Ediciones Complutense Creative Commons

ENTREVISTAS

En conversación con Younes Rahmoun: poética, espiritualidad e introspección

Yassine Chouati
Universidad de Sevilla, España ORCID iD
Áurea Muñoz-del-Amo
Universidad de Sevilla, España ORCID iD
Publicado: 03/07/2025

1. Introducción

La presente entrevista es resultado de un proyecto de investigación doctoral recientemente defendido con calificación Cum Laude (Mención Internacional) y financiado por el VI Plan Propio de la Universidad de Sevilla. En ella conversan el investigador Yassine Chouati y la profesora Áurea Muñoz del Amo con el artista Younes Rahmoun, con el objetivo de profundizar la práctica artística de este destacado artista visual nacido en Tetuán en 1975, donde actualmente reside. Además de su producción artística, Rahmoun compagina también su labor como profesor asociado en el Instituto Nacional de Bellas Artes de Tetuán (INBA). Su obra, repleta de simbolismo y referencias a su herencia cultural, ha sido expuesta en destacados eventos internacionales como la Bienal de Venecia, la Bienal 13 de Sharjah, el Museo Nacional Reina Sofía o el MACBA de Barcelona.

La práctica de Rahmoun abarca diversos medios, como instalaciones, performances y esculturas. Se caracteriza por integrar la artesanía tradicional marroquí en su práctica artística con un enfoque contemporáneo. Su obra se distingue por prestar una aguda atención a la interconectividad entre lugares, materiales y significados, que se manifiesta a través de acciones simbólicas como el intercambio de elementos físicos de contextos dispares y la colaboración con artesanos locales.

Un tema clave en su producción artística es la introspección espiritual, que aborda mediante una combinación de elementos geométricos significantes, experiencias sensoriales y referencias a tradiciones culturales y religiosas. Su proceso creativo hace hincapié en la importancia de las raíces personales mediante propuestas plásticas que propician una actitud contemplativa hacia la obra y que invitan al espectador a reflexionar sobre cuestiones existenciales y espirituales.

La obra de Rahmoun refleja un compromiso constante con la construcción de puentes entre lo local y lo universal. A través de la creación de belleza, busca fomentar conexiones emocionales y espirituales, defendiendo una filosofía en la que el arte actúa como un medio para el diálogo y la reflexión que trasciende las fronteras culturales y geográficas.

2. Entrevista

Como introducción a la conversación llevada a cabo con Rahmoun, es importante señalar que, aunque mantuvimos intercambios personales con él a través de correos electrónicos previos para coordinar la preparación de la entrevista -que tuvo lugar de forma presencial-, así como breves intercambios de palabras antes y después de nuestra conversación con él, hemos optado por omitir la transcripción de estos aspectos secundarios. La decisión de hacerlo así se tomó, en primer lugar, para preservar la intimidad del artista y, en segundo lugar, para centrar nuestra comunicación en las cuestiones verdaderamente relevantes para la investigación.

Yassine Chouati El Kati (YCK)

Áurea Muñoz del Amo (AMA)

Younes Rahmoun (YR)

(YCK): En primer lugar, quería agradecerte esta oportunidad que me brindas de hablar sobre tu práctica artística. Tus aportaciones serán de gran ayuda para mi investigación doctoral. En segundo lugar, quisiera decirte que sigo desde hace años tu trabajo, que considero esencial para nuestra generación de artistas marroquíes y para las generaciones futuras, especialmente por tu atención a los valores culturales locales, el patrimonio nacional y los conocimientos ancestrales que todavía se conservan.

Dicho brevemente, tomando como punto de partida tu obra instalativa Zahra-Zoujaj (2010) y relacionándola con tu trayectoria artística en su conjunto, observo que muchas de tus obras tienen connotaciones específicas que hacen referencia a la fe islámica, como el uso constante de números impares, como 77, 99, 7 y 1, así como la repetición y tu particular interés por la belleza y la muerte. Me gustaría que me hablaras sobre este aspecto de tu trabajo. ¿Tiene algo que ver con tu experiencia de vida?

(YR): Bueno, en mi opinión, todos los artistas sentimos la necesidad, y a veces incluso la obligación, de hablar de nosotros mismos, de expresar nuestros puntos de vista y opiniones, ya sean sociales, políticos, religiosos o relacionados con nuestras creencias. En mi caso, mi trabajo también se ve moldeado por inspiraciones que provienen de mi cultura religiosa y de aquello en lo que creo profundamente.

Al inicio de esta entrevista mencionaste mi obra Zahra-Zoujaj como punto de partida. Considero que esta obra es importante no solo por sus dimensiones, su peso o su aspecto formal, sino también por su complejidad y por estar cargada de significados y simbolismo.

