historia.

Figura 5. Alusión a distintos cuentos clásicos de la literatura infantil y juvenil desde la ilustración relacionados con la cultura alemana. Doble página 26-27. Fuente: Sís, P. (2018). Madlenka. Ekaré.

En Madlenka (Sís, 2018), cuya historia se estructura en torno a siete personajes que provienen de países distintos, el escenario permite explorar el origen y la cultura de cada uno. Madlenka, una niña a la que se le mueve un diente, decide compartir la noticia con entusiasmo con todos sus vecinos de la manzana, cinco de los cuales regentan una tienda. A cada uno se le dedica una primera escena de corte realista sobre la cultura del país del que proviene y, en algunos casos, la escena es compartida por varios personajes. Esta primera escena se complementa con otra de carácter fantástico a partir de una ilustración sin texto que alude al oficio del personaje, a la cultura popular del país que se está tratando, o a parajes exóticos relativos al país de origen de Mady, una niña egipcia amiga de Madlenka con la que se entretiene jugando. Destaca, por ejemplo, la doble página de la señora Grimm, Magda, donde se hace alusión a cuentos populares de los hermanos Grimm, como Blancanieves, Los músicos de Bremen o Pedro Melenas (Fig. 5).

El mismo recurso se emplea en Con los brazos abiertos, una historia sobre la convivencia entre los niños y las niñas de un colegio, cuya diversidad de procedencia se muestra a través distintos elementos, como el tipo de cabello, el color de la piel, el idioma, e incluso el nombre de pila. A lo largo del relato, en ocasiones, el escenario pasa a ser protagonista, destacando la variedad de culturas, como en la escena en la que un gru­po de niños, sentados alrededor de una mesa, comparten alimentos típicos de diferentes países. También destaca la escena en la que los escolares escalan un juego de arquitectura gigante, y en el texto se lee “Y las gentes de todos nuestros pueblos, desde Punta Tarifa hasta el Cantábrico”, haciendo alusión en una página anterior a que todos los recién llegados son bienvenidos.

En otros álbumes, como Mi Lazarilla, Mi Capitán y Lucia (Olmos, 2018), cuyos protagonistas son invidentes o tienen visión reducida, los escenarios representan la imaginación de los personajes. En el primero, un padre in­vidente acompaña cada mañana a su hija al colegio, quien lleva unas gafas con parche que limitan su visibilidad. Durante el trayecto, ambos se entretienen imaginando cómo es la ciudad a partir de la experiencia sensorial, donde los animales cobran un gran protagonismo en las ilustraciones, transformando los escenarios urbanos en entornos selváticos. En el segundo álbum, la fantasía se desborda cuando Lucia, una niña invidente que camina sola a la escuela, percibe mediante el olor, el ruido y la textura una ciudad maravillosa y personas extravagantes con las que se cruza. Este recurso se extiende hasta la clase, donde Lucia es deleitada por su nuevo compañero con una canción alegre y delicada que la hace imaginarlo como una hermosa flor, una primera experiencia que los convierte en amigos (Fig. 6). En otros casos, como en La boda (Love, 2019), la fantasía se encuentra de forma puntual, cuando los protagonistas juegan a volar con unas alas hechas a partir de las ramas de un gran sauce.

Figura 6. Lucia imagina a su compañero de clase como una flor a partir de la canción con la que la deleita al llegar a clase. Fuente: Olmos, R. (2018). Doble página 32-33.

