e-ISSN: 1131-5598
RESEÑAS
Proyectar, escribir, tal vez soñar. Sirva esta no tan velada referencia a Shakespeare para señalar los principales aspectos que habitualmente integran la vida de un arquitecto y cuyas facetas, al cristalizar, son capaces de devolvernos reflejos de la experiencia, a veces nítidos, a veces confusos, segmentados o superpuestos. Gracias a ellos se puede confesar que se ha vivido, porque todas las memorias tienen algo de confesiones, como indica la cubierta de estos pulcros ejemplares editados por Abada.
Tal es el caso del texto que, en esta ocasión, nos comparte el arquitecto valenciano Manuel Portaceli, Tras un preámbulo impregnado por una perspectiva buckhardtiana de sus años iniciales en la profesión, las primeras páginas reúnen una colección de citas e imágenes que, a modo de fetiches confeccionan su propio imaginario arquitectónico, un sugerente collage deudor de la autobiografía científica de Rossi y etiquetado indefectiblemente como patchwork. Lo transitivo del subtítulo “en busca de un criterio” evoca el viaje, línea de fuga seminal en el aprendizaje de todo arquitecto, y donde, de la mano de sus maestros – Estellés, Grassi, Giménez, etc. -, hilvana un tejido narrativo propiciado por la dialéctica, la síntesis, la composición.
Detectada la ausencia de criterios en el magma fragmentado de la contemporaneidad, buscarlos es, para el autor, más urgente que adquiriren certezas, porque el criterio permite amoldarse a los pliegues y repliegues de la historia, pudiendo así construir un argumentario capaz de valorar desde la misma óptica San Carlino y la Ville Saboye. El ejercicio se apoya en una revisión argumental de varios proyectos, entre los que no podían faltar los más cuestionados del Teatro Romano de Sagunto y la ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia. Sin embargo, el autor ha decidido evitar cualquier crítica susceptible de reavivar polémicas estériles y desviar el propósito del libro, que no es un ajuste de cuentas, aunque se detecten algunos dardos devueltos, que no lanzados, hacia ciertos sicofantes.
El conjunto posee voluntad de hypomnemata, aquellos registros clásicos concebidos como herramientas para un autoconocimiento a través del recuerdo y cuyo paradigma, escrito por el emperador Marco Aurelio, se conoce, no por casualidad, como Memorias. Aquí, la consecución de dicho carácter reflexivo se logra mediante la aproximación empírica al fenómeno arquitectónico, compromiso que requiere actitud, sensibilidad y constancia, como la vida o la arquitectura, si es que en el caso de Manuel Portaceli no son la misma cosa.