Sobre el número 77, que mencionaste en relación con las 77 ramas de la fe, mi interés por este número surgió tras encontrar diferentes versiones de textos que hacen referencia a declaraciones del profeta. Algunas afirmaban que había 76 ramas de la fe, mientras que otras mencionaban 75. Sin embargo, en 2008 me encontré con una versión que hablaba de 77 ramas de la fe, contenida en un texto del erudito sufí marroquí Sheikh Abdessalam Yassin, conocido por sus opiniones políticas y por su libro Minhaj Nabawi. En este texto, Yassin no solo menciona las ramas de la fe, sino que también las explica en detalle.

Lo que leí en 2008 me impactó profundamente y me llevó a replantearme los números que solía representar en mi obra. Antes, utilizaba con frecuencia el número 99, el cual, en el islam, simboliza los nombres de Dios. Sin embargo, también soy consciente de que no podemos afirmar que solo haya 99 formas de nombrar a Dios. Estos números son concretos, pero se usan para hablar de algo infinito. Es una estrategia de trabajo ser específico, pero al mismo tiempo no limitarse al infinito.

Es fascinante reflexionar sobre la idea de que Dios pueda tener únicamente 99 nombres. No sabemos cómo lo nombran los pájaros, los ángeles o incluso las criaturas de las que no somos conscientes: el grande, el más grande, el infinito, el primero, el último, entre otros. Estos son los nombres que los humanos conocemos, pero seguramente existen muchos más.

En mi trabajo, suelo usar números impares, y cuando necesito un número mayor -ya que mis instalaciones a menudo incluyen múltiples elementos más allá del tres, siete u once-, solía recurrir al 99. Sin embargo, a partir de 2007 o 2008, comencé a sentir que trabajar con el número 99 era un poco pretencioso como ser humano. Me preguntaba cómo podía usar un número que representa los nombres de Dios.

Cuando encontré el texto del profeta sobre las 77 ramas de la fe, sentí que este número estaba más a mi alcance como ser humano. Estas 77 ramas describen formas de manifestar la fe en la vida cotidiana: cómo tratamos a los demás, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con Dios. Aunque sean 77, esto no implica que sean las únicas. Por eso me interesé en este número y decidí adoptarlo en lugar del 99.

En 2008, surgió la idea de las 77 flores, que más tarde dio lugar a Zahra-Zoujaj, concretada en 2010 (Figura 1). Ese año, dibujé 77 flores diferentes que no representaban flores reales de la naturaleza. Fue un período en el que abandoné el monocromatismo para trabajar con todos los colores. Por primera vez, incorporé la luz como parte de mi obra para representar la dimensión espiritual del ser humano, ya que creo que estamos compuestos por un cuerpo físico y un alma.

Los colores que utilicé en esta obra representan la luz, teniendo en cuenta que esta se compone de todos los colores. La elección de esta paleta busca hablar del infinito. A partir de este enfoque, surgieron nuevos elementos que fui integrando en mi obra.

Figura 1. Younes Rahmoun, Zahra-Zoujaj. 2010. Vidrio, espejos, fieltro, LEDs, cables, madera, estructura metálica, 700 x 600 x 500 cm. La flor: 50 cm de altura. Exposición colectiva Told / Untold / Retold (2010-2011) en Mathaf, Arab Museum of Modern Art Doha (Qa

En Zahra-Zoujaj, no solo utilicé luz y colores, sino también la representación del corazón, que considero la fuente de las buenas intenciones y de todas las acciones positivas. Por esta razón, el corazón en esta obra aparece como una esfera de cristal rojo palpitante.

Es importante destacar que esta obra en particular se exhibe en una sala diseñada para invitar al espectador a participar en ciertos rituales, como agacharse para entrar por una pequeña puerta o quitarse los zapatos para sentir la conexión con la tierra antes de mirar hacia arriba, donde se encuentra un dispositivo geométrico cuidadosamente diseñado con flores de cristal soplado.

En cuanto a mis creencias y cómo influyen en mi trabajo, puedo afirmar que son una fuente fundamental para mi proceso creativo. Sin embargo, esto no significa que todas mis obras estén directamente relacionadas con ellas. Soy lo que soy, y lo que llevo dentro emerge de forma natural, aunque no sea intencional. Es algo profundamente arraigado en mi inconsciente.

(AMA): He escuchado en una entrevista que tú no tuviste familiares o gente cercana que se dedicaran al arte, pero sin embargo, desde pequeño estuviste interesado en el arte y en especial en la belleza.

(YR): Creo que la belleza tiene el poder de captar nuestra atención y ocupar nuestra mente, ya sea durante un breve momento o durante mucho tiempo, como cuando contemplamos un paisaje o una puesta de sol.

Desde que era niño, me atraía todo lo que era bello: las personas bellas, las cosas bellas. Cuando escuchaba la palabra “belleza”, no sé por qué me llamaba la atención.

Como no soy buen orador, nunca lo he sido, soy tímido por naturaleza. Sin embargo, gracias a las cosas que hacía y que quería que fueran bellas, lograba llamar la atención de los adultos para que me escucharan y vieran lo que hacía. De este modo, podía entablar una conversación con ellos, ya que los adultos no suelen interesarse por lo que tienen que decir los niños. Yo buscaba un momento de atención y diálogo, porque me interesaba lo que tenían que contar.