También destacan los álbumes donde el escenario se utiliza como recurso para reflejar el estado de áni­mo de los protagonistas. Migrantes (Watanabe, 2019) es un álbum mudo sobre la incertidumbre de las perso­nas que se ven abocadas a abandonar su hogar en busca de un lugar mejor donde vivir. Está protagonizado por animales humanizados de distintas especies —un recurso habitual para crear distancia entre el lector y una historia muy dura afectivamente (Colomer, 1999)—, que van dejando atrás un bosque para cruzar el mar en cayuco y llegar a lo que podría ser Egipto, ya que en el fondo se observan pirámides. Seguidos de cerca por la figura de la muerte, algunos se ahogan en el mar al romperse la barca, y no consiguen llegar. Aunque el viaje es largo siempre es de noche, recurriendo a la oscuridad como metáfora de la tristeza, la huida y la in­seguridad. Mientras están en tierra, los árboles están secos y, tras llegar a lo que pudiera ser un nuevo hogar, se tornan coloridos, con flores y frutos. En una de las dobles páginas de ¿Cómo será el más allá? (Yoshitake, 2022) el sentimiento de miedo y soledad del abuelo al pensar en la muerte se sugiere por medio del color azul que inunda el interior de una cafetería en la que él se siente solo, rodeado del bullicio del resto de perso­nas que charlan animadamente entre sí (Fig. 7). La “desconexión” con la realidad se refuerza por medio del contraste entre el azul y blanco del abuelo, cuyo cuerpo es la única figura que no se colorea. En Cándido y los demás (Pintadera e Inaraja, 2018) los fondos son variados, yendo del blanco a lo figurativo, pero en ocasiones se convierten en abstractos para expresar el estado anímico de Cándido. Este personaje es distinto a los demás, aunque no sabe muy bien por qué, y no se atreve a expresarlo. La confusión se representa por medio de colores y formas abstractas que ocupan todo el fondo. En Sé tú mismo, Cosme (Philip y Hindley, 2020) el carácter anodino e impersonal de la madriguera refleja la autoexigencia, por parte de los conejos que la habitan, de ser y actuar todos de la misma manera. Finalmente, cuando se sienten liberados y se atreven a mostrar su idiosincrasia, los distintos espacios del hogar revelan las aficiones y los sueños de cada uno.

Figura 7. ¿Cómo será el más allá? Ejemplo de cómo se utiliza el color para potenciar el sentimiento de soledad. Fuente: Yoshitake, S. (2022), doble página 26-27.

En algunos de los álbumes analizados la historia se compone a partir de un elemento fundamental del es­cenario, como ocurre en El kiosco (Melece, 2021) y Del lado bueno (Viale y Marchal, 2018). En el primero, Olga, la protagonista, trabaja desde hace mucho tiempo en un kiosco de prensa y chucherías, y su vida sedentaria la ha convertido en una mujer obesa, hasta tal punto que su volumen le impide salir del establecimiento. Su sueño por viajar y ver el atardecer en el mar se cumple un día cuando, tras un accidente inesperado, descubre que puede trasladarse con el kiosco a cuestas. En uno de sus paseos, cae al río y navega remando hasta llegar a la playa, donde se instala vendiendo helados. El kiosco, donde vive, con el que se mueve, en el que navega, es el eje central de la narración y de todos los fondos figurativos de una gran ciudad conectada con el mar por el río, ya que la corpulenta Olga no puede desprenderse de él (Fig. 8). En Del lado bueno, por el contrario, los fondos son minimalistas y se recortan sobre un fondo blanco, pero del mismo modo se utiliza un elemento físico que sirve para construir toda la historia: un muro que divide al mundo en dos partes en cada doble página. Esta división separa a los personajes de la historia, creando inquina entre ellos. Pero un niño descubre un pequeño agujero que va agrandando poco a poco hasta poder pasar al otro lado, donde descubre que los habitantes son iguales a ellos. En Mi sombrero Rojo (Stubbs, 2020) se encuentra un juego similar, en el que el sombrero que el abuelo le ha regalado a su nieta sirve para construir toda la narrativa, primero como complemento y, al final, como parte del fondo. El sombrero tiene un papel protagonista en el relato, compuesto frecuentemente por micro-escenas en las que el abuelo y la nieta comparten todo tipo de actividades, como cuidar el jardín o merendar.

Figura 8. El kiosco. La narración se estructura a partir del kiosco, donde la protagonista queda atrapada. En este caso, Olga navega por el río dentro de su kiosco. Fuente: Melece, A. (2021), doble página 30-31.