De hecho, utilizar la belleza como estrategia para atraer la atención es algo que sigo aplicando en mis interacciones y conversaciones con los demás. Si la belleza y la estética están muy presentes en mi trabajo es, principalmente, por este motivo. Pero también se remonta a mi infancia. Con el tiempo, he perfeccionado ese don o capacidad de crear belleza para poder entablar conversaciones, quizá a un nivel más elevado e intelectual, con personas de mi propia cultura o de otras culturas. También me permite expresar mis puntos de vista y opiniones sobre diversos temas.

(AMA): Desde una perspectiva externa, es evidente que existe un sentido estético en tu trabajo que parece estar relacionado con la secuencia numérica.

(YR): El orden y la repetición juegan un papel fundamental en mi trabajo artístico. Personalmente, me interesa especialmente el orden, ya que me permite abordar múltiples temas y representar formas geométricas mediante puntos o elementos concretos. Utilizo la instalación como una herramienta para lograr esto. Por ejemplo, recojo minúsculas piedras del Rif y las llevo conmigo a diferentes lugares, reemplazándolas por otras piedras que recojo durante mis viajes (el artista se refiere a Hijra/Rif-Landes). Al dispersar estas piedras en el suelo, se generan formas geométricas aleatorias, que pueden representar objetos figurativos como una barca, una casa, una montaña, un árbol, y así sucesivamente (Fig. 2).

Figura 2. Younes Rahmoun, Hijra/Rif-Landas, 2014. Interviene en Beni-Boufrah, Rif, Marruecos y en Vert Village, Landes (Francia), dimensiones variables de impresión.

Estos puntos pequeños, que también se reflejan en obras de mayor tamaño, me permiten abordar aspectos relacionados con la astrología, el espacio, las estrellas, los planetas e incluso el microcosmos y los átomos en algunas ocasiones. Aunque puede parecer caótico, todo está organizado en mi trabajo, es el orden dentro del desorden (Fig. 3).

Figura 3. Younes Rahmoun, Markaba, 2016. Cobre, 170 x 170 x 240 cm. Intervención en Beni-Boufrah, Rif, Marruecos y exposición individual Younes Rahmoun: de la Mer à l’Océan en L’appartement 22, Rabat (Marruecos).

Mis obras representan las constelaciones y los átomos, ya que considero que como ser humano existo entre dos dimensiones: el macrocosmos y el microcosmos. El arte me brinda la oportunidad de explorar esta realidad a través de elementos como la esfera, el círculo y el punto.

(YCK): Observando los materiales que me pediste para llevar a cabo tu actividad junto a los estudiantes de nuestra facultad, he notado que has insistido en la adquisición de materias específicas como carboncillo

y aceite de oliva. Por lo que me gustaría comprender mejor el papel que la materia juega en tu práctica artística.

(YR):Todos los materiales que elijo para mi obra tienen un significado, una simbología o una idea concreta asociada. En el caso del aceite de oliva, por ejemplo, podría haber optado por otro tipo de aceite, como el de lino. Sin embargo, decidí utilizar aceite de oliva debido a su conexión con el árbol del olivo, que está mencionado en el Corán como el árbol de la luz. Es esta conexión la que me resulta interesante.

En mi trabajo, busco profundizar en esa luz interior que todos los seres humanos llevamos dentro. Por lo tanto, cuando digo que he materializado una obra utilizando carboncillo o carbón, no se trata simplemente del color negro o de las propiedades grasas del aceite de oliva. Más bien, se trata del significado del material en sí mismo.

(YCK): En tu obra hay una fuerte presencia de la poética, lo que me lleva a preguntarte por el papel del espectador en tu trabajo. ¿Pretendes generar interacciones y asegurarte de que el mensaje llegue al público?

(YR): Es una pregunta pertinente. En mi trabajo, valoro la participación y la conexión con el espectador. Aunque cada persona puede tener una interpretación única, intento crear obras que inviten a la reflexión y generen una respuesta emocional. Me interesa que el mensaje trascienda y establezca un diálogo con el público, estimulando su imaginación y sus propias experiencias. La interacción y la recepción activa son aspectos fundamentales de mi proceso creativo.

(AMA): En relación con la conferencia y el taller que vas a impartir, ¿crees que puede haber alguna barrera cultural sobre, por ejemplo, el simbolismo numérico que utilizas en tu obra?

(YR): En absoluto. Concretamente el número 77 que estoy utilizando actualmente es más universal, similar al 1, 3 o 2. Antes solía utilizar el número 99, pero no me sentía cómodo con él. Recuerdo que la primera vez que lo utilicé fue en 2001, durante mi primera exposición individual en Marsella (Francia). En aquel momento, dos profesores que conocían un poco nuestra cultura me preguntaron si estaba relacionado con los nombres de Dios. Sinceramente, me alegró saber que entendían lo que representaba, pero con el tiempo me di cuenta de que era demasiado obvio y necesitaba un número más abierto y universal.