3.6. Recursos icónicos positivos y negativos para la inclusión

Es interesante observar hasta qué punto el escenario contribuye a la visibilidad de la multiculturalidad y la diversidad, ya que los niños y niñas, desde temprana edad, son capaces de percibir todo tipo de detalles, incluidos el color de la piel o del cabello y, en definitiva, las cuestiones relacionadas con el racismo y las injus­ticias (Oluo, 2018; Sarzosa Luna y Valarezo Guzmán, 2023). Un amplio número de los álbumes de la muestra analizada resalta la inclusividad a través de la incorporación de personas de distintas etnias y culturas que coexisten en un mismo escenario. La representación de las diferencias físicas, como ciertos rasgos, tonos de piel y tipos de cabello, es un recurso común. En los álbumes protagonizados por animales, la diversidad se transmite mediante la presencia de diferentes especies, como ocurre en Migrantes y Topito terremoto (Llenas, 2017). Las diferencias culturales, en cambio, sólo están presentes en Mi sombrero rojo, que incluye a una mujer con hiyab y Nuevo en la ciudad, donde aparecen una mujer con hiyab y otra con turbante. Por último, a excepción de Madlenka, ninguno de los álbumes contiene elementos decorativos o arquitectónicos significativos que reflejen diversidad cultural.

La representación de diferentes tipos de discapacidad se observa, en su mayoría, en los personajes protagonistas y secundarios. Con los brazos abiertos incluye a una niña en silla de ruedas, Mi sombrero rojo a una mujer mayor en silla motorizada, y Niño, niña (Estrela, 2022) a un señor mayor con bastón, siendo los únicos álbumes que incorporan en sus fondos personajes con una minusvalía, en este caso motora.

Casi la mitad de los álbumes de la muestra presenta zonas verdes, que generalmente son parques o jar­dines de uso público. Como representación de una ciudad sostenible, cabe destacar el escenario en el que se desarrolla Marrón (Ferrero, 2020), un vecindario con jardines y pequeños comercios, donde sus vecinos se desplazan en bicicleta, decoran las fachadas con plantas, e incluso una vecina ha instalado una casita para alguno de los múltiples pájaros que habitan el barrio (Fig.9).

Figura 9. Marrón. A la izquierda se muestran detalles de la ciudad sostenible, como la mujer que circula en bicicleta. Página 8. A la derecha, destacan las zonas verdes y el cuidado de las aves del barrio. Doble página 20-21. Fuente: Ferrero, M. (2020).

La gran mayoría de los álbumes de la muestra no incluyen barreras arquitectónicas, excepto cuan­do éstas son utilizadas para la crítica de división social, invitando así al lector a reflexionar sobre la necesidad de un cambio. Es el caso del muro que divide la ciudad en Del lado bueno, y que finalmente es derribado, o de la valla con alambrada de espinos que los niños de El Gallinero cruzan por debajo mientras huyen de la policía. Algunos álbumes, sin embargo, no representan elementos urbanísticos adaptados a las necesidades de los personajes con discapacidad. Así, la entrada al colegio en el álbum Lucia, una niña ciega, carece de barandilla de apoyo en las escaleras, y en Con los brazos abiertos, se omite la rampa de acceso al colegio, a pesar de que uno de los estudiantes se desplaza en silla de rue­das. En el álbum Mi Lazarilla, Mi capitán, donde el padre es ciego, y la hija tiene disminuida su visibilidad temporalmente, hay una escena en la que ambos juegan a saltar el paso de peatones, imaginando que es un río lleno de hipopótamos y otros animales. Sin embargo, llama la atención que, pese a tratarse de protagonistas con dificultades visuales, el semáforo carece de indicativo sonoro y la acera conserva un bordillo, como se menciona en el texto.

Solo cuatro de los álbumes analizados abordan la segregación social. En El Gallinero, la marginalidad del colectivo que vive apartado de la ciudad se evidencia a través de la antítesis entre el poblado y los edificios que se vislumbran al fondo. En Calando y en Geno (Senís y Sabini, 2013), la soledad de las per­sonas mayores y la falta de recursos sociales y asistenciales para quienes padecen Alzheimer o síndro­me de Diógenes, respectivamente, se representa a través del aislamiento en sus viviendas. En el caso de Geno, este aislamiento también se refuerza con las expresiones de miedo de quienes la observan. Por último, en La extraordinaria familia Appenzell (Perez y Lacombe, 2020), los personajes sufren recha­zo debido a sus peculiaridades físicas, incluso por parte de algunos miembros de su familia. Además, en un momento de la historia, la familia se ve obligada a ocultarse debido a la ocupación nazi.

3.7. A modo de síntesis: estrategias narrativas

Para finalizar el apartado de análisis se muestran las estrategias narrativas que se han identificado en los escenarios que abordan el tema de la inclusión y la diversidad divididas en tres grupos (Fig. 10), y que res­ponden a las preguntas ¿cómo contar?, ¿qué contar? y ¿qué ver?

Figura 10. Principales estrategias narrativas identificadas y analizadas a partir de los escenarios para la inclusión y la diversidad presentes en los álbumes ilustrados objeto de estudio. Fuente: Elaboración propia

4. Conclusiones

El uso del fondo blanco, también denominado “fondo negativo”, es actualmente un recurso muy recurrente en el álbum ilustrado, justificado por dos razones principales. Por un lado, busca alejar al lector de un espacio identificable que remita a su rutina y vida cotidiana. Por otro, procura centrar la atención en los protagonistas, eliminando cualquier información deducible o previamente presentada. Sin embargo, solo una mínima parte de la muestra inicial de álbumes prescinde del fondo en toda la narración. El resto de los álbumes incluidos en el estudio utilizan el escenario, ya sea de forma recurrente en cada una de las ilustraciones o de manera alterna, combinando escenario y fondo blanco en cada una de las diferentes páginas. Este hecho pone de manifiesto la importancia del escenario o de la ambientación de la ilustración en la narrativa relacionada con aspectos sobre la inclusión y la diversidad.

En estos álbumes, los escenarios no son un mero complemento prescindible que acompaña a los personajes principales, sino que, con frecuencia, adquieren un papel protagonista en la narración, es­tando justificado su uso por diferentes razones u objetivos. Algunas de sus funciones importantes son: 1) comunicar la psicología o el estado de ánimo del personaje; 2) ser un complemento imprescindible de la narración para describir el entorno, tanto si es único como variado, de forma que, sin ellos, la narración no tendría un significado completo y cabría la posibilidad de imaginarla en un contexto distinto al pretendido por el ilustrador/autor; 3) complementar la narración para describir a los personajes; 4) constituir la base para estructurar o componer la historia a partir de un elemento del fondo o incluso de un complemento, y con ello todos los escenarios; 5) representar visualmente la imaginación de los protagonistas, ya sea de manera total o puntual; 6) concretar e informar del origen y la cultura de los personajes. De esta variedad de funciones se desprende el potencial de los escenarios para dar lugar a narrativas muy diversas, trans­formar una historia cotidiana en una aventura fantástica y abordar temáticas consideradas difíciles, como la invidencia, de forma amena y entrañable.

La fantasía en el álbum ilustrado se presenta desde distintas modalidades, que van desde lo real o creíble dentro de la trama, a lo irreal o imposible de creer. En algunos casos, se presenta como un juego donde lo fantástico se inserta en una narrativa realista, lo que permite al lector diferenciar claramente entre la histo­ria real y la fantasía-juego, que nunca llegará a ocurrir. Esta fórmula podría llamarse “fantasía dentro de la realidad”, similar al concepto de “cuento dentro del cuento”. Un subtipo de esta tipología es el llamado “jue­go poético”, donde la fantasía surge del texto y la ilustración la acompaña. Por otro lado, la fantasía puede reflejar la ilusión o el deseo del protagonista dentro de un plano de realidad utópica: algo poco probable, pero incierto. Finalmente, la fantasía puede mostrarse como una percepción real desde el punto de vista del protagonista, para quien es completamente verdadera, o funcionar como una metáfora visual que expresa una realidad o un sentimiento. Estas posibilidades convierten a la fantasía en un recurso imprescindible para abordar problemáticas complejas o situaciones difíciles, ofreciendo espacio para representar a diversos colectivos con sus particularidades únicas.

Si además se tiene en cuenta que los escenarios más frecuentes dentro de la muestra analizada son lugares cotidianos de la infancia, como la casa o el colegio, la fantasía es vital para convertir estos temas en atractivos para los niños. Con relación a esta cotidianidad, se podría afirmar que, cuanto más se restringe la temática a la esfera íntima del protagonista, menores son las posibilidades de representar la diversidad en el álbum, donde el nivel mínimo se situaría en el hogar de éste. En consecuencia, a medida que el álbum incluye localizaciones exteriores, aumenta la posibilidad de reflejar diversidad, aunque no necesariamente sucede en todos los casos. Existen, sin embargo, álbumes basados en la rutina infantil que se prestan es­pecialmente a reflejar la diversidad desde el escenario, como aquellos ambientados en el colegio. En estos casos, lugares como la entrada o el patio de recreo suelen mostrar diversidad multicultural y, en menor me­dida, diversidad en cuanto a capacidades.

El escenario, tanto en exteriores como en interiores —especialmente en los colegios, como se ha se­ñalado—, se convierte a menudo en un reflejo de la diversidad étnica y cultural, principalmente mediante la representación de rasgos faciales, tonos de piel y distintos tipos de cabello. Sin embargo, las diferencias culturales apenas se ilustran a través de la vestimenta o la arquitectura. Algo similar ocurre con la repre­sentación de la discapacidad, que suele estar ausente entre los personajes secundarios del escenario y se limita a los protagonistas.

En cuanto a los exteriores, la inclusión de zonas verdes urbanas es un elemento recurrente en la muestra analizada, lo que refleja cierto interés por representar ciudades más inclusivas. Estos espacios, donde las familias pueden disfrutar juntas, promueven la sostenibilidad y mejoran la calidad de vida, lo que beneficia particularmente a los colectivos más vulnerables. Sin embargo, destaca la presencia de barreras arquitectó­nicas en escenarios de ciudades de álbumes protagonizados por personas con discapacidad, susceptibles de encontrarse inmersos en situaciones en las que necesitan salvaguardar cualquier obstáculo. Personas invidentes se ven obligadas a subir escaleras sin barandilla, y ciudadanos de movilidad reducida que no tienen una rampa a su alcance son algunos ejemplos. La segregación social aparece en pocos casos y está más vinculada a la temática del álbum y a sus protagonistas que a la escenografía en sí. Sin embargo, resulta llamativo el aislamiento que enfrentan algunos personajes mayores afectados por enfermedades, como el Alzheimer o el síndrome de Diógenes.

Como síntesis de lo anterior y para concluir, el escenario del álbum ilustrado infantil contemporáneo sigue siendo un elemento fundamental para la narrativa, sirviendo en muchas ocasiones para la construcción de la historia y, por tanto, convirtiéndose en un elemento inseparable de la trama y de los protagonistas. Los es­cenarios de los álbumes actuales reflejan un esfuerzo por representar la diversidad en la población, aunque esta diversidad es más evidente en la visibilidad de las diferentes razas-etnias y de las personas mayores, y menos en la diversidad cultural —entendida como un modo de vida propio dentro de la convivencia— o en las discapacidades. La fantasía es un gran aliado en la representación de los fondos, facilitando la transmi­sión de temas delicados que involucran a todo tipo de colectivos desfavorecidos, o haciendo más atractivos temas sobre la cotidianeidad del niño. El álbum ilustrado ha sabido evolucionar una vez más para reflejar la complejidad y diversidad social de nuestro tiempo, y la representación del entorno en sus ilustraciones des­empeña un papel central en esta evolución.

Referencias


Notas

  1. Esta investigación pertenece al Proyecto “Imágenes para la inclusión y la educación en la diversidad” (PID2021-122963OB-I00), financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033 y por FEDER, UE.↩